En 2023 Vicky Foods facturó más de 629 millones de euros y produjo más de 214.000 toneladas de productos situándose como una de las principales empresas de alimentación del país. Rafael Juan, CEO de la compañía, impulsa una estrategia centrada en la diversificación, la internacionalización, la innovación y la sostenibilidad como puntos clave de su éxito.
Villalonga, un pequeño municipio al sur de la provincia de Valencia, es testigo de cómo con esfuerzo y trabajo, un modesto negocio familiar puede trascender fronteras y posicionarse como una empresa con alcance mundial.
Corría el año 1952 cuando Antonio Juan, padre del actual CEO de Vicky Foods, decide comenzar a escribir la historia de esta firma. Y, si bien los inicios de esta empresa familiar están ligados a la elaboración de pan, todo cambió cuando se atrevió a innovar y diversificar su producción en la década de 1960 con la llegada de Victoria Fernández, la mujer de Antonio. Sin embargo, la revolución llegó en los 70 con las famosas “Glorias”, las primeras magdalenas cuadradas, que impulsaron a la compañía hasta convertirla en una de las líderes de productos de bollería en los 80.
Cómo Vicky Foods está alimentando un mundo mejor
Vicky Foods avanza hacia un modelo de desarrollo cada vez más sostenible consciente de que es importante cuidar del planeta y el entorno que les acoge. De esa manera, aplican medidas y llevan a cabo proyectos enfocados a minimizar su impacto ambiental, destacando la ampliación de su red de generación de energía con base renovable y la gestión de los residuos.
En ese sentido, adquiere relevancia su apuesta por el desarrollo de envases más sostenibles: se han implementado iniciativas para aumentar el reciclado del plástico, como la reducción del espesor de las láminas y la disminución de la superficie de los envases. En cuanto al cartón, el 100% de los envases utilizados cuenta con la certificación FSC (Forest Stewardship Council), garantizando que provienen de bosques sostenibles, y se realizan acciones de recuperación de residuos de cartón para fabricar nuevos envases, disminuyendo así el volumen de residuos urbanos generados.
Por último, la economía circular está adquiriendo cada vez más relevancia, dada la necesidad de implantar sus principios para poder garantizar la sostenibilidad de la economía sin agotar los recursos del planeta y minimizar la contaminación por residuos.
Opino que Vicky Foods es un claro ejemplo de cómo una empresa familiar puede crecer y transformarse al combinar tradición con innovación . Han sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia original. Desde la introducción de productos como las magdalenas cuadradas «Glorias» hasta su actual enfoque en la sostenibilidad, la empresa demuestra una gran capacidad de evolución.
Estoy de acuerdo con tu comentario. Esta empresa ha sabido mantener su negocio a lo largo de los años, realizando ciertas innovaciones para adaptarse a los consumidores y a la época en la que se encuentran siempre manteniendo la esencia de su producto original.
Magdalenas y reciclaje, tradición y evolución unidas…qué más se puede pedir….