Hay pocos compuestos que sean tan relevantes para nuestra salud. El mineral está presente en verduras de hoja verde, frutos secos, cacao y alimentos de mar.
En el ámbito de la salud y el bienestar hay mucha magufada, dogmas y corrientes diferenciadas. Es difícil encontrar verdades absolutas y en algunas cuestiones no se sabe a quién creer, especialmente, cuando se trata de suplementos. No así con el magnesio, esencial para prácticamente cualquier experto al que se le pregunte o libro de la materia que se referencie. En ZEN tenemos múltiples ejemplos de profesionales que lo elegirían por encima de cualquier otro complemento alimenticio.
Uno de ellos es Antonio Valenzuela, máster en Psiconeuroinmunología Clínica, fisioterapeuta, experto en terapia ortomolecular y autor de Activa tus mitocondrias. El secreto para una vida más longeva (Alienta Editorial), donde dedica todo un capítulo al magnesio: «Es un mineral esencial para activar la función de 325 reacciones bioquímicas que se producen en nuestro organismo, incluyendo la producción de energía (síntesis de ATP) en las mitocondrias, además del mantenimiento del ADN tanto celular como mitocondrial y la síntesis de proteínas». En resumen, es vital para la maquinaria energética.
Tan importante es, detalla, que le otorga el color verde a las plantas, presente en la clorofila, y les permite realizar la fotosíntesis. «Sin magnesio, las plantas no podrían convertir la energía en alimento, así que imagina lo que le debemos», insiste. También, cita, es el único nutriente que tiene su propia revista científica: Magnesium Research. Explica, además, que el magnesio es clave para una buena salud ósea, hasta el punto de que nuestro cuerpo puede mermar nuestros huesos para obtenerlo si nos falta, combate la inflamación que, a su vez, desencadena múltiples enfermedades, y es especialmente necesario en el metabolismo de la glucosa.
Tenemos entre 25 y 30 gramos de magnesio en el cuerpo de media, según el National Institutes of Health (NIH), con el 50-60% de este magnesio almacenado en los huesos y el resto en los tejidos blandos, células y sangre. Debido al poco magnesio circulante en sangre, detectar la deficiencia en base a una analítica es complejo. No obstante, unos niveles por debajo de 2,19 mg/dl serían un valor estándar aproximado de deficiencia, según los profesionales consultados. «Las estadísticas recientes revelan que alrededor del 30% de la población en los países desarrollados presenta deficiencias en este valioso mineral», admite Valenzuela, que indica algunos síntomas como cansancio generalizado, irritabilidad, contracturas y calambres musculares, vértigo o mareo, arritmias y taquicardias, tics…
FUENTES DE MAGNESIO
Jessica Sepel cita las siguientes:
- Cereales integrales: avena y quinoa.
- Verduras de hoja verde: espinacas, acelgas, col rizada y kale.
- Otras verduras: remolacha y brócoli.
- Frutos secos: almendras, anacardos y semillas de calabaza.
- Alimentos de mar: gambas, berberechos, mejillones y pescado azul.
- Frutas: higos, aguacates, plátano, frambuesas y limón.
- Cacao crudo: es muy rico en magnesio.
POR QUÉ SUPLEMENTAR
Varios estudios, aunque muestran una calidad variada, relacionan los efectos positivos de la suplementación de magnesio en estados depresivos, de ansiedad y/o estrés, mejorando el estado de ánimo. Incluso existen investigaciones que han explorado la relación entre la suplementación de magnesio y la mejora en la calidad del sueño.
¿En qué casos es conveniente suplementar? «Sobre todo en personas que realizan mucho deporte, que tienen riesgo cardio metabólico, osteoporosis, cefaleas o migrañas frecuentes. También, en los momentos en los que tengamos más estrés, durante la menopausia o si dormimos mal», indica Álvaro Campillo, cirujano general y digestivo en el Hospital General Universitario J.M. Morales Meseguer (Murcia) y socio de Kobho Labs.
Para Britany Real, farmacéutica para Naturadika, es incluso más interesante para la mujer en etapas específicas. «Durante la menstruación, el magnesio ayuda a reducir los calambres al actuar como un relajante muscular natural y disminuye la producción de prostaglandinas, que son responsables del dolor. En la menopausia contribuye a mantener la densidad ósea, al participar en la síntesis de vitamina D y calcio, y regula el equilibrio hormonal, lo que puede disminuir los síntomas de irritabilidad y sofocos». Durante el embarazo y la lactancia, puede ser útil, pero aquí recomienda consultar siempre con un médico antes de tomar cualquier tipo de suplemento.
Alcanzar los niveles diarios recomendados puede ser un desafío sólo con la dieta, indica la farmacéutica. «Aunque es posible obtener magnesio a través de la alimentación, la suplementación puede ser necesaria para asegurar niveles óptimos, especialmente en etapas de la vida donde las necesidades son mayores o la absorción puede estar comprometida».
https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2024/08/25/66c5ee34fdddff39818b4578.html