Según sus estudios de menús escolares, no se cumplen las recomendaciones de alimentación, sino que se abusa de hidratos y precocinados, mientras que se toma menos verdura, legumbres y fruta.
La vuelta al cole supone, para muchos niños, el regreso a los comedores escolares. Un hecho que puede suponer, en algunos casos, una mala alimentación. Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios apoyado en el Ministerio de Consumo, analizó, el pasado año, 622 menús escolares diferentes enviados por familias de toda España. Es más, ninguno de los menús analizados cumplía las recomendaciones consensuadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el Ministerio de Educación y las consejerías de Sanidad y Educación.
OCU saca tres claras conclusiones:
– En general, los resultados del estudio de menús escolares estaban lejos de cumplir las recomendaciones sobre alimentación infantil.
– El precio del comedor, uno de los más importantes de todo el curso, depende sobre todo del tipo de colegio, pero no afecta a la calidad: los menús mejores y más completos no eran los más caros.
– Solo 1 de cada 3 menús se cocina directamente en el centro, mientras que más de la mitad recurren a servicios de catering, sobre todo línea fría: son menús elaborados por empresas externas y que llegan al centro para ser calentadas. Estos son los que pores resultados arrojan, mientras que en conjunto los fallos son menos en los casos en que se cocina directamente en el mismo centro.
«El exceso más habitual son los platos a base de hidratos de carbono, como el arroz, la pasta o las patatas, por el desequilibrio que genera frente a otros alimentos básicos, como las legumbres, que deberían estar presentes en el menú al menos 1,5 veces a la semana (6 veces al mes)», apuntan.
«Otro alimento demasiado presente son los precocinados, como las croquetas o las empanadillas, bien recibidos por los escolares, pero con una calidad nutricional baja y que sustituye a otros alimentos proteicos más interesantes, como los huevos o el pescado azul. Los niños deberían tomar huevos al menos una vez a la semana; los precocinados, como máximo, una vez cada 15 días», explican desde OCU.
Aunque las medias de consumo de verduras son adecuadas, casi siempre se elaboran en forma de puré (46%) o de ensaladas (43%). Habría que ofrecer más verdura entera, a ser posible de temporada, apuntan los expertos.
La carne, junto al pescado y los huevos, constituyen la fuente proteica de la dieta de los escolares. La carne debe estar presente una o dos veces por semana, limitando el embutido (salchichas, chorizo, etc.) por su excesiva grasa y sal.
En cuanto al pescado, lo ideal es alternar el blanco y azul a partes iguales (el azul supone solo el 22%), con preferencia por los pescados de pequeño tamaño que no presentan problemas de mercurio.
En el postre debería haber siempre o casi siempre fruta fresca y procurando variar, no solo manzana, pera o plátano, que es lo habitual. Los yogures y postres azucarados no más de una vez a la semana.
Los peores resultados, cuando se cocina fuera del centro
No se observan diferencias de calidad en los menús según el tipo de centro o el coste del menú, que varía entre los 96 €/mes de los públicos y los 146 €/mes de los privados. Pero sí en función de dónde se cocinan: hasta un 55% de los menús son muy desequilibrados cuando llegan, ya preparados y calientes, desde una empresa externa, la llamada línea caliente. Cuando el envío se realiza en frío, los resultados no son mucho mejores: el 46% de los menús tampoco cumplen las recomendaciones para la mitad de los ocho grupos de alimentos principales. Los resultados menos malos se dan cuando hay una cocina en el centro escolar: ‘solo’ el 39% de los menús son muy desequilibrados.
En un país con un 40% de niños y niñas con sobrepeso, urge aprobar el Real Decreto de Alimentación Escolar, consensuado desde 2010 por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el Ministerio de Educación y las consejerías de Sanidad y Educación. Modificando, eso sí, algunos aspectos: como el traslado de las patatas desde el grupo de verduras al grupo de hidratos de carbono o la inclusión obligatoria de pescado azul. Del mismo modo, OCU insta a las Consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas a impulsar las cocinas dentro de los centros escolares.
No obstante, OCU recuerda la importancia de seguir unos hábitos de vida saludables, también a través de la práctica del deporte. La OMS advierte que el 81% de los niños y adolescente no realiza al menos 60 minutos de actividad física, lo que aumenta el riesgo de sufrir diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Es preocupante que los menús escolares no cumplan con las recomendaciones nutricionales básicas. En un país con altos índices de sobrepeso infantil, resulta alarmante el predominio de hidratos y precocinados en lugar de opciones más nutritivas, como legumbres, verduras y pescado. Que solo una minoría de los menús sea elaborada en el propio centro también afecta la calidad. Es urgente mejorar la alimentación en las escuelas para garantizar el desarrollo y bienestar de los niños.
Es alarmante que los resultados de estos análisis no salgan como es debido, miles de familias confían a sus hijos a los comedores escolares porque creen que es la mejor opción para que sus pequeños obtengan una dieta variada y saludable. Tras este artículo se deja ver como a estas alturas falta mucho por mejorar, en especial el menú, la falta de verduras, legumbres, etc.