La conocida dieta BARF (‘Biologically Appropriate Raw Food) conocida como dieta natural, consiste en alimentar a nuestros animales de compañía con una dieta principalmente compuesta de alimentos crudos. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta si queremos darle este tipo de dieta a nuestros peludos? Repasamos las advertencias del comité Global de Nutrición de la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) para que estas dietas no sean perjudiciales para nuestros compañeros de cuatro patas.
Cuidado con las dietas nutricionalmente desequilibradas
«Muchas mascotas pueden tolerar bien las dietas altas en grasas y bajas en fibra, pero otras mostrarán problemas gastrointestinales, como diarrea o incluso pancreatitis», afirman desde la WSAVA. «Es importante que el veterinario sepa cuándo se alimenta a sus pacientes con dietas a base de carne cruda, ya que las dietas nutricionalmente desequilibradas o contaminadas pueden provocar problemas de salud o contribuir a signos clínicos de enfermedad».
La presencia de bacterias
El riesgo principal que podemos encontrarnos en las dietas naturales es la contaminación bacteriana. «La carne cruda puede albergar diversas bacterias, incluidas patógenas y puede conllevar infecciones graves como la E. Coli o Salmonella», expresan desde el comité de nutrición. «Además, si los animales se contaminan, pueden llevar esas infecciones a sus cuidadores y a otros animales a través de los paseos o una visita al veterinario».
Deficiencias graves en el caso de cachorros y seniors
Por otro lado, la WSAVA advierte de que «las dietas caseras a base de carne cocida y cruda pueden tener importantes deficiencias y excesos de nutrientes, lo que es especialmente perjudicial para cachorros y gatitos, que pueden llegar a sufrir trastornos esqueléticos dolorosos y fracturas patológicas».
Resistencia de algunas bacterias a los antibióticos
Además, el comité también menciona la resistencia a los antibióticos que pueden generar algunas bacterias que se encuentran en productos a base de carne cruda. «Los estudios han encontrado una asociación entre la alimentación cruda y la presencia fecal de bacterias resistentes a los antimicrobianos en los perros», explican.
Riesgo de contagio humano
Por otro lado, también los tutores pueden infectarse al manipular la comida o las heces de la mascota, según la WSAVA. «Las personas con un sistema inmunológico comprometido tienen un mayor riesgo (como niños pequeños, personas embarazadas, ancianos y personas con enfermedades o que toman ciertos medicamentos», apuntan.
Cuidado con las obstrucciones si ofreces huesos
En cuanto a los huesos, desde el comité explican que a pesar de los beneficios dentales que provocan en nuestras mascotas también «pueden provocar fractura de dientes, obstrucción intestinal o esofágica y estreñimiento». «Además, la alimentación con huesos no reduce el riesgo de placa bacteriana o pérdida de dientes debido a periodontitis», afirman.
La dieta BARF puede ser beneficiosa para algunas mascotas, pero es crucial seguir ciertas precauciones para evitar riesgos de salud. Es fundamental consultar con un veterinario y garantizar una dieta equilibrada y segura para nuestros animales de compañía.