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¿Qué se comía en Mesopotamia? Las recetas de 4.000 años que contienen las «tablillas culinarias de Yale»

Nadie sabe exactamente de dónde llegaron y durante mucho tiempo nadie entendió realmente lo que decían.

Los académicos de la Universidad de Yale pensaban que las pequeñas losas de arcilla cubiertas con densa escritura cuneiforme -uno de los sistemas de escritura más longevos en la historia de la humanidad- contenían una lista de medicamentos.

Desenterradas en una excavación arqueológica en el Medio Oriente, probablemente han estado en la Colección Babilónica de Yale desde 1911. Sin embargo, no fue hasta principios de la década de los 80 que el erudito francés Jean Bottéro finalmente descubrió lo que decían las tablillas.

A su manera discreta, durante casi 4.000 años, estas cuatro planchas han estado hablando de la cena.

Todas tienen grabados los ingredientes, no de productos farmacéuticos sino de platos. Fechadas al menos en 1730 a. C., las tres tablillas más grandes contienen en su mayoría descripciones de guisos; el más pequeño, de época posterior, habla de caldo.

El mero hecho de su existencia es un misterio. En la antigua Mesopotamia, la gente rara vez escribía sobre la preparación de alimentos, explicó Agnete Lassen, curadora adjunta de la colección.

«De cientos de miles de documentos cuneiformes, son las únicas recetas de comida que existen», dijo. «No tenemos una explicación».

De hecho, cuando los escribas antiguos colocaban un punzón en la arcilla y grababan historias y relatos que mencionaban alimentos, usaban palabras que a veces resultan misteriosas para los eruditos modernos. Aparecen ingredientes que todavía hoy no se pueden identificar, afirmó Gojko Barjamovic , asiriólogo de la Universidad de Harvard. «Asum» es mirto, «salu» son semillas de berro. Las instrucciones son concisas y cortas.Y como ocurre con muchas recetas antiguas, no se especifican cantidades.

Barjamovic señala que en lo que respecta a estas recetas antiguas, la historia tampoco ha terminado. Cada temporada de trabajo arqueológico trae consigo la posibilidad de que se desentierren nuevos textos, que traigan nueva luz sobre palabras misteriosas para especias y otros ingredientes.

La forma de pensar mesopotámica no fue copiada ni transmitida como lo fueron los textos griegos. Desapareció del conocimiento humano en el siglo I a.C. «Pero como escribieron en arcilla», dijo, «está ahí, indestructible».


6 comentarios

  1. Creo que es importante identificar que comían los seres humanos de hace 4.000 años para saber con qué alimentos se ha formado nuestra especie y la evolución de estos hasta hoy en día. Además, estos hallazgos pueden traer nuevos conocimientos muy interesantes en el mundo alimenticio.

  2. Siempre es interesante conocer los detalles de cada una de las maneras de alimentarse que tenían los seres humanos a lo largo de la historia, también nos hace pensar sobre las técnicas y tecnologías que usaban en cada época para cocinar.

  3. En mi opinión, esta noticia trata un hallazgo sorprendente, ya que nos muestra como se alimentaban en una de las primeras civilizaciones. Aunque hemos avanzado mucho, aún hay ingredientes que no entendemos, lo que hace la investigación aún más interesante.

  4. Este hallazgo refuerza la importancia de la arqueología en la reescritura de la historia, mostrando que los textos antiguos, aunque enigmáticos, siguen teniendo el potencial de revelar detalles profundos sobre la vida cotidiana de civilizaciones como la Mesopotámica. ¡¡¡Increíble!!!

  5. Parece imposible que estas antiguas tablillas mesopotámicas nos hayan dejado las primeras recetas conocidas, mostrando que la comida siempre ha sido clave en la cultura humana. Un descubrimiento muy interesante y con gran peso cultural para la historia de la alimentación.

  6. Es fascinante cómo estas tablillas cuneiformes, que fueron ignoradas durante siglos, revelan un aspecto tan cotidiano de la antigua Mesopotamia como la cocina. Sin embargo, la falta de especificaciones claras en las recetas y la incomodidad para identificar ciertos ingredientes refleja lo complejo de interpretar la historia alimentaria sin los contextos que hoy damos por sentados. Aunque enriquecen nuestro conocimiento, también nos recuerdan lo limitado que es nuestro entendimiento de culturas tan distantes.

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