Una investigación del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y el Instituto de Salud Carlos III evidencia que los menores no están protegidos frente a este tipo de publicidad
Los efectos de la publicidad de alimentos malsanos en la salud de los más pequeños está sobradamente demostrado: generan un mayor consumo y aumentan la preferencia de niñas y niños por esta clase de productos. Pero en España los ciudadanos más jóvenes aún están desprotegidos frente a este tipo de anuncios.
Un nuevo estudio del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y la Escuela Nacional de Salud Pública en el Instituto de Salud Carlos III ha concluido que el 76,3 % de los alimentos anunciados en la televisión española en horario infantil no son saludables. El dato es preocupante, porque este tipo de anuncios influyen más a los pequeños, que son una población vulnerable, señala el nutricionista Aitor Sánchez. «Los niños no son capaces de detectar las estrategias de publicidad como los adultos».
Más del 30 % de la población infantil en edad escolar padece sobrepeso
En España, más del 30 % de la población infantil en edad escolar sufre sobrepeso y el 10 por ciento obesidad. Para disminuir esta cifra el Ministerio de Sanidad firmó un acuerdo de colaboración en 2017 con la industria alimentaria para reducir una media del 10 por ciento de azúcares, grasas saturadas y sal de alimentos y bebidas, aunque los refrescos quedaron fuera del pacto.
Precisamente, esta investigación tenía como objetivo comparar el antes y el después de la puesta en marcha del plan, y para ello analizaron alimentos anunciados en la televisión en horario infantil. Pero a pesar de que se observó una menor presencia de grasas y azúcares, las diferencias fueron insignificantes: el tanto por ciento de productos insanos publicitados varió del 76,9% en 2017 al 75,8% en 2020.
Actualmente, la única regulación que existe en España para este tipo de publicidad es el Código PAOS, pero los expertos insisten continuamente en que es insuficiente y que es necesario que los criterios de restricción sean más estrictos. Se trata de un marco de autorregulación, es decir, una serie de reglas que guían a las compañías, pero que no son de obligado cumplimiento, «pero la evidencia dice que la autorregulación publicitaria no funciona. Solo es una medida para que parezca que está regulado», critica Sánchez. «Desde que se puso en marcha no ha habido a penas sanciones, porque las reglas son extremadamente laxas».
Esta noticia subraya la falta de una regulación más estricta para proteger a los niños. En mi opinión, es preocupante que la autorregulación no haya logrado cambios significativos, y se requieren medidas más firmes para mejorar la salud infantil.
Urge implementar medidas más efectivas para salvaguardar la salud de nuestros niños y fomentar hábitos alimenticios más saludables desde una edad temprana.
Es sorprendente como estudios han revelado que gran parte de los alimentos anunciados para niños no son saludables, sabiendo como la publicidad hoy en día afecta a la sociedad, en especial a los niños un grupo muy manipulable e influenciable. Considero que hay que tomar medidas más estrictas, para intentar promover en los niños una alimentación mucho más saludable.
Esta noticia hace que nos demos cuenta que los anuncios con comida para niños son muy engañosos, y que se las marcas pagan para enseñar lo bueno de su producto, cuando en verdad el producto puede ser malo para los niños.