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La dieta de los buitres está modelada por su cultura

Un equipo de investigadores españoles ha descubierto que los buitres presentan patrones de alimentación según el lugar donde crían, con independencia de los recursos disponibles. Esto indica que adquieren gustos diferentes por transmisión cultural entre los individuos de una misma población. Hasta ahora se creía que eran especies oportunistas que consumían cualquier tipo de carroña sin distinción.

Los hábitos alimentarios humanos no nacen, se hacen. Nuestros gustos alimentarios y nuestra dieta están muy influenciados por el lugar donde nacemos y el grupo social en el que crecemos o nos educamos. Sin embargo, este tipo de transmisión cultural no es sólo una característica humana: los buitres también muestran este tipo de patrones culturales.

Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society concluye que los buitres también tienen preferencias alimentarias según el lugar o grupo al que pertenezcan.

El trabajo liderado por el investigador Eneko Arrondo es fruto de una amplia colaboración entre diferentes centros y universidades nacionales entre los que se incluyen la Universidad de Granada, la Estación Biológica de Doñana, del Consejo Superior de Invetigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Miguel Hernández y la Universidad de Alicante.

Los estudios anteriores sobre la dieta de los buitres se habían enfocado más en la población en su conjunto que en cada uno de los individuos. Sin embargo, en este trabajo, el equipo científico ha querido ir más allá y ha analizado por primera vez la dieta de los buitres a escala individual.

https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-dieta-de-los-buitres-esta-modelada-por-su-cultura

Científicos del IRB Barcelona descubren que hígado y cerebro se comunican para regular el apetito

El hígado almacena la glucosa, el azúcar, sobrante en forma de glucógeno –cadenas de glucosa- que luego libera según las necesidades energéticas del cuerpo. Los pacientes diabéticos no acumulan bien la glucosa en el hígado siendo uno de los motivos –no el único- por el que sufren hiperglucemia, es decir, que tienen demasiado azúcar en la sangre. Un estudio liderado por Joan J. Guinovart en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) demuestra que cuando el hígado tiene reservas altas de glucosa evita que engorden, aunque se les ofrece una dieta muy apetitosa, porque se sienten saciados. Es la primera vez que se observa la conexión entre hígado y apetito.

Los investigadores, a raíz de los resultados publicados en la revista Diabetes, argumentan que aumentar la producción de glucógeno hepático sería un tratamiento eficaz para mejorar la diabetes y la obesidad.

“Es interesante comprobar que lo que ocurre en el hígado tiene efectos directos sobre el apetito y desvelamos lo que ocurre a nivel molecular”, explica Guinovart, quien dirige uno de los laboratorios más experimentados del mundo en metabolismo del glucógeno y patologías asociadas.

Diabetes y obesidad son enfermedades en alza. La Organización Mundial de la Salud estima que a día de hoy más de 382 millones de personas viven con diabetes en el mundo y, para 2035, se prevé que una de cada de 10 personas tendrá diabetes. En cuanto a la obesidad, íntimamente ligada a la aparición de diabetes de tipo 2, la forma más frecuente de diabetes, los números son más altos incluso.

“Entendiendo qué funciona mal en diabetes y obesidad a nivel molecular estaremos más cerca de proponer nuevas dianas terapéuticas y encontrar soluciones”, explica Guinovart, si bien añade que ambas patologías se pueden prevenir comiendo equilibradamente y haciendo ejercicio diario. “Ya sólo con buenos hábitos los casos de diabetes tipo 2 caerían a la mitad”, recuerda Guinovart.

¿Cómo se hablan hígado y cerebro para regular el apetito?

Los científicos se preguntaron porqué los ratones que acumulaban más glucógeno en hígado, aún dándoles una dieta apetitosa, no engordaban. Además de comprobar que comían menos, vieron que en el cerebro de estos ratones había escasas moléculas estimulantes del apetito, mientras que tenían muchas más moléculas depresoras del apetito.

“Y dimos por fin con la pista, con la señal que podía explicar la conexión hígado-cerebro”, explica Iliana López-Soldado, investigadora postdoctoral que ha trabajado tres años en los experimentos.

La clave de la conexión entre hígado y cerebro es el ATP, la molécula utilizada por todos los organismos vivos para proporcionar energía a las células, y que está habitualmente alterada en diabetes y obesidad. “Hemos visto que correlacionan perfectamente niveles altos de glucógeno en hígado, niveles constantes de ATP y niveles altos de moléculas saciantes en el cerebro de los ratones”, explica López-Soldado.

Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y la red CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (CIBERDEM) de la que forma parte el laboratorio dirigido por Joan Guinovart, también catedrático de la Universidad de Barcelona.

https://biotech-spain.com/es/articles/cient%C3%ADficos-del-irb-barcelona-descubren-que-h%C3%ADgado-y-cerebro-se-comunican-para-regular-el-apetito

ESTUDIO OMNIVEG: Resultados de salud del cambio de una dieta mediterránea tradicional a una vegana en hombres sanos. Un ensayo controlado cruzado

Antecedentes y objetivo

La dieta mediterránea es un patrón alimentario basado en plantas con beneficios para la salud bien conocidos, como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la incorporación de más alimentos de origen vegetal a una dieta mediterránea puede aportar otros beneficios para la salud. El estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto del cambio de una dieta mediterránea tradicional a una dieta mediterránea vegana sobre la aptitud cardiorrespiratoria y el perfil lipídico en hombres físicamente activos y sanos.

Métodos y resultados

Los participantes se sometieron a un período de referencia con adhesión a los patrones generales de la dieta mediterránea durante tres semanas y luego cambiaron a una versión vegana isocalórica de la dieta mediterránea durante cuatro semanas, con un período de lavado de 7 días entre dietas. El cambio de la dieta mediterránea tradicional a la dieta mediterránea vegana requirió sustituir alimentos de origen animal por alimentos de origen vegetal que contienen cantidades comparables de proteína y grasa. Catorce participantes con una edad media de 24,6 ± 7,0 años (rango: 18-37 años), completaron el protocolo del estudio. El cambio de la dieta mediterránea tradicional a la vegana redujo la concentración sanguínea de colesterol total (-22,6 mg/dl, 

p < 0,01, tamaño del efecto [ES] = 1,07) y colesterol de lipoproteínas de baja densidad (-12,8 mg/dl, 

p < 0,01, ES = 0,72). Se observó una correlación inversa entre la ingesta de fibra dietética y el colesterol LDL (rho parcial = -0,43, p = 0,040).

Conclusiones

La adopción de una dieta mediterránea vegana con proteínas y grasas de origen vegetal en lugar de la dieta mediterránea tradicional mejoró varios resultados de salud cardiometabólica en hombres físicamente activos y saludables.

https://doi.org/10.1016/j.numecd.2024.08.008

Esto es lo que pasa si comes almendras a diario

Los expertos aconsejan tomar un pequeño puñado de almendras al día. En concreto, entre 10 y 20 almendras en función de la actividad diaria que se realice. Puedes tomarlas a media mañana, a la hora de la merienda o en cualquier otro momento del día, pero lo cierto es que si te acostumbras a llevar esta rutina tu organismo te lo agradecerá.

Si aún no conoces los múltiples beneficios que estos frutos secos pueden tener para tu cuerpo sigue leyendo. A continuación resumimos las propiedades de las almendras y la mejor forma de tomarlas.

Los beneficios de comer almendras a diario

Las almendras son alimentos muy nutritivos y que nos aportan proteínas, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados, fibra, calcio y vitaminas. Entre los múltiples beneficios de comer almendras a diario vamos a destacar cinco de ellos

Controlan tus niveles de colesterol

Tomar una pequeña ración de almendras a diario puede ayudarte a mantener controlados los niveles de colesterol en sangre.

Cuidan de tu corazón

Estos frutos secos son muy ricos en antioxidantes, por lo que son perfectos para cuidar tu salud cardiovascular y prevenir enfermedades del corazón.

Son ricas en fibra

Las almendras contienen una cantidad importante de fibra por lo que su consumo te ayudará a mejorar tu salud intestinal y a evitar el estreñimiento.

Te ayudan a perder peso

Las almendras son alimentos bastante calóricos (576 kilocalorías por cada 100 gramos) pero, sin embargo, pueden ayudarnos a adelgazar. Este alimento es muy saciante y te aporta vitaminas y energía.

Mejoran el aspecto de la piel

Las almendras contienen magnesio y su consumo puede ayudarte a generar más colágeno, lo que se notará rápidamente en tu piel que lucirá más radiante.

La mejor forma de consumir almendras

La mejor forma de consumir almendras a diario es tomarlas de la forma más natural posible. Opta por almendras sin freír ni tostar y por supuesto sin sal añadida. Lo mejor es consumirlas en dos momentos diferentes del día.

El almuerzo y la merienda pueden ser los momentos ideales para consumir estos alimentos. También puedes llevarlas en la mochila y consumirlas antes o después de entrenar en el gimnasio o si vas a dar un paseo y necesitas una dosis extra de energía.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20240908/almendras-beneficios-comer-todos-dias-dv-106092299

Impacto de las redes sociales en la alimentación

La visualización de alimentos colgados diariamente en las distintas redes sociales impacta el comportamiento en hábitos de alimentación y desencadena respuestas conductuales que conducen a un exceso de hambre. Guatemala es uno de los 50 países con más uso de plataformas digitales a nivel mundial y registra cerca de 3 horas de uso diario. Si bien es cierto que las redes sociales pueden proveer información motivacional en pro de la salud, pueden también fomentar un consumo excesivo de alimentos.

La comida es parte integral de la vida diaria que conlleva funciones más allá de los nutrientes que consumimos; la nutrición forma parte de la cultura de la persona y las prácticas alimentarias están asociadas a su núcleo social, familiar e histórico de creencias. En realidad, es un mito que las personas comen solo debido a un estado interno de hambre fisiológica; de hecho, se ha estudiado que existe un tipo de alimentación conocida como ‘alimentación externa’ que responde a esa ingesta de alimentos mediada por diferentes estímulos relacionados con los alimentos, tales como el olor, la vista o el gusto; y que es independiente del estado interno de hambre o saciedad.

En la actualidad, el uso de redes sociales se ha convertido en algo casi esencial en la comunicación del ser humano y su influencia en las prácticas culturales y sociales, así como en los hábitos alimenticios ahora ha tomado significativa importancia. Tan solo en Estados Unidos el 65 % de los adultos y el 90 % de los adultos jóvenes utilizan algún tipo de red social para comunicarse y de toda la información que cuelgan diariamente en internet, alrededor de un 10 % de las imágenes corresponde o están relacionadas con alimentos o temas de alimentación, generando un impacto sobre el comportamiento de las personas en sus hábitos de alimentación y consumo; pudiendo contribuir o no al curso y prevención de diferentes enfermedades crónicas, así como también a alteraciones de la salud mental. 

Según los datos mas recientes obtenidos en el 7mo estudio de uso de redes sociales en Centroamérica y el Caribe 2018, Guatemala se encuentra en la posición 49 del ranking mundial de países con más usuarios en la plataforma social Facebook, convirtiéndolo en el país con más usuarios en la región de Centroamérica. Casi la mitad de los usuarios de las diferentes plataformas digitales son menores de 30 años y el 33.9 % pasa más de 3 horas al día conectados a un dispositivo móvil; por lo que si existe una asociación entre el uso de medios masivos y redes sociales con los patrones alimentarios. Por ejemplo, en 2016 se determinó que el tiempo de ver televisión estaba positivamente asociado con el Índice de Masa Corporal (IMC) de las personas y en 2008 se encontró una asociación negativa entre los medios de comunicación y la imagen corporal, así como la idealización de la delgadez. Condiciones que se encuentran fuertemente asociadas con los patrones de alimentación.

El solo hecho de leer o ver fotos y videos relacionados con alimentos ha sido un tema de estudio frecuente y se ha demostrado a través del paso del tiempo que este tipo de tendencias puede desencadenar respuestas conductuales y fisiológicas que conducen a un exceso de hambre que va más allá de conducir a hábitos alimenticios poco saludables y aumento de peso, y que además, contribuye a aumentar la probabilidad de presentar problemas con la imagen corporal y la alimentación.

Si bien es cierto que las redes sociales y las diferentes plataformas digitales con las que contamos actualmente pueden proveernos hasta cierto punto información motivacional en pro de la salud e imagen corporal, esta información puede llegar también a fomentar expectativas poco realistas de lo que es la salud en general; o lo que es peor, puede llegar a generar ciertos pensamientos y comportamientos negativos relacionados con la comida. Por lo que es necesario siempre recordar que si están en busca de información de salud y alimentación, el número de seguidores o “likes” de cada una de las publicaciones posteadas no es un indicador proporcional a la experiencia, ni mucho menos la respuesta de un profesional de la salud.

Fuente: Impacto de las redes sociales en la alimentación — GRC-Salud

Alertan del riesgo del abuso de suplementos nutricionales entre los más jóvenes

La ingesta de complementos se inicia a edades cada vez más tempranas y sin control médico, lo que eleva el riesgo de hipervitaminosis y daño renal. Basta con «pasearse» por Tik Tok o Instagram unos minutos para que el bombardeo de recomendaciones sobre suplementos nutricionales nos alcance de lleno. Proteínas del suero de la leche y caseína para aumentar músculo; zinc para reducir el cansancio; magnesio para mejorar el estado de ánimo, el sueño y el estreñimiento; vitamina C para fortalecer las defensas; colágeno para una piel radiante; complejos vitamínicos para el pelo y las uñas; cápsulas a base de alcachofa para adelgazar… La lista es casi infinita y le llega a diario a niños y adolescentes, lo que está provocando que el consumo de estos productos se inicie a edades cada vez más tempranas.

En los últimos tiempos la demanda de consumo de este tipo de productos ha aumentado, sobre todo entre jóvenes. Cada vez son más los que recurren a estos productos, y lo hacen de una forma compulsiva y descontrolada, sin disponer de toda la información para una elección responsable», asegura Alma Palau, gerente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas Nutricionistas (Cgcodn). La principal causa de este aumento de la demanda está, según Palau, «en el exceso de información en televisión y en redes sociales no basada en evidencia, sino en estudios de baja calidad, declarando propiedades saludables a todo tipo de suplementos y sin aportar datos sobre los efectos adversos. Además, también influye la falta de regulación de estos productos, sometidos a la misma legislación que los alimentos, pero nunca a la misma legislación que los medicamentos.

fuente: la razón.es

El bar de Sevilla donde todas las mesas se enfrentan en un trivial

Cada jueves este establecimiento del centro de Sevilla mide la cultura general de todos sus comensales.

Muchas personas todavía siguen de vacaciones, pero ya en septiembre y recién terminado el verano, la mayoría busca planes por la ciudad. En Sevilla, por supuesto, hay mucho dónde elegir, aunque tampoco es sencillo toparse con opciones realmente originales, idóneas para abandonar por completo la cotidianidad.

Una de las más interesantes se encuentra en una de las calles más auténticas de Sevilla. Es la calle Feria, cuyos establecimientos reflejan el eclecticismo de la ciudad. En el número 49 de esta calle se encuentra Arcade Bar, un establecimiento muy diferente a cualquiera de los que lo rodean. Es un bar pensado para la diversión y el disfrute del público más nostálgico de los 90, ya que tiene varias máquinas recreativas de las clásicas en su interior.

No obstante, alcanza su máximo esplendor en la noche de los jueves. A partir de las 21:00, el local siempre está lleno porque se organiza un trivial en el que participan todos las mesas que lo deseen, aunque hay que apuntarse previamente. 

Hay que escribir un mensaje privado al Instagram del local con el nombre del equipo y el número de personas participantes, cuatro como máximo. Las inscripciones siempre abren la noche de los domingos.

Un presentador con micrófono se encarga de presentar cada una de las preguntas, de diferentes temáticas. Cada grupo se encarga de anotar sus respuestas en un papel. Gana el que tenga más aciertos, aunque hay ronda para desempatar en caso de igualdad.

Son 30 preguntas de cultura general. El concurso suele prolongarse en torno a la hora y cuarenta y cinco minutos. Como premio, a cada uno de los miembros del equipo ganador se le descuenta una consumición de la cuenta.

El bar de Sevilla donde todas las mesas se enfrentan en un trivial: su especialidad es el gofre de pringá (msn.com)

¿Por qué tengo hambre todo el rato? Estas son las posibles razones y cómo evitarlo, según una experta en nutrigenética

Aprende a diferenciar el hambre real y fisiológica, cuando rugen las tripas, de los antojos ligados a emociones. Provocan cambios de humor y apenas sacian

El hambre emocional está ligado a una dieta de poca densidad nutricional, estrés o mala higiene del sueño. Shutterstock

¿Es normal que nos entre el apetito tan sólo una hora después de haber comido? ¿Hemos perdido la sensación de saciedad? La sensación constante de hambre es multifactorial. «Se debe a diferentes desequilibrios», explica Marta Alonso, dietista-nutricionista por la Universidad Autónoma de Madrid, responsable del área de Nutrigenética en ADNTRO y doctora en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada por la Universidad de las Islas Baleares.

«No consumir suficientes fibras y proteínas, que nos ayudan a sentirnos llenos. También desajustes hormonales, que afectan a las señales de saciedad, y que pueden venir derivados de una mala higiene del sueño, una composición corporal alterada o un problema que nos está afectando emocionalmente, generando rumiación y estrés», detalla la también máster en Biomoléculas y Dinámica Celular (UAM) y otro en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada (UIB).

HAMBRE REAL VS. EMOCIONAL

Una vez claras las posibles causas, ¿cómo diferenciar el hambre real del hambre emocional, por ejemplo, por aburrimiento? Para la experta, ante el hambre fisiológica no hay dudas. «Generalmente, se presenta con señales físicas, como el rugido del estómago». En cambio, el hambre emocional emerge de forma repentina, en respuesta a emociones, y se caracteriza por antojos específicos. «Nos pide alimentos ricos en grasa y azúcar, que proporcionan una gratificación instantánea pero breve». Es la llamada dopamina de los ultraprocesados. «Ese bienestar es pasajero, lo que puede llevar a un ciclo de comer recurrente para recuperar esa sensación», prosigue.

Es fundamental saber identificar y comprender las emociones o circunstancias que provocan este hambre emocional, aclara la nutricionista, trasladándose a un terreno psicológico. Pero, en la medida de lo posible, aboga por estar preparados con opciones saludables que nos permitan responder a estos impulsos de manera que no afecten negativamente nuestra salud. «En primer lugar, es esencial incorporar una combinación equilibrada de macronutrientes en cada comida: proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables».

ESTRATEGIAS PARA LA SACIEDAD

Estos nutrientes son fundamentales para prolongar la saciedad, cuenta, ya que se digieren a un ritmo más lento, manteniéndonos saciados durante más tiempo. Tal y como explica la bioquímica francesa Jessie Inchauspé en su libro, el superventas mundial La revolución de la glucosa (Ed. Diana), la mayoría de la población está atrapada en una montaña rusa de subidas y bajadas de glucosa en sangre. Son los llamados picos por la ingesta de almidones y azúcares. Por eso también recomienda un desayuno salado, que no sea un postre. «La salud sufre mucho más lo que comemos por la mañana porque tiene un impacto en el resto del día», afirma.

Alonso se muestra de acuerdo con esta afirmación. «Sí, aumentar la ingesta de proteínas ayuda a la saciedad y a reducir el apetito. La comida más problemática suele ser el desayuno, ya que por costumbre solemos hacer desayunos dulces ricos en azúcar. Estos altos niveles de azúcar en sangre, sobre todo por la mañana, pueden interferir con nuestras señales de saciedad y recompensa, haciendo que nos sintamos más hambrientos e irascibles el resto del día». Incluir proteínas en el desayuno es una buena estrategia que ayuda a mantener el apetito a raya durante el día, aporta.

Adicionalmente, Alonso apuesta por adoptar el hábito de comer despacio y masticar bien los alimentos. «Es crucial, ya que esto permite que el cuerpo procese más eficientemente las señales de saciedad, evitando una sobreingesta». Se calcula que el cerebro tarda al menos unos 20 minutos en percibirla.

EL CUERPO ME PIDE DULCE

¿Hay alguna manera de evitar entonces esos antojos como el helado, ahora que estamos en verano? La experta universitaria en genética médica y genómica cree que también hay que disfrutar y desvela su truco. «Es una época perfecta para aprovechar y hacer recetas más saludables. Puedes preparar una versión más saludable pero igual de rica con fruta congelada y yogur natural. Puedes derretir chocolate negro 85%, picar frutos secos y echar esta mezcla por encima. ¡Está delicioso!».

El azúcar no deja de ser una molécula de glucosa unida a una de fructosa, dos moléculas que el cuerpo utiliza constantemente para realizar sus funciones vitales. ¿Es tan adictivo o un veneno como se dice? «No podría llegar a considerarse un veneno por esta misma razón. No obstante, en grandes cantidades sí que supone un problema para el organismo. Son muchas las investigaciones científicas que asocian un consumo elevado a numerosas patologías, desde grandes conocidas como la diabetes hasta la arteriosclerosis, pasando por el Alzheimer. En general, cuanto más bajo sea nuestro consumo de azúcar libre mejor».

El azúcar puede ser muy adictivo, señala, debido a cómo afecta los centros de recompensa en el cerebro, promoviendo un deseo continuo de consumo. Por eso hay que evitar caer en la máquina de aperitivos: «La clave es la anticipación para tener a mano alternativas a los snacks, como frutas frescas, verduras cortadas, frutos secos sin sal, hummus, patés vegetales, o chips de verduras, por ejemplo». Estas opciones no sólo son más saludables, sino que también ayudan a evitar la tentación de optar por opciones industriales, defiende.

A VECES NO ES HAMBRE, ES SED

Otra de las causas de sentirse hambriento es una posible deshidratación. Y lo que en realidad el cuerpo nos está pidiendo es agua. «Llevar siempre una botella contigo es una buena estrategia. También puedes mejorar el sabor del agua añadiendo frutas naturales o hierbas para hacerla más atractiva. Evita las bebidas azucaradas o edulcoradas y opta por alternativas más naturales, como el té helado sin azúcar, agua con gas o kombucha», aconseja la nutricionista, descartando las opciones alcohólicas que, además de calorías vacías, nos deshidratan y son tóxicas para la salud.

Y por último, y no menos importante, estar siempre a dieta también interviene en esa sensación perpetua de hambre. «Suelen ser excesivamente restrictivas y promueven cambios temporales en lugar de ajustes sostenibles a largo plazo en el estilo de vida», critica Marta Alonso. Este enfoque puede llevar a resultados rápidos pero, a menudo, resulta en un «efecto rebote donde se recupera el peso perdido, o incluso más», una vez terminada la dieta, advierte. «Esto se debe a que, tras períodos de restricción severa, es común volver a antiguos hábitos alimenticios y hacerlo con mayor intensidad, dada la prohibición previa».

Para evitar este círculo vicioso propone enfocar la pérdida de peso hacia una transformación a largo plazo de los hábitos alimenticios y del estilo de vida. «Un déficit calórico moderado es efectivo para perder peso, pero una restricción calórica severa y prolongada puede llevar a deficiencias nutricionales, problemas metabólicos y el mencionado efecto rebote. Es fundamental que este déficit sea supervisado por un profesional y adaptado a las necesidades individuales. Adoptar un enfoque más equilibrado ayuda a mantener el peso a largo plazo y a promover un bienestar general», concluye.

FUENTE: Periódico El Mundo. Sección Cuerpo.

https://www.elmundo.es/vida-sana/cuerpo/2024/08/23/66c49db8e9cf4a85408b4575.html

Qué y cómo debe comer un adolescente para estudiar mejor

La receta para mejorar el rendimiento académico es que los menores sigan una dieta equilibrada con proteínas, hidratos de carbono, frutas y verduras. Los expertos también aconsejan estudiar durante el día, evitar productos excitantes como las bebidas energéticas y hacer ejercicio no demasiado intenso

“Aunque su peso es de tan solo de 1.400 gramos, el cerebro consume el 20% de la energía que aporta la comida. Esto da una idea de su papel fundamental como gestor de toda la fisiología del organismo”, asegura Gurutz Linazasoro, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y neurólogo en la Policlínica Gipuzkoa. “La época de exámenes”, prosigue, “supone una mayor exigencia para el cerebro, lo que implica una mayor necesidad de aporte desde la dieta. Estudiar y pensar son procesos que cansan y consumen mucha energía”.

Para ofrecer esa energía, la dietista-nutricionista Paula Serrano Prado, también responsable del departamento de Universidades y miembro del Área de Comunicación de la Academia Española de Nutrición y Dietética, afirma que es imprescindible que se incluya en la alimentación de los adolescentes proteínas, que fomentan la síntesis de neurotransmisores. También una ración de hidratos de carbono, preferiblemente integrales, el combustible por excelencia de todas las células, y en especial de las nerviosas del cerebro. “Sin olvidar, por supuesto, la fruta y la verdura, que debe estar incorporada a su dieta diaria porque aporta vitaminas y minerales esenciales para nuestro organismo”, añade.

Su recomendación es seguir una alimentación moderada y equilibrada y una buena hidratación: “Evitar comilonas y ayunos prolongados que perjudican el funcionamiento cerebral”. En concreto, sugiere cinco pequeñas comidas al día para favorecer la digestión, evitar la pesadez y asegurar un aporte continuo de suficientes calorías para lograr el máximo rendimiento del cerebro. Las consignas son sencillas y claras y, sin embargo, no es habitual que los adolescentes las sigan.

Natalia Bermúdez (50 años) lo sabe bien. Su hijo Nico (17 años) asegura necesitar chutes de azúcar para controlar los ataques de ansiedad que le dan cuando está estudiando. Por eso, de vez en cuando, hace excursiones al supermercado de la esquina y compra cualquier tipo de bollería industrial o helados. “El excesivo consumo de azúcares simples es uno de los errores más comunes en la alimentación de los chicos”, certifica Serrano Prado. “Para ellos son un recurso fácil, puesto que les proporcionan energía rápida e instantánea. Sin embargo, dicho efecto solo les dura un tiempo limitado, por lo que su organismo les demanda que vuelvan a tomar de nuevo azúcar. Esto es un círculo constante de subidas y bajadas de azúcar en el organismo que no es recomendable”, añade la nutricionista.

https://elpais.com/mamas-papas/familia/2024-05-13/que-y-como-debe-comer-un-adolescente-para-estudiar-mejor.html#?rel=mas

La alimentación rica en grasas saturadas se relaciona con el Alzheimer

Consumir habitualmente una dieta alta en grasas y calorías tiene una relación directa con la obesidad y la diabetes tipo 2 y, ahora, un equipo investigador, liderado por el grupo de investigación Nutrición y Salud Metabólica (NuMeH) y del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica (TecnATox) de la la Universidad Rovira i Virgili (URV), ha descubierto el mecanismo que relaciona el hecho de consumir esta alimentación con el Alzheimer. El estudio, publicado en Nutrients, se ha centrado en ver cómo esta dieta afecta a unas moléculas que se encuentran en la sangre y otros tejidos como el cerebro, y que actúan como marcadores y reguladores de la enfermedad.

La investigación se realizó en un modelo de ratones que desarrolla la enfermedad de Alzheimer en edad adulta. Estudios previos en estos animales ya habían demostrado que después de seguir una rica dieta en grasas acababan desarrollando la enfermedad mucho tiempo antes que los que tenían una alimentación convencional. Lo que no se conocía eran los mecanismos que desencadenaban el avance de la enfermedad, y ahora se han resuelto. Para ello, el equipo investigador analizó la expresión de 15 microARNs (miRNAs). Se examinaron los cambios en los microARNs relacionados con la insulina en modelos de ratones con predisposición al Alzheimer y que seguían una dieta alta en grasas, sobre todo de tipo saturado. Los resultados demostraron que empeoraba su metabolismo después de seguir esta dieta durante seis meses con un incremento significativo del peso corporal y una peor respuesta a la glucosa y la insulina.

Además, se observó una alteración de varios microARNs tanto en la sangre como en el cerebro. Estos cambios estaban relacionados con procesos como la acumulación de placas de beta-amiloide, la producción excesiva de proteína tau y un incremento de la inflamación dentro del cerebro, que también está vinculada con esta enfermedad.

Rojas-Criollo M, Novau-Ferré N, Gutierrez-Tordera L, et al.

Fuente:https://neurologia.com/noticia/9616/la-alimentacion-rica-en-grasas-saturadas-se-relaciona-con-el-alzheimer