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Cuáles son las fuentes alternativas para obtener proteínas si quieres reducir el consumo de carnes y lácteos

Trigo
Pie de foto, Los granos de cereales como el trigo son una rica fuente de proteínas.

A medida que más personas toman mayor consciencia sobre el impacto ambiental de producir y consumir alimentos y bebidas, hay un renovado interés en muchos países occidentales en las dietas vegetarianas, veganas y flexitarianas (parcialmente vegetarianas) que implican una huella de carbono menor.

Pero la carne y los lácteos siguen siendo la principal fuente de proteína para los adultos de estos países. La proteína es necesaria para el crecimiento y reparación del cuerpo.

Así que si empiezas a comer menos productos animales, necesitas asegurarte de que estás recibiendo suficiente proteína.

Muchas personas pueden creer que consumir menos carne significa simplemente comer más alimentos de carne alternativa en base a plantas, como las hamburguesas vegetarianas.

Pero mientras este tipo de productos de proteína alternativa son mejores para el medio ambiente porque utilizan menos tierra y producen menos emisiones de gases tipo invernadero, tienen sus desventajas.

Algunas carnes alternativas hechas de plantas pueden clasificarse como “ultra procesadas” y frecuentemente tienen un perfil de nutrición menos favorable, contienen más sal y menos hierro y vitamina B12 (aunque también pueden ser mas bajas en caloría y grasa). Su sabor y textura también suelen ser objeto de crítica por los consumidores.

Pero estas carnes alternativas basadas en plantas no son el único tipo de proteína no animal disponible. Hay otras cinco amplias categorías de proteínas que no provienen de animales: legumbres, algas, insectos, carne artificial, y granos como avena, trigo, cebada y otros cereales que suelen ser ignorados como proteínas de plantas ambientalmente sustentables.

Esto es lo que debes saber sobre el consumo de más de estas fuentes de proteína no animal.

– Legumbres

Legumbres, como los frijoles y garbanzos, son las semillas comestibles de las plantas leguminosas. Comparadas a otros cultivos, las legumbres no necesitan muchos fertilizantes, así que resultan en menos emisiones de gases invernadero.

Las legumbres mejoran la salud del suelo y la diversidad microbiana en la tierra de cultivo, y hay variedades que se pueden seleccionar para ser más resistentes al clima.

Su contenido proteínico va del 17% al 30%, y legumbres son ricas en fibra, vitaminas y minerales. Consumir legumbres también ayuda a prevenir contra las enfermedades crónicas como la enfermedad coronaria y la diabetes.

– Algas

Las algas marinas y la espirulina son otra opción. Al igual que las legumbres, las algas son altas en vitaminas y minerales, con 50% a 60% de contenido proteínico.

Las algas pueden almacenar o capturar carbono de la atmósfera. Tienen además propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Para aquellos que no están muy entusiasmados en masticar algas marinas, añadir algas a manera de ingredientes a las comidas como el pan podría ser más atractivo, para subir el contenido de proteína, aunque el color de tu comida se torne verde o deje un regusto a pescado.

– Granos de cereales

Los granos de cereales como la avena y el trigo, suelen ser considerados carbohidratos. Pero también son una notable fuente de proteína con 7%-18% de contenido proteínico, y algunos pueden reducir el colesterol mejorar la salud intestinal.

En la actualidad, muchos granos de cereales son usados ineficientemente. En Irlanda, una muy alta proporción (89%) de los cereales se usan como alimento de animales, y esos animales son luego usados como fuentes de proteína.

El consumir directamente los granos de cereales en lugar de usarlos como alimento de animales reduciría las emisiones de gases invernadero.

– Insectos y carne artificial

Para los comensales más intrépidos, hay opciones como los insectos y la carne artificial. Aunque no son comunes en el mundo occidental, las meriendas e ingredientes de cocinas a base de insectos están disponibles.

Reino Unido se convirtió recientemente en el primer país europeo en aprobar el uso de carne artificial, aunque solo en comida para mascotas.

Los beneficios particulares incluyen el alto contenido proteínico de los insectos –la harina de grillos tiene 45%-70% de proteína– y el sabor y textura carnosa de la carne artificial.

Pero estos alimentos no son tan socialmente aceptables como las otras proteínas alternativas, por razones como el asco y la costumbre. Otras consideraciones incluyen las alergias potenciales y problemas éticos.

Fuente: BBC News Mundo

Las fuentes alternativas de proteínas si quieres reducir el consumo de carnes y lácteos – BBC News Mundo

Las enfermedades que el orégano ayuda a combatir

España es uno de los países mediterráneos ‘bendecidos’ por el cultivo del orégano, una hierba aromática cuyos componentes actúan ante patologías comunes e incluso ciertos tipos de cáncer.

Es una de esas especias que de tan presente que está en la cocina apenas se repara en ella. Es barata, abundante, disponible durante todo el año y útil para muchos platos, lo que lleva a que no se considere esta herbácea perenne aromática más allá que su función como condimento. Pero lo cierto es que la ciencia ya ha empezado a constatar beneficios que sorprenderán a muchos.

El orégano que más se consume es el de hoja seca, procedente de la planta Origanum vulgare, una planta vivaz nativa fundamentalmente de la zona mediterránea, lo que explica su abundante cultivo y consumo en España, Grecia o Italia. Sin duda lo asociamos a uno de los ingredientes estrella de la pizza pero también a otras muchas recetas de carnes o legumbres dado su potencial aromático.

El interesante y variado valor nutricional del orégano también es un gran desconocido. Proteínas, minerales (hierro, calcio, potasio, magnesio, zinc, fósforo…), vitamina A y dos compuestos un poco más peculiares y extraños que explican algunas de las enfermedades que puede combatir: el timol y el carvacrol.

El timol es un monoterpeno que se halla como compuesto principal de varios aceites esenciales, entre ellos el orégano y el tomillo. En el caso del primero, ha demostrado su «buen desempeño in vitro» como antimicrobiano y desinfectante. Por su parte, el carvacrol es el fenol más presente en dicho aceite, sustancia que es la base de buena parte de la investigación científica sobre esta especia.

Causadas por bacterias: salmonelosis

Uno de los descubrimientos más relevantes en la investigación alimentaria con respecto al orégano ha sido su potente actividad antimicrobiana, en especial en lo relacionado con bacterias causantes de enfermedades grastointestinales, entre ellas una de las más comunes: la infección por Salmonela o Escherichia coli.

Causadas por hongos: candidiasis

La Candida albicans, conocida coloquialmente como candidiasis,se encuentra en la flora microbiana normal de las personas, principalmente en el tracto gastrointestinal, mucosa orofaríngea y genital femenina. Se transmite a través de la piel, las mucosas y por vía parenteral. Principalmente, afecta a las mucosas, sobre todo a la genital femenina, siendo el principal agente responsable de candidiasis vaginal, que afecta hasta al 75 por ciento de las mujeres.

Para estudiar el efecto del orégano sobre este hongo se ha evaluado tanto la actividad antimicrobiana de los componentes aislados como la de su aceite esencial. Los fenoles carvacrol y timol, presentes en dosis destacables en el aceite esencial, poseen los niveles más altos de actividad contra estos microorganismos.

FUENTE: https://www.20minutos.es/salud/nutricion/enfermedades-oregano-ayuda-combatir-5631672/