La historia de Lasta, un conocido fabricante de dulces en Bosnia-Herzegovina, enfrentó un giro inesperado cuando en 2017 se detuvo su producción. Petar Ćorluka, fundador de Violeta, y su gerente, Ante Miloš, vieron en esta situación una oportunidad. Su objetivo: revivir Lasta bajo el paraguas de Violeta, empresa exitosa en el sector de cosméticos y productos de higiene. Ćorluka confiaba en que su experiencia empresarial y la solidez de Violeta podrían devolverle a Lasta su prestigio.
El reto era grande. Aunque Violeta contaba con experiencia en la producción de productos de higiene y limpieza, el mundo de las galletas era completamente nuevo. Además, querían operar con equipos de última generación. Se necesitaban conocimientos especializados, tanto para la producción como para el embalaje de los productos. La dirección de Violeta investigó durante meses a los mejores proveedores del sector hasta que finalmente optaron por Schubert, un fabricante alemán de maquinaria, que destacó por su tecnología avanzada.
Violeta buscaba una solución flexible para procesar diferentes tipos de galletas rellenas, con cambios rápidos de formato, alta capacidad de producción y facilidad de manejo. La línea de embalaje debía ser robusta, capaz de soportar uso intensivo y fácil de operar incluso por personal sin experiencia. Además, confiaron en Schubert para desarrollar soluciones de embalaje innovadoras, sostenibles y de alta calidad.
Inicialmente, se necesitaban distintas opciones de embalaje como cajas expositoras, bandejas de cartón y bolsas para envases individuales y multipack. Schubert desarrolló embalajes de papel sostenibles mediante su tecnología Flowpacker, que utiliza sellado en frío para bolsas de papel. También suministraron tres máquinas robotizadas: una Flowpacker, una encajadora para flowpacks y una encajadora para bolsas.
“Me impresionó la profesionalidad del equipo; el rendimiento y el compromiso estaban al más alto nivel”, comentó Dirk Andrich, jefe de ventas de Schubert, quien supervisó el proyecto. Gracias a las máquinas Schubert, el proceso de producción actual permite que las galletas pasen de los hornos a la Flowpacker, donde se colocan en bandejas de cartón y se envuelven en bolsas multipack de papel. El recorrido continúa hasta una encajadora que las organiza en cajas expositoras, completando el ciclo de embalaje.
Me encanta cómo combinaron innovación tecnológica con sostenibilidad, gracias a las máquinas de Schubert, para modernizar la producción de galletas. Este tipo de proyectos demuestra que es posible rescatar marcas tradicionales con un enfoque contemporáneo y respetuoso con el medio ambiente.