Los oleogeles, las tecnologías de encapsulación o las emulsiones e hidrocoloides ayudan a los fabricantes de alimentos y bebidas a reducir el contenido de sal y de grasas poco saludables. Un informe presentado en los Fi Webinar Series repasa las principales tecnologías que ya están disponibles para reformular los productos sin comprometer su sabor ni su calidad y responder a las demandas de los consumidores y a las regulaciones nacionales e internacionales que promueven alimentos más sanos y sostenibles.
n mayor interés por la salud en todos los grupos de edad, por el impacto de la alimentación para cuidarla y mejorarla, como la creciente preocupación por los riesgos asociados a los productos ultraprocesados, y regulaciones en la mayoría de los países que exigen alimentos y bebidas más saludables están provocando que la reducción de sal y de grasas poco saludables se hayan convertido en los principales objetivos de la reformulación en la industria alimentaria.
Un informe presentado en los Fi Webinar Series analiza las principales innovaciones que ya están disponibles para reformular alimentos con menos sal y con menos grasas. Nuevas soluciones que ayudan a los fabricantes de alimentos a conseguir este reto, “que se ha convertido en un objetivo fundamental para las marcas en respuesta a las presiones normativas y el cambio de preferencias de los consumidores”, señala el estudio.
Por ejemplo,oleogeles, tecnologías de encapsulación, hidrocoloides y compuestos aromáticos pueden ayudar a la industria alimentaria a crear productos más saludables sin comprometer el sabor y la textura.
La tecnología de la sal microcristalina permite a los fabricantes reducir los niveles de sodio a la mitad sin comprometer el sabor. El informe también destaca los potenciadores naturales del sabor umami y kokumi, que se están utilizando cada vez más para potenciar la percepción del salado y del sabor en general en los productos reducidos en sodio.
Menos grasa y más sostenibles
En cuanto a la reducción de grasas, el informe apunta a las emulsiones e hidrocoloides que ayudan a reducir el contenido graso manteniendo la textura cremosa que reclaman los consumidores. O los sustitutos vegetales de la grasa, que ofrecen alternativas sostenibles a las grasas animales.
Una mayor concienciación sobre el impacto medioambiental que provoca la producción de alimentos está impulsando, también, la exploración de grasas alternativas producidas a través de métodos de fermentación microbiana y cultivo celular, que son más sostenibles.
Por otra parte, desde los Fi Webinar Series recuerdan que los avances en la reducción de sal incluyen la reducción del tamaño de los cristales de sal y, con ello, la manipulación de la distribución de sal.
La reducción de sal y grasa en los alimentos es un desafío importante para la industria alimentaria y las nuevas tecnologías mencionadas en el artículo ofrecen soluciones prometedoras para mejorar la calidad nutricional de los productos sin comprometer su saber ni su textura.
Estas tecnologías destacan no solo por reducir la sal y la grasa en los alimentos, sino también por permitir crear alternativas más saludables sin sacrificar el placer que produce comer, siendo una herramienta clave para mejorar los hábitos alimenticios y combatir enfermedades relacionadas con la dieta (hipertensión, obesidad…).