No solo en las proximidades de la Navidad, sino que durante todo el año se consumen embutidos. Ya sea para el bocadillo de las mañanas, para merendar o para un picoteo, el embutido forma parte del repertorio gastronómico español. En las charcuterías, tiendas especializadas en este tipo de productos y sobre todo de derivados del cerdo venden este producto y otros similares.
En la charcutería Ventura Cordon, ubicada en el barrio madrileño de Tetuán, trabaja desde hace tiempo Ismael. En una entrevista a el diario ‘EL Español’, Ismael habla sobre el arte de la charcutería y cuáles son sus preferencias.
Mejores productos
Aunque la palabra charcutería hace referencia a embutidos de cerdo, también venden otros productos como quesos nacionales y de importación, uno de los productos favoritos de Ismael. Su gran calidad no consigue eclipsar tampoco al lacón, un producto económico y de fácil preparación que es un top vendas, sobre todo en esta época del año.
El producto que menos le gusta, por el trabajo que da, es la mortadela clásica, porque al ser un producto cocido cuesta más de conservar por su humedad. Tanto es así que dejaron de traer a la tienda mortadela con aceitunas porque no se vendía y no tenía buena rentabilidad.
Sin embargo, hay un embutido que recomienda no comer y que él tampoco vende en su tienda.
Producto artificial
El producto al que se refiere Ismael es un clásico de los bocadillos: el chóped. Este producto derivado del cerdo no es el mejor para el consumo humano. Está hecho a partir de las sobras y recortes de partes del cerdo que no se usan para otros embutidos y, por lo tanto, sufren un proceso de preparación muy extremo.
Este alimento está sobreprocesado, sobre todo cuando viene envasado en una lata, y no lleva solo carne de cerdo. Como dice Ismael, «lleva demasiados químicos» y a veces admite que solo la mitad es carne. El otro 50% está compuesto por sales, azúcares, almidones, estabilizantes y conservantes en grandes cantidades.
Además, en ocasiones puede llevar carne de otros animales, como pollo o ternera. Este producto que es muy popular para elaborar el bocadillo de almuerzo de los niños, no es el más adecuado, ya que en el 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía que las carnes procesadas (incluyendo el chóped) podían tener componentes cancerígenos.
Se debería dejar de comer muchos alimentos que llevan bastantes químicos, pero es que actualmente casi todos los productos alimentarios van hasta arriba de químicos, de forma que si dejáramos de comer productos con químicos, se dejaría de comer de casi todo, que sería bueno para la salud pero inviable, ya que no habrían casi productos.
Ismael pone en evidencia un problema real, el exceso de productos ultraprocesados en nuestra dieta y la cantidad de químicos que contienen. Estoy de acuerdo con su crítica al chóped, ya que este tipo de alimentos priorizan la rentabilidad sobre la calidad nutricional, afectando nuestra salud. Creo que deberíamos ser más conscientes al elegir alimentos, apostando por opciones más naturales y menos procesadas para cuidar nuestra salud y la de nuestras familias.
La alimentación consciente fomenta una conexión profunda con la comida, promoviendo sostenibilidad y respeto por las tradiciones. Es un llamado a comer con intención en un mundo acelerado.
Actualmente hay muchos alimentos que son evitados por conetner elementos quimicos. Estoy de acuerdo co su critica, ya que hemos de prestar mas atencion a lo que metemos en el carro de la compra. buen articulo