La comida picante está cada día más presente en nuestros platos. Los alimentos picantes procedentes de otras latitudes ganan adeptos en Europa y España. Sin embargo, en nuestra gastronomía son muy comunes productos que tienen ese efecto picante, como el ajo, la cebolla o el pimiento, que los españoles utilizamos casi a diario. Asimismo, algunas recomendaciones de los especialistas incluyen al picante cuando sus pacientes sufren hipertensión u obesidad.
Sin embargo, existe también literatura sobre los daños que puede provocar, fundamentalmente acidez e irritación. Algunos estudios realizados en la población asiática, con un consumo mucho más elevado que en occidente, han apuntado un posible aumento del riesgo de cáncer de estómago.
Los últimos estudios ofrecen resultados muy positivos de las consecuencias en el peso corporal de la capsaicina, uno de los principales componentes del picante, como destaca Guadalupe Blay: “Nos dicen que aumenta el gasto energético, acelera el metabolismo y ayuda a perder peso. También aumenta la sensación de saciedad”. Según Patricia Yárnoz, se ha demostrado que ese gasto energético es a expensas del tejido graso, “en lugar del músculo o del agua”.
Otra de las ventajas es su poder antiinflamatorio: “Se ha visto que activa la circulación y disminuye la inflamación de las arterias”, apunta Blay. En este sentido, Yárnoz añade que tiene un papel beneficioso en la disminución de los radicales libres, “lo que ayuda en el envejecimiento”.
Aun así, la nutricionista de la CUN matiza que nadie vive solo de un alimento: “No es lo mismo si uno fuma o no, si vive en el campo o en la ciudad o si sigue una alimentación sana y equilibrada”. Los estudios tienen líneas a veces contradictorias, pero está demostrado que los alimentos picantes influyen en la producción de ácidos y pueden perjudicar a las personas con reflujo gastroensofágico. Tampoco se recomienda en personas con úlceras y hemorroides por sus consecuencias irritativas.
“En pacientes con determinados problemas, como úlceras, aumenta el riesgo de cáncer de estómago, pero no está claro si está asociado solo al consumo de picante, o como sucede en las poblaciones asiáticas, se debe a que la comida está a temperaturas muy altas cuando se ingiere o a la forma de cocinar”, comenta Patricia Yárnoz, quien advierte también de que estas sustancias retrasan la digestión, “así que no lo aconsejaría a quienes tienen tendencia a digestiones pesadas”.
En cuanto a la frecuencia, ambas expertas consideran que las personas sanas pueden tomar sustancias picantes prácticamente a diario si se hace en el contexto de una alimentación equilibrada y como sustito de la sal, que en nuestro país se ingiere en exceso.
De todas formas, no es lo mismo las comidas que se cocinan en casa que las que vienen ya preparadas: “El problema es que muchas veces tomamos alimentos que se compran procesados, que no se hacen en casa, y que además del picante, llevan sal”, avisa Patricia Yárnoz.
Fuente: ¿Es bueno comer comida picante? Beneficios e inconvenientes
Después de leer esta noticia, no me queda del todo claro si es bueno o malo comer picante. Lo que si que se que como la mayoría de alimentos no es bueno abusar de ellos, así que si como dice el artículo si hacemos un buen uso del picante y en las cantidades adecuadas no debería de ser perjudicial pero siempre hay que tener en cuenta a las personas que padecen alguna enfermedad ya que para ellos no sería tan bueno.
Siento que es una noticia ligeramente incompleta, aun así puedo extraer que tiene ciertos beneficios así como incomvenientes y que por lo tanto esta bien comerlo siempre que no abuses. La verdad es que se me hace muy curioso la cultura alrededor del picante y como ella nos hace más tolerante o menos al picante, tres ejemplos de culturas muy acostumbradas a este sabor sería Corea, México y la Índia, sin emargo creo que europa se aleja un poco de esta costumbre. Eso sí, nunca había pensado en la cebolla o en el ajo como algo picante, aunque tiene sentido.
La falta de información clara y precisa sobre los efectos del picante en la salud resulta preocupante. Aunque algunos estudios sugieren beneficios, otros alertan sobre riesgos, como irritación gástrica y posibles vínculos con el cáncer de estómago. La inconsistencia de los estudios y la falta de contextualización adecuada dejan dudas sobre sus efectos reales, especialmente cuando se consumen en exceso o en productos procesados. Esto hace que la recomendación del picante sea poco confiable y potencialmente peligrosa sin una mayor investigación y comprensión de sus efectos a largo plazo.
A pesar de que el picante tenga inconvenientes, a estos los opacan las ventajas y seria bueno que todos consumamos un poco a la semana. El problema es que hay personas que no lo podemos tolerar así que estaría bien que se diesen soluciones para poder consumirlos