¿Qué alimentos promueven una vida más larga y saludable? La Universidad de Salamanca y el Centro Internacional sobre el Envejecimiento proporcionan las claves de la ‘dieta de la longevidad’.
Vivir más y mejor depende de múltiples factores, algunos de los cuales se pueden modificar y otros no. Entre los que se pueden cambiar para fomentar un envejecimiento saludable y una mayor longevidad destaca la alimentación. Según informan desde la Universidad de Salamanca (USAL), “una alimentación saludable consiste en incluir todos los alimentos de la pirámide alimentaria en su proporción adecuada”.
La pirámide de la alimentación es una forma gráfica de representar los alimentos que debe incluir una dieta equilibrada y con qué frecuencia hay que ingerirlos.
En la base se encuentran los alimentos que es conveniente tomar a diario y varias veces, como los cereales (que incluyen la harina y la pasta, a ser posible, integrales), patatas (preferiblemente cocidas), legumbres,verduras, hortalizas, frutas, lácteos y aceite de oliva.
En el nivel intermedio se sitúan aquellos alimentos que se pueden consumir varias veces a la semana, como la carne (primando la blanca sobre la roja y limitando al máximo la procesada), pescado, huevos, frutos secos…
En la cúspide de la pirámide se consignan los alimentos cuyo consumo debe ser opcional, ocasional y moderado: dulces, snacks, helados…
Asimismo, la pirámide consigna en su parte inferior la necesidad de hidratarse adecuadamente y otras recomendaciones que, junto con la alimentación, promueven la salud: sobre todo, el ejercicio físico habitual y el equilibrio emocional.
La ‘dieta de la longevidad’
El CENIE explica las claves de la dieta más adecuada para vivir más años y con mayor calidad de vida:
Antioxidantes
Los antioxidantes, presentes en frutas y verduras como las bayas, el brócoli y las espinacas, ayudan a combatir el daño oxidativo que contribuye al envejecimiento celular.
Grasas saludables
Las grasas insaturadas, especialmente los ácidos grasos omega-3 presentes en el pescado y las nueces, entre otros alimentos, juegan un papel fundamental en la salud cardiovascular y cerebral.
Proteínas de calidad
Mantener la masa muscular es crucial para un envejecimiento saludable. Para ello, es conveniente consumir una cantidad suficiente de proteínas, pero de cualquier fuente. Las proteínas magras, como las que se encuentran en el pollo, el pescado, y las legumbres, contribuyen a apuntalar la buena forma de la musculatura.
Fibra
Una dieta con un alto contenido en fibra que provenga de granos enteros, frutas y verduras mejora la digestión y puede contribuir a prevenir enfermedades crónicas que están muy ligadas a una dieta inadecuada, como la diabetes tipo 2.
Cada vez aparecen más y más artículos, estudios, etc… en los que se refleja la importancia del «equilibrio» entre dieta y ejercicio como la base para mantener una vida saludable. La dieta mediterránea sigue siendo la mejor opción para mantenerse joven y san@ .
La Universidad de Salamanca destaca que una dieta rica en alimentos frescos, como frutas, verduras y grasas saludables, es clave para vivir más y mejor. Evitar ultraprocesados y optar por una alimentación natural puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas. ¡La salud empieza en nuestro plato!
Es muy importante tener consciencia de este tipo de cosas, ya que muchas veces consumimos alimentos que creemos que son muy buenos y saludables y en realidad no lo son. Es cierto que una buena forma de tener claras estas distinciones es la pirámide alimenticia la cual se debería de tener clara desde bien pequeños. Teniendo clara la alimentación, además de tener en cuenta que hay más factores que influyen en la buena salud, el ejercicio físico, por ejemplo, solo queda que nosotros pongamos de nuestra parte para que todo vaya bien.
La dieta de la longevidad de la Universidad de Salamanca tiene mucho sentido: comer bien, con mucho pescado, frutas y verduras, realmente ayuda a estar más sano y vivir más años. Además, el aceite de oliva y las grasas saludables son un buen truco para cuidar el corazón y el cerebro, ya que los usamos a diario de forma directa en nuestros platos, o indirecta como un medio de elaboración de platos. Concuerdo en muchos aspectos con esta dieta.