Dulces de distintas clases, aperitivos salados, refrescos, zumos… Analizamos cómo han evolucionado las celebraciones infantiles en los últimos años.
La celebración de un cumpleaños infantil es su evento más especial del año. Eso no tiene por qué dejar de ser así. Pero las celebraciones infantiles han cambiado mucho en las últimas décadas, y al margen de otros aspectos que podríamos analizar con respecto a esto, hoy vamos a centrarnos en el plano nutricional.
A estas edades, el efecto de la alimentación de sus iguales tiene un gran impacto, tanto positivo como negativo. Si alguien crea un nuevo hábito, las demás familias luego no quieren que sus criaturas se sientan diferentes y poco a poco, se van añadiendo nuevos requisitos en estas celebraciones.
Uno de estos cambios alimentarios en las últimas décadas (al menos en la era pre-pandemia) es el hábito de llevar una tarta para tomar en clase el propio día del cumple y repartir una bolsa con chucherías para cada compi. Esta costumbre se ha convertido casi en una “obligación”, ya que si alguien lo hace así, las demás familias lo harán también cuando les toque para no ser la nota discordante de la clase y que el efecto sea peor.
Las celebraciones de cumpleaños infantiles han evolucionado en las últimas décadas, sobre todo en el ámbito nutricional. La influencia de los hábitos alimentarios de los compañeros y/o amigos puede llevar a las familias a adoptar nuevas formas de celebración para evitar que sus hijos se sientan diferentes o inferiores respecto a los demás. Un ejemplo de esto es la costumbre de llevar una tarta, con todo tipo de decoración y repartir bolsas de chucherías en clase, que se ha convertido casi en una obligación social. Considero que los niños no deberían de fijarse en las golosinas que reparten sus amigos sino ceñirse en disfrutar y sobre todo en el día de su cumpleaños.
Las celebraciones de cumpleaños infantiles han llevado a una normalización de hábitos poco saludables, como llevar tartas y repartir chucherías en clase. Esta presión social entre familias fomenta el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados, afectando negativamente la nutrición de los niños. Es esencial considerar alternativas más saludables que mantengan el espíritu festivo sin comprometer la salud.
Los cumpleaños se nos están yendo de las manos ya que los modos de celebrarlos se basan en consumir alimentos que tienen un gran impacto negativo en nosotros, como las chuches y las tartas.
Pienso que siempre y cuando se controle, no es un gran problema ya que estas celebraciones son solo unos pocos días al año. A todos nos gusta tener una tarta en nuestro cumpleaños y poder soplar las velas. No creo que se haga para no dar «la nota» si no para hacer feliz a la persona que cumple los años. De todas formas es una noticia muy buena y nunca está de más controlar un poco la alimentación de los más pequeños.