La alimentación es una de las necesidades básicas del ser humano, por lo que no es extraño que este le haya prestado especial atención a lo largo de su historia. Por ese motivo, desde el momento mismo en el que surgió la escritura encontramos textos que aluden a alimentos y comida, a su almacenaje y su comercio que se convierten en lo que podemos entender como la prehistoria de la literatura gastronómica.
A partir de ahí, hemos visto como el alimento atraviesa diferentes géneros en la literatura y estilos, en todas las culturas y en todas las épocas, del Gilgamesh a la Biblia, de las leyendas populares a los textos medievales del ciclo artúrico, adquiriendo en ocasiones un carácter simbólico o ritual que mantendrá, adaptándose, a lo largo del tiempo.
¿Qué es la literatura gastronómica?
Es importante destacar que esta diversidad ha llevado a la aparición de diferentes tipos de textos y que no todos deben entenderse como literatura gastronómica en un sentido estricto. A lo largo de la historia encontramos infinidad de documentos administrativos y comerciales, textos periodísticos, trabajos científicos, manuales de uso y recetarios que, si bien tienen un indudable valor histórico, no son literatura gastronómica en el sentido restringido desde el que abordamos este texto.
La literatura gastronómica es, desde este punto de vista, la formada por obras y autores que no persiguen una finalidad de uso como motor principal de su trabajo y en las que los elementos estéticos tienen un papel esencial: libros y escritores que utilizan la gastronomía como temática o como recurso para desarrollar a su alrededor ensayos, crónicas, textos poéticos y obras de ficción.
La gastronomía en la literatura a lo largo de la historia
Más allá de los antecedentes más o menos remotos que ya hemos citado, en la cultura occidental deberemos esperar hasta la época griega pre-clásica para encontrar los primeros tipos de literatura y textos literarios en los que la gastronomía juega un papel significativo, para encontrar ejemplos fehacientes de gastronomía en obras literarias. Este será el caso de La Ilíada, de Homero, en donde se explican, por ejemplo, los banquetes a base de cerdos y carneros asados al espeto que disfrutaban los soldados.
Lo gastronómico aparece como un motivo plenamente consolidado, ya sea como recurso descriptivo o como un elemento cargado de simbolismo, en todos los periodos de la historia de la literatura.
Aunque el cine a menudo utiliza la alimentación para explorar relaciones y culturas, a veces reduce estos temas a simples clichés, lo que limita su capacidad para transmitir una representación auténtica y significativa.