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Archivos anuales: 2024

La relación entre el atascaburras manchego y los comerciantes nórdicos de la Edad Media

En la Edad Media, los comerciantes nórdicos viajaban a contracorriente por el río Garona, desde Burdeos hasta el Macizo Central, con el bacalao secado al aire, conocido en Francia como stocafisso, transportaban este pescado para trocarlo por lana.

Cuando las imposiciones católicas de abstinencia de carne y vigilia se endurecieron a principios del siglo XVI, el bacalao consumido en las cazuelas continentales era aún el estocafix y no el salado. Los pescadores vascos descubrieron hacia el siglo X los bancos enormes de bacalao en las aguas de Terranova, Cuando las imposiciones católicas de abstinencia de carne y vigilia se endurecieron a principios del siglo XVI, el bacalao consumido en las cazuelas continentales era aún el estocafix y no el salado. Los pescadores vascos descubrieron hacia el siglo X los bancos enormes de bacalao en las aguas de Terranova, Tenían la ventaja de disponer de sal en abundancia para su conservación. Los bacalaos, ya en la Península, se secaban luego colgados de cuerdas, como la ropa tendida, en las regiones más frías y secas de Álava y Castilla, como aún he conocido yo de niña, para servir de alimento casi en exclusiva a las tripulaciones de balleneros vascos.

La expulsión de hebreos y musulmanes y la aparición del protestantismo con Lutero, ocurrieron, por poco, al mismo tiempo que se produjo el desplome de la demanda de carne de ballena y la urgencia de la población de disponer de pescado los múltiples días de abstinencia de carne y vigilias que llenaban el almanaque. El pescado salado era la mejor opción en las regiones del interior y en las costas en invierno de los países mediterráneos, satisfacía mejor que el estocafix el gusto de sus poblaciones y, además, era más fácil de cocinar. Estas razones provocaron que el bacalao salado sustituyera al seco nórdico. Así se explica que la brandada, que es típica de la Provenza francesa, se elabore con bacalao salado, siendo como es, eso creo, una derivación de la estofinade.

La comunicación de las poblaciones hebreas de Castilla-La Mancha exiliadas en Saboya y los conversos manchegos puede muy bien justificar la aparición del atascaburras en la región española. Otro ejemplo de la relación entre el ducado de Saboya y los hebreos exiliados es que esta zona, en la parte que ya hoy es Francia.

https://elpais.com/gastronomia/2024-09-01/la-relacion-entre-el-atascaburras-manchego-y-los-comerciantes-nordicos-de-la-edad-media.html

¿Por qué comemos tanto en las salas de cine? Explicación científica

El consumo de palomitas en el cine es mucho más que una costumbre: se trata de una estrategia respaldada por la ciencia. La atmósfera de las salas de cine está diseñada para estimular nuestros sentidos y hacernos consumir más.

La iluminación tenue juega un papel clave. Según Sarah Lefebvre, profesora de marketing, la luz baja nos relaja, lo que disminuye la atención que prestamos a lo que comemos. En este estado, tendemos a elegir snacks indulgentes, como palomitas saladas o dulces. Además, en ambientes oscuros, la comida con un solo sabor (salado o dulce) nos sabe mejor debido a un fenómeno llamado «compensación sensorial».

El aire acondicionado también es importante. Las bajas temperaturas en las salas aumentan nuestro apetito, ya que el cuerpo busca calorías adicionales para mantener la temperatura. Este entorno, combinado con el estado de relajación, es perfecto para el consumo de snacks en grandes cantidades.

Lo que vemos en pantalla también influye. Las escenas de personajes comiendo activan nuestras neuronas espejo, haciéndonos imitar su comportamiento. Si un personaje disfruta de una hamburguesa, es probable que automáticamente nos llevemos un puñado de palomitas a la boca. Este efecto se intensifica cuando nos identificamos con los personajes de la película.

Incluso el final de la película afecta nuestros gustos. Hacia el cierre, las personas tienden a preferir snacks dulces después de haber consumido alimentos salados. Un estudio de 2017 reveló que, tras una larga exposición a lo salado, el cuerpo busca un cambio, inclinándose hacia dulces como M&M’s o caramelos.

El cine aprovecha esta combinación de estímulos sensoriales y emocionales para ofrecer un entorno donde comer es parte de la experiencia, y no solo una distracción más.

Fuente: https://www.abc.es/xlsemanal/ciencia/por-que-comemos-mucho-en-el-cine-peliculas-palomitas.html

Descubren los alimentos exóticos más antiguos de la humanidad

Alimentos asiáticos como la soja o los plátanos ya se consumían en el Mediterráneo durante la Edad de Bronce.

Existen pruebas en yacimientos que sitúan la importación de ingredientes asiáticos en el continente europeo hace aproximadamente cuatro mil años. Pero un estudio publicado esta semana traslada esta fecha mucho más atrás, demostrando que el consumo ocasional de la cúrcuma, la soja, o los plátanos ya era posible en la Edad de Bronce, milenios atrás de lo pensado. Y para demostrarlo, han tenido un gran aliado: el sarro dental.

Sobras fosilizadas

Un equipo de científicos de la Universidad de Múnich ha analizado fósiles humanos pertenecientes a la Edad de Bronce, hace más de 3000 años. Estos pertenecen a los yacimientos de Meggido y Tel Erani, situados en la actual Israel. Estos yacimientos han resultado especialmente interesantes para conocer las relaciones comerciales entre Europa y Asia. Dada su posición privilegiada entre ambos continentes, siempre ha sido un lugar de mercadeo y comercio con ingredientes asiáticos y europeos. Este comercio se ha documentado a través de diferentes restos históricos, pero no se tenía claro cuándo comenzó, ya que a medida que los restos son más antiguos, son más difíciles de identificar.

El equipo alemán decidió probar un nuevo enfoque con los fósiles, y estudiar sus dentaduras fosilizadas. En nuestra boca vive toda una población de bacterias, que al ir muriendo dejan un resto solidificado conocido como sarro dental. Si este no se elimina, se va acumulando en los dientes en forma de capas, y entre ellas se quedan atrapados restos de comida.

Estos restos incluidos en el sarro son el objetivo de estos investigadores, sin embargo, no son sencillos de analizar. Con el paso de los milenios, estos alimentos se han deteriorado, y solo quedan algunas trazas de proteínas y fibras, que solo ha sido posible analizar recientemente gracias a la tecnología moderna, cada vez más sensible.

Un problema para los investigadores es asociar las proteínas que encuentran en el fósil con un alimento determinado. Hay pocas proteínas que sean exclusivas de un alimento, por lo que el equipo se armó de paciencia para encontrar la proteína correcta en la cantidad adecuada como para ser detectada. Lo que ayudó fue que no había higiene dental en la Edad de Bronce, por lo que todos los fósiles tenían el sarro suficientemente compacto como para proteger los restos de comida.

Curiosamente, el grupo descubrió que las proteínas que mejor se conservan en el sarro son aquellas implicadas en alergias alimenticias. No les costó encontrar trazas de gluten y restos de maíz en los dientes de todos los fósiles, confirmando lo que ya se conocía de la agricultura extensa del maíz en la región durante aquella época.

Una intuición confirmada

Lo raro vino cuando en dos de los fósiles encontraron restos extraños. En uno de ellos encontraron proteínas pertenecientes a la cúrcuma y a la soja. En el otro, proteínas exclusivas del plátano. Ninguno de estos alimentos se cultivaba cerca de la región. Son todos alimentos del sureste y centro de Asia, lo que implica que debía haber comercio en esta época suficientemente extenso como para poder comer estos alimentos cerca del Mediterráneo.

Este hecho es sorprendente, pero explica muchas cosas. Por ejemplo, la historia del plátano tenía algunos huecos para los investigadores. El antecesor del plátano actual ya era cultivado y comido en cultivos del sudeste asiático en el 5000 a.C. Pero el cultivo del plátano más cercano a Europa, y con el que se comerciaba en el continente, proviene del este de África en el 3000 a.C. Algunos científicos intuían que tenía que haber una creciente popularidad del plátano en el continente europeo, lo suficiente como para que empezara a merecer la pena crear cultivos más cercanos. Y esto solo es posible si se considera que el comercio entre Asia y Europa ya existía, como confirma este estudio.

Aun así, todavía hay otras posibles interpretaciones de este resultado. Por ejemplo, puede que por casualidad los dos fósiles con estos restos hubieran vivido una parte importante de su vida en Asia, y que hubieran ido al Oriente Medio antes de morir. Pero, aunque esta posibilidad existe y es comentada por los propios investigadores, comentan que por lo menos este resultado demostraría el movimiento amplio de viajeros entre continentes, desterrando la idea de la Edad de Bronce como una época de aldeas aisladas y comercio local.

Además, este resultado confirma otro descubrimiento. El faraón Ramsés II fue momificado con dos pimientos procedentes de la India en sus fosas nasales, y su tumba es del 1213 a.C. Si las especias exóticas eran raras y valiosas para los egipcios, es porque tendría que existir un comercio escaso, pero importante.

Puede que no hayamos cambiado tanto, y en algunos mercados de la Edad de Bronce hubiera una pequeña sección de alimentos exóticos de tierras lejanas. Tan extraños que dan ganas de probarlos, y seguramente tan caros como para mantenernos lejos de ellos.

https://www.larazon.es/ciencia/20201222/uqmoqngxg5dkbpvenastrnyfie.html

La ciencia nuclear puede ayudarnos a mejorar el contenido nutricional de las plantas y preservar la salud de los suelos

Tanto nuestra salud como la del planeta dependen de las plantas: estas nos proporcionan el 80 % de los alimentos que ingerimos y el 98 % del oxígeno que respiramos. Aun así, no se las protege lo suficiente y por ello enfrentamos problemas de gran magnitud, como la degradación de los suelos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de un tercio de los suelos del mundo se han deteriorado debido al cambio climático, la polución o prácticas agrícolas deficientes e insostenibles. Según esa organización, cada año se degradan unos 50 000 kilómetros cuadrados, una superficie tan grande como la de Costa Rica.

El suelo es “fértil” cuando proporciona nutrientes esenciales a las plantas y cuenta con condiciones químicas, físicas y biológicas favorables para su crecimiento. Las plantas necesitan 18 nutrientes esenciales para su propio desarrollo y para producir alimentos saludables; 3 de ellos provienen de la atmósfera y son absorbidos durante la fotosíntesis y los otros 15 provienen del suelo. Por desgracia, muchas de las prácticas agrícolas actuales suponen un cultivo constante que no prevé la reposición de los nutrientes que los cultivos han absorbido del suelo, lo que provoca una disminución gradual de su fertilidad.

Por fortuna, los científicos pueden generar datos que ayudan a contrarrestar este problema. Mediante técnicas nucleares o isotópicas, pueden reunir información cuantitativa fiable sobre la salud y la calidad del suelo, que es de gran utilidad a la hora de formular políticas adecuadas de ordenación y preservación de tierras agrícolas y de adaptación a los efectos del cambio climático.

Mediante el análisis de los isótopos del carbono, el nitrógeno, el fósforo y otros elementos, los científicos pueden calcular la cantidad exacta de fertilizante que las plantas necesitan en determinado entorno. De hecho, cuando se usa demasiado fertilizante el cultivo tiene menor rendimiento y genera más emisiones de gases de efecto invernadero. Estos expertos pueden redactar orientaciones para los agricultores sobre la composición, la dosis y la frecuencia de uso de los fertilizantes. Gracias a este tipo de estudios, se ha mejorado la producción agrícola y se ha contribuido a la lucha contra el hambre y la malnutrición en todo el mundo, en particular en regiones en donde hay escasez de alimentos.

El Centro Conjunto FAO/OIEA promueve el uso de las tecnologías nucleares y de base nuclear en la alimentación y la agricultura mediante actividades de investigación y desarrollo adaptativos en sus laboratorios de Seibersdorf (Austria) y proyectos coordinados de investigación en los que participan cientos de instituciones de investigación y estaciones experimentales.

Fuente: https://www.iaea.org/es/newscenter/news/la-ciencia-nuclear-puede-ayudarnos-a-mejorar-el-contenido-nutricional-de-las-plantas-y-preservar-la-salud-de-los-suelos

Las evidencias científicas de cómo la publicidad de alimentos y bebidas no saludables influye en los niños

Diversos estudios científicos ilustran los efectos del ‘marketing’ en las preferencias alimentarias de los menores: la publicidad incrementa la ingesta de estos productos ricos en calorías y de baja calidad nutricional.

¿Cómo influye la publicidad en los niños?

Para entender de qué manera el marketing condiciona las preferencias alimentarias de los menores es fundamental conocer tres factores clave:

  • Los niños, especialmente los más jóvenes, no suelen tener recursos económicos para la compra habitual de alimentos, sino que este hábito depende de los padres.
  • A la hora de elegir los productos alimentarios, los menores rara vez consideran si estos son saludables o no cuentan con los criterios suficientes como para distinguirlos.
  • Los más jóvenes son especialmente vulnerables, en comparación con los adultos, a los efectos de la publicidad y es más fácil modificar en ellos sus preferencias de consumo gracias al marketing.

Todo ello, en conjunto, lleva a que la industria alimentaria promocione ampliamente productos no saludables (ricos en azúcar, grasas o sal) a los niños, pero no como compradores directos, sino como intermediarios. En ese sentido, los más pequeños de la casa se convierten en los miembros más codiciados por las empresas para introducir ciertos alimentos entre sus familias. Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, explica que las acciones publicitarias buscan “que sean los niños los que insistan a sus padres y les convenzan para comprar estos productos, una técnica de marketing bien conocida y estudiada llamada ”nag factor“ o ”factor de fastidio“.

Los recursos utilizados por la industria alimentaria para fomentar el consumo de sus productos por parte de los niños son variados y se aplican en diferentes lugares. En el etiquetado, por ejemplo, se emplean colores y letras coloridos y llamativos, mascotas, personajes animados famosos o juegos recortables. También es frecuente que los productos incluyan en su interior juguetes, cromos u otros artículos coleccionables que favorecen la continuidad de su compra. Además, el posicionamiento de estos artículos en las estanterías más bajas del supermercado es otra estrategia para aumentar su visibilidad entre los más pequeños. Los anuncios de TV a menudo recurren a dibujos animados (cuando el objetivo son los niños) o a grupos de jóvenes (cuando se dirigen a adolescentes) realizando actividades populares y consumiendo estos productos para darles un estatus de “deseables”.

La influencia del marketing

Son numerosos los estudios científicos que han analizado la influencia del marketing de alimentos y bebidas insanos sobre el público infantil. La Organización de la Salud recoge en su página web parte de la investigación de más calidad en este campo. En 2016, una revisión sistemática examinó 17 ensayos clínicos sobre ingesta dietética y preferencias alimentarias en este ámbito. Los resultados mostraban que los niños incrementaban significativamente la ingesta dietética de estos productos durante la exposición a su publicidad o al poco tiempo después de esta. Por otra parte, era más probable que los niños expuestos al marketing de productos no saludables seleccionaran los alimentos y bebidas anunciados. Los autores concluían que la evidencia indicaba que la publicidad incrementa la ingesta y la preferencia hacia estos productos ricos en calorías y de baja calidad nutricional.

Otra revisión sistemática de 2016, en la que se incluían 22 ensayos, mostraba resultados muy similares: la exposición aguda a la publicidad de alimentos no saludables aumentaba de forma significativa su consumo en los niños, pero no en los adultos. Los investigadores explicaban que estos datos apoyaban acciones políticas de salud pública para disminuir la exposición publicitaria de los niños a estos productos. Una revisión más reciente, publicada en 2019, analizó los resultados de un total de 71 estudios sobre la publicidad alimentaria dirigida al público de entre 2 y 17 años. La exposición a esta influía de forma poderosa sobre las actitudes, las preferencias y el consumo de alimentos no saludables con consecuencias negativas para su salud.

Uno de los ensayos clínicos mejor valorados por la anterior revisión mostró el gran poder que puede tener la publicidad en las pautas de consumo de los niños. En este estudio se dividió a los niños (7-12 años), que se encontraban en campamentos de vacaciones, en dos grupos: en uno se expusieron a anuncios de diferentes snacks por televisión durante 4-6 días, o a anuncios que no eran de comida, y en otro a una combinación de anuncios de televisión y videojuegos publicitarios (conocidos como advergames) de los mismos productos durante el mismo tiempo. Los investigadores observaron que justo cuando los niños se exponían a la publicidad de aperitivos, estos consumían, de media, 46,3 calorías más al día a través de aperitivos que cuando se exponían a publicidad que no era de comida. Este consumo adicional de alimentos no se compensaba por una menor ingesta en el resto de comidas.

Además, todos los niños que vieron los anuncios por la televisión y pasaron tiempo con los videojuegos publicitarios consumieron todavía más de los snacks anunciados comparado con aquellos que solo vieron la tele. A su vez, estos menores expuestos a la publicidad por múltiples canales consumieron, de media, 43,5 calorías más cada día que el grupo de la TV. Los autores avisaban de que, aunque el exceso en el consumo de calorías podría compensarse más adelante, su magnitud podría reforzar la ganancia de peso en niños. Este fenómeno que era aún más acusado en los niños que ya sufrían sobrepeso y obesidad y que se exponían a los anuncios.

https://www.eldiario.es/sociedad/evidencias-cientificas-publicidad-alimentos-bebidas-no-saludables-influye-ninos_1_8456309.html

El arsenal oculto de los billones de microbios que habitan nuestro cuerpo y que comemos

Dos investigaciones desvelan, gracias a técnicas computacionales, los secretos de los microorganismos que ingerimos y que conviven con nosotros en el sistema digestivo o en la piel.

El estudio de César de la Fuente se ha adelantado a otro, con participación española y publicado también por Cell, donde los investigadores han desarrollado para el MASTER EU consortium una base de datos del “microbioma alimentario” mediante la secuenciación de los metagenomas de 2.533 comidas diferentes. El trabajo identifica 10.899 microbios asociados a los alimentos, la mitad de los cuales eran especies desconocidas hasta ahora. Estos microorganismos asociados a los alimentos representan un 3% del microbioma intestinal de los adultos y el 56% del microbioma intestinal de los bebés.

“Este es el estudio más grande de microbios en los alimentos”, dice el coautor y microbiólogo computacional Nicola Segata, de la Universidad de Trento y el Instituto Europeo de Oncología en Milán. “Ahora podemos comenzar a usar esta referencia para comprender mejor cómo la calidad, la conservación, la seguridad y otras características de los alimentos están relacionadas con los microbios que contienen”

El equipo analizó los metagenomas asociados a los alimentos de 50 países; el 65% de fuentes lácteas, el 17% de bebidas fermentadas y el 5% de carnes fermentadas. Además de las aplicaciones para mejora de los productos alimenticios, los investigadores destacan que, comprender el microbioma de los alimentos, puede beneficiar la salud humana de forma directa porque algunos de los microbios que comemos pueden convertirse en miembros estables de nuestro propio cuerpo.

De la Fuente resalta la importancia de estos estudios, complementarios a las investigaciones que desarrolla para identificar y desarrollar el microbioma más beneficioso.

Cristian Díaz-Muñoz, investigador en el Gastrointestinal Genetics Lab (CIC bioGUNE – BRTA), califica la base de datos desvelada como un “verdadero atlas para cualquier microbiólogo y, por tanto, un punto de partida para futuras investigaciones”.

En línea con De la Fuente, el investigador del centro vasco destaca en Science Media Center (SMC) España: “El vínculo entre la microbiología alimentaria y la microbiota humana confirma el dicho popular de que somos lo que comemos y reafirma las bases sobre las que asentar alimentos probióticos de calidad que contengan microorganismos con capacidad probada de colonizar el tracto digestivo y tener un efecto positivo sobre la salud intestinal”.

Baltasar Mayo Pérez, profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, destaca a SMC que el trabajo “representa el mayor esfuerzo científico para la caracterización microbiológica de alimentos (…) utilizando las técnicas de secuenciación masiva de última generación y las más avanzadas herramientas informáticas”.

https://elpais.com/tecnologia/2024-08-29/el-arsenal-oculto-de-los-billones-de-microbios-que-habitan-nuestro-cuerpo-y-que-comemos.html

Tendencias en soluciones para la recuperación muscular y nutrición deportiva

Los suplementos post-entrenamiento representan el 35% del mercado mundial de nutrición deportiva

Los especialistas señalan que a medida que evoluciona la categoría nutrición deportiva, los consumidores actuales buscan abordar una amplia gama de áreas de bienestar.

Para mejorar su rendimiento, los atletas utilizan una serie de estrategias dietéticas, como la inclusión de suplementos que fomentan la recuperación. De tal forma que ayudan a que los músculos vuelvan a estar en el juego después de una sesión de entrenamiento.

Suplementos para la nutrición deportiva

Los especialistas tienen un interés particular en investigar más a fondo el papel de los ingredientes, como los péptidos de colágeno bioactivos, demuestran tener el potencial de aliviar el dolor muscular después de un ejercicio intenso. Ya que pueden desempeñar en la maximización del rendimiento de los atletas al mejorar su bienestar general.

La ciencia revela cada vez más la importancia del sueño para la salud en general. Y las investigaciones sobre nutrición activa y deportiva muestran que el descanso adecuado es vital para el rendimiento deportivo.

Proteínas poderosas

En el ámbito de los productos de recuperación post-entrenamiento, las ofertas de proteínas siguen siendo algunas de las soluciones más buscadas. Entre las proteínas, el suero de leche, al ser altamente biodisponible y contener todos los aminoácidos esenciales, sigue siendo el «estándar de oro» en el espacio de la nutrición deportiva.

Actualmente, en el mercado existen una gama de ingredientes de suero de leche para ayudar a las marcas a crear productos de recuperación eficaces y deliciosos.

https://thefoodtech.com/ingredientes-y-aditivos-alimentarios/tendencias-en-soluciones-para-la-recuperacion-muscular-y-nutricion-deportiva

¿Puedo reducir el colesterol sin tomar estatinas?

El colesterol es la medida de dos tipos de partículas en la sangre: las lipoproteínas de baja densidad (a veces denominadas colesterol “malo” o LDL) y las lipoproteínas de alta densidad (a menudo denominadas colesterol “bueno” o HDL). Un exceso de colesterol LDL en la sangre puede obstruir los vasos sanguíneos y dificultar el bombeo de la sangre por el corazón.

Alternativas sin fármacos

Dieta. Según Andrea Glenn, investigadora en nutrición de la Universidad de Nueva York, las investigaciones también sugieren que una dieta basada en plantas, denominada dieta de la cartera, que incluye productos de soya, como el tofu, y otras proteínas vegetales, como los frijoles, las lentejas y los garbanzos; alimentos que contienen fibra viscosa, como la avena, la cebada, la cáscara de psilio, los frutos rojos, las manzanas y los cítricos; frutos secos y semillas; aguacate; y aceites vegetales saludables, como el aceite de canola y el de oliva, puede ayudar a reducir el colesterol.

Las proteínas vegetales como los frijoles, los garbanzos y los productos de soya, por ejemplo, pueden inhibir la producción de apolipoproteína B, que normalmente ayuda al organismo a absorber el colesterol de los alimentos. La fibra viscosa atrapa o fija el colesterol en los intestinos, dificultando su absorción. Y los frutos secos son una buena fuente de ácidos grasos insaturados, esteroles vegetales y fibra, que pueden reducir los niveles de colesterol LDL.

https://www.nytimes.com/es/2024/09/05/espanol/estilos-de-vida/colesterol-estatinas-trigliceridos.html

Asocian el parásito Anisakis con cáncer de colon en un estudio español

Madrid, 6 de agosto de 2024 — Un estudio dirigido por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) ha encontrado una asociación entre el parásito Anisakis y el cáncer de colon. La investigación, realizada con 92 pacientes en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, revela que los niveles de anticuerpos contra Anisakis son significativamente más altos en personas con cáncer de colon.

Anisakis es un nematodo que parasita el estómago de mamíferos marinos. Las larvas del parásito pueden infectar a los humanos a través del consumo de pescado crudo o poco cocido, causando anisakiasis y otras reacciones adversas como anafilaxis. El estudio sugiere que los productos liberados por las larvas podrían tener un potencial tumorigénico, lo que podría facilitar la identificación temprana del cáncer y desarrollar nuevos métodos de prevención.

Este hallazgo destaca la importancia de la higiene en la manipulación y preparación del pescado y subraya la necesidad de medidas preventivas para reducir el riesgo asociado con Anisakis.

Fuente: https://www.20minutos.es/salud/actualidad/asocian-parasito-anisakis-cancer-colon-espana-5550572

Desde salsa de manzana en tubo hasta ‘fideos espaciales’: así ha evolucionado la comida de los astronautas desde 1969

En 1962 John Glenn fue el primer estadounidense en comer en el espacio: salsa de manzana en tubo

La primera persona que comió en el espacio exterior (y el primer humano en llegar allí) fue el soviético Yuri Alekseyevich Gagarin, quien orbitó la tierra a bordo del Vostok 1 en abril de 1961. Gagarin comió carne de res y pasta de hígado exprimida de un tubo, seguida de salsa de chocolate para postre .

La comida de John Glenn a bordo de Friendship 7 en febrero de 1962 fue igualmente poco apetecible. El astronauta consumió puré de manzana y puré de carne de res y verduras de un tubo similar al de la pasta de dientes. También bebió tabletas de azúcar disueltas en agua.

1965: La NASA deshidrata los alimentos y los sella en bolsas de plástico

El programa Gemini de la NASA realizó su primer vuelo tripulado en 1965. En preparación para ese lanzamiento, la NASA comenzó a deshidratar alimentos y a sellarlos en bolsas de plástico. Las bolsas se etiquetaron con instrucciones sobre cómo rehidratar los alimentos en el espacio con agua.

Los alimentos preparados para los astronautas de Géminis incluían huevos revueltos, camarones con salsa de cóctel, pollo al curry y pudín de arroz con pasas. Las bebidas incluían café, zumo de uva y leche.

Como en ausencia de gravedad sus cuerpos gastaban menos energía, las comidas contenían menos calorías en comparación con lo que los astronautas estaban acostumbrados a comer en la Tierra. En promedio, los alimentos contenían un 17% de proteínas, un 32% de grasa y un 51% de carbohidratos.

Una variedad de comidas deshidratadas en bolsas de plástico diseñadas para astronautas de la NASA en 1963.

1969: Los astronautas del Apolo 11 comían carne de res envasada y verduras

Los astronautas de Apolo fueron los primeros en tener agua caliente y comer su comida empaquetada con una cuchara. Mientras estaban a bordo del Apollo 11, se informó que Neil Armstrong y Buzz Aldrin servían carne de res y verduras, cerdo con vieiras y salsa canadiense de tocino y manzana; todo en un paquete.

Las comidas fueron codificadas por colores, envueltas individualmente y etiquetadas para cada día. Si algo salía mal, como que la cabina perdiera presión, los astronautas tenían una fuente de alimento de respaldo que los alimentaría a través de una sonda en su casco, asegurándose de que no tuvieran que quitarse los trajes.

Una muestra de comida espacial en la misión de aterrizaje lunar del Apolo 11.

1972: Los astronautas estadounidenses casi podían beber vino en el espacio

En 1972, la comida de los astronautas todavía era algo mediocre, por lo que la NASA jugó brevemente con la idea de introducir el vino en su menú. La organización designó a un «sommelier espacial», que determinó que el jerez era la mejor opción, ya que no sucumbiría drásticamente a los cambios de temperatura.

Casi tan pronto como surgió la idea, fue interrumpida debido a la protesta pública, y la indiferencia de muchos de los astronautas. Sin embargo, a algunos astronautas se les permitió beber el jerez envasado durante un ejercicio de entrenamiento previo al vuelo.

Los astronautas comen a bordo del transbordador espacial Discobery.

2004: Un piloto lanzó una bolsa llena de M & Ms a bordo de SpaceShipOne

El chocolate ha sido durante mucho tiempo uno de los alimentos favoritos entre los astronautas estadounidenses. En 2015, el gerente del Laboratorio de Sistemas de Alimentación Espacial en el Centro Espacial Johnson de la NASA dijo que los astronautas de la NASA solicitaban el chocolate «en casi todos los vuelos».

En 2004, el piloto Mike Melvill relató: «Metí la mano en el bolsillo y saqué algunos M&M, todos de diferentes colores, y los solté delante de mi cara«, dijo Melvill en una conferencia de prensa después del vuelo. «Y se giraron como pequeñas cosas brillantes. Estaba tan impresionado que ni siquiera podía pilotar la nave».

2011: Los astronautas en la Estación Espacial Internacional comen de un menú fijo
Los primeros residentes a largo plazo de la Estación Espacial Internacional (ISS) llegaron en noviembre de 2000. En ese momento, la NASA pensó que podía personalizar los alimentos como lo hizo para el programa del Transbordador Espacial.

El plan resultó ser difícil, ya que la NASA enviaba sus cargamentos por separado, lo que impidió que los miembros de la tripulación recibieran sus alimentos a tiempo.

La organización ahora ofrece un menú nutricionalmente equilibrado con alrededor de 200 alimentos y bebidas para que los astronautas tengan algo de variedad.

Alimentos envasados al vacío en una exposición dentro del Hábitat Lunar de la NASA en 2019

2019: Los astronautas podrían cultivar eventualmente sus propios alimentos mediante luces LED

La NASA planea construir una estación espacial en órbita lunar, conocida como la Puerta de enlace, con el objetivo de lograr un aterrizaje lunar para 2024. Uno de los prototipos para esta nueva estación incluye un «jardín espacial» que puede hacer crecer una cabeza de lechuga en 24 días usando Luces led. El jardín también puede producir fresas, zanahorias y patatas sin requerir mucha agua.

En 2005, los astronautas en la Estación Espacial Internacional demostraron que esto podría hacerse cultivando lechuga romana.

Aunque la comida de los astronautas no ha evolucionado mucho a partir de su historia termoestabilizada y liofilizada, el cultivo de alimentos frescos podría mejorar drásticamente las dietas en el espacio exterior.

La lechuga crece bajo las luces LED rojas del espectro dentro del inflable Lunar Gateway en Louisville, Colorado.

FUENTE: https://www.businessinsider.es/ha-evolucionado-comida-astronautas-1969-459175