La dieta mediterránea, la cual se centra básicamente en el consumo de aceite de oliva virgen extra como grasa principal y en una presencia relevante de cereales, verduras y hortalizas, pescado, huevos y lácteos, ha recibido una gran atención a nivel mundial con el paso de los años.
Ahora bien, hay otra dieta supersaludable que a menudo pasa desapercibida y no debería ser así. Se trata de la dieta Okinawa (isla situada frente a las costa de Japón), repleta de alimentos de origen vegetal, antiinflamatoria y rica en antioxidantes y fitoquímicos, compuestos vegetales beneficiosos para la salud.
De hecho, la dieta tradicional de este territorio se encuentra estrechamente vinculada a una mayor longevidad con respecto a los hábitos alimentarios de otras partes del mundo. Según los datos revelados por Science Direct, 68 de cada 100.000 habitantes de Okinawa tienen más de 100 años.
Siempre me ha sorprendido como los japoneses parecen tan jóvenes y tienen tan buena salud a edades ya avanzadas. Es increíble la gran diferencia que puede hacer un alimento fresco de uno que no lo es.
Es impresionante como tres acciones tan simples como priorizar los alimentos frescos y locales, excluir los procesados y evitar las calorías impactan tanto en la longevidad y el buen estado de salud tanto físico como mental de las personas. A su vez, esto va de la mano de incorporar buenos hábitos. La combinación de ambas mejora nuestra salud a largo plazo.