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La gastronomía como herramienta de transformación
La gastronomía se revela como una fuerza transformadora en Colombia, impulsando el cambio social y económico, y mostrando el poder de la cocina más allá de la alimentación.
Más allá de ser un reflejo de la cultura y tradiciones de un país, la gastronomía ha demostrado ser una herramienta poderosa de cambio social y económico. Al frente de esta lucha, organizaciones como la Fundación Corazón Verde, a través de un enfoque que combina la cultura culinaria con el apoyo social, ha demostrado cómo la cocina puede trascender para convertirse en un poderoso instrumento para el desarrollo económico, la inclusión social y la promoción de la identidad nacional.
Hablamos con Paula Villada Vélez, directora ejecutiva de la Fundación Corazón Verde, sobre el papel transformador de la gastronomía en la sociedad colombiana y su rol en la construcción de país.
Un pilar de la cultura colombiana
La gastronomía ha sido reconocida como una ciencia que permite explorar las dinámicas culturales de una sociedad. Este enfoque no solo valora la cocina como el arte de preparar alimentos, sino como una herramienta para comprender la identidad cultural, histórica y social de un pueblo. Su integración con disciplinas como la agricultura, el turismo y la historia subraya su papel como un reflejo de la sociedad y un medio para preservar la cultura y promover el desarrollo sostenible.
Sin duda, la cocina se ha convertido en un activo estratégico para promover la diversidad cultural, algo en lo que Colombia lleva una ventaja enorme gracias a su riqueza natural. Este es un país de contrastes geográficos, con seis regiones que albergan una asombrosa variedad de microclimas.
Esta diversidad se traduce directamente en una abundancia de ingredientes únicos, que van desde frutas tropicales hasta tubérculos andinos, pasando por una amplia variedad de pescados y carnes. Sin duda, la cocina colombiana se nutre de esta despensa natural para crear platos que reflejan la riqueza del territorio.
Gracias a esto, en los últimos años se ha vivido una revolución que ha despertado el interés internacional, pero aún más importante, el interés de los colombianos por conocer esa riqueza de la que tanto se habla. Es ahí donde instituciones como la Fundación Corazón Verde, a través de eventos como Alimentarte y el Restarurant Tour, se han convertido en aliados y promotores de esta diversidad cultural y riqueza natural que tanto sorprende a locales y extranjeros.
La cocina como motor social
Según Paula, la estrategia de la Fundación Corazón Verde entiende la gastronomía como una expresión cultural que merece ser preservada y promovida. “Al destacar los ingredientes autóctonos, platos típicos y nuevas creaciones culinarias, los eventos de la fundación sirven como un escaparate para mostrar la riqueza cultural colombiana” comenta.
Esta celebración de la cocina nacional no solo fortalece la identidad cultural, sino que también educa al público sobre la diversidad gastronómica del país, promoviendo un sentido de orgullo y pertenencia. No es un secreto que muchas veces los más conocedores son extranjeros, por lo que desarrollar ese amor por lo propio se ha convertido en un objetivo inaplazable.
Por otro lado, desde su rol transformador, la gastronomía se ha convertido en un medio para contribuir con la sociedad y trabajar por esos dolores que tanto aquejan al país. De ahí que la Fundación se haya comprometido con las familias de la Policía Nacional de Colombia que han sufrido pérdidas irreparables.
A través de su enfoque integral, la institución se esfuerza no solo por proporcionar apoyo financiero mediante becas educativas, sino también por ofrecer soporte emocional y reconocimiento al valor y sacrificio de los miembros de la policía y sus familiares. Este modelo de asistencia refleja una profunda comprensión de las complejas necesidades que enfrentan las familias afectadas y destaca la importancia de abordar tanto el bienestar económico como el emocional.
Fuente: https://www.revistalabarra.com/es/noticias/la-gastronomia-como-herramienta-de-transformacion
Japón, el único país desarrollado que tiene una elevada tasa de mujeres con peso demasiado bajo
Cuando era adolescente, Sarah Mizugochi, que mide 1,64 m, tenía un peso bajo.
«Pensaba en comida todo el tiempo y siempre tenía hambre. Comía pastel solo una vez al año, en mi cumpleaños, y eso duró de tres a cuatro años. No era nada feliz».
Casos como el de Sarah, que ahora tiene 29 años, son tan comunes en Japón que la prevalencia del bajo peso entre las mujeres jóvenes se ha convertido en un grave problema de salud.
Una encuesta realizada por el Ministerio de Salud japonés en 2019 encontró que el 20,7% de las mujeres de entre 20 y 29 años tenían clínicamente bajo peso, que se define como tener un IMC (índice de masa corporal) inferior a 18,5. El IMC de Sarah estaba por debajo del rango de peso saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas busquen que su IMC esté entre 18,5 y 25.
Japón es el único país de altos ingresos del mundo con esa prevalencia de mujeres con bajo peso. Niveles similares solo se encuentran en los países más pobres, como Timor Oriental, Burundi, Eritrea y Níger, según un estudio de 2024 sobre tendencias mundiales de bajo peso y obesidad publicado en la revista médica Lancet.
En 1990 las mujeres japonesas tenían menos problemas de bajo peso que actualmente y el país no era un caso atípico en las tablas internacionales. Lo es ahora.
Varios estudios y encuestas nacionales han revelado una tendencia creciente hacia la delgadez entre las mujeres jóvenes.
Hace unos años, el término «peso de Cenicienta» circulaba entre las mujeres jóvenes de Japón. El término se refiere a un IMC justo por debajo del peso saludable, que se clasifica oficialmente como bajo peso en la escala de IMC, pero que muchas mujeres quieren alcanzar.
Sin embargo, el peso de Cenicienta (en kilogramos), que se calcula elevando al cuadrado la altura de una persona en metros y luego multiplicando ese número por 18, desató un debate en internet. Algunas personas se pronunciaron en contra de lo que consideran un objetivo poco realista y poco saludable.
Transporte de alimentos y FMCG por carretera
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Conde Fernández Hermanos
17 de mayo, 2023
Las empresas del sector deben contar con una flota renovada y moderna para realizar un transporte de alimentos por carretera fiable y seguro
TagsCalidad / Conde Fernández Hermanos / FMCG / Logística / Transitario / TRANSPORTE
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La industria de la alimentación y bebidas, y más concretamente la de bienes de consumo de rápido movimiento (FMCG), desempeña un papel esencial en la economía española. El sector, que está compuesto por más de 30.000 empresas repartidas por todo el territorio nacional, cerró 2022 con una producción de 144.955 millones de euros, alcanzando un aumento del 1,5% con respecto a 2021 y reafirmándose como el primer sector industrial de España, según el último informe económico presentado por el Ministerio de Agricultura y la Federación española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Además, supuso el 20% de la industria manufacturera y contribuyó con un 3% al Producto Interior Bruto (PIB) del país. En términos de empleo, la industria generó 454.800 puestos de trabajo directos.
Para satisfacer las necesidades continuas de la población española, la cadena de valor alimentaria se extiende desde los productores agrícolas hasta los consumidores, e incluye la producción, el proceso de envasado, el almacenamiento, el transporte y la venta al por menor de productos alimenticios y bebidas. El transporte y la logística juegan un papel importante para garantizar el éxito de la industria de la alimentación y bebidas, ya que mantienen un flujo constante desde los almacenes hasta los restaurantes, supermercados, tiendas de alimentación, hospitales, etc. Por este motivo, las empresas del sector deben contar con una flota renovada y moderna para realizar un transporte de alimentos por carretera fiable y seguro y garantizar la integridad de los productos.
Transporte y logística de alimentos y bebidas, una operativa para manos expertas
Aunque la calidad de los alimentos depende del productor, el transporte y la logística de alimentos y bebidas desempeña un papel igualmente importante en la conservación de esa calidad. El transporte de mercancías por carretera implica mucho más de lo que uno se imagina a primera vista. Abarca desde carnes, frutas y verduras de todo tipo hasta diversos ingredientes alimentarios. De esta forma, cada producto de alimentación o bebida requiere unas condiciones de transporte y unos servicios logísticos distintos. Al fin y al cabo, no es lo mismo transportar frutas y verduras que productos congelados o mercancía seca. Por este motivo, el transporte y la logística de alimentos y bebidas debe estar en manos de operadores expertos para garantizar que la mercancía llegue en óptimas condiciones a su lugar de destino.
Buenas prácticas para el transporte de productos alimenticios
Las empresas del sector alimentario deben adoptar medidas básicas de higiene y seguridad alimentaria durante el transporte para evitar la contaminación de los alimentos y que lleguen a su lugar de destino en condiciones óptimas para el consumo. Estas medidas dependerán del tipo de alimento, ya sean productos congelados, mercancía seca o incluso latas y botellas de bebida. A continuación, presentamos las mejores prácticas a la hora de transportar alimentos:
Requisitos del personal de transporte
Las empresas alimentarias deben encargarse de la formación de los empleados asignados al transporte de alimentos, a fin de que estén preparados para comprobar las condiciones de los vehículos y de los productos que transporten. Todo ello para garantizar unas condiciones adecuadas.
Operaciones de carga y descarga
El transporte de alimentos refrigerados es uno de los transportes más complejos. El personal encargado del transporte de alimentos tiene que garantizar la temperatura requerida de los productos desde que salen del almacén hasta que se entregan, y debe realizar las operaciones de carga y descarga con la mayor celeridad posible para que los alimentos no estén expuestos a la temperatura ambiente durante demasiado tiempo, evitando así que se rompa la cadena de frío.
Limpieza, higiene e inspecciones
Los vehículos y sus compartimentos tienen que estar siempre limpios y en condiciones adecuadas de limpieza para evitar el riesgo de contaminación de los alimentos transportados. La limpieza y desinfección del receptáculo debe realizarse antes de cada carga, utilizando productos aptos para uso alimentario y agua potable. De igual forma, cuando los vehículos transporten alimentos de diferente naturaleza, debe existir una separación efectiva entre los productos. Además, los vehículos destinados al transporte de alimentos deben pasar obligatoria y periódicamente una serie de inspecciones para certificar que su estado es el adecuado para garantiza las condiciones óptimas para un transporte seguro de los productos.
Trazabilidad y monitorización de la carga
La trazabilidad juega un papel clave en el transporte de alimentos, ya que permite rastrear el largo y complejo recorrido que sigue cada alimento. Esto es fundamental para garantizar la seguridad de los alimentos y la salud de las personas. Por este motivo, las empresas alimentarias deben poner en práctica sistemas y procedimientos que permitan monitorizar la carga y obtener datos precisos en tiempo real.
Registro sanitario de las empresas del sector alimentario
El Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos (RGSEAA) es una base de datos de carácter informativo que tiene como objetivo la protección de la salud pública y de los intereses de los consumidores, a través de la información actualizada de las empresas que comercializan productos alimentarios en España. Es un registro en el que deben inscribirse todas las empresas que operan con productos alimenticios, tal y como señala el Real Decreto 191/2011, de 18 de febrero, sobre Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos.
Conde Fernández Hermanos, tu transitario para el transporte y la logística de alimentos y bebidas
Los camiones de Conde Fernández Hermanos llevan más de 50 años circulando por las carreteras y transportando mercancías desde su sede central en Sada (A Coruña). Fundada en el año 1965, la empresa familiar gallega desarrolla su actividad en el sector del transporte de mercancías por carretera, abarcando rutas nacionales e internacionales y aportando a sus clientes soluciones logísticas de almacenaje y distribución, gracias a su moderna flota de camiones y a la amplia superficie de almacenaje de sus instalaciones. Desde entonces, la compañía ha crecido de forma sostenida, registrando un incremento continuo en sus resultados empresariales, facturación, números de empleados y flota. De hecho, se ha convertido en una de las principales empresas de transporte en A Coruña y en un referente en su sector.
En Conde Fernández Hermanos adaptan cada proceso a las características que demandan los distintos productos alimenticios, asegurando siempre los más altos estándares de seguridad y calidad. La filosofía de la empresa gallega se basa en crear valor, gracias a que optimiza las operaciones en el transporte de productos con necesidades especiales y, además, reduce posibles riesgos. Gracias a su equipo de profesionales de primer nivel y su amplia experiencia en el sector, la compañía está preparada para ofrecer a la industria soluciones de transporte y logística adaptadas a las necesidades de la cadena alimentaria, brindando servicios a medida para apoyar a las empresas en sus procesos logísticos de importación y exportación.
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Religión y comida: costumbres que alimentan
Religión y comida: costumbres que alimentan
Las tradiciones religiosas relacionadas con la comida se traducen en qué alimentos se pueden o no comer y cuándo; cómo se deben preparar; y si hay o no periodos de ayuno. Son unos criterios más o menos flexibles dependiendo de la zona geográfica en la que se viva o del grupo étnico, social o cultural al que se pertenezca
Durante el Ramadán se rompe el ayuno por la noche/EFE/EPA/Narendra Shrestha
- 6 de marzo, 2019
- MADRID/EFE/ÁNGELA ARRIZABALAGA/HENAR FERNÁNDEZ
Laura González, nutricionista y responsable de salud de Nestlé, conversa con Henar Fernández en “El Bisturí” y relaciona la religión con la alimentación en el Abecedario de la Nutrición.
Cristianismo
En el catolicismo no hay alimentos prohibidos, pero existe un principio general: comer en exceso está considerado un pecado capital que se llama gula. No contempla ningún periodo de ayuno pero predica la abstinencia de comer carne en Cuaresma. Esta práctica ahora se ha limitado a los viernes de Cuaresma.
En el domingo de Resurrección es típico comer cordero, símbolo de pureza; y huevos, símbolo de resurrección.
Islam
Promueve el ayuno durante el Ramadán, que se asocia a un periodo de penitencia, disciplina personal, purificación e identidad colectiva. En este tiempo, no se puede comer ni beber mientras sea de día.
Se rompe el ayuno con agua y dátiles, antesala de la sopa típica a base de legumbres y cereales. De este ayuno se exime a las personas enfermas, niños y ancianos. Prohíbe la sangre de los animales, también las bebidas alcohólicas y las carnes de cerdo, aves rapaces, jabalí y reptiles.
Judaísmo
Las limitaciones alimentarias del judaísmo tienen similitud con las del islam, con algunas particularidades. El dogma alimentario clave es que los animales que se consumen deben ser puros y preparados según el rito: tiene que haber un matarife especializado y se hace en presencia de un rabino. El desangrado del animal se hace por completo y se asegura que sea total gracias al lavado y secado de la carne.
Se prohíbe la carne de animales de cuatro patas que no sean rumiantes y con pezuña partida.
Budismo
Los budistas se abstienen de comer carne o causar daño a los animales porque su consumo dificulta su camino al nirvana o el estado de comunión con el universo. Ellos creen en la reencarnación. Se practica el vegetarianismo, donde soja, arroz, frutas y hortalizas son los alimentos principales.
Aunque su alimentación es predominantemente vegetariana, el pescado no está prohibido totalmente. Hay algunos días de ayuno o abstinencia a lo largo del año.
Hinduismo
Hay algunas similitudes con el budismo, pero también algunas diferencias. Así como en el budismo el dogma alimentario orienta hacia el vegetarianismo, consumen pescados y lácteos. En el hinduismo no se promueve el consumo de carne ya que va en contra del principio de no hacer daño a los animales y porque creen en la reencarnación.
La vaca es un animal sagrado, posiblemente por los servicios que presta en la agricultura, es decir, la producción de leche, la fertilidad de las tierras, y combustible en los hogares. No se consume sangre ni huevos porque son el origen de la vida.
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Rico-de la Rosa L, et al. Rev. Nutr. Clin. Metab. 2022;5(1):51-60.
El rol de la nutrición en la salud mental y los trastornos psiquiátricos: una perspectiva traslacional
The role of nutrition in mental health and psychiatric disorders:
A translational perspective
O papel da nutrição na saúde mental e nos transtornos psiquiátricos:
uma perspectiva translacional
Lucero Rico-de la Rosa1, Enrique Cervantes-Pérez2,3*, Miguel Robledo-Valdez1, Gabino Cervantes-Guevara3,4, Guillermo A. Cervantes-Cardona5, Sol Ramírez-Ochoa2, Alejandro González-Ojeda6, Clotilde Fuentes-Orozco6, Gabino Cervantes-Pérez2, Lorena A. Cervantes-Pérez7, Andrea Pérez de Acha Chávez8.
Recibido: 24 de abril de 2021. Aceptado para publicación: 12 de febrero de 2022.
Primero en línea: 12 de febrero de 2022.
1 Departamento de Nutriología Clínica. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Ciudad de México, México.
2 Departamento de Medicina Interna, Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”; Guadalajara, Jalisco, México.
3 Departamento de Bienestar y Desarrollo Sustentable, Centro Universitario del Norte, Universidad de Guadalajara; Colotlán, Jalisco, México.
4 Departamento de Gastroenterología, Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”; Guadalajara, Jalisco, México.
5 Departamento de Disciplinas Filosófico, Metodológicas e Instrumentales, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara; Guadalajara, Jalisco, México.
6 Unidad de Investigación Biomédica 02, UMAE, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional de Occidente, IMSS; Guadalajara, Jalisco, México.
7 Unidad de Trasplante de Médula Ósea, Instituto Nacional de Cancerología; Ciudad de México, México.
8 Departamento de Geriatría. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Ciudad de México, México.
*Correspondencia: Enrique Cervantes Pérez.
enrique.cervantes@academico.udg.mx
Resumen
Las enfermedades mentales y los trastornos neurológicos se encuentran entre las principales causas de discapacidad a nivel mundial. En los últimos años, múltiples estudios epidemiológicos han investigado la relación existente entre los patrones dietéticos y el estado mental, con énfasis en la influencia de factores genéticos y ambientales en el desarrollo de dichos trastornos. Asimismo, se ha reconocido que el desarrollo neuronal está ciertamente influenciado por factores nutricionales, dependientes de una ingesta adecuada de nutrientes esenciales, vitaminas y minerales, y la vitamina D, el complejo B, los ácidos grasos omega 3, el yodo, el hierro, los prebióticos y los probióticos son nutrientes indispensables tanto en la estructura como en el desarrollo cerebral, cuyas alteraciones pueden comprometer negativamente la salud mental. Por una parte, se ha postulado gran variedad de vías patológicas implicadas en el desarrollo de dichos trastornos; entre ellas se destaca la inflamación crónica de bajo grado, la cual se ve influenciada por ciertos estresores psicosociales que, en conjunto, estimulan la red de citocinas proinflamatorias, lo que resulta en cambios neuroconductuales. Por otra parte, la microbiota intestinal (MI) desempeña un papel importante en múltiples vías neurobiológicas debido a su rol en la modulación del factor neurotrófico derivado del cerebro, así como en el metabolismo del triptófano, y su desregulación es un factor importante en el comportamiento del individuo.
Palabras clave: trastornos psiquiátricos, microbiota intestinal, probióticos, salud mental, nutrición, vitaminas.
Summary
Mental as well as neurological disorders are among the leading causes of disability worldwide. In recent years, multiple epidemiological studies have investigated the relationship between dietary patterns and mental status, emphasizing the influence of genetic and environmental factors on the development of such disorders. It has also been recognized that neuronal development is certainly influenced by nutritional factors dependent on an adequate intake of essential nutrients, vitamins and minerals. Vitamin D, B complex, omega 3 fatty acids, iodine, iron, prebiotics and probiotics are considered essential nutrients for brain structure and development, whose alteration can negatively compromise mental health. A wide variety of pathological pathways involved in the development of these disorders have been postulated. Low-grade chronic inflammation, influenced by certain psychosocial stressors, stimulates the network of proinflammatory cytokines, resulting in neurobehavioral changes. On the other hand, the gut microbiota (GM) plays an important role in multiple neurobiological pathways, due to its involvement in the modulation of the brain-derived neurotrophic factor, as well as in the metabolism of tryptophan. Gut microbiota deregulation is an important factor in individual behavior.
Keywords: Psychiatric disorders; Gut microbiota; Probiotics; Mental health; Nutrition; Vitamins.
Resumo
Doenças mentais e distúrbios neurológicos estão entre as principais causas de incapacidade em todo o mundo. Nos últimos anos, vários estudos epidemiológicos têm investigado a relação entre padrões alimentares e estado mental, enfatizando a influência de fatores genéticos e ambientais no desenvolvimento desses transtornos. Da mesma forma, tem sido reconhecido que o desenvolvimento neuronal é certamente influenciado por fatores nutricionais, dependentes de uma ingestão adequada de nutrientes essenciais, vitaminas e minerais, sendo a vitamina D, o complexo B, os ácidos graxos ômega 3, o iodo, o ferro, os prebióticos e probióticos, nutrientes essenciais tanto na estrutura quanto no desenvolvimento cerebral, cujas alterações podem comprometer negativamente a saúde mental. Tem sido postulada uma ampla variedade de vias patológicas implicadas no desenvolvimento desses transtornos; entre elas, destaca-se a inflamação crônica de baixo grau, que tem sido influenciada por determinados estressores psicossociais que, juntos, estimulam a rede de citocinas pró-inflamatórias, resultando em alterações neurocomportamentais. Por outro lado, a microbiota intestinal (MI) desempenha um papel importante em múltiplas vias neurobiológicas, devido ao seu papel na modulação do fator neurotrófico derivado do cérebro, bem como no metabolismo do triptofano, sendo sua desregulação um fator importante no comportamento do indivíduo.
Palavras-chave: transtornos psiquiátricos; microbiota intestinal; probióticos; saúde mental; nutrição; vitaminas.
Introducción
Las enfermedades mentales y los trastornos neurológicos se encuentran entre las principales causas de discapacidad a nivel mundial y representan el 18,9 % y 5,6 % de los años vividos con una discapacidad, respectivamente(1). El trastorno depresivo mayor (TDM), el trastorno bipolar (TBP), la esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se han reconocido como los trastornos mentales más comunes(2). En los últimos años, múltiples estudios epidemiológicos han investigado la relación entre los patrones dietéticos y el estado mental(3), puntualizando la influencia de los factores genéticos y ambientales, incluidos el estrés, la dieta y la inactividad física, en el desarrollo de dichos trastornos(4). Aunado a esto, se ha propuesto que un mal estado nutricional durante el período perinatal emerge como un determinante negativo en los resultados ulteriores de la salud mental en los niños, y la desregulación emocional y conductual son condiciones asociadas durante la infancia(5,6).
Algunos estudios sugieren que los procesos biológicos potenciales involucrados en la relación dieta/salud mental incluyen fenómenos como la inflamación, el estrés oxidativo y la neuroplasticidad, entre los cuales se destaca el microbioma intestinal (MI)(6).
El cerebro humano opera a una tasa metabólica muy elevada, lo que representa el 20 % de las demandas energéticas a nivel corporal. Esto recae en la utilización de una proporción sustancial de la ingesta total de energía y nutrientes de un individuo(7,8). Dada la importancia del papel que supone la dieta en la modulación de los procesos inflamatorios, así como en la composición, estructura y función cerebral, se ha observado que el alto consumo de alimentos densos en energía y deficientes en nutrientes puede contribuir a una mayor inflamación en aquellos pacientes con enfermedades mentales graves, incluidas el TDM, TBP y la esquizofrenia(9-11). El objetivo de la presente revisión es sintetizar la evidencia sobre el rol de la nutrición en los trastornos psiquiátricos, con especial énfasis en la interacción de distintos nutrientes sobre el MI y su participación en la salud mental desde la perspectiva traslacional.
Metodología
Diseño
Revisión narrativa.
Fuentes de datos
Medline, Scopus, PubMed.
Términos de búsqueda
«Psychiatric disorders», «Gut microbiota», «Probiotics», «Mental health», «Nutrition», «Vitamins».
Selección de estudios y extracción de datos
Los artículos se eligieron en función de su relevancia con respecto a los mecanismos relacionados con la nutrición en pacientes con trastornos psiquiátricos, salud mental y el papel de los nutrientes en el MI publicados entre 2008 y 2020. Se revisaron las listas de referencias para identificar artículos relevantes adicionales.
Desarrollo
Factores nutricionales implicados en la función cerebral
Diversos autores definen lo que comúnmente se denomina mente como el conjunto de operaciones llevadas a cabo por el cerebro, de tal modo que los trastornos del comportamiento representan el resultado de múltiples alteraciones en la función cerebral(12). Se ha reconocido que tanto el desarrollo neuronal como los mecanismos de reparación (factores neurotróficos) a lo largo de la vida están ciertamente influenciados por factores nutricionales dependientes de la ingesta adecuada de nutrientes esenciales, vitaminas y minerales(8). Esto se explica puesto que el cerebro extrae aproximadamente el 20 % de la glucosa de la sangre arterial para el adecuado suministro de energía(12).
Adicionalmente, se sabe que el 20 % de la grasa en nuestro cerebro está constituida por ácidos grasos esenciales, entre los cuales destacan los ácidos grasos omega 3 y omega 6, que derivan de la dieta y cumplen una función esencial en la formación de las membranas neuronales y gliales(12,13). Adicionalmente, se ha reportado que las terminaciones nerviosas contienen la mayor cantidad de vitamina C en el cuerpo(13).
Tanto la estructura como la función que desempeña el cerebro, incluida la comunicación inter- e intracelular, dependen específicamente de ciertos aminoácidos, grasas, vitaminas, minerales y oligoelementos(8). No obstante, a pesar de que todos los nutrientes son indispensables para el crecimiento óptimo de dicho órgano, las proteínas, el hierro, la colina, el ácido fólico, el yodo, las vitaminas A, D, B6, B12 y los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga se distinguen por contribuir al buen desarrollo neurológico(10).
Procesos biológicos que median la relación dieta-salud mental
La inflamación crónica de bajo grado, caracterizada por el aumento en las citocinas proinflamatorias y proteínas de fase aguda, se han implicado en el desarrollo de novo de depresión, esquizofrenia y TBP(6). De manera íntegra se ha sugerido que diferentes tipos de estresores psicosociales pueden estimular la red de citocinas proinflamatorias, lo que induce a un incremento de interleucina 6 (IL-6) y del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), al igual que niveles reducidos de compuestos antiinflamatorios endógenos, lo que resulta en cambios neuroconductuales(14). Por su parte, la presencia de factores ambientales, que incluyen el tabaquismo, la obesidad y, en particular, una dieta deficiente en nutrientes, se traduce en la utilización de citocinas y vías de señalización relacionadas, y estas son capaces de aumentar los marcadores inflamatorios, como la proteína C-reactiva (PCR), que en cantidades elevadas se sugiere que puede incrementar la permeabilidad paracelular de la barrera hematoencefálica, lo que se vincula con un riesgo alto de un primer episodio de depresión, esquizofrenia y TBP(15,16).
El estrés oxidativo parece ser relevante para las enfermedades mentales(6). Dado que los antioxidantes, como la coenzima Q10, el zinc y el glutatión, poseen efectos antiinflamatorios, los niveles reducidos de estos incrementan la carga inflamatoria y el estrés oxidativo, lo cual, en conjunto, afecta las defensas antioxidantes, con una disminución observada en los niveles de vitamina E y zinc asociados con la depresión(17). Un metaanálisis reciente reportó una reducción de la capacidad antioxidante total durante episodios agudos de depresión (p < 0,05); asimismo, se observó un descenso en los niveles de zinc en estos pacientes en comparación con el grupo control(18).
Por su parte, la MI desempeña un papel importante en múltiples vías neurobiológicas relacionadas con la enfermedad mental, incluida la modulación del factor neurotrófico derivado del cerebro, el cual se considera esencial para la plasticidad neuronal. Se ha visto que factores dietéticos pueden llegar a alterarlo(6,19). Así pues, parece plausible que la MI puede reclutar, de manera directa o indirecta, el metabolismo del triptófano, cuya desregulación se ha implicado en la patogénesis de la esquizofrenia, lo que contribuye, de esta manera, en la modulación del comportamiento del individuo(20,21).
El eje cerebro-intestino implica una vía de señalización bioquímica entre el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal. Cuando este último se ve comprometido, aumenta la permeabilidad intestinal, lo que conduce a la activación de la respuesta inmune innata. Esto resulta en niveles crónicamente elevados de mediadores inflamatorios, lo cual activa el eje hipotálamo-pituitario-adrenal, aumenta la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y disminuye el nivel de serotonina, de tal forma que promueve el desarrollo de un amplio espectro de enfermedades psiquiátricas, incluida la depresión(22,23). Anteriormente, se describió que múltiples neurotransmisores sintetizados por la MI, como la serotonina, la dopamina y la acetilcolina, pueden atravesar la mucosa intestinal para mediar diversos eventos fisiológicos en el cerebro(24). En la Figura 1 se muestra la relación bidireccional entre la MI y el eje intestino-cerebro, así como su influencia en el comportamiento del individuo.
Figura 1. Comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y los componentes del eje intestino-cerebro, que influyen en la homeostasis y en el riesgo de enfermedad. SNA: sistema nervioso autónomo; SNC: sistema nervioso central; SNE: sistema nervioso entérico.
Rol de los nutrimentos en la salud mental
Vitamina D
Además del papel que desempeña en la homeostasis mineral, la vitamina D se involucra en numerosos procesos cerebrales que incluyen la neuroinmunomodulación, la regulación de factores neurotróficos, la neuroprotección, la neuroplasticidad y el desarrollo cerebral; no obstante, se ha considerado como un neuroesteroide implicado tanto en la apoptosis, como en la expresión de diversos genes(12,25).
Los receptores de vitamina D están presentes en las neuronas, y la glía de múltiples áreas del cerebro, incluidas la corteza y el hipocampo, se implica de manera directa en la fisiopatología de la depresión(25). Un estudio de cohorte, realizado por Hoogendijk y colaboradores(26) en 2008, encontró que los niveles de 25-hidroxivitamina D fueron más bajos en adultos mayores con depresión leve y trastorno depresivo mayor, en comparación con los niveles de individuos control (p < 0,001). En otro metaanálisis por Anglin y colaboradores, en 2013, se mostró que bajas concentraciones de vitamina D se asociaban con la depresión(25). Aunado a esto se han identificado elementos sensibles a dicha vitamina en las regiones promotoras de los receptores de la serotonina y la triptófano hidroxilasa, dos genes asociados con dicha condición(27).
Dado que uno de los hallazgos más sólidos en la epidemiología de la esquizofrenia ha sido la tendencia de estas personas a nacer en invierno, la idea de que una baja concentración de vitamina D prenatal podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de dicha entidad en adultos se propuso por primera vez en 1999(27,28). Un estudio de casos y controles en 2010, realizado por McGrath y colaboradores, concluyó que tanto las concentraciones bajas como elevadas de vitamina D neonatal se han vinculado con un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia(29).
Recientemente se han descrito algunos efectos neuroprotectores de la vitamina D, ya que esta inhibe la síntesis de óxido nítrico sintetasa, una enzima inducida en las neuronas y células no neuronales durante la isquemia o en condiciones neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer, Parkinson y esclerosis múltiple(27). Adicionalmente, se ha demostrado que dicha vitamina regula positivamente la expresión del factor neurotrófico de la línea celular glial, cuyo receptor está fuertemente vinculado con la enfermedad de Parkinson(27).
Complejo B
El folato, la vitamina B6 y B12 son partes fundamentales en el metabolismo de la homocisteína, y la deficiencia de dichos nutrientes es un factor que contribuye a generar un aumento en los niveles de homocisteína en la sangre, lo que repercute negativamente en la salud mental(4). Esto se explica debido a la inducción del estrés oxidativo, que resulta en una interrupción de la biosíntesis óptima de los neurotransmisores de la dopamina, así como en un daño del ácido desoxirribonucleico (ADN) neuronal, lo que afecta la función glial y sináptica, y finalmente conduce a un deterioro neurológico o depresión(30,31). Asimismo, un estado de hiperhomocisteinemia se ha vinculado con atrofia del hipocampo y lesiones de la sustancia blanca, considerándose como un factor de riesgo independiente para accidentes cerebrovasculares y deterioro cognitivo, incluida la enfermedad de Alzheimer confirmada patológicamente(32).
En nuestro cuerpo, la vitamina B12 y el ácido fólico convierten la homocisteína en un compuesto llamado S-adenosilmetionina (SAM), el cual se asocia con un aumento en la producción de dopamina, noradrenalina, serotonina y melatonina, conocido por sus propiedades antidepresivas(30). Así pues, una disminución en los niveles de dicho compuesto significa que existe una menor capacidad para crear neurotransmisores que mejoren el estado de ánimo, lo cual, en última instancia, conduce a depresión y deterioro cognitivo(30). En 2011, Levkovitz y colaboradores realizaron el primer ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en el que se demostró que un aumento de SAM por vía oral en pacientes con TDM tiende a mejorar los síntomas cognitivos relacionados con la memoria en pacientes deprimidos; no obstante, se requieren más estudios para replicar o refutar dichos hallazgos(33).
Existe evidencia que demuestra una clara relación entre el ácido fólico y la vitamina B12 con el desarrollo de esquizofrenia; sin embargo, no está claro si otras vitaminas del complejo B están involucradas en el proceso(34). En 2017, Cao y colaboradores evaluaron la asociación entre la esquizofrenia y 6 tipos de vitaminas del complejo B, que incluían la colina, la biotina, la riboflavina, la piridoxamina, la piridoxina y la nicotinamida en 128 casos de esquizofrenia y 101 controles. Se reportó que dicha entidad se asociaba con un nivel más bajo de piridoxina (p < 0,001), de la misma manera que con un nivel más alto de nicotinamida (p < 0,036); no obstante, las 4 vitaminas restantes no mostraron diferencia estadística en los casos frente a los controles(34).
Ácidos grasos omega 3
Aproximadamente entre el 36 % y el 60 % del tejido nervioso está compuesto por lípidos. En el cerebro, dichas sustancias suelen ser complejas e incluyen glicerofosfolípidos, esfingolípidos, gangliósidos y colesterol, cuya función es fungir como componentes estructurales de las membranas cerebrales. Los primeros contienen una proporción elevada de ácidos grasos poliinsaturados derivados de dos ácidos grasos esenciales: el ácido docosahexaenoico (DHA, omega 3) y el ácido araquidónico (omega 6)(4,35).
Estudios han reportado deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 en pacientes con una amplia gama de trastornos mentales, entre los cuales destacan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la depresión, el Alzheimer, la esquizofrenia y el trastorno del espectro autista(36,37). Aunado a esto, se ha sugerido que una ingesta alta de pescado se vincula con un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, incluso se ha visto que, en pacientes con deterioro cognitivo leve, esto puede retrasar la progresión de la enfermedad; sin embargo, no se ha observado mejoría ni una reducción en la disminución de las funciones cognitivas mediante la suplementación con omega 3 en pacientes con Alzheimer moderado(37).
Por otro lado, varios estudios sugieren que la depresión puede compartir características fisiopatológicas comunes con las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, entre los cuales se encuentran un incremento en la producción de citocinas proinflamatorias, disfunción endotelial y elevación en los niveles plasmáticos de la homocisteína(38). Las primeras interfieren en múltiples mecanismos que caracterizan la patogénesis de la depresión, lo que altera el metabolismo de la serotonina y reduce la plasticidad sináptica, así como la neurogénesis del hipocampo(38).
Dado que el efecto antiinflamatorio de la omega 3 se ha reconocido ampliamente, se propone que este influye de manera positiva en el estado depresivo(38). En un metaanálisis, por Sublette y colaboradores en 2011, se mostró que los suplementos con un contenido de ácido eicosapentaenoico (EPA) ≥ 60 % del total del EPA + DHA, en un rango de dosis de 200 a 2200 mg de EPA fueron efectivos contra la depresión primaria (p = 0,001); sin embargo, aquellos con un contenido menor del 60 % fueron ineficaces (p = 0,756), identificando al EPA como el componente eficaz de los ácidos grasos polinsaturados en el tratamiento de la depresión(39). A pesar de ello, aún se necesitan más estudios para determinar los mecanismos del beneficio terapéutico del EPA(39).
Adicionalmente, se ha visto que existe una correlación significativa entre la concentración total de ácidos grasos polinsaturados y la mielinización del tracto frontotemporal de materia blanca en pacientes con esquizofrenia de inicio reciente. Por tal motivo, este tipo de ácidos grasos se han considerado como un objetivo terapéutico importante en la esquizofrenia(40).
Yodo
El yodo es un micronutriente esencial incorporado a las hormonas tiroideas, cuya función es intervenir, de manera directa o indirecta, en múltiples procesos metabólicos y de desarrollo, incluidos la regulación térmica y metabólica, así como el desarrollo y la función del sistema nervioso central(41). Un estado inadecuado de dicho micronutriente altera la síntesis de hormonas tiroideas, lo que repercute negativamente en el desarrollo del cerebro durante el período fetal(42).
Se ha demostrado que los receptores de la hormona tiroidea se expresan profusamente tanto en las neuronas como en las células gliales (astrocitos y oligodendrocitos)(41). Un estudio reportó que particularmente los niveles más altos de yodo se encontraban en la corteza frontal, el núcleo caudado y el putamen, estructuras involucradas en la función cognitiva(43). Aunado a esto, estudios experimentales mostraron que la citoarquitectura de la corteza cerebral puede alterarse de manera irreversible en casos de deficiencia de yodo durante el desarrollo fetal, lo que causa patrones neuronales anormales, que se asocian con el deterioro cognitivo en niños(10). Mohammed y colaboradores encontraron que la ingesta de sal yodada en mujeres embarazadas mejoraba el desarrollo cognitivo infantil; sin embargo, no se encontraron diferencias generales en las puntuaciones del desarrollo motor y del lenguaje(44).
Adicionalmente, se ha sugerido que existe un mayor riesgo de desarrollar TDAH en niños cuyas madres presentan concentraciones séricas anormales de la hormona tiroidea durante el embarazo temprano, incluso se ha descrito dicho trastorno en casos de hipertiroidismo, deficiencia de yodo e hipotiroxinemia materna. Esta última, en casos graves, se ha vinculado con síntomas autistas(41).
Hierro
El hierro desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de múltiples funciones biológicas, que incluyen el transporte de oxígeno, la respiración mitocondrial y el crecimiento y la diferenciación celular; y es esencial para el desarrollo y la salud cerebral. Así pues, dicho micronutriente se caracteriza por tener un papel crucial en el mantenimiento de las altas demandas metabólicas y energéticas de los tejidos neuronales, y se involucra, de manera directa, en la síntesis de la mielina y los neurotransmisores(45,46).
La deficiencia de hierro puede dar lugar a una serie de resultados adversos para la salud, entre ellos, la anemia por deficiencia de dicho micronutriente, que genera síntomas como fatiga, palidez y mareo(47). Es la deficiencia nutricional más común en el mundo y una de las cuatro causas principales de pérdida del potencial en el desarrollo de niños en países de ingresos bajos y medianos(48). Asimismo, se documenta que dicha deficiencia en el período posnatal o fetal temprano incrementa el riesgo de autismo, esquizofrenia, depresión, ansiedad y peor función ejecutiva en la edad adulta(48).
Estudios no humanos han demostrado la importancia del papel que desempeña el hierro en múltiples mecanismos neuronales y fisiológicos, como las funciones dopaminérgicas normales, la formación de hemoglobina, la mielinización, el estrés neurooxidativo y otros efectos neurológicos. Los estudios en humanos han demostrado que los niveles más altos de hierro corporal se vinculan con la función dopaminérgica. Sin embargo, en adultos mayores, un mayor nivel de ferritina se asoció longitudinalmente con el riesgo de enfermedad de Alzheimer y la disminución del volumen del hipocampo(49).
Una revisión Cochrane, en 2013, concluyó que el tratamiento con hierro en niños menores de 3 años con anemia por deficiencia de este micronutriente no tiene ningún efecto sobre el desarrollo psicomotor o la función cognitiva dentro de los 30 días ulteriores al comienzo de la terapia(50). No obstante, un estudio de cohorte prospectivo, realizado por Arija y colaboradores en 2019, concluyó que tanto el estado materno de hierro como la ingesta de hierro durante el embarazo se asocian con la función neuropsicológica en los niños. En particular, los hijos de mujeres con ferritina sérica > 12 g/L en el primer período de embarazo, o bien, con una ingesta total de hierro superior a 14,50 mg/día, mostraron una mejor función cognitiva ejecutiva(51).
Un estudio realizado por Kassir en un lapso de 2 años (2012-2013) encontró que más del 80 % de los pacientes psiquiátricos (n total = 412) tenía deficiencia de hierro. Aunque el bajo nivel de hierro no puede explicar todos los síntomas físicos y psiquiátricos en los pacientes, es útil tener en cuenta que más de la mitad de los sujetos evaluados presentaba deficiencia de dicho micronutriente(52).
Prebióticos y probióticos
Múltiples propiedades benéficas de los prebióticos se han propuesto para la salud del tracto gastrointestinal, incluidas la inhibición de patógenos y la estimulación inmunológica. No obstante, su influencia en la salud mental es bien reconocida debido al papel que desempeñan en la disminución de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, así como en la neuroinflamación(22). Estudios han demostrado que la suplementación con prebióticos reduce la capacidad de respuesta al estrés, la ansiedad y el comportamiento depresivo, además de aumentar la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro y mejorar la cognición, así como los patrones de sueño en pacientes con trastorno del espectro autista(22).
La disbiosis de la MI se ha correlacionado con diversas enfermedades del sistema nervioso central e incluso se ha planteado que dicha desregulación incrementa el riesgo de desarrollar TDAH. Aunado a esto, se ha observado la presencia de recuentos más bajos de Bifidobacterium en individuos con TDM y Alzheimer(23).
Recientemente se ha demostrado que los astrocitos derivados de individuos con trastorno del espectro autista tienen niveles más elevados de citocinas proinflamatorias(53). Así pues, la evidencia ha reportado que la intervención con probióticos, como Bifidobacterium y Lactobacillus, puede reducir los niveles de dichas citocinas(23).
Por otro lado, varios estudios han investigado las propiedades de la suplementación con probióticos y su influencia en el estado de ánimo en personas sin un diagnóstico clínico de depresión, y se encontró que estos pueden disminuir los sentimientos de depresión, ansiedad y estrés(54). De igual manera, se ha reportado que su administración crónica puede normalizar los niveles de noradrenalina, factor neurotrófico derivado del cerebro, así como la función inmune(22). Un estudio realizado en 2009 por Rao y colaboradores(55) evaluó los efectos de una bacteria probiótica en los síntomas emocionales de 39 pacientes con síndrome de fatiga crónica durante un período de 8 semanas, y mostró que hubo un aumento significativo de Lactobacillus y Bifidobacteria en aquellos sujetos que tomaron Lactobacillus casei cepa Shirota; asimismo, reportaron una disminución significativa en los síntomas de ansiedad en quienes tomaron los probióticos frente al grupo de control (p = 0,01). No obstante, se requieren más estudios para examinar más a fondo la estructura y función intestinal, así como los marcadores fisiológicos asociados con la ansiedad y la depresión.
Limitaciones
La evidencia científica en el campo de la nutrición y las enfermedades mentales y neurológicas ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, aún existe una gran cantidad de limitantes, entre ellas, la ausencia de evidencia científica robusta, que explique no solo la interacción de los nutrientes con las funciones neurológicas y su relación con las enfermedades mentales, sino también las posibles rutas terapéuticas necesarias para prevenir, tratar y mitigar el desarrollo de complicaciones en este grupo particular de enfermedades.
Conclusiones
Actualmente, la nutrición en el campo de la salud mental continúa siendo un tema de controversia. Ejemplo de ello es la suplementación con vitamina D, la cual se describió en condiciones neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer, la de Parkinson y la esclerosis múltiple, y de este modo es reconocida por sus efectos neuroprotectores. Asimismo, se ha demostrado que existe una clara relación entre el ácido fólico y la vitamina B12 con el desarrollo de la esquizofrenia. La dieta es un factor determinante en la modulación de procesos inflamatorios, así como en la composición y función cerebral; debido a esto, se ha sugerido que el consumo de ácidos grasos omega 3 puede influir de manera positiva en estados depresivos y retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer en pacientes con deterioro cognitivo leve.
Por un lado, la disbiosis de la MI se correlaciona con diversas enfermedades del sistema nervioso central, lo que incrementa el riesgo de desarrollar TDAH. No obstante, se requieren más estudios para examinar a fondo la estructura y la función intestinal, así como los marcadores fisiológicos asociados con la ansiedad y la depresión. Por otro lado, se ha postulado que la suplementación con probióticos puede disminuir los síntomas depresivos, de ansiedad y de estrés. Existe la necesidad de nuevos ensayos clínicos controlados para establecer las pautas sobre la suplementación en pacientes con trastornos psiquiátricos y enfermedades neurológicas.
Puntos clave y declaración de relevancia clínica
- La nutrición traslacional permite establecer un vínculo entre las ciencias básicas y la aplicación en la clínica; las enfermedades mentales y neurológicas no son la excepción.
- En años recientes, el rol de la microbiota intestinal y su participación en procesos neurobiológicos representan un pilar fundamental para la comprensión de distintas entidades clínicas y su interrelación con los micro- y macronutrientes.
- La vitamina D, el complejo B, los ácidos grasos omega 3, el yodo, entre otros, desempeñan un papel determinante en el desarrollo neuronal.
- Cerca del 20 % de la grasa en nuestro cerebro está constituida por ácidos grasos esenciales, entre los cuales destacan los ácidos grasos omega 3 y omega 6, que derivan de la dieta. Por ello, es de vital importancia el diseño de estrategias relacionadas con la terapia nutricional.
- El estrés oxidativo parece ser relevante para las enfermedades mentales. Los antioxidantes, como la coenzima Q10, el zinc y el glutatión en niveles disminuidos, se relacionan con mayor carga inflamatoria y estrés oxidativo en pacientes con depresión.
Agradecimientos
Los autores agradecen al departamento de Nutriología de la clínica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Fuentes de financiación
La presente investigación no ha recibido patrocinio de agencias de los sectores público, comercial o sin ánimo de lucro.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
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Alimentación y emociones
Es fundamental conocer los aspectos psicológicos que intervienen en la conducta de comer, aprender a manejar las emociones y entender su relación con los pensamientos, los sentimientos y las conductas.
La alimentación y las emociones van de la mano, son dos caras de la misma moneda. El hecho de comer de manera no saludable tiene diferentes explicaciones. Una de ellas puede estar relacionada con nuestra naturaleza y tipo de personalidad, ansiosa, impaciente, impulsiva…Otra, tiene que ver con las costumbres que hemos adquirido durante la infancia, pueden habernos acostumbrado a comer más de lo que necesitamos o un tipo de alimentos poco saludables.
En ocasiones se come de más para compensar emociones negativas que han producido malestar psicológico y activación fisiológica, es decir, una “alerta” en nuestro organismo. El “comer” tiende a reducir ambos factores, por eso podemos hablar de personas que tienen un estilo de comer emocional y que por tanto tienden a aumentar la ingesta en periodos de mucho estrés o cuando están tristes, enfadados o apáticos.
Llevar una alimentación saludable y en general, un estilo de vida saludable, hará que nos sintamos mejor. Si quieres profundizar más en este tema, te recomendamos consultar el siguiente enlace:
Bienestar emocional – Alimentación
© Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
La importancia de la nutrición para el crecimiento y desarrollo de los niños
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La importancia de la nutrición para el crecimiento y desarrollo de los niños
Los alimentos ricos en proteínas, vitaminas, grasas saludables carbohidratos y minerales son indispensables para el crecimiento y el desarrollo físico, pero para los niños deben llenar necesidades específicas de acuerdo a la edad.
La nutrición es fundamental para el crecimiento y desarrollo de tu hijo. Aprende aquí todo lo que necesitas para asegurar un sano crecimiento.
Los alimentos ricos en proteínas, vitaminas, carbohidratos y minerales son indispensables para el crecimiento y el desarrollo físico, pero para los niños deben llenar necesidades específicas de acuerdo a la edad.
Aquí una guía indispensable para las mamás:
ENTRE LOS 2 Y 3 AÑOS
- Proteína
Según el crecimiento: 2 a 3 tazas representadas en carne magra de res y de ave, huevos, mariscos, pescado, frijoles, lentejas, arvejas y frutos secos, entre otros.
- Frutas
Pueden resultar atractivas para los niños por sus colores, entonces sirve un plato con varias, crudas o cocidas, será la forma en que ellos las coman con gusto. Una y media tazas al día.
- Verduras o vegetales
Una oruga que come más de la cuenta cada día de la semana hasta más no poder llega a un final sorprendente. Es un libro álbum que le puedes leer a tu pequeño desde los 2 años y que disfrutará hasta muchos años después. Todos los libros de Eric Carl son maravillosos, sus ilustraciones son únicas y a los niños les encantan.
- Granos
Panes de trigo integral, avena, palomitas de maíz, quinua o arroz integral, pero debe limitarse la cantidad diaria de cereales como el pan y el arroz blanco y las pastas. De 113 a 170 gramos.
- Lácteos
Leche, helados, yogur, quesos, bajos en grasa y en azúcar, indispensables por su gran valor en vitamina y calcio. 2 tazas.
DE LOS 4 A LOS 8 AÑOS
Para los niños: de 1.200 a 2.000 calorías (según la actividad física)
Para las niñas: de 1.200 a 1.800 calorías
DE LOS 9 A LOS 13 AÑOS
Para los niños: de 1.800 a 2.600 calorías (según el crecimiento y actividad física)
Para las niñas: de 1.600 a 2.400 calorías
Para los niños en este rango de edades es necesario evitar el consumo de bebidas con azúcar agregado como el azúcar moreno, el jarabe y aceite de maíz. Las golosinas, galletas y gaseosas, entre otras, porque pueden dañar los dientes.
Igualmente debe limitarse la cantidad de alimentos de origen animal como las carnes rojas y productos lácteos enteros. En la preparación de frituras deben utilizarse aceites de origen vegetal que proporcionan ácidos grasos esenciales y vitamina C.
IMPORTANCIA DE LA COMIDA EN FAMILIA
A todo esto hay que agregar la importancia de las comidas en familia que pueden presentarle al niño nuevos alimentos en medio de un ambiente agradable. Dando la madre un ejemplo de cómo alimentarse saludablemente.
Bibliografía
1 – Mayo Clinic Health Report, Kids Health from Nemours
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En el crecimiento influyen diversos factores. Para niños de 1 a 10 años. No debe usarse en niños con galactosemia, no para uso parenteral. Exento de gluten. Apto para niños con intolerancia a la lactosa. 1. Alarcón PA et al. Clin Pediatr (Phila). 2003;42(3):209-17. 2. Huynh DT et al. JHumNutrDiet. 20015;28(6):623-35 *IQVIA Sales, Market Share & RX Report 2019. Contiene proteína de leche, soya. El manejo adecuado de este producto es importante, por favor revise la etiqueta de este producto. Una buena nutrición debe ir acompañada de actividad física.
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La tecnología y la ingeniería alimentaria impactan el desarrollo de la industria alimentaria
La transformación alimentaria ofrece nuevas oportunidades para un sistema alimentario más innovador
La innovación tecnológica y los avances en la ingeniería alimentaria están transformando rápidamente la manera en que se producen, procesan y distribuyen los alimentos.
A medida que la demanda de productos más sostenibles, saludables y funcionales crece, las empresas del sector deben adaptarse a nuevas tendencias y tecnologías que garanticen eficiencia, calidad y seguridad.
Estos avances no solo responden a las necesidades del consumidor moderno, sino que también abordan algunos de los desafíos más urgentes de la industria, como la sostenibilidad ambiental y la reducción del desperdicio alimentario.
Esta evolución redefine los métodos de producción, distribución y consumo, y también está abriendo oportunidades sin precedentes para nuevas empresas dispuestas a liderar el cambio.
Tecnología alimentaria y su impacto en la industria
La innovación tecnológica y la ingeniería alimentaria se erigen como pilares fundamentales para garantizar la producción eficiente, segura y sostenible de alimentos.
De acuerdo con Carolina Najar, Directora de Mercado Alimentación de AZTI, el ámbito de innovación tecnológica e ingeniería alimentaria se establece como una temática fundamental para enfrentar los desafíos del sector, desde:
- sostenibilidad
- eficiencia
- personalización del consumo
- búsqueda de nuevos ingredientes
Lograr la eficiencia a través de la tecnología
Según Najar, la gestión eficiente de recursos representa uno de los retos más importantes de la industria alimentaria. La adopción de tecnologías como la inteligencia artificial y el big data optimizan la cadena de suministro en su totalidad, incrementando la seguridad alimentaria, mejorando la previsión de la demanda y la logística.
Estas herramientas potencian la eficiencia operativa y también contribuyen a la reducción del desperdicio alimentario, un componente decisivo para alcanzar un modelo sostenible y responsable con las personas y el planeta.
n ese sentido, la especialista destaca que en el Centro tecnológico han desarrollado herramientas que hace más eficiente y segura la gestión de la investigación y desarrollo de cualquier empresa de alimentación.
Con lo cual se asegura la viabilidad económica de las operaciones en la industria alimentaria, y se garantiza una mayor seguridad alimentaria. Lo que permite hacer más sencilla la innovación a las empresas del sector.
Personalización de la nutrición
Actualmente, en la industria alimentaria la personalización se ha convertido en un factor clave para satisfacer las demandas de los consumidores cada vez más exigentes. Quienes buscan productos que se adapten a sus preferencias individuales, desde consideraciones dietéticas y nutricionales hasta requisitos
específicos de sabor y textura.
La especialista de AZTI, subraya que la capacidad para desarrollar productos alimenticios adaptados a las necesidades y preferencias individuales de los consumidores es posible gracias a la incorporación de tecnologías emergentes.
Refiere que herramientas como la secuenciación genética, las ciencias ómicas y los biomarcadores están permitiendo una comprensión más profunda de las necesidades nutricionales individuales.
Lo cual abre las puertas a recomendaciones personalizados que pueden mejorar sustancialmente la salud y el bienestar basados en IA.
Seguridad alimentaria, trazabilidad y avance tecnológico
Los consumidores están cada vez más interesados por conocer el detalle del origen, cómo se producen, transforman y asegurarse de la seguridad de los alimentos que consumen. Por esa razón, la trazabilidad es de suma importancia,
La especialista del centro tecnológico subraya que las soluciones basadas en blockchain ofrecen transparencia a lo largo de toda la cadena de suministro, y garantizan que los productos sean seguros y que también se produzcan de manera ética.
Najar enfatiza que estas tecnologías no solo satisfacen las demandas de los consumidores, sino que también refuerzan la confianza en las marcas que adoptan estas prácticas avanzadas.
Finalmente, la colaboración entre diferentes sectores y disciplinas es esencial para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la FoodTech.
La receta de tortilla de patatas en la freidora de aire que arrasa en España
La freidora de aire ha llegado a nuestras cocinas para revolucionarlo todo. Desde que se popularizó este electrodoméstico las recetas más típicas de nuestra gastronomía se ha reinventado para adaptarse a esta forma nueva de cocinar: las patatas fritas fueron la primera «víctima» de los amantes de esta nueva herramienta, un plato al que muchos habían renunciado en pos de una dieta más equilibrada y que ahora se ha redimido gracias a este método que permite prescindir del aceite para freír los alimentos.
Gracias a la popularización de la freidora de aire, cada vez se ha experimentado con más y más recetas hasta el punto de tener una buena colección de recetas que podemos preparar gracias a este artilugio: desde unos simples huevos fritos o cocidos hasta un rico salmón a las hierbas.
Pero, de la misma forma que hay algunos alimentos que se pueden hacer en la freidora de aire sin problema, existen otros que están completamente vetados: se trata de aquellos que necesitan agua en su preparación, como la pasta o las legumbres. En estos casos, tendremos que recurrir a la cocina tradicional.
Tortilla de patatas en la freidora de aire
Como no podía ser de otra forma, muchos han experimentado con las posibilidades de la ‘air fryer’ hasta llegar al buque insignia de la gastronomía española (con permiso de la paella y el jamón serrano): la tortilla de patatas.
La conclusión entre todos aquellos que lo han intentado es positiva: sí se puede hacer una tortilla de patatas en la freidora de aire, aunque será imprescindible contar con un molde para que el líquido no impregne todo el aparato.
En primer lugar, hay que cortar las patatas y la cebolla con el estilo habitual para la tortilla de patatas. Después, se ponen en el molde y se introducen en la freidora de aire en el modo patata a 180 grados durante 20 minutos. Por último, cuando las hortalizas estén en su punto, agregaremos los huevo batidos y cocinaremos durante 8 minutos a 130 grados abriendo para remover periódicamente.
¿Qué se comía en Mesopotamia? Las recetas de 4.000 años que contienen las «tablillas culinarias de Yale»
Nadie sabe exactamente de dónde llegaron y durante mucho tiempo nadie entendió realmente lo que decían.
Los académicos de la Universidad de Yale pensaban que las pequeñas losas de arcilla cubiertas con densa escritura cuneiforme -uno de los sistemas de escritura más longevos en la historia de la humanidad- contenían una lista de medicamentos.
Desenterradas en una excavación arqueológica en el Medio Oriente, probablemente han estado en la Colección Babilónica de Yale desde 1911. Sin embargo, no fue hasta principios de la década de los 80 que el erudito francés Jean Bottéro finalmente descubrió lo que decían las tablillas.
A su manera discreta, durante casi 4.000 años, estas cuatro planchas han estado hablando de la cena.
Las tres más grandes son del tamaño de una gran pastilla de jabón, las más pequeña, más de mil años más joven, supone un simple puñado redondo de arcilla.
Todas tienen grabados los ingredientes, no de productos farmacéuticos sino de platos. Fechadas al menos en 1730 a. C., las tres tablillas más grandes contienen en su mayoría descripciones de guisos; el más pequeño, de época posterior, habla de caldo.
El mero hecho de su existencia es un misterio. En la antigua Mesopotamia, la gente rara vez escribía sobre la preparación de alimentos, explicó Agnete Lassen, curadora adjunta de la colección.
«De cientos de miles de documentos cuneiformes, son las únicas recetas de comida que existen», dijo. «No tenemos una explicación».
De hecho, cuando los escribas antiguos colocaban un punzón en la arcilla y grababan historias y relatosque mencionaban alimentos, usaban palabras que a veces resultan misteriosas para los eruditos modernos.
Aparecen ingredientes que todavía hoy no se pueden identificar, afirmó Gojko Barjamovic , asiriólogo de la Universidad de Harvard. «Asum» es mirto, «salu» son semillas de berro, pero ¿qué es «hurrium»?
Solo leer la lista de especias desconocidas citadas en un artículo de Barjamovic, Lassen y sus colaboradores, evoca visiones de un jardín perdido, ubicado entre los ríos Tigris y Éufrates: Kurullu, kuruš, nīnu. Silaru, zanzar, zibibianu.
Las tablillas culinarias de Yale, como se conocen las cuatro losas de arcilla, dan por sentado muchas cosas igual que lo hacen las recetas modernas: el escritor espera que el lector básicamente ya sepa cómo hacerlas.
Las instrucciones son concisas y cortas. Y como ocurre con muchas recetas antiguas, no se especifican cantidades.