La primera infancia está llena de primeras veces, tanto para el bebé como para la familia. Es fascinante y maravilloso. Muchas de estas primeras veces están relacionadas con la alimentación. Por eso hoy quiero hablarte sobre la alimentación complementaria y Baby Led Weaning o BLW.
En la primera infancia el bebé aprende a mamar, probar, masticar, tragar y manipular los alimentos, y también a descubrir diferentes olores, sabores y texturas, con la finalidad de que se incorpore, poco a poco, a la alimentación familiar. La educación de la conducta alimentaria en esta franja de edad tiene el objetivo de conseguir, además de un buen estado nutricional, por supuesto, el aprendizaje de hábitos alimentarios saludables. El entorno donde come el niño/a (en su casa, en casa los abuelos, en la escuela infantil, etc.) tiene que ser el marco idóneo para transmitir una serie de hábitos, como son el uso de los cubiertos o los hábitos higiénicos básicos que se aprenden durante este periodo. Pero empecemos por lo primero que va a comer (además de la leche materna o adaptada): la alimentación complementaria.
¿Qué es la alimentación complementaria (AC) y qué es el “Baby-Led Weaning” (BLW)?
En primer lugar, la alimentación complementaria del bebé o AC la constituyen todos aquellos alimentos diferentes a la leche materna o adaptada que se empiezan a introducir en la dieta del bebé a partir de los 6 meses de vida. Dentro de este contexto, podríamos traducir el término de “Baby-Led Weaning” (BLW) como AC autorregulada o dirigida por el bebé. En ella ofrecemos alimentos blandos sin triturar desde el inicio de la AC y el bebé tiene que ser el protagonista.
Veamos las dudas más frecuentes que nos hacen las familias a la hora de iniciarse en el BLW con sus bebés y repasemos los conceptos básicos de este método.
Formas de empezar la alimentación complementaria
La alimentación complementaria puede ser a trozos (Baby-Led Weaning), con papillas y triturados o en formato mixto. Cada familia debe encontrar lo que le vaya a ir mejor según sus deseos y preferencias, recordando, eso sí, que la recomendación es que todos los bebés ingieran trozos como tarde a los 9-10 meses.
Beneficios del BLW
Entre las ventajas del método BLW a trozos encontramos:
- Da al bebé la oportunidad de explorar distintos sabores y texturas, facilitando así la aceptación de una mayor variedad de alimentos.
- Mejor autorregulación energética para prevenir la sobrealimentación. No se obliga al bebé a comer. Enfatiza que sea el propio niño/a quien se lleve la comida a la boca, permitiéndole así regular mejor la cantidad de comida que consume.
- Desarrollo de las habilidades motoras del bebé.
- Comida real desde el inicio: sin alimentos “especiales para bebés”, como papillas de cereales (con su correspondiente aporte de azúcares).
- El bebé disfrutará comiendo y su familia, viéndolo comer. Anima a madres y padres a compartir con sus hijos preparaciones saludables en torno a la mesa familiar, enseñándoles a alimentarse mediante el ejemplo y disfrutando juntos del momento de la comida.
- Enfoque respetuoso con el bebé: hambre-saciedad, así como de los ritmos de comida de cada niño.
- Ahorra tiempo y esfuerzo: más económico, ya que se prepara una sola comida para toda la familia. Menos estrés de padres y cuidadores, por lo tanto, puesto que tienen que preparar muy pocos alimentos exclusivamente para el bebé.
- El bebé se familiariza desde el inicio con el sabor real de los alimentos. Se promueve la adaptación del paladar a estos sabores reales.
Como dietista-nutricionista pediátrica, os diría que el beneficio que más recalco habitualmente es el hecho de que no se obliga al bebé a comer una determinada cantidad de alimento.
Seguramente tu bebé es aun muy pequeño y, si no tienes otros hijos/as más mayores quizá no te habrás dado cuenta de ello, pero el principal problema que tenemos hoy en día en nutrición infantil son las alarmantes tasas de sobrepeso y de obesidad de nuestro entorno. La obesidad infantil es un problema real de salud pública en todo el mundo. En los últimos 40 años se ha multiplicado por 10. Así que, efectivamente, se trata de implementar estrategias desde el inicio de la vida para frenar esta pandemia.
Es básico prevenir antes que curar y, en este sentido, sabemos del cierto que la lactancia materna tiene un efectivo preventivo, especialmente la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de vida, y que es básico respetar la sensación de hambre de los niños y evitar forzarles.
Entre otros beneficios que os he numerado antes, el Baby-Led Weaning aboga por este enfoque respetuoso con el mecanismo de hambre-saciedad del bebé. Y esto es mucho más importante de lo que quizá pensáis ahora. En consulta vemos a menudo pequeños/as algo más mayores que no saben discernir entre tener apetito o no tenerlo, que no saben diferenciar ambas sensaciones y que tienden a acabar siempre lo que haya dentro del plato, tengan hambre o no la tengan. De hecho, estos niños/as han perdido esta capacidad porque no se les respetó ese aspecto de bebés, así que respetar eso es importante siempre, pero básico en la primera infancia para que nuestros hijos e hijas no pierdan esta capacidad innata.
Así que, aunque todavía no existe demasiada investigación sobre el hecho de que los bebés coman por sí solos, muchos expertos coincidimos en que uno de sus beneficios principales es una mayor respuesta a la saciedad, el mecanismo que nos permite comer hasta que estamos llenos y parar antes de comer demasiado. Esto puede llevar a una mejor salud y pronóstico de peso en el futuro.
Finalmente, comer por sí solos desde muy pronto parece que ayuda a reducir el riesgo de comportamientos selectivos o exigentes en niños mayores con la comida.
Recomendaciones para el inicio del BLW
Las necesidades de hierro en el bebé aumentan de forma exponencial a partir de los 6 meses de vida y la lactancia de forma exclusiva podría empezar a ser insuficiente para cubrir los requerimientos de este mineral en el bebé. Es uno de los motivos por los que empezamos con la alimentación complementaria en esta etapa de la vida.
De forma resumida, te adelanto los conceptos básicos de cómo empezar la alimentación complementaria:
- Primero ofrecer la leche materna o adaptada y después la AC.
- No hace falta ofrecérselo todo picadito, al contrario, lo ha de poder coger con la mano, y de consistencia blanda.
- No hace falta que el bebé tenga dientes, el niño/a lo aplasta con la lengua contra el paladar.
- Ofrecer los alimentos al principio en forma de dedo o de «finger foods», a partir de los 9 meses ya saben hacer la pinza con los dedos y podemos cortarlo más pequeñito si queremos.
Cuando empezamos con los alimentos, debemos empezar a ofrecer agua al bebé. Mientras el bebé solo toma leche materna (o adaptada) a demanda no necesita beber agua, pero sí la ofrecemos, nunca en biberón e idealmente en vasito, cuando empezamos la alimentación complementaria.
Finalmente, otro aspecto básico es incluir desde el inicio alimentos ricos en hierro para evitar el riesgo de anemia. Esto significa ofrecer desde el inicio algún alimento rico en hierro como legumbre, huevo, carne blanca o pescado blanco o azul.
¿Cuándo y cómo empezar con la alimentación del bebé?
Tanto si es en formato sólido mediante Baby-Led Weaning como si es en formato triturado o papilla, ¿cuándo empezar? ¿Cómo saber si el bebé está listo/a para empezar a comer otros alimentos distintos a la leche?
Las principales entidades sanitarias de referencia recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. A partir de este momento, y manteniendo la lactancia materna hasta los 2 años o más, añadir gradualmente nuevos alimentos.
Esto no es así al azar, sino que viene marcado por el metabolismo del bebé.
¿Y por qué esperar hasta los 6 meses?
Pues porque los órganos del bebé deben tener una maduración adecuada, los bebés adquieren los factores madurativos y las destrezas psicomotoras para coger y tragar alimentos alrededor de los 6 meses y, más allá de la edad, deben cumplirse las señales necesarias para empezar (y que no es habitual que aparezcan todas antes de los 6 meses).
Estos factores madurativos o señales que debe cumplir el bebé son:
- Muestra interés por la actividad.
- Estabilidad postural. Es decir, una vez sentado en la trona o el regazo, mantiene la cabeza derecha (con soporte): el objetivo es que no se le vaya la cabeza para atrás.
- Coordinación ojos, manos y boca para ver un objeto, cogerlo y llevárselo a la boca.
- Madurez neurológica: lo vemos cuando no hay el llamado reflejo de extrusión, que es ese reflejo innato con el que el bebé hecha instintivamente el alimento hacia fuera con la lengua enseguida que roza su boquita. Habitualmente, un bebé que por sí solo se lleva alimentos a la boca no tiene dicho reflejo, sino ya no lo haría.
- Madurez gastrointestinal y renal. Este aspecto damos por hecho que así es cuando el bebé llega a los 6 meses, a no ser que el pediatra nos indique lo contrario o que se trate de un bebé prematuro (con el que tendríamos en cuenta su edad corregida).
Hay muchos motivos para esperar, así que vale la pena tener paciencia para que el bebé cumpla los 6 meses y adquiera todos estos requisitos en su desarrollo.
Cuando hablamos de los 6 meses nos referimos al sexto mes del bebé, no al día en el que el bebé cumple 6 meses, sino que todos los días que van desde el sexto hasta el séptimo mes son los 6 meses del bebé. Y tan normal es que un bebé esté listo para empezar justo a los 6 como que no lo esté hasta los 6 meses y 3 semanas, por ejemplo. Algo fascinante en estas edades es que en pocos días evolucionan rápido, así que no te preocupes si, por ejemplo, ves que tu peque aun no tiene la estabilidad postural suficiente llegados los 6 meses, es posible que con unos días o semanas más esté listo/a para empezar la alimentación complementaria.
¿Por dónde empezamos? ¿Qué orden debo seguir para introducir alimentos?
Este es el aspecto que la evidencia científica actual ha hecho cambiar más en los últimos años.
Durante muchos años, y aún se sigue haciendo, en la consulta del pediatra se daba un calendario fijo de incorporación de alimentos: se empezaba por la fruta y los cereales sin gluten, después la verdura, etc. Y es curioso porque no había una evidencia científica detrás, así que se hacía según el criterio del pediatra y según la zona de residencia. Realmente no tenía mucho sentido.
Ahora sabemos que no hay un orden establecido en la introducción de los alimentos y que retrasar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos no previene alergias. Con precaución, se podrán introducir desde el principio.
Así pues, en cuanto a la pregunta de cómo empezar, hay que saber que debemos incorporar los alimentos de forma lenta y en pequeñas cantidades para que se vaya acostumbrando y aprendiendo, introduciendo de uno en uno y más paulatinamente los alimentos potencialmente alergénicos, como pescado, gluten o huevo, aunque se pueden incorporar también ya desde el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses del bebé.
Precauciones a tener en cuenta
Otro de los aspectos que más inquietud genera a muchas familias: las normas de seguridad básicas y qué debemos de tener siempre presente para evitar atragantamientos.
En este sentido, el primer mensaje que quiero trasladarte es un mensaje de tranquilidad. Los estudios concluyen que no hay mayor riesgo de atragantamiento en el BLW respecto a la alimentación con triturados. Debemos tener presente que hay alimentos que debemos evitar por riesgo de atragantamiento, pero es igual o más importante tener presentes las normas básicas de seguridad para evitar sustos.
Algunos consejos son fundamentales, como, por ejemplo, estar siempre atentos al bebé durante las comidas. Dejarlo que coma solo, pero no dejarlo nunca solo mientras come. Es básico también no forzarle, en todos los sentidos, dejar que sea el bebé el que se lleve el alimento a la boca, ya que nos indica que está preparado/a para ello. No atarle en la trona, no distraerle, hacer que el bebé coma siempre sentado y derecho, no en una hamaca tumbado por ejemplo, sin distracciones como pantallas, siempre acompañando al bebé y, si lo crees necesario, formarte en primeros auxilios si con ello os vais a quedar más tranquilos.
Alimentos a evitar antes del primer año de vida del bebé (o incluso más)
Hay alimentos que no podremos ofrecer aún al bebé con el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses de vida. Y estos alimentos son:
- A partir de los 9-10 meses (no antes): se pueden ofrecer pequeñas cantidades de yogur natural o queso tierno bajo en sal. Luego tenemos una serie de alimentos que debemos evitar antes del año de vida del bebé:
- Leche de vaca como tal nunca daremos hasta el año de vida. Si el bebé sigue con lactancia materna llegados a este punto, lo cual sería ideal, no necesita otros lácteos.
- Acelgas, espinacas y borraja por su contenido en nitratos.
- Cabezas de gambas, langostinos y similares, por la presencia de otro metal pesado, el cadmio.
- Sal, azúcar y edulcorantes, de hecho cuanto más tiempo los evitemos mejor, pero sobre todo evitarlos al 100% hasta el año de vida.
- Hinojo u otras infusiones hay que evitarlas también y no dar ningún tipo de infusión en general a los bebés, ya que tienen efectos farmacológicos también y no hay evidencia sobre su seguridad.
- Debemos evitar también en bebés las algas, por su elevado contenido en yodo.
- Alimentos ultraprocesados, ricos en sal, azúcar o grasa. Por supuesto, igual que sal, azúcar y edulcorantes he dicho antes, cuando más tarde el bebé tome su primer alimento ultraprocesado, mucho mejor. Por ejemplo, cuanto más tarde pruebe el embutido, mejor. Y si es nunca, pues fantástico.
- El consumo de miel. No solo por el propio sabor dulce de la miel, evidentemente, sino porque es un producto que tiene riesgo de producir una intoxicación por botulismo, que es una enfermedad muy grave en niños pequeños.
- Frutos secos ENTEROS. Recuerda que enteros debemos evitarlos hasta incluso los 3 o 5 años, pero no por ello un bebé no los puede comer, triturados o en formato crema podemos ofrecer frutos secos desde el inicio.
- Bebidas y tortitas de arroz hasta los 6 años por su contenido en arsénico, otro metal pesado.
- No es muy habitual en nuestro entorno, pero ten en cuenta evitar también la carne de caza cazada con munición de plomo.
- Y, para terminar esta lista, quizá el que más tienes que recordar porque habrá que evitar durante más tiempo: las especies de pescado con alto contenido en mercurio a evitar hasta (atención) los 10 años. Estas especies con alto contenido en mercurio son, según la última lista oficial de la AESAN de 2019, pez espada, emperador, atún rojo, tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y lucio.
Mejores alimentos para empezar
A pesar de que antes se daba un calendario fijo de incorporación de alimentos, ahora se sabe con evidencia científica que no hay un orden establecido en la incorporación de alimentos en la AC del bebé. Ahora también sabemos que retrasar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos no previene alergias, por lo que podemos incorporarlos también desde los 6 meses si sabemos cómo.
A partir de aquí, el primer alimento que ofrezcas al bebé lo decides tu: es correcto que el primero sea, por ejemplo, una fresa o que sea un pescado azul como el salmón, teniendo en cuenta, eso sí, que el pescado es un alimento potencialmente alergénico.
A mí me gusta recomendarles a las familias que empiecen por un alimento saludable habitual en la dieta familiar, algo que coma habitualmente la mamá y que el bebé ya se haya expuesto a su sabor durante el embarazo con la ingesta de líquido amniótico y durante la lactancia materna. Líquido amniótico y leche materna cambian de sabor según la alimentación de la madre, así que para el bebé ya serán alimentos familiares también. Que sea un alimento saludable, habitual en la dieta familiar, que os de confianza como familia y que esté de temporada, no es lo mismo empezar en primavera que en otoño, ¿estáis de acuerdo?
Otras recomendaciones
El BLW no sustituye la leche materna o adaptada. El BLW complementa a la leche (no al revés) y se continúa con la lactancia materna a demanda. Es decir, el BLW es un período de transición o de aprendizaje del bebé hacia la alimentación complementaria (AC), pero no es una sustitución de la lactancia. Por este motivo no hablamos de “destete”, sino de “complementar”. La leche materna debe suponer el alimento principal para el bebé al menos hasta el primer año de vida. Por eso decimos que los bebés de menos de 1 año son lactantes, porque su alimento principal es, y debe seguir siendo como hasta ahora, la leche materna o adaptada.
Es un periodo de transición y de aprendizaje. Efectivamente pues, el objetivo del BLW no es un objetivo nutricional (para eso seguimos teniendo la leche), sino de aprendizaje. Más allá de la nutrición, los dos objetivos primordiales de esta etapa son: que el bebé disfrute comiendo y que sus preferencias gustativas se decanten hacia alimentos saludables.
El bebé sigue comiendo a demanda. Como la lactancia materna, el bebé come a demanda: es decir, el niño/a decide cuándo quiere comer, a qué velocidad y qué cantidad. No hay ni tiene que haber horarios marcados aún. Piensa que no hablamos de “desayuno, media mañana, comida, merienda y cena” hasta el año, aproximadamente. En AC y BLW podemos hablar de cuántas veces al día ofrecemos al bebé otros alimentos diferentes a la leche, pero el ritmo final nos lo marca cada bebé.
Comer juntos y lo mismo, con pequeñas adaptaciones. El bebé come sentado en la mesa con el resto de la familia: muy importante que coma por imitación, porque es un refuerzo para su aprendizaje. Además de juntos, intentamos comer siempre lo mismo. Se le ofrece la misma comida que come el resto de la familia: no se hace una comida especial para el bebé y, así, come gran variedad de alimentos desde el inicio de la AC. Eso sí, con pequeñas adaptaciones. Por ejemplo, es fundamental no agregar nada de sal en la dieta del bebé o tener en cuenta los alimentos aún no introducidos.
No hace falta ofrecerle todo picadito. Si cortamos los alimentos en trozos demasiado pequeños, nuestro peque no los va a saber gestionar. Por ello debemos ofrecer los alimentos al principio en forma de dedo o de «finger foods», suficientemente largos para que sea capaz de cogerlos con su manita. A partir de los 9-10 meses ya saben hacer la pinza con los dedos y es entonces cuando podríamos ofrecer trozos más pequeñitos al bebé.
¿Es el BLW apto para todos los bebés? Puede haber casos de bebés en los que tengamos que esperar más para empezar o con más dificultades: por ejemplo, puede pasar con bebés alimentados con leche adaptada (no acostumbrados al cambio de sabor de la leche y a menudo no alimentados a demanda), bebés prematuros, con trastornos neuromusculares, del desarrollo u otras condiciones médicas. O, simplemente, aunque sean sanos y a término, bebés que no han mostrado los signos de desarrollo necesarios para empezar a los 6 meses y quizá no los desarrollan hasta los 6 meses y medio o hasta los 7 meses
Principales dudas de los padres sobre la alimentación de sus bebés
Algunas de las dudas más frecuentes que suelen plantear los padres son, por ejemplo, si es recomendable o no adelantar el inicio de la alimentación complementaria a los 4 meses según el peso del bebé o atrasarlo más allá de los 6 meses de vida si creen que aún no está preparado/a para empezar. El momento de inicio crea mucha incertidumbre, así que preguntan a menudo cómo saber que el bebé está preparado para comenzar, qué alimentos deben ofrecer primero y de qué manera. También es frecuente que duden sobre las cantidades, saber si el bebé estará comiendo lo suficiente para cubrir sus necesidades o cómo deben ser sus primeros bocados
FUENTE: https://www.centrojuliafarre.es/blog/alimentacion-complementaria-blw/