La dieta básica en los países en vías de desarrollo está relacionada con la agricultura de subsistencia y la domesticación y la caza de animales. En general, la agricultura de subsistencia se concentra en un número limitado de cultivos de ciclo corto (anuales o semianuales), estacionales, con periodos de fructificación sincrónicos.
Los incrementos de oferta durante las cosechas hacen bajar los precios y el agricultor que no puede consumir todos los frutos pierde su producción. Esta situación es más crítica cuanto más perecedero sea el producto y más costoso su transporte a las áreas de consumo.
Hay sociedades que mantienen una economía basada en la agricultura de roza, que consiste en la quema y tala de árboles para crear campos de ceniza. Estos pueblos realizan cultivos de temporada. Los principales productos cultivados son la mandioca, en la parte de la selva tropical sudamericana, el maíz, el mijo, el sorgo, en África, y el arroz, la batata y el plátano, en Sudamérica.
Las regiones del mundo donde la agricultura está más consolidada y las poblaciones son sedentarias basan su alimentación en el intercambio de productos. Mientras cultivan y venden el producto de sus cosechas, compran lo necesario para la supervivencia. Un ejemplo de este tipo de sociedades agrícolas son los indios Hopi, agricultores de maíz en el norte de México y suroeste de Estados Unidos.
El problema de este tipo de comunidades sustentadas en el monocultivo es que el resultado de la cosecha es imprevisible. Cualquier problema climático o plaga puede ocasionar la pérdida de sustento. El hambre es más común en las sociedades agrícolas de monocultivo que en las que practican la agricultura de roza.
La dieta en los países en vías de desarrollo es básicamente vegetariana. Al consumo de maíz, mandioca, patata, col, rábano, nabo, trigo y cebada se unen el de frutas, como plátano, manzana, papaya y mango. Obtienen su principal fuente de proteínas, sobre todo en América Latina, a partir de leche de cabra y de oveja, y de sus derivados como yogur,requesón y cuajada.
Otro medio de subsistencia en los países en vías de desarrollo es la caza. Existen comunidades cazadoras-recolectoras en África central (zona de Zaire), en las selvas de Madagascar, en el sudeste asiático (Filipinas), en Oceanía (Nueva Zelanda), Como ejemplo de estas sociedades tenemos a los Sans en el desierto de Kalahari, en la frontera entre Botsuana y Namibia y los Mbutiy los Kung, que viven en el al sur de África.
La mayoría de comunidades de cazadores han sido destruidas o absorbidas por la expansión mundial de la cultura occidental. Es muy improbable que las que sobreviven permanezcan intactas mucho más tiempo. En la actualidad, menos de un cuarto de millón de personas en el mundo subsisten básicamente de la caza y de la recolección (0,001 % del total de la población mundial).
Es impresionante cómo las comunidades en países subdesarrollados logran subsistir con recursos limitados y técnicas agrícolas tradicionales. Personalmente, admiro su resiliencia y la riqueza cultural que se refleja en su alimentación. ¡Una lección de adaptación y supervivencia!
El artículo destaca la fragilidad de los sistemas de subsistencia en países en desarrollo, donde la dieta depende de monocultivos y caza-recolección, lo que aumenta la inseguridad alimentaria ante factores climáticos y económicos. A pesar de su importancia histórica, estos modelos son vulnerables al avance de la agricultura industrializada y la cultura occidental. Urge promover soluciones sostenibles que diversifiquen los cultivos y protejan los sistemas alimentarios tradicionales.