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Cómo los científicos se mantienen alimentados y felices en uno de los lugares más remotos de la Tierra

Ningún lugar de la Tierra es más frío que la Antártida Oriental. Debido a su mayor altitud, ni siquiera la Antártida Occidental puede acercarse a sus hostiles temperaturas.

Princess Elisabeth, una estación de investigación polar en la región de Queen Maud Land, se enfrenta a vientos de hasta 249 km/h y temperaturas de hasta -50 °C. Es comprensible que los chefs que trabajan en este entorno necesiten un don para la comida reconfortante.

“Como la gente está a la intemperie a temperaturas extremadamente frías y en condiciones muy duras, me gusta preparar algo agradable y pesado para el cuerpo, como fondue y raclette. Y en abundancia”, dice el chef Thomas Duconseille, que trabaja en este remoto puesto antártico durante varios meses al año.

“Preparamos nuestro propio pan y lo cocinamos aquí. El pan fresco es importante. Me gusta hacer brioche para desayunar con chocolate dentro”, dice Duconseille. Para un francés, el buen pan es tan importante en su puesto en la Antártida como en Normandía o en los Alpes, donde pasa la mayor parte del año atendiendo a otra clase de exploradores en el Mont Blanc.

Como la estación Princess Elisabeth está a seis horas de vuelo de la ciudad más cercana, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, Duconseille se asegura de que la carne, el pescado y las verduras se congelen para que duren toda la temporada y de que los huevos se guarden en cajas de cinco litros con la clara y la yema separadas. En cuanto a los ingredientes frescos, todos los meses se envía por avión desde Ciudad del Cabo un lote de estos preciados productos, siempre que el tiempo no sea demasiado inclemente.

Sustento y almacenamiento de alimentos


Las comidas que prepara Duconseille en la estación son variadas: sopas, carnes, pizzas, ensaladas, quiches y postres.

“Siempre hay una opción vegetariana o vegana, para que todo el mundo pueda elegir”, dice Duconseille. Para ocasiones especiales, como Navidad y Año Nuevo, el chef prepara platos como foie gras, pavo relleno y turrón helado.

Dado el aislamiento de la estación y el número fluctuante de tripulantes, es importante mantener una reserva de alimentos básicos de una temporada a otra. El transporte a la estación de productos duraderos y no perecederos, como cereales, legumbres y tomates en conserva, es una tarea distinta a la de las entregas mensuales de alimentos frescos.

“Desde Bélgica llenamos contenedores con una gran cantidad de alimentos secos y congelados, y cada dos años llega un barco que nos suministra estos ingredientes”, explica Duconseille.

FUENTE: https://cnnespanol.cnn.com/2023/02/06/cientificos-alimentados-antartida-remoto-tierra-trax


2 comentarios

  1. El texto ofrece una visión fascinante de cómo los científicos en la estación Princess Elisabeth en la Antártida logran mantener una dieta variada y reconfortante, pese a las condiciones extremas. Me hace pensar en nuestra sociedad y en la comodidad que vivimos y aún así no estamos satisfechos.

  2. Es impresionante como estos científicos pese a que las condiciones meteorológicas no son muy favorables son capaces de mantener una dieta rica, sana y equilibrada con platos como el fondue y raclette. Personalmente, he probado la raclette y para los amantes del queso y el embutido la recomiendo muchísimo, aunque considero que es un plato muy contundente.

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