Nunca antes el impacto de la alimentación en la salud humana había sido tan estudiado como ahora. En un mundo donde las tasas de enfermedades crónicas como la obesidad, el cáncer, la diabetes y las patologías cardiovasculares siguen aumentando, la relación entre la dieta y nuestro bienestar es, sin duda, un tema central.
En este contexto, la química de alimentos se presenta como un campo de conocimiento crucial.
De la pasteurización a nuestros días
La química de alimentos es una rama de la química que se centra en el estudio de la composición, las propiedades sensoriales, la transformación y la seguridad de lo que comemos, así como su efecto en el organismo a nivel molecular.
Así ayuda la IA a conservar aguacates o a detectar hongos patógenos
Todas estas grandes cantidades de datos han permitido entrenar modelos de IA capaces de resolver tareas relacionadas como la conservación de alimentos, la detección de contaminantes o la predicción de las propiedades organolépticas de compuestos, entre otras.
Por poner unos ejemplos, recientemente se han implementado modelos de IA en la conservación de productos como el aguacate, donde el análisis de imágenes hiperespectrales (es decir, análisis de todos los “colores” o frecuencias del espectro electromagnético en una imagen, píxel a píxel) mediante IA permite evaluar su frescura sin manipularlo.
En cuanto a la detección de contaminantes, los algoritmos conocidos como “narices robóticas” han resultado muy útiles en la detección de micotoxinas, un tipo de hongo patógeno que puede estar presente en carne, pescado, leche o café.
En el ámbito culinario, cada vez son más populares los algoritmos capaces de crear recetas personalizadas para cada usuario. Y otros sistemas, por último, han sido desarrollados para predecir el grado de sabor umami de un alimento.
Me parece muy interesante saber como podemos utilizar los avances tecnológicos para beneficiar nuestra salud utilizando la química de alimentos para detectar patógenos y disminuir la tasa de enfermedades crónicas. Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial puede llegar a tener muchos inconvenientes a largo plazo en nuestra sociedad por lo tanto, habría que ver si realmente compensa su uso.
Es fascinante cómo la inteligencia artificial está transformando la industria alimentaria, desde ayudar a conservar alimentos mediante sensores, hasta personalizando recetas según las necesidades de cada persona. Además la posibilidad de identificar compuestos con propiedades antitumorales es muy prometedora, tanto para avanzar en salud como para mejorar y entender la relación dieta-enfermedades y poder prevenirlas.
Además su uso puede usarse para optimizar la conservación de productos perecederos, lo que podría ayudar a reducir las cantidades de desperdicio alimentario, ayudando a mejorar la sostenibilidad.