Inicio » industria alimentaria (Página 2)

Archivos de la categoría: industria alimentaria

Alimentación y cáncer

El cáncer es la segunda causa de muerte en los países desarrollados. Su incidencia aumenta con la edad y la dieta es la causante en al menos un 30% de los casos. El riesgo es menor en poblaciones con un alto consumo de alimentos de origen vegetal. Es importante que reconozcamos que el cáncer, como otras enfermedades crónicas, se puede prevenir para reducir los años potenciales de vida perdidos y las tasas de incapacidad. Para conseguirlo disponemos de las guías alimentarias. Cuando la enfermedad se presenta podemos indicar modificaciones dietéticas para mejorar el estado nutricional del paciente, y en la fase terminal debemos respetar su opinión.

El riesgo de presentar un cáncer se incrementa con la edad. En las sociedades desarrolladas, el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares y representa aproximadamente el 25% de las defunciones. Hay variaciones entre los países menos y más desarrollados en la incidencia de los diferentes tipos de cáncer. En los primeros son más frecuentes los cánceres de esófago, estómago, hígado y cavidad oral, y en los países más desarrollados los de pulmón, colon y próstata.

Estudios epidemiológicos han demostrado una fuerte relación causal entre algunos tipos de cáncer y determinados hábitos de vida, como el tabaquismo y la exposición a contaminantes ambientales, y también con el consumo de alimentos. La dieta sería la causante de más de la tercera parte de los casos. Al mismo tiempo, algunos alimentos y/o nutrientes son protectores frente al cáncer. El papel patogénico de la dieta parece especialmente importante en los tumores del tracto gastrointestinal, mama, próstata y endometrio, aunque es difícil conocer con precisión cuál es el efecto atribuible a la dieta en el origen y desarrollo de los tumores por la interrelación de la dieta con otros factores: ambientales, genéticos y de estilo de vida.

CARCINÓGENOS EN LA DIETA

En la dieta podemos encontrar diversas sustancias que tienen relación con el riesgo de presentar cáncer:

1. Micotoxinas: compuestos producidos por los mohos de algunos hongos durante el almacenamiento del maíz, el algodón y los cacahuetes. Las más conocidas son las aflatoxinas. Las aflatoxinas aparecen en malas condiciones de almacenamiento de cereales y frutos secos y son los carcinógenos hepáticos más potentes que se conocen en la actualidad1.

2. Compuestos N-nitrosos (nitrosamidas y nitrosaminas): las nitrosaminas no están de forma natural en los alimentos y se forman como resultado de la reacción entre las aminas de los alimentos y el nitrito sódico que llevan algunos de ellos, especialmente los alimentos curados, para mejorar su conservación. Los nitritos se utilizan como aditivos, pero la vía de producción de nitrosaminas más importante procede de la formación endógena de nitritos en el tubo digestivo a partir del nitrato presente en algunos alimentos, como las espinacas.

3. Hidrocarburos aromáticos policíclicos: están presentes en los alimentos que han sido cultivados en zonas con elevada contaminación ambiental debida a la combustión de derivados del petróleo o del carbón, y también en alimentos que han sido preparados a la brasa o ahumados. Las temperaturas muy altas en la preparación de los alimentos producen ciertas sustancias inductoras de cáncer. Cuando se cocina a la brasa y se alcanzan temperaturas del orden de 500 ºC se produce la pirolisis de los hidratos de carbono y las grasas, principal causa de la aparición de estos compuestos.

4. Aminas aromáticas heterocíclicas: se forman durante el cocinado de carnes y pescados por reacción entre las proteínas y los azúcares.

5. Carcinógenos naturales: entre ellos están los nitratos de las espinacas, las hidralazinas de las setas o los alcaloides de la patata, pero ninguno de ellos supone un riesgo cuando el consumo de estos alimentos es moderado2.

PAPEL DE LOS ALIMENTOS

Los alimentos pueden aumentar o disminuir el riesgo de presentar cáncer. El riesgo es menor en poblaciones con un alto consumo de frutas y hortalizas, pero las causas del cáncer son muy complejas y desconocidas, y es difícil apreciar la importancia de los distintos componentes de la dieta sin considerar otros factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad. Hay estudios que señalan que hasta un 50% de los cánceres pueden estar relacionados con la dieta, aunque comprobar qué alimento o nutriente puede ser el causante resulta complicado. También es frecuente constatar resultados antagónicos3.

Es necesario considerar que, en ocasiones, coexisten en el mismo individuo varias conductas de riesgo que se suman y aumentan la posibilidad de desarrollar un cáncer. En este sentido, las personas que fuman y consumen cantidades elevadas de alcohol tienen dietas más incorrectas, y todos estos factores pueden potenciar el riesgo de presentar diversos tipos de cáncer.

https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatriagerontologia-124-articulo-alimentacion-cancer-13075373

La industria alimentaria rumbo a rutas más sustentables y saludables en THE FOOD TECH® SUMMIT & EXPO

Si la humanidad pretende limitar el calentamiento global para evitar peores consecuencias de las que ya se están experimentando, es necesario comenzar la transición hacia la sustentabilidad, por lo que la industria alimentaria no puede quedarse atrás.

Desde centros y laboratorios de investigación, empresas buscando soluciones alternativas y hasta centros de profesionales en la industria, la visión va en un mismo sentido: hacer uso de las nuevas tecnologías para ofrecer al consumidor nuevas opciones rumbo al futuro.

 La investigación alimentaria como un pilar para la transición:

Así como sucede en otro tipo de industrias, para poder llevar a la producción de alimentos y bebidas hacia un escenario con menor impacto ecológico y de salud es necesario basar los avances en investigaciones.

Teniendo en mente productos más saludables, numerosos centros de investigación impulsan el uso de proteínas vegetales y fibra que pueden sustituir de forma parcial o total proteínas animales, aceites, mantequillas, etc.

Esto en conjunto aumenta las propiedades nutrimentales sin que cambien las propiedades originales del producto como sabor y textura, condición fundamental para impulsar a los consumidores finales a elegir una alternativa a lo convencional.

Por ejemplo, uno de los productos que ha desarrollado el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, en la línea de investigación de tecnología alimentaria, está relacionado con un gel de textura suave 100% vegano, completamente elaborado con ingredientes naturales y sin conservadores.

Funciona como un sustituto parcial o completo de la mantequilla en el proceso de elaboración de pan y demás productos derivados.

En este mismo sentido, el Institute of Food Technologists (IFT) desde en THE FOOD TECH® | SUMMIT & EXPO 2024 abordó temas fundamentales para la mencionada transición como las alternativas a la leche vegetal, a alimentos basados en carne animal, etc.

Los expertos continúan trabajando para ofrecer al consumidor alternativas lácteas, por ejemplo, libres de crueldad animal y sostenibles, aunque a menudo uno de los principales retos está en equilibrar el sabor, la textura del producto, así como el grado de procesamiento.

https://thefoodtech.com/industria-alimentaria-hoy/la-industria-alimentaria-rumbo-a-rutas-mas-sustentables-y-saludables-en-the-food-tech-summit-expo

Obesidad infantil e inseguridad alimentaria: una cuestión de justicia social

Las condiciones socioeconómicas son cruciales para asegurar una alimentación completa y un desarrollo adecuado en los más pequeños.

Hace unos días se publicaron los resultados del estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad) que elabora el Ministerio De Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 de España, con la agencia AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición).

El estudio ALADINO comenzó en 2011 como parte de la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI), impulsada por la oficina europea de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el marco de una estrategia para frenar la obesidad. Su objetivo es conocer la prevalencia de sobrepeso y obesidad en escolares de entre 6 y 9 años, analizar la evolución de los indicadores y cómo estos se asocian con factores socioeconómicos vinculados al entorno escolar y familiar.

Este año, los datos han bajado 4,5 puntos con respecto a 2019, cuando la tasa de obesidad era del 40,6%. En 2023 ha descendido al 36,1%. En detalle, se ha logrado una reducción del 3,1% en sobrepeso y del 1,4% en obesidad entre los niños y niñas de 6 a 9 años. Sin embargo, en los entornos más vulnerables, la tasa apenas ha cambiado, y son las familias con ingresos menores a los 18.000 € brutos anuales las más afectadas.

La realidad es que la tasa de sobrepeso y obesidad en esta franja de edad es el doble en las familias de menor renta (23,6%), en comparación con las familias con mayores ingresos (10,9%).

Las niñas y niños de familias con menos recursos económicos participan dos horas menos en actividades extraescolares (64,2%) frente a los escolares de familias más adineradas (88,1%). Esto también se traduce en un mayor sedentarismo, ya que los niños de hogares menos favorecidos tienden a pasar más tiempo frente a pantallas. Un 30% de los niños de estas familias se exponen a más de dos horas diarias de pantalla, mientras que en las familias de menores ingresos esta cifra asciende al 41%.

Los alimentos de primera necesidad han experimentado una subida constante, con un incremento del 21% en la cesta de la compra entre 2023 y 2024. Productos básicos como el aceite de oliva han subido hasta un 70%. Según la OCU, esta es la mayor subida en 34 años, afectado también a productos como lácteos, pastas, pollo y arroz. Basta con pasearse por el mercado para notar que los precios de frutas y verduras están fuera del alcance de muchas familias. Según el estudio ALADINO, solo el 45,3% de los pequeños en situaciones económicas desfavorables consumen una fruta diariamente, y el consumo de verduras cae a la mitad, con apenas un 23,8% ingiriéndolas a diario. Las niñas y niños deben consumir al menos dos raciones de verduras y frutas al día, algo que parece inalcanzable para muchas familias menos afortunadas.

Otro punto preocupante que resalta el estudio es el desayuno. En las familias con menos recursos, muchos escolares solo toman una bebida antes de ir al colegio.

Según un estudio publicado por Cruz Roja en junio de 2024, en colaboración con la Universidad Carlos III, tan solo el 32% de las familias preparan comidas con alimentos frescos al diario, y un 80,5% prioriza alimentos menos nutritivos, pero más baratos.

La elección de alimentos de menor calidad nutricional no se debe tanto al desconocimiento, sino a la necesidad de estirar los recursos para alimentar a la familia durante más días. Lamentablemente, esta situación es cada vez más común. No es que las familias no deseen dar una alimentación más saludable a sus hijas e hijos, sino que, económicamente, no pueden permitírselo.

La inseguridad alimentaria afecta a 6 millones de personas (un 13,3% de la población), siendo las mujeres las más afectadas, ya que suelen privarse de alimentos en favor de sus familias. La FAO define la inseguridad alimentaria como la situación en la que una persona carece de acceso regular a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Esta puede deberse a la falta de recursos.

No es sorprendente, porque las y los trabajadores españoles ganamos seis euros menos por hora trabajada que la media europea, a pesar de la reciente aprobación de la subida del SMI (Salario Mínimo Interprofesional). El coste de la vivienda representa entre el 40% y el 60% del salario, dejando poco para otros gastos, que a menudo se destinan a pagar suministros. Lo que queda, si queda algo, es para vivir, o más bien, para sobrevivir.

Es evidente que las condiciones socioeconómicas son cruciales para asegurar una alimentación completa y un desarrollo adecuado en los más pequeños. Por desgracia, sigue siendo cierta la afirmación: “En la salud influye más el código postal que el código genético”.

Es imprescindible que las políticas públicas se enfoquen en promover hábitos alimentarios saludables, lejos del enfoque pesocentrista, y que se garantice el acceso a alimentos nutritivos a todas las familias, independientemente de su situación económica.

Combatir la inseguridad alimentaria para que deje de afectar a los más vulnerables, las niñas y niños, no solo es una cuestión de salud pública, sino de justicia social.

FUNTE: El País, Obesidad infantil e inseguridad alimentaria: una cuestión de justicia social | Nutrir con ciencia | EL PAÍS (elpais.com)

Asturias trabaja en los cultivos del futuro, un campo verde y digital

El Principado ha desarrollado una red de ‘granjas demo’, donde investigadores, productores y empresas pueden ensayar la aplicación de las nuevas tecnologías al campo.

Asturias trabaja en un nuevo modelo de agricultura y ganadería que contribuya a combatir el cambio climático y a mejorar el desarrollo rural. La clave de la modernización del sector pasa por el desarrollo de proyectos singulares que buscan un sector agroalimentario innovador, eficiente y sostenible. Un campo verde y digital que se apoyan en las nuevas tecnologías de conectividad y en la inteligencia artificial.

Para este giro hacia la digitalización del campo asturiano, el Principado ha desarrollado una red de “granjas demo”, donde investigadores, productores y empresas pueden ensayar la aplicación de las nuevas tecnologías al campo. En estos equipamientos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) se realizan ensayos en vivo en el ámbito de producciones sostenibles, economía circular, adaptación al cambio climático, reducción de emisiones y mantenimiento de la biodiversidad, promoviendo la integración de la bioeconomía en la cadena de valor agroalimentaria.

Son seis granjas experimentales en el medio rural, repartidas en distintos puntos de la geografía asturiana, donde el Serida tiene sedes, representan distintas condiciones climáticas y diferentes ecosistemas y ocupan una superficie total de 400 hectáreas a disposición de la I+D+i agroalimentaria.

Cuentan con fincas y rebaños, y se complementan con invernaderos, cámaras de cultivo y laboratorios dotados de equipamientos científico-técnicos avanzados. En estas granjas demo se estudian y ensayan proyectos relacionados con genética vegetal, calidad de la carne, cultivos microbianos, robots y sensores para optimizar el control de los cultivos y el manejo del ganado, y para estudiar el impacto del sector en el efecto invernadero y cómo contribuir a combatir el cambio climático.

Entre otras acciones, por ejemplo, se desarrolla investigación relacionada con suplementos alimenticios para el ganado lechero, con el fin de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el bienestar animal, y se llevan a cabo varios estudios enfocados en la conservación de los recursos genéticos de especies domésticas autóctonas.

Entre las propuestas que se plantean, figuran estrategias para mejorar la salud del suelo y el estudio de la adaptación al cambio climático de los cultivos característicos de la comunidad, como el manzano o la faba, mediante el desarrollo de nuevas variedades, portainjertos y técnicas de cultivo adecuadas, ámbitos en los que el Serida tiene amplia experiencia.

https://elpais.com/espana/2024-05-25/asturias-trabaja-en-los-cultivos-del-futuro-un-campo-verde-y-digital.html

Los dos alimentos clave para vivir 100 años, según un famoso investigador

El investigador y escritor Dan Buettner, conocido popularmente como ‘el sabio de la longevidad’, lleva años investigando las conocidas como ‘zonas azules’. Es decir, los lugares del mundo donde se encuentran las personas más longevas que superan los 100 años de edad. En estas regiones, que fueron identificadas por los científicos y demógrafos, se han encontrado características específicas que dan lugar a una alta incidencia de casos de longevidad. La más cercana a España es la isla de Cerdeña, donde se utilizó por primera vez esta denominación de la mano de unos demógrafos que investigaron a los centenarios de Cerdeña.

En estas ‘zonas azules’ se han descubierto patrones alimenticios y estilos de vida que parecen ser la clave para una longevidad extraordinaria. Por lo que de ellas se pueden rescatar valiosas lecciones para quienes desean prolongar sus años. Y, en este sentido, se han seleccionado alimentos que pueden esconder la clave de la longevidad, según Buettner, como las alubias negras o frijoles y las nueces.

De hecho, Dan Buettner, que es conocido también por su documental en Netflix ‘Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules’, ha identificado, después de sus años de investigación, estos dos alimentos como determinantes para alargar la esperanza de vida.

El consumo regular de alubias negras o frijoles, según el investigador Buettner, está relacionado con la longevidad. Además, un estudio centrado en Japón, Suecia, Grecia y Australia ha demostrado que aquellas personas que más consumen esta legumbre tenían un 7% menos de riesgo de morir por cada 20 gramos que ingerían.

Y es que, las alubias negras tienen una alta concentración de fibra y proteínas, por lo que se ayuda a reducir la inflamación del tracto digestivo. Por otro lado, la sensación de saciedad que otorgan puede prevenir el sobrepeso, un factor de riesgo en enfermedades crónicas como las cardíacas.

Por otro lado, el consumo regular de alubias negras puede contribuir a la reducción de los niveles de colesterol LDL (colesterol ‘malo’) y triglicéridos en la sangre, gracias a su contenido en fibra soluble y antioxidantes. Estos efectos ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y a mantener la salud del corazón.

Por otro lado, el alto contenido en minerales de como el calcio, magnesio y fósforo, hace que los frijoles sean beneficiosas para mantener huesos fuertes y prevenir enfermedades óseas como la osteoporosis.

Por otro lado, las nueces, especialmente las de nogal son ricas en ácidos grasos Omega-3 y ácido linoleico, nutrientes que han demostrado tener efectos cardioprotectores y benefician a la longevidad de una persona.

Hay que destacar la multitud de beneficios que tienen las nueces. En un estudio realizado a más de 3.000 personas por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de la Salud en Estado Unidos se observó que en comparación con los no consumidores, el consumo de nueces se asocia con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV).

La nuez también es fuente de hierro, zinc, potasio, selenio, fósforo o magnesio, y vitaminas B1, B3 (niacina), folatos y vitamina B6. Así que su consumo diario o el incluirla en la dieta tiene muchos beneficios para la salud. Según los especialistas de la Clínica Mayo, contribuye a mantener una dieta cardiosaludable.

FUENTE:

Los dos alimentos clave para vivir 100 años, según un famoso investigador (msn.com)

Los dos alimentos que ayudan a alargar tu esperanza de vida hasta los 100 años, según este experto en longevidad (20minutos.es)

El CTNC respalda el proyecto Fibrocolis para la obtención de fibras alimentarias sostenibles a partir de subproductos vegetales del brócoli

Pablo Flores, director del centro investigador, asegura que “este proyecto reafirma nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad, promoviendo la circularidad en la actividad industrial”.

CTNC

El Centro Tecnológico Nacional de la Conservación y Alimentación (CTNC) sigue comprometido con la innovación en la industria alimentaria a través de su participación en el proyecto FOODECO. Este proyecto engloba diversas iniciativas orientadas a la sostenibilidad y la eficiencia en la cadena agroalimentaria. Pablo Flores, director del CTNC, destaca que se trata de un esfuerzo ambicioso que busca mejorar el sector mediante la investigación y el desarrollo de

El CTNC colabora en el proyecto FIBROCOLIS, cuyo objetivo es desarrollar ingredientes alimentarios saludables a partir de subproductos vegetales, como la fibra y compuestos bioactivos. Esta iniciativa pretende aprovechar residuos de la industria agrícola, maximizando la recuperación de estos compuestos para su uso en alimentos funcionales. Uno de los enfoques clave es la investigación sobre los subproductos del brócoli.

En particular, el CTNC trabaja junto a Agrícola Santa Eulalia para investigar la extracción y purificación de fibras alimentarias a partir de residuos de brócoli. El proyecto busca convertir estos residuos en un ingrediente de alto valor añadido, promoviendo la sostenibilidad y fomentando la economía circular. Así, se pretende transformar lo que antes era un desperdicio en un recurso valioso para la industria alimentaria.

Finalmente, el proyecto FIBROCOLIS, financiado por el Ministerio de Industria y Turismo, subraya el compromiso de CTNC y Agrícola Santa Eulalia con la innovación, la sostenibilidad y la promoción de la economía circular. Este enfoque no solo beneficia a las empresas involucradas, sino que también contribuye al desarrollo de un sector agroalimentario más sostenible.

Fuente: https://www.tecnoalimen.com/noticias/20240923/el-ctnc-respalda-el-proyecto-fibrocolis-para-la-obtencion-de-fibras-alimentarias-sostenibles-a-partir-de-subproductos-vegetales-del-brocoli

Cómo una buena alimentación cuida tu salud mental

Para nadie es desconocido que comer sano trae múltiples beneficios para el estado físico. Pero la relación entre una nutrición adecuada y la salud mental no resulta tan obvia, en circunstancias de que una buena alimentación sí es muy importante y está estrechamente ligada a muchos procesos cerebrales. 

Sucede que el cerebro humano tiene una exigencia energética muy alta y requerimientos nutricionales bien definidos. “Un buen estado nutricional es muy importante para la salud mental y para el mantenimiento de las conexiones cerebrales a fin de que las neuronas se mantengan sanas, protegidas y en equilibrio”, señala Jaime Silva, sicólogo del Programa Vivir Liviano de Clínica Alemana.

La explicación radica en que la alimentación genera una serie de procesos fisiológicos que están relacionados con los centros del cerebro. “Si hay carencia de esos neurotransmisores se podría tener, por ejemplo, problemas de regulación afectiva. La elección de lo que uno come no es trivial ni da lo mismo”, agrega el sicólogo.

El factor dieta en el tratamiento de la depresión

Una dieta balanceada está directamente relacionada con menos índices depresivos, y si bien no cura por sí solo este trastorno de salud mental “se ha comprobado que es un factor que incide en el tratamiento”, aclara el especialista. Y agrega: “comúnmente, los pacientes con depresión presentan falta de triptófano, un aminoácido que no produce el organismo, y que se encuentra en alimentos como el chocolate, carnes magras, huevos y almendras”. 

Y no solo se trata de lo que se consume, aquí también es importante ordenar los horarios de las comidas y tener buenos hábitos en otros sentidos, como hacer ejercicio y mantener horas ordenadas y reparadoras de sueño. Todos estos factores son importantes para el cuidado de la salud mental y deben comenzar desde la más temprana infancia

En concreto, tener una dieta saludable –como la Mediterránea-, consumir alimentos integrales, con ácidos grasos Omega-3 y antioxidantes, reducen el riesgo de depresión. 

Por el contrario, el consumo de ácidos grasos trans, de comida rápida -que desplaza la ingesta de otros alimentos más nutritivos-, las dietas restrictivas o los productos de bollería industrial -como dulces y galletas-, se asocian a un mayor riesgo de enfermedades mentales o bajos estados de ánimo.

Dieta Mediterránea

  • Consumir carnes blancas en mayor proporción que carnes rojas, principalmente, pescados por su elevado contenido en Omega 3.
  • Comer a diario frutas y verduras de distintos tipos, que se caracterizan por su contenido en vitaminas, antioxidantes y fibra.
  • Preferir cereales integrales por su aporte en cuanto a fibra.
  • Consumir lácteos descremados, ya que contienen menos grasa saturada y colesterol.
  • Ingerir grasa saludable como el aceite de oliva o canola. La palta también es un alimento con características muy similares a estos aceites.
  • Limitar consumo de azúcares refinados (bebidas, pastelería) y alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol (frituras, mantequilla, snacks).
  • Si se bebe vino, que sea con moderación (1-2 copas/día).

La higiene de sueño como factor saludable

Complementariamente, un sueño reparador también tiene incidencia en la salud mental. Para ello el Centro del Sueño de Clínica Alemana recomienda realizar lo siguiente: 

  • Mantener horarios regulares y ordenados para como comer y dormir.
  • Reservar el dormitorio solo para el reposo y la intimidad.
  • Evitar la cafeína en la tarde, especialmente si se sufre de insomnio.
  • Restringir el consumo de alcohol.
  • No fumar.
  • Hacer ejercicio de forma regular (evitar practicarlo muy tarde porque acelera el metabolismo, lo que perjudica la calidad del sueño).
  • Desconectarse de las preocupaciones diarias.
  • Usar ropa adecuada para dormir.
  • Limitar el uso de aparatos electrónicos en la noche (televisión, celular, tablet, otros).

https://www.clinicaalemana.cl/articulos/detalle/2020/como-una-buena-alimentaci%C3%B3n-cuida-tu-salud-mental

China cultiva arroz en el desierto de forma más rápida y económica

El arroz es el segundo cereal más popular en el mundo, solo superado por el maíz. Blanco, con verduras, con pollo, con marisco, ‘a la cubana’ o incluso en su versión dulce, con leche y canela, se trata de un alimento muy consumido que se produce mayoritariamente en China, India, Indonesia y Pakistán, en regiones con climas cálidos y, sobre todo, húmedos, y que requiere de una mayor mano de obra que otros granos.

Es por ello que resulta extraño imaginar cómo un cultivo de arroz podría desarrollarse en un desierto, un ecosistema árido y habitualmente inhóspito. Pero ahora un grupo de científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas ha logrado derribar ese mito al cosechar su primer lote en Hotan (Xinjiang), una ciudad al noroeste de China que se sitúa sobre un extenso desierto cuya superficie es mayoritariamente inhabitable. 

Para conseguirlo se han servido de invernaderos que, sumados a las altas temperaturas del enclave y a las tecnologías avanzadas de cultivo sin suelo, han reducido casi a la mitad la duración del proceso: «El arroz se cultiva en marcos de tres capas junto con un control ambiental preciso en invernaderos desérticos, en lugar de métodos convencionales, lo que reduce casi a la mitad el ciclo de crecimiento, cosechándose en solo dos meses.

Alerta por hepatitis A en fresas importadas.

Recientemente se ha lanzado una alerta sanitaria debido a la detección de hepatitis A en fresas importadas desde Marruecos. Este incidente no solo pone de manifiesto los desafíos asociados con la importación de productos agrícolas de terceros países, sino que también resalta la importancia de controles sanitarios rigurosos en los puntos de entrada a España.

Según la información proporcionada por el sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF) de la Unión Europea, las fresas en cuestión presentan niveles de hepatitis A que superan el límite máximo permitido, lo que las clasifica bajo un nivel de decisión de riesgo «serio». Esta situación plantea una amenaza significativa para la salud pública, y se cree que la contaminación pudo haberse originado del uso de aguas fecales para irrigar los cultivos.

¿Cómo se contagia la hepatitis a?

La hepatitis A es una inflamación del hígado causada por el virus homónimo. El contagio ocurre principalmente a través del contacto fecal-oral. Esto sucede cuando un individuo sano consume alimentos o bebidas que han sido contaminados con las heces de alguien portador del virus.

En el ámbito doméstico, una vía común de transmisión es a través de la manipulación de alimentos por parte de una persona con las manos sin lavar. Aunque no es habitual, la transmisión a través del agua puede darse cuando esta se contamina con aguas residuales o no ha sido tratada adecuadamente.

Por qué es mejor que no te comas la comida quemada o demasiado tostada

¿A quién no le gusta un alimento crujiente? Unas patatas fritas crujientes o ese borde tostado de una pizza? Puede ser de lo más tentador, pero lo que no siempre sabemos es que esos alimentos que tanto nos gustan pueden ser perjudiciales para nuestro organismo cuando los consumimos en exceso.

Cuando cocinamos los alimentos y los exponemos a temperaturas elevadas o los dejamos cocinar demasiado hasta que se quemen o queden muy oscuros como resultado aparecen compuestos químicos potencialmente peligrosos. Uno de los más conocidos es la acrilamida, que es una sustancia que se forma cuando los alimentos ricos en almidón, como el pan, las patatas o los cereales, se exponen a temperaturas elevadas (superiores a los 120 ºC), en métodos de cocinado como freír, hornear o asar.

La acrilamida ha sido clasificada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) como «probablemente carcinógena» para los humanos. Te preguntarás: ¿qué significa esto? Aunque no existe suficiente evidencia científica, existen indicios que indican que el consumo prolongado y en altas cantidades puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.

Además de la acrilamida, también debemos destacar otros compuestos peligrosos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y las aminas heterocíclicas que se forman cuando cocinamos carnes a la parrilla o cuando freímos a temperaturas muy altas. Estos compuestos también se asocian a la aparición de enfermedades crónicas, especialmente aquellas relacionadas con el aparato digestivo.

Estos componentes se forman cuando cocinamos los alimentos a temperaturas elevadas como ocurre cuando freímos o hacemos una barbacoa. Siendo los alimentos ricos en hidratos de carbono especialmente susceptibles de que se forme la acrilamida cuando se exponen a más de 120ºC y en el caso de las carnes, cuando son cocinadas a la sartén o a la parrilla generando hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas que también son perjudiciales par la salud.

La responsable de ese color dorado, olor y sabor tan característico de los alimentos tostados en la reacción de Maillard, que ocurre ciado los azúcares y aminoácidos de calientan juntos, aportando esa textura crujiente y tan característica, como por ejemplo la del pan tostado. Pero si esta reacción se prolonga en el tiempo, es cuando pueden aparecer compuestos peligrosos como son las acrilamidas.

Cuando cocinamos los alimentos y los exponemos a temperaturas elevadas o los dejamos cocinar demasiado hasta que se quemen o queden muy oscuros como resultado aparecen compuestos químicos potencialmente peligrosos. Uno de los más conocidos es la acrilamida, que es una sustancia que se forma cuando los alimentos ricos en almidón, como el pan, las patatas o los cereales, se exponen a temperaturas elevadas (superiores a los 120 ºC), en métodos de cocinado como freír, hornear o asar.

Un consumo esporádico de alimentos excesivamente tostados no va a tener un impacto grave sobre nuestra salud, sin embargo, un consumo prolongado de los mismos re relaciona con un mayor riesgo de cáncer, especialmente en el aparato digestivo e inflamación crónica que contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y alteraciones del sistema nervioso.

Así pues, la forma en la que conocimos los alimentos es importante también para mantener la salud. Controlar las temperaturas, elegir alimentos tostados pero no quemados y evitar cocciones a muy alta temperatura son claves para evitar que se formen estas sustancias peligrosas y además mantener las propiedades de los alimentos.

No se trata de demonizar técnicas de cocción pero si de elegir hasta qué punto está un alimento bien hecho o nos hemos pasado de cocción. La mejor opción será siempre dorado, no tostado.