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Japón, el único país desarrollado que tiene una elevada tasa de mujeres con peso demasiado bajo
Cuando era adolescente, Sarah Mizugochi, que mide 1,64 m, tenía un peso bajo.
«Pensaba en comida todo el tiempo y siempre tenía hambre. Comía pastel solo una vez al año, en mi cumpleaños, y eso duró de tres a cuatro años. No era nada feliz».
Casos como el de Sarah, que ahora tiene 29 años, son tan comunes en Japón que la prevalencia del bajo peso entre las mujeres jóvenes se ha convertido en un grave problema de salud.
Una encuesta realizada por el Ministerio de Salud japonés en 2019 encontró que el 20,7% de las mujeres de entre 20 y 29 años tenían clínicamente bajo peso, que se define como tener un IMC (índice de masa corporal) inferior a 18,5. El IMC de Sarah estaba por debajo del rango de peso saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas busquen que su IMC esté entre 18,5 y 25.
Japón es el único país de altos ingresos del mundo con esa prevalencia de mujeres con bajo peso. Niveles similares solo se encuentran en los países más pobres, como Timor Oriental, Burundi, Eritrea y Níger, según un estudio de 2024 sobre tendencias mundiales de bajo peso y obesidad publicado en la revista médica Lancet.
En 1990 las mujeres japonesas tenían menos problemas de bajo peso que actualmente y el país no era un caso atípico en las tablas internacionales. Lo es ahora.
Varios estudios y encuestas nacionales han revelado una tendencia creciente hacia la delgadez entre las mujeres jóvenes.
Hace unos años, el término «peso de Cenicienta» circulaba entre las mujeres jóvenes de Japón. El término se refiere a un IMC justo por debajo del peso saludable, que se clasifica oficialmente como bajo peso en la escala de IMC, pero que muchas mujeres quieren alcanzar.
Sin embargo, el peso de Cenicienta (en kilogramos), que se calcula elevando al cuadrado la altura de una persona en metros y luego multiplicando ese número por 18, desató un debate en internet. Algunas personas se pronunciaron en contra de lo que consideran un objetivo poco realista y poco saludable.
Evolución de la industria alimentaria durante las últimas tres décadas.
La evolución de la industria alimentaria en el ámbito de la ciencia y la tecnología de los alimentos ha sido una constante durante las últimas 3 décadas, aunque en muy diferente grado ya que las preocupaciones o intereses han ido cambiando con el desarrollo de la industria.
La década de los 90 se caracterizó por la preocupación por la seguridad alimentaria. Como paso previo a producir alimentos de calidad, saludables y sostenibles, en esta década el reto consistió en lograr la producción masiva de alimentos bajo estrictas condiciones de seguridad. La comunidad científica proporcionó datos relevantes para conocer los peligros bióticos o abióticos, se desarrollaron herramientas como la microbiología predictiva, y la administración respondió a principios del siglo XXI con un paquete legislativo de aplicación obligatoria en toda la Unión Europea. Este paquete establece la responsabilidad del operador de empresa alimentaria, la obligación de la trazabilidad, las medidas de higiene en la cadena alimentaria, incluyendo la producción primaria, y establece como herramienta clave de autocontrol el análisis de peligros y puntos de control crítico (APPCC) en todas las líneas de producción de alimentos. En esta década, entre otros, se producen algunos avances muy relevantes:
▪Al mercado empiezan a llegar de modo masivo alimentos envasados en atmósferas protectoras. Esta es una tendencia que hoy en día se ha generalizado. Consiste en sustituir el aire de los envases por una atmósfera compuesta por una proporción de gases distinta. Por ejemplo, el oxígeno se reduce al 0% cuando los alimentos son susceptibles de ser oxidados o queremos evitar el crecimiento microbiano (patatas fritas); las frutas y verduras son sensibles al CO2 o la ausencia de O2, y demandan concentraciones específicas. Precisamente en este ámbito se inicia lo que se conoce como tecnología postcosecha: el manejo de frutas y verduras tras su cosecha, lo que ha permitido ampliar su vida útil, conquistando mercados internacionales.
▪En esta década también se produce la implantación masiva de los productos esterilizados en flujo a temperaturas ultraelevadas durante corto tiempo (tecnología UHT), así como en años posteriores tratamientos a temperaturas más bajas (HTST) a la producción de zumos, huevo líquido, gazpacho, sopas o cremas de larga vida útil.
▪Como alternativa a los tratamientos tradicionales, en esta década la comunidad científica inicia el desarrollo de las denominadas tecnologías emergentes de conservación de alimentos: ultrasonidos, altas presiones hidrostáticas, pulsos eléctricos de alto voltaje, ultravioleta. Así, en las siguientes décadas empiezan a introducirse en el mercado productos tratados por altas presiones, como, por ejemplo, el jamón cocido loncheado que comercializa en los años 2000 en España la marca Espuña. Actualmente esta tecnología se emplea para alargar la vida útil y preservar la calidad de numerosos productos o reducir el riesgo de presencia de Listeria en productos cárnicos curados, lo ha facilitado la exportación de productos curados.
Una vez garantizada la seguridad alimentaria, la industria alimentaria intensifica sus esfuerzos durante la primera década del siglo XXI por la calidad, y el impulso a la creación de figuras de calidad diferenciada. Tras más de 30 años de trabajo, hoy en día Aragón cuenta con un amplio abanico de Denominaciones de Origen Protegidas (Cariñena, Campo de Borja, Calatayud, Somontano, Aceite del Bajo Aragón, Aceite Sierra del Moncayo, Cebolla de Fuentes de Ebro, Jamón de Teruel/Paleta de Teruel, Melocotón de Calanda), el Ternasco de Aragón como Indicación Geográfica Protegida, y otras figuras reguladas como la Producción Ecológica, Producción Integrada, Artesanía alimentaria. Además, en una apuesta decidida por la calidad, Aragón ha lanzado recientemente una campaña denominada “Aragón Alimentos Nobles” que tiene por objeto la promoción de los alimentos aragoneses. Al igual que en la década de los 90, en esta década se producen muchos otros avances:
▪el mundo del envasado da un nuevo paso de la mano de la comunidad científica y la industria del plástico, y comienza el desarrollo de lo que hoy conocemos como el envasado activo. Los envases activos son aquellos que interactúan directamente con los alimentos y/o la atmósfera que los rodea para, de este modo, alargar su vida útil y mejorar su calidad. Para ello, pueden incorporar, por ejemplo, sustancias antioxidantes o antimicrobianas que se liberan progresivamente durante el almacenamiento y la comercialización de los productos, contribuyendo a ampliar su vida útil mientras mantienen sus características sensoriales.
▪ Gracias a los avances en nuevos materiales de envasado se implantan con fuerza en los mercados los alimentos conocidos como VI gama o mínimamente procesados y refrigerados (ej. ensaladas). Del mismo modo, los avances tecnológicos potencian el desarrollo de alimentos en V gama o platos preparados listos para su consumo, que comienzan a popularizarse.
▪Todos estos avances se van produciendo gracias a otros que van teniendo lugar paralelamente y que contribuyen decisivamente a mejorar la producción, haciéndola más eficiente, como son los avances en las técnicas de análisis, incluido el sensorial, el desarrollo de sistemas de automatización y control, de sensores, de la biotecnología alimentaria, etc.
▪Otro aspecto a considerar son los avances logrados en las herramientas de modificación genética y la consecuente introducción progresiva en el mercado de materias primas genéticamente modificadas (GMOs), ante la desconfiada mirada de los consumidores.
▪Finalmente, en esta década se intensifican los estudios sobre compuestos bioactivos presentes en materias primas y sus posibles efectos beneficiosos, lo que dará lugar en la siguiente década al auge de los alimentos funcionales y las propiedades saludables.
Una vez lograda la producción de alimentos seguros y de calidad, la segunda década del siglo XXI se ha caracterizado por el auge de la innovación en ámbitos muy diferentes de la producción de alimentos. Quizás es pronto para elegir un único término que defina esta década dado que han sido numerosos los frentes en los que se ha avanzado intensamente, no obstante, la apuesta por la alimentación saludable, la alimentación sostenible y el concepto de economía circular podrían ser los aspectos de mayor relevancia. A continuación se señalan algunos de los aspectos que han podido contribuir a determinar los hábitos de consumo en esta última década:
▪el estudio de las propiedades bioactivas de materias primas o alimentos es el origen del desarrollo de los alimentos funcionales, que tienen un efecto beneficioso adicional sobre nuestra salud o reducen el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. La necesaria y adecuada vehiculación de estos compuestos en los alimentos, su protección y homogénea distribución, se logra mediante el desarrollo de la nanotecnología que permite la preparación de microemulsiones o nanoencapsulaciones de compuestos bioactivos.
Al mismo tiempo se empiezan a establecer claras relaciones entre alimentación y salud, y se empiezan a popularizar los alimentos bajos en grasa o con menor contenido en azúcares, así como los diagnósticos de alergias a determinados alimentos (leche, soja, huevos, cacahuetes, nueces, pescado y marisco), o de intolerancias alimentarias (lactosa, gluten, histamina, etc.), a lo que la industria responde con alimentos libres de alérgenos o aptos para consumidores intolerantes. Así, estos productos han tenido una importante implantación en el mercado (sin lactosa, sin gluten). En esta misma línea, cabría señalar la tendencia “Clean Label” que hace referencia a la reducción de aditivos, que pretende dar respuesta a la demanda por una disminución del consumo de aditivos artificiales, optando por procesos más artesanales.
Así, al igual que sucedió con la seguridad y la calidad en las décadas pasadas, la administración, a través de la legislación alimentaria ha establecido un marco regulatorio para el establecimiento de declaraciones nutricionales y propiedades saludables de los alimentos, así como para el etiquetado nutricional de los alimentos. Asimismo, contribuye a mejorar el nivel de protección del consumidor y establece los medios para garantizar el derecho de los consumidores a la información para que pueda tomar las decisiones más adecuadas.
▪En la línea de una alimentación más saludable, aunque equivocadamente si no se gestiona del modo adecuado, en esta década crecen los consumidores que demandan una reducción del consumo de proteína animal en favor de la vegetal. Esta corriente forma parte de amplios grupos de población vegetariana, flexitariana y vegana, aunque en muchos casos la motivación responde más a una corriente animalista en contra de la explotación de los animales para su consumo. Esta tendencia seguirá incrementándose en los próximos años, aunque conviene señalar las mejoras que se han producido en materia de bienestar animal, en los últimos años.
Siguiendo con la alimentación saludable, y tratando de incrementar el consumo de compuestos bioactivos, de suplir carencias nutricionales por los nuevos hábitos de consumo, o simplemente por placer, también ha tenido un importante auge la incorporación a la dieta de nuevos ingredientes, muchos de ellos importados de otras culturas, algunos denominados superalimentos (arandanos, bayas de goji, semillas de cáñamo, de chía, pasto de trigo). Sin embargo, en muchos casos sus potenciales beneficios saludables no han sido suficientemente investigados, por lo que su elevado consumo puede dar lugar a problemas nutricionales.
▪Ante el masivo uso de sistemas de producción intensivos, surgen otros movimientos que van ocupando espacio en los canales de venta en esta última década como la producción ecológica, la artesanía alimentaria, los productos de kilómetro cero o productos de proximidad, a la vez que también van requiriendo nuevos marcos regulatorios.
▪El siguiente y decisivo paso es la preocupación por el medioambiente y la sostenibilidad del planeta, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, que señalan la producción de alimentos como una de las actividades más contaminantes. Así, la comunidad científica amplía su actividad en este campo gracias a la concienciación social y al aumento de financiación de las administraciones. En este sentido, surge el concepto de economía circular que tiene entre sus objetivos el reaprovechamiento de los residuos mediante su reintroducción en la cadena productiva. Se comienza a desarrollar una amplia actividad para redefinir nuevos usos para estos residuos, obteniendo compuestos bioactivos o como biocombustibles. También se plantea el uso de fuentes de proteína alternativa, con una menor huella de carbono, y así surge el interés por la producción de insectos tanto para alimentación animal como humana.
▪No obstante, esta última tendencia choca con los hábitos de una gran parte de la población que, ante la falta de tiempo para el cocinado, ha optado por el consumo de platos preparados, lo que sigue impulsando el desarrollo de esta industria, de la restauración colectiva, de los establecimientos de venta de productos recién cocinados para consumo inmediato y de una industria en desarrollo como la de los snacks. Esta última está tratando de adaptarse a muchas de las tendencias mencionadas anteriormente, reduciendo el uso de grasas o azúcares, adaptándolos a consumidores intolerantes, introduciendo proteína vegetal o superalimentos.
▪La investigación en las áreas de la tecnología, la seguridad o la calidad alimentaria han seguido evolucionando en esta última década, ofreciendo nuevas tecnologías emergentes de conservación como el plasma frío, o para mejorar el proceso de elaboración del vino tinto mediante pulsos eléctricos de alto voltaje; mejorando las técnicas de detección de alérgenos, antibióticos, hormonas, etc., mediante el desarrollo de test rápidos; proporcionando nuevos materiales de envasado, siendo de especial interés las películas comestibles y los envases obtenidos del reaprovechamiento de residuos (Ej. de hojas de lechuga).
▪Finalmente, las TICs están empezando a determinar los hábitos de consumo de las nuevas generaciones, permitiendo una gestión de la información inteligente a través de nuevos canales digitales. La industria 4.0 está incorporando las TICs en los procesos de fabricación y comercialización de alimentos, pero son los consumidores los que a través de determinadas aplicaciones están dado entrada a las TICs en su propio proceso de decisión y compra. Las nuevas plataformas de recomendaciones nutricionales saludables personalizadas están empezando a introducirse en el mercado, y ya empieza a hablarse del trinomio alimentación, salud y TICs.
Nutrición y desempeño atlético
Una buena nutrición puede ayudar a mejorar el desempeño atlético. Un estilo de vida activo y una rutina de ejercicios, junto con una buena alimentación, es la mejor manera de permanecer saludable.
Consumir una buena dieta puede ayudar a brindar la energía que usted necesita para terminar una carrera o simplemente para disfrutar un deporte o una actividad recreativa. Usted es más propenso a cansarse y a desempeñarse de manera insuficiente durante los deportes cuando no recibe suficientes:
- Calorías
- Carbohidratos
- Líquidos
- Hierro, vitaminas y otros minerales
- Proteína
Recomendaciones
La dieta ideal para un atleta no es muy diferente de la dieta sugerida para cualquier persona saludable.
Sin embargo, la cantidad de cada grupo de alimentos que usted necesita dependerá de:
- El tipo de deporte.
- La cantidad de entrenamiento.
- El tiempo que usted pasa en la actividad o el ejercicio.
Las personas tienden a sobrestimar la cantidad de calorías que queman durante el ejercicio por lo que es importante evitar ingerir más energía de la que se gasta al ejercitarse.
Para ayudarlo a desempeñarse mejor, evite el ejercicio con el estómago vacío. Cada persona es diferente, así que usted necesitará aprender:
- Cuánto tiempo debe esperar después de comer para hacer ejercicio.
- Cuánta es la cantidad apropiada de alimento para usted.
CARBOHIDRATOS
Los carbohidratos se necesitan para brindar energía durante el ejercicio. Se almacenan sobre todo en los músculos y el hígado.
- Los carbohidratos complejos se encuentran en alimentos tales como la pasta, las roscas de pan, el pan integral y el arroz. Estos alimentos proporcionan energía, fibra, vitaminas, minerales y tienen un contenido bajo de grasa.
- Los azúcares simples, como los que se encuentran en las bebidas gaseosas, las mermeladas, las jaleas y en los dulces, brindan muchas calorías, pero no suministran vitaminas, minerales ni otros nutrientes.
- Lo que más importa es la cantidad total de carbohidratos que usted consume cada día. Un poco más de la mitad de las calorías deben provenir de estos.
Es beneficioso consumir carbohidratos antes de realizar ejercicios si lo va a hacer por más de una hora. Podría tomar un vaso de jugo de fruta, una taza (245 gr) de yogur o un panecillo inglés con jalea. Limite la cantidad de grasa que consume durante la hora anterior al evento atlético.
Si va a realizar más de una hora de ejercicio aeróbico intenso, también necesita consumir carbohidratos durante el ejercicio. Puede satisfacer esta necesidad consumiendo:
- De cinco a diez onzas (unos 150 a 300 ml) de una bebida para deportistas cada 15 a 20 minutos
- Dos a tres manojos de pretzels
- La mitad o dos tercios de taza (40 a 55 gr) de granola con bajo contenido de grasa
Después del ejercicio, usted necesita consumir carbohidratos para aumentar la reserva de almacenamiento en los músculos, en caso de que se esté ejercitando intensamente.
- Las personas que hacen ejercicio o entrenan durante más de 90 minutos deben comer o beber más carbohidratos, posiblemente con proteína, 2 horas después. Coma una barra para deportistas, una mezcla de frutos secos con nueces, o yogur y granola.
- Para los entrenamientos que duran menos de 60 minutos, no suele ser necesario tomar nada más que agua.
PROTEÍNA
La proteína es importante para el desarrollo muscular y la reparación de los tejidos corporales. También la puede usar el cuerpo para obtener energía, pero solo después de que las reservas de carbohidratos se agotan.
También es un mito que una dieta rica en proteínas estimula el crecimiento muscular.
- Solo el entrenamiento fuerte y el ejercicio cambiarán los músculos.
- Los atletas, incluso los fisicoculturistas, necesitan solo un poco de proteína adicional para ayudar al desarrollo muscular. Los atletas pueden satisfacer fácilmente este aumento de la necesidad consumiendo más calorías totales (comiendo más alimento).
La mayoría de los estadounidenses ya consumen casi el doble de las proteínas que necesitan para el desarrollo de los músculos. Demasiada proteína en la alimentación:
- Se almacenará como mayor grasa corporal.
- Puede aumentar la probabilidad de deshidratación (insuficiencia de líquidos en el cuerpo).
- Puede llevar a pérdida del calcio.
- Puede sobrecargar los riñones.
Con frecuencia, las personas que se centran en comer proteína extra tal vez no consuman suficientes carbohidratos, que son la fuente más importante de energía durante el ejercicio.
Los suplementos de aminoácidos y el consumo de mucha proteína no son recomendables.
AGUA Y LÍQUIDOS
El agua es el nutriente más importante y, sin embargo, el más subvalorado por los atletas. El agua y los líquidos son esenciales para mantener el cuerpo hidratado y a la temperatura apropiada. El cuerpo puede perder varios litros de sudor durante una hora de ejercicio vigoroso.
La orina transparente es una buena señal de que usted está completamente rehidratado. Algunas ideas para mantener suficientes líquidos en su cuerpo incluyen:
- Asegúrese de tomar bastante líquido con cada comida, sea que esté haciendo ejercicio o no.
- Beba aproximadamente 16 onzas (2 tazas o 480 ml) de agua 2 horas antes de un entrenamiento. Es importante empezar a hacer ejercicio con suficiente agua en su cuerpo.
- Continúe tomando sorbos de agua durante y después del ejercicio, aproximadamente de 1/2 a 1 taza (120 a 240 ml) de líquido cada 15 a 20 minutos. El agua es mejor durante la primera hora. Cambiarse a una bebida energizante en ese momento le ayudará a obtener electrólitos suficientes.
- Beba aun cuando ya no sienta sed.
- Echarse agua en la cabeza podría sentirse bien, pero esto no introducirá el líquido dentro del cuerpo.
Ofrézcales con frecuencia agua a los niños durante las actividades deportivas. No responden a la sed igual de bien que los adultos.
Los adolescentes y los adultos deben recuperar cualquier pérdida de peso durante el ejercicio con cantidades de líquidos iguales al peso que perdieron. Por cada libra (450 g) que usted pierda mientras hace ejercicio, debe tomar de 16 a 24 onzas (480 a 720 ml) o 3 tazas (720 ml) de líquido dentro de las siguientes 6 horas.
LOGRO DEL PESO DESEADO PARA PROPÓSITOS COMPETITIVOS
El cambio del peso corporal para mejorar el rendimiento atlético debe hacerse con prudencia o esto le puede hacer más mal que bien. Mantener el peso demasiado bajo, bajar de peso demasiado rápido o evitar el aumento de peso de una manera antinatural puede tener efectos negativos para la salud, por lo que es importante establecer metas reales con respecto al peso corporal.
Los atletas jóvenes que están intentando bajar de peso deben trabajar de la mano con un nutricionista profesional. Experimentar con dietas por su cuenta puede llevar a malos hábitos en la alimentación con un consumo inadecuado o excesivo de ciertos nutrientes.
Consulte con un profesional de la salud para hablar sobre una dieta que sea apropiada para el tipo de deporte, su edad, el sexo y la cantidad de entrenamiento.
Nombres alternativos
Ejercicio – nutrición; Ejercicio – líquidos; Ejercicio – hidratación
Referencias
Buschmann JL, Buell J. Sports nutrition. In: Miller MD, Thompson SR. eds. DeLee, Drez, & Miller’s Orthopaedic Sports Medicine. 5th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 25.
Riley E, Moriarty A. Sports nutrition. In: Madden CC, Putukian M, Eric C. McCarty EC, Craig C. Young CC, eds. Netter’s Sports Medicine. 3rd ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 5.
Thomas DT, Erdman KA, Burke LM. Position of the Academy of Nutrition and Dietetics, Dietitians of Canada, and the American College of Sports Medicine: nutrition and athletic performance. J Acad Nutr Diet. 2016;116(3):501-528. PMID: 26920240 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26920240/.
Ultima revisión 4/27/2023
Versión en inglés revisada por: Linda J. Vorvick, MD, Clinical Professor, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington, Seattle, WA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
La economía de la nutrición: ¿análisis de coste-efectividad o análisis de coste-beneficio?
por David Epstein| 27 enero, 2021
La mayoría de los decisores están de acuerdo en que la política sanitaria debe basarse en la evidencia y que, por tanto, la investigación y la evaluación son esenciales para promover terapias que funcionan y para eliminar aquellas que no. Sin embargo, de cierto modo, los economistas y los médicos son socios incómodos (Epstein, 2021). El lenguaje de los economistas se basa en restricciones, presupuestos, costes, compensaciones y optimización, mientras que los médicos se enfocan en la ciencia y el arte de curar.
La metodología predominante utilizada por los economistas en transporte, medio ambiente y otros sectores para evaluar las políticas es el análisis de coste-beneficio (ACB): la comparación de los costes y beneficios de los proyectos de bienes públicos para decidir si deben emprenderse. Fundamentalmente, los “beneficios” en esta metodología generalmente se estiman desde una perspectiva de economía del bienestar, de modo que todos los costes y beneficios se monetizan. Si bien la economía de la salud todavía era una disciplina incipiente en la década de 1970, los metodólogos comenzaron a resistirse a este enfoque, argumentando que no era ético asignar un valor a la vida humana, o por preocupaciones de que la métrica de «disposición a pagar» discriminaba a las personas con bajos ingresos, o del escepticismo sobre la validez de los métodos, o la capacidad cognitiva de los encuestados para expresar su disposición a pagar por servicios relacionados con la salud. Por lo tanto, se creó el análisis de coste-efectividad (ACE) para llenar este vacío, en el que los beneficios relacionados con la salud se informan utilizando una métrica de salud (como el año de vida ajustado por calidad, AVAC) y los costes se informan en términos monetarios.
El enfoque ACE demostró ser exitoso para evaluar políticas y programas de servicios de salud en los que la mayoría de los costes se incurren dentro del sistema sanitario y la mayoría de los beneficios surgen de las mejoras en la salud de las personas tratadas. Esta “perspectiva del pagador” considera el sistema sanitario (ya sea financiado con impuestos, seguridad social o una aseguradora de salud privada) como una unidad autónoma, dentro de la cual el objetivo general es ofrecer programas que maximicen la salud de los beneficiarios dentro de un presupuesto total fijo. En el marco del ACE, el decisor es la institución que gobierna el sistema sanitario; el papel del “paciente” es pasivo, tanto en el sentido de que el paciente no incurre en los gastos del tratamiento como de que no juega un papel importante en su elección.
Sin embargo, el límite entre lo que se encuentra «dentro» del ACE y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta, y lo que debe dejarse «fuera», siempre ha sido discutido. Esto ha llevado a la idea de la perspectiva de la ACE “social” (Sanders et al., 2016). A menudo, esto se interpreta en el sentido de que los beneficios aparte de la salud para el paciente (como el aumento de la productividad de una mejor salud) o los costes sanitarios no pagados por el sistema de salud (como los gastos financiados por el paciente directamente ‘de su propio bolsillo’) pueden o deben incluirse. Si existen costes o beneficios para las entidades del sector público fuera del servicio sanitario (por ejemplo, una intervención para mejorar las comidas escolares, Mora y López-Valcárcel, 2017), entonces se puede considerar una ACE “multisectorial”(Claxton, Sculpher y Culyer, 2007). Puede haber externalidades positivas. Esto se observa a menudo en los programas de vacunación que tienen como objetivo lograr la inmunidad de grupo. La evaluación de estos impactos requiere una ACE «poblacional» o dinámica que tenga en cuenta la transmisión del patógeno entre individuos o subgrupos (Pitman et al., 2012).
En todos los ejemplos hasta ahora, uno podría posiblemente extender la definición de “costes” y / o “beneficios” y aún preservar la naturaleza esencial de ACE, que es que los beneficios no necesitan ser monetizados. Sin embargo, cuando pasamos a evaluar las intervenciones que tienen como objetivo cambiar el estilo de vida de las personas, la heterogeneidad de los tipos de resultados hace que sea cada vez más difícil defender el marco ACE (Federici et al., 2019).
Para visualizar un ejemplo, consideremos la propuesta de aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) para el azúcar y bebidas endulzadas artificialmente que se implementará en España a partir de enero de 2021. El Cuadro 1 muestra un inventario de posibles impactos cualitativos para este tipo de políticas (Walker et al., 2019). Además de la salud de los individuos objeto de las políticas y las ganancias de productividad asociadas, podríamos considerar los posibles beneficios externos que surgen dentro de la red del grupo de pares (Christakis y Fowler, 2007). Esta teoría propone que la obesidad es una especie de enfermedad socialmente contagiosa; por ejemplo, si uno de los cónyuges en un matrimonio se vuelve obeso, es más probable que el mismo ocurra en su pareja (ver la animación).
Asimismo, los servicios sanitarios permitirán ahorrar en la prevención de enfermedades asociadas con el consumo excesivo de azúcar, pero también hay una pérdida de utilidad para el consumidor derivada del aumento de precios y los efectos de sustitución, pérdida de excedente del productor y una ganancia para el gobierno en ingresos tributarios. Algunos de estos saldrán netos, pero el impuesto aún puede producir una ‘pérdida de peso muerto’ (deadweight loss, por su equivalente en inglés) general que al menos debería reconocerse, junto con el reconocimiento de los ganadores y perdedores de la política.
Cuadro 1: Inventario de impacto de un aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) de las bebidas azucaradas del 10% al 21%
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Conde Fernández Hermanos
17 de mayo, 2023
Las empresas del sector deben contar con una flota renovada y moderna para realizar un transporte de alimentos por carretera fiable y seguro
TagsCalidad / Conde Fernández Hermanos / FMCG / Logística / Transitario / TRANSPORTE
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La industria de la alimentación y bebidas, y más concretamente la de bienes de consumo de rápido movimiento (FMCG), desempeña un papel esencial en la economía española. El sector, que está compuesto por más de 30.000 empresas repartidas por todo el territorio nacional, cerró 2022 con una producción de 144.955 millones de euros, alcanzando un aumento del 1,5% con respecto a 2021 y reafirmándose como el primer sector industrial de España, según el último informe económico presentado por el Ministerio de Agricultura y la Federación española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Además, supuso el 20% de la industria manufacturera y contribuyó con un 3% al Producto Interior Bruto (PIB) del país. En términos de empleo, la industria generó 454.800 puestos de trabajo directos.
Para satisfacer las necesidades continuas de la población española, la cadena de valor alimentaria se extiende desde los productores agrícolas hasta los consumidores, e incluye la producción, el proceso de envasado, el almacenamiento, el transporte y la venta al por menor de productos alimenticios y bebidas. El transporte y la logística juegan un papel importante para garantizar el éxito de la industria de la alimentación y bebidas, ya que mantienen un flujo constante desde los almacenes hasta los restaurantes, supermercados, tiendas de alimentación, hospitales, etc. Por este motivo, las empresas del sector deben contar con una flota renovada y moderna para realizar un transporte de alimentos por carretera fiable y seguro y garantizar la integridad de los productos.
Transporte y logística de alimentos y bebidas, una operativa para manos expertas
Aunque la calidad de los alimentos depende del productor, el transporte y la logística de alimentos y bebidas desempeña un papel igualmente importante en la conservación de esa calidad. El transporte de mercancías por carretera implica mucho más de lo que uno se imagina a primera vista. Abarca desde carnes, frutas y verduras de todo tipo hasta diversos ingredientes alimentarios. De esta forma, cada producto de alimentación o bebida requiere unas condiciones de transporte y unos servicios logísticos distintos. Al fin y al cabo, no es lo mismo transportar frutas y verduras que productos congelados o mercancía seca. Por este motivo, el transporte y la logística de alimentos y bebidas debe estar en manos de operadores expertos para garantizar que la mercancía llegue en óptimas condiciones a su lugar de destino.
Buenas prácticas para el transporte de productos alimenticios
Las empresas del sector alimentario deben adoptar medidas básicas de higiene y seguridad alimentaria durante el transporte para evitar la contaminación de los alimentos y que lleguen a su lugar de destino en condiciones óptimas para el consumo. Estas medidas dependerán del tipo de alimento, ya sean productos congelados, mercancía seca o incluso latas y botellas de bebida. A continuación, presentamos las mejores prácticas a la hora de transportar alimentos:
Requisitos del personal de transporte
Las empresas alimentarias deben encargarse de la formación de los empleados asignados al transporte de alimentos, a fin de que estén preparados para comprobar las condiciones de los vehículos y de los productos que transporten. Todo ello para garantizar unas condiciones adecuadas.
Operaciones de carga y descarga
El transporte de alimentos refrigerados es uno de los transportes más complejos. El personal encargado del transporte de alimentos tiene que garantizar la temperatura requerida de los productos desde que salen del almacén hasta que se entregan, y debe realizar las operaciones de carga y descarga con la mayor celeridad posible para que los alimentos no estén expuestos a la temperatura ambiente durante demasiado tiempo, evitando así que se rompa la cadena de frío.
Limpieza, higiene e inspecciones
Los vehículos y sus compartimentos tienen que estar siempre limpios y en condiciones adecuadas de limpieza para evitar el riesgo de contaminación de los alimentos transportados. La limpieza y desinfección del receptáculo debe realizarse antes de cada carga, utilizando productos aptos para uso alimentario y agua potable. De igual forma, cuando los vehículos transporten alimentos de diferente naturaleza, debe existir una separación efectiva entre los productos. Además, los vehículos destinados al transporte de alimentos deben pasar obligatoria y periódicamente una serie de inspecciones para certificar que su estado es el adecuado para garantiza las condiciones óptimas para un transporte seguro de los productos.
Trazabilidad y monitorización de la carga
La trazabilidad juega un papel clave en el transporte de alimentos, ya que permite rastrear el largo y complejo recorrido que sigue cada alimento. Esto es fundamental para garantizar la seguridad de los alimentos y la salud de las personas. Por este motivo, las empresas alimentarias deben poner en práctica sistemas y procedimientos que permitan monitorizar la carga y obtener datos precisos en tiempo real.
Registro sanitario de las empresas del sector alimentario
El Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos (RGSEAA) es una base de datos de carácter informativo que tiene como objetivo la protección de la salud pública y de los intereses de los consumidores, a través de la información actualizada de las empresas que comercializan productos alimentarios en España. Es un registro en el que deben inscribirse todas las empresas que operan con productos alimenticios, tal y como señala el Real Decreto 191/2011, de 18 de febrero, sobre Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos.
Conde Fernández Hermanos, tu transitario para el transporte y la logística de alimentos y bebidas
Los camiones de Conde Fernández Hermanos llevan más de 50 años circulando por las carreteras y transportando mercancías desde su sede central en Sada (A Coruña). Fundada en el año 1965, la empresa familiar gallega desarrolla su actividad en el sector del transporte de mercancías por carretera, abarcando rutas nacionales e internacionales y aportando a sus clientes soluciones logísticas de almacenaje y distribución, gracias a su moderna flota de camiones y a la amplia superficie de almacenaje de sus instalaciones. Desde entonces, la compañía ha crecido de forma sostenida, registrando un incremento continuo en sus resultados empresariales, facturación, números de empleados y flota. De hecho, se ha convertido en una de las principales empresas de transporte en A Coruña y en un referente en su sector.
En Conde Fernández Hermanos adaptan cada proceso a las características que demandan los distintos productos alimenticios, asegurando siempre los más altos estándares de seguridad y calidad. La filosofía de la empresa gallega se basa en crear valor, gracias a que optimiza las operaciones en el transporte de productos con necesidades especiales y, además, reduce posibles riesgos. Gracias a su equipo de profesionales de primer nivel y su amplia experiencia en el sector, la compañía está preparada para ofrecer a la industria soluciones de transporte y logística adaptadas a las necesidades de la cadena alimentaria, brindando servicios a medida para apoyar a las empresas en sus procesos logísticos de importación y exportación.
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Las claves de una alimentación sostenible, responsable e inclusiva
En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en un factor fundamental en la vida cotidiana y, en el ámbito de la alimentación, es un aspecto que adquiere una relevancia cada vez mayor en la toma de decisiones de los consumidores y en su sentimiento de fidelidad hacia las marcas.
ElPozo Alimentación, en sus 70 años de historia, ha sido consciente en cada momento de los cambios que demandaba la sociedad y éstos comenzaron a ponerse en marcha dentro de su estrategia. A lo largo de este tiempo, la compañía viene sumando ambiciosos proyectos de sostenibilidad que le han permitido liderar algunos indicadores dentro de su sector para abordar los desafíos globales y contribuir, por tanto, al bienestar de la sociedad y del planeta.
Desde sus inicios, ElPozo Alimentación ha mantenido los pilares fundamentales necesarios para crecer de una forma sostenible y su esencia no ha cambiado. Este proyecto se sustenta en unos valores que se mantienen vivos y que la compañía traslada a su manera de hacer las cosas cada día, lo que le ha llevado a ser la marca más presente en los hogares españoles por noveno año consecutivo. Su futuro está unido a una alimentación sostenible, responsable e inclusiva, y los compromisos sociales, laborales y medioambientales forman ya una parte importante de su estrategia.
Para dar respuesta a muchos de los desafíos globales urgentes, ElPozo Alimentación aplica en su modelo iniciativas para contribuir a la sociedad, afianzar una política de gobernanza y buen gobierno que fundamenta su identidad y cultura corporativa, mejorar el bienestar de sus empleados, propiciar unas relaciones con la cadena de suministro responsable y de calidad, reducir el desperdicio, optimizar el uso de recursos y minimizar el impacto ambiental. Su principal reto es alimentar a una población que crece y lo hace de una manera respetuosa con lo que le rodea.
Entre sus acciones, la compañía apoya la iniciativa ‘Restaurantes contra el Hambre’, que promueve la ONG Acción contra el Hambre para ayudar a niños y familias en situación de vulnerabilidad y con problemas de acceso a una alimentación básica, y colabora periódicamente en la entrega de alimentos a diferentes asociaciones y entidades asistenciales. Asimismo, es una empresa pionera en incorporar soluciones que favorecen el cuidado de la salud dentro de una dieta variada y equilibrada, con alianzas con instituciones públicas y privadas para promover una alimentación más saludable.
Para satisfacer las necesidades de sus consumidores, ElPozo Alimentación está continuamente pendiente de sus demandas y de las tendencias del mercado. Su estrategia parte de la innovación y de ofrecer propuestas específicas que se adapten a cada persona y les ayude a hacer una elección correcta en su alimentación.
Los ‘gamers’ ya pueden comer sano sin parar de jugar
‘MANA Drink’ sale al mercado como la bebida con los nutrientes necesarios como para que los amantes de los videojuegos no tengan que soltar el mando en todo el día.
Las pautas nutricionales de los ‘gamers’, sin duda, serían capaces de provocar el desmayo de cualquier dietista. Lacombinación de una ingesta desmesurada de alimentos ricos en grasas, carbohidratos y sal, unida al sedentarismo que rodea el mundo de los videojuegos, no augura precisamente nada bueno para la salud.https://2b16f91f310459eb2b0a0ecb854384a5.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
La parte más complicada, pues, consiste en descubrir cómo llevar una dieta saludable sin por ello entorpecer el placer del juego. Sin embargo, existen algunas consideraciones que toda comida que desee adaptarse a la realidad de los ‘gamers’ debe cumplir: que sea fácil de manejar y consumir con una mano, que resulte lo menos grasienta posible para evitar que los dedos queden aceitosos e incluso con restos de comida, y que sea rápida de preparar, por ejemplo, en pausas para ir al baño.
Pues bien, Heaven Labs ha encontrado una solución a este reto: ‘MANA Drink’, una bebida que se ajusta a todas estas características y que, desde un punto de vista nutricional, está diseñada para reemplazar completamente cualquier comida del día. La fórmula fue creada por una joven y ambiciosa start-up que, a pesar de no disponer de demasiado tiempo, quiso dejar de recurrir al fast food para alimentarse mientras centraba toda su atención en su juego.https://2b16f91f310459eb2b0a0ecb854384a5.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
La historia detrás de esta idea -aclara la compañía en una nota de prensa- es simple e incluso, como pasa con muchas otras, personal. Todo empezó cuando el entonces futuro CEO de Heaven Labs, Jakub Krejcík, ‘gamer’ confeso además de fan incondicional de los cómics Marvel, lejos de conformarse con entender su comida a base de una bolsa de patatas fritas y una pizza congelada, decidió pasar a la acción para cambiar esta situación.
Empezó varios experimentos con alimentos, una especie de juego para él, con el que inicialmente quiso saber cuál es el funcionamiento del cuerpo humano y dónde está su límite. Decidió por voluntad propia llevar a cabo un plan especial que restringía la ingesta de comida sólida. Lo primero que tomó fue una bebida sólo a base de sirope de arce biológico, pimienta de cayena, limón y agua caliente.
En una segunda fase un zumo de naranjas frescas; y más adelante un caldo vegetal sin aromatizantes. A pesar de la limitación alimentaria a la que se expuso, se sintió más débil de lo habitual, pero relativamente bien en todo momento y pudo llevar su ritmo de vida normal.Esto despertó su motivación por comprender el funcionamiento de su organismo.
Tras consultar varios estudios sobre cómo la alimentación incide en el estado físico y mental, Jakub se preguntó qué es lo que debía seguir ingiriendo para aumentar la capacidad de su cuerpo. El secreto estaba en una correcta combinación de ingredientes. Fue entonces cuando decidí iniciar un exigente experimento a través del que trabajar en mi propia nutrición. Me hice un análisis de sangre completo para conocer mi estado de salud y lo repetí con frecuencia para saber qué cambios se producían en mi cuerpo y modificar la dieta en un sentido u otro. También estuve bajo la supervisión de mi doctor, explica Jakub.https://2b16f91f310459eb2b0a0ecb854384a5.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
Él compró varios ingredientes y los almacenó en casa para empezarlos a mezclar y dar con una correcta combinación. El resultado del primer intento fue terrible y prácticamente no podía beberse. Tuve que consultar varios estudios sobre cómo modificar el gusto, mezclar los ingredientes y eliminar el olor, sin por ello dejar de obtener una bebida saludabledice Jakub. Dos meses más adelante, y después de varios intentos, obtuvo un producto con el que sustituyó el 100% de su dieta.
Me sentía realmente bien, como nunca antes. No padecía ningún dolor y todos los cambios que experimentó mi cuerpo indicaban un estado de salud óptimo: tenía buen color de piel, mi pelo estaba más suave, mis dientes eran más blancos, mis uñas crecían más rápido de lo habitual estaba de buen humor y rebosaba energía. La gente que no me había visto durante estos dos meses me notaba diferente, como si me hubiera quitado unos años de encima. Y estuve más contento aún al recibir mi último análisis de sangre de un laboratorio bioquímico especial, cuyos doctores confirmaron que todo había tenido un impacto muy positivo en mi cuerpo, asegura Jakub.https://2b16f91f310459eb2b0a0ecb854384a5.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
Tras esta experiencia, decidió compartirla con el público general. Quería poner en marcha una idea capaz de ayudar a la gente, de cambiar su percepción sobre la alimentación y, en definitiva, de mejorar así su calidad de vida, comenta Jakub. Por último, y tras varios meses más de pruebas y la contratación de un experimentado equipo de químicos y nutricionistas, ‘MANA Drink’ vio la luz.
MANA Drink -continúa la compañía- «no solo está pensada para los ‘gamers’, sino también para todas aquellas personas que cuidan su salud, pero que no pueden o no quieren dedicar tiempo a cocinar».
MANA Drink es una bebida de 330ml a base de ingredientes naturales tales como aceite de coco y fibra de avena, entre otros, y que aporta 400 calorías y cubre el 20% de las necesidades nutricionales diarias del cuerpo humano. Contiene todos los nutrientes que el organismo necesita: proteínas, carbohidratos, grasas, fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes y otros súper elementos.
Por el contrario, no contiene ningún tipo de toxinas, metales pesados, sustancias cancerígenas, lactosa o ingrediente de origen animal. Es una bebida que tan sólo hay que agitar, abrir y degustar para reemplazar totalmente cualquier comida del día, a la vez que ayuda a mantener una dieta sana y equilibrada mientras los ‘gamers’ juegan.
La SEGHNP y el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP se suman a las matizaciones de la ESPGHAN a las recomendaciones de la OMS sobre alimentación complementaria
El Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNyLM) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) se han sumado a las respuestas que la European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) y otras 10 organizaciones pediátricas internacionales han realizado a la guía actualizada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre alimentación complementaria, cuyo objetivo es proporcionar recomendaciones para lactantes sanos a término y niños pequeños de 6 a 23 meses.
Las organizaciones pediátricas valoran de forma positiva el documento, pero han emitido algunas consideraciones matizando ciertas recomendaciones. Los pediatras europeos opinan que algunas afirmaciones deben adaptarse en función del contexto, pues la guía va dirigida tanto a países de ingresos bajos, como medios y altos.
“Por ello, es cuestionable la aplicación de algunos aspectos de las recomendaciones a nuestro entorno, como el uso de leches animales en lactantes menores de 12 meses, la continuación de la lactancia materna de forma generalizada en el segundo año de vida o la edad de introducción de la alimentación complementaria”, explica la doctora Rosaura Leis, coordinadora del CNyLM de la AEP. En la misma línea se posiciona el doctor Javier Martín de Carpi, presidente de la SEGHNP: “Sugerimos que estas recomendaciones sean específicas para cada contexto y que sigan el enfoque ya utilizado por el Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS en su recomendación sobre el uso de alimentos enriquecidos. Sin esta modificación, las recomendaciones podrían causar confusión y posibles daños para la salud no deseados”.
Religión y comida: costumbres que alimentan
Religión y comida: costumbres que alimentan
Las tradiciones religiosas relacionadas con la comida se traducen en qué alimentos se pueden o no comer y cuándo; cómo se deben preparar; y si hay o no periodos de ayuno. Son unos criterios más o menos flexibles dependiendo de la zona geográfica en la que se viva o del grupo étnico, social o cultural al que se pertenezca
Durante el Ramadán se rompe el ayuno por la noche/EFE/EPA/Narendra Shrestha
- 6 de marzo, 2019
- MADRID/EFE/ÁNGELA ARRIZABALAGA/HENAR FERNÁNDEZ
Laura González, nutricionista y responsable de salud de Nestlé, conversa con Henar Fernández en “El Bisturí” y relaciona la religión con la alimentación en el Abecedario de la Nutrición.
Cristianismo
En el catolicismo no hay alimentos prohibidos, pero existe un principio general: comer en exceso está considerado un pecado capital que se llama gula. No contempla ningún periodo de ayuno pero predica la abstinencia de comer carne en Cuaresma. Esta práctica ahora se ha limitado a los viernes de Cuaresma.
En el domingo de Resurrección es típico comer cordero, símbolo de pureza; y huevos, símbolo de resurrección.
Islam
Promueve el ayuno durante el Ramadán, que se asocia a un periodo de penitencia, disciplina personal, purificación e identidad colectiva. En este tiempo, no se puede comer ni beber mientras sea de día.
Se rompe el ayuno con agua y dátiles, antesala de la sopa típica a base de legumbres y cereales. De este ayuno se exime a las personas enfermas, niños y ancianos. Prohíbe la sangre de los animales, también las bebidas alcohólicas y las carnes de cerdo, aves rapaces, jabalí y reptiles.
Judaísmo
Las limitaciones alimentarias del judaísmo tienen similitud con las del islam, con algunas particularidades. El dogma alimentario clave es que los animales que se consumen deben ser puros y preparados según el rito: tiene que haber un matarife especializado y se hace en presencia de un rabino. El desangrado del animal se hace por completo y se asegura que sea total gracias al lavado y secado de la carne.
Se prohíbe la carne de animales de cuatro patas que no sean rumiantes y con pezuña partida.
Budismo
Los budistas se abstienen de comer carne o causar daño a los animales porque su consumo dificulta su camino al nirvana o el estado de comunión con el universo. Ellos creen en la reencarnación. Se practica el vegetarianismo, donde soja, arroz, frutas y hortalizas son los alimentos principales.
Aunque su alimentación es predominantemente vegetariana, el pescado no está prohibido totalmente. Hay algunos días de ayuno o abstinencia a lo largo del año.
Hinduismo
Hay algunas similitudes con el budismo, pero también algunas diferencias. Así como en el budismo el dogma alimentario orienta hacia el vegetarianismo, consumen pescados y lácteos. En el hinduismo no se promueve el consumo de carne ya que va en contra del principio de no hacer daño a los animales y porque creen en la reencarnación.
La vaca es un animal sagrado, posiblemente por los servicios que presta en la agricultura, es decir, la producción de leche, la fertilidad de las tierras, y combustible en los hogares. No se consume sangre ni huevos porque son el origen de la vida.
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Rico-de la Rosa L, et al. Rev. Nutr. Clin. Metab. 2022;5(1):51-60.
El rol de la nutrición en la salud mental y los trastornos psiquiátricos: una perspectiva traslacional
The role of nutrition in mental health and psychiatric disorders:
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O papel da nutrição na saúde mental e nos transtornos psiquiátricos:
uma perspectiva translacional
Lucero Rico-de la Rosa1, Enrique Cervantes-Pérez2,3*, Miguel Robledo-Valdez1, Gabino Cervantes-Guevara3,4, Guillermo A. Cervantes-Cardona5, Sol Ramírez-Ochoa2, Alejandro González-Ojeda6, Clotilde Fuentes-Orozco6, Gabino Cervantes-Pérez2, Lorena A. Cervantes-Pérez7, Andrea Pérez de Acha Chávez8.
Recibido: 24 de abril de 2021. Aceptado para publicación: 12 de febrero de 2022.
Primero en línea: 12 de febrero de 2022.
1 Departamento de Nutriología Clínica. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Ciudad de México, México.
2 Departamento de Medicina Interna, Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”; Guadalajara, Jalisco, México.
3 Departamento de Bienestar y Desarrollo Sustentable, Centro Universitario del Norte, Universidad de Guadalajara; Colotlán, Jalisco, México.
4 Departamento de Gastroenterología, Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”; Guadalajara, Jalisco, México.
5 Departamento de Disciplinas Filosófico, Metodológicas e Instrumentales, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara; Guadalajara, Jalisco, México.
6 Unidad de Investigación Biomédica 02, UMAE, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional de Occidente, IMSS; Guadalajara, Jalisco, México.
7 Unidad de Trasplante de Médula Ósea, Instituto Nacional de Cancerología; Ciudad de México, México.
8 Departamento de Geriatría. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Ciudad de México, México.
*Correspondencia: Enrique Cervantes Pérez.
enrique.cervantes@academico.udg.mx
Resumen
Las enfermedades mentales y los trastornos neurológicos se encuentran entre las principales causas de discapacidad a nivel mundial. En los últimos años, múltiples estudios epidemiológicos han investigado la relación existente entre los patrones dietéticos y el estado mental, con énfasis en la influencia de factores genéticos y ambientales en el desarrollo de dichos trastornos. Asimismo, se ha reconocido que el desarrollo neuronal está ciertamente influenciado por factores nutricionales, dependientes de una ingesta adecuada de nutrientes esenciales, vitaminas y minerales, y la vitamina D, el complejo B, los ácidos grasos omega 3, el yodo, el hierro, los prebióticos y los probióticos son nutrientes indispensables tanto en la estructura como en el desarrollo cerebral, cuyas alteraciones pueden comprometer negativamente la salud mental. Por una parte, se ha postulado gran variedad de vías patológicas implicadas en el desarrollo de dichos trastornos; entre ellas se destaca la inflamación crónica de bajo grado, la cual se ve influenciada por ciertos estresores psicosociales que, en conjunto, estimulan la red de citocinas proinflamatorias, lo que resulta en cambios neuroconductuales. Por otra parte, la microbiota intestinal (MI) desempeña un papel importante en múltiples vías neurobiológicas debido a su rol en la modulación del factor neurotrófico derivado del cerebro, así como en el metabolismo del triptófano, y su desregulación es un factor importante en el comportamiento del individuo.
Palabras clave: trastornos psiquiátricos, microbiota intestinal, probióticos, salud mental, nutrición, vitaminas.
Summary
Mental as well as neurological disorders are among the leading causes of disability worldwide. In recent years, multiple epidemiological studies have investigated the relationship between dietary patterns and mental status, emphasizing the influence of genetic and environmental factors on the development of such disorders. It has also been recognized that neuronal development is certainly influenced by nutritional factors dependent on an adequate intake of essential nutrients, vitamins and minerals. Vitamin D, B complex, omega 3 fatty acids, iodine, iron, prebiotics and probiotics are considered essential nutrients for brain structure and development, whose alteration can negatively compromise mental health. A wide variety of pathological pathways involved in the development of these disorders have been postulated. Low-grade chronic inflammation, influenced by certain psychosocial stressors, stimulates the network of proinflammatory cytokines, resulting in neurobehavioral changes. On the other hand, the gut microbiota (GM) plays an important role in multiple neurobiological pathways, due to its involvement in the modulation of the brain-derived neurotrophic factor, as well as in the metabolism of tryptophan. Gut microbiota deregulation is an important factor in individual behavior.
Keywords: Psychiatric disorders; Gut microbiota; Probiotics; Mental health; Nutrition; Vitamins.
Resumo
Doenças mentais e distúrbios neurológicos estão entre as principais causas de incapacidade em todo o mundo. Nos últimos anos, vários estudos epidemiológicos têm investigado a relação entre padrões alimentares e estado mental, enfatizando a influência de fatores genéticos e ambientais no desenvolvimento desses transtornos. Da mesma forma, tem sido reconhecido que o desenvolvimento neuronal é certamente influenciado por fatores nutricionais, dependentes de uma ingestão adequada de nutrientes essenciais, vitaminas e minerais, sendo a vitamina D, o complexo B, os ácidos graxos ômega 3, o iodo, o ferro, os prebióticos e probióticos, nutrientes essenciais tanto na estrutura quanto no desenvolvimento cerebral, cujas alterações podem comprometer negativamente a saúde mental. Tem sido postulada uma ampla variedade de vias patológicas implicadas no desenvolvimento desses transtornos; entre elas, destaca-se a inflamação crônica de baixo grau, que tem sido influenciada por determinados estressores psicossociais que, juntos, estimulam a rede de citocinas pró-inflamatórias, resultando em alterações neurocomportamentais. Por outro lado, a microbiota intestinal (MI) desempenha um papel importante em múltiplas vias neurobiológicas, devido ao seu papel na modulação do fator neurotrófico derivado do cérebro, bem como no metabolismo do triptofano, sendo sua desregulação um fator importante no comportamento do indivíduo.
Palavras-chave: transtornos psiquiátricos; microbiota intestinal; probióticos; saúde mental; nutrição; vitaminas.
Introducción
Las enfermedades mentales y los trastornos neurológicos se encuentran entre las principales causas de discapacidad a nivel mundial y representan el 18,9 % y 5,6 % de los años vividos con una discapacidad, respectivamente(1). El trastorno depresivo mayor (TDM), el trastorno bipolar (TBP), la esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se han reconocido como los trastornos mentales más comunes(2). En los últimos años, múltiples estudios epidemiológicos han investigado la relación entre los patrones dietéticos y el estado mental(3), puntualizando la influencia de los factores genéticos y ambientales, incluidos el estrés, la dieta y la inactividad física, en el desarrollo de dichos trastornos(4). Aunado a esto, se ha propuesto que un mal estado nutricional durante el período perinatal emerge como un determinante negativo en los resultados ulteriores de la salud mental en los niños, y la desregulación emocional y conductual son condiciones asociadas durante la infancia(5,6).
Algunos estudios sugieren que los procesos biológicos potenciales involucrados en la relación dieta/salud mental incluyen fenómenos como la inflamación, el estrés oxidativo y la neuroplasticidad, entre los cuales se destaca el microbioma intestinal (MI)(6).
El cerebro humano opera a una tasa metabólica muy elevada, lo que representa el 20 % de las demandas energéticas a nivel corporal. Esto recae en la utilización de una proporción sustancial de la ingesta total de energía y nutrientes de un individuo(7,8). Dada la importancia del papel que supone la dieta en la modulación de los procesos inflamatorios, así como en la composición, estructura y función cerebral, se ha observado que el alto consumo de alimentos densos en energía y deficientes en nutrientes puede contribuir a una mayor inflamación en aquellos pacientes con enfermedades mentales graves, incluidas el TDM, TBP y la esquizofrenia(9-11). El objetivo de la presente revisión es sintetizar la evidencia sobre el rol de la nutrición en los trastornos psiquiátricos, con especial énfasis en la interacción de distintos nutrientes sobre el MI y su participación en la salud mental desde la perspectiva traslacional.
Metodología
Diseño
Revisión narrativa.
Fuentes de datos
Medline, Scopus, PubMed.
Términos de búsqueda
«Psychiatric disorders», «Gut microbiota», «Probiotics», «Mental health», «Nutrition», «Vitamins».
Selección de estudios y extracción de datos
Los artículos se eligieron en función de su relevancia con respecto a los mecanismos relacionados con la nutrición en pacientes con trastornos psiquiátricos, salud mental y el papel de los nutrientes en el MI publicados entre 2008 y 2020. Se revisaron las listas de referencias para identificar artículos relevantes adicionales.
Desarrollo
Factores nutricionales implicados en la función cerebral
Diversos autores definen lo que comúnmente se denomina mente como el conjunto de operaciones llevadas a cabo por el cerebro, de tal modo que los trastornos del comportamiento representan el resultado de múltiples alteraciones en la función cerebral(12). Se ha reconocido que tanto el desarrollo neuronal como los mecanismos de reparación (factores neurotróficos) a lo largo de la vida están ciertamente influenciados por factores nutricionales dependientes de la ingesta adecuada de nutrientes esenciales, vitaminas y minerales(8). Esto se explica puesto que el cerebro extrae aproximadamente el 20 % de la glucosa de la sangre arterial para el adecuado suministro de energía(12).
Adicionalmente, se sabe que el 20 % de la grasa en nuestro cerebro está constituida por ácidos grasos esenciales, entre los cuales destacan los ácidos grasos omega 3 y omega 6, que derivan de la dieta y cumplen una función esencial en la formación de las membranas neuronales y gliales(12,13). Adicionalmente, se ha reportado que las terminaciones nerviosas contienen la mayor cantidad de vitamina C en el cuerpo(13).
Tanto la estructura como la función que desempeña el cerebro, incluida la comunicación inter- e intracelular, dependen específicamente de ciertos aminoácidos, grasas, vitaminas, minerales y oligoelementos(8). No obstante, a pesar de que todos los nutrientes son indispensables para el crecimiento óptimo de dicho órgano, las proteínas, el hierro, la colina, el ácido fólico, el yodo, las vitaminas A, D, B6, B12 y los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga se distinguen por contribuir al buen desarrollo neurológico(10).
Procesos biológicos que median la relación dieta-salud mental
La inflamación crónica de bajo grado, caracterizada por el aumento en las citocinas proinflamatorias y proteínas de fase aguda, se han implicado en el desarrollo de novo de depresión, esquizofrenia y TBP(6). De manera íntegra se ha sugerido que diferentes tipos de estresores psicosociales pueden estimular la red de citocinas proinflamatorias, lo que induce a un incremento de interleucina 6 (IL-6) y del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), al igual que niveles reducidos de compuestos antiinflamatorios endógenos, lo que resulta en cambios neuroconductuales(14). Por su parte, la presencia de factores ambientales, que incluyen el tabaquismo, la obesidad y, en particular, una dieta deficiente en nutrientes, se traduce en la utilización de citocinas y vías de señalización relacionadas, y estas son capaces de aumentar los marcadores inflamatorios, como la proteína C-reactiva (PCR), que en cantidades elevadas se sugiere que puede incrementar la permeabilidad paracelular de la barrera hematoencefálica, lo que se vincula con un riesgo alto de un primer episodio de depresión, esquizofrenia y TBP(15,16).
El estrés oxidativo parece ser relevante para las enfermedades mentales(6). Dado que los antioxidantes, como la coenzima Q10, el zinc y el glutatión, poseen efectos antiinflamatorios, los niveles reducidos de estos incrementan la carga inflamatoria y el estrés oxidativo, lo cual, en conjunto, afecta las defensas antioxidantes, con una disminución observada en los niveles de vitamina E y zinc asociados con la depresión(17). Un metaanálisis reciente reportó una reducción de la capacidad antioxidante total durante episodios agudos de depresión (p < 0,05); asimismo, se observó un descenso en los niveles de zinc en estos pacientes en comparación con el grupo control(18).
Por su parte, la MI desempeña un papel importante en múltiples vías neurobiológicas relacionadas con la enfermedad mental, incluida la modulación del factor neurotrófico derivado del cerebro, el cual se considera esencial para la plasticidad neuronal. Se ha visto que factores dietéticos pueden llegar a alterarlo(6,19). Así pues, parece plausible que la MI puede reclutar, de manera directa o indirecta, el metabolismo del triptófano, cuya desregulación se ha implicado en la patogénesis de la esquizofrenia, lo que contribuye, de esta manera, en la modulación del comportamiento del individuo(20,21).
El eje cerebro-intestino implica una vía de señalización bioquímica entre el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal. Cuando este último se ve comprometido, aumenta la permeabilidad intestinal, lo que conduce a la activación de la respuesta inmune innata. Esto resulta en niveles crónicamente elevados de mediadores inflamatorios, lo cual activa el eje hipotálamo-pituitario-adrenal, aumenta la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y disminuye el nivel de serotonina, de tal forma que promueve el desarrollo de un amplio espectro de enfermedades psiquiátricas, incluida la depresión(22,23). Anteriormente, se describió que múltiples neurotransmisores sintetizados por la MI, como la serotonina, la dopamina y la acetilcolina, pueden atravesar la mucosa intestinal para mediar diversos eventos fisiológicos en el cerebro(24). En la Figura 1 se muestra la relación bidireccional entre la MI y el eje intestino-cerebro, así como su influencia en el comportamiento del individuo.
Figura 1. Comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y los componentes del eje intestino-cerebro, que influyen en la homeostasis y en el riesgo de enfermedad. SNA: sistema nervioso autónomo; SNC: sistema nervioso central; SNE: sistema nervioso entérico.
Rol de los nutrimentos en la salud mental
Vitamina D
Además del papel que desempeña en la homeostasis mineral, la vitamina D se involucra en numerosos procesos cerebrales que incluyen la neuroinmunomodulación, la regulación de factores neurotróficos, la neuroprotección, la neuroplasticidad y el desarrollo cerebral; no obstante, se ha considerado como un neuroesteroide implicado tanto en la apoptosis, como en la expresión de diversos genes(12,25).
Los receptores de vitamina D están presentes en las neuronas, y la glía de múltiples áreas del cerebro, incluidas la corteza y el hipocampo, se implica de manera directa en la fisiopatología de la depresión(25). Un estudio de cohorte, realizado por Hoogendijk y colaboradores(26) en 2008, encontró que los niveles de 25-hidroxivitamina D fueron más bajos en adultos mayores con depresión leve y trastorno depresivo mayor, en comparación con los niveles de individuos control (p < 0,001). En otro metaanálisis por Anglin y colaboradores, en 2013, se mostró que bajas concentraciones de vitamina D se asociaban con la depresión(25). Aunado a esto se han identificado elementos sensibles a dicha vitamina en las regiones promotoras de los receptores de la serotonina y la triptófano hidroxilasa, dos genes asociados con dicha condición(27).
Dado que uno de los hallazgos más sólidos en la epidemiología de la esquizofrenia ha sido la tendencia de estas personas a nacer en invierno, la idea de que una baja concentración de vitamina D prenatal podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de dicha entidad en adultos se propuso por primera vez en 1999(27,28). Un estudio de casos y controles en 2010, realizado por McGrath y colaboradores, concluyó que tanto las concentraciones bajas como elevadas de vitamina D neonatal se han vinculado con un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia(29).
Recientemente se han descrito algunos efectos neuroprotectores de la vitamina D, ya que esta inhibe la síntesis de óxido nítrico sintetasa, una enzima inducida en las neuronas y células no neuronales durante la isquemia o en condiciones neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer, Parkinson y esclerosis múltiple(27). Adicionalmente, se ha demostrado que dicha vitamina regula positivamente la expresión del factor neurotrófico de la línea celular glial, cuyo receptor está fuertemente vinculado con la enfermedad de Parkinson(27).
Complejo B
El folato, la vitamina B6 y B12 son partes fundamentales en el metabolismo de la homocisteína, y la deficiencia de dichos nutrientes es un factor que contribuye a generar un aumento en los niveles de homocisteína en la sangre, lo que repercute negativamente en la salud mental(4). Esto se explica debido a la inducción del estrés oxidativo, que resulta en una interrupción de la biosíntesis óptima de los neurotransmisores de la dopamina, así como en un daño del ácido desoxirribonucleico (ADN) neuronal, lo que afecta la función glial y sináptica, y finalmente conduce a un deterioro neurológico o depresión(30,31). Asimismo, un estado de hiperhomocisteinemia se ha vinculado con atrofia del hipocampo y lesiones de la sustancia blanca, considerándose como un factor de riesgo independiente para accidentes cerebrovasculares y deterioro cognitivo, incluida la enfermedad de Alzheimer confirmada patológicamente(32).
En nuestro cuerpo, la vitamina B12 y el ácido fólico convierten la homocisteína en un compuesto llamado S-adenosilmetionina (SAM), el cual se asocia con un aumento en la producción de dopamina, noradrenalina, serotonina y melatonina, conocido por sus propiedades antidepresivas(30). Así pues, una disminución en los niveles de dicho compuesto significa que existe una menor capacidad para crear neurotransmisores que mejoren el estado de ánimo, lo cual, en última instancia, conduce a depresión y deterioro cognitivo(30). En 2011, Levkovitz y colaboradores realizaron el primer ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en el que se demostró que un aumento de SAM por vía oral en pacientes con TDM tiende a mejorar los síntomas cognitivos relacionados con la memoria en pacientes deprimidos; no obstante, se requieren más estudios para replicar o refutar dichos hallazgos(33).
Existe evidencia que demuestra una clara relación entre el ácido fólico y la vitamina B12 con el desarrollo de esquizofrenia; sin embargo, no está claro si otras vitaminas del complejo B están involucradas en el proceso(34). En 2017, Cao y colaboradores evaluaron la asociación entre la esquizofrenia y 6 tipos de vitaminas del complejo B, que incluían la colina, la biotina, la riboflavina, la piridoxamina, la piridoxina y la nicotinamida en 128 casos de esquizofrenia y 101 controles. Se reportó que dicha entidad se asociaba con un nivel más bajo de piridoxina (p < 0,001), de la misma manera que con un nivel más alto de nicotinamida (p < 0,036); no obstante, las 4 vitaminas restantes no mostraron diferencia estadística en los casos frente a los controles(34).
Ácidos grasos omega 3
Aproximadamente entre el 36 % y el 60 % del tejido nervioso está compuesto por lípidos. En el cerebro, dichas sustancias suelen ser complejas e incluyen glicerofosfolípidos, esfingolípidos, gangliósidos y colesterol, cuya función es fungir como componentes estructurales de las membranas cerebrales. Los primeros contienen una proporción elevada de ácidos grasos poliinsaturados derivados de dos ácidos grasos esenciales: el ácido docosahexaenoico (DHA, omega 3) y el ácido araquidónico (omega 6)(4,35).
Estudios han reportado deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 en pacientes con una amplia gama de trastornos mentales, entre los cuales destacan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la depresión, el Alzheimer, la esquizofrenia y el trastorno del espectro autista(36,37). Aunado a esto, se ha sugerido que una ingesta alta de pescado se vincula con un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, incluso se ha visto que, en pacientes con deterioro cognitivo leve, esto puede retrasar la progresión de la enfermedad; sin embargo, no se ha observado mejoría ni una reducción en la disminución de las funciones cognitivas mediante la suplementación con omega 3 en pacientes con Alzheimer moderado(37).
Por otro lado, varios estudios sugieren que la depresión puede compartir características fisiopatológicas comunes con las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, entre los cuales se encuentran un incremento en la producción de citocinas proinflamatorias, disfunción endotelial y elevación en los niveles plasmáticos de la homocisteína(38). Las primeras interfieren en múltiples mecanismos que caracterizan la patogénesis de la depresión, lo que altera el metabolismo de la serotonina y reduce la plasticidad sináptica, así como la neurogénesis del hipocampo(38).
Dado que el efecto antiinflamatorio de la omega 3 se ha reconocido ampliamente, se propone que este influye de manera positiva en el estado depresivo(38). En un metaanálisis, por Sublette y colaboradores en 2011, se mostró que los suplementos con un contenido de ácido eicosapentaenoico (EPA) ≥ 60 % del total del EPA + DHA, en un rango de dosis de 200 a 2200 mg de EPA fueron efectivos contra la depresión primaria (p = 0,001); sin embargo, aquellos con un contenido menor del 60 % fueron ineficaces (p = 0,756), identificando al EPA como el componente eficaz de los ácidos grasos polinsaturados en el tratamiento de la depresión(39). A pesar de ello, aún se necesitan más estudios para determinar los mecanismos del beneficio terapéutico del EPA(39).
Adicionalmente, se ha visto que existe una correlación significativa entre la concentración total de ácidos grasos polinsaturados y la mielinización del tracto frontotemporal de materia blanca en pacientes con esquizofrenia de inicio reciente. Por tal motivo, este tipo de ácidos grasos se han considerado como un objetivo terapéutico importante en la esquizofrenia(40).
Yodo
El yodo es un micronutriente esencial incorporado a las hormonas tiroideas, cuya función es intervenir, de manera directa o indirecta, en múltiples procesos metabólicos y de desarrollo, incluidos la regulación térmica y metabólica, así como el desarrollo y la función del sistema nervioso central(41). Un estado inadecuado de dicho micronutriente altera la síntesis de hormonas tiroideas, lo que repercute negativamente en el desarrollo del cerebro durante el período fetal(42).
Se ha demostrado que los receptores de la hormona tiroidea se expresan profusamente tanto en las neuronas como en las células gliales (astrocitos y oligodendrocitos)(41). Un estudio reportó que particularmente los niveles más altos de yodo se encontraban en la corteza frontal, el núcleo caudado y el putamen, estructuras involucradas en la función cognitiva(43). Aunado a esto, estudios experimentales mostraron que la citoarquitectura de la corteza cerebral puede alterarse de manera irreversible en casos de deficiencia de yodo durante el desarrollo fetal, lo que causa patrones neuronales anormales, que se asocian con el deterioro cognitivo en niños(10). Mohammed y colaboradores encontraron que la ingesta de sal yodada en mujeres embarazadas mejoraba el desarrollo cognitivo infantil; sin embargo, no se encontraron diferencias generales en las puntuaciones del desarrollo motor y del lenguaje(44).
Adicionalmente, se ha sugerido que existe un mayor riesgo de desarrollar TDAH en niños cuyas madres presentan concentraciones séricas anormales de la hormona tiroidea durante el embarazo temprano, incluso se ha descrito dicho trastorno en casos de hipertiroidismo, deficiencia de yodo e hipotiroxinemia materna. Esta última, en casos graves, se ha vinculado con síntomas autistas(41).
Hierro
El hierro desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de múltiples funciones biológicas, que incluyen el transporte de oxígeno, la respiración mitocondrial y el crecimiento y la diferenciación celular; y es esencial para el desarrollo y la salud cerebral. Así pues, dicho micronutriente se caracteriza por tener un papel crucial en el mantenimiento de las altas demandas metabólicas y energéticas de los tejidos neuronales, y se involucra, de manera directa, en la síntesis de la mielina y los neurotransmisores(45,46).
La deficiencia de hierro puede dar lugar a una serie de resultados adversos para la salud, entre ellos, la anemia por deficiencia de dicho micronutriente, que genera síntomas como fatiga, palidez y mareo(47). Es la deficiencia nutricional más común en el mundo y una de las cuatro causas principales de pérdida del potencial en el desarrollo de niños en países de ingresos bajos y medianos(48). Asimismo, se documenta que dicha deficiencia en el período posnatal o fetal temprano incrementa el riesgo de autismo, esquizofrenia, depresión, ansiedad y peor función ejecutiva en la edad adulta(48).
Estudios no humanos han demostrado la importancia del papel que desempeña el hierro en múltiples mecanismos neuronales y fisiológicos, como las funciones dopaminérgicas normales, la formación de hemoglobina, la mielinización, el estrés neurooxidativo y otros efectos neurológicos. Los estudios en humanos han demostrado que los niveles más altos de hierro corporal se vinculan con la función dopaminérgica. Sin embargo, en adultos mayores, un mayor nivel de ferritina se asoció longitudinalmente con el riesgo de enfermedad de Alzheimer y la disminución del volumen del hipocampo(49).
Una revisión Cochrane, en 2013, concluyó que el tratamiento con hierro en niños menores de 3 años con anemia por deficiencia de este micronutriente no tiene ningún efecto sobre el desarrollo psicomotor o la función cognitiva dentro de los 30 días ulteriores al comienzo de la terapia(50). No obstante, un estudio de cohorte prospectivo, realizado por Arija y colaboradores en 2019, concluyó que tanto el estado materno de hierro como la ingesta de hierro durante el embarazo se asocian con la función neuropsicológica en los niños. En particular, los hijos de mujeres con ferritina sérica > 12 g/L en el primer período de embarazo, o bien, con una ingesta total de hierro superior a 14,50 mg/día, mostraron una mejor función cognitiva ejecutiva(51).
Un estudio realizado por Kassir en un lapso de 2 años (2012-2013) encontró que más del 80 % de los pacientes psiquiátricos (n total = 412) tenía deficiencia de hierro. Aunque el bajo nivel de hierro no puede explicar todos los síntomas físicos y psiquiátricos en los pacientes, es útil tener en cuenta que más de la mitad de los sujetos evaluados presentaba deficiencia de dicho micronutriente(52).
Prebióticos y probióticos
Múltiples propiedades benéficas de los prebióticos se han propuesto para la salud del tracto gastrointestinal, incluidas la inhibición de patógenos y la estimulación inmunológica. No obstante, su influencia en la salud mental es bien reconocida debido al papel que desempeñan en la disminución de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, así como en la neuroinflamación(22). Estudios han demostrado que la suplementación con prebióticos reduce la capacidad de respuesta al estrés, la ansiedad y el comportamiento depresivo, además de aumentar la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro y mejorar la cognición, así como los patrones de sueño en pacientes con trastorno del espectro autista(22).
La disbiosis de la MI se ha correlacionado con diversas enfermedades del sistema nervioso central e incluso se ha planteado que dicha desregulación incrementa el riesgo de desarrollar TDAH. Aunado a esto, se ha observado la presencia de recuentos más bajos de Bifidobacterium en individuos con TDM y Alzheimer(23).
Recientemente se ha demostrado que los astrocitos derivados de individuos con trastorno del espectro autista tienen niveles más elevados de citocinas proinflamatorias(53). Así pues, la evidencia ha reportado que la intervención con probióticos, como Bifidobacterium y Lactobacillus, puede reducir los niveles de dichas citocinas(23).
Por otro lado, varios estudios han investigado las propiedades de la suplementación con probióticos y su influencia en el estado de ánimo en personas sin un diagnóstico clínico de depresión, y se encontró que estos pueden disminuir los sentimientos de depresión, ansiedad y estrés(54). De igual manera, se ha reportado que su administración crónica puede normalizar los niveles de noradrenalina, factor neurotrófico derivado del cerebro, así como la función inmune(22). Un estudio realizado en 2009 por Rao y colaboradores(55) evaluó los efectos de una bacteria probiótica en los síntomas emocionales de 39 pacientes con síndrome de fatiga crónica durante un período de 8 semanas, y mostró que hubo un aumento significativo de Lactobacillus y Bifidobacteria en aquellos sujetos que tomaron Lactobacillus casei cepa Shirota; asimismo, reportaron una disminución significativa en los síntomas de ansiedad en quienes tomaron los probióticos frente al grupo de control (p = 0,01). No obstante, se requieren más estudios para examinar más a fondo la estructura y función intestinal, así como los marcadores fisiológicos asociados con la ansiedad y la depresión.
Limitaciones
La evidencia científica en el campo de la nutrición y las enfermedades mentales y neurológicas ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, aún existe una gran cantidad de limitantes, entre ellas, la ausencia de evidencia científica robusta, que explique no solo la interacción de los nutrientes con las funciones neurológicas y su relación con las enfermedades mentales, sino también las posibles rutas terapéuticas necesarias para prevenir, tratar y mitigar el desarrollo de complicaciones en este grupo particular de enfermedades.
Conclusiones
Actualmente, la nutrición en el campo de la salud mental continúa siendo un tema de controversia. Ejemplo de ello es la suplementación con vitamina D, la cual se describió en condiciones neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer, la de Parkinson y la esclerosis múltiple, y de este modo es reconocida por sus efectos neuroprotectores. Asimismo, se ha demostrado que existe una clara relación entre el ácido fólico y la vitamina B12 con el desarrollo de la esquizofrenia. La dieta es un factor determinante en la modulación de procesos inflamatorios, así como en la composición y función cerebral; debido a esto, se ha sugerido que el consumo de ácidos grasos omega 3 puede influir de manera positiva en estados depresivos y retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer en pacientes con deterioro cognitivo leve.
Por un lado, la disbiosis de la MI se correlaciona con diversas enfermedades del sistema nervioso central, lo que incrementa el riesgo de desarrollar TDAH. No obstante, se requieren más estudios para examinar a fondo la estructura y la función intestinal, así como los marcadores fisiológicos asociados con la ansiedad y la depresión. Por otro lado, se ha postulado que la suplementación con probióticos puede disminuir los síntomas depresivos, de ansiedad y de estrés. Existe la necesidad de nuevos ensayos clínicos controlados para establecer las pautas sobre la suplementación en pacientes con trastornos psiquiátricos y enfermedades neurológicas.
Puntos clave y declaración de relevancia clínica
- La nutrición traslacional permite establecer un vínculo entre las ciencias básicas y la aplicación en la clínica; las enfermedades mentales y neurológicas no son la excepción.
- En años recientes, el rol de la microbiota intestinal y su participación en procesos neurobiológicos representan un pilar fundamental para la comprensión de distintas entidades clínicas y su interrelación con los micro- y macronutrientes.
- La vitamina D, el complejo B, los ácidos grasos omega 3, el yodo, entre otros, desempeñan un papel determinante en el desarrollo neuronal.
- Cerca del 20 % de la grasa en nuestro cerebro está constituida por ácidos grasos esenciales, entre los cuales destacan los ácidos grasos omega 3 y omega 6, que derivan de la dieta. Por ello, es de vital importancia el diseño de estrategias relacionadas con la terapia nutricional.
- El estrés oxidativo parece ser relevante para las enfermedades mentales. Los antioxidantes, como la coenzima Q10, el zinc y el glutatión en niveles disminuidos, se relacionan con mayor carga inflamatoria y estrés oxidativo en pacientes con depresión.
Agradecimientos
Los autores agradecen al departamento de Nutriología de la clínica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Fuentes de financiación
La presente investigación no ha recibido patrocinio de agencias de los sectores público, comercial o sin ánimo de lucro.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
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