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El lado oscuro de Nutriscore: así lo burlan las empresas

El Nutriscore es un sistema de etiquetado frontal destinado a facilitar a los usuarios una información nutricional clara. Este actúa, según palabras de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “como un semáforo nutricional: es un sistema de clasificación de 5 letras y colores, en el que la A de color verde oscuro es la opción más saludable y la E roja la peor, pasando por la B, C y D”.

Esto significa, pues, que un sistema que nació con el objetivo de facilitar al consumidor la información necesaria sobre la calidad de los productos que consume, puede resultar confuso si no se sabe interpretar. De hecho, según señala Lurueña, “es cierto que lo intuitivo es comparar de forma absoluta, de modo que se ha visto que no acaba de funcionar de forma intuitiva”.

Además, como suele ocurrir, hecha la ley, hecha la trampa. De modo que “los fabricantes no dejan de encontrar recovecos para obtener una puntuación favorable en Nutriscore”, cosa que hace que nos encontremos productos que a todas luces no son saludables –tampoco si los comparamos con otros de la misma categoría– y que, sin embargo, tienen puntuaciones de A y B en este sistema. Es el caso, por ejemplo, de algunos cereales de desayuno infantiles, con un altísimo contenido en azúcares, que consiguen buenas puntuaciones en Nutriscore aplicando algunas modificaciones en su composición. Lo explica Lurueña: “Este sistema establece que hay elementos que puntúan de forma negativa. Son calorías, azúcares, grasas saturadas y sal. Por el contrario, los que puntúan de forma positiva son frutas y verduras, fibra, proteínas y frutos secos”. Por tanto, para calcular la puntuación final en Nutriscore se hacen cálculos de la puntuación positiva y negativa y se obtiene una nota final, que es la que da lugar a la letra y el color correspondientes en el semáforo.

Teniendo en cuenta este sistema, es fácil entender cómo algunas empresas consiguen jugar con los puntos positivos y negativos “prácticamente al milímetro” para obtener una buena puntuación. “Dado que las puntuaciones son públicas, algunas empresas calculan cuánto azúcar exacto hay que quitar para rebajar los puntos negativos o cuánta fibra hay que añadir para conseguir enmascarar la puntuación negativa del azúcar”, explica el experto. Este juego permite, pues, reducir de aquí y añadir de allá para conseguir una buena puntuación, sin que eso signifique por fuerza que nos encontramos ante un alimento saludable.

Food and nutrition labelling claims Nutri Score

2 comentarios

  1. El Nutriscore, aunque diseñado para simplificar la información nutricional, se presta a manipulaciones por parte de los fabricantes, que ajustan ingredientes para obtener puntuaciones altas sin que los productos sean realmente saludables. Esto demuestra que el sistema, lejos de ser totalmente intuitivo, es susceptible a distorsiones que engañan al consumidor.

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