Es una de las polémicas que no se pasa de moda: la prohibición de entrar comida y bebida traída de fuera a recintos como salas de cine y festivales de música, que venden sus propios productos y que no quieren perder una vía importante de ingresos. Mientras tanto, los consumidores opinan que ya gastan suficiente dinero con las entradas y con los abonos, y que si a eso hay que sumar el precio de la comida y la bebida, el coste, por ejemplo, de ver una película en el cine se torna excesivo, y más teniendo en cuenta la mejoría de la oferta audiovisual y de la calidad de la imagen y del sonido que hay en las televisiones de muchos hogares.
Pero a pesar de que ya hay sentencias que dan la razón a clientes a quienes han negado la entrada de comida, con multas a cines por considerarlo una «práctica abusiva», la realidad es que a día de hoy muchos cines siguen indicando que está prohibido llevar alimentos o bebidas que procedan de fuera, porque probablemente les compense más seguir ingresando ese dinero que lo que puedan perder en posibles reclamaciones que casi nadie presenta.
Fuente. Noticias de Guipúzcoa.
Es indignante que, pese a sentencias en contra, muchos cines sigan prohibiendo llevar comida de fuera. Después de pagar entradas caras, obligarnos a comprar sus productos es un abuso que solo busca lucrarse a la costa de los consumidores.