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La economía de la nutrición: ¿análisis de coste-efectividad o análisis de coste-beneficio?

La mayoría de los decisores están de acuerdo en que la política sanitaria debe basarse en la evidencia y que, por tanto, la investigación y la evaluación son esenciales para promover terapias que funcionan y para eliminar aquellas que no. Sin embargo, de cierto modo, los economistas y los médicos son socios incómodos (Epstein, 2021). El lenguaje de los economistas se basa en restricciones, presupuestos, costes, compensaciones y optimización, mientras que los médicos se enfocan en la ciencia y el arte de curar.

La metodología predominante utilizada por los economistas en transporte, medio ambiente y otros sectores para evaluar las políticas es el análisis de coste-beneficio (ACB): la comparación de los costes y beneficios de los proyectos de bienes públicos para decidir si deben emprenderse. Fundamentalmente, los “beneficios” en esta metodología generalmente se estiman desde una perspectiva de economía del bienestar, de modo que todos los costes y beneficios se monetizan. Si bien la economía de la salud todavía era una disciplina incipiente en la década de 1970, los metodólogos comenzaron a resistirse a este enfoque, argumentando que no era ético asignar un valor a la vida humana, o por preocupaciones de que la métrica de «disposición a pagar» discriminaba a las personas con bajos ingresos, o del escepticismo sobre la validez de los métodos, o la capacidad cognitiva de los encuestados para expresar su disposición a pagar por servicios relacionados con la salud. Por lo tanto, se creó el análisis de coste-efectividad (ACE) para llenar este vacío, en el que los beneficios relacionados con la salud se informan utilizando una métrica de salud (como el año de vida ajustado por calidad, AVAC) y los costes se informan en términos monetarios.

El enfoque ACE demostró ser exitoso para evaluar políticas y programas de servicios de salud en los que la mayoría de los costes se incurren dentro del sistema sanitario y la mayoría de los beneficios surgen de las mejoras en la salud de las personas tratadas. Esta “perspectiva del pagador” considera el sistema sanitario (ya sea financiado con impuestos, seguridad social o una aseguradora de salud privada) como una unidad autónoma, dentro de la cual el objetivo general es ofrecer programas que maximicen la salud de los beneficiarios dentro de un presupuesto total fijo. En el marco del ACE, el decisor es la institución que gobierna el sistema sanitario; el papel del “paciente” es pasivo, tanto en el sentido de que el paciente no incurre en los gastos del tratamiento como de que no juega un papel importante en su elección.

Sin embargo, el límite entre lo que se encuentra «dentro» del ACE y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta, y lo que debe dejarse «fuera», siempre ha sido discutido. Esto ha llevado a la idea de la perspectiva de la ACE “social” (Sanders et al., 2016). A menudo, esto se interpreta en el sentido de que los beneficios aparte de la salud para el paciente (como el aumento de la productividad de una mejor salud) o los costes sanitarios no pagados por el sistema de salud (como los gastos financiados por el paciente directamente ‘de su propio bolsillo’) pueden o deben incluirse. Si existen costes o beneficios para las entidades del sector público fuera del servicio sanitario (por ejemplo, una intervención para mejorar las comidas escolares, Mora y López-Valcárcel, 2017), entonces se puede considerar una ACE “multisectorial”(Claxton, Sculpher y Culyer, 2007). Puede haber externalidades positivas. Esto se observa a menudo en los programas de vacunación que tienen como objetivo lograr la inmunidad de grupo. La evaluación de estos impactos requiere una ACE «poblacional» o dinámica que tenga en cuenta la transmisión del patógeno entre individuos o subgrupos (Pitman et al., 2012).

En todos los ejemplos hasta ahora, uno podría posiblemente extender la definición de “costes” y / o “beneficios” y aún preservar la naturaleza esencial de ACE, que es que los beneficios no necesitan ser monetizados. Sin embargo, cuando pasamos a evaluar las intervenciones que tienen como objetivo cambiar el estilo de vida de las personas, la heterogeneidad de los tipos de resultados hace que sea cada vez más difícil defender el marco ACE (Federici et al., 2019).

Para visualizar un ejemplo, consideremos la propuesta de aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) para el azúcar y bebidas endulzadas artificialmente que se implementará en España a partir de enero de 2021. El Cuadro 1 muestra un inventario de posibles impactos cualitativos para este tipo de políticas (Walker et al., 2019). Además de la salud de los individuos objeto de las políticas y las ganancias de productividad asociadas, podríamos considerar los posibles beneficios externos que surgen dentro de la red del grupo de pares (Christakis y Fowler, 2007). Esta teoría propone que la obesidad es una especie de enfermedad socialmente contagiosa; por ejemplo, si uno de los cónyuges en un matrimonio se vuelve obeso, es más probable que el mismo ocurra en su pareja (ver la animación).

Asimismo, los servicios sanitarios permitirán ahorrar en la prevención de enfermedades asociadas con el consumo excesivo de azúcar, pero también hay una pérdida de utilidad para el consumidor derivada del aumento de precios y los efectos de sustitución, pérdida de excedente del productor y una ganancia para el gobierno en ingresos tributarios. Algunos de estos saldrán netos, pero el impuesto aún puede producir una ‘pérdida de peso muerto’ (deadweight loss, por su equivalente en inglés) general que al menos debería reconocerse, junto con el reconocimiento de los ganadores y perdedores de la política.

Cuadro 1: Inventario de impacto de un aumento del IVA (impuesto sobre el valor añadido) de las bebidas azucaradas del 10% al 21%

  Ejemplos específicos de aumento del impuesto a las bebidas azucaradasMedición para evaluación económica
Beneficios netos que se acumulan para el individuo que es el objetivo de la intervenciónBeneficios netos para la saludEvitar enfermedades relacionadas con el consumo de azúcarIncidencia, AVAC, etc.
Otros beneficiosProductividadCapital humano
Beneficios netos para otros (externalidades)Beneficios netos para la saludEfectos positivos de la red social para una alimentación saludableIncidencia de enfermedad en la red social
Otros beneficios
Costes o riesgos netos de la intervención pagados por la persona que se beneficiaGastos sanitariosMenor gasto privado en el tratamiento de enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de azúcarMenor gasto privado
Otros gastos y costes de oportunidadPérdida en la utilidad del consumidor por precios más altos y sustitución por bienes más baratosDisponibilidad a pagar, MCDA
Costes o riesgos netos de la intervención pagados por otras personasGasto público en sanidadMenor gasto público en sanidadMenor gasto público en sanidad
Otros gastos públicosIngresos tributariosIngresos tributarios
Gastos de otras entidadesPérdida del excedente del productorBeneficios del productor

Estos impactos sociales son muy difíciles de integrar en el marco de ACE pero (al menos conceptualmente) encajan naturalmente en ACB. El ACE (y sus extensiones) es útil para situaciones específicas (ver Cuadro 2) pero puede verse como un “caso especial”: el ACB parece ser más apropiado en los casos donde los beneficios y costes recaen más ampliamente.

Cuadro 2: Metodologías que podrían aplicarse para evaluar un aumento en el IVA (impuesto sobre el valor añadido) de las bebidas azucaradas del 10% al 21%

  Costes o riesgos netos de la intervención pagados por la persona que se beneficiaCostes pagados por otras personas
  Gastos privados en saludOtros gastosGastos públicos en saludOtros sectores públicosSector privado
Beneficios netos que se acumulan para el individuo objeto de la intervenciónSaludACE (pagador)ACE (Multi-sectorial)
OtrosACE (social)ACE (Multi-sectorial)
Beneficios netos que se acumulan para otras personasSaludACE (poblacional)
Otros

Finalmente, podemos usar este enfoque para considerar el riesgo moral que a menudo está presente en las intervenciones de salud relacionadas con el estilo de vida. Las políticas preventivas en la población en general, como las campañas de información para mejorar el consumo de frutas y verduras, tienen un coste para el sector público bastante bajo, en términos de publicidad, etiquetado e información, por ejemplo. Sin embargo, la mayor parte del «coste de oportunidad» recae en los consumidores que deben realizar el cambio. Además, las ganancias (en términos de evitar la obesidad personal y otras enfermedades relacionadas con la dieta) beneficiarán al consumidor, pero también beneficiarán en gran medida a los contribuyentes que pagan por los servicios de salud. Esta asimetría de costes y beneficios para el consumidor genera riesgo moral. Tradicionalmente, la ACE considera el problema desde el punto de vista de un único responsable institucional “benévolo”, que pondera metódica y objetivamente los costes y la efectividad en los afectados y dicta la política a seguir por los médicos y los pacientes. Sin embargo, las intervenciones relacionadas con la nutrición y el estilo de vida requieren mucho más compromiso y aceptación por parte del consumidor que los servicios médicos. Se pueden utilizar métodos económicos como experimentos de elección discreta, WTP (Willingness to Pay) y MCDA (Análisis Multicriterio) para estimar el grado probable de participación del consumidor en cualquier política propuesta antes de su implementación.

Fuente: Grafiti de Banksy, Los Ángeles, Estados Unidos

Referencia

Epstein, D. M. Nutrition Economics: celebrating cross-disciplinary collaboration. Value Heal. x, In press (2021).

Cinco innovaciones que están cambiando la alimentación saludable

Adicional a los cambios que ha traí­do el COVID-19, los consumidores de la actualidad están en la búsqueda de alimentación saludable y sostenible, un reto en donde innovaciones como la biotecnologí­a e inteligencia artificial juegan un rol fundamental.

Justamente, es tal la demanda, que no es previsible un futuro sin la integración de nuevas tecnologí­as e investigación en la industria de alimentos. En esta lí­nea, conozca algunas de las tendencias, de acuerdo con el jefe de Innovación de Ainia, Andrés Pascual:

Ingredientes

Hoy por hoy, están en tendencia aquellos ingredientes o alimentos compuestos por ingredientes orgánicos o naturales, así­ como los alimentos con beneficios para el sistema inmunitario, con probióticos, prebióticos o postbióticos, por ejemplo.

Ya hay empresas invirtiendo en analizar y evaluar de forma integrada el genoma o información genética humana, para conocer qué enfermedades podrí­an desarrollar y diseñar dietas que ayuden a prevenir su desarrollo, o influyan positivamente en su salud, con tecnologí­as ómicas.

Así­ mismo, es importante destacar el papel de aquellos «superalimentos» con un perfil nutricional y de calidad equilibrado, o perfiles mejorados, con menor contenido en sal, azúcares o grasas, de acuerdo con Pascual.

Carne in vitro

Las alternativas protéicas son cada vez más comunes entre las start-ups que buscan reducir el impacto de la producción en el medio ambiente. Por ello, ya son más las empresas que trabajan en la carne cultivada in vitro, que se apoya en la aplicación de conocimientos de cultivo celular y técnicas de medicina regenerativa e ingenierí­a de tejidos.

De hecho, un reciente estudio análisis de ciclo de vida y de viabilidad técnico-económico de CE Delft muestra que la carne de cultivo celular podrí­a reducir el impacto climático de la producción de carne en un 92 %, reducir la contaminación en un 93 %, usar un 95 % menos de tierra y un 78 % menos de agua.

Plant-based

Cómo no hablar de este segmento, si es uno de los que más ha dado de hablar en los últimos meses, en cuanto a innovaciones e inversiones. En los alimentos provenientes de las plantas o análogos, se están usando persas tecnologí­as como la texturización seca o húmeda, que permiten desarrollar una apariencia y sabor similar a la carne sin comprometer el valor nutricional, según Ainia.

Tal es el caso de Impossible Foods o Beyond Meat, dos empresas emergentes que, adicional a estar en las góndolas con carne para hamburguesas o salchicha, siguen trabajando en proyectos de innovación, para darles alternativas a las personas, sin sacrificar el sabor.

También, Ainia destaca otra tendencia en este sentido: las fuentes alternativas de proteí­nas como insectos, microalgas, hongos, o nuevas especies de plantas. Todas ellas se presentan como más sostenibles que las proteí­nas de origen animal y una posible solución para hacer frente al crecimiento de la demanda en el horizonte 2050.

Impresión 3D de alimentos

La tecnologí­a de impresión 3D ya pasó los lí­mites de producción de objetos solamente. Las innovaciones han hecho posible imprimir pasta, chocolate, o alimentos con formas infinitas, pudiendo combinar tecnologí­a láser para su cocinado.

Precisamente, este año la start-up española NovaMeat anunció que desarrolló el corte de carne de origen celular más grande del mundo, abriendo una nueva posibilidad para la industria de la proteí­na alternativa.

Del otro lado, encontramos la alimentación computacional, una tecnologí­a que sirve para formular productos análogos a los de origen animal a partir de miles de plantas incluyendo especies que siendo comestibles no son explotadas. Por ejemplo, gracias al algoritmo para recopilar y procesar datos, Just y NotCo están a la vanguardia de estas alternativas, con mayonesas o leches alternativas.

Evolución de la agricultura

Para lograr un uso eficiente de los recursos, como agua, fertilizantes y el espacio, llega a las granjas la agricultura vertical, con estructuras como grandes edificios o a través de contenedores de cultivo modulares, adoptando técnicas de cultivo de ambiente controlado bajo invernadero y reduciendo la huella ambiental.

En esta misma lí­nea, encontramos la agricultura de precisión, que abarca un sistema de control, con sensores, robótica, drones, vehí­culos autónomos, hardware automatizado y software y todo lo que hace que la de la agricultura más precisa y controlada.

En Ainia han desarrollado plataformas basadas en robótica móvil y visión hiperespectral que permiten optimizar ciertos procesos en campo, como el momento exacto de recolección (grado de madurez), el control de plagas o los procesos de aplicación de fertilizantes, contribuyendo a una cadena alimentaria más sostenible.

Por último, también es importante hablar sobre la edición genética. CRISPR es una tecnologí­a de edición molecular de ‘corta y pega’, con la que se puede modificar genéticamente un organismo, introduciendo nuevas caracterí­sticas o eliminando las perjudiciales, conforme explica Ainia.

Se trata de un sistema sencillo, económico y rápido que ofrece un universo de aplicaciones incluyendo mejora vegetal y control de plagas en agricultura.  Aunque no es necesaria la transmisión de genes externos, la Unión Europea no ha dado un marco regulatorio diferente a los OGM (Organismos Genéticamente Modificados), lo que pude lastrar su desarrollo en Europa frente a otras partes del mundo.

Top cinco de innovaciones que transforman la alimentación saludable (revistaialimentos.com)

Los niños pequeños obtienen casi la mitad de sus calorías de alimentos ultraprocesados

Esta cifra aumenta al 59% a la edad de siete años, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres.

Los niños pequeños en el Reino Unido obtienen casi la mitad (47%) de sus calorías de alimentos ultraprocesados (UPF), y esta cifra aumenta al 59% a la edad de siete años. Los UPF más consumidos eran alimentos considerados normalmente como saludables; es el caso de yogures o cereales integrales.

La autora principal, la doctora Rana Conway, del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud de la UCL, aclara: «Los alimentos ultraprocesados no son todos malos para nuestra salud y los alimentos que suelen consumir los niños pequeños en nuestro estudio son los que se consideran bastante saludables. Sin embargo, algunos cereales integrales y yogures saborizados tienen altos niveles de azúcar y sal agregadas y nuestro estudio encontró que los niños pequeños que consumían más alimentos ultraprocesados también tenían una mayor ingesta de estos ingredientes».

 El equipo de investigación descubrió que los niños pequeños del grupo con menor índice de UPF consumían el 28 % de sus calorías a partir de UPF, mientras que en el caso de los niños pequeños del grupo con mayor índice de UPF, este porcentaje era del 69 %.

Fuente: https://www.larazon.es/sociedad/ninos-pequenos-obtienen-casi-mitad-sus-calorias-alimentos-ultraprocesados_2024100466ff9994077ed10001dfa86f.html

Papas Vicente Vidal recupera su mural publicitario de 1931

Desde principio de este mes de octubre, una nueva pintura decorará un muro en una de las principales avenidas de la ciudad de Valencia.

Se trata de una mural publicitario creado por iniciativa de la marca valenciana de las patatas fritas Vicente Vidal. Este mural forma parte de la campaña que la marca ha creado para promocionar sus patatas fritas Receta de 1931 presente en el mercado desde el 1 de septiembre.

Desde el inicio hasta el final de esta campaña pretenden plasmar como era la época de 1931, y por ello su cartel publicitario está pintado a mano representando los tiempos duros del momento.

Papas Vicente Vidal recupera su mural publicitario de 1931

El cartel estará ubicado en la medianera del edificio situado en la Avenida del Puerto, número 178. Será pintado ente el día 3 y 6 de octubre.

Fuente: https://www.lasprovincias.es/gastronomia/papas-vicente-vidal-recupera-mural-publicitario-1931-20241003111326-nt.html

El hallazgo del queso más antiguo del mundo revela una compleja relación evolutiva entre humanos y microbios

Muestras de kéfir de hace 3.600 años encontradas en China plantean nuevas hipótesis sobre el origen de la fermentación en la prehistoria como técnica para conservar alimentos.

A finales de la década de 1970, un equipo de arqueólogos se obsesionó con un conjunto de momias particulares de la cuenca de Tarim. Éstas, comenzaron a ser reconocidas como las «momias de Tarim». A medida que iba avanzando la investigación se dieron cuenta que algunas de las momias tenían una misteriosa sustancia blanca esparcida por el cuello.

Finalmente, veinte años más tarde, la científica Quiaomei Fu, paleogenetista y directora del laboratorio de ADN antiguo del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias, concluyó que era queso de kéfir. Esta respuesta se pudo obtener gracias al avance de las técnicas de análisis de ADN antiguo.

Qiaomei Fu observa la muestra láctea en el laboratorio del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de la Academia de Ciencias de China

Estas muestras son las más antiguas registradas. Los resultados de la investigación sugieren un nuevo origen para el kéfir y muestra una evidencia clara sobre como la evolución, la colaboración entre humanos y las bacterias probióticas han tenido siempre relación.

La autora de la revista Cell donde fueron publicados los resultados resaltó; «es una oportunidad única y valiosa». Esto se debe a que alimentos como el queso son difíciles de conservar durante miles de años, por los que el análisis de este alimento puede ayudar a los científicos a comprender mejor la dieta y la cultura prehistórica.

Para una mayor información visitar: https://elpais.com/ciencia/2024-09-25/el-hallazgo-del-queso-mas-antiguo-del-mundo-revela-una-compleja-relacion-evolutiva-entre-humanos-y-microbios.html

El fruto seco con más calcio que la leche y más hierro que las lentejas

En el corazón de la cultura gastronómica de España se encuentran los frutos secos, esos pequeños tesoros nutricionales que han conquistado los paladares y ocupan un lugar destacado en esta dieta. Estos alimentos, que van desde las almendras hasta las nueces, las cuales incluso ayudan a reducir el colesterol ‘malo’, aportan muchos beneficios para la salud, así como un exquisito sabor y textura a numerosos platos. De hecho, en Aragón, los frutos secos son un componente esencial en muchas recetas tradicionales como el cardo con almendras.

Pero, lo importante es que han sido reconocidos por su valor nutricional y sus efectos positivos en la salud. Y, hay uno que destaca por su extraordinario perfil nutricional: el pistacho. Estas delicias verdes tienen más calcio que la leche y el yogur y más hierro que las lentejas. La porción recomendada de pistachos es moderada, idealmente no más de 50 unidades a la semana. Esta cantidad es suficiente para aprovechar sus beneficios sin exceder el consumo calórico. Por tanto, un puñado de pistachos puede ser una alternativa ideal para incluir en tu dieta equilibrada y como ‘snack’ saludable.

Los pistachos son una excelente fuente de calcio, superando incluso a algunos productos lácteos como la leche y el yogur. Esta característica los hace particularmente valiosos para aquellos que son intolerantes a la lactosa o prefieren dietas basadas en plantas. Según la Fundación Española de Nutrición, 100 gramos de estos frutos secos proporcionan 180 miligramos de calcio, mientras que un lácteo aporta 142 miligramos.

Respecto a las vitaminas, los pistachos son fuente de tiamina, vitamina E y folatos. La tiamina y los folatos contribuyen a la función psicológica normal mientras que la vitamina E contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, ha explicado la Fundación Española de Nutrición.

Además, su contenido de hierro es notable, superando incluso a alimentos tradicionalmente reconocidos por su riqueza en este mineral, como las lentejas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 15% de la población mundial sufre anemia ferropénica. Las embarazadas, los ancianos y los más pequeños son la población que más la suele padecer. Así que, si buscas alimentos con este mineral, los pistachos son una gran alternativa.

Por último, buen perfil graso de los pistachos, junto con su alta proporción de potasio –más del doble que el plátano–, los convierte en un alimento efectivo para controlar la hipertensión.

FUENTE: El fruto seco con más calcio que la leche y más hierro que las lentejas (heraldo.es)

Harvard desvela los cuatro ingredientes que te hacen comer más

Hay sabores muy intensos que potencian el hecho de que nos gusten tanto que no podamos parar de comerlos. Una nutricionista revela los ingredientes que nos producen esta sensación.

Comer pasta es un placer, y la forma de cocinarla fundamental para que no engorde
Comer pasta es un placer, y la forma de cocinarla fundamental para que no engorde

En España cada vez somos más conscientes de la necesidad de comer platos saludables. Sin embargo, el poco tiempo con el que contamos en nuestro día a día juega en nuestra contra y terminamos optando por platos rápidos y cómodos, según el informe del uso de los alimentos de 2022.

Existen algunos ingredientes alimentarios que han sido criticados por su potencial para alterar el apetito y aumentar el hambre, aunque la investigación en este ámbito es compleja, la nutricionista de la Universidad de Harvard, Amy Shah ha advertido sobre el cuidado que tenemos que tener como el glutamato monosódico, las harinas y el azúcar refinado y el gluten propician el hambre que no se tiene.

¿Por Qué Dormir Lo Suficiente Es Esencial Para Tu Salud?¿Por Qué Dormir Lo Suficiente Es Esencial Para Tu Salud?

¿Por qué no podemos parar de comer ciertos alimentos?

Sopa de 'noodles' con vegetales.

El glutamato monosódico (MSG por sus siglas en inglés) es un aditivo alimentario utilizado para realzar el sabor umami en los alimentos. Se encuentra en una variedad de alimentos procesados y preparados. Algunos alimentos en los que se encuentra MSG son:

-Comida china: como el pollo al limón, el cerdo agridulce y otros platillos salteados.

-Sopas y caldos: Sopas enlatadas, caldos de pollo o carne envasados y cubos de caldo a menudo contienen MSG.

Aperitivos y alimentos procesados: patatas fritas, snacks salados, alimentos con sabor a queso, salsas de tomate procesadas, condimentos y salsas para ensaladas.

Comida rápida: algunas cadenas de fastfood utilizan MSG en sus productos para realzar el sabor.

Alimentos congelados: platos congelados como lasaña, pizza, preparados.

-Sopas instantáneas: Fideos instantáneos y sopas en sobre con sabores.

-Algunos productos cárnicos procesados: Salchichas, embutidos y productos de carne procesada pueden contener MSG.

-Salsas y condimentos: Salsas para barbacoa, salsas para pasta, salsas agridulces y otros condimentos pueden contener MSG.

Las harinas refinadas son harinas que han sido procesadas para eliminar parte del grano original, especialmente el salvado y el germen, dejando principalmente el endospermo. Estos componentes del grano contienen nutrientes, fibra y grasas saludables. La refinación tiene como objetivo mejorar la textura y la vida útil de la harina, pero puede resultar en la pérdida de nutrientes esenciales.

Por otro lado, dado que el azúcar refinado aporta calorías vacías y carece de nutrientes esenciales, puede desarrollar otros problemas como caries en los dientes, contribuye contribuir a la resistencia a la insulina y alterar el metabolismo de los lípidos, adicción por el mismo azúcar

Para terminar, el gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno pueden estimular el sistema de recompensa en el cerebro y generar placer temporal. Por lo tanto, productos de panadería y alimentos altos en carbohidratos refinados, pueden ser altos en calorías y fácilmente consumibles en exceso.

Otros ingredientes que potencian el hambre

Además de esos cuatro alimentos a los que se refiere la nutricionista, también podemos añadir otros como los colorantes y aditivos alimentarios, edulcorantes artificiales y la sal.

Colorantes y aditivos alimentarios: Algunos colorantes y aditivos utilizados en alimentos procesados podrían tener efectos en el comportamiento alimentario, aunque la evidencia es limitada y controvertida.

-Edulcorantes artificiales: Algunos estudios sugieren que los edulcorantes artificiales podrían tener efectos en la regulación del apetito y en la preferencia por alimentos dulces, lo que podría llevar a un aumento en el consumo calórico.

-Sal: El exceso de sal en la dieta puede llevar a un aumento en la sed y, potencialmente, a una mayor ingesta de alimentos para saciar la sed.

Referencias

López, S. (2023, 16 junio). Alerta de una nutricionista de Harvard: los 4 ingredientes comunes que te hacen comer más. Saber Vivir. https://www.sabervivirtv.com/nutricion/alerta-nutricionista-harvard-ingredientes-engordan_8292

 (s. f.). https://www.mapa.gob.es/eu/alimentacion/temas/consumo-tendencias/resumen-consumo-alimentario-2022-ok_tcm35-655393.pdf

Fuente: https://www.20minutos.es/salud/nutricion/tener-mas-apetito-adiccion-comida-glutamato-5162611/

Lista | Estos 14 alimentos serán más caros a partir de este martes

La prórroga de la supresión temporal del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los alimentos básicos completa este martes, 1 de octubre, una primera fase, la de la exención total, y pasa al siguiente nivel. Los productos sujetos al tipo superreducido pasarán del 0% que han tenido los últimos 21 meses al 2%, mientras que los que tienen el IVA reducido dejarán el 5% que aplican desde el 1 de enero de 2023 para saltar al 7,5%. El aceite de oliva ha pasado, desde el 1 de julio, a la categoría de superreducido, mientras que los aceites elaborados con semillas, como la de girasol (también la soja o la colza) están en el otro grupo.

El descuento, formaba parte del tercer paquete de medidas para hacer frente a los efectos negativos de la guerra en Ucrania, incluye además del pan común, la masa de pan común congelada y el pan común congelado y las harinas panificables, la leche producida por cualquier especie animal que sea natural, certificada, pasteurizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo. También figuran en la lista los quesos y los huevos. La lista la completan las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los tubérculos y los cereales que tengan la condición de productos naturales o frescos.

Estos son los 14 tipos de alimentos que van a ver cómo su IVA aumenta:

🥖 pan (2% de IVA)

🥛 leche (2%)

🍳 huevos (2%)

🍰 harinas (2%)

🧀 quesos (2%)

🍎 frutas (2%)

🥬 verduras (2%)

🍅 hortalizas (2%)

🧆 legumbres (2%)

🍟 patatas (2%)

🍚 cereales (2%)

 🏺 aceite de oliva (2%)

🌻 aceites de semillas (7,5% de IVA)

🍝 pasta (7,5%)

Con la supresión del IVA en los alimentos básicos, los consumidores españoles se han ahorrado más de 2.100 millones de euros, según datos de la Agencia Tributaria. La medida ha sido efectiva, consideran los expertos, para controlar la escalada de precios de la cesta de la compra y moderar la inflación general, especialmente, en un primer momento, cuando la mayoría de cadenas de distribución y comercios minoristas aplicaron el descuento. Por eso mismo, es de esperar que ahora, las misma cadenas apliquen también el aumento de esos dos puntos de IVA, lo que previsiblemente encarecerá los precios este octubre.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/consumo/20241001/lista-alimentos-mas-caros-1octubre2024-iva-108764656

Obesidad infantil e inseguridad alimentaria: una cuestión de justicia social

Las condiciones socioeconómicas son cruciales para asegurar una alimentación completa y un desarrollo adecuado en los más pequeños.

Hace unos días se publicaron los resultados del estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad) que elabora el Ministerio De Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 de España, con la agencia AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición).

El estudio ALADINO comenzó en 2011 como parte de la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI), impulsada por la oficina europea de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el marco de una estrategia para frenar la obesidad. Su objetivo es conocer la prevalencia de sobrepeso y obesidad en escolares de entre 6 y 9 años, analizar la evolución de los indicadores y cómo estos se asocian con factores socioeconómicos vinculados al entorno escolar y familiar.

Este año, los datos han bajado 4,5 puntos con respecto a 2019, cuando la tasa de obesidad era del 40,6%. En 2023 ha descendido al 36,1%. En detalle, se ha logrado una reducción del 3,1% en sobrepeso y del 1,4% en obesidad entre los niños y niñas de 6 a 9 años. Sin embargo, en los entornos más vulnerables, la tasa apenas ha cambiado, y son las familias con ingresos menores a los 18.000 € brutos anuales las más afectadas.

La realidad es que la tasa de sobrepeso y obesidad en esta franja de edad es el doble en las familias de menor renta (23,6%), en comparación con las familias con mayores ingresos (10,9%).

Las niñas y niños de familias con menos recursos económicos participan dos horas menos en actividades extraescolares (64,2%) frente a los escolares de familias más adineradas (88,1%). Esto también se traduce en un mayor sedentarismo, ya que los niños de hogares menos favorecidos tienden a pasar más tiempo frente a pantallas. Un 30% de los niños de estas familias se exponen a más de dos horas diarias de pantalla, mientras que en las familias de menores ingresos esta cifra asciende al 41%.

Los alimentos de primera necesidad han experimentado una subida constante, con un incremento del 21% en la cesta de la compra entre 2023 y 2024. Productos básicos como el aceite de oliva han subido hasta un 70%. Según la OCU, esta es la mayor subida en 34 años, afectado también a productos como lácteos, pastas, pollo y arroz. Basta con pasearse por el mercado para notar que los precios de frutas y verduras están fuera del alcance de muchas familias. Según el estudio ALADINO, solo el 45,3% de los pequeños en situaciones económicas desfavorables consumen una fruta diariamente, y el consumo de verduras cae a la mitad, con apenas un 23,8% ingiriéndolas a diario. Las niñas y niños deben consumir al menos dos raciones de verduras y frutas al día, algo que parece inalcanzable para muchas familias menos afortunadas.

Otro punto preocupante que resalta el estudio es el desayuno. En las familias con menos recursos, muchos escolares solo toman una bebida antes de ir al colegio.

Según un estudio publicado por Cruz Roja en junio de 2024, en colaboración con la Universidad Carlos III, tan solo el 32% de las familias preparan comidas con alimentos frescos al diario, y un 80,5% prioriza alimentos menos nutritivos, pero más baratos.

La elección de alimentos de menor calidad nutricional no se debe tanto al desconocimiento, sino a la necesidad de estirar los recursos para alimentar a la familia durante más días. Lamentablemente, esta situación es cada vez más común. No es que las familias no deseen dar una alimentación más saludable a sus hijas e hijos, sino que, económicamente, no pueden permitírselo.

La inseguridad alimentaria afecta a 6 millones de personas (un 13,3% de la población), siendo las mujeres las más afectadas, ya que suelen privarse de alimentos en favor de sus familias. La FAO define la inseguridad alimentaria como la situación en la que una persona carece de acceso regular a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Esta puede deberse a la falta de recursos.

No es sorprendente, porque las y los trabajadores españoles ganamos seis euros menos por hora trabajada que la media europea, a pesar de la reciente aprobación de la subida del SMI (Salario Mínimo Interprofesional). El coste de la vivienda representa entre el 40% y el 60% del salario, dejando poco para otros gastos, que a menudo se destinan a pagar suministros. Lo que queda, si queda algo, es para vivir, o más bien, para sobrevivir.

Es evidente que las condiciones socioeconómicas son cruciales para asegurar una alimentación completa y un desarrollo adecuado en los más pequeños. Por desgracia, sigue siendo cierta la afirmación: “En la salud influye más el código postal que el código genético”.

Es imprescindible que las políticas públicas se enfoquen en promover hábitos alimentarios saludables, lejos del enfoque pesocentrista, y que se garantice el acceso a alimentos nutritivos a todas las familias, independientemente de su situación económica.

Combatir la inseguridad alimentaria para que deje de afectar a los más vulnerables, las niñas y niños, no solo es una cuestión de salud pública, sino de justicia social.

FUNTE: El País, Obesidad infantil e inseguridad alimentaria: una cuestión de justicia social | Nutrir con ciencia | EL PAÍS (elpais.com)

«El IPC de los alimentos cae con fuerza en julio pero el aceite sigue un 38% más caro que hace un año pese a la supresión del IVA»

«El INE confirma que la tasa de inflación general se redujo en julio hasta el 2,8% y la de los alimentos, al 3,1%»

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar los primeros datos que permiten medir el impacto de una de las medidas estrella aprobadas por el Gobierno para contener la inflación de los alimentos: la eliminación del IVA del aceite. Y la conclusión es clara: aunque la rebaja impositiva ha logrado aliviar parte de la tensión en los precios, ha resultado insuficiente, ya que el aceite de oliva todavía es un 38,3% más caro que hace un año.

El INE ha confirmado este martes que el IPC recortó su tasa interanual el pasado mes de julio hasta el 2,8% y que la inflación de los alimentos bajó 1,1 puntos, hasta el 3,1%, el nivel más bajo desde octubre de 2021. Buenas noticias para el bolsillo que, sin embargo, no se dejan sentir en el precio de uno de los productos básicos de la dieta mediterránea, como es el aceite de oliva, ya que aunque la tasa baja con fuerza desde el 53,7% de junio, el precio del litro en el lineal supermercado sigue disparado más de un 38% respecto al año pasado y la inflación se acumula mes a mes.

Cabe recordar que en enero de 2023 entró en vigor la reducción del IVA del 10% al 5% para el aceite, sin embargo, el precio del litro en el súper llegó a escalar hasta el entorno de los 10 euros. El sector venía reclamando al Ejecutivo que dejase el IVA de este producto en el 0% para ayudar a contener el alza de los precios en origen por las malas cosechas encadenadas, pero no fue hasta este mes de julio cuando el Gobierno accedió a dejar el aceite sin impuestos.

Aunque las principales cadenas de distribución (Mercadona, Carrefour, Dia, Alcampo o El Corte Inglés) ajustaron los precios el mes pasado y dejaron el litro en el lineal por debajo de los nueve euros, todavía se resisten a aplicar una bajada más contundente que suponga un alivio real para las familias. En consecuencia, y tras la denuncia de la asociación de consumidores Facua, el Ministerio de Consumo ha abierto una investigación para comprobar que los supermercados están aplicando correctamente la rebaja del IVA y le ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que vigile «posibles distorsiones en el mercado».

La inflación de los alimentos arrancó el año en el 7,4%, bajó hasta el 5,3% en febrero y recortó otro punto su tasa interanual en marzo. En abril volvió a subir hasta el 4,7% y desde entonces se ha reducido al 4,4% en mayo, al 4,2% en junio y al 3,1% en julio. Por su parte, el aceite de oliva, que es el alimento que más se ha encarecido, con diferencia, en esta crisis de precios, llegó a soportar un IPC del 70% a principios de año y ha ido rebajando la tasa anual hasta el 38% de julio, todavía más de diez veces por encima de la tasa de inflación alimentaria general.

Con todo, desde el Ministerio de Economía destacan que «durante el mes de julio ha seguido constatándose la progresiva bajada de la inflación de los alimentos, que, gracias a las medidas de apoyo adoptadas, está permitiendo reducir su diferencial con la general». A su juicio, «los datos de inflación siguen reflejando la capacidad de la economía española de compatibilizar uno de los mayores crecimientos económicos entre los principales países de la zona euro, como ponen de manifiesto los datos de crecimiento del PIB del segundo trimestre, con la moderación de los precios». «Estos factores, junto con la positiva evolución de la economía, están permitiendo mejorar la capacidad de compra de los ciudadanos y la renta real de los hogares», concluyen desde el departamento que dirige Carlos Cuerpo.

En detalle, el INE señala que los grupos que más influyeron en el descenso de la inflación en julio fueron la vivienda, que situó su variación anual en el 3,2%, 1,9 puntos por debajo de la del mes pasado, gracias, sobre todo, a la caída de los precios de la electricidad, mayor que en el mismo mes de 2023; los alimentos y bebidas no alcohólicas, debido, principalmente, a la bajada de los precios de la fruta y de los aceites y grasas, frente a la subida en julio del año anterior; y el ocio y la cultura, cuya tasa anual descendió 1,4 puntos, hasta el 1,6%, debido a que las subidas de los precios de los paquetes turísticos fueron menores que en julio de 2023.

Por su parte, la tasa de variación anual de la inflación subyacente, que elimina del índice general los alimentos no elaborados y los productos energéticos, bajó dos décimas respecto junio, y se situó en el 2,8%, nivel idéntico a la tasa del IPC general. Así, tras el descenso del IPC interanual en el séptimo mes del año, la inflación encadena dos meses consecutivos de descensos después de las subidas experimentadas en marzo, abril y mayo y la subyacente registra su menor tasa desde enero de 2022.

https://www.elmundo.es/economia/2024/08/13/66bb0590e4d4d870328b4589.html