El Instituto Agroalimentario de Aragón impulsará la investigación alimentaria y su transferencia a la industria
El ámbito agroalimentario se ha convertido en un área de importancia estratégica para la comunidad autónoma aragonesa y así lo ha manifestado el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, durante su visita al Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2), en la que ha estado acompañado por el rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López.
El Instituto Universitario de Investigación Mixto de Agroalimentación da soporte a 30 grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza y del CITA del Gobierno de Aragón, y acoge a 300 investigadores aragoneses que trabajan en todas las fases de la cadena alimentaria.
Con la reciente puesta en marcha del IA2 se quiere potenciar la investigación alimentaria y su transferencia a la industria: desde la producción de materias primas de origen vegetal y animal, su transformación industrial en alimentos, bajo criterios de calidad y seguridad alimentaria, hasta aspectos relacionados con la gastronomía, la nutrición, la salud y el consumo, teniendo en cuenta aspectos económicos, sociales y medioambientales.
A la visita a dos de las instalaciones más singulares del IA2, la Planta Piloto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (PPCTA) y al Laboratorio de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles de Aragón (campus veterinario), que se ha prolongado durante 90 minutos, han asistido también la Consejera de Innovación, Investigación y Universidad, Pilar Alegría, el Secretario General Técnico del Departamento, Fernando Beltrán, y la Directora General de Investigación e Innovación, así como los vicerrectores de Política Científica, Luis Miguel García Vinuesa, y de Transferencia e Innovación Tecnológica, Pilar Zaragoza.
El director del IA2, Rafael Pagán Tomás, (cuyo nombramiento ha sido ratificado esta mañana por la comisión rectora del IA2 para un periodo de cuatro años) ha guiado a la delegación institucional junto al decano de la Facultad de Veterinaria, Manuel Gascón, la profesora coordinadora de la Planta Piloto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, María Eugenia Venturini, el director del Laboratorio de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles de Aragón, Juan José Badiola, y el director del CITA, José Antonio Domínguez Andreu, entre otras autoridades.
Hacia la excelencia
Con la creación del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) se pretende favorecer la agregación de investigadores de prestigio procedentes de ambas entidades y su correspondiente coordinación, compartiendo experiencia, estructuras, servicios, recursos y técnicas. Ello facilitará la definición de proyectos de investigación multidisciplinares, más ambiciosos y globales, como elemento distintivo de calidad en el ámbito nacional e internacional.
Aragón ha dado un paso decisivo en la investigación de la excelencia en el ámbito agroalimentario, un área que entronca con las líneas prioritarias de las universidades del Valle del Ebro, que integran el Campus Iberus, y entre las que se encuentra el campus público aragonés.
Hasta el momento, 130 investigadores permanentes y 150 no permanentes, pertenecientes a 30 grupos de investigación reconocidos por el Gobierno de Aragón, y 22 técnicos de apoyo y administrativos, se han adherido a esta nueva estructura. Estos grupos pertenecen al CITA y a la Universidad de Zaragoza (fundamentalmente la Facultad de Veterinaria y la Escuela Politécnica Superior de Huesca, además de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de Huesca y las Facultades de Ciencias, Economía y Empresa, Medicina y la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza).
Además, también se espera contar con investigadores de la Estación Experimental de Aula Dei del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), bajo la figura de personal asociado.
Durante los últimos dos años, los grupos de investigación adheridos al IA2 han publicado más de 500 artículos en revistas internacionales, formado a 50 doctores y firmado más de 250 contratos con empresas, que junto a la captación de fondos en convocatorias públicas (regionales, nacionales y europeas), supone una media de 7 millones de euros de ingresos al año.
Planta Piloto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos
La Planta Piloto, además de contribuir a la formación de los futuros graduados en Veterinaria y Ciencia y Tecnología de los Alimentos, permite realizar investigación, desarrollo y transferencia de conocimientos para contribuir a la mejora de la calidad de los alimentos y elevar la competitividad de la industria alimentaria.
La Planta Piloto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos cuenta con una infraestructura necesaria para el procesado y control de los alimentos, en condiciones similares a las que se utiliza en las industrias agroalimentarias. En esta planta se aplican los métodos para estudiar y optimizar los procesos de elaboración de los alimentos y evaluar la influencia de diferentes parámetros en la calidad de los productos.
Sus instalaciones permiten desarrollar proyectos de I+D+I tanto públicos como privados y de ámbito regional, nacional y europeo, todos ellos de gran interés para la industria alimentaria evitando los costes derivados de la elevada cantidad de materia prima necesaria para la puesta en funcionamiento de los equipos, mano de obra y paradas productivas cuando estas actividades se realizan en la propia fábrica.
En las distintas líneas de procesado de alimentos, se evalúa e investiga sobre el efecto de las atmósferas modificadas y los envases activos en la conservación de vegetales de cuarta gama, la utilización de nuevas técnicas de extracción, como los pulsos eléctricos aplicados en la vinificación, o de procesado, como la aplicación de altas presiones hidrostáticas en la conservación de alimentos líquidos, como los zumos. En la Planta Piloto también se llevan a cabo análisis sensoriales de alimentos en una sala de catas, un paso fundamental para las industrias alimentarias antes de lanzar sus productos al mercado o a la hora de mejorarlos.
Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes
La salud pública, la sanidad animal y la seguridad de los alimentos precisan de un gran trabajo y conocimiento riguroso, un papel que desarrolla el Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Emergentes.
Este centro es el laboratorio de referencia en Aragón para investigaciones que requieran un alto grado de seguridad en el campo de la biología, la biomedicina o las ciencias veterinarias. Con una superficie construida de más de 2.000 m2, acoge un laboratorio de nivel de contención P-3, la más alta acreditación en bioseguridad de los laboratorios españoles.
En el Laboratorio se desarrollan estudios internacionales sobre enfermedades con riesgo potencial para los humanos aprovechando la experiencia acumulada en el Centro en el estudio de enfermedades transmisibles.
El Centro realiza la vigilancia e investigación de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET) en ovinos, caprinos y bovinos en España. La más conocida de estas enfermedades es la Encefalopatía espongiforme bovina, que afecta al ganado bovino y que también se ha comprobado que puede afectar al hombre.
Los científicos del centro trabajan, entre otras cuestiones, en investigación el diagnóstico de ovejas, cabras y vacas sospechosas de padecer una encefalopatía espongiforme transmisible (EET); la ejecución de los programas de vigilancia de la Comunidad Autónoma de Aragón (animales de matadero y muertos en granja); la evolución de la Encefalopatía espongiforme bovina en España durante estos 14 últimos años y la aportación de la ciencia para conseguir la casi completa erradicación de la enfermedad.
Desde este laboratorio de EEB se realiza a diario análisis de muestras de cerebro del vacuno que se ha sacrificado en los mataderos. Si una muestra diera positiva, se paralizaría la comercialización de esa res y se analizaría la ganadería de donde procede para buscar el origen de la enfermedad.
El centro ha sido designado recientemente Laboratorio internacional de referencia de la Organización Mundial para la Sanidad Animal (OIE), responsabilidad muy destacada, ya que en España sólo existen dos laboratorios en España, de otras enfermedades animales.
Efectos del Chocolate Oscuro y las Almendras en los Factores de Riesgo Cardiovascular en Individuos con Sobrepeso y Obesos: Un Ensayo de Alimentación Controlada Aleatorizado
Antecedentes: El consumo de almendras o chocolate negro y cacao tiene efectos favorables sobre los marcadores de enfermedad coronaria; sin embargo, los efectos combinados no se han evaluado en un estudio de alimentación bien controlado. El objetivo de este estudio fue examinar los efectos individuales y combinados del consumo de chocolate negro y cacao y almendras en los marcadores de riesgo de enfermedad coronaria.
Métodos y resultados: Se realizó un ensayo aleatorizado controlado, cruzado, de alimentación de 4 períodos en individuos con sobrepeso y obesos de 30 a 70 años. Cuarenta y ocho participantes fueron asignados al azar, y 31 participantes completaron todo el estudio. Cada período de dieta fue de 4 semanas de duración, seguido de un descanso de cumplimiento de 2 semanas. Los participantes consumieron cada una de las 4 dietas isocalóricas de mantenimiento de peso: (1) sin alimentos de tratamiento (dieta estadounidense promedio), (2) 42.5 g/d de almendras (dieta de almendras [ALD]), (3) 18 g/d de cacao en polvo y 43 g/d de chocolate negro (dieta de chocolate [CHOC]) o (4) los 3 alimentos (CHOC+ALD). En comparación con la dieta estadounidense promedio, el colesterol total, el colesterol de lipoproteínas de no alta densidad y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad después de la ALD fueron más bajos en un 4%, 5% y 7%, respectivamente (P<0.05). El CHOC+ALD disminuyó la apolipoproteína B en un 5% en comparación con la dieta estadounidense promedio. Para las subclases de lipoproteínas de baja densidad, en comparación con la dieta estadounidense promedio, el ALD mostró una mayor reducción en las partículas de lipoproteínas de baja densidad flotantes grandes (-5.7±2.3 versus -0.3±2.3 mg/dL; P=0.04), mientras que el CHOC+ALD tuvo una mayor disminución en pequeñas partículas densas de lipoproteínas de baja densidad (-12.0±2.8 versus -5.3±2.8 mg/dL; P=0.04). No hubo diferencias significativas entre las dietas para las medidas de salud vascular y el estrés oxidativo.
Conclusiones: Nuestros resultados demuestran que el consumo de almendras solas o combinadas con chocolate negro en condiciones de alimentación controlada mejora los perfiles lipídicos. La incorporación de almendras, chocolate negro y cacao en una dieta típica estadounidense sin exceder las necesidades energéticas puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
Registro de ensayos clínicos: URL: https://www.clinicaltrials.gov. Identificador único: NCT01882881.
Un estudio demuestra que una hormona presente en la leche materna es clave para regular el metabolismo de los neonatos
Un equipo científico liderado por el catedrático Francesc Villarroya, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Barcelona (UB), en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn, dependiente del Instituto de Salud Carlos III) y con el Instituto Danone, ha demostrado que un compuesto presente en la leche materna, llamado factor de crecimiento fibroblástico 21 (FGF21), desempeña un papel clave en la absorción de nutrientes y la regulación de la función intestinal de los recién nacidos, y contribuye a mejorar su crecimiento durante las primeras semanas de vida, así como su perfil metabólico.
Esta es la principal conclusión del proyecto Estudio de FGF21 como nuevo factor presente en la leche, implicado en los efectos beneficiosos de la lactancia materna, que se enmarca en el programa de investigación de excelencia RecerCaixa, impulsado por la Obra Social La Caixa en colaboración con la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP). Los resultados del proyecto se han publicado en la revista Scientific Reports, del grupo Nature.
La FGF21 es una hormona producida por el hígado que está presente en el cuerpo humano de forma natural; aunque en algunas personas es más activa que en otras. Hasta ahora se conocía su acción favorable sobre el metabolismo de las grasas y la absorción del azúcar; por lo que se le atribuían propiedades antidiabéticas y antiobesidad. La investigación liderada por el Dr. Villarroya, que también es director del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB), ha demostrado que, al pasar al recién nacido a través de la leche materna, la hormona FGF21 actúa sobre el intestino, donde estimula la producción de enzimas que favorecen la absorción de la lactosa y de otras hormonas gastrointestinales que ayudan a asimilar correctamente los nutrientes.
El resultado es que los recién nacidos presentan un mejor perfil metabólico y un desarrollo superior en un 25 % al de los recién nacidos que no reciben este compuesto. Para llegar a esta conclusión, los investigadores han utilizado animales de laboratorio, en los que han observado las diferencias entre un grupo de recién nacidos que recibía leche natural de la madre y otro que también recibía leche de su madre de la que se había eliminado la hormona FGF21.
En un estudio anterior que se llevó a cabo en colaboración con el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, el equipo del Dr. Villarroya comprobó que la FGF21 está casi ausente del feto, y que su producción en los recién nacidos se activa cuando estos reciben la leche materna, lo que confirma la importancia que tiene su ingesta. A partir de estos resultados, los autores del estudio se proponen investigar a más largo plazo —hasta la adolescencia— los efectos sobre el metabolismo de haber estado expuesto o no a la FGF21. Asimismo se estudiará si este factor está presente, y en qué porcentaje, en las leches artificiales destinadas a la lactancia, a fin de mejorar su composición.
Efectos de la margarina en comparación con los de la mantequilla en los perfiles de lípidos en sangre relacionados con factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en adultos normolipémicos alimentados con dietas controladas
Los efectos de la mantequilla y 2 tipos de margarina en las concentraciones de lípidos y lipoproteínas en la sangre se compararon en un estudio de dieta controlada con 23 hombres y 23 mujeres. Los diferenciales de la tabla, agregados a una dieta basal común, proporcionaron el 8.3% de la energía como grasa. Las dietas promediaron 34.6% de energía como grasa y 15.5% como proteína. Cada dieta se alimentó durante 5 semanas en un diseño cuadrado latino de 3 x 3. Una margarina (TFA-M) se aproximó al contenido promedio de trans monoeno de las margarinas que contienen ácidos grasos trans en los Estados Unidos (17% de ácidos grasos trans en peso seco). La otra margarina (PUFA-M) estaba libre de ácidos grasos insaturados trans; contenía aproximadamente el doble del contenido de ácidos grasos poliinsaturados de TFA-M (49% en comparación con el 27% de ácidos grasos poliinsaturados). Las margarinas de tipo bañera tenían propiedades físicas similares a temperatura ambiente.Los lípidos en sangre en ayunas y las lipoproteínas se determinaron en 2 muestras tomadas de los sujetos durante la quinta semana de cada tratamiento dietético. En comparación con la mantequilla, el colesterol total fue un 3,5% más bajo (P=0.009) después del consumo de TFA-M y un 5,4% más bajo (P< 0.001) después del consumo de PUFA-M. Del mismo modo, el colesterol LDL fue un 4,9% menor (P=0.005) y un 6,7% menor (P< 0.001) después del consumo de TFA-M y PUFA-M, respectivamente. Ni la margarina difería de la mantequilla en su efecto sobre el colesterol HDL o los triacilgliceroles. Por lo tanto, el consumo de TFA-M o PUFA-M mejoró los perfiles de lípidos en sangre para las principales lipoproteínas asociadas con el riesgo cardiovascular en comparación con la mantequilla, con una mayor mejora con PUFA-M que con TFA-M. el colesterol total fue 3.5% menor (P=0.009) después del consumo de TFA-M y 5.4% menor (P< 0.001) después del consumo de PUFA-M. Del mismo modo, el colesterol LDL fue un 4,9% menor (P=0.005) y un 6,7% menor (P< 0.001) después del consumo de TFA-M y PUFA-M, respectivamente. Ni la margarina difería de la mantequilla en su efecto sobre el colesterol HDL o los triacilgliceroles. Por lo tanto, el consumo de TFA-M o PUFA-M mejoró los perfiles de lípidos en sangre para las principales lipoproteínas asociadas con el riesgo cardiovascular en comparación con la mantequilla, con una mayor mejora con PUFA-M que con TFA-M. el colesterol total fue 3.5% menor (P=0.009) después del consumo de TFA-M y 5.4% menor (P< 0.001) después del consumo de PUFA-M. Del mismo modo, el colesterol LDL fue un 4,9% menor (P=0.005) y un 6,7% menor (P< 0.001) después del consumo de TFA-M y PUFA-M, respectivamente. Ni la margarina difería de la mantequilla en su efecto sobre el colesterol HDL o los triacilgliceroles. Por lo tanto, el consumo de TFA-M o PUFA-M mejoró los perfiles de lípidos en sangre para las principales lipoproteínas asociadas con el riesgo cardiovascular en comparación con la mantequilla, con una mayor mejora con PUFA-M que con TFA-M. Ni la margarina difería de la mantequilla en su efecto sobre el colesterol HDL o los triacilgliceroles. Por lo tanto, el consumo de TFA-M o PUFA-M mejoró los perfiles de lípidos en sangre para las principales lipoproteínas asociadas con el riesgo cardiovascular en comparación con la mantequilla, con una mayor mejora con PUFA-M que con TFA-M. Ni la margarina difería de la mantequilla en su efecto sobre el colesterol HDL o los triacilgliceroles. Por lo tanto, el consumo de TFA-M o PUFA-M mejoró los perfiles de lípidos en sangre para las principales lipoproteínas asociadas con el riesgo cardiovascular en comparación con la mantequilla, con una mayor mejora con PUFA-M que con TFA-M.
Consumo de fruta fresca y mortalidad por todas las causas y causas específicas: hallazgos del Biobanco Kadoorie de China
Antecedentes
Un mayor consumo de fruta se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV). Sin embargo, persisten incertidumbres sustanciales sobre las asociaciones del consumo de frutas con la mortalidad por todas las causas y la mortalidad por subtipos de ECV y enfermedades no vasculares importantes, especialmente en China.
Métodos
En 2004–08, el estudio nacional China Kadoorie Biobank Study reclutó a > 0.5 millones de adultos de 30–79 años de 10 localidades diversas en China. El consumo de fruta fresca se estimó utilizando un cuestionario electrónico administrado por el entrevistador, y los datos de mortalidad se recopilaron de los registros de defunción. Entre los 462 342 participantes que estaban libres de enfermedades crónicas importantes al inicio del estudio, se registraron 17 894 muertes durante ∼ 7 años de seguimiento. La regresión de Cox produjo relaciones de tasa ajustadas (RR) para la mortalidad por todas las causas y causas específicas asociadas con el consumo de fruta.
Resultados
Al inicio del estudio, el 28% de los participantes informaron haber consumido fruta ≥ 4 días/semana (consumidores habituales) y el 6% informó que nunca/raramente consumió fruta (no consumidores). En comparación con los no consumidores, los consumidores regulares tuvieron un 27% [RR = 0.73, intervalo de confianza (IC) del 95% 0.70–0.76] menor mortalidad por todas las causas, 34% menor mortalidad por ECV (n = 6166; RR = 0.66, 0.61–0.71), 17% menor mortalidad por cáncer (n = 6796; RR = 0.83, 0.78–0.89) y 42% menor mortalidad por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (n = 1119; RR = 0.58, 0.47–0.71). Para cada uno de los anteriores, hubo una relación dosis-respuesta aproximadamente logarítmica con la cantidad consumida. Para la mortalidad por cánceres específicos del sitio, el consumo de fruta se asoció inversamente con el cáncer del tracto digestivo (n = 2265; RR = 0.72, 0.64–0.81), particularmente el cáncer de esófago (n = 801; RR = 0.65, 0.50–0.83), pero no con cáncer de pulmón o hígado.
Conclusiones
Entre los adultos chinos, un mayor consumo de fruta fresca se asoció con una mortalidad significativamente menor por varias enfermedades vasculares y no vasculares importantes. Dado el bajo nivel actual de consumo de fruta en la población, se podrían obtener beneficios sustanciales para la salud del aumento del consumo de fruta en China.
Razones para sustituir la carne: Meta-Análisis de Ensayos Controlados Aleatorios de Consumo de Carne Roja en Comparación con Varias Dietas de Comparación sobre Factores de Riesgo Cardiovascular
Antecedentes: Los hallazgos entre los ensayos controlados aleatorios que evalúan el efecto de la carne roja en los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular son inconsistentes. Proporcionamos un metanálisis actualizado de ensayos controlados aleatorios sobre carne roja y factores de riesgo cardiovascular y determinamos si la relación depende de la composición de la dieta de comparación, planteando la hipótesis de que las fuentes vegetales serían relativamente beneficiosas.
Métodos: Realizamos una búsqueda sistemática de PubMed de ensayos controlados aleatorios publicados hasta julio de 2017 que comparaban dietas con carne roja con dietas que reemplazaban la carne roja con una variedad de alimentos. Estratificamos las dietas de comparación en fuentes de proteínas vegetales de alta calidad (legumbres, soja, nueces); pollo/aves de corral/pescado; pescado solamente; aves de corral solamente; fuentes de proteínas animales mixtas (incluyendo productos lácteos); carbohidratos (granos refinados de baja calidad y azúcares simples, como pan blanco, pasta, arroz, galletas/biscuitos); o dieta habitual. Realizamos metaanálisis de efectos aleatorios que comparaban las diferencias en los cambios de los lípidos en la sangre, las apolipoproteínas y la presión arterial para todos los estudios combinados y estratificados por dietas de comparación específicas.
Resultados: Se incluyeron treinta y seis estudios con un total de 1803 participantes. No hubo diferencias significativas entre la carne roja y todas las dietas de comparación combinadas para cambios en las concentraciones sanguíneas de colesterol total, lipoproteína de baja densidad o lipoproteína de alta densidad, apolipoproteínas A1 y B, o presión arterial. En relación con las dietas de comparación combinadas, la carne roja resultó en menores disminuciones en los triglicéridos (diferencia media ponderada [ADM], 0.065 mmol/L; 95% CI, 0.000-0.129; P para heterogeneidad <0.01). Cuando se analizaron mediante dietas de comparación específicas, en relación con fuentes de proteínas vegetales de alta calidad, la carne roja produjo menores disminuciones en el colesterol total (WMD, 0.264 mmol/L; 95% CI, 0.144-0.383; P<0.001) y lipoproteínas de baja densidad (WMD, 0.198 mmol/L; 95% CI, 0.065-0.330; P=0.003). En comparación con los peces,la carne roja produjo mayores disminuciones en las lipoproteínas de baja densidad (WMD, -0.173 mmol/L; 95% CI, -0.260 a -0.086; P<0.001) y las lipoproteínas de alta densidad (WMD, -0.065 mmol/L; 95% CI, -0.109 a -0.020; P=0.004). En comparación con los carbohidratos, la carne roja produjo mayores disminuciones en los triglicéridos (WMD, -0.181 mmol/L; IC del 95%, -0.349 a -0.013).
Conclusiones: Las inconsistencias con respecto a los efectos de la carne roja en los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares son atribuibles, en parte, a la composición de la dieta de comparación. La sustitución de la carne roja con fuentes de proteínas vegetales de alta calidad, pero no con pescado o carbohidratos de baja calidad, conduce a cambios más favorables en los lípidos y lipoproteínas de la sangre.
Guasch-Ferré, M., Satija, A., Blondin, S. A., Janiszewski, M., Emlen, E., O’Connor, L. E., Campbell, W. W., Hu, F. B., Willett, W. C., & Stampfer, M. J. (2019). Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials of Red Meat Consumption in Comparison With Various Comparison Diets on Cardiovascular Risk Factors. Circulation, 139(15), 1828-1845. https://doi.org/10.1161/circulationaha.118.035225
ETAPA DE VOLUMEN, COMO REALIZARLA ¿LA HACES BIEN?
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SELECCIÓN DE ALIMENTOS Y NUTRIENTES CRÍTICOS
Mucha gente cree que hacer un volumen basado en alimentos vegetales es más difícil. Teniendo en cuenta que todos las fuentes de carbohidratos son vegetales (incluidas las de fácil digestión) y que las grasas más adecuadas también lo son, no tiene mucho sentido.
¿Qué suele ocurrir? Que recaen en fuentes de grasas saturadas como los lácteos enteros. Algunos dirán que les da igual la salud, pero lo que quizá no saben es que aumentar las grasas saturadas, además de ser menos saludable y promover la acumulación de grasa visceral, también podría empeorar la composición corporal y hacer que ganen más grasa y menos músculo con el mismo superávit/macros.
Overfeeding of Polyunsaturated Versus Saturated Fatty Acids Reduces Ectopic Fat.
Overfeeding polyunsaturated and saturated fat causes distinct effects on liver and visceral fat accumulation in humans.
A reduction in dietary saturated fat decreases body fat content in overweight, hypercholesterolemic
males.
Saturated Fat Is More Metabolically Harmful for the Human Liver Than Unsaturated Fat or Simple Sugars
Por tanto, controlar este punto puede ser clave. Priorizar los carbohidratos sobre el resto de macronutrientes y no disparar el consumo de sal también será importante (de cara al rendimiento y a la salud, respectivamente).
Si necesitas alimentos menos saciantes siempre tienes fuentes de HC y de grasa en formato untable, líquido o simplemente no integrales que son mucho más adecuados que tirar de carnes y lácteos grasos.
2 PROTEÍNA MODERADA
Ya hemos visto en la serie de post sobre proteína que tomar una cantidad muy elevada podría no ser muy inteligente.
En superávit calórico las necesidades no son nada elevadas, y aumentar la ingesta deliberadamente solo va a servir para hacerte dependiente y desplazar nutrientes potencialmente más valiosos como los carbohidratos.
Por no hablar de que, con frecuencia, las fuentes de proteína que se utilizan no son tan saludables como las fuentes de otros nutrientes.
3 RITMO CONSTANTE Y ADAPTADO A TU POTENCIAL
Un problema habitual es que se acaban ganando los kg objetivo, pero con una mala distribución temporal: mucho superavit en días o semanas puntuales pero inexistente en otros periodos.
Por tanto, aunque en volumen se suela controlar menos, si realmente quieres optimizar es posible que sea cuando más consistencia necesites.
Por otro lado, el ritmo de ganancia debe estar adaptado al potencial de aumento de masa muscular siendo este muy variable, aunque se puede estimar con el historial y otras características (ya sabéis que en redes todos ganan 3kg limpios por mes, así que si os encontráis uno de estos outliers quizá el ritmo habitual sea subóptimo).
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OPTIMIZACIÓN DE LA ESTRATEGIA A LARGO PLAZO
La visión a largo plazo es fundamental si el objetivo es aumentar la masa muscular todo lo posible.
Debemos maximizar el tiempo en volumen, con un superávit adecuado y utilizando el déficit calórico de forma inteligente para controlar la saciedad y no excedernos en la ganancia de grasa.
Pero si tu objetivo es a largo plazo, no tiene sentido que pierdas tiempo y rendimiento eliminando los últimos kg de grasa que, además, probablemente recuperes con facilidad. La evidencia sobre las ventajas de estar más definido de cara a ganar más masa muscular es prácticamente nula.
La contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras. El trabajo, publicado en la revista Acuatic Toxicology, describe por primera vez cómo influye un pesticida presente en ecosistemas de aguas salinas en el proceso invasivo del pequeño crustáceo Artemia franciscana, empleado en acuicultura.
“Hemos visto que la tolerancia al tóxico por parte de la especie invasora A. franciscana, así como su mayor éxito reproductivo y su capacidad de adaptación, le dan ventajas frente a la especie autóctona A. parthenogenetica. Esos factores pueden desempeñar un papel clave en el proceso de invasión cuando un contaminante ambiental crea presión selectiva”, explica el investigador del CSIC Juan Carlos Navarro, del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal.
Producción de alimento vivo
El estudio se ha realizado utilizando microcrustáceos del género Artemia, que incluye a varias especies gemelas bisexuales y partenogenéticas. Estas últimas pueden reproducirse a partir de células sexuales femeninas no fecundadas. Los huevos de resistencia de este crustáceo, denominados quistes, se utilizan en acuicultura y acuariofilia para, tras su eclosión, producir alimento vivo (plancton) con el que alimentar fases tempranas de organismos marinos.
“La comercialización de los quistes de A. franciscana, originaria del continente americano, ha favorecido su introducción, voluntaria o accidental en gran parte de ecosistemas hipersalinos del mundo, incluidos los de la Península Ibérica. En coexistencia con las formas autóctonas, A. franciscana tiene ventaja competitiva, y se comporta como una especie invasora”, añade Navarro.
Según este estudio, los mecanismos por los que la especie invasora desplaza a las autóctonas son todavía objeto de estudio, aunque ahora se sabe que el proceso invasivo puede encontrarse favorecido, entro otros, por la mayor resistencia de A. francsicana al tóxico, su mayor supervivencia y una reproducción más eficiente.
En el trabajo también han participado investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón y de la Universitat de València.
POR UN POCO NO PASA NADA ¿O SI?
Quizá hayas leído que una pequeña parte de tu alimentación no afecta en nada al global.
Por ejemplo, en el caso del realfooding se suele dar la regla de que un 10% de ultraprocesados no tiene ningún efecto en la salud y es aceptable. No es el mejor ejemplo, porque hay muchos ultraprocesados más saludables que muchos alimentos «reales», pero lo comento suponiendo que el realfooding tuviera sentido de base.
¿Realmente las cosas suelen funcionar así? ¿Tenemos evidencia para hacer este tipo de apreciaciones?
Supongo que esto suele surgir por pensar en individuos, en vez de en distribuciones y en términos probabilísticos.
Si solo piensas en una persona, quizá llegues a esa conclusión: no parece tan razonable que una pequeña parte de alimentos algo menos saludables pueda afectar a tu organismo hasta el punto de provocarte un problema de salud.
Si, en cambio, piensas en distribuciones, concluirás lo contrario: Parece casi imposible que un cambio, aunque sea pequeño, no le cause algún problema a algún porcentaje de la población que, normalmente sin saberlo, esté en la parte de la distribución de mayor susceptibilidad.
En la realidad, las cosas suelen funcionar de ese modo probabilístico, y no por reglas generales que salvan o condenan al individuo.
Por ejemplo, supongamos que estas dos distribuciones son las de la edad de muerte de los que comen bastante mal (la negra) y los que, con las mismas características, comen muy bien (la azul). Aunque en la vida real no es una distribución normal, pero suponed que sí.
En este hipotético que me he inventado, comer bien implica vivir de media unos 11 años más. Pero ojo, es perfectamente posible que en el ejemplo haya individuos que hubieran muerto a la misma edad o incluso antes comiendo bien que comiendo mal.
Sin embargo, nosotros estamos interesados en si las distribuciones de las dos poblaciones son diferentes, ya que es lo que realmente podemos valorar para determinar si comer bien funciona.
Una vez que pensamos en distribuciones, realmente os parece razonable que, con las grandes diferencias (conocidas y desconocidas) que puede haber en la susceptibilidad de diferentes personas a cientos de enfermedades, un cambio pequeño en la dieta tenga un efecto de exactamente 0 en la media de las dos poblaciones?
Quizá con un cambio pequeño las distribuciones estén casi superpuestas como en esta imagen (solo se ve un poco de azul a la derecha), con la media cambiando solo unos pocos meses o días. Esto es perfectamente compatible con que, por ejemplo, para la gran mayoría de personas el cambio sea 0 pero para otros implique perder 10 años de vida. Lo que suena raro es que sea exactamente 0 para todos, dada la variabilidad que existe entre individuos.
Esto es solo una reflexión general cuyas
conclusiones quedan totalmente condicionadas por el resto de evidencia.
Por ejemplo, si se demostrase que comer beicon de vez en cuando es hormético (o sea que un poco es bueno y mucho es malo) o conociéramos absolutamente toda la fisiología de ciertos individuos y el efecto que va a tener consumir x alimento, podríamos concluir otra cosa. Pero en la vida real lo que tenemos suele ser incertidumbre, y no podemos predecirlo.
Sí además tenemos evidencia clara de que comer ciertos alimentos en comparación con otros es perjudicial, ¿realmente es prudente concluir que consumirlos de vez en cuando o en menor cantidad no va a serlo?
Dadas las limitaciones del poder estadístico de los estudios y la incertidumbre sobre los procesos que se dan en nuestro organismo, si pensamos de la manera que he planteado en el post no parece prudente. De hecho, parece muy improbable que el efecto sea exactamente 0. Además, si suponemos que va a haber un efecto, lo más probable es que vaya en la misma dirección que cuando se come más cantidad.
De todas formas, en la mayoría de los casos no hace falta pensar tanto. Lo que algunos consideran como poca cantidad o «de vez en cuando» ya se ha demostrado perjudicial, como hemos visto en post anteriores en los que reducciones muy pequeñas del sodio o del LDL implicaron disminuciones más que llamativas de la mortalidad o de ciertas patologías.
Este post solo busca promover el pensamiento estadístico y no actitudes perfeccionistas potencialmente patológicas hacia la alimentación, cuyo riesgo puede ser mucho mayor que el de comer algo menos saludable. De hecho, no estoy negando que la diferencia de riesgo entre algunos hábitos pueda ser minúscula, solo comento que es un poco más complejo de lo que se suele decir.
Se trata de información para que cada uno pueda hacer mejor su propia valoración. Yo personalmente no como de una forma tan parecida a lo que considero más óptimo, pero puedo valorar mejor los potenciales beneficios y perjuicios aplicando lo comentado en este post.
Nutrición deportiva. Citius, altius, fortius
1Dietista-Nutricionista. Profesor asociado del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica. Área de Nutrición y Bromatología. Co-coordinador del Título de Experto Universitario en Nutrición Práctica en el Ámbito Deportivo. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla
Citius, altius, fortius: “más rápido, más alto, más fuerte”. La nutrición suele hacer una contribución pequeña, pero potencialmente valiosa, a la mejora del rendimiento de los deportistas, coincidiendo con los objetivos de este lema olímpico.
En el Tour de Francia de 2020, la diferencia entre el primer clasificado y el segundo clasificado fue de 59 segundos tras 3482,2 km. En 1989 fueron 8 segundos entre el mítico Greg LeMond y Laurent Fignon. En este sentido, la “pequeña contribución” de la nutrición puede ser determinante de cara al éxito de la práctica deportiva.
En los últimos años se ha producido un aumento en el número de publicaciones relacionadas con la nutrición deportiva y el rendimiento, así como de documentos de consenso de sociedades científicas relacionadas con la nutrición y la dietética deportiva.
En el caso de los deportes de resistencia, como el atletismo de fondo, las carretas de montaña (trails) o el ciclismo, muchas investigaciones se centran en los diferentes sustratos energéticos para la mejora del rendimiento. Louise Burke, referente internacional de la investigación en nutrición deportiva, propone una serie de definiciones y explicaciones como punto de partida para la unificación en torno a las manipulaciones agudas y crónicas de grasas y carbohidratos en la dieta del deportista, señalando tipos de enfoques en lugar de una prescripción de macronutrientes única y/o definitiva. También expone algunas de las preguntas clave que deben abordarse para ayudar al avance de la investigación en nutrición deportiva.
En el presente número de la revista Nutrición Hospitalaria se publica un estudio aleatorizado y controlado bajo el título de “Efectos de una dieta baja en hidratos de carbono sobre la composición y el rendimiento en el ciclismo de carretera”, en el que se evalúa si una dieta baja en carbohidratos puede superar a una dieta convencional isocalórica para mejorar la composición corporal y el rendimiento en una muestra de veintiséis ciclistas de carretera masculinos entrenados. Los ciclistas sometidos a la dieta baja en carbohidratos (15 % del valor calórico total) redujeron significativamente el peso corporal y el porcentaje de grasa corporal, y mejoraron los valores de potencia relativa de 20 minutos. Aunque los resultados son interesantes y contribuyen al estado de la cuestión, lógicamente son necesarios más estudios (como los propios autores reconocen), preferentemente aleatorizados y doble ciego, en los que se exploren más a fondo los cambios fisiológicos asociados con las intervenciones bajas en carbohidratos.
Como en cualquier campo del conocimiento, la investigación sobre el uso de dietas bajas en carbohidratos y dietas cetogénicas para la optimización de la oxidación de las grasas en el deporte de resistencia requiere una investigación sistemática. Existe evidencia sólida de que la adaptación a una dieta cetogénica crea cambios celulares sustanciales para aumentar la movilización, el transporte, la absorción y la oxidación de las grasas durante el ejercicio, incluso en los atletas de élite.
Las modificaciones del aporte de carbohidratos y grasas en los deportes de resistencia muestran resultados controvertidos en la literatura. En una reciente publicación se demostraba cómo una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas perjudica la economía del ejercicio y podría anular el beneficio de rendimiento del entrenamiento intenso en corredores de élite; por otro lado, una reciente publicación indica que el consumo de 120 g de carbohidratos a la hora en los ejercicios de resistencia metabólicamente exigentes, como las maratones de montaña y los eventos de ultrarresistencia, puede disminuir el daño muscular inducido por el ejercicio.
En el ciclismo profesional tuvo auge el consumo de cetonas exógenas. No obstante, la cetosis exógena no parece afectar tampoco al rendimiento ni a la degradación del glucógeno muscular en el ejercicio de resistencia prolongado.
Existen una serie de posibles desventajas en el uso de las dietas cetogénicas ya que podrían disminuir la capacidad de realizar trabajos de alta intensidad debido a la disminución de las reservas de glucógeno en el músculo y la menor actividad de las enzimas glucolíticas, como demostró un estudio realizado en ciclistas de montaña.
Como contraposición al uso de las dietas cetogénicas en los deportes de resistencia, encontramos documentos de consenso y publicaciones que se centran en la sólida evidencia relativa a la importancia que tienen los carbohidratos en el rendimiento deportivo.
Las modificaciones del aporte de carbohidratos durante las fases de entrenamiento del deportista (periodización) con el fin de obtener adaptaciones metabólicas también se han descrito en la literatura científica. El concepto “train low, compete high” hace referencia a las modificaciones producidas durante los periodos en los que la disponibilidad de carbohidratos se reduce estratégicamente (train low). Esta modificación conlleva un aumento de los marcadores moleculares relacionados con el entrenamiento de resistenci. Así, podría ser beneficioso hacer ejercicio con una disponibilidad reducida de carbohidratos en los entrenamientos de baja intensidad, específicamente cuando la intensidad del ejercicio está cerca o por debajo del primer umbral ventilatorio, mientras que, durante las sesiones de entrenamiento de alta intensidad o las competiciones (compete high), sería fundamental contar con una alta disponibilidad de carbohidratos.
La disponibilidad y la capacidad de utilizar todos los combustibles musculares para satisfacer las demandas específicas del ejercicio (“flexibilidad metabólica”) constituyen el Santo Grial para los deportistas de resistencia.
No todo es negro ni todo es blanco en la nutrición; tampoco en la nutrición deportiva. Los estudios están tratando de describir intervenciones grupales, proporcionando datos de salud y rendimiento individual a una intervención que a menudo muestra gran variabilidad interindividual. La evidencia actual indica que las estrategias de nutrición deportiva pueden funcionar en algunos individuos o bajo ciertas condiciones, pero no en otros, probablemente debido a una gran variedad de factores ambientales y genéticos.
Por este motivo, los deportistas que quieran contemplar el uso de dietas cetogénicas, bajas en carbohidratos y altas en grasas (o cualquier otro tipo de modificación dietética), deben realizar un seguimiento de su rendimiento y sus experiencias personales. Por otro lado, es necesaria la individualización de las pautas nutricionales para cada deportista, atendiendo a múltiples factores, con el asesoramiento de profesionales formados.
La investigación en nutrición deportiva ha alcanzado la mayoría de edad y está dando lugar a interesantes artículos que ayudan a ampliar los conocimientos en este apasionante campo.
Fuente: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112020000700001