Aunque cada vez más personas recurren a este «superalimento» para aliviar dolores y molestias, consumir cúrcuma por sí sola puede no ser tan efectivo como se piensa
La cúrcuma se ha convertido en uno de los ingredientes naturales más populares para mejorar la salud y combatir la inflamación, gracias a su alto contenido de curcumina, un compuesto con potentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Sin embargo, aunque cada vez más personas recurren a este «superalimento» para aliviar dolores y molestias, consumir cúrcuma por sí sola puede no ser tan efectivo como se piens
Diversas investigaciones han demostrado que la curcumina tiene una baja biodisponibilidad en el organismo, lo que significa que el cuerpo no la absorbe fácilmente si no se combina con otros alimentos o compuestos que mejoren su asimilación. Aquí es donde entra en juego el jengibre, un poderoso complemento que, al combinarse con la cúrcuma, no solo mejora la absorción de la curcumina, sino que también potencia sus efectos antiinflamatorios.
El jengibre, rico en gingeroles y shogaoles, compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, trabaja de manera sinérgica con la cúrcuma para reducir la inflamación y ayudar a aliviar afecciones como la artritis, dolores musculares, y otros problemas asociados con la inflamación crónica. Además, el jengibre tiene la capacidad de mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico, lo que lo convierte en el aliado perfecto para quienes buscan un enfoque natural en el cuidado de su salud.
Una de las formas más sencillas y efectivas de consumir cúrcuma y jengibre juntos es en infusiones o batidos. Ambos ingredientes pueden ser rallados o triturados, y luego añadidos a bebidas calientes o frías. También se pueden incluir en recetas de curry, sopas, o salsas. Para quienes prefieren una opción más rápida, existen suplementos que combinan cúrcuma y jengibre, disponibles en cápsulas o polvos