¿Cómo hemos cambiado los españoles en cuanto a nuestros hábitos alimenticios en los últimos diez años? ¿Qué novedades se han introducido en los desayunos, comidas y cenas? ¿Somos más sostenibles ahora?
“La verdad es que hemos cambiado nuestros hábitos alimentarios y mucho más de los que pensamos”, señala la nutricionista Laura González. Los resultados del Observatorio Nestlé demuestran que el tipo de desayuno o la ingesta de cierto tipo de alimentos que hace diez años eran muy escasos en la dieta, ahora se han vuelto una normalidad.
“Un 40 % de los españoles dice comer menos pan, también un 34 % toma leche en menor cantidad y el agua pasa a considerarse la bebida principal”, sostiene la experta.
Cambios en el desayuno
Se han incorporado nuevas alternativas y la fruta se ha convertido en la segunda opción, tras la tostada y la leche o café, como alimentos favoritos de los españoles para el desayuno.
Mientras que hace diez años solo un 7 % tomaba fruta en la primera comida del día, hoy asciende al 20 por ciento.
Entre otros desayunos que han aumentado su consumo destacan los formados por aguacate o el bol de yogurt con cereales y frutas de temporada.
A la hora de comer también es diferente
“Hoy, a diferencia de hace diez años, uno de cada cuatro españoles opta por un plano único durante la comida en lugar de varios platos como venía siendo habitual”, afirma la experta.
El estudio ha revelado que un 25 % solía incluir carne a menudo en sus comidas y a día de hoy, ese 25 % es el que intenta evitarla.
Además, casi la mitad de los españoles afirma consumir más verduras y hortalizas que hace una década y el 35 % asegura incluir más legumbres en sus dietas.
Cambios en las cenas y las comidas entre horas
“En las cenas más del 20 % de los españoles optan por platos rápidos y cenas escasas, sin embargo, tenemos que rechazar la idea de que las cenas basadas únicamente en yogurt y frutas son lo más recomendado”, aconseja la nutricionista.
Como postre, el preferido es la fruta o el yogurt natural. Además, el 20 % de españoles que prefería dulce como postre tras la comida o la cena, hoy se ha reducido a un 8 %.
Por otro lado, el picoteo entre horas es algo que se mantiene en nuestras rutinas.
Se trata de una costumbre muy arraigada y a pesar de que se hable de el como un mal hábito, es verdad que puede llegar a ser muy nutritivo si sabemos que opciones saludables existen como los frutos secos o los palitos de zanahorias.
Puede ser que este cambio de los españoles respecto a la comida se vea influenciado porque cada vez se le dé más importancia a la educación alimentaria. Esta educación promulga el consumo de frutas y verduras, aconsejando así evitar los cereales procesados en el desayuno o el exceso de carne en la comida. Por otra parte no sabía que el consumo moderado de chocolate como postre puede ser muy nutritivo.
Este articulo me ha parecido bastante entretenido a la vez que interesante, nos trata de explicar como la sociedad española ha ido cambiando sus hábitos alimenticios con el paso de los años, la nutricionista Laura González señala que alimentos de hace una década atrás eran escasos a comparación a día de hoy, comidas básicas como el pan y la leche han pasado a ser menos consumidas por las familias españolas, mientras que la fruta, yogures y los cereales han aumentado bastante más a como era hace 10 años. ¿Será que estos alientos salen más económicos que la leche y el pan? ¿O acaso gustan más? También nos dice que el 25% de la población solía añadir carnes en sus comidas mientras que a día de hoy ese mismo porcentaje prefiere evitarla al igual que afirma que ahora mismo se consume más verduras y hortalizas que hace 10 años, nos aconseja que a la hora de cenar no optemos por cenas ligeras (yogurt o fruta). ¿Acaso toda la población española cumplirá con todo lo que Laura dicta en este artículo? Sobre todo si queremos picotear algo nos recomienda optar por opciones saludables como frutos secos o palitos de zanahoria o apio.
¡Muy interesante el artículo! Me parece genial que estemos avanzando hacia hábitos más saludables, como incluir más frutas y verduras en la dieta o reducir el consumo de carne. Sin embargo, creo que todavía falta educación sobre cenas equilibradas.