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Expofoodservice, el evento clave para el sector Horeca, vuelve con las últimas tendencias en restauración

Expofoodservice, el evento de referencia para el sector Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), celebrará una nueva edición los días 27 y 28 de noviembre de 2024. Durante dos jornadas, operadores de la restauración y hotelería tendrán la oportunidad de conectar con los principales proveedores de equipamiento, tecnología, maquinaria, alimentación y bebidas, en un espacio que combina exposición, conferencias y reuniones B2B.

La exposición reunirá a las marcas más innovadoras en productos y servicios para la restauración, presentando lo último en maquinaria, tecnología y tendencias de consumo. Además, el evento contará con un congreso en el que expertos del sector abordarán temas clave como marketing gastronómico, nuevas tecnologías, sostenibilidad, delivery, alta cocina y robótica, entre otros. Con más de 80 ponentes y líderes del sector compartiendo su experiencia, el congreso será una oportunidad inigualable para actualizarse y adquirir conocimientos prácticos.

El evento también incluye el exclusivo Espacio Negocio, una zona destinada a reuniones B2B organizadas mediante agenda entre proveedores y directores de compra de cadenas de restauración y hotelería. Este espacio permite a los profesionales agilizar decisiones comerciales y establecer alianzas estratégicas en un entorno dedicado al networking.

Con más de 4.000 asistentes esperados y la participación de 120 empresas expositoras, Expofoodservice 2024 se perfila como un evento esencial para conocer las innovaciones que transformarán la hostelería y para generar nuevas oportunidades de negocio en el sector.

Fuente: https://www.ifema.es/expofoodservice

Cuáles son las fuentes alternativas para obtener proteínas si quieres reducir el consumo de carnes y lácteos

Trigo
Pie de foto, Los granos de cereales como el trigo son una rica fuente de proteínas.

A medida que más personas toman mayor consciencia sobre el impacto ambiental de producir y consumir alimentos y bebidas, hay un renovado interés en muchos países occidentales en las dietas vegetarianas, veganas y flexitarianas (parcialmente vegetarianas) que implican una huella de carbono menor.

Pero la carne y los lácteos siguen siendo la principal fuente de proteína para los adultos de estos países. La proteína es necesaria para el crecimiento y reparación del cuerpo.

Así que si empiezas a comer menos productos animales, necesitas asegurarte de que estás recibiendo suficiente proteína.

Muchas personas pueden creer que consumir menos carne significa simplemente comer más alimentos de carne alternativa en base a plantas, como las hamburguesas vegetarianas.

Pero mientras este tipo de productos de proteína alternativa son mejores para el medio ambiente porque utilizan menos tierra y producen menos emisiones de gases tipo invernadero, tienen sus desventajas.

Algunas carnes alternativas hechas de plantas pueden clasificarse como “ultra procesadas” y frecuentemente tienen un perfil de nutrición menos favorable, contienen más sal y menos hierro y vitamina B12 (aunque también pueden ser mas bajas en caloría y grasa). Su sabor y textura también suelen ser objeto de crítica por los consumidores.

Pero estas carnes alternativas basadas en plantas no son el único tipo de proteína no animal disponible. Hay otras cinco amplias categorías de proteínas que no provienen de animales: legumbres, algas, insectos, carne artificial, y granos como avena, trigo, cebada y otros cereales que suelen ser ignorados como proteínas de plantas ambientalmente sustentables.

Esto es lo que debes saber sobre el consumo de más de estas fuentes de proteína no animal.

– Legumbres

Legumbres, como los frijoles y garbanzos, son las semillas comestibles de las plantas leguminosas. Comparadas a otros cultivos, las legumbres no necesitan muchos fertilizantes, así que resultan en menos emisiones de gases invernadero.

Las legumbres mejoran la salud del suelo y la diversidad microbiana en la tierra de cultivo, y hay variedades que se pueden seleccionar para ser más resistentes al clima.

Su contenido proteínico va del 17% al 30%, y legumbres son ricas en fibra, vitaminas y minerales. Consumir legumbres también ayuda a prevenir contra las enfermedades crónicas como la enfermedad coronaria y la diabetes.

– Algas

Las algas marinas y la espirulina son otra opción. Al igual que las legumbres, las algas son altas en vitaminas y minerales, con 50% a 60% de contenido proteínico.

Las algas pueden almacenar o capturar carbono de la atmósfera. Tienen además propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Para aquellos que no están muy entusiasmados en masticar algas marinas, añadir algas a manera de ingredientes a las comidas como el pan podría ser más atractivo, para subir el contenido de proteína, aunque el color de tu comida se torne verde o deje un regusto a pescado.

– Granos de cereales

Los granos de cereales como la avena y el trigo, suelen ser considerados carbohidratos. Pero también son una notable fuente de proteína con 7%-18% de contenido proteínico, y algunos pueden reducir el colesterol mejorar la salud intestinal.

En la actualidad, muchos granos de cereales son usados ineficientemente. En Irlanda, una muy alta proporción (89%) de los cereales se usan como alimento de animales, y esos animales son luego usados como fuentes de proteína.

El consumir directamente los granos de cereales en lugar de usarlos como alimento de animales reduciría las emisiones de gases invernadero.

– Insectos y carne artificial

Para los comensales más intrépidos, hay opciones como los insectos y la carne artificial. Aunque no son comunes en el mundo occidental, las meriendas e ingredientes de cocinas a base de insectos están disponibles.

Reino Unido se convirtió recientemente en el primer país europeo en aprobar el uso de carne artificial, aunque solo en comida para mascotas.

Los beneficios particulares incluyen el alto contenido proteínico de los insectos –la harina de grillos tiene 45%-70% de proteína– y el sabor y textura carnosa de la carne artificial.

Pero estos alimentos no son tan socialmente aceptables como las otras proteínas alternativas, por razones como el asco y la costumbre. Otras consideraciones incluyen las alergias potenciales y problemas éticos.

Fuente: BBC News Mundo

Las fuentes alternativas de proteínas si quieres reducir el consumo de carnes y lácteos – BBC News Mundo

¿Es bueno comerse la parte blanca del jamón serrano? Un experto gastronómico dicta sentencia

¿Es bueno comerse la parte blanca del jamón serrano?

A pesar de que este alimento ha sido disfrutado por cientos de generaciones su consumo sigue dejando algunas dudas

El jamón serrano es uno de los embutidos más consumidos en nuestro país, y uno de los alimentos más representativos de la Marca España. Su importancia en el país ibérico se remonta a la necesidad ancestral de conservar en sal la parte más preciada del cerdo, pero a pesar de que ha sido disfrutado por cientos de generaciones su consumo sigue dejando algunas dudas, como por ejemplo: ¿deberíamos comer la parte blanca?

Para arrojar luz sobre este tema, la revista Infosalus ha contactado con el dietista-nutricionista asturiano, Aitor Trabanco, que explica que el jamón es rico en proteínas de alto valor biológico, además de en minerales como el hierro, el calcio, o el zinc. Sin embargo, apunta, algunas partes del fiambre concentran una gran cantidad de sodio y grasas por lo que conviene ir con cuidado.

El consejo del nutricionista sobre qué hacer con la parte blanca del jamón serrano

En cuanto a la famosa parte blanca del jamón, el experto nutricionista delega la decisión de si comerla o no atendiendo a nuestras preferencias personales, ya que esta parte consiste principalmente en eso: grasa. En este sentido, la Fundación Española de Nutrición (FEN) recuerda que el aroma y sabor característicos del jamón se deben principalmente a la grasa, que es el componente más variable y depende de factores como la edad, la raza o la alimentación del cerdo.

Consumir con moderación

Trabanco también aclara que el jamón serrano es un alimento procesado debido a la adición de sal para su maduración y la posible presencia de aditivos conservantes. Sin embargo, esto no lo convierte automáticamente en perjudicial para la salud, ya que otros alimentos procesados, como el aceite de oliva, las verduras cortadas o el pan integral, también pueden ser saludables.

De todos modos, advierte el experto, hay que andar con ojo con los alimentos considerados »ultraprocesados», como la bollería industrial o los alimentos de pastelería, puesto que en la mayoría de casos sus ingredientes tienen un valor nutricional escaso y pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.

En última instancia, el experto recomienda que el jamón serrano se consuma en moderación, teniendo en cuenta el consumo general de carnes, y sin relegar a un segundo plano alimentos esenciales como frutas, verduras y legumbres en nuestra dieta.

FUENTE: Periódico ABC. Sección Gastronomía.

https://www.abc.es/gastronomia/bueno-comerse-parte-blanca-jamon-serrano-experto-20240922070000-nt.html

El olor del café y el del pan tostado nos condicionan para siempre

Crear memorias positivas relacionadas con la alimentación cotidiana podría ser un instrumento útil para impulsar rutinas saludables.

Ted Cavanaugh (Gallery Stock)

El aroma del café deslizándose por la taza o el de la ropa recién lavada meciéndose tendida despreocupadamente, el bisbiseo de la leña silbando entre las llamas o la promesa que concede la cocción de una cazuela al fuego operan en nosotros el mismo hechizo que provoca en los peces la sombra de una mano en la superficie del acuario antes de recibir su ración de copos. Los estímulos condicionados forman parte de nuestro comportamiento y, en muchos de ellos, se cruzan situaciones vinculadas con la comida. Actúan como un paradigma de aprendizaje asociativo entre acontecimientos y conductas reflejas. Si un niño oye la música de un carro de helados antes de que este doble la esquina, la melodía le disparará la satisfacción que provoca rechupetear una bola de chocolate. Por sí mismo, un estímulo —un perfume, una fotografía, un gusto, una palabra o una canción— es neutro, no despierta ninguna reacción, a no ser que previamente haya existido un proceso de refuerzo entre este y un vínculo, como en el caso de la melodía del carro de helados.

Lo experimenté en uno de los restaurantes por los que pasé mientras estudiaba en la escuela de hostelería. La presión en la cocina era tal que a las semanas de estar allí el olor que captaba al bajar las escaleras de la entrada me angustiaba. Era notar en la nariz ese rastro característico de local envejecido y me asaltaba automáticamente el agobio. Son acicates sensoriales que llaman a la puerta de vivencias tanto placenteras como angustiosas y difíciles. El escritor Manuel Vicent cuenta en su libro Comer y beber a mi manera: “Desde entonces han pasado más de 40 años. Y el mismo dolor va y viene, se hace presente y desaparece siempre unido a mi estado de ánimo. Aquel bocadillo de calamares fue para mí la manzana del paraíso, que me expulsó de la gracia preternatural de una salud inocente”. Si tras ingerir algo surge un dolor de estómago o náuseas, lo más probable es que se produzca lo que se conoce como aversión condicionada ante el alimento involucrado, aun cuando sean sucesos desligados. La experiencia sabor-malestar fomenta un aprendizaje que reactiva naturalmente la repulsión y el rechazo al oler o saborear al presunto causante.

Está claro que una vivencia se fija en la memoria de una forma más sólida cuando se vincula a una emoción, a un significado emocional. Por eso, muchos recuerdos de infancia, como el apetito que avivaba el olor del pan tostado o los pimientos asándose sobre las brasas, retrotraen a aquella época en la que se inscribieron. Toda una respuesta instintiva que se remonta a aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados, que diría Alexandre Dumas, pero que recordamos con despreocupación y una sonrisa. Acontecimientos y enseñanzas de las primeras correrías por el mundo que estimularon no solo vínculos, sino capacidades comunicativas y emocionales alrededor del plato. Comer involucra muchos de nuestros órganos sensoriales y, como me repite el catedrático de Psicobiología y gran amigo Ignacio Morgado, los sentidos químicos en particular, que engloban al gusto y el olfato, son capaces de recuperar de la memoria hambrienta emociones vividas con un condicionamiento e intensidad mayores que las producidas por el resto de los sentidos.

Sumado a esto, el poderoso refuerzo de la compañía, de lo que fue la situación y los afectos implicados, otorga una significación adicional a, pongamos por caso, el diente de ajo dorándose en una lágrima de aceite caliente en la base de una cazuela. De ahí que Vázquez Montalbán apuntara del también escritor Josep Pla que su paladar “pertenecía a la infancia, como casi todos los paladares”. Nos aferramos a las cosas con las que crecimos, que comúnmente forjan el grueso de las predilecciones culinarias. Sabiendo esto, deberíamos reflexionar sobre qué actividades cotidianas relacionadas con la alimentación sería bueno fijar. Esos disparadores de memoria pueden vincularse a rutinas saludables. Acaso sea verdad lo que afirmó el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach: “Más que ser lo que comemos, quizá somos los estímulos condicionados que disfrutamos”.

FUENTE: Periódico El País. Sección: gastronomía innovadora.

https://elpais.com/gastronomia/2024-09-21/el-olor-del-cafe-y-el-del-pan-tostado-nos-condicionan-para-siempre.html

«La comida del futuro se crea en Madrid: larvas, bebidas de colágeno y helado de gofio»

En Villaverde Alto, un innovador centro de desarrollo se erige como un faro de esperanza para el futuro alimentario: el Madrid Food Innovation Hub, que ha celebrado este jueves la tercera edición de su Startup Day. Con dulces típicos bajos en azúcar, viandas realizadas a partir de insectos o vegetales procedentes de la agricultura vertical urbana.

El espacio no solo se dedica a la exploración y creación de nuevos alimentos, sino que también se enfoca en la sostenibilidad como un pilar fundamental de sus proyectos. El evento reunió a los emprendedores que han participado en sus programas de incubación y aceleración durante el último año, con el objetivo de acercar a los madrileños los avances en la «comida del futuro».

El Ayuntamiento de Madrid y la empresa de restauración Sodexo han firmado un acuerdo de colaboración, innovador en el ámbito alimentario, y por ello, Ángel Niñoconcejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid, inauguró este acto, acompañado de Carina Cabezas, directora general de Sodexo en España, Daniel Lois, director de Sostenibilidad y RSC de Sodexo e Itziar Ortega, Directora de Madrid Food Innovation Hub.

«Cuando abrimos este centro solo había dos en el mundo. A día de hoy hay muchos centros más, que se han inspirado en el nuestro. Nosotros lo que damos es soporte a startups que están cambiando el mundo y redefiniendo la alimentación del presente y del futuro y aplicando esas técnicas de sostenibilidad, de cambio de la forma logística y de los residuos», explicó el concejal.

A través de la investigación avanzada y la colaboración con startups y empresas consolidadas, este centro de emprendimiento e innovación agroalimentaria busca redefinir nuestra relación con la comida, impulsando soluciones que no solo satisfagan nuestras necesidades nutricionales, sino que también respeten y preserven el medio ambiente.

https://www.elmundo.es/madrid/2024/06/20/6674479fe4d4d8f0038b45b6.html