El informe de Mintel (una agencia de investigación de mercado que se especializa en el análisis de tendencias de consumo) titulado ‘Tendencias de Consumo 2025’, analiza cómo el comportamiento del consumidor en lo referente a alimentación y bebidas, se encuentra en plena transformación. Los consumidores buscan un equilibrio entre bienestar, sostenibilidad y personalización, con un interés creciente en las recetas de cocina simples y productos estéticamente atractivos.
Según la consultora, la industria de la alimentación y las bebidas está viviendo una revolución que está impulsada por una serie de cambios significativos en lo referente a las expectativas de los consumidores que buscan, sobre todo, un equilibrio entre el bienestar, las experiencias sensoriales, la sostenibilidad y la personalización. Las marcas alimentarias que logren adaptarse a estas expectativas tendrán la oportunidad de conectar de un modo más profundo con sus clientes generando lealtad y satisfacción.
Sobre la relación de las personas con la cocina y el hogar, Mintel explica que ha cambiado notablemente en los últimos años, y en especial a raíz de la pandemia, que transformó los hogares en centros multifuncionales. Las cocinas están más allá de ser espacios para preparar la comida, se han convertido en espacios de creatividad y expresión personal. Destaca la tendencia de exaltar los pequeños momentos de la vida cotidiana, que se refleja en la preferencia por productos de cocina estéticamente atractivos, como los utensilios de cocina o las vajillas de diseño, que invitan a disfrutar del acto de cocinar.
Esta búsqueda de la autenticidad se refleja también en la popularidad de las recetas simples, básicas y hogareñas, que contrastan con la sofisticación de la alta cocina. Las marcas han empezado a celebrar la imperfección y la simplicidad de la cocina casera, como muestra la campaña de The Kitchen Elements, que promueve aceptar y disfrutar de las comidas cotidianas sin la presión de intentar seguir o emular los estándares perfectos que se pueden apreciar en los programas de cocina.
El sector de las bebidas también está experimentando un cambio importante en lo referente a las preferencias de los consumidores, que valoran tanto las propiedades funcionales de las bebidas como la experiencia que ofrece la degustación. En el año 2025 los consumidores buscarán bebidas que no sólo satisfagan sus necesidades de hidratación y energía, también que les proporcionen unos momentos placenteros y de relajación.
La sostenibilidad es un aspecto importante en las decisiones de compra de los consumidores, y la industria alimentaria lo sabe. Los consumidores son cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus elecciones alimentarias, por lo que buscan productos alimenticios que respeten el medio ambiente y promuevan un estilo de vida más sostenible, esta es una tendencia que tendrá mayor calado el próximo año. Hace unos años no era así, recordemos que un estudio realizado por Klaus Grunert, profesor de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), concluía que el precio y el valor nutricional de los alimentos estaban por encima de la sostenibilidad.
Otra tendencia creciente es el interés por reducir el desperdicio alimentario y adoptar dietas más sostenibles, esto ha propiciado el auge de los productos locales, éticos y ecológicos, algo que se complementa con el creciente interés por las opciones plant-based, es decir, productos elaborados 100% con ingredientes vegetales que imitan a los alimentos de origen animal, respondiendo a la necesidad de reducir el consumo de productos alimenticios de origen animal.
El informe apunta que más allá de los aspectos prácticos, la alimentación sigue siendo un elemento clave en la creación de conexiones sociales y emocionales. A medida que las reuniones en el hogar se reactivan, la comida y las bebidas se convierten en el centro de esos encuentros, destacando la importancia de compartir momentos con seres queridos en un entorno íntimo y relajado. Los consumidores buscan que los alimentos y las bebidas que eligen, sean una extensión de su identidad y de los valores que desean expresar, algo que ha impulsado a muchas marcas a adoptar un enfoque distinto en sus estrategias de marketing, procurando conectar sus productos con historias que tengan un calado emocional en sus audiencias.
Es evidente que en 2025 seguirán tendencias que están establecidas en el presente, alimentación y gastronomía no sólo seguirán siendo una necesidad básica, también una fuente de bienestar, una expresión personal y una conexión social. Las marcas que entiendan esta evolución hacia una gastronomía más consciente y personalizada, podrán adaptarse a las expectativas de consumidores que valoran tanto la calidad y la funcionalidad de los productos como las experiencias emocionales que les brindan. Para la industria alimentaria la clave será encontrar el equilibrio entre lo práctico y lo emocional, proporcionando productos y experiencias que enriquezcan la vida de las personas de un modo significativo.
Me ha parecido muy interesante el informe de Mintel, ya que habla de cómo las tendencias provocan cambios en las personas. Y también, comenta cómo la comida no es solo algo material, sino que también puede llegar a ser algo sentimental.