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Técnicas de la cocina de vanguardia más usadas en la alta repostería

En el fascinante mundo de la gastronomía, hay dos áreas destacan por su constante evolución y creatividad: la cocina de vanguardia y la alta repostería.
En este artículo hablaremos de cómo estos dos mundos se entrelazan, desde sus orígenes hasta las técnicas más innovadoras que definen la cocina de vanguardia y la alta repostería hoy en día. Conoceremos cómo las técnicas de la cocina de vanguardia han sido adoptadas y adaptadas por la repostería, creando una sinergia entre ellas. Nuestro plan de estudios del Máster en Gestión de Alta Pastelería abarca también ambos mundos.

¿Cuándo aparece la cocina de vanguardia?

La cocina de vanguardia es un movimiento que nació en España durante la década de los 80 y 90. Estuvo centralizado principalmente en el País Vasco, por lo que fue conocida como “nueva cocina vasca”. Así, los chefs Ferrán Adrià  o José Mari Arzak jugaron un papel muy importante en el nacimiento y su posterior expansión. Este movimiento rompe con lo establecido con una gran calidad de la última tecnología. Dicha innovación hizo que poco a poco esta nueva tendencia se extendiera por todo el mundo.

Características de la alta repostería: 

  • Es creativa. Está en continua evolución y busca sorprender a través de nuevos retos. La innovación va de la mano de la creatividad, ya que cada plato es único y tiene una gran experimentación detrás.
  • En ella prima el elemento sorpresa. Pretende sorprender por lo que todo cuenta.
  • La estética juega un papel importante. Se caracteriza por las pequeñas porciones a modo menú degustación. En ellos, se juega con las diferentes gamas cromáticas, texturas, técnicas… 
  • El sabor es el gran protagonista. Se pretende sorprender al comensal con un bocado ligero, donde el sabor sea el gran protagonista. Proporcionar una experiencia única de cocina de vanguardia que te deje “con ganas de más”. 
  • Como bien dice su nombre, ante todo es vanguardista. Es decir, utiliza técnicas de alta cocina muy modernas. Se trabajan texturas y temperaturas como el frío-caliente o crujiente-suave.

Técnicas de alta cocina más usadas en repostería 

Tal y como se ha comentado, la cocina vanguardista ante todo es experimentación. Así, han nacido diferentes técnicas modernas a lo largo de este movimiento.  Así, la creatividad y los procesos químicos y físicos son responsables de las transformaciones. Te explicamos algunos de los métodos que debes conocer sobre la comida vanguardista.

Deconstrucción
 

Consiste en transformar las texturas, formas y temperaturas de los ingredientes sin que pierdan los sabores originales. Mediante esta técnica se transforman algunas propiedades de los alimentos pero su sabor no cambia, por lo que acentúa el sentido principal de la gastronomía.
Fue creada por Ferrán Adrià en los fogones de su restaurante elBulli. Uno de sus famosos logros es la tortilla de patatas, donde creó una tortilla líquida con espuma presentada en una copa.
 

Gelificación
 

Permite obtener texturas más sólidas utilizando gelificantes, que tal y como se indica, crean geles para obtener texturas sólidas. Algunos de estos gelificantes son el agar o el iota. Estas espesan salsas, cremas y helados. Es una de las técnicas más antiguas de la cocina vanguardista.
 

Esferificación
 

Consiste en gelificar la capa exterior del alimento y después crear una forma esférica, envolviendo dentro el líquido. Para ello, se utiliza alginato de sodio (una sustancia extraída de las algas) y cloruro de calcio (para obtener una textura agradable y blanda). Técnica rescatada por Ferrán Adrià. Aporta un toque de distinción a los platos. 
 

Cocción a baja temperatura
 

Mantener los alimentos en bajas temperaturas modifica sus propiedades, obteniendo texturas y sabores únicos. Se cuecen los alimentos durante un periodo de tiempo prolongado evitando que los productos hiervan, por lo que no deben cocinarse a más de 80ºC.
 

Nitrógeno líquido
 

El nitrógeno líquido permite cocer los alimentos a través de la congelación. La idea de base es sumergir el producto en nitrógeno, con lo que instantáneamente se congela. Se pueden conseguir diferentes resultados, dependiendo de lo que se pretenda conseguir en el plato como conseguir una capa dura y un interior líquido. Técnica creada por Ferran Adrià, Heston Blumenthal o Dani García.
 

Cocción al vacío
 

Es un proceso de cocción al vacío a una temperatura baja durante un tiempo prolongado, normalmente durante horas. Esta técnica permite que los alimentos conserven sus jugos y consistencia. Asegura una gran calidad sin conservantes consiguiendo sabores únicos e intensos.
 

El Máster en Gestión de Alta Pastelería de Barcelona Culinary Hub  exploras las últimas tendencias en alta pastelería y además te  enfocas en las técnicas más vanguardistas del sector, combinando innovación con una perspectiva sostenible.

La lechuga dorada creada por investigadores españoles que es rica en antioxidantes, inmunoestimulantes y potenciadores de la memoria

El Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC – UPV) desarrolla una técnica que multiplica hasta 30 veces los niveles de betacaroteno en las hojas.

Los ‘superalimentos’ no existen, aunque así nos lo quieran hacer creer. Realmente es un término que se ha popularizado para definir a aquellos a alimentos que son excepcionalmente ricos en nutrientes, particularmente vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos beneficiosos para la salud.

Sin embargo esto puede cambiar, ya que investigadores españoles podrían haber creado a partir de una lechuga común una ‘super lechuga‘, que multiplica hasta 30 veces los niveles de betacaroteno en las hojas sin afectar negativamente a otros procesos vitales como la fotosíntesis. Además pierde su color característico verde por un dorado intenso.

El betacaroteno es uno de los principales carotenoides, pigmentos que se encuentran de forma natural en las plantas y otros organismos fotosintéticos y que benefician la salud, con propiedades antioxidantes, inmunoestimulantes y potenciadoras de la cognición; además, es el principal precursor de los retinoides, compuestos químicos como la vitamina A con funciones corporales esenciales (visión, proliferación y diferenciación celular, sistema inmunitario…).

La investigación ha sido realizada por un grupo del Instituto de Investigación en Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), quienes han desarrollado un innovador método, mediante técnicas biotecnológicas y tratamientos con alta intensidad lumínica.

Utilizando plantas de tabaco (Nicotiana benthamiana) como modelo de laboratorio y lechuga (Lactuca sativa) como modelo de cultivo, el equipo liderado por Manuel Rodríguez Concepción, investigador del CSIC en el IBMCP, han observado que el betacaroteno se puede producir y almacenar en niveles muy elevados y de forma más bioaccesible fuera de los lugares donde habitualmente se encuentra en las hojas «supone un avance muy significativo para mejorar la nutrición mediante la biofortificación de verduras como la lechuga, la acelga o las espinacas, sin renunciar a su aroma y sabor característicos».

«Las hojas necesitan carotenoides como el betacaroteno en los complejos fotosintéticos de los cloroplastos para su correcto funcionamiento», explica el investigador del CSIC. «Cuando se produce demasiado o demasiado poco betacaroteno en los cloroplastos, estos dejan de funcionar y las hojas acaban muriendo. Nuestro trabajo ha conseguido producir y acumular betacaroteno en compartimentos celulares donde normalmente no se encuentra combinando técnicas biotecnológicas y tratamientos con alta intensidad lumínica», resume.

Según los resultados, que se publican en ‘Plant Journal’, se ha conseguido almacenar altos niveles de betacaroteno en plastoglóbulos, y en el interior de los cloroplastos están presentes de forma natural vesículas de almacenamiento de grasa. Estas vesículas no participan en la fotosíntesis y no suelen acumular carotenoides. La acumulación masiva de betacaroteno también proporcionó a las hojas de lechuga un color dorado característico.

«Estimular la formación y el desarrollo de plastoglóbulos con técnicas moleculares y tratamientos de luz intensa no solo aumenta la acumulación de betacaroteno sino también su bioaccesibilidad, es decir, la facilidad con la que puede extraerse de la matriz alimentaria para ser absorbido por nuestro sistema digestivo», afirma Luca Morelli, primer autor del estudio.

El estudio demuestra también que la síntesis de betacaroteno en plastoglóbulos se puede combinar con su producción fuera de los cloroplastos mediante aproximaciones biotecnológicas. En este caso, según explica el coautor Pablo Pérez Colao, «el betacaroteno se acumula en vesículas similares a los plastoglóbulos pero localizadas en el citosol, la sustancia acuosa que rodea los orgánulos y el núcleo de las células».

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2024/09/21/66ee749ce9cf4ac30e8b456f.html

Una investigación de dos ONG denuncia que el 10% de las latas de atún en Europa tienen más mercurio del permitido

Consumo señala que el año pasado no se detectó ningún incumplimiento en España por este motivo mientras el sector asegura que comer este pescado es seguro para la salud y aporta muchos nutrientes.

Una investigación de las ONG Bloom (francesa) y Foodwatch (alemana, con filial en Francia) ha analizado 148 latas de atún en cinco países europeos y ha constatado que el 10% de ellas superan los niveles de mercurio permitidos para el atún fresco, que en España son los mismos que para el atún enlatado (no es así en todos los países). La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) señala que el año pasado no se detectó ningún incumplimiento en España por este motivo, mientras el sector critica la metodología del informe y señala que en la última década ha revisado 8.000 muestras y la inmensa mayoría cumple los límites legales. Consumo recomienda desde 2019 que embarazadas y niños pequeños no incluyan el atún rojo en su dieta —aunque la recomendación no se extiende a las latas, elaboradas con otras especies de túnidos—, ya que puede ser un tóxico neurológico en las primeras etapas del desarrollo.

La Comisión Europea, a partir de los informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés), impone un límite de 0,5 miligramos por kilo (mg/kg) de mercurio para los productos del mar, que se reduce a 0,3 para pescados pequeños, como bacalao, sardinas y anchoas, y crece hasta 1 mg/kg en el caso del atún. “No hay ninguna razón sanitaria para esta discrepancia: el mercurio no es menos tóxico si se ingiere a través del atún, que además es el pescado que más se consume en Europa”, señala Julie Guterman, investigadora de Bloom y autora principal del estudio. “En muchos países, la norma se aplica al atún fresco y no al enlatado, que pierde mucha agua, con lo que el mercurio puede estar dos o tres veces más concentrado”, añade. La Aesan —dependiente de Consumo— confirma que ese límite sí se aplica en España al atún enlatado.

Las dos entidades han seleccionado 148 latas de cinco países (España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania) para analizarlas. “Se eligieron por sorteo varios supermercados, y en cada uno se eligieron aleatoriamente 10 latas, que se enviaron a un laboratorio independiente, IPREM-Pau, especialista en análisis de mercurio”, dice Guterman. El resultado —parte del cual ya hicieron público en Francia— es que 15 de ellas superan ese límite, e incluso una lata adquirida en Francia casi lo cuadruplica. Aunque no en todos los países eso significa que se incumpla la ley. Si el límite que se aplicara fuera el más estricto (0,3 mg/kg), casi el 60% de las latas estarían por encima, según el estudio.

La Aesan señala que el año pasado se hicieron 319 análisis de mercurio a pescados y productos de la pesca, de los que 25 superaban el límite legal (un 8%), si bien ningún incumplimiento era de atún en lata. En cambio, se realizaron 4.021 inspecciones a fabricantes de productos de pesca y más del 9% incumplía la normativa alimentaria —no solo en cuanto a contaminantes—. En 2013, la agencia estatal realizó una muestra de 20 latas de conserva de atún y la cantidad media de mercurio hallada fue de 0,26 mg/kg, dentro de los límites.

Roberto Alonso, secretario general de Anfaco-Cecopesca, que aglutina a 250 empresas conserveras, responde que el límite actual “es seguro para la salud”: “Lo realmente importante es la Ingesta Semanal Tolerable (IST), fijada en 1,3 microgramos por kilo (µg/kg) de peso corporal por semana, que asegura que el consumo de atún en conserva en una dieta variada y equilibrada es totalmente seguro”. Además, señala que los laboratorios de la entidad han analizado 8.000 muestras en 10 años. “Los niveles de mercurio en el atún en conserva están significativamente por debajo del límite legal, con una media total de 0,29 mg/kg y una mediana de 0,19 mg/kg, dado que en conserva suelen usarse los ejemplares más pequeños”, resume.

En cuanto al informe, critica que no sabe si se ha seguido la metodología correcta y se han llevado a cabo los análisis adecuados para que la muestra sea representativa: “Sin esta información, resulta difícil emitir una valoración”. Además, asegura que si la industria constata que se superan los límites en algún caso, el lote se rechaza. “Las empresas conserveras implementan rigurosos planes de autocontrol de sus productos y vigilan los tamaños de materias primas con el objetivo de garantizar el 100% de cumplimiento”, dice.

Unas críticas que comparte Javier Garat, secretario general de Cepesca, que representa a los armadores: “El informe es muy tendencioso y no se ajusta a la realidad. Entidades como la Aesan garantizan que se cumplen los niveles legales”. Garat señala que los buques de pesca tiene un sistema por el que realizan muestreos representativos de metales pesados en las capturas y que si se encuentra un lote que supera las cifras se retira. Además, apunta que los túnidos “tienen un gran contenido en selenio, que actúa como un imán con el mercurio, lo que produce una sustancia de mercurio-selenio que el cuerpo elimina fácilmente”. Las dos ONG, en cambio, defienden la validez del análisis.

Contaminantes ambientales

La Comisión Europea garantiza la seguridad alimentaria a partir de los dictámenes de la EFSA, que basa sus informes y dictámenes en datos científicos. En relación con los contaminantes ambientales, como el mercurio, ha seguido el criterio de que su presencia sea “tan baja como sea razonablemente posible” (Alara, por sus siglas en inglés). Se trata de encontrar un equilibrio entre reducir al mínimo los riesgos para la salud y la capacidad de una industria para cumplir con los límites establecidos para que no se afecte a la producción.

“Algunos contaminantes, como el mercurio, se acumulan de forma natural en ciertas especies debido a su lugar en la cadena alimentaria. Por ejemplo, peces grandes como el atún tienen más mercurio porque están en la cima de la cadena alimenticia y viven más tiempo, lo que incrementa su exposición. Esto justifica un límite más alto para el atún que para peces más pequeños”, explica Gemma del Caño, experta en seguridad alimentaria.

“Si se estableciera un límite demasiado estricto, el atún podría desaparecer de la oferta, ya que sería difícil encontrar productos que cumplan con niveles de contaminantes tan bajos”, continúa. “Además, hay que tener en cuenta el patrón general de consumo de ese alimento dentro de la población: aquellos alimentos que se consumen con mayor frecuencia tendrán límites más estrictos”.

Ni la EFSA ni la CE han reaccionado al informe. La Comisión Europea explica que los niveles máximos de contaminantes en los alimentos se establecen de acuerdo con el Reglamento de la UE sobre contaminantes en los alimentos y previa evaluación de la EFSA de si supone un riesgo para la salud. En el caso del mercurio, la EFSA comprueba si la exposición de los consumidores europeos al contaminante supera la ingesta semanal tolerable (IST).

Si tomamos como referencia los 0,26 mg/kg hallados de media por la Aesan en las latas españolas, y teniendo en cuenta que una lata media tiene 60 gramos de peso escurrido (atún), la cantidad media por lata serían unos 15,6 microgramos de mercurio por lata. Si dividimos 80 kilos de peso entre esos 15,6 microgramos, el consumo de unas seis latas de atún típicas a la semana seguiría siendo seguro. En cambio, Bloom y Foodwatch realizan cálculos más conservadores y piden también a las autoridades reducir estos límites.

La Aesan recomienda no comer atún rojo —ni pez espada, tiburón o lucio— para las embarazadas, madre lactantes y los niños menores de 10 años, porque el mercurio puede ser un tóxico neurológico en las primeras etapas del desarrollo y generar disminuciones cognitivas, trastornos neuromotores y de atención. Garat, de Cepesca, puntualiza que la advertencia se refiere tan solo al atún rojo, mientras que las latas suelen elaborarse con otros túnidos (como el listado, el rabil o el patudo), que tienen menor contenido en metales pesados. La agencia lanzó en 2019 esta advertencia tras los resultados de varios estudios de biomonitorización que constataban que modificar la dieta en favor de especies con bajo contenido en mercurio (como anchoas, chipirones, pulpo, salmón, calamar o trucha), hace disminuir la presencia de mercurio en el pelo y la exposición a este contaminante.

En busca de los contaminantes en los alimentos

El Ministerio de Sanidad tiene previsto arrancar en diciembre el primer gran estudio estatal para ver cómo nos afectan las sustancias químicas a las que estamos expuestos de forma cotidiana, una de las cuales es el mercurio. Tal y como adelantó EL PAÍS, la iniciativa se enmarca dentro de la nueva estructura nacional de biomonitorización humana y pretende medir los niveles de contaminantes en miles de voluntarios como primer paso para tomar luego medidas de salud pública basadas en la ciencia. 

https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2024-11-14/una-investigacion-denuncia-que-el-10-de-las-latas-de-atun-en-europa-tienen-mas-mercurio-del-permitido.html

¿Propaganda o ciencia? Habla la investigadora del experimento con gemelos que arrasa en Netflix con polémica: «Si hubiésemos comparado con una dieta mediterránea, quizá, los resultados serían mejores»

Lucia Aronica, pionera en el campo de la epigenética nutricional, cuestiona las afirmaciones del criticado documental Somos lo que comemos, basado en un estudio científico con limitaciones que no se cuentan.

La investigadora italiana Lucia Aronica, que trabaja en la Universidad de Stanford y es experta en epigenética y nutrición, en The Madrid Edition.
La investigadora italiana Lucia Aronica, que trabaja en la Universidad de Stanford y es experta en epigenética y nutrición, en The Madrid Edition.BERNARDO DÍAZ

«Cuando vimos el documental, lo que más nos sorprendió fue la parte de la estimulación sexual. ¡Ni siquiera estaba en el estudio!». Lucia Aronica (Nápoles, Italia, 19 de octubre de 1981) se muestra clara y rotunda: «Publicamos la investigación original, de la que formé parte, en una revista científica y también, por separado, el análisis epigenético en otro artículo. Lo de Netflix es otra cosa, un programa». Esta doctora en epigenética con 17 años de experiencia en el campo responde sin ambages todas las críticas al televisivo Somos lo que comemos: Un experimento con gemelos.

De visita en Madrid de la mano de Eucerin, marca de productos para el cuidado de la piel que ha fichado a la especialista, cuenta que esta disciplina «ayuda a entender cómo los factores externos y las experiencias pueden influir en la forma en que se expresan los genes«. Ha participado en el lanzamiento de su nuevo sérum antiedad, a través de un ingrediente activo único que reactiva los genes de la juventud de la piel. «Incluso hay muchos libros sobre dieta epigenética escritos por personas que no están haciendo ciencia». Y celebra que los periodistas se cuestionen por qué Netflix nos quiere hacer creer que la alimentación vegana es mejor para la salud que la omnívora, como ya sucedió con el cuestionado The Game Changers, protagonizada por los célebres Arnold Schwarzenegger y Lewis Hamilton.

CRÍTICAS A LA DOCUSERIE

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«Chapuza científica», «afirmaciones sin evidencia», «burla al espectador», «amarillista y alarmista» o «un peligro». Así han calificado los expertos esta docuserie de cuatro episodios donde varios gemelos idénticos cambian sus dietas y estilos de vida durante ocho semanas, utilizando el aval de la Universidad Stanford. Sin embargo, tras su visionado, cabe preguntarse si se está ofreciendo una visión objetiva y respaldada por la ciencia o mera propaganda vegana, en un anuncio que se hace hasta largo. Y no porque hable de una dieta basada en vegetales. De hecho, La píldora mágica de Netflix también fue tachado como promoción de la dieta cetogénica. Sino porque todos los estudios tienen unas limitaciones que no se explican y cualquier patrón de alimentación puede tener sus ventajas e inconvenientes, según se individualice el caso.

«Para empezar, en el estudio participaron 22 pares de gemelos que comparten el mismo ADN. Esto es muy positivo, porque nos permite controlar factores como la genética y los entornos compartidos en un ensayo clínico aleatorizado. Sin embargo, en Netflix no aparece ni una decena de casos, un número muy pequeño», explica Aronica. Califica el programa de mero entretenimiento, aunque reconoce que la ciencia tampoco es perfecta. «Ocho semanas para un estudio así es un tiempo insuficiente. Sabemos que las dietas veganas carecen de vitamina B12, que se encuentra principalmente en alimentos de origen animal, como carnes, pescados, productos lácteos… Este déficit toma tiempo en desarrollarse. A veces, cuando te das cuenta de que tienes la falta, ya es demasiado tarde», profundiza la investigadora.

DÉFICIT CALÓRICO

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Llama la atención en el origen estadounidense de los participantes. «Pasaron de una alimentación norteamericana estándar, llena de alimentos procesados y poco saludables, a una dieta». Uno de los miembros se hizo vegano durante ese periodo, mientras que su hermano o hermana mantenía una dieta omnívora con cereales integrales controlada por los investigadores. Junto a Varun B. Dwaraka, el equipo analizó el reloj epigenético de los gemelos, que permite estimar la edad biológica, distinta de la cronológica que marca la fecha de nacimiento. «La edad cronológica son los años que hemos vivido, mientras que la biológica refleja cómo envejece nuestro cuerpo a nivel celular y molecular. Uno puede ser biológicamente más joven o más viejo que lo que indica el pasaporte», puntualiza Aronica.

Lo que sucedió es que ambos grupos perdieron peso al someterse a un déficit calórico. «Pero el grupo vegano adelgazó más kilos y su reloj biológico les devolvió entre uno y dos años de juventud». Ahora bien, ¿significa esto una victoria del veganismo? «De ninguna manera. Existen otros estudios que demuestran que dietas que incluyen alimentos de origen animal, como la dieta mediterránea, que combina plantas y animales, también pueden rejuvenecer la edad epigenética», argumenta.

El contexto y las variables influyeron en el resultado. El espectador ve dos dietas que podrían ser igual de saludables. Difieren únicamente en si es omnívora o vegana. Sin embargo, luego puede observar diferencias en la cantidad de proteínas diarias, las calorías o en la frecuencia de consumo. Hasta el ejercicio físico plantea distintos objetivos. Sin uniformidad, ¿qué conclusiones podemos extraer?

VEGANOS VS. OMNÍVOROS

El experimento consistía en controlar durante ocho semanas la alimentación de pares de hermanos idénticos, uno con una dieta vegana y otro omnívora.
El experimento consistía en controlar durante ocho semanas la alimentación de pares de hermanos idénticos, uno con una dieta vegana y otro omnívora.Netflix

«No hagamos una guerra entre veganos y omnívoros. Mi mensaje es que hagamos las paces con la comida. El enfoque debe estar en consumir alimentos lo más naturales posible, no procesados. Puedes estar saludable con diferentes tipos de dietas, siempre y cuando se basen en alimentos reales».

Para colmo, en el documental se afirma que «el queso genera adicción» y que «la leche está hecha para los terneros, no para nosotros». Medias verdades que no tienen un respaldo científico, según el nutricionista Ismael Galancho, que atribuye al «nutricionismo» estas confusiones. Básicamente, se trata de atribuir propiedades buenas o malas a un alimento simplemente porque contenga un nutriente concreto en su composición. «Leen estudios aislados de uno de los componentes de la leche, la beta-caseína Al en ratones, la cuál es inflamatoria. Confunden tener problemas intestinales como gases, hinchazón o dolor abdominal al ingerir lácteos con inflamación sistémica«. Respecto a la adicción, se basan en el papel de sustancias que generan bienestar, sin que esto se pueda considerar patológico. «Lo que se dice en el documental no es científicamente correcto. Nosotros, como investigadores del estudio, no hicimos esas declaraciones. Me parece mal que el programa haga afirmaciones tan sesgadas. No son objetivas», lamenta Aronica.

Pese a la falta de rigor, cree que hay buena información tanto en el paper como en el show. «El problema es que incluyendo manifestaciones que no están basadas en la ciencia, se podría pensar que todo es incorrecto». Cuando la gente lee los titulares de un artículo o ve un documental deberían hacerse preguntas, advierte. «Ahora fue un documental vegano, pero podría pasar con uno sobre dietas carnívoras en el otro extremo o cualquier otro tema alimenticio, ahora que está tan de moda. Como científica, no puedo aceptar aprender sólo viendo documentales de Netflix. Creo que vivimos en una época en la que las personas deben ser muy escépticas en general. Es importante que nunca abandonemos nuestro espíritu crítico. Los niños no aceptan todo sin más; siempre preguntan: ¿Qué es esto?, ¿Quién lo hizo?, ¿Por qué? Pregúntate: ¿Quién financió el estudio?», deja caer.

PARCIALIDAD EN EL DOCUMENTAL

Dos gemelos participantes del documental 'Somos lo que comemos'.
Dos gemelos participantes del documental ‘Somos lo que comemos’.Netflix

En los títulos de crédito aparece Vogt Foundation, que se define como una organización dedicada a promover el consumo vegetal y a proteger a los animales. También Christopher Gardner, profesor de la Universidad de Stanford como Aronica, involucrado en el estudio y que aparece en el documental, desarrolla el proyecto Stanford Plant-Based Diet Initiative (PBDI), sufragado por Beyond Meat, empresa que comercializa comida vegana. Estos hechos ya revelan una posible parcialidad o interés en las conclusiones.

«El principal beneficio fue que personas con sobrepeso adelgazaron. Si eres una persona sana, ¿estos resultados se te pueden aplicar? No, probablemente no eres un estadounidense con una dieta poco saludable basada en hamburguesas diarias. La respuesta es que perdieron más peso porque comieron menos calorías. No es magia«, prosigue la italiana. «Mantén tu capacidad de pensar y razonar críticamente como tu mayor tesoro. Nos encanta ser inteligentes de niños, pero los adultos dejamos de hacer preguntas. Nunca pierdas eso en la vida y serás más saludable y feliz», aconseja.

Sin duda, un mayor consumo de verduras y frutas ricas en fibra y polifenoles mejoran la salud intestinal. Por eso, analizar el estudio de Aronica, más riguroso que el documental, puede ser interesante. Las primeras cuatro semanas les daban la comida a los gemelos pero eran libres en las últimas siguiendo con su enfoque y con asesoramiento nutricional.»«Pedimos a los participantes que comieran ad libitum, es decir, hasta que estuvieran satisfechos y alcanzaran la saciedad. Pero el diseño del estudio era asimétrico«. ¿A qué se refiere con esto? «El grupo vegano, al no poder comer derivados de animales, eliminaba muchos alimentos. Pero el grupo omnívoro no tuvo tantas restricciones. El punto es que el grupo que elimina más cosas va a consumir menos calorías. De hecho, comían unas 200 kilocalorías menos al día, por lo que perdieron más peso. Esto fue positivo para ellos y podría explicar las diferencias de mejora a la sensibilidad de la insulina».

En las analíticas, en cambio, los triglicéridos subieron en el caso vegano y disminuyeron en los omnívoros, lo que es bueno. Y en el caso del LDL subió pero el HDL se redujo y empeoró, mientras que el omnívoro se mantuvo. Así que no quedó clara una reducción del riesgo del colesterol. «La dieta vegana mejoró el perfil cardiometabólico como conclusión, pero de ahí no se pueden extraer las interpretaciones que se han hecho en titulares de noticias y redes sociales. Si eres frágil, delgado, un anciano o no suplementas con B12 puede no ser una dieta buena para ti y que pongas en riesgo tu salud».

PRODUCTOS POCO SALUDABLES

Aronica no es partidaria de las carnes fake hechas en laboratorio. «Debo decir que no me gustan los alimentos veganos procesados, con muchos ingredientes. Siempre invito a las personas veganas a enfocarse en alimentos integrales. Esto es importante, porque también las patatas fritas y la Coca-Cola son veganas. Si alguien quiere seguir una dieta vegana o vegetariana por razones éticas es posible estar muy saludable, pero deben suplementar con vitamina B12″. Añade que, para perder peso, siempre hay que seguir una dieta personalizada y pautada según los hábitos y necesidades de la persona. «Mejorará no sólo la apariencia, sino también tu biología y tu epigenética».

La profesora de Stanford concluye que los beneficios observados en el estudio no vienen tanto de eliminar alimentos animales como de aumentar el consumo de verduras. «Si hubiésemos comparado con una dieta mediterránea, quizá, los resultados serían mejores. Quedan muchas cuestiones por resolver. Para la mayoría de las personas, una dieta omnívora, que incluya tanto plantas como carne y pescado, es la forma más sencilla de obtener todos los nutrientes necesarios para las reacciones epigenéticas, que llamo epinutrientes». En cualquier caso, si necesitamos perder peso para mantenernos saludables no sólo se trata de cómo nos vemos en el espejo, sino también de cómo funcionan nuestras células y genes. «La interpretación de que el veganismo es bueno para tu epigenética es incorrecta. He estado enseñando este tema durante nueve años en la Universidad y siempre digo que la mejor dieta es la que llamo epinutrición: cómo los alimentos nutren nuestros genes«.

Para ella, es básica una «hermosa combinación entre alimentos de origen animal y vegetal». Los alimentos animales proporcionan nutrientes esenciales: «La vitamina B12 y la colina, que se encuentra en los huevos y el hígado, son muy importantes». Por otro lado, las plantas aportan fitoquímicos como los polifenoles del aceite de oliva y las verduras crucíferas como el brócoli. También son fundamentales especias como la cúrcuma. «Todos estos fitoquímicos son muy beneficiosos para nuestra epigenética. Así que es una combinación, una amistad y no un enfrentamiento», apostilla.

¿Es más importante la genética o el estilo de vida? Aronica usa una orquesta como metáfora. «75% estilo de vida, el director, y 25% genética, los músicos. Tu estilo de vida cambia tu epigenética, modulando la música que los genes tocan, que afecta a tu salud y tu longevidad«. Lo esencial es comer alimentos reales y minimizar los procesados, especialmente los carbohidratos refinados y el azúcar. «En eso todos estarán de acuerdo. Y si lo haces, ya estarás cubriendo el 80% de lo que necesitas para llevar una vida saludable, sin importar qué tipo de dieta sigas«.

Aunque es italiana, confiesa que prefiere un plato de verduras con un chorro de aceite de oliva en lugar de pizza y pasta. «Muchas personas lo comen por placer, pero una vez que lo dejas, encuentras placer en otras cosas. Si te gusta la pasta y el pan, adelante, cómelos, pero no deberían ser tu principal fuente de calorías. No estoy diciendo que sean veneno, pero hay que tratar de enfocarse en alimentos ricos en nutrientes. Pasta y pizza deberían representar un 20% de las calorías diarias, a menos que seas un atleta de alto rendimiento», puntualiza.

Enumera los pilares del «epibienestar»: «Nutrición, ejercicio, sueño, evitar tóxicos en nuestro entorno, el compromiso cognitivo para mantener la mente activa y las conexiones sociales. Pienso que todas estas cosas son beneficiosas para nuestra salud y nuestra epigenética».

LONGEVIDAD Y ALIMENTACIÓN

Nutrientes felices: «No creo en los superalimentos, sino en alimentos muy densos nutricionalmente».

  • Los huevos, que tienen colina, esencial para las reacciones epigenéticas.
  • Las verduras de hojas verdes, como la espinaca y la rúcula.
  • Las verduras crucíferas, como el brócoli y las coles de Bruselas.
  • Los pescados grasos como el salmón, que contienen ácidos grasos Omega-3. El problema con los Omega-3 de origen vegetal, como los que se encuentran en las semillas de chía, las nueces y las semillas de lino, es que no se asimilan igual y tendríamos que tomar kilos. Por eso el pescado graso es tan importante.
  • Y aunque no me guste, tengo que admitir que uno de los alimentos más densos en nutrientes es el hígado. El folato ayuda a elaborar glóbulos rojos. Tiene ocho veces más que la espinaca, además de contener muchas vitaminas.

Proteínas: «Para las personas mayores, como mi madre de 83 años, que es mi campeona de longevidad, siempre les recomiendo que coman más proteínas. A medida que envejecemos, perdemos mucha masa muscular». También tendemos a comer menos proteínas porque son más difíciles de digerir, explica. «Esto empeora la pérdida de músculo. Necesitamos más proteínas para estimular su síntesis. Esto se llama resistencia anabólica, un fenómeno que ocurre en las personas mayores y que contribuye a la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular. Siempre le digo a mi madre: «Mamá, proteínas, proteínas, proteínas». Ella me envía fotos de sus comidas y también toma batidos porque no siempre tiene ganas de desayunarlas. Así que es muy importante que los adultos mayores se aseguren de consumir suficientes proteínas».

https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2024/09/28/66f3f008e4d4d8151f8b456f.html

La peor fruta para la diabetes (y alternativas recomendadas)

Probablemente, has leído o escuchado alguna vez que existen frutas prohibidas para las personas diabéticas. Pero esta afirmación no es del todo correcta.

Es cierto que hay una relación entre el consumo de algunos alimentos y los valores de glucosa en sangre y alguna fruta se debería tomar con moderación. No obstante, la fruta aporta muchos beneficios para la salud y no debería faltar en la dieta para diabetes. 

Aquí algunos ejemplos de las que se pueden clasificar como las peores frutas para diabéticos por su alto contenido en azúcar.

  • Caqui: es una fruta muy dulce que puede aumentar los valores de azúcar en sangre rápidamente.
  • Higos: es otra opción rica en azúcares naturales que pueden representar un riesgo para una persona con diabetes cuando se toma sin control.
  • Plátano: esta fruta rica en nutrientes contiene un alto porcentaje de carbohidratos y su contenido en azúcar aumenta a medida que madura, por lo que debería tomarse con moderación si se padece diabetes.
  • Uvas: es una de las frutas que se recomienda tomar con moderación porque contiene mucha azúcar y puede aumentar rápidamente los valores de glucosa en sangre.
  • Fruta deshidratada: hay que tener en cuenta que el proceso de deshidratación aumenta la concentración de azúcar, por lo que hay que aprender a gestionar bien el consumo de este tipo de fruta en la dieta. Además, es clave optar por fruta deshidratada sin azúcar añadida, elegir fruta deshidratada como fresas, ciruelas, peras y otras frutas con menor contenido en azúcar natural. Combinar el consumo de la fruta deshidratada con alimentos de bajo índice glucémico también ayuda a evitar picos de azúcar en sangre. 
  • Fruta en almíbar: la fruta enlatada es menos recomendada porque suele contener azúcares añadidos y otros aditivos y conservantes.

En definitiva, la fruta no es un alimento prohibido en la dieta para la diabetes. Eso sí, hay que saber que existen frutas más o menos convenientes y aprender a gestionar su consumo para reducir al máximo el riesgo de picos de glucosa en sangre.

Fuente: https://www.fiatc.es/blog/post/la-peor-fruta-para-los-diabeticos-

Alimentos funcionales.

Inma Gonzalvo / 30 October 2024

Alimentos funcionales: ¿por qué son buenos para nuestra salud?

En los últimos años, el interés por los alimentos funcionales ha crecido, y no es casualidad. Estos alimentos, además de nutrir, aportan beneficios adicionales para nuestro organismo, mejorando nuestra calidad de vida. Pero ¿qué hace que estos alimentos sean tan especiales? A continuación, te lo contamos.

¿Qué es un alimento funcional?

Un alimento funcional es aquel que, más allá de sus propiedades básicas, aporta beneficios adicionales para la salud. Su consumo regular puede ayudar a prevenir enfermedades o a mejorar funciones del organismo.

En este tipo de alimentos, los componentes activos interactúan con el cuerpo de forma específica. Fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión o reducir el colesterol son solo algunos de sus efectos positivos.

Beneficios de los alimentos funcionales para el organismo

Los beneficios de estos alimentos van más allá de la nutrición y apoyan diversas funciones del cuerpo. Aquí algunos de los más importantes:

  • Fortalecen el sistema inmunológico: alimentos como el yogur aportan probióticos que protegen al organismo.
  • Favorecen la salud digestiva: ricos en fibra y prebióticos, ayudan a equilibrar la flora intestinal.
  • Reducen el colesterol: los ácidos grasos omega-3 presentes en el pescado son un gran aliado del corazón.
  • Regulan el azúcar en sangre: alimentos con fibra soluble, como la avena, son ideales para personas con diabetes.

Estos alimentos se han vuelto esenciales para quienes desean cuidar su salud a largo plazo.

¿Qué tipos de alimentos funcionales existen? Ejemplos

Existen varios tipos de alimentos funcionales, cada uno con propiedades específicas. Algunos ejemplos incluyen:

  • Alimentos enriquecidos: aquellos a los que se han añadido nutrientes esenciales, como la leche con vitamina D.
  • Fuentes de omega-3: el pescado azul, como el salmón, es un ejemplo claro.
  • Fibra alimentaria: presente en frutas y cereales, es esencial para el tránsito intestinal.
  • Probióticos y prebióticos: presentes en alimentos fermentados, apoyan la salud digestiva.

Cada tipo ofrece un beneficio único para la salud, adaptándose a diferentes necesidades y preferencias alimentarias.

¿Qué son los probióticos? ¿Y los prebióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos, como las bacterias Lactobacillus y Bifidobacterium, que apoyan la salud intestinal al equilibrar la microbiota. Estos se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el kimchi, el chucrut y la kombucha. Los probióticos son conocidos por mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones gastrointestinales y otros trastornos digestivos.

Por su parte, los prebióticos son fibras no digeribles que sirven de “alimento” para los probióticos, potenciando su acción beneficiosa. Ejemplos de prebióticos incluyen los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina, presentes en alimentos como el ajo, la cebolla, el puerro, el plátano y la avena.

Al consumir prebióticos, estamos alimentando las bacterias buenas en el intestino, lo que contribuye a la salud digestiva y mejora la absorción de nutrientes. La combinación de prebióticos y probióticos permite crear un ecosistema intestinal equilibrado, esencial para un sistema digestivo saludable.

Los alimentos funcionales representan un avance significativo en el ámbito de la alimentación saludable, actuando como una herramienta clave para la prevención de enfermedades y el bienestar integral. Su incorporación a la dieta ofrece beneficios específicos para distintas funciones del organismo, promoviendo una vida más equilibrada y saludable.

Hora de comer!!!!

Confirmado: La hora del día en la que comemos es crucial para nuestra salud

Un hallazgo revolucionario revela cómo la hora del día en que comemos afecta profundamente nuestra salud metabólica, más allá de las calorías o el peso.

Sergio Parra

Sergio Parra

Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud

Actualizado a 20 de noviembre de 2024, 10:16Guardar

Glucosa en la sangre

Un reciente estudio liderado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en colaboración con la Universidad de Columbia ha puesto en evidencia un hecho que antes solo intuíamos: la hora en que consumimos nuestros alimentos puede ser tan crucial como la cantidad o calidad de lo que comemos

Publicado en la prestigiosa revista Nutrition & Diabetes, del grupo Nature, este trabajo demuestra que ingerir más del 45% de las calorías diarias después de las 5 de la tarde altera significativamente los niveles de glucosa en sangre, lo que desencadena riesgos graves para la salud, independientemente del peso corporal o la cantidad de grasa de cada individuo.

Plato de insectos

Comer tarde: un enemigo silencioso de la salud

El estudio, realizado en el Irving Medical Center de la Universidad de Columbia en Nueva York, contó con la dirección de Diana Díaz Rizzolo, investigadora postdoctoral y experta en obesidad, diabetes y envejecimiento. Según explicó, mantener altos niveles de glucosa durante períodos prolongados puede incrementar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, causar daños en los vasos sanguíneos, potenciar la inflamación crónica y agravar el daño cardiovascular y metabólico.

Hasta ahora, la creencia predominante asociaba las cenas tardías principalmente al aumento de peso, vinculado a elecciones alimenticias menos saludables. Sin embargo, este nuevo hallazgo va más allá, demostrando que incluso con dietas controladas en cantidad y calidad, la hora en que se ingieren las comidas puede alterar el metabolismo de la glucosa.

https://geo.dailymotion.com/player/xdspr.html?video=x97yt1m&mute=true

Los efectos del azúcar

Un experimento revelador

El estudio incluyó a 26 participantes entre 50 y 70 años, todos con sobrepeso u obesidad y prediabetes o diabetes tipo 2. Los niveles de tolerancia a la glucosa de los participantes fueron comparados, dividiéndolos en dos grupos: los «comedores tardíos», que comían al menos el 45% de sus calorías diarias después de las 5 de la tarde, y los «comedores tempranos», que comían la mayor parte antes de esa hora.

Díaz Rizzolo explicó que este fenómeno está profundamente ligado al ritmo circadiano. Durante la noche, nuestro organismo reduce la secreción de insulina y la sensibilidad de las células a esta hormona disminuye, lo que dificulta la metabolización de la glucosa. Este reloj interno, regulado por un «reloj maestro» en el cerebro, sincroniza los procesos metabólicos con las horas de luz y oscuridad, afectando directamente nuestra salud cardiometabólica.

En palabras de la investigadora, “hasta ahora, las decisiones alimenticias se basaban en dos preguntas clave: cuánto comemos y qué alimentos elegimos. Este estudio introduce un tercer factor igual de importante: cuándo comemos”.

Recomendaciones prácticas

A partir de estos resultados, Díaz Rizzolo sugiere priorizar las comidas más calóricas durante las horas de luz, especialmente en el desayuno y el almuerzo, y evitar alimentos ultraprocesados o ricos en carbohidratos por la noche.

Aunque se requieren más investigaciones para comprender plenamente los mecanismos implicados, el estudio ya resalta una pauta clara: comer temprano no es solo un consejo tradicional, sino una necesidad respaldada por la ciencia.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/hora-dia-que-comemos-es-crucial-para-nuestra-salud_23702

Electrolitos, un suplemento en auge: ¿bebida milagro o gasto innecesario?

La hidratación no es sólo beber agua. Un boom de marcas líquidas surgen para reponer los minerales, incluso entre quienes apenas sudan. Aquí sus ventajas y en qué fijarnos si optamos por envasadas.

Las búsquedas y visualizaciones en redes sociales se cuentan por miles. ‘Agua vs. electrolitos’ explicado por un triatleta en apenas segundos, una influencer en mallas contando cómo hacer una bebida deportiva en casa para recuperar, promociones de todo tipo de marcas emergentes de vistosos colores… Todos aparecen alabando los beneficios de estos aditivos minerales hidratantes. ¿Qué hay de cierto?

¿QUÉ SON LOS ELECTROLITOS?

Más allá de la típica gastroenteritis o un maratón, situaciones que nos deshidratan especialmente y cuando hemos echado mano de algún sobre en polvo, los electrolitos están presentes en nuestro cuerpo, en alimentos y bebidas. «Son minerales [sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro, fosfato y bicarbonato] que, cuando se disuelven, como en la sangre o en el líquido dentro de nuestras células, se separan en partículas llamadas iones. Esa carga eléctrica desempeña un papel fundamental en funciones vitales del organismo: el equilibrio del pH, la contracción muscular, la regulación de la hidratación o la transmisión de impulsos nerviosos», afirma el nutricionista Juan Bola.

INTERÉS DEL MERCADO

Según Credence Research, la demanda mundial de agua saborizada y funcional se valoró en 50,3 mil millones de dólares [46,89 mil millones de euros] en 2022. Y se espera que se incremente un 12,20% hasta 2030. El crecimiento del mercado está ligado a la disminución de las ventas de bebidas carbonatadas con sabores artificiales, el aumento de las tasas de obesidad, el creciente envejecimiento de la población y los cambios en las preferencias de los consumidores, que cada vez se preocupan más por llevar un estilo de vida saludable. Pero, ¿ha cambiado algo en nuestra vida cotidiana que haga necesario todo esto?

LA POBREZA DEL SUELO

«Para nuestros ancestros estos electrolitos eran fáciles de conseguir con los alimentos y el agua pero en el mundo moderno tenemos algunos problemas», dice Bola, que justifica su argumentación en la pobreza y el desgaste de los suelos y el estrés hídrico. «No hay suficiente agua disponible para satisfacer las necesidades de 8.000 millones de personas, plantas y animales y, cosecha tras cosecha, el suelo no respira. Está vacío de nutrientes y repleto de químicos tóxicos, como fertilizantes o pesticidas inventados por el hombre. Es un hecho científico que, por tanto, no accedemos a los mismos minerales». ¿Debemos preocuparnos entonces, como lo hacen los atletas de resistencia sólo para llevar nuestras vidas diarias?

Fuentes: https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2024/11/11/672b98c8e4d4d8852b8b458c.html

Innovación, transición verde y formación: ¿puede tu futuro estar en el campo?

De aquí a 2035, el sector generará casi 310.000 oportunidades de empleo solo por reemplazo. La formación en competencias tecnológicas y en agricultura eficiente será clave

El del campo es, quizá, uno de los sectores productivos más desprestigiados y, sin embargo, fundamentales para el sustento de cualquier sociedad. Un ámbito enfrentado a una elevada temporalidad e incluso una importante brecha de género, pero que también es víctima de una imagen arcaica y desactualizada de lo que es y las oportunidades que representa: solo por reemplazo (es decir, para sustituir a aquellos que se jubilan), harán falta casi 310.000 personas de aquí a 2035, según el Observatorio de la FP de la Fundación CaixaBank Dualiza.

Cubrir esas vacantes futuras (y, de paso, luchar contra la despoblación rural) pasa, sin embargo, por saber visibilizar esas oportunidades y por ser consciente de la forma en que la innovación tecnológica y la transición hacia modelos más sostenibles están cambiando la realidad del mundo agroalimentario. Y es que, según Naciones Unidas, el sector de la alimentación representa aproximadamente un 30 % del consumo de energía en el mundo, y es responsable de un 22 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aspectos que, de por sí, ya evidencian la necesidad de que los profesionales accedan a conocimientos y capacidades que faciliten un uso sostenible de los recursos naturales, adaptándose así a los requisitos marcados tanto por el Pacto Verde Europeo como por la estrategia De la granja a la mesa, de la Comisión Europea.

“Es crucial saber usar, gestionar y monitorizar técnicas, herramientas y dispositivos vinculados a la eficiencia energética, la gestión de recursos y el manejo eficiente de productos fitosanitarios y antibióticos. Los perfiles profesionales han de ser cada vez más verdes y más digitales”, explica Mónica Moso, responsable del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza. Para fomentar las vocaciones del campo y visibilizar tanto el papel de la innovación y la tecnología como el rol central de la Formación Profesional en su modernización y desarrollo, CaixaBank Dualiza y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han lanzado una campaña conjunta a través de la historia de Ferrán, un joven valenciano al que el campo y la FP le cambiaron la vida y que hicieron posible que hoy se encuentre estudiando un doctorado.

Fuente: https://elpais.com/economia/formacion/2024-04-12/innovacion-transicion-verde-y-formacion-puede-tu-futuro-estar-en-el-campo.html

Asturias trabaja en los cultivos del futuro, un campo verde y digital

El Principado ha desarrollado una red de ‘granjas demo’, donde investigadores, productores y empresas pueden ensayar la aplicación de las nuevas tecnologías al campo.

Asturias trabaja en un nuevo modelo de agricultura y ganadería que contribuya a combatir el cambio climático y a mejorar el desarrollo rural. La clave de la modernización del sector pasa por el desarrollo de proyectos singulares que buscan un sector agroalimentario innovador, eficiente y sostenible. Un campo verde y digital que se apoyan en las nuevas tecnologías de conectividad y en la inteligencia artificial

Para este giro hacia la digitalización del campo asturiano, el Principado ha desarrollado una red de “granjas demo”, donde investigadores, productores y empresas pueden ensayar la aplicación de las nuevas tecnologías al campo. En estos equipamientos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) se realizan ensayos en vivo en el ámbito de producciones sostenibles, economía circular, adaptación al cambio climático, reducción de emisiones y mantenimiento de la biodiversidad, promoviendo la integración de la bioeconomía en la cadena de valor agroalimentaria.

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Son seis granjas experimentales en el medio rural, repartidas en distintos puntos de la geografía asturiana, donde el Serida tiene sedes, representan distintas condiciones climáticas y diferentes ecosistemas y ocupan una superficie total de 400 hectáreas a disposición de la I+D+i agroalimentaria.

Cuentan con fincas y rebaños, y se complementan con invernaderos, cámaras de cultivo y laboratorios dotados de equipamientos científico-técnicos avanzados. En estas granjas demo se estudian y ensayan proyectos relacionados con genética vegetal, calidad de la carne, cultivos microbianos, robots y sensores para optimizar el control de los cultivos y el manejo del ganado, y para estudiar el impacto del sector en el efecto invernadero y cómo contribuir a combatir el cambio climático.

Entre otras acciones, por ejemplo, se desarrolla investigación relacionada con suplementos alimenticios para el ganado lechero, con el fin de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el bienestar animal, y se llevan a cabo varios estudios enfocados en la conservación de los recursos genéticos de especies domésticas autóctonas.

Entre las propuestas que se plantean, figuran estrategias para mejorar la salud del suelo y el estudio de la adaptación al cambio climático de los cultivos característicos de la comunidad, como el manzano o la faba, mediante el desarrollo de nuevas variedades, portainjertos y técnicas de cultivo adecuadas, ámbitos en los que el Serida tiene amplia experiencia.

El sector agroalimentario asturiano aporta 1.700 millones de euros al PIB regional. Su cadena de valor, que involucra desde el sector primario al terciario, “nos sirve de base estructural para situar al Principado como referente estratégico de producción agroalimentaria verde y digital, basada en una gestión sostenible de los recursos naturales combinada con el desarrollo rural”, asegura el consejero de Ciencia, Borja Sánchez.

fuente: https://elpais.com/espana/2024-05-25/asturias-trabaja-en-los-cultivos-del-futuro-un-campo-verde-y-digital.html