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La economía de la nutrición: ¿análisis de coste-efectividad o análisis de coste-beneficio?
por David Epstein| 27 enero, 2021
La mayoría de los decisores están de acuerdo en que la política sanitaria debe basarse en la evidencia y que, por tanto, la investigación y la evaluación son esenciales para promover terapias que funcionan y para eliminar aquellas que no. Sin embargo, de cierto modo, los economistas y los médicos son socios incómodos (Epstein, 2021). El lenguaje de los economistas se basa en restricciones, presupuestos, costes, compensaciones y optimización, mientras que los médicos se enfocan en la ciencia y el arte de curar.
La metodología predominante utilizada por los economistas en transporte, medio ambiente y otros sectores para evaluar las políticas es el análisis de coste-beneficio (ACB): la comparación de los costes y beneficios de los proyectos de bienes públicos para decidir si deben emprenderse. Fundamentalmente, los “beneficios” en esta metodología generalmente se estiman desde una perspectiva de economía del bienestar, de modo que todos los costes y beneficios se monetizan. Si bien la economía de la salud todavía era una disciplina incipiente en la década de 1970, los metodólogos comenzaron a resistirse a este enfoque, argumentando que no era ético asignar un valor a la vida humana, o por preocupaciones de que la métrica de «disposición a pagar» discriminaba a las personas con bajos ingresos, o del escepticismo sobre la validez de los métodos, o la capacidad cognitiva de los encuestados para expresar su disposición a pagar por servicios relacionados con la salud. Por lo tanto, se creó el análisis de coste-efectividad (ACE) para llenar este vacío, en el que los beneficios relacionados con la salud se informan utilizando una métrica de salud (como el año de vida ajustado por calidad, AVAC) y los costes se informan en términos monetarios.
El enfoque ACE demostró ser exitoso para evaluar políticas y programas de servicios de salud en los que la mayoría de los costes se incurren dentro del sistema sanitario y la mayoría de los beneficios surgen de las mejoras en la salud de las personas tratadas. Esta “perspectiva del pagador” considera el sistema sanitario (ya sea financiado con impuestos, seguridad social o una aseguradora de salud privada) como una unidad autónoma, dentro de la cual el objetivo general es ofrecer programas que maximicen la salud de los beneficiarios dentro de un presupuesto total fijo. En el marco del ACE, el decisor es la institución que gobierna el sistema sanitario; el papel del “paciente” es pasivo, tanto en el sentido de que el paciente no incurre en los gastos del tratamiento como de que no juega un papel importante en su elección.
Sin embargo, el límite entre lo que se encuentra «dentro» del ACE y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta, y lo que debe dejarse «fuera», siempre ha sido discutido. Esto ha llevado a la idea de la perspectiva de la ACE “social” (Sanders et al., 2016). A menudo, esto se interpreta en el sentido de que los beneficios aparte de la salud para el paciente (como el aumento de la productividad de una mejor salud) o los costes sanitarios no pagados por el sistema de salud (como los gastos financiados por el paciente directamente ‘de su propio bolsillo’) pueden o deben incluirse. Si existen costes o beneficios para las entidades del sector público fuera del servicio sanitario (por ejemplo, una intervención para mejorar las comidas escolares, Mora y López-Valcárcel, 2017), entonces se puede considerar una ACE “multisectorial”(Claxton, Sculpher y Culyer, 2007). Puede haber externalidades positivas. Esto se observa a menudo en los programas de vacunación que tienen como objetivo lograr la inmunidad de grupo. La evaluación de estos impactos requiere una ACE «poblacional» o dinámica que tenga en cuenta la transmisión del patógeno entre individuos o subgrupos (Pitman et al., 2012).
En todos los ejemplos hasta ahora, uno podría posiblemente extender la definición de “costes” y / o “beneficios” y aún preservar la naturaleza esencial de ACE, que es que los beneficios no necesitan ser monetizados. Sin embargo, cuando pasamos a evaluar las intervenciones que tienen como objetivo cambiar el estilo de vida de las personas, la heterogeneidad de los tipos de resultados hace que sea cada vez más difícil defender el marco ACE (Federici et al., 2019).
Para visualizar un ejemplo, consideremos la propuesta de aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) para el azúcar y bebidas endulzadas artificialmente que se implementará en España a partir de enero de 2021. El Cuadro 1 muestra un inventario de posibles impactos cualitativos para este tipo de políticas (Walker et al., 2019). Además de la salud de los individuos objeto de las políticas y las ganancias de productividad asociadas, podríamos considerar los posibles beneficios externos que surgen dentro de la red del grupo de pares (Christakis y Fowler, 2007). Esta teoría propone que la obesidad es una especie de enfermedad socialmente contagiosa; por ejemplo, si uno de los cónyuges en un matrimonio se vuelve obeso, es más probable que el mismo ocurra en su pareja (ver la animación).
Asimismo, los servicios sanitarios permitirán ahorrar en la prevención de enfermedades asociadas con el consumo excesivo de azúcar, pero también hay una pérdida de utilidad para el consumidor derivada del aumento de precios y los efectos de sustitución, pérdida de excedente del productor y una ganancia para el gobierno en ingresos tributarios. Algunos de estos saldrán netos, pero el impuesto aún puede producir una ‘pérdida de peso muerto’ (deadweight loss, por su equivalente en inglés) general que al menos debería reconocerse, junto con el reconocimiento de los ganadores y perdedores de la política.
Cuadro 1: Inventario de impacto de un aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) de las bebidas azucaradas del 10% al 21%
La SEGHNP y el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP se suman a las matizaciones de la ESPGHAN a las recomendaciones de la OMS sobre alimentación complementaria
El Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNyLM) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) se han sumado a las respuestas que la European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) y otras 10 organizaciones pediátricas internacionales han realizado a la guía actualizada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre alimentación complementaria, cuyo objetivo es proporcionar recomendaciones para lactantes sanos a término y niños pequeños de 6 a 23 meses.
Las organizaciones pediátricas valoran de forma positiva el documento, pero han emitido algunas consideraciones matizando ciertas recomendaciones. Los pediatras europeos opinan que algunas afirmaciones deben adaptarse en función del contexto, pues la guía va dirigida tanto a países de ingresos bajos, como medios y altos.
“Por ello, es cuestionable la aplicación de algunos aspectos de las recomendaciones a nuestro entorno, como el uso de leches animales en lactantes menores de 12 meses, la continuación de la lactancia materna de forma generalizada en el segundo año de vida o la edad de introducción de la alimentación complementaria”, explica la doctora Rosaura Leis, coordinadora del CNyLM de la AEP. En la misma línea se posiciona el doctor Javier Martín de Carpi, presidente de la SEGHNP: “Sugerimos que estas recomendaciones sean específicas para cada contexto y que sigan el enfoque ya utilizado por el Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS en su recomendación sobre el uso de alimentos enriquecidos. Sin esta modificación, las recomendaciones podrían causar confusión y posibles daños para la salud no deseados”.
Un estudio relaciona la dieta mediterránea con un diagnóstico menor del TDAH
Se trata del primer estudio científico que aborda la relación entre la dieta mediterránea y el TDAH, trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia y la adolescencia
Los patrones alimentarios de la dieta mediterránea pueden estar relacionados con un diagnóstico menor del trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), según destaca un estudio publicado en la revista Pediatrics que han dirigido José Ángel Alda, jefe de sección en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y María Izquierdo Pulido, profesora de la facultad de farmacia de la Universidad de Barcelona.
El estudio es el primer trabajo científico que aborda la relación entre la dieta mediterránea y el TDAH. En él han participado un total de 120 niños y adolescentes, 60 de ellos diagnosticados de TDAH y 60 como grupo de control. Su seguimiento puso de manifiesto que los niños que presentaban TDAH ingeríancon más frecuencia comida rápida, consumían más dulces y bebidas azucaradas que los niños que no tenían este trastorno.
Los resultados del estudio sugieren que algunos hábitos alimentarios inadecuados podrían tener un papel en el desarrollo del TDAH. No obstante, los autores del trabajo apuntan que habrá que desarrollar más investigaciones para determinar si existe una relación de causa-efecto. Los mecanismos que vinculan una dieta de baja calidad y el TDAH aún son desconocidos. Estudios científicos previos han relacionado algunos patrones dietéticos, como consumo de alimentos procesados, bajo consumo de frutas y verduras, con el diagnóstico de TDAH. También se sabe que un patrón alimentario desequilibrado puede conducir a deficiencias en nutrientes esenciales para el desarrollo cognitivo y físico como el hierro, zinc, magnesio o ácidos grasos omega-3 y que parecen tener un papel esencial en la etiología del TDAH.
Los autores del estudio creen que la relación entre una dieta no saludable y el TDAH puede ser una muestra de causalidad inversa. Actualmente no se sabe si los niños con TDAH tienen síntomas más graves por una alimentación inadecuada o si es el trastorno lo que les lleva a comer un exceso de grasas y azúcares para equilibrar sus rasgos de impulsividad o angustia emocional. Los autores del trabajo consideran que es un círculo vicioso: que la impulsividad de los niños con TDAH les lleva a alimentarse de una forma inadecuada y, por esta razón, no ingieren los nutrientes que necesitan y eso empeora los síntomas.
El trastorno de déficit de atención con hiperactividad afecta a cerca del 3,4% de niños y adolescentes en todo el mundo. Es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la primera infancia y adolescencia, y sus consecuencias se pueden alargar hasta la edad adulta. Los síntomas principales son la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención, que se manifiestan con más intensidad que en niños de la misma edad sin este trastorno. Actualmente, la intervención combina el tratamiento psicológico, el farmacológico y la intervención psicopedagógica.
Educación en alimentación y nutrición
El conocimiento nos ayuda a tomar decisiones responsables sobre nuestra dieta y estilo de vida. La educación en alimentación y nutrición es como la base de una casa sólida. Nos proporciona los conocimientos y habilidades necesarios para tomar decisiones informadas sobre nuestra dieta y estilo de vida. Saber qué alimentos son nutritivos, cómo equilibrar nuestras comidas y entender las necesidades específicas de nuestro cuerpo nos permite mantenernos saludables y prevenir enfermedades.Además, la educación en alimentación y nutrición juega un papel crucial en la lucha contra la malnutrición en todas sus formas, ya sea por exceso o por déficit. Nos ayuda a evitar enfermedades relacionadas con la dieta, como la obesidad, la diabetes y las deficiencias nutricionales.También es esencial en la formación de hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana. Si aprendemos desde pequeños la importancia de una alimentación equilibrada, es más probable que llevemos ese conocimiento a lo largo de nuestras vidas.En resumen, la educación en alimentación y nutrición es una herramienta poderosa que nos permite construir y mantener la estructura de nuestra salud.Introducir una asignatura dedicada a la nutrición en los colegios es algo que se lleva debatiendo años, por la complejidad que puede suponer en los planes de estudio, o su integración en alguna materia como Ciencias Naturales, o Ciencias Sociales. Aún así no acaba de ser una idea que parezca estar fraguando. No obstante, sería increíblemente beneficioso tanto a nivel individual del alumno, como a nivel social. No solo proporcionaría a los estudiantes conocimientos fundamentales sobre cómo alimentar y cuidar sus cuerpos, sino que también ayudaría a inculcar hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana. Imaginemos que los alumnos aprender sobre la importancia de los diferentes grupos de alimentos, cómo leer las etiquetas nutricionales, cómo planificar comidas equilibradas y entender las necesidades nutricionales específicas de cada persona. Sería como equipar a los jóvenes con herramientas esenciales para tomar decisiones informadas sobre su salud.Además, la educación nutricional en las escuelas podría tener un impacto positivo en la prevención de enfermedades relacionadas con la dieta y en la promoción de un estilo de vida activo y saludable, lo cual, sería una inversión valiosa en el bienestar a largo plazo de la sociedad, reduciendo costes sanitarios de enfermedades relacionadas con malos hábitos alimentarios, y ayudando a personas con enfermedades como la diabetes, a entender y gestionar mejor su alimentación.Respecto a los más mayores que quizá son el colectivo que menor acceso a información y formación tiene, sería muy interesante poder aportarles al menos un enriquecimiento en el conocimiento sobre aspectos nutricionales. Formar en nutrición a los más mayores puede ser un desafío, pero también es una oportunidad valiosa para mejorar su calidad de vida. Aquí hay algunas sugerencias que no solo en nutrición, pueden ser interesantes para fomentar el aprendizaje de nuevos conceptos en esta franja de edad:Sesiones educativas interactivas: Organizar charlas o talleres donde se aborden temas de nutrición de manera interactiva. Pueden incluir demostraciones de cocina saludable, sesiones prácticas de compra de alimentos y discusiones abiertas.Material visual y accesible: Utilizar material educativo visual y fácil de entender. Folletos, infografías y presentaciones visuales pueden ser más efectivos para transmitir información sobre nutrición.Consultas individuales: Proporcionar consultas personalizadas con profesionales de la salud o nutricionistas. Esto permite abordar las necesidades específicas de cada persona y adaptar la información a sus circunstancias.Programas de actividad física: Combinar la formación en nutrición con programas de actividad física adaptados a las capacidades de los más mayores. La combinación de una dieta saludable con ejercicio regular es clave para el bienestar general.Eventos sociales saludables: Organizar eventos sociales que incluyan comidas saludables y actividades relacionadas con la nutrición. Esto no solo educa, sino que también crea un ambiente positivo y de apoyo.Involucrar a familiares: Trabajar con familiares y cuidadores para asegurarse de que la información sobre nutrición se refuerce en el entorno cotidiano de los más mayores.Enfoque gradual: Introducir cambios de manera gradual para que sea más fácil para los más mayores ajustarse a nuevas prácticas alimentarias. Pequeños pasos pueden marcar una gran diferencia con el tiempo.Uso de tecnología: Incorporar tecnología fácil de usar, como aplicaciones de salud y nutrición, que puedan ayudar a hacer un seguimiento de la alimentación y proporcionar recordatorios o sugerencias. Sabemos el inconveniente que supone la llamada brecha digital que observamos cada año desde la MPAC, pero una de las maneras de acortar esa brecha es tratar de acercar la tecnología a los mayores a través de instrumentos sencillos y claros, con funciones muy concretas. Además, tengamos en cuenta que el colectivo de mayores abarca un rango muy amplio, desde personas de apenas 65 años, hasta los más mayores (recordemos que la esperanza de vida en España ronda los 83 años), lo que supone un espectro muy grande de población, y posiblemente muchos de ellos son o pueden llegar a ser usuarios de nuevas tecnologías con cierta solvencia. Recordemos que la clave es adaptar la información y las estrategias a las necesidades individuales y capacidades de cada persona mayor.Respecto a la población que podemos considerar de segmentos intermedios, el problema que surge es por un lado el interés que puedan tener en este tipo de contenidos y por otro el tiempo que dispongan para dedicarle al aprendizaje. Por ello es necesario diseñar estrategias y herramientas sencillas y directas, aprovechando, principalmente las nuevas tecnologías, y sobre todo, siendo capaces de aportar confianza, seguridad y transparencia en las informaciones, ya que como bien sabemos, uno de los grandes problemas de la información en estos días, son las infames fake news que intoxican la sociedad. La lucha contra las noticias falsas en nutrición es fundamental para garantizar que las personas reciban información precisa y basada en evidencia. Como estrategias que proponemos implementar, se encuentran principalmente:Educación en alfabetización mediática: Enseñar a las personas, desde temprana edad, a evaluar críticamente la información en línea. Esto incluye comprender cómo funcionan las fuentes de información, verificar la credibilidad de los sitios web y discernir entre evidencia respaldada y afirmaciones infundadas.Promoción de fuentes confiables: Destacar y promover fuentes confiables de información nutricional, como sitios web de instituciones de salud, organismos gubernamentales, y organizaciones de nutrición reconocidas. Esto puede ayudar a dirigir a las personas hacia recursos confiables. Para lo cual es imprescindible la colaboración de Administraciones Públicas.Colaboración con profesionales de la salud: Trabajar en estrecha colaboración con profesionales de la salud y nutricionistas para difundir información precisa. Estos expertos pueden ser clave para desacreditar mitos y proporcionar orientación basada en la ciencia. Por eso desde MPAC decidimos contar con un COMITÉ CIENTÍFICO compuesto por expertos en diversas áreas que respalden las informaciones o nos ayuden a promover y difundir información con base científica.Uso de plataformas sociales: Aprovechar las plataformas de redes sociales para difundir información precisa y desmentir mitos. Publicar contenido educativo, compartir estudios científicos y participar en conversaciones constructivas puede contrarrestar la desinformación.Etiquetado de información: Promover el etiquetado claro y preciso de información relacionada con la nutrición en los productos alimenticios y en las publicaciones en línea. Esto ayuda a las personas a tomar decisiones informadas sobre su dieta.Campañas de concientización: Lanzar campañas de concientización sobre la importancia de verificar la información antes de compartirla. Fomentar una cultura en la que las personas sean críticas con la información que encuentran en línea. Apoyo de plataformas digitales: Trabajar con plataformas en línea para implementar políticas que reduzcan la propagación de noticias falsas y promuevan la visibilidad de contenido verificado y confiable.Participación comunitaria: Involucrar a la comunidad en la lucha contra la desinformación nutricional. Organizar eventos educativos locales, grupos de discusión y actividades que fomenten la participación. La MPAC ha realizado en diversas ocasiones campañas sobre FAKE NEWS, y periódicamente realizamos jornadas informativas sobre temas de interés en ámbito de la alimentación. La lucha contra las fake news en nutrición es un esfuerzo continuo que requiere la colaboración de diversos sectores de la sociedad.Como vemos, la educación para la alimentación, es algo más complejo de lo que creemos. En escenarios de incertidumbre económica, muchos consumidores, varían sus costumbres hacia comportamientos menos saludables. El gasto en una alimentación saludables hay que verlo más como una inversión a largo plazo, más importante que comprar un textil de marca, o un smartphone de última generación, …y posiblemente más importante que unas vacaciones en la playa. Es una cuestión de concienciación, como hemos comentado, del bien individual, que además beneficial al bien común. Una buena educación nutricional y una concienciación alimentaria, podría cambiar la sociedad desde sus cimientos.westVolverPublicaciones recientes sobre:Actualidad del sectorEl reto mundial contra el derroche alimentario y el fin del hambre que marca la Agenda 203029/10/2024La revolución digital que hemos vivido en 10 años22/10/2024Del campo a nuestro hogar: Así hemos aplicado prácticas más sostenibles en la última década15/10/2024Actualidad del sector29/10/2024El reto mundial contra el derroche alimentario y el fin del hambre que marca la Agenda 2030Actualidad del sector22/10/2024La revolución digital que hemos vivido en 10 añosActualidad del sector15/10/2024Del campo a nuestro hogar: Así hemos aplicado prácticas más sostenibles en la última décadaActualidad del sector10/10/2024Consumir con valores, el superpoder de los consumidores que no ha parado de crecer en la última décadaActualidad del sector08/10/2024Diez años concienciando sobre el desperdicio de alimentosActualidad del sector02/10/2024La necesaria causa de luchar contra los bulos y la desinformación en el ámbito de la alimentaciónActualidad del sector26/09/2024Diez años de cambios en nuestros hábitos de compra y consumoActualidad del sector05/09/2024Las 4 claves para una eficiente gestión mundial del agua tratadas en EstocolmoActualidad del sector13/08/2024Síntomas de las alergias: así trabaja la ciencia para mejorarlosActualidad del sector23/07/2024Qué comer y beber en verano: claves para un estilo de vida saludablempac@mesaparticipacion.comAviso legalPolítica de cookiesPolítica de privacidadPrensa
Educación en alimentación y nutrición
Residente de EE.UU. expone las verduras ‘falsas’ que venden en supermercado de Texas
Un video en TikTok ha desatado la controversia sobre la calidad de los aguacates en los supermercados de Texas, con usuarios debatiendo si son productos falsos o simplemente inmaduros.
Una mujer en Texas se volvió muy popular en TikTok tras compartir un video en el que asegura que un supermercado le vendió una verdura falsa. La usuario @sydalg458 publicó un video de 11 segundos titulado Están vendiendo aguacates falsos en Texas, donde se la ve manipulando un aguacate que parece de goma.
Al cortarlo, la textura y el estiramiento del fruto hicieron que muchos especularan sobre su autenticidad, generando gran debate en la popular red social.
Reacciones y comentarios de los usuarios
El video rápidamente se llenó de comentarios y conjeturas. Muchos usuarios le aseguraron que el aguacate no era falso, sino que simplemente no estaba maduro. «No es fake (falso) sino que solo no supieron escoger, eso no está maduro», comentó uno de los usuarios. Otros fueron más críticos, sugiriendo que todos deberían saber identificar si un aguacate está maduro o no.
A pesar de que la usuaria no mencionó el nombre del supermercado en cuestión, varios comentaristas especularon que se trataba de la cadena Walmart, mientras que otros mencionaron haber tenido experiencias similares en H-E-B, una cadena muy popular en Texas. En un video posterior, la usuaria afirmó que el aguacate fue comprado en La Fiesta, ubicado en Austin.
Supermercados y precios en EE. UU.
El incidente ha llevado a un debate más amplio sobre la calidad y los precios en los supermercados de EE. UU. Según un estudio de MarketForce Information, ninguna de las cadenas mencionadas por los usuarios está entre las diez más baratas del país. Los tres supermercados con los mejores precios son Food 4 Less, Grocery Outlet y WinCo Foods.
La controversia sobre los aguacates falsos o inmaduros refleja las preocupaciones de los consumidores sobre la calidad de los productos frescos. En un mercado competitivo, los compradores buscan tanto precios accesibles como productos de alta calidad, y este tipo de incidentes resalta la importancia de cumplir con esas expectativas.
¿Cuál es el vínculo entre emoción y alimentación?
Nuestras emociones tienen un efecto poderoso sobre nuestra elección de alimentos y sobre los hábitos de alimentación. Por ejemplo, se ha encontrado que el vínculo entre emoción y alimentación es más fuerte en las personas obesas que en las no obesas y en personas que hacen dieta en relación a las personas que no hacen dietas (Sánchez y Pontes 2012).
También se ha sugerido que las emociones no son en sí mismas las causantes del sobrepeso, sino que serían más bien la manera de gestionar estas emociones y el estilo de afrontamiento los factores que más influirían en la aparición del sobrepeso.
Lo que comemos no solo afecta a cómo nos sentimos, sino que cómo nos sentimos también afecta a nuestra manera de comer. En este sentido, Cooper y otros (1998) nos dicen que la dificultad en la regulación de los estados de ánimo negativos tiene una influencia muy grande en la aparición y el mantenimiento de los trastornos de conducta alimentaria.
La regulación emocional se refiere a la gestión que hacen las personas de sus propias emociones, teniendo en cuenta las circunstancias y el estado emocional de los demás. Así, se ha observado que la vergüenza y la culpa son las emociones que pueden tener una mayor incidencia negativa en la dieta. Como vemos el vínculo entre la emoción y alimentación es más importante de lo que pensamos.
“Lo que pensamos genera emociones, pero también lo que comemos”.
Emoción y alimentación: un tándem necesario para nuestra salud
Las personas desarrollan conductas diferentes en respuesta a sus emociones dependiendo de factores diversos, como el medio en el que se encuentran, su formación y su habilidad para identificar y gestionar sus sentimientos. Como resultado de esto pueden controlar mejor o peor su peso. Por ejemplo, se ha observado que cuanto más emocional es la persona en su ingesta, más descontrol tiene en el número de comidas, siendo constante la eliminación del desayuno en su rutina alimentaria. Como vemos, el vínculo entre emoción y alimentación es un hecho.
El factor emocional más influyente en las personas sedentarias es la desinhibición en la comida y los antojos consentidos de ciertos alimentos como el chocolate y la pastelería. Sin embargo, en personas deportistas las emociones de culpabilidad, como el miedo a la báscula y a comer dulces, han tenido más influencia que las emociones de desinhibición en la comida.
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Los factores emocionales en las personas sedentarias son más disfuncionales que los de las personas deportistas. El exceso de antojos y la falta de control de la ingesta se relacionan más con la sobrealimentación y con los problemas de conducta alimentaria.
Existe un grupo específico de individuos que por sus hábitos alimenticios han sido denominados comedores “reprimidos” o dietantes crónicos. Estas personas se caracterizan por experimentar un temor exacerbado a ganar peso, restringiendo su alimentación por medio de dietas. Paradójicamente, bajo estas condiciones restrictivas, estos individuos aumentan sus niveles de ingesta sobrealimentándose.
Abusar del acto placentero de comer, no solamente puede hacer que nos sintamos más cansados y busquemos más comida constantemente, sino que puede provocar serios problemas de salud. El tándem emoción y alimentación tiene que estar basado en comer justamente lo que necesitamos. Nuestra emoción es la que tiene que hacernos conscientes de la alimentación que necesitamos.
https://lamenteesmaravillosa.com/cual-es-el-vinculo-entre-emocion-y-alimentacion
Microencapsulación y nanoencapsulación para el diseño de ingredientes de última generación
Las tecnologías de microencapsulación están permitiendo, en los últimos tiempos, desarrollar alimentos con nuevas propiedades, más seguros y más saludables, así como ingredientes funcionales y aditivos novedosos con propiedades avanzadas.
Se trata de una de las alternativas más demandas por la industria alimentaria para mantener la conservación de las propiedades de los productos. Gracias a este proceso, las sustancias bioactivas de los alimentos se introducen en una matriz del producto para impedir que se pierdan. Así, se protegen de la reacción con otros compuestos, se frenan las reacciones de oxidación e incluso, se logra liberar nutrientes de forma controlada. En este sentido, el potencial que abre la nanoencapsulación es todavía mayor.
A modo de resumen, la microencapsulación y la nanoencapsulación suponen un avance tecnológico de primer nivel en la innovación de producto de alimentación, claves para el desarrollo de:
- Aditivos naturales
- Ingredientes funcionales
- Estabilizadores de producto
- Mejoras sensoriales de alimentos u otros productos
- Ingredientes avanzados para la generación de nuevas percepciones en el consumidor
Para aquellos interesados, recomendamos la visualización de este vídeo en el que explicamos las ventajas de esta tecnología en alimentos y cómo estamos trabajando con ella en AINIA Centro Tecnológico, colaborando y siendo partner tecnológico con un gran número de empresas en este campo.
Dieta DASH para reducir la hipertensión arterial
DASH es la sigla en inglés de Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) y es recomendada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. La dieta DASH puede ayudar a bajar la presión arterial alta, el colesterol y otras grasas en la sangre. Puede ayudar a reducir el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular y ayuda a bajar de peso. Esta dieta es baja en sodio (sal) y rica en nutrientes.
¿Cómo funciona la dieta DASH?
La dieta DASH reduce la presión arterial alta al disminuir la cantidad de sodio en su dieta a 2300 miligramos (mg) al día. Bajar el sodio a 1500 mg al día reduce aun más la presión arterial. La dieta DASH también incluye una variedad de alimentos ricos en nutrientes que pueden ayudar a algunas personas a bajar la presión arterial, tales como potasio, calcio y magnesio.
Con la dieta DASH, usted:
- Consumirá muchas verduras, frutas y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa
- Incluirá granos enteros, legumbres, semillas, nueces y aceites vegetales
- Comerá pescado, aves y carnes magras
- Reducirá la sal, las carnes rojas, los dulces y las bebidas azucaradas
- Reducirá las bebidas alcohólicas
También debe hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada casi todos los días de la semana. Los ejemplos incluyen caminata rápida o montar en bicicleta. Póngase como meta hacer por lo menos 2 horas y 30 minutos de ejercicio por semana.
Puede seguir la dieta DASH si desea prevenir la presión arterial alta. También le puede ayudar a perder el peso extra. La mayoría de las personas pueden beneficiarse de una reducción de la ingesta de sodio a 2300 mg al día.
Su proveedor de atención médica puede sugerirle que reduzca a 1500 mg al día si usted:
- Ya sufre de presión arterial alta
- Tiene diabetes o enfermedad renal crónica
- Es afroamericano
- Tiene 51 años de edad o más
Si usted toma medicamentos para tratar la presión arterial alta, no deje de tomarlos mientras lleva la dieta DASH. No olvide decirle a su proveedor que usted está haciendo esa dieta.
¿Cómo empezar?
Con la dieta DASH, usted puede comer alimentos de todos los grupos alimenticios. Pero usted incluirá más de los alimentos que son naturalmente bajos en sal, colesterol y grasas saturadas. También incluirá alimentos que son ricos en potasio, calcio, magnesio y fibra.
La siguiente es una lista de los grupos de alimentos y cuántas porciones de cada uno debe consumir al día. Para una dieta que tenga 2,000 calorías al día, usted debe comer:
- Verduras (de 4 a 5 porciones al día)
- Frutas (de 4 a 5 porciones al día)
- Productos lácteos sin grasa o bajos en grasa, tales como leche o yogur (de 2 a 3 porciones al día)
- Granos (de 6 a 8 porciones al día y 3 deben ser de granos integrales)
- Pescados, carnes magras y aves de corral (2 porciones o menos al día)
- Legumbres, semillas y nueces (de 4 a 5 porciones a la semana)
- Grasas y aceites (de 2 a 3 porciones al día)
- Dulces o azúcares agregados, tales como gelatina, caramelos duros, jarabe de arce, sorbete y azúcar (menos de 5 porciones a la semana)
La cantidad de porciones que consuma cada día dependerá de cuántas calorías necesite.
- Si usted está tratando de bajar de peso, es posible que necesite menos porciones de las que aparecen en la lista.
- Si no es muy activo, procure consumir la cantidad menor de porciones de la lista.
- Si es moderadamente activo, consuma la cantidad mayor de porciones.
- Si es muy activo, es posible que necesite más porciones de las que aparecen en la lista.
Su proveedor puede ayudarle a encontrar la cantidad correcta de porciones al día para usted.
Mitos, falsedades y realidades en alimentación y nutrición
En la actualidad, existe en parte de la población un gran interés por aumentar los conocimientos en alimentación y nutrición, motivado sin duda por el legítimo deseo de disfrutar de una vida larga y sana. Paralelamente han proliferado toda suerte de recomendaciones basadas en mitos y creencias irracionales, y en flagrante contradicción con los conocimientos sólidamente documentados que actualmente poseemos.
Han surgido una serie de falacias, mitos, dietas «mágicas», etc., que constituyen uno de los mayores problemas de desinformación en materia de nutrición en las sociedades industrializadas. Una información a la población que no llegue por los cauces adecuados puede dar lugar a un grave problema de salud.
Mitos y falacias
¿ Debo o no evitar comer agua durante las comidas?
Es aconsejable beber de 1,5 a 2 l de agua a lo largo del día, puedes tomarla durante las comidas o fuera de ellas, de manera indiferente. Es frecuente la aparición de sed durante las comidas que debe ser saciada para nuestra correcta hidratación y que además, nos ayudará a percibir mejor los sabores de los alimentos que ingerimos.
El agua tiene un aporte calórico de 0 kcal/g, es decir, no engorda, aunque sí se considera saciante debido a que proporciona una sensación de plenitud.
¿El pan engorda?
Todos los alimentos nos aportan en mayor o menor medida energía en forma de calorías. El pan se encuentra entre los alimentos con un contenido calórico moderado (261 kcal/100 g). Está formado principalmente por hidratos de carbono que nos aportan tan sólo 4 kcal/g (al igual que las proteínas) mientras que otros macronutrientes nos proporcionan el doble, como es el caso de los lípidos, 9 kcal/g y el alcohol, 7 kcal/g.
El pan se encuentra en la base de nuestra alimentación mediterránea y se aconseja como acompañamiento en comidas y cenas y como integrante saludable de nuestros desayunos y meriendas, asimismo no hay que excederse en el tamaño de las raciones (1 ración = 2 rebanadas = 40 g = 104 kcal) y hay que vigilar con qué alimentos se acompaña.
https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/mitos-falsedades-realidades-alimentacion-nutricion
alimentos que mejoran el rendimiento físico.
Ya sea fuerza, mayor resistencia o capacidad de recuperación rápida… Te enseñamos cómo usar la alimentación en el deporte para maximizar tus resultados.
Importancia de una alimentación adecuada para deportistas
A la alimentación se le pueden atribuir la mitad de los logros en el deporte. Aporta los nutrientes adecuados para mejorar la potencia muscular. Contribuye a que la recuperación tras la práctica deportiva sea más rápida y evita lesiones.
Todos los deportistas de élite cuentan con una alimentación sumamente calculada. El tipo de nutrientes, las cantidades y la planificación de cada ingesta están supervisadas por los mejores nutricionistas. Porque, en definitiva, una comida saludable para deportistas es ese extra de combustible para lograr los objetivos.
Alimentación y ejercicio físico: ¿por qué es importante?
Los deportistas tienen unas necesidades nutricionales distintas a las de una persona de la misma edad, pero con hábitos más sedentarios. La energía que consumen en la práctica deportiva debe verse compensada con una mayor ingesta de calorías.
Además, determinadas disciplinas demandan de una planificación nutricional más controlada. En aquellos deportes de alta intensidad como los trails, los maratones, los triatlones o las pruebas de larga distancia la estrategia alimentaria es clave.
Cada alimento posee unas propiedades nutricionales únicas. Y los nutricionistas deportivos las utilizan para obtener el máximo partido de los atletas.
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Alimentos para deportistas: claves para una dieta saludable
Si quieres mejorar tu condición física y rendir más durante la práctica deportiva necesitas incorporar una dieta saludable para deportistas.
Comida saludable para deportistas
Una comida para deportistas debe incluir los siguientes grupos nutricionales.
Vitaminas y minerales
Las vitaminas y minerales maximizan el rendimiento físico. En concreto, hay dos elementales:
- Calcio. Contribuye a reconstruir los huesos. Este mineral evita fracturas por sobrecarga o estrés.
- Hierro. Aunque es más desconocido, el hierro es el responsable de llevar el oxígeno a los músculos para que puedan rendir.
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Proteínas
Las proteínas son las responsables de desarrollar la musculatura. Una dieta deportiva debe incluir siempre proteína de alta calidad. Además, previene lesiones musculares como desgarros, y contribuyen a la regeneración de los músculos tras la práctica deportiva.
✅ Recuerda: la presencia de proteína debe ser moderada y siempre acompañada de otros grupos nutricionales. Un consumo abusivo de proteínas no es saludable ni tampoco está recomendado para el deporte.
Hidratos de carbono
De forma simplificada, los hidratos de carbono equivalen al combustible del organismo. Para poder rendir el cuerpo necesita quemar estos nutrientes. Se recomienda escoger aquellos de buena calidad como los cereales integrales.
Grasas saludables
Un mito muy extendido entre la población es que la grasa es siempre perjudicial para la salud. La realidad es que existe una grasa saludable. De hecho, cuando el organismo está practicando deporte y agota sus reservas de hidratos de carbono emplea la grasa para continuar rindiendo.
Toda comida para deportistas incluye grasas de origen vegetal que se obtienen de semillas, pescados y frutos secos. Eso sí, recuerda limitar el consumo de grasas trans (la perjudicial) que se encuentra en los alimentos procesados y bollería.
Alimentos que dan energía para entrenar
Estos son los alimentos óptimos para obtener la energía necesaria para entrenar:
- Cereales integrales incluidos en la pasta, el arroz y el pan de calidad.
- Carne magra como el pollo, el pavo y el conejo.
- Pescados como el boquerón, el atún y el salmón.
- Legumbres como garbanzos, lentejas y guisantes. Son una fuente de hidratos de carbono y proteína, además de ser bajas en grasa.
- Productos lácteos como la leche o el queso.
- Verduras de hoja verde como espinacas, acelgas, brócoli o apio.
- Huevos.
- Frutos secos. Aportan mucha energía, especialmente durante el entrenamiento.
- Semillas de chía.
- Frutas como el plátano o los arándanos.
- Aceite de oliva.
Alimentación pre y post entrenamiento
Tampoco podemos olvidar la alimentación que se realiza horas antes del entrenamiento y aquella inmediatamente posterior.
Alimentación pre entrenamiento: preparando el cuerpo para el ejercicio
Debes elegir con sumo cuidado los alimentos que consumes horas antes del entrenamiento. Tu rendimiento se verá afectado según los productos que escojas. En general, opta por una dieta rica en hidratos de carbono con algo de proteína y baja en grasa.
Te recomendamos hacer una ingesta 3 o 4 horas antes de tu entrenamiento. Un plato que siempre funciona es arroz integral con una pechuga de pollo y una guarnición de verduras al vapor. De postre come algo de fruta como arándanos, fresas o frutos del bosque.
Si te entra hambre momentos previos al entrenamiento se recomienda consumir fruta o galletas saladas. Ambos productos poseen hidratos de carbono de fácil digestión.
✅ Importante: antes del entrenamiento evita los alimentos y bebidas azucaradas. La calidad de estos azúcares es mala por lo que lastrará tu rendimiento.
Alimentación post entrenamiento: recuperación y regeneración
Tan importante es la comida pre entrenamiento como aquella posterior. Necesitarás garantizar una correcta recuperación muscular. Los expertos recomiendan que la alimentación post entrenamiento consiste en:
- Una primera ingesta antes de que hayan pasado 30 minutos desde la actividad física.
- Una segunda pasadas las 2 horas.
Opta por los frutos secos para esa primera ingesta. Luego, consume un plato rico en abundantes hidratos de carbono y proteínas magras.
Dieta saludable para deportistas: consejos y recomendaciones
Una alimentación de deportistas adecuada debe incluir una buena hidratación. Los expertos recomiendan beber abundante agua a lo largo de la jornada. Y, por supuesto, durante la práctica deportiva.
La deshidratación puede afectar negativamente al rendimiento físico. Además, en los casos más extremos puede provocar aturdimiento y bloqueo mental. No esperes a tener sed para beber agua. Hazlo de forma recurrente.
Las bebidas energéticas no están recomendadas en una dieta saludable para deportistas. Afectan a la calidad del sueño y tienen efectos muy nocivos en el sistema nervioso a largo plazo. Se recomienda que el consumo de cafeína a través del café se haga de forma moderada.
Si vas a consumir bebidas isotónicas, recuerda hacerlo siempre durante la práctica deportiva. No se aconseja que reemplacen a tu hidratación habitual fuera de los entrenamientos debido al alto contenido en electrolitos y azúcares.
Alimentación para deportistas de alto rendimiento
La alimentación de un deportista de alto rendimiento tiene muy en cuenta las cantidades que se consumen. Se debe evitar las grandes ingestas. Es preferible planificar comidas menos abundantes a lo largo del día.
Mantener el peso correcto también es esencial para rendir mejor en el deporte. El porcentaje de grasa corporal debería ser inferior al 20% en aquellos deportistas de élite. Esto se consigue mediante alimentos bajos en grasas como las carnes magras o los pescados blancos.
Preguntas frecuentes
¿Qué necesidades nutricionales debe cubrir la alimentación para deportistas?
Una alimentación para deportistas debe contemplar hidratos de carbono, proteínas, nutrientes (como el hierro y el calcio) y grasas saludables.
¿Cuáles son los 10 mejores alimentos para un deportista?
Los 10 mejores alimentos para un deportista son: plátano, avena, huevos, nueces, sardinas, anchoas, pollo, yogur natural, arándanos y semillas de chía.
¿Qué alimentos ayudan a mejorar el rendimiento deportivo?
Los alimentos ricos en hidratos de carbono como el arroz, la avena, el pan integral o la pasta ayudan a potenciar el rendimiento deportivo