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La fruta que muy poca gente conoce y es buenísima: está en supermercados y reduce la hipertensión

Proveniente de las selvas húmedas de Colombia, Ecuador y Panamá, el borojó, una fruta tropical de sabor agridulce y color marrón, comienza a abrirse paso en el mercado español, atrayendo la atención no solo por su exótico sabor sino también por sus prometedoras propiedades para la salud.

Considerada una «superfruta» por su riqueza en vitaminas, minerales y antioxidantes, el borojó destaca por sus potenciales beneficios para la hipertensión arterial y la salud renal, según apuntan diversos estudios.

Un aliado contra la hipertensión:

El borojó es rico en polifenoles, compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que mejoran la elasticidad de los vasos sanguíneos y contribuyen a reducir la presión arterial. A esto se suma su alto contenido de potasio, un mineral esencial para regular la presión arterial al facilitar la eliminación del exceso de sodio en el cuerpo.

Beneficios para los riñones:

Los antioxidantes presentes en el borojó protegen las células renales del daño causado por los radicales libres. Además, su efecto diurético natural favorece la eliminación de líquidos y toxinas del organismo, lo que resulta beneficioso para personas con tendencia a la retención de líquidos o con riesgo de cálculos renales e infecciones urinarias.

Sin embargo, es importante destacar que, debido a su contenido en potasio, el consumo de borojó no es recomendable para personas con enfermedades renales avanzadas o en tratamiento de diálisis, ya que su ingesta podría suponer un riesgo para su salud.

Otros beneficios para la salud:

Además de sus beneficios para la hipertensión y los riñones, el borojó es una excelente fuente de vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo energético y el sistema nervioso, y vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico. Su contenido en carbohidratos de absorción lenta lo convierte en un alimento ideal para deportistas o personas que buscan aumentar su resistencia física.

Dieta vegana en niños: ¿qué hay que tener en cuenta?

Este tipo de alimentación requiere del uso de suplementos para resolver las carencias de no consumir ciertos nutrientes, lo que conlleva que se necesite de supervisión experta para seguirla. Bien planificada, es adecuada para cualquier etapa de la vida, incluida la infancia


No comer carne ni lácteos ni huevos. Esta es la dieta que eligen algunas familias para su día a día. Padres y madres que quieren que sus hijos también sean veganos como ellos, ¿pero qué tienen que tener en cuenta? “El veganismo es más que un tipo de alimentación, es un estilo de vida. Por eso no es algo que se impone; es una conclusión de vida a la que llegan las personas y que conlleva querer dejar de consumir determinados alimentos por el componente ético y ambiental que supone”, explica la dietista y nutricionista Mapi Herrero. “Hace muchos años que la comunidad científica está de acuerdo en que una alimentación vegetariana y también vegana, bien planificada, es adecuada en cualquier etapa de la vida”, añade esta experta, que cita como ejemplo el estudio Postura de la Asociación Americana de Dietética: dietas vegetarianas (2009).

Este tipo de alimentación tiene que ser supervisada y estar planificada por un especialista, sobre todo en la infancia, según explica Herrero, porque se suelen dar carencias de macronutrientes —proteínas, carbohidratos y grasas— y de algunos micronutrientes. “Es cierto que cuantos más alimentos se excluyen de la dieta de una persona, mayor es el riesgo”, prosigue Herrero, “sin embargo, cuando queremos cambiar de una alimentación omnívora a una vegetariana, lo que cambiamos es una de las tres partes que tiene el modelo de plato saludable [plato circular que divide la ingesta diaria recomendada en 50% de frutas y verduras; 25% de cereales y un 25% de proteínas], por lo que podríamos decir que el 75% de la dieta va a permanecer igual”.

“El veganismo no es más saludable que otro tipo de alimentación”, argumenta Susana Redecillas, pediatra y miembro del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. “La dieta puede estar más controlada y supervisada, pero puede ser igual de sana o insana que la que hace un niño que es omnívoro”, añade la médica. Para Redecillas lo más importante es que la alimentación sea equilibrada: “Además, tiene que estar suplementada, sobre todo en niños en crecimiento rápido, como los lactantes y los adolescentes”. En el caso de los bebés, la pediatra explica que a partir de los seis meses, tras la alimentación exclusiva con leche materna y el comienzo de la complementaria, el pequeño puede empezar a ser vegano. “Este tipo de dieta no tiene tanta tradición en España como en otros países, como la India, por lo que aquí muchas familias necesitan consejo y recomendaciones por parte de un profesional, y que así el menor cumpla con todos los requerimientos suficientes de calorías y proteínas”, añade.

Pero no solo hay que ocuparse de los macronutrientes, sino también de los posibles déficits de micronutrientes que sean necesarios como el hierro, la vitamina B12, el calcio o incluso algunos tipos de grasa como los omega-3. “En esta dieta”, según informa Redecillas, “el problema es la biodisponibilidad: una cosa es el contenido de calcio, por ejemplo, que tiene el alimento —el brócoli o las verduras de hoja verde— y otra cómo lo aprovecha el organismo. De ahí la necesidad de suplementación”.

“La manera correcta de seguirla sería asegurarse de que los nutrientes de los grupos de alimentos que no forman parte de la alimentación se aportan a través de otras fuentes, algo que no es especialmente complicado con la información adecuada”, matiza Herrero. “Cualquier dieta saludable debe incluir una variedad de alimentos que garantice que se cubren todas las necesidades nutricionales. En el caso del veganismo, esto requiere cierta planificación, fundamentalmente al principio”, añade. En cuanto a los suplementos, Herrero insiste en que deben estar bien elegidos para que la biodisponibilidad y cantidad sean adecuadas a las necesidades de cada etapa del desarrollo. “En este caso, el único suplemento obligado es el de vitamina B12, hay otros que pueden resultar interesantes y que habrá que valorar de forma individualizada”, subraya la nutricionista.

“Esta vitamina sobre todo se encuentra en alimentos animales, por eso suele haber déficits en estos menores”, añade Redecillas, “pero también lo encuentras en alimentos vegetales como las algas, alimentos que no son muy recomendables para los niños en su dieta habitual”. La pediatra explica que un déficit de vitamina B12 generalmente conlleva anemia —que puede provocar apatía, irritabilidad, cansancio y falta de apetito en los pequeños—, “y si se mantiene por un tiempo prolongado y a edades tempranas de la vida puede llegar a provocar problemas neurológicos”. Estos, según informa, pueden ser irreversibles, aunque reconoce que son casos muy extremos e infrecuentes.

“Si los padres se deciden por el veganismo, mi recomendación es que lo hagan siempre con un profesional y supervisión constante para ir viendo qué déficits puede desarrollar o no el menor”, reitera por su parte la psicóloga María Luisa Ferrerós, autora de Dime qué come y te diré cómo se porta (Planeta, 2024). “He conocido de cerca el caso de una niña. Los padres habían decidido que su hija siguiera esta dieta, pero sin ningún tipo de seguimiento. La pequeña llegó a mi consulta porque los progenitores pensaban que tenía depresión porque se pasaba todo el día llorando. Hicimos una evaluación completa psicológica de la menor y lo descartamos todo”, continúa la especialista en neurociencia, biología y farmacología. Según explica, la menor tenía muchas amigas, sacaba buenas notas, iba bien en el colegio, no había nada mental que explicara su comportamiento, no sabía lo que pasaba. “Hasta que me dijeron que había empezado con este tipo de alimentación hacía pocos meses. Me comentaron que lo habían decidido y que lo hacían sin supervisión. Sugerí una analítica. Y bingo. Había falta de hierro, de magnesio, de fósforo…. Y resultó que la pequeña estaba triste porque no comía los nutrientes necesarios, ni las vitaminas, ni los minerales, y por ello estaba decaída”, relata. La psicóloga sostiene que al padre le costó bastante entenderlo: “De momento, él sigue siendo vegano, pero la niña ahora come de todo y está feliz”.

“Muchas veces los adultos deben pensar si anteponen sus creencias sobre alimentación a la salud de sus hijos. Porque a veces tomamos decisiones con toda la buena intención, pero pueden ser perjudiciales para ellos. Obviamente, no piensas que le vas a hacer daño. Lo mejor es buscar supervisión e informar a su entorno como cuando un niño es, por ejemplo, alérgico”, sostiene Ferrerós.

“Normalmente, son los padres los que deciden que sus hijos sigan una dieta vegana y aunque muchos la conocen porque la siguen, deben informarse igualmente, aunque ya tengan práctica”, sostiene Redecillas. “A veces el problema lo vemos más en adolescentes, casos en los que son ellos los que deciden seguir esta dieta y el resto de la familia es omnívora”, prosigue la pediatra. La médica relata que en estos hogares en los que se sigue dos tipos distintos de alimentación muchas veces a los familiares del joven les falta información: “Son circunstancias además en las que también está el hándicap de que el menor es vegano y en pleno proceso puberal, donde la comunicación no es la mejor y además quien compra en casa no suele ser él, así que la familia necesita información”.

Redecillas recomienda que cuando los progenitores no estén habituados a este tipo de alimentación, y tengan dudas, consulten con un especialista, “ya sea un nutricionista, un pediatra u otros profesionales de salud que reciben formación en dietas veganas y les pueden ayudar”.

https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2024-09-21/dieta-vegana-en-ninos-que-hay-que-tener-en-cuenta.html

5 alimentos que quizás te sorprenda que sean beneficiosos para hacer ejercicio

Es habitual escuchar que para llevar una dieta sana balanceada, como lo recomiendan los nutricionistas, es preferible evitar cierto tipo de alimentos.

Entre los que más se mencionan están el chocolate y la cerveza.

La sorpresa es que caer en la tentación no resulta en sí malo para el organismo y hasta puede ser beneficioso si queremos hacer ejercicio.

1. Chocolate

El problema del chocolate es la manera en la que producen la mayoría de sus variantes, en las que se juntan toda la grasa del cacao y se añade mucha azúcar.

«Pero si estamos hablando de un cacao que es desgrasado y sin azúcar es buenísimo», le aclaró a BBC Mundo Juan Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y fitness Alto Rendimiento, en España.

«Lo positivo es que tiene un efecto relajante y ansiolítico dada su composición nutricional. Por eso es que en ejercicios físicos o en deportes que requieran de mucha concentración es ideal, está muy recomendado».

Los chocolates que tienen más de 70% cacao son ricos en flavonoides, que poseen grandes cantidades de antioxidantes.

Esto favorece la flexibilidad en las arterias.

A esto se añade que también es rico en fibra y en minerales como hierro, potasio, zinc y selenio.

Eso no quiere decir que se puede abusar del chocolate y comer media tableta de una vez. De 10 a 30 gramos diarios son suficientes para disfrutar de sus beneficios sin hacer frente a sus efectos negativos.

«Lo recomendable es consumirlo antes del ejercicio, pero después también puede ayudar porque una vez que terminas la actividad física tu cuerpo permanece activado y el chocolate contribuye a que vuelva a la calma como un relajante», agregó Marco.

2.- Cerveza

«La cerveza es completísima», aseguró el preparador físico español.

«Aporta una gran cantidad de aminoácidos, carbohidratos que no son de absorción rápida, ya que esta elaborada a partir de cereales. Te aporta un montón de vitaminas, sobre todo del grupo B, y es muy hidratante».

En los últimos años se han llevado a cabo numerosos estudios que mencionan los beneficios de la cerveza como un excelente hidratador para después del ejercicio, además de facilitar la recuperación de los músculos.

También es bajo en calorías y ayuda a disminuir los niveles de colesterol.

«La clave la diferencia entre la que tiene alcohol y la que no, ya que si bien las propiedades son parecidas en las dos, hay que tomar en cuenta que el alcohol no aporta ningún nutriente. Son kilocalorías vacías», comentó Marcó.

La dosis recomendada es una vaso, como mucho un tercio, pero es importante recordar y ser consciente en todo momento de que cualquier exceso es malo.

3. Sandía

«La sandía es buena porque básicamente es 90% es agua y el resto azúcar. Y tiene poco contenido calórico, unos 100 gramos te aportan unas 28 kilocalorías».

Esto se traduce en términos del ejercicio que el cuerpo recibe una inyección de energía importante.

«La fructuosa se absorbe muy rápido, entonces te proporciona energía de forma muy inmediata», explicó el profesor de Alto Rendimiento.

«El problema es que un exceso de fructuosa, si no lo vas a quemar enseguida, se transforma en grasa».

La sandía también tiene mucha vitamina C y vitaminas del grupo B, sobre todo la B9, que son imprescindibles para la recuperación muscular.

4. Aceite de coco virgen

Es un producto que está de moda porque es muy rico en ácidos grasos de cadena media, que está demostrado científicamente que proporcionan muchísima energía, según comenta Marco.

«Se hizo un estudio reciente en Japón en el que se dividieron dos grupos, uno con ácidos graso de cadena media y otro con ácido graso de cadena larga, que son los más comunes».

«Se demostró que el primer grupo aportaba más energía y la mantenía durante más tiempo. Aparte se descubrió que tiene un efecto termogénico, que ayuda a disminuir los niveles de grasa en el organismo y también el colesterol», agregó.

«Y algo que es muy importante para el deporte es que retrasa la producción de acido láctico, por lo que la fatiga muscular tarda más en llegar».

El aceite de coco se puede utilizar para cocinar o de acompañante en una ensalada, aunque también hay variantes en el mercado como bebida.

5. Frutos secos

«Los tres frutos secos que son imprescindibles para el deporte son: las almendra, las nueces y la avellanas», explica Marco.

«Te aportan una cantidad de minerales específicos para las contracciones musculares como son el calcio, el magnesio, el potasio y el fósforo».

También proporcionan vitaminas B y C, proteína, carbohidratos y ácidos grasos

«Estamos hablando que con 15 o 20 gramos te pueden estar aportando 10 o 11 gramos de proteína, que sería la mitad de una dosis buena».

FUENTE: https://www.bbc.com/mundo/deportes-42366856

Una española pionera en inmunonutrición lanza un serio aviso sobre la comida fría: «Hace que tu sistema inmune no funcione»

Ascensión Marcos, farmacéutica e investigadora española, profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), apunta tanto a los alimentos como a la forma de tomarlos.

«Lo nuestro no se centra en incluir sueros con nutrientes específicos para fomentar el sistema inmune, sino algo más práctico, en el día a día, para ver qué déficit puede haber de determinados nutrientes y cómo afecta», señala al citado medio.

Precisamente, apunta a que la forma en la que comemos puede marcar cómo funciona nuestro sistema inmune. La especialista recomienda cocinar los alimentos y tomarlos despacio, ya que en el caso de no cocinar y tomar comidas frías puede aumentar el cortisol.

«Se ha visto que cuando uno come sin cocinar, durante una temporada determinada, toma preparaciones frías, aumenta el estrés. Con un aumento del estrés, crece el cortisol, y el cortisol es el primer inmunosupresor. Ese aumento de cortisol produce que tu sistema inmune no funcione«

También apunta que «la gente que tiene sobrepeso u obesidad suele comer deprisa, ingieren mucha cantidad de comida en poco tiempo y hay un estrés a la hora de comer». 

Aunque recalca que los alimentos de la dieta mediterránea son ricos en nutrientes que mejoran la microbiota, influye el tiempo de las comidas. 

«Una dieta mediterránea lleva consigo comer en compañía, que muchas veces no lo hacemos, lo hacemos en solitario y en diez minutos. Implica saborear los alimentos, a poder ser, en tranquilidad. Y además, que la comida sea de cercanía, que sea una dieta sostenible, con unas condiciones culinarias apropiadas. No es cuestión de comer un sándwich y ya está. Hay que cocinar», sentencia.

La planta que reduce la ansiedad, el nerviosismo y ayuda a conciliar el sueño

Las plantas medicinales han servido durante siglos como remedios caseros para distintas molestias y por sus efectos beneficiosos para la salud. Una de las que han ganado popularidad es la pasiflora, a la que se le conoce también como la flor de la pasión.

Esta planta puede aliviar la ansiedad, reducir el nerviosismo y mejorar la calidad del sueño, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Una de sus propiedades es la de regular los niveles de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro. El GABA es un neurotransmisor que contribuye a la relajación del sistema nervioso.

Al tomarla antes de dormir, podría mejorar el sueño. Algunas personas que padecían insomnio o que se despiertan con frecuencia en mitad de la noche, mejoraron sus síntomas con la pasiflora. Esta planta medicinal ayuda en la regulación de la presión arterial al actuar sobre el sistema nervioso y al reducir la ansiedad. También tiene beneficios para la salud digestiva.

Cuando se incrementa la dopaminamejora el bienestar emocional y ayuda a las personas con problemas relacionados con la depresión. Por eso, la capacidad de la pasiflora para relajar y promover un estado mental positivo es beneficioso para el estrés y el nerviosismo.

Fuente: https://www.eleconomista.es/salud-bienestar/noticias/12989678/09/24/la-planta-que-reduce-la-ansiedad-el-nerviosismo-y-ayuda-a-conciliar-el-sueno.html

La influencia del entorno escolar en los hábitos alimenticios de los niños

La influencia del entorno escolar en los hábitos alimenticios de los niños es un tema de gran relevancia que requiere atención.

En este artículo exploraremos la importancia de la educación alimentaria en las escuelas, las influencias externas en la alimentación de los niños dentro del entorno escolar, así como estrategias para fomentar hábitos alimenticios saludables desde el entorno educativo.

Es fundamental comprender cómo el entorno escolar puede moldear los hábitos alimenticios de los niños y cómo podemos trabajar para promover una alimentación equilibrada y saludable desde edades tempranas

La importancia de la educación alimentaria en las escuelas

La importancia de la educación alimentaria en las escuelas radica en su capacidad para formar hábitos saludables desde temprana edad.

Los niños pasan gran parte de su tiempo en el entorno escolar, por lo que este se convierte en un espacio clave para promover una alimentación equilibrada y nutritiva.

A través de la educación alimentaria, se les enseña a identificar los alimentos adecuados para su crecimiento y desarrollo, así como a comprender la importancia de una dieta balanceada.

Además, se les brindan herramientas para tomar decisiones informadas sobre su alimentación y se fomenta el consumo de frutas, verduras y alimentos naturales.

De esta manera, la educación alimentaria en las escuelas contribuye a prevenir enfermedades relacionadas con la mala alimentación y promueve estilos de vida saludables desde temprana edad

Influencias externas en la alimentación de los niños dentro del entorno escolar

Dentro del entorno escolar, los niños están expuestos a diversas influencias externas que pueden afectar sus hábitos alimenticios.

Una de estas influencias es la publicidad de alimentos poco saludables que se promocionan en los espacios escolares, como las máquinas expendedoras o los patrocinios de marcas de comida chatarra.

Además, la presión social de los compañeros también puede tener un impacto en la elección de alimentos, ya que los niños tienden a imitar las conductas alimentarias de sus pares.

Por otro lado, el personal escolar también juega un papel importante en la alimentación de los niños, ya sea promoviendo una dieta equilibrada y nutritiva o permitiendo el consumo de alimentos no saludables en el entorno educativo.

Es crucial abordar estas influencias externas y fomentar entornos escolares saludables que promuevan hábitos alimenticios adecuados entre los niños

Cómo fomentar hábitos alimenticios saludables desde el entorno educativo

Una forma efectiva de lograrlo es mediante la implementación de programas de educación alimentaria en las escuelas.

Estos programas pueden incluir actividades prácticas, como la preparación de comidas saludables en el aula, así como también charlas y talleres sobre nutrición.

Además, es importante que las escuelas promuevan la disponibilidad de opciones de alimentos saludables en sus comedores y máquinas expendedoras.

También se puede fomentar la participación de los padres y la comunidad en la educación alimentaria, organizando eventos o brindando recursos informativos.

De esta manera, desde el entorno educativo se puede contribuir significativamente a establecer hábitos alimenticios saludables en los niños, sentando las bases para una vida saludable a largo plazo

En resumen, queda claro que el entorno escolar juega un papel fundamental en los hábitos alimenticios de los niños.

La educación alimentaria en las escuelas es crucial para promover una alimentación saludable, pero también debemos tener en cuenta las influencias externas que pueden afectar negativamente estos hábitos.

Como sociedad, debemos reflexionar sobre cómo podemos mejorar y fortalecer el entorno educativo para fomentar una alimentación más saludable en nuestros niños.

https://www.comedoresblanco.es/influencia-escolar-habitos-alimenticios

¿Por qué nos sentimos culpables por comer lo que nos gusta?

La antropóloga y nutricionista Gemma Hortet aboga por volver a estrechar los lazos entre el disfrute de la gastronomía y la salud. ¡Fuera remordimientos!

Julia Roberts, en una de las escenas de ‘Comer, rezar, amar’ en la que aboga por volver a disfrutar de la comida.

En una escena de ‘Comer, rezar, amar’, Julia Roberts contempla con una mezcla de sorpresa y estupefacción como la mujer que se sienta frente a ella ‘juguetea’ con la pizza que hay en su plato en lugar de comérsela con toda la devoción que merece el manjar (que es, precisamente, lo que está haciendo Roberts). «Estás comiendo una margarita en Nápoles. Estás moralmente obligada a disfrutar de esta pizza«, la espeta entre bocado y bocado dando por zanjado un debate salpicado de ‘michelines’, recuento de calorías y deseo sexual.

¿Qué nos pasa? ¿En qué momento dejamos de disfrutar comiendo? «En el momento en el que apartamos la cocina y la gastronomía de la salud y los especialistas en salud y nutrición empezaron a asociar tener un peso adecuado a contar kilocalorías y a un tipo de técnicas culinarias en lugar de tener cuenta los nutrientes o el comportamiento de un alimento en el cuerpo (saciedad)», explica la antropóloga, educadora social y especialista en nutrición Gemma Hortet.

¿Tan malo es sentir placer con la comida? «Todo lo contrario. Comer es un acto necesario para nuestra supervivencia, al igual que lo es el sexo. Y, por eso, la naturaleza lo hizo placentero. Intentar sacar de la ecuación el placer al comer es un error que empezó a originarse cuando se puso de moda la ‘no cocina’ como fuente de salud, o sea: la plancha, el crudo, el horno, el hervido… Todo muy básico».

Dietas milagro, planes restrictivos… Hortet no puede con todo este barniz épico que se le da hoy a algo tan básico como es comer. «Pasarse la vida a base de ensaladas y carne o pescado a la plancha, más que épico, es dramático, porque va en contra de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y nuestra propia naturaleza. El ser humano ha de aprender a alimentarse disfrutando del proceso. Prohibir, reducir y eliminar alimentos saludables no es el camino».

Realmente, ¿’todo lo que no mata, engorda’? «No es cierto. Eso nos han hecho creer. Lo que nos destruye lentamente es aquello que tiene sustancias que no existen en la naturaleza y que crean una adicción lenta por sus sabores intensos».

A veces, prosigue, «es tan fácil como colocar el alimento que deseamos a la hora adecuada o reducir la cantidad que vamos a comer acompañándolo de algo que ayude a metabolizarlo mejor».

Hay personas que se pasan la vida a dieta; en una montaña rusa de privarse de todo, ponerse morados y vuelta a empezar. ¿cómo se pone orden en ese lío? «Primero de todo, dejando de hacer restricciones alimentarias. Hay que poner orden en la alimentación y esto requiere de tiempo y valor. Uno dedica tiempo a las cosas que pone en valor. Alimentarse bien requiere de conocimiento y tiempo de organización, compra y cocina. Quien diga lo contrario, miente. Si no concedemos el valor a la alimentación o a la salud que merecen nunca encontraremos en tiempo para ellas».

Y lo peor de todo esto, señala, es que «la industria alimentaria lo sabe, sabe que no queremos dedicar tiempo a comprar, a cocinar a organizar. ‘Te cuidamos’, ‘cocinamos por ti’, son frases que aparecieron en la década de los 70 que nos han hecho mucho daño pensando que se puede comer cualquier cosa o que la industria ya cocina por nosotros. ¿Quién no se ha hartado en su infancia de comer sopas de sobre pensando que eran una maravillosa cena que hacía la vida más fácil a las mujeres?».

Entonces, ¿se puede disfrutar comiendo sin que nos machaque el remordimiento de conciencia? «¡Se debe! Hay una corriente muy catastrofista sobre el disfrutar comiendo y la salud. Nos han enseñado que comer sano es comer ensaladas y carne o pescado a la plancha y nada más lejos de la realidad. Si entre semana disponemos de poco tiempo, usemos aliños caseros ricos, ‘toppings’ de frutos secos tostados, especias. Tomemos, cada día, un trozo de chocolate negro, saboreándolo lentamente. Cerrar la comida con algo que nos de mucho placer es, además de muy agradable, un buen anclaje para comer sano sin remordimientos».

En un escenario de dietas restrictivas y platos ‘light’, esta nutricionista y antropóloga aboga por gozar con sensatez de ‘lo de siempre’. «No puede ser que nos sintamos mal hasta cuando comemos algo tan delicioso como las croquetas de nuestras madres. Nos han hecho creer que los fritos y las harinas son muy malas y es una cuestión de esas 3C que he citado antes (calidad, cantidad y contexto). Y el frito no es malo; lo peor de los fritos son los malos aceites, el reutilizado y las altas temperaturas, cosas que podemos controlar muy bien en casa. Yo como croquetas caseras todas las semanas. Las hago con las sobras del cocido y me las tomo con verduras salteadas. Es mi mejor terapia antiestrés que me anuncia que pronto llega el viernes y la escapada a la naturaleza».

Hortet subraya que «cuando incluimos en nuestra alimentación semanal o mensualaquello que nos hace sentir bien, nos une a tu cultura, nos conecta con nuestros seres querido, no solo comemos mejor, sino que dejamos de desear de atiborrarnos con todas las porquerías ultraprocesadas de los supermercados».

¿Qué hacemos, entonces, para conseguir este maravilloso equilibrio en nuestro día a día cuando, a veces, no tenemos ni tiempo, ni energía para andar con muchas florituras? «Hacer una lista de todos aquellos platos que ya sabemos que son alimentos de verdad y que disfrutamos comiéndolos para ‘agendar’ cada semana uno. Por ejemplo: croquetas, macarrones, callos, paella de marisco, fideuá etc.. Confeccionar otra lista con esos alimentos que nos dan placer (chocolate, queso, jamón etc.) para incluir un poco de uno de ellos cada día. Preparar otro listado con aquellos alimentos que sabemos que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien (pescado azul, verduras, aceite de oliva, legumbres, huevos, cereales integrales, frutas) para que cada día tomemos, al menos, tres de ellos acompañado -al menos una vez al día- de un buen plato de verduras. Y, por último, escoger elaboraciones divertidas usando especies, condimentos para que lo sano no parezca soso o aburrido».

Con todo eso, Gemma Hortet está convencida de que tendremos «un combo de salud y placer maravilloso, porque comer bien y disfrutar del proceso es un arte que ha de cultivarse». ¡Amén!

FUENTE: Periódico El Mundo. Sección Bienestar

https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2024/09/09/66d81a85fdddff8c5e8b45a5.html

Estas tres enfermedades se pueden prevenir si tomas jengibre

El jengibre, una raíz con una historia rica y versátil, ha sido apreciado a lo largo de los siglos por sus propiedades medicinales y culinarias. Desde tiempos antiguos, esta planta ha sido un elemento básico en la medicina tradicional de diversas culturas debido a sus beneficios para la salud. Su sabor distintivo y sus propiedades curativas lo convierten en un ingrediente invaluable en la prevención y tratamiento de diversas enfermedades.

Originario de Asia, el jengibre (Zingiber officinale) ha sido utilizado durante milenios en la medicina ayurvédica, china e incluso en la antigua Grecia y Roma. Se valora por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, digestivas y antibacterianas. Además, su sabor único lo ha convertido en un componente esencial en la cocina de muchas culturas, desde platos picantes hasta infusiones reconfortantes.

Propiedades del jengibre

Esta raíz contiene una variedad de compuestos bioactivos, como gingerol, shogaol y zingerona, responsables de sus propiedades curativas. Ya sea consumido fresco, seco, en polvo, como té o incluso en aceites esenciales, el jengibre ofrece una amplia gama de beneficios para la salud.

De la naturaleza a la farmacia: el secreto de tus medicamentos

Entre los beneficios más destacados del jengibre se encuentran su capacidad para aliviar las náuseas y mejorar la digestión. Numerosos estudios han demostrado su eficacia para reducir las náuseas relacionadas con el embarazo, la quimioterapia y la cirugía. Además, su acción antiinflamatoria lo hace útil para aliviar dolores musculares y articulares.

La capacidad del jengibre para mejorar la circulación sanguínea y reducir el colesterol lo convierte en un aliado para la salud cardiovascular. Asimismo, su potencial para fortalecer el sistema inmunológico lo ha convertido en un recurso valioso para combatir resfriados y gripe.

Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de Barcelona apuntan a que «de acuerdo con la farmacopea europea, la parte medicinal de la planta es el rizoma de Zingiber oficinale Roscoe. Es decir, el tallo subterráneo del Jengibre, disecado, entero o troceado, y con la corteza eliminada. Las propiedades medicinales del jengibre o «planta de los mareos o los vómitos», como también se la conoce, reside principalmente en las sustancias conocidas como gingeroles y sogaoles, siendo las más importantes el 6 gingerol

Este es el superalimento que frena en seco los resfriados y la gripe

En su exposición el grupo de expertos también cita a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que «acepta el uso bien establecido del jengibre en la prevención de náuseas y vómitos, del mareo del viajero. La EMA acepta como uso tradicional el tratamiento de los síntomas asociados a los trastornos digestivos asociados a la cinetósis. En concreto, los trastornos espasmódicos leves del tracto gastrointestinal incluyendo la distensión abdominal y flatulencia».

También referencian a la Sociedad Europea de Fitoterapia (ESCOP) que «incluye la indicación del rizoma de jengibre para la profilaxis de mareos y vómitos en el embarazo (siempre bajo la supervisión médica) y como antiemético postoperatorio en intervenciones quirúrgicas menores.

La principal ventaja del jengibre frente a otros productos, según explica Josep Allue, vocal de Plantas Medicinales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona es que el consumo de esta raíz con fines medicinales no causa somnolencia.

https://youtube.com/watch?v=xh2_EE6cQss%3Fenablejsapi%3D1%26origin%3Dhttps%253A%252F%252Fwww.elperiodico.com

Enfermedades cardiovasculares

Los compuestos antioxidantes presentes en el jengibre ayudan a reducir el riesgo de enfermedades del corazón al mejorar la circulación y disminuir el colesterol. Estudios han sugerido que el consumo regular de jengibre puede contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Problemas digestivos

El jengibre es conocido por su capacidad para aliviar malestares estomacales. Ayuda en la digestión al estimular la secreción de enzimas digestivas y reducir la inflamación intestinal, previniendo así problemas como el síndrome del intestino irritable y la indigestión.

Náuseas y mareos

Desde el mareo por movimiento hasta las náuseas por quimioterapia, el jengibre ha demostrado ser eficaz en la reducción de estos síntomas. Su impacto positivo en el sistema gastrointestinal ayuda a controlar las sensaciones de malestar

JENGIBRE | Estas tres enfermedades se pueden prevenir si tomas jengibre | VÍDEO (elperiodico.com)

Los Libros de Nutrición Más Leídos en 2024: Recomendaciones para una Salud

En 2024, el interés por la nutrición continúa creciendo, con una serie de libros destacados que ofrecen perspectivas valiosas y prácticas sobre cómo mejorar nuestra salud a través de la alimentación. Aquí te presentamos los libros de nutrición más leídos y recomendados del año:

  1. «Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes» por Blanca García-Orea (2020)
    En este influyente libro, Blanca García-Orea explora la relación entre la microbiota intestinal y nuestra salud general. A través de un análisis exhaustivo, García-Orea demuestra cómo una dieta equilibrada y hábitos saludables pueden mejorar nuestra microbiota, con un enfoque especial en 50 recetas diseñadas para optimizar el bienestar intestinal.
  2. «El Cerebro Obeso» por Luis Jiménez (2014)
    Luis Jiménez ofrece una visión profunda sobre cómo los hábitos alimenticios afectan la salud mental y cerebral.
  3. «Come mierda» por Julio Basulto (2022)
    Julio Basulto aborda de manera directa los riesgos asociados con los alimentos ultraprocesados en su libro «Come mierda». Basulto argumenta que enseñar a evitar estos alimentos dañinos es más efectivo que simplemente promover opciones saludables, ofreciendo una perspectiva contundente sobre los problemas de la mala alimentación.
  4. «Saber comer» por Michael Pollan (2022)
    Michael Pollan simplifica los principios de una alimentación saludable con su libro «Saber comer: 64 reglas básicas para aprender a comer bien». Pollan ofrece una guía práctica para mejorar la dieta en una época de confusión nutricional, enfocándose en la importancia de consumir alimentos frescos y naturales.
  5. «Comer sin miedo» por J. M. Mulet (2014)
    J. M. Mulet desmantela mitos sobre la alimentación en «Comer sin miedo», proporcionando un análisis científico y bien documentado sobre los alimentos y sus virtudes..

Estos libros no solo enriquecen nuestro conocimiento sobre la nutrición, sino que también ofrecen herramientas prácticas para mejorar nuestra salud y bienestar a través de una alimentación consciente y equilibrada.

Fuente:https://www.nutricionistasydietistas.com/blog/los-mejores-libros-de-nutricion

Hacen la tortilla de patata más grande del mundo en este pueblo de Galicia y así le dan la vuelta

Galicia vuelve a estar en el mapa gastronómico mundial gracias a un pequeño pueblo que ha batido un récord impresionante. Se trata de la elaboración de la tortilla de patata más grande del mundo, un logro que ha puesto a este rincón de España en los titulares. No es la primera vez que intentan algo así, pero esta vez han superado todas las expectativas.

Con un peso cercano a las dos toneladas, la tortilla fue elaborada en el municipio de Melide, en la provincia de La Coruña, en el marco de la primera Feria del Huevo Campero. El evento ha sido impulsado por Ecocentro SC, la empresa gallega que comercializa la marca El Huevo de la Abuela, un negocio familiar con más de 30 años de experiencia en el sector. Voluntarios y empleados han unido fuerzas para llevar a cabo esta proeza culinaria.

El plato típico español, que suele ser preparado en casa en un tamaño mucho más reducido, fue escalado a una versión gigantesca, utilizando más de 1.700 kilos de patatas, 15.000 huevos camperos, 300 litros de aceite y 30 kilos de sal. Estos impresionantes ingredientes fueron cocinados a fuego lento en una sartén de grandes dimensiones.

fuente: Hacen la tortilla de patata más grande del mundo en este pueblo de Galicia y así le dan la vuelta (elconfidencial.com)