A la rica (y saludable) castaña: las múltiples propiedades de un manjar otoñal

Desde la llegada del otoño, cuando empieza la recolección, hasta finales de invierno, la castaña es uno de los frutos secos más consumidos en los países mediterráneos, por encima incluso de las almendras.

En España, por ejemplo, se recolectaron aproximadamente 100 000 toneladas en 2022. Las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León y Andalucía son las principales productoras.

Una delicia muy nutritiva

Cuando bajan las temperaturas, los castaños (Castanea sativa) alcanzan su periodo de máxima maduración en el sur de Europa y Asia. Mientras que en los países centroeuropeos y balcánicos resulta más normal tomar dulces típicos o vino caliente durante las fechas prenavideñas, en las ciudades más mediterráneas es muy común pasear y respirar el aroma característico que despiden los puestos callejeros de castañas asadas (aunque también se pueden tomar cocidas).

Además, esos procedimientos de preparación modifican las propiedades sensoriales y nutricionales del alimento, mejorando sus características organolépticas, los nutrientes biodisponibles y su vida útil. Y aunque no se caracterice por tener aceites esenciales, la castaña presenta una composición rica en hidratos de carbono, ácidos grasos, proteínas, fibra y vitaminas.

A eso hay que añadir que las hojas del castaño se han utilizado en la medicina popular como expectorante para el tratamiento de la tos, antipirético para reducir los procesos febriles, antidiarreico e incluso como tratamiento tradicional contra la infertilidad.

Un inciso: no hay que confundir el árbol Castanea sativa con el castaño de indias (Aesculus hippocastanum), aunque ambos producen frutos que se suelen llamar castañas. Típico de los Balcanes, el segundo produce una castaña de color marrón brillante y redonda, también dentro de una cápsula espinosa, pero no es comestible y puede causar molestias digestivas si se ingiere.

Las semillas y la corteza del castaño de Indias contienen principios activos con propiedades antiinflamatorias y venotónicas que se utilizan para el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica. Este trastorno se caracteriza por hinchazón de piernas, sensación de pesadez, dolor, cansancio, picor, tensión y calambres en las pantorrillas.

Beneficios para la salud

Actualmente, el valor económico de la castaña está aumentando no solo por sus virtudes nutricionales, sino también por las cualidades beneficiosas para la salud que atesora.

Así, las investigaciones que han estudiado los subproductos de este manjar otoñal revelan un buen perfil de compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes, antidiabéticas, anticarcinogénicas, antimicrobianas y cardioprotectoras.

Entre estos compuestos destacan ácidos orgánicos y polifenoles –por ejemplo, los ácidos gálico y elágico–, así como taninos hidrolizables y condensados. Además, son una fuente rica de vitaminas B, C y E, que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades neurodegenerativas y tienen un efecto antienvejecimiento.

Por otro lado, puede ser un alimento apto para personas celíacas. No contiene gluten, lo que mejora la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo a las proteínas.

También se ha descrito que las castañas ejercen un efecto prebiótico, ya que sus extractos ayudan a los lactobacilos (un género de bacterias presente en nuestro organismo) a resistir su paso por el estómago, mientras que la fibra contribuye a que el cuerpo tolere mejor el jugo biliar.

Y, por último, otro estudio publicado por investigadores españoles y portugueses ha demostrado que utilizando técnicas de extracción sostenibles se pueden descubrir muchos más compuestos beneficiosos en el fruto de Castanea sativa.

Todo se aprovecha

Las castañas se procesan para convertirlas en alimento, harinas, aceites, etc. mediante tres etapas: calibrado, eliminación de las cáscaras externas a altas temperaturas y pelado de las cáscaras internas con vapor de agua y procedimientos mecánicos. Durante este proceso, se genera una gran cantidad de material de desecho, como la cáscara interna, la cáscara externa y las hojas.

Esos residuos agroindustriales pueden ser utilizados por otras industrias, como la farmacéutica, alimentaria, cosmética o nutracéutica. En este último caso, sirve de ingrediente en formulaciones tópicas para prevenir y tratar enfermedades de la piel producidas por un desequilibrio en las células.

La castaña también podría ser útil en la industria textil; concretamente, en el tratamiento del cuero, para la fabricación de adhesivos. Todas estas aplicaciones pueden aumentar los beneficios, reduciendo al mismo tiempo la contaminación y mejorando la sostenibilidad social, económica y ambiental.

En conclusión, la castaña se revela como un fruto seco muy versátil. Tiene sustancias con propiedades terapéuticas y es un recurso muy útil para numerosas industrias. No obstante, aún se necesitan más investigaciones para comprender su potencial valor nutricional y es recomendable consumirla con moderación.

A la rica (y saludable) castaña: las múltiples propiedades de un manjar otoñal

El chef Juan Llorca y la dietista Melisa Gómez rompen mitos sobre el ‘Baby Led Weaning’ en su nuevo libro

El método baby-led weaning (BLW), alimentación sólida autorregulada por el bebé a partir de los seis meses, se ha popularizado en España en parte gracias al trabajo del chef Juan Llorca, responsable de alimentación de Valencia Montessori School, CEO del restaurante Disidente (Valencia) y youtuber, y de la dietista y especialista en nutrición pediátrica Melisa Gómez, conocida como Nutrikids en redes sociales. (solo en su Instagram acumula más de 120.000 seguidores). Y esto sucedió cuando ambos publicaron, ya en 2018, Sin dientes y a bocados: El libro imprescindible de iniciación al baby led weaning (Vergara), un éxito que conquistó a más de 70.000 lectores.

Esta alternativa nutricional, que dice adiós a las papillas y apuesta por la introducción de los alimentos a trozos, genera tanto entusiasmo como controversia: mientras algunos profesionales lo consideran revolucionario, otros lo perciben como un riesgo innecesario para el pequeño. Surgen así varios interrogantes: ¿Es realmente seguro que los bebés comiencen a comer sólido sin pasar por los triturados? ¿Qué evidencias existen sobre los beneficios y posibles riesgos? Ahora ambos autores llegan con la segunda parte de su libro, titulada Con dos dientes y a bocados (Vergara), en la que no solo responden a estas preguntas, sino que también enriquecen el debate, ofreciendo una obra que se presenta como una guía con información nutricional actualizada y con 50 nuevas recetas para niños de más de seis meses. El nuevo libro de estos dos profesionales se presenta como una herramienta práctica y emocional para las familias. Gómez lo describe como “la guía esencial que te acompañará de los 6 a los 12 meses para descubrir el amor por la comida junto a tus hijos”. Mientras, Llorca lo define así: “Cada bocado que dé tu bebé será el comienzo de una bonita amistad con la comida”.

“Aunque cada vez se sabe más sobre el BLW, sigue siendo algo confuso porque todavía existen demasiados mitos en torno a esta filosofía”, explica Gómez, también miembro del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana y de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición. “Muchos médicos aún no lo recomiendan”, prosigue, “dicen que es peligroso, pero por suerte cada vez existen más estudios científicos que lo avalan, como el de la revista científica Enfermería Clínica, publicado en 2022, denominado Alimentación infantil. Evidencias para el baby-led weaning, que revela que tanto profesionales de la salud como los padres lo ven como una alternativa segura que promueve el desarrollo del bebé”. El debate entre el enfoque tradicional y el BLW no solo divide a los padres, sino también a la comunidad científica. Una revisión publicada en la Revista de Pediatría de Atención Primaria, titulada Baby-Led Weaning, ¿seguro y eficaz? (diciembre de 2021), advertía sobre el mayor riesgo de atragantamiento y deficiencias nutricionales, como hierro y zinc, debido a una ingesta insuficiente. Asimismo, la Asociación Española de Pediatría ha elaborado Una guía para padres sobre alimentación complementaria (2019), en la que destaca la necesidad de supervisión y precaución al implementar este método, enfatizando la importancia de garantizar una ingesta nutricional adecuada y minimizar los riesgos de atragantamiento.

El mito de los anti nutrientes de las legumbres ¿Suponen un riego para la salud ?

Existe una asociación equívoca e inconsistente entre el consumo de leguminosas y los resultados de salud y la longevidad. El propósito de este estudio fue examinar y cuantificar la posible relación dosis-respuesta entre el consumo de leguminosas y la mortalidad por todas las causas y causas específicas en la población general. Llevamos a cabo una búsqueda sistemática de literatura en PubMed/Medline, Scopus, ISI Web of Science y Embase desde el inicio hasta septiembre de 2022, así como listas de referencias de artículos originales relevantes y revistas clave. Se utilizó un modelo de efectos aleatorios para calcular los HR de resumen y sus IC del 95% para las categorías más altas y más bajas, así como para un incremento de 50 g/d. También modelamos asociaciones curvilíneas utilizando un metanálisis lineal de efectos mixtos de 1 etapa. Treinta y dos cohortes (31 publicaciones) con 1.141.793 participantes y 93Se incluyeron 373 muertes por todas las causas. Una mayor ingesta de legumbres, en comparación con una menor ingesta, se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas (HR: 0.94; IC del 95%: 0.91, 0.98; n = 27) y accidente cerebrovascular (HR: 0.91; IC del 95%: 0.84, 0.99; n = 5). No hubo asociación significativa para la mortalidad por ECV (HR: 0.99; IC del 95%: 0.91, 1.09; n =11), mortalidad por CHD (HR: 0.93; IC del 95%: 0.78, 1.09; n = 5), o mortalidad por cáncer (HR: 0.85; IC del 95%: 0.72, 1.01; n = 5). En el análisis lineal de dosis-respuesta, un aumento de 50 g/d en la ingesta de leguminosas se asoció con una reducción del 6% en el riesgo de mortalidad por todas las causas (HR: 0.94; IC del 95%: 0.89, 0.99; n = 19), pero no se observó una asociación significativa para los resultados restantes. La certeza de la evidencia fue juzgada de baja a moderada. Una mayor ingesta de leguminosas se asoció con una menor mortalidad por todas las causas y accidentes cerebrovasculares pero no se observó asociación para ECV, CHD y mortalidad por cáncer. Estos resultados apoyan las recomendaciones dietéticas para aumentar el consumo de legumbres.

FIGURA 3 Asociación dosis-–respuesta no lineal entre el consumo de leguminosas con riesgo de mortalidad por (A) todas las causas, (B) ECV, (C) cáncer, (D) enfermedad coronaria (CHD) y (E) accidente cerebrovascular. La línea sólida representa dosis – respuesta no lineal, y las líneas punteadas representan el 95% de los IC. Los círculos representan estimaciones de puntos de relación de riesgo para las categorías de consumo de leguminosas de cada estudio, con un tamaño de círculo proporcional al inverso de SE. Cada estudio estudia las categorías de ingesta de leguminosas basales se indican mediante pequeñas líneas negras verticales.

Esto es lo que deberías comer y lo que no deberías probar si quieres llevar una dieta saludable, según un nuevo informe de la OMS

La Organización Mundial de la Salud aboga por comer de forma adecuada, equilibrada, moderada y diversa. Y alerta sobre la amenaza que suponen los alimentos ultraprocesados para nuestra salud.

Adecuada, equilibrada, moderada y diversa. Estas son las características que ha de reunir una dieta sana, según recogen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una nueva declaración hecha pública recientemente.

Con estas recomendaciones, la OMS pretende poner orden en el enmarañado panorama de la alimentación y lo hace partiendo de un argumento que todos deberíamos tener muy claro antes de lanzarnos a hacer experimentos extraños con la comida. «Una dieta saludable promueve la salud, el crecimiento y el desarrollo. Es el pilar de un estilo de vida activo, previene tanto las deficiencias como los excesos de nutrientes, las enfermedades transmisibles y no transmisibles, las patologías provocadas por los alimentos y, en resumidas cuentas, promueve, el bienestar».

Según la FAO y la OMS, «el protagonismo de las dietas en la promoción de la salud y la necesidad de profundizar en su interconexión con la protección del medioambiente es más evidente que nunca».

¿Carne, sí o no? ¿Son los hidratos de carbono tan ‘malos’ como los pintan? ¿Dejamos de beber leche de vaca? En un escenario plagado de dudas sin resolver, informaciones contradictorias, ‘bulos’ y opciones ‘milagrosas’ que, en realidad, son todo lo contrario, la organización internacional que vela por nuestra salud se pone seria y nos advierte de que, además de minarnos por dentro, «la falta de consenso sobre lo que constituye una dieta saludable puede socavar el progreso y la continuidad de los esfuerzos para lograrlo».

Para avanzar en el camino que nos conduce a alcanzar esa interconexión entre la protección de la salud y el cuidado del medioambiente, la OMS y la FAO han formulado los principios sobre los que se ha de asentar una dieta saludable, conforme a la literatura científica y el marco normativo establecido por ambas instituciones.

Así que, partiendo de la base de que existen múltiples alternativas que cumplen los requisitos necesarios para poder ser consideradas como opciones a tener en cuenta, detallan cómo ha de ser una dieta saludable.

En primer lugar, ha de ser adecuada. ¿Qué entiende la OMS como dieta adecuada? Una dieta adecuada es aquella que cubre, sin excederse, los requerimientos de nutrientes, específicos para la edad, género, tamaño y composición corporal, niveles de actividad física, estados fisiológicos (p. ej., embarazo) y condiciones de enfermedad de cada persona.

En este documento, se explica que el cuerpo es incapaz de sintetizar la mayoría de los nutrientes esenciales y, por tanto, debe obtenerlos de la dieta. ¿Cuáles son los nutrientes esenciales? Aminoácidos esenciales, ácidos grasos esenciales y la mayoría de las vitaminas y minerales.

Los nutrientes esenciales están involucrados en todas las funciones de nuestro organismo: el desarrollo del feto y del lactante; el crecimiento; y el funcionamiento de todos nuestros órganos y músculos a lo largo de la vida.

Una ingesta inadecuada de nutrientes esenciales puede provocar síndromes carenciales específicos (como el escorbuto, por deficiencia de vitamina C; el raquitismo, por falta de vitamina D; o el bocio, por carencia de yodo), muchos de los cuales son poco comunes en la actualidad.

Sin embargo, muchos otros siguen afectando, hoy en día, a una gran parte de la población, provocando problemas de crecimiento o en desarrollo del cerebro y fallos en el sistema inmunológico. La OMS y la FAO ponen el foco de atención en la importancia de satisfacer las necesidades de nutrientes de los niños de entre cero y 23 meses, debido a la fase de crecimiento y desarrollo en la que se encuentran.

El segundo requisito de una dieta saludable es que sea equilibrada en el aporte energético y en las fuentes de las que obtiene esa energía (grasas, carbohidratos y proteínas) para promover, de esta manera, un peso saludable, un crecimiento adecuado y una prevención de enfermedades.

Esas dosis de energía que debemos ingerir en forma de alimentos varían según la edad, el sexo y los niveles de actividad física y, obviamente, durante el embarazo y la lactancia.

Las dietas saludables requieren un equilibrio adecuado de las tres fuentes principales de energía: proteínas, grasas y carbohidratos, dependiendo de las necesidades individuales de cada persona.

Las proteínas, nos recuerdan, son los componentes básicos de gran parte de los elementos estructurales del organismo, como los músculos, y de moléculas funcionales, como las hormonas y las enzimas.

Para satisfacer las necesidades del organismo, entre el 10 y el 15% de las calorías consumidas al día deben proceder de las proteínas. Este porcentaje puede ser ligeramente superior durante la adolescencia y en el caso de atletas, culturistas y otras personas que trabajan activamente para aumentar o mantener una cantidad significativa de masa muscular.

Las proteínas pueden proceder de una mezcla de fuentes animales y vegetales y, en su elección, debe tenerse en cuenta la digestibilidad y la calidad, sobre todo, en la infancia y la adolescencia.

En el caso de los adultos, en algunos contextos, puede ser preferible cambiar a fuentes de proteínas vegetales para reducir el riesgo de enfermedades cardiometabólicas.

En este capítulo, OMS y FAO lanzan una advertencia sobre una ‘moda’ que puede resultar perjudicial para nuestra salud: consumir cantidades excesivas de proteínas puede suponer una carga metabólica para el organismo, especialmente, para los riñones.

La grasa también es un nutriente esencial para el correcto funcionamiento de las células del organismo y dos ácidos grasos -el ácido linoleico y el ácido -linolénico- sólo pueden obtenerse de la dieta. Por lo tanto, en los adultos, un mínimo del 15-30% de las calorías consumidas al día debe proceder de las grasas.

Pero no vale cualquier grasa. Su origen debe ser, principalmente, ácidos grasos insaturados (aceite de oliva, aguacate, frutos secos, pescados grasos…).

Una ingesta elevada de grasas puede conducir a una carga energética excesiva, por lo que limitar el consumo a a un 30% o menos puede ayudar a reducir el riesgo de un aumento de peso poco saludable. No obstante, este porcentaje puede excederse siempre que se mantenga el equilibrio energético y se cumplan también las recomendaciones sobre la calidad de las grasas.

¡Nada de eliminar los hidratos de carbono! OMS y FAO lo dejan bien claro: los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del organismo.

La cantidad de hidratos de carbono en la dieta puede variar y su ingesta diaria debería cubrir el porcentaje restante tras tener en cuenta las proteínas y las grasas. Por lo tanto, la cantidad debe ser igual o inferior al 75% del total de calorías diarias, pero, generalmente, al menos, el 45%.

Ni pasta blanca, ni pizzas, ni dulces. Los hidratos de carbono deben proceder, principalmente, de cereales integrales, verduras, frutas y legumbres.

Los adultos deben procurar consumir, al menos, 400 gramos de frutas y verduras y 25 gramos o más de fibra alimentaria natural cada día.

Moderada. Esa sería la tercera característica clave de una dieta saludable. En este sentido, OMS y FAO recalcan que, aunque algunos nutrientes son esenciales, en cantidades más elevadas de lo recomendado, pueden provocar efectos negativos para la salud.

Por ejemplo, el sodio, que es un mineral esencial, pero en ingestas elevadas se asocia a un aumento de la presión arterial que puede provocar enfermedades cardiovasculares. Entonces, la ingesta de sodio debe limitarse a 2 gramos al día (correspondientes a 5 gramos de sal de mesa, es decir, cloruro sódico) en adultos y ha de ser proporcionalmente menor en niños y adolescentes.

Mantener el consumo de sodio dentro de este límite ayudaría a mantener la presión arterial sistólica y diastólica de adultos y niños en rangos saludables, con la consiguiente disminución del riesgo de ictus y eventos cardiovasculares y de la mortalidad relacionada.

La OMS y la FAO son tajantes sobre esos nutrientes no esenciales que se asocian a efectos negativos para la salud: deben consumirse con moderación o excluirse de la dieta.

¿Cuáles son esos nutrientes no esenciales que deben limitarse o eliminarse? Los azúcares libres no son nutrientes esenciales y su ingesta debe limitarse a menos del 10% (solo menos del 5% se asocia a beneficios adicionales para la salud).

La reducción del consumo de azúcares libres debe lograrse evitando también el uso de edulcorantes no azucarados, ya que las pruebas sugieren que no ayudan a controlar el peso a largo plazo ni a reducir el riesgo de ENT relacionadas con la dieta.

No más del 10% de la energía diaria debe proceder de grasas saturadas y no más del 1% de grasas trans (10). No deben utilizarse grasas trans producidas industrialmente (por ejemplo, aceites parcialmente hidrogenados), por lo que éstas han de proceder exclusivamente de carne y lácteos de rumiantes.

En este documento se hace hincapié en la importancia de evitar o moderar al máximo el consumo de alimentos que pueden tener efectos negativos para la salud, sobre todo, si se consumen en cantidades elevadas.

¿Cuáles son esos alimentos perjudiciales para la salud? Las grasas saturadas y los azúcares libres o los que contienen otros compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud.

En este apartado, se incide en el asunto de las carnes rojas y procesadas y los alimentos muy procesados o ultraprocesados. La OMS y la FAO subrayan que, en los adultos, una ingesta elevada de carne roja se asocia a un mayor riesgo de padecer varias enfermedades y que las investigaciones recientes sugieren que el consumo de carne roja procesada, incluso a niveles bajos, puede tener consecuencias negativas para la salud.

Ambas organizaciones ponen el énfasis en que cada vez hay más pruebas de que el consumo de alimentos altamente procesados (tanto comidas como bebidas), etiquetados como ultraprocesados (UPF) por el sistema de clasificación NOVA, se asocia con efectos negativos para la salud como el riesgo de mortalidad prematura, cáncer, enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, obesidad y diabetes de tipo 2, así como el deterioro de la salud mental, respiratoria y gastrointestinal.

Los ultraprocesados tienen un alto contenido en grasas, azúcar o edulcorantes artificiales, sodio o aditivos alimentarios, pero, además, su efecto negativo sobre la salud va mucho más allá ya que, para su elaboración, son sometidos a procesos de transformación que alteran la estructura de los ingredientes alimentarios originales mediante diversos procesos.

La OMS nos alerta sobre un dato muy preocupante: aún no se ha definido un nivel aceptable de consumo de ultraprocesados y es necesario seguir investigando para comprender las relaciones entre su ingesta y el desarrollo de enfermedades.

çPor último, en cuarto lugar, OMS y FAO, apuntan la conveniencia de llevar una dieta variada, que, según la literatura científica, se asocia a una mayor probabilidad de satisfacer las necesidades de vitaminas y minerales de nuestro organismo (con la única excepción de los lactantes que, durante los primeros seis meses de vida, deberían nutrirse sólo de leche materna, si es posible).

Según se recoge en este informe, varios estudios han constatado tasas más bajas de mortalidad y de ENT relacionadas con la dieta entre los participantes con mayor diversidad de grupos de alimentos, mayor diversidad dentro de grupos de alimentos específicos (por ejemplo, frutas y verduras) y mayor diversidad de especies de patrones dietéticos completos.

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Electrolitos, un suplemento en auge: ¿bebida milagro o gasto innecesario?

La hidratación no es sólo beber agua. Un boom de marcas líquidas surgen para reponer los minerales, incluso entre quienes apenas sudan. Aquí sus ventajas y en qué fijarnos si optamos por envasadas

Las búsquedas y visualizaciones en redes sociales se cuentan por miles. ‘Agua vs. electrolitos’ explicado por un triatleta en apenas segundos, una influencer en mallas contando cómo hacer una bebida deportiva en casa para recuperar, promociones de todo tipo de marcas emergentes de vistosos colores… Todos aparecen alabando los beneficios de estos aditivos minerales hidratantes. ¿Qué hay de cierto?

¿QUÉ SON LOS ELECTROLITOS?

Más allá de la típica gastroenteritis o un maratón, situaciones que nos deshidratan especialmente y cuando hemos echado mano de algún sobre en polvo, los electrolitos están presentes en nuestro cuerpo, en alimentos y bebidas. «Son minerales [sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro, fosfato y bicarbonato] que, cuando se disuelven, como en la sangre o en el líquido dentro de nuestras células, se separan en partículas llamadas iones. Esa carga eléctrica desempeña un papel fundamental en funciones vitales del organismo: el equilibrio del pH, la contracción muscular, la regulación de la hidratación o la transmisión de impulsos nerviosos», afirma el nutricionista Juan Bola.

INTERÉS DEL MERCADO

Según Credence Research, la demanda mundial de agua saborizada y funcional se valoró en 50,3 mil millones de dólares [46,89 mil millones de euros] en 2022. Y se espera que se incremente un 12,20% hasta 2030. El crecimiento del mercado está ligado a la disminución de las ventas de bebidas carbonatadas con sabores artificiales, el aumento de las tasas de obesidad, el creciente envejecimiento de la población y los cambios en las preferencias de los consumidores, que cada vez se preocupan más por llevar un estilo de vida saludable. Pero, ¿ha cambiado algo en nuestra vida cotidiana que haga necesario todo esto?

LA POBREZA DEL SUELO

«Para nuestros ancestros estos electrolitos eran fáciles de conseguir con los alimentos y el agua pero en el mundo moderno tenemos algunos problemas», dice Bola, que justifica su argumentación en la pobreza y el desgaste de los suelos y el estrés hídrico. «No hay suficiente agua disponible para satisfacer las necesidades de 8.000 millones de personas, plantas y animales y, cosecha tras cosecha, el suelo no respira. Está vacío de nutrientes y repleto de químicos tóxicos, como fertilizantes o pesticidas inventados por el hombre. Es un hecho científico que, por tanto, no accedemos a los mismos minerales». ¿Debemos preocuparnos entonces, como lo hacen los atletas de resistencia sólo para llevar nuestras vidas diarias?

CUÁNDO ES INTERESANTE

La respuesta corta es que depende de la actividad. La principal forma en que perdemos electrolitos es a través de los fluidos corporales, como el sudor. Para personas saludables, el mayor riesgo proviene de enfermedades o diarrea. «Es interesante para personas activas, quienes necesitan mantenerse hidratadas en situaciones de calor extremo o para recuperarse tras un alto consumo de energía y episodios de deshidratación, ya sea por deporte o excesos ocasionales como el consumo de alcohol», indica Juan Trigo, manager de Refix, empresa creada por los hermanos gallegos Raúl y Lois Anta. Hace ocho años, ambos descubrieron los beneficios del agua de mar para la recuperación y comenzaron a extraerla en la Costa da Morte, en el ayuntamiento de Vimianzo, una zona natural protegida por la Red Natura 2000. En su fórmula (al 20%) se incluyen oligoelementos como magnesio y potasio.

Ahora bien, el grupo más beneficiado por una infusión rápida de electrolitos son los deportistas que entrenan intensamente. El color de la orina (amarillo claro) es una seña de que están hidratados, durante el esfuerzo deben beber pequeños tragos y prevenir la aparición de la sed es vital para evitar la fatiga en el ejercicio y después. «De no incorporarse, se generan déficits que te puede llevar a estar deshidratado, tener dolor de cabeza, neblina mental, irritabilidad, calambres musculares, lentitud en el pensamiento o confusión mental», resume Trigo.

QUÉ DICEN LOS ESTUDIOS

En una investigación que evaluaba si la deshidratación afecta al estado mental, los científicos descubrieron que una leve disminución en la hidratación puede reducir el enfoque, la memoria y agudeza. Probaron el impacto de una cantidad normal de deshidratación (menos del 1%, similar a lo que se experimentaría en condiciones de calor durante varias horas). El diseño del estudio fue simple: los participantes se sentaron en una habitación donde hacía calor (86 grados Fahrenheit, el equivalente a 30 grados Celsius) durante cuatro horas. Mientras un grupo recibió agua, el otro no.

En ese corto período de tiempo, la función cognitiva de los que no bebieron se desmoronó. No sólo empeoraron la toma de decisiones y el procesamiento de información, sino que los sujetos también mostraron signos de síntomas depresivos y ansiedad. Este resultado sugiere que, aunque no lo sientas, no se necesita mucho tiempo sin líquido para afectar la función mental. Incluso una ligera deshidratación puede ralentizarnos. Ya sea en el gimnasio, en el trabajo o tratando de cumplir con las tareas, la hidratación juega un papel vital en nuestra capacidad para pensar y rendir.

DIFERENCIAS

¿Bebida isotónica, agua de mar o electrolitos en sobre disueltos en agua? «Una bebida isotónica es aquella que tiene una concentración de sales minerales similares a los de los líquidos corporales como la sangre, el sudor o las lágrimas. Puede ser inercial o puede ser casera. Los sobres de electrolitos disueltos en agua, al final son lo mismo, vienen con unas indicaciones para conseguir esas concentraciones», explica Bola, para quien la mejor opción es el agua de mar filtrada y diluida en agua dulce para evitar microplásticos, con un chorro de limón. «Contiene una gran cantidad de minerales y oligoelementos en proporciones muy similares a las de nuestro cuerpo». Enumera ventajas:

  • No contiene aditivos ni colorantes artificiales.
  • Aporta más electrolitos principales y en general más minerales esenciales que las bebidas isotónicas y sobres de electrolitos.
  • Es económica porque puedes prepararla tú mismo en casa.
  • Incluso hay estudios que demuestran que el agua de mar tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

OJO CON LAS ETIQUETAS

Algunas versiones de las marcas con sabores, como limón y naranja, incorporan en sus etiquetas palabras como erititrol o sirope de agave. «Las aguas que solemos encontrar en los gimnasios contienen una variedad de aditivos, colorantes y edulcorantes para hacerlas atractivas y prolongar su vida útil. Algunas se promocionan como ‘sin azúcar’ y contienen endulzantes que pueden ser igual de calóricos y perjudiciales, como el jarabe de maíz de alta fructosa», alerta el nutricionista.

¿Deben tener los hipertensos cuidado con la sal? «No deben excederse de la cantidad recomendada». Según la OMS, 2.000 mg/día de sodio, unos cinco gramos de sal. Pero, basándose en estudios, Bola indica que se estima que alrededor del 75% del sodio que ingerimos, esencial para una correcta hidratación, proviene de productos procesados, una sal de baja calidad y refinada… «Si comes comida real necesitas añadir más sodio de calidad», puntualiza.

CÓMO OPTIMIZAR LA HIDRATACIÓN

«Un 20-25 % de agua de mar diluida en un 80-75 % de agua dulce no tiene nada que envidiar a las bebidas y polvos comerciales. De hecho, contiene más sodio, más cloruro, más potasio, más magnesio y más calcio… Y si quieres optimizar los procesos de hidratación añadir un chorrito de limón o lima es clave en la absorción de electrolitos. Además, es más económica».

Pero no podemos pasar de cero a 100, avisa. «Puede dar diarrea. Si nunca lo has tomado hay que ir poco a poco, acostumbrando al cuerpo y muy importante no pasarse de ese porcentaje o puede causar el efecto contrario y deshidratar«.

¿En qué fijarnos si las tomamos envasadas? «Puede ser que algunas personas les de pereza o les resulte más práctico comprar preparaciones ya hechas, en ese caso hay que buscar las mejores opciones. Intentaría buscar una marca que fuera muy pura sin azúcar, edulcorantes artificiales, colorantes o conservantes innecesarios. Y también es importante que venga en botella de cristal para evitar los micro y nanoplásticos, pero este es otro melón», señala el nutricionista. Eso sí, ‘Milagros, a Lourdes’. «Si no haces deporte, te alimentas mal y tienes mucho estrés, tomar electrolitos no soluciona nada», concluye Bola.

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Son hasta el 70% de la dieta estadounidense, pero EE.UU. no tiene una política sobre alimentos ultraprocesados

 Sam Srisatta, de 20 años, donó un mes de su vida a la ciencia: una investigación que podría ayudar a definir el futuro de las normas nutricionales y reglamentarias de Estados Unidos sobre los alimentos ultraprocesados, que constituyen casi el 70% del suministro nacional de alimentos.

Todos los días a las 7 de la mañana, en su habitación del hospital, las enfermeras registran el peso y los signos vitales de Srisatta. Se toman muestras de sus deposiciones para analizarlas. Algunas mañanas le sacan sangre para comprobar cómo reacciona su organismo a los distintos tipos de alimentos que consume. Otros días, se acuesta en una burbuja que mide su gasto de oxígeno y dióxido de carbono para determinar cuántas calorías quema en reposo.

Una vez completada la batería de pruebas de cada mañana, Srisatta dispone de 15 minutos para desayunar antes de que se le retiren los alimentos, se pesen y se registren. En la comida y la cena, tiene una hora entera para comer todo lo que quiera antes de que se le retiren las sobras para medirlas y registrar otros signos vitales. Después puede leer, jugar a videojuegos, hacer ejercicio bajo supervisión o dormirse.

Es una rutina que él y otros 35 voluntarios repiten durante cuatro semanas en la Unidad de Investigación Clínica Metabólica del Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda, Maryland, como parte de un ensayo clínico aleatorizado único diseñado para determinar el impacto sobre la salud de distintos tipos de alimentos ultraprocesados.

“Se trata de fórmulas fabricadas industrialmente a partir de ingredientes refinados y aditivos que normalmente no se encuentran en la cocina de casa o en un restaurante”, explica Kevin Hall, investigador principal del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Bethesda, que dirige el estudio.

Los alimentos ultraprocesados suelen contener combinaciones de azúcar, sal y grasas diseñadas para maximizar el “punto de felicidad” de un alimento, haciéndolo potencialmente irresistible, como los anuncios de papas fritas Lay’s de los años 60 protagonizados por el actor Bert Lahr, famoso por interpretar al León Cobarde en “El mago de Oz”, que decía: “A que no puedes comer solo una”.

Peligros potenciales de los alimentos ultraprocesados

Los avances de la ciencia alimentaria en las últimas décadas han creado aún más sabores, olores y texturas artificiales que, según los expertos, las comidas caseras ya no pueden reproducir. Estos aditivos, junto con altos niveles de azúcar, sal y grasa, contribuyen a crear el abrumador atractivo de los alimentos ultraprocesados.

Numerosos estudios revelan que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de obesidad y el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la diabetes de tipo 2 y la depresión. Estos alimentos pueden incluso acortar la vida.

“Estas y otras afecciones relacionadas con la dieta son responsables de al menos la mitad de todas las muertes en Estados Unidos, afectan de forma desproporcionada a los estadounidenses negros, indígenas, de bajos ingresos y de zonas rurales, y contribuyen a generar US$ 4,5 billones en costos sanitarios anuales”, escribían altos funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en un editorial de mediados de noviembre sobre los peligros de los alimentos ultraprocesados.

Los alimentos ultraprocesados suelen tener un alto contenido en azúcares añadidos, grasas y sal, poca fibra dietética y muchos aditivos químicos, como colorantes, saborizantes y estabilizantes artificiales. Crédito: Jeff Greenberg/Universal Images Group Editorial/Getty Images

Los alimentos ultraprocesados suelen tener un alto contenido en azúcares añadidos, grasas y sal, poca fibra dietética y muchos aditivos químicos, como colorantes, saborizantes y estabilizantes artificiales. Crédito: Jeff Greenberg/Universal Images Group Editorial/Getty Images

Pero ¿todos los alimentos excesivamente procesados causan el mismo daño? La pregunta desconcierta a los científicos y frena la acción reguladora, dicen los críticos.

“Hay mucho debate sobre si todos los alimentos ultraprocesados son malos para la salud”, afirma Hall. “Probablemente no, así que ¿cuáles son los mecanismos en esta gran y amplia categoría de alimentos ultraprocesados, que representan entre el 50% y el 70% de las calorías disponibles en nuestro suministro de alimentos, cuáles son los mecanismos que conducen a una mala salud?”.

“Si lo averiguamos, podremos proporcionar a nuestros colegas de la FDA y a los organismos reguladores información sobre cómo etiquetar los alimentos, por ejemplo, o a los responsables políticos sobre cómo cambiar las políticas”, explica Hall.

500 calorías extra al día

Hall y su equipo han investigado previamente el atractivo de los alimentos ultraprocesados. Un estudio anterior, publicado en julio de 2019, aisló a voluntarios sanos del mundo exterior durante un mes, alimentándolos con alimentos ultraprocesados, incluidos cereales azucarados y pastelitos de arándanos, durante dos semanas y alimentos mínimamente procesados, como yogur griego con fruta fresca y nueces, durante otras dos semanas. Los participantes podían comer tanto o tan poco de cada dieta como quisieran.

Ambas dietas contenían el mismo número de calorías totales, azúcares, fibra, grasa, sal y carbohidratos, por lo que Hall esperaba que los alimentos y bebidas tuvieran un impacto similar en los cuerpos de los 20 voluntarios, pero no fue así.

“Lo que vimos en ese estudio anterior fue que la gente tendía a comer en exceso con la dieta de alimentos ultraprocesados unas 500 calorías al día más que cuando las mismas personas estaban expuestas al entorno con cero alimentos ultraprocesados”, dijo Hall.

Un reciente ensayo clínico aleatorizado mucho más pequeño realizado en Japón, en el que se alimentó a nueve voluntarios aislados con una semana de alimentos ultraprocesados y otra de alimentos mínimamente procesados, obtuvo un resultado mucho mayor: las personas que siguieron la dieta ultraprocesada comieron 813 calorías extra al día.

“En el estudio de Hall, estas personas estaban en una sala cerrada. No podían mentir, no podían hacer trampas, no podían hacer nada excepto comer lo que se les daba”, dijo la bióloga molecular y científica de la nutrición Marion Nestle, que es la profesora emérita Paulette Goddard de Nutrición, Estudios Alimentarios y Salud Pública en la Universidad de Nueva York.

“Podían comer tanto como quisieran de lo que se les daba y obtuvieron un resultado asombroso, que ahora se ha repetido en Japón”, afirma Nestle, que no participó en ninguno de los dos estudios.

Las 500 calorías adicionales al día en el estudio de julio de 2019 condujeron a un aumento de peso promedio de 2 libras (0,9 kilogramos) por cada semana en la dieta ultraprocesada y una pérdida de peso similar cada semana en la dieta mínimamente procesada, dijo Hall.

“Ahora la pregunta es, ¿por qué sucedió eso?”, preguntó. “Lo que hemos hecho en este nuevo estudio es reformular las dietas ultraprocesadas para que varíen en ciertos aspectos que creemos que probablemente han impulsado el consumo excesivo de calorías”.

Una primicia para los alimentos ultraprocesados

La obesidad es una epidemia mundial, según la Organización Mundial de la Salud, que calcula que más de la mitad del mundo tendrá sobrepeso o será obeso para 2035. Solo en Estados Unidos, se calcula que casi 260 millones de estadounidenses tendrán sobrepeso o serán obesos para 2050, a menos que los legisladores tomen medidas inmediatas.

Por primera vez en la historia, se está investigando el papel potencial de los alimentos ultraprocesados en la epidemia de obesidad de EE.UU. como parte de las nuevas directrices alimentarias de EE.UU. para 2025-2030, cuya publicación está prevista para finales de 2025.

Una vez finalizadas, constituirán la base de la política nutricional federal para los próximos cinco años.

“Los alimentos ultraprocesados son fabulosamente importantes, de hecho el concepto más importante que ha llegado a la nutrición desde las vitaminas”, dijo Nestle. “Está respaldado por la literatura sobre adicción. Está respaldado por los ensayos clínicos controlados y los estudios observacionales de Hall. ¿Cuánto más se necesita?”.

A partir de 2023, un grupo de conocidos expertos en nutrición elegidos para el Comité Asesor de las Directrices Alimentarias de 2025, o DGAC, comenzó a examinar los últimos avances científicos sobre las formas en que los alimentos ultraprocesados afectan a la salud. Estas conclusiones se entregarán al personal del Departamento de Agricultura y del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., que redactarán las directrices definitivas.

Aunque durante los años de trabajo se debatió sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados en las enfermedades cardíacas, la diabetes y otros problemas de salud, el comité limitó su análisis científico a una sola pregunta: ¿cómo influyen los alimentos ultraprocesados en el crecimiento, el aumento de peso y la obesidad a lo largo de la vida?

Cómo se excluyeron los estudios sobre alimentos ultraprocesados

El comité asesor también fijó una vara muy alta para las investigaciones que incluyó en el análisis, excluyendo los estudios de menos de 12 semanas y menos de 30 personas y dando prioridad a los estudios llevados a cabo en Estados Unidos.

“Hemos aprendido por las malas de los ensayos clínicos con bajo contenido en grasa que los ensayos de control de peso deben durar un año o más, porque la pérdida de peso fue mayor con el bajo contenido en grasa durante unos 6 meses, pero luego se invirtió”, afirmó el Dr. Walter Willett, destacado investigador en Nutrición y profesor de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Boston, que no forma parte del comité asesor ni participa en la investigación de Hall.

“Así, los ensayos de solo unos meses eran peores que no hacer ningún ensayo, porque eran engañosos”, dijo Willett en un correo electrónico. “Por esta razón, el estándar de diseño para los ensayos de control de peso es ahora que deben durar alrededor de un año como mínimo”.

Sin embargo, los expertos dicen que tales estudios son raros debido al gasto, la falta general de fondos para la investigación nutricional en Estados Unidos y la dificultad de controlar lo que las personas realmente comen versus a lo que dicen que comen.

“Si se pregunta a la gente cuántas calorías ingiere, tiende a subestimar drásticamente ese valor de referencia”, afirma Hall. “También tienden a creer que se ciñen a una cantidad muy baja de calorías durante todo el período dietético; en realidad, acaban consumiendo gradualmente más y más calorías a lo largo del tiempo”.

Las normas del comité también excluyeron los estudios que no aclaraban cómo se consideraban los alimentos ultraprocesados, algo habitual debido a la continua controversia entre los nutricionistas sobre cómo definir los alimentos ultraprocesados.

Una apuesta por los alimentos ultraprocesados

Aunque el informe definitivo no se entregará a las partes interesadas del gobierno hasta dentro de unos meses, en una reunión del comité asesor celebrada en mayo se debatieron los resultados científicos.

Entre las investigaciones que examinaron los miembros del comité, solo pudieron encontrar pruebas “limitadas” que sugirieran que los alimentos ultraprocesados podrían provocar aumento de peso y obesidad en niños, adolescentes y adultos de todas las edades.

Sin embargo, el ensayo clínico controlado y aleatorizado de Hall de 2019 no se incluyó en el análisis porque duró menos de 12 semanas y contó con menos de 30 personas, según un portavoz de la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud, que apoya el trabajo del comité.

La Dra. Fatima Cody Stanford, científica especializada en obesidad y profesora asociada de Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital General de Massachusetts, en Boston, afirmó que “había una gran variación en lo que se consideraba ultraprocesado y algunas preocupaciones serias con los estudios”.

“Y había serias dudas sobre la aplicabilidad de los alimentos ultraprocesados a la población estadounidense, dadas las diferencias globales en el suministro de alimentos. Así es como llegamos a una calificación de ‘Limitada’”, dijo Stanford durante la reunión de mayo.

Según el comité, tampoco hay datos suficientes que demuestren que los alimentos ultraprocesados puedan ser perjudiciales para las mujeres embarazadas y los bebés y niños pequeños. Investigaciones recientes han demostrado que la masa grasa de un recién nacido al nacer está asociada a la obesidad en la edad preescolar, mientras que otros estudios han demostrado que el riesgo de defectos congénitos graves aumenta con el peso de la futura madre.

Debido a las limitaciones de los estudios considerados en el análisis, los miembros del subcomité asesor sobre alimentos ultraprocesados dijeron que no recomendarían ninguna medida sobre los alimentos ultraprocesados, dejando esa decisión en manos del comité asesor para las Directrices Alimentarias de EE.UU. de 2030-2035.

“En cinco años, esperemos que esto no se vuelva a dejar para dentro de otros cinco”, dijo Deirdre Tobias, miembro del comité, epidemióloga de obesidad y nutrición y profesora adjunta de Nutrición y Medicina en el Hospital Brigham and Women’s y en la Facultad de Medicina de Harvard.

“La investigación se va a disparar, por lo que revisarla será, si cabe, aún más prioritaria”, declaró Tobias en mayo.

Dado que el comité solo tiene carácter consultivo, es posible que las nuevas directrices que se publiquen en 2025 aborden los alimentos ultraprocesados si los científicos federales especializados en nutrición que redacten el documento final tienen en cuenta otros datos y comentarios del público.

Robert F. Kennedy Jr., designado por el presidente electo Donald Trump para ocupar el cargo de secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., ha dejado claro que quiere regular las sustancias químicas en los alimentos. Kennedy también quiere limitar el acceso a los refrescos y los alimentos ultraprocesados en los almuerzos escolares y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, o SNAP.

Bonnie Liebman, directora de nutrición del Centro para la Ciencia en el Interés Público, una organización sin fines de lucro de defensa de la seguridad alimentaria y la nutrición, se mostró de acuerdo con la decisión del comité asesor, diciendo que el comité tenía “muy pocas pruebas” para emitir un consejo.

“Tenemos la obligación de obtener las mejores pruebas científicas y, francamente, necesitamos más investigación”, afirmó Liebman, que no formó parte del comité ni participó en los estudios de Hall. “Es demasiado pronto para saber qué tienen los alimentos ultraprocesados que explique por qué se han relacionado con un mayor riesgo de algunos problemas de salud”.

No se trata solo de perder peso

Nestle, autora, coautora o editora de 15 libros sobre seguridad alimentaria y política de la nutrición, afirma que el gran número de estudios que relacionan los alimentos ultraprocesados con una miríada de problemas de salud debería inclinar la balanza.

“Ha habido literalmente cientos de estudios observacionales que muestran una conexión entre los alimentos ultraprocesados y los resultados adversos para la salud, casi todos muestran daños”, dijo Nestle. “Los estudios observacionales no prueban la causalidad, pero el experimento de Kevin Hall, que creo que es uno de los más importantes que se han hecho en nutrición, es un ensayo clínico aleatorizado”.

Los ensayos clínicos aleatorizados se consideran el patrón oro de la investigación porque controlan variables como el hecho de comer un dulce a escondidas o de olvidar qué comida se ha ingerido, factores que plagan los estudios que a menudo dependen de la memoria o la voluntad de compartir de un sujeto.

“¿Te imaginas encerrar a alguien durante 20 o 30 semanas, o incluso un año, en un pabellón metabólico? ¿Quién pagaría eso?”, preguntó Nestle. “Ya sabemos que estos alimentos hacen que la gente consuma más calorías de las que consumiría en otras circunstancias, y no se dan cuenta de que están comiendo de más. ¿Qué más necesitamos saber para hacer recomendaciones de salud pública? Reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados: así de sencillo”.

Por desgracia, los comités asesores tienen instrucciones de hacer recomendaciones utilizando solo la ciencia más estricta, añadió Nestle.

“La ciencia de la nutrición es en gran medida incontrolada e indefinida. Sin unos métodos de estudio de la dieta y la salud que ahora no existen, las recomendaciones nunca podrán tener una base científica suficiente para satisfacer a los críticos”, afirmó.

“Esto ata de manos a la DGAC y explica por qué el comité tiene que dudar a la hora de sugerir comer menos alimentos ultraprocesados, a pesar de que todos los estudios indican que son perjudiciales”.

Probando dos teorías sobre la sobrealimentación

En un día de otoño durante su segunda semana en la unidad metabólica, el desayuno de Srisatta es un enorme tazón de avena, una guarnición de yogur y una ración extragrande de huevos revueltos con espinacas, todo ello parte de las 6.000 calorías que le ofrecen cada día.

“Normalmente dan una ración para cuatro personas y puedo comer tanto o tan poco como quiera. La mayoría de las veces es más de lo que puedo comer”, dice Srisatta. “No me dan bocadillos, pero puedo tomar toda el agua que quiera”.

Hoy tiene que comer toda la comida, que solo se hace una vez a la semana. La comida parece casera y deliciosa, y Srisatta se la termina entera en los 15 minutos que le corresponden. Sin embargo, en la cocina donde se prepara la comida, queda claro que parte de su desayuno de ese día fue ultraprocesado.

“Los huevos que usamos en los huevos revueltos eran un producto líquido que contiene ingredientes que lo hacen ultraprocesado”, dijo Sara Turner, dietista de investigación clínica metabólica del equipo de Hall en el Centro Clínico de los NIH.

“El jarabe de panqueque que estaba en el yogur tiene ingredientes ultraprocesados en términos de sabores añadidos y edulcorantes añadidos, y lo mismo con la avena de manzana y canela”, dijo Turner.

En su nuevo estudio, Hall y su equipo de nutricionistas lanzan algunas bolas curvas en el enfrentamiento entre alimentos mínimamente procesados y ultraprocesados. El objetivo: alterar las comidas en dos de las cuatro semanas para poner a prueba las principales teorías sobre por qué los alimentos ultraprocesados pueden llevar a que se coma en exceso.

Una de ellas es la densidad energética, es decir, el número de calorías que contiene cada gramo de alimento. Empaquetar muchas calorías en una pequeña porción, lo que ocurre a menudo con los alimentos ultraprocesados, puede ser una razón para el aumento de peso, dijo Hall.

La otra teoría es la capacidad de los alimentos para excitar las papilas gustativas, o su “hiperpalatabilidad”, que aumenta el deseo de comer, afirma Tera Fazzino, profesora adjunta de Psicología en la Universidad de Kansas.

“Por lo general, esto significa manipular uno o más de tres grupos de nutrientes: la cantidad de sal y grasa, grasa y azúcares simples y carbohidratos y sal, hasta que envían un mensaje al centro de recompensa del cerebro que provoca el deseo de comer más, incluso cuando se está lleno”, explica Fazzino, que elaboró la definición de “alimento hiperpalatable” y ayudó a Hall a desarrollar el estudio.

Hall y su equipo esperan poder invertir por completo el impacto de las dos variables probando dietas con un 80% de calorías procedentes de alimentos ultraprocesados de baja densidad energética y relativamente bajos en alimentos hiperpalatables.

“Si podemos entender realmente los mecanismos, entonces tal vez podamos eliminar ese efecto nocivo de una dieta altamente ultraprocesada”, dijo Hall.

Una imagen que lo dice todo

El almuerzo y la cena de Sam Srisatta de ese día son enormes: un gran tazón de brócoli y dos abundantes ensaladas repletas de un arcoíris de verduras y frutas. Para alcanzar el objetivo de incluir un 80% de alimentos ultraprocesados, las ensaladas se mezclan con carne de charcutería cargada de aditivos, salchichas de pavo, una mezcla de arroz en caja lista para preparar y aderezo para ensaladas comprado en la tienda.

Sin embargo, junto a esas comidas en la cocina está la cena del día siguiente, cuando Srisatta empezará una semana de comidas ultraprocesadas, hipercalóricas y de alta palatabilidad. Esa comida no contiene ningún alimento mínimamente procesado: solo sándwiches ultraprocesados de pavo y queso amarillo en pan blanco, papas fritas y melocotones enlatados en jarabe espeso.

Las comidas de ambos días contienen el mismo número máximo de calorías, pero la diferencia es visualmente sorprendente. Se necesitan dos bandejas rebosantes de una mezcla de alimentos mínimos y ultraprocesados para igualar la misma densidad energética que una bandeja llena de alimentos ultraprocesados.

El impacto de todas estas dietas diferentes en Srisatta y los demás voluntarios no se conocerá hasta que se publique el estudio dentro de unos años, mucho después de la publicación de las directrices alimentarias federales para 2025-2030. Mientras tanto, se necesitan más estudios para responder a la pregunta científica de cómo afectan al organismo los alimentos ultraprocesados, afirma Hall.

“Si comprendemos cómo el entorno alimentario influye realmente en nuestra salud metabólica, esperamos mejorar básicamente el suministro de alimentos en el futuro”, afirmó Hall. “Cada estudio añade una pequeña pieza a este rompecabezas. Nosotros estamos haciendo nuestra pequeña aportación y creemos que podríamos hacer más. Hay muchas otras personas muy interesadas en hacer esta investigación. Necesitamos recursos para hacer más”.

Son hasta el 70% de la dieta estadounidense, pero EE.UU. no tiene una política sobre alimentos ultraprocesados

La industria alimentaria exige frenar la «avalancha regulatoria» y señala a la normativa medioambiental

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La industria alimentaria exige frenar la «avalancha regulatoria» y señala a la normativa medioambiental

La vicepresidenta de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB Judith Viader ha avisado que «en los próximos meses entrarán en vigor nuevas normativas que nos llegan de Europa y España, cuya aplicación es un verdadero reto».

La industria alimentaria exige frenar la "avalancha regulatoria" y señala a la normativa medioambiental
La industria alimentaria exige frenar la «avalancha regulatoria» y señala a la normativa medioambiental

La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha reclamado este jueves, durante la celebración de la asamblea general celebrada en Madrid, que se ponga «freno a la avalancha regulatoria» que está lastrando la competitividad del sector, según informa en un comunicado.

La vicepresidenta de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB, Judith Viader, ha afirmado que «en los próximos meses entrarán en vigor nuevas normativas que nos llegan de Europa y España, cuya aplicación es un verdadero reto. Es necesario poner freno a la avalancha regulatoria y que las empresas del sector tengan un tiempo de adaptación razonable para no limitar nuestra capacidad de crecimiento y creación de empleo». 

La industria alimentaria exige frenar la "avalancha regulatoria" y señala a la normativa medioambiental
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La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha reclamado este jueves, durante la celebración de la asamblea general celebrada en Madrid, que se ponga «freno a la avalancha regulatoria» que está lastrando la competitividad del sector, según informa en un comunicado.

La vicepresidenta de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB, Judith Viader, ha afirmado que «en los próximos meses entrarán en vigor nuevas normativas que nos llegan de Europa y España, cuya aplicación es un verdadero reto. Es necesario poner freno a la avalancha regulatoria y que las empresas del sector tengan un tiempo de adaptación razonable para no limitar nuestra capacidad de crecimiento y creación de empleo». 

«La nueva legislación relativa a sostenibilidad y medio ambiente, seguridad alimentaria y procesos administrativos requiere de unos plazos para que las compañías, especialmente las pymes que componen el 96% del sector, puedan aplicarlas», ha alertado. Viader se ha referido a los grandes desafíos que encara la industria de alimentación y bebidas en los próximos meses. Así, ha resaltado la importancia de poner en valor al sector y combatir la desinformación, conseguir una evolución de los sistemas de reciclado de envases acorde al momento actual, seguir apoyando a las empresas españolas para consolidar la tendencia de crecimiento de las exportaciones en valor y volumen y confirmar el liderazgo de la industria alimentaria en el entorno de las startups, entre otros.

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La vicepresidenta de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB, Judith Viader, ha afirmado que «en los próximos meses entrarán en vigor nuevas normativas que nos llegan de Europa y España, cuya aplicación es un verdadero reto. Es necesario poner freno a la avalancha regulatoria y que las empresas del sector tengan un tiempo de adaptación razonable para no limitar nuestra capacidad de crecimiento y creación de empleo». 

«La nueva legislación relativa a sostenibilidad y medio ambiente, seguridad alimentaria y procesos administrativos requiere de unos plazos para que las compañías, especialmente las pymes que componen el 96% del sector, puedan aplicarlas», ha alertado. Viader se ha referido a los grandes desafíos que encara la industria de alimentación y bebidas en los próximos meses. Así, ha resaltado la importancia de poner en valor al sector y combatir la desinformación, conseguir una evolución de los sistemas de reciclado de envases acorde al momento actual, seguir apoyando a las empresas españolas para consolidar la tendencia de crecimiento de las exportaciones en valor y volumen y confirmar el liderazgo de la industria alimentaria en el entorno de las startups, entre otros.

Nombramientos

Durante su intervención, ha recordado a las víctimas mortales y ciudadanos de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía afectados por la DANA y ha trasladado su «solidaridad» a todos ellos, así como a las empresas y trabajadores del sector, el resto de la cadena alimentaria e industrias auxiliares que están sufriendo las consecuencias de esta catástrofe. Por último, durante la celebración de la asamblea, a propuesta de su consejo de dirección, se ha designado a Jesús Loriente de la Ossa, consejero delegado de Incarlopsa, como nuevo consejero de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas

La industria alimentaria exige frenar la «avalancha regulatoria» y señala a la normativa medioambiental

El nutricionista Vicente Clemente alerta sobre el consumo de proteínas: «Puede ser perjudicial para la salud»

En los últimos años, las dietas ricas en proteínas han ganado popularidad, sobre todo entre los deportistas y aquellos que buscan perder peso de manera rápida. Sin embargo, existe una gran controversia acerca de si consumir más proteínas de las necesarias puede tener efectos negativos sobre nuestra salud.

A menudo, circulan mitos sobre los peligros de una ingesta excesiva de este macronutriente. Para aclarar estas dudas, hemos consultado al experto en nutrición Vicente Clemente, profesor de la universidad Europea, quien explica lo que realmente ocurre en nuestro cuerpo cuando tomamos demasiadas proteínas.

En los últimos años, las dietas ricas en proteínas han ganado popularidad, sobre todo entre los deportistas y aquellos que buscan perder peso de manera rápida. Sin embargo, existe una gran controversia acerca de si consumir más proteínas de las necesarias puede tener efectos negativos sobre nuestra salud.

A menudo, circulan mitos sobre los peligros de una ingesta excesiva de este macronutriente. Para aclarar estas dudas, hemos consultado al experto en nutrición Vicente Clemente, profesor de la universidad Europea, quien explica lo que realmente ocurre en nuestro cuerpo cuando tomamos demasiadas proteínas.

Es crucial adaptar la dieta a las necesidades personales y evitar caer en el exceso, ya que las proteínas deben ser parte de una dieta equilibrada, que incluya otros nutrientes esenciales como carbohidratos y grasas saludables.

Para quienes buscan perder peso o mejorar su rendimiento deportivo, las dietas hiperproteicas pueden ser una herramienta útil, pero siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud o un nutricionista para asegurarse de que se siguen de manera adecuada.

En los últimos años, las dietas ricas en proteínas han ganado popularidad, sobre todo entre los deportistas y aquellos que buscan perder peso de manera rápida. Sin embargo, existe una gran controversia acerca de si consumir más proteínas de las necesarias puede tener efectos negativos sobre nuestra salud.

A menudo, circulan mitos sobre los peligros de una ingesta excesiva de este macronutriente. Para aclarar estas dudas, hemos consultado al experto en nutrición Vicente Clemente, profesor de la universidad Europea, quien explica lo que realmente ocurre en nuestro cuerpo cuando tomamos demasiadas proteínas.

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La nutricionista Boticaria García aclara si la avena se puede comer cruda: «Tiene un antinutriente»

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La clave está en encontrar el balance perfecto que se adapte a cada persona y sus objetivos específicos. Como siempre, la moderación y el asesoramiento profesional son esenciales para mantener una buena salud.

Cuánta proteína necesitamos realmente
La cantidad de proteína que cada persona necesita varía en función de varios factores como la actividad física, la edad, el sexo y el estado de salud. La cantidad diaria recomendada de proteínas para un adulto promedio oscila entre 1 y 1,2 gramos por kilogramo de peso corporal.

No obstante, Clemente explica que «los requerimientos de proteínas en niños y personas mayores pueden ser un poco mayores. Además, los hombres necesitan más proteína al tener mayor masa muscular y para la regeneración del músculo». Por tanto, las necesidades de proteínas pueden variar considerablemente dependiendo del individuo y sus características físicas.

El mito sobre la ingesta excesiva de proteínas
Uno de los mitos más comunes sobre las proteínas es que consumir más de lo recomendado puede causar daño a los riñones, al hígado o al páncreas. Sin embargo, según el nutricionista Vicente Clemente, «si nos pasamos, no pasa absolutamente nada. Es un bulo que nos han vendido».

Según Clemente, varios estudios han demostrado que incluso se puede consumir hasta 4 gramos de proteína por kilogramo de peso sin efectos negativos. Aunque esta cantidad es extremadamente alta y difícil de alcanzar sin recurrir a suplementos, el experto afirma que no existe evidencia científica que sugiera que el consumo excesivo de proteínas afecte negativamente a órganos como los riñones o el hígado, al menos en personas saludables.

«Al final, somos animales carnívoros y nuestro sistema digestivo está hecho por y para la digestión de proteínas y grasas», comenta Clemente, explicando que nuestro cuerpo está diseñado para procesar estas sustancias de manera eficiente. No obstante, es importante recordar que existen algunas excepciones, como las personas con enfermedades renales.

Quién debe limitar su ingesta de proteínas
Aunque la mayoría de las personas saludables pueden consumir grandes cantidades de proteínas sin consecuencias graves, aquellas personas que padecen enfermedades renales deben tener precaución.

La National Kidney Foundation recomienda que los pacientes con enfermedad renal limiten la ingesta de proteínas para ralentizar el deterioro de la función renal. Clemente aclara que «las investigaciones han demostrado que seguir dietas populares ricas en proteínas durante un período prolongado puede dañar los riñones». Sin embargo, este riesgo se presenta principalmente en personas con enfermedad renal moderada o grave.

Es importante tener en cuenta que el tipo de proteína también juega un papel crucial en los posibles efectos sobre la salud renal. Según la divulgadora Boticaria García, «la proteína que procede de carne roja puede aumentar el riesgo de enfermedad crónica renal», aunque no se ha observado que las proteínas provenientes de lácteos desnatados o mariscos tengan el mismo impacto.

El impacto de la proteína en el estado de ánimo
Un mito comúnmente extendido es que consumir demasiada proteína puede afectar negativamente la salud mental o el estado de ánimo. Sin embargo, este no es el caso. «Comer demasiada proteína no afecta de forma negativa a la salud mental», asegura Vicente Clemente.

De hecho, la falta de proteínas en la dieta podría ser más perjudicial para la salud mental. Clemente explica que los neurotransmisores, que son esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro, necesitan aminoácidos, derivados de las proteínas, para formarse. Por lo tanto, «un bajo consumo de proteínas podría influir negativamente en el estado de ánimo».

Quién debería seguir una dieta hiperproteica
Las dietas hiperproteicas, en las que la ingesta de proteínas supera las cantidades recomendadas, son especialmente populares entre quienes buscan perder peso rápidamente.

«Si te intentas quitar la mayor cantidad de hidratos de carbono, la pérdida de grasa va a ser mayor y más rápida. Se trata de una herramienta nutricional que ayuda a la pérdida de grasa», comenta Clemente. Sin embargo, estas dietas no son necesarias para todo el mundo.

Las dietas ricas en proteínas son especialmente recomendadas para deportistas, especialmente aquellos que realizan entrenamientos intensos. Esto se debe a que los deportistas tienen unas necesidades mucho mayores de proteínas debido a las exigencias de su actividad física.

Como explica Clemente, «las altas demandas de entrenamiento hacen que los deportistas necesiten grandes cantidades de este nutriente» para favorecer la recuperación y el crecimiento muscular.

https://aliculgrupob.blogs.upv.es/2024/11/29/borrador-automatico

La ciencia revela cuándo y cuántos vasos de agua debes beber al día para perder peso de manera efectiva.

Se suele recomendar, de forma generalizada, mantener una buena hidratación durante el día a día habitual, y especialmente durante el proceso de casi cualquier enfermedad. Además, también se suele hacer hincapié en la hidratación a la hora de buscar perder peso, dado que el agua tiene cierto potencial saciante, y su adición a las comidas de forma previa o simultáneamente a las mismas puede potenciar la saciedad y enlentecer el vaciado gástrico.

Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco ha analizado sistemáticamente qué base científica hay en cuanto al consumo de agua y la pérdida de peso se refiere, y también se han fijado en otros posibles beneficios respecto a la ingesta hídrica: prevenir cálculos renales, prevenir migrañas, reducir el riesgo de sufrir infecciones de orina o mejorar la hipotensión arterial. Sus hallazgos se han publicado recientemente en la revista JAMA.

Como ya adelanta Benjamin Breyer, autor principal del estudio y presidente del Departamento de Urología de la UCSF: «Para ser una intervención tan ubicua y simple, la evidencia no ha sido tan clara y sus beneficios no estaban tan bien establecidos, por lo que queríamos analizarla más de cerca. La cantidad de investigaciones rigurosas ha resultado ser limitada, pero en algunas áreas específicas sí se ha observado un beneficio estadísticamente significativo. Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que evalúa los beneficios del consumo de agua en los resultados clínicos en general».

En este caso, esta revisión sistémica tuvo en cuenta 18 ensayos clínicos controlados y aleatorizados, y no se detectaron tantos beneficios como se suelen publicitar, aunque no por ello una correcta hidratación estaría falto de evidencia: la mayoría de la evidencia disponible sugeriría que beber agua sí puede prevenir los cálculos renales y sí ayuda a perder peso.

Varios de los estudios analizados habrían demostrado que beber unos seis vasos de agua al día ayudaría a perder peso, aunque un estudio que incluyó a adolescentes concluyó que beber un poco más de ocho vasos de agua al día no tendría ningún efecto. Aún así, los autores sugerirían que deberíamos beber agua antes de las comidas, dado que se trata de una intervención simple y barata con enormes beneficios, sobretodo teniendo en cuenta la creciente prevalencia de obesidad.

Otros estudios habrían sugerido que beber agua puede ayudar a prevenir migrañas, controlar mejor la diabetes y la hipotensión arterial y prevenir las infecciones urinarias: los adultos que sufrían dolores de cabeza recurrentes sí se sentían mejor tras tres meses aumentando su consumo de agua habitual.

Por su parte, los pacientes diagnosticados de diabetes lograrían mejoras en sus controles de glucosa en sangre tras beber al menos cuatro vamos de agua extra al día.

Respecto a las infecciones urinarias, beber seis vasos de agua adicionales al día habría demostrado ser una medida eficaz, simple y barata para reducir la recurrencia de dichas infecciones en mujeres, logrando reducir tanto la cantidad de infecciones como el rango temporal de aparición entre las vismas. Asimismo, beber agua sí mejoraría los casos de tensión arterial baja o hipotensión.

Así pues, aunque la evidencia sugiera que se debe consumir al menos ocho vasos de agua al día, la dosificación «extra» variaria entre patologías, y también entre personas: no todo el mundo tiene que necesitar la misma cantidad de hidratación, y puede ser muy dependiente de los niveles de sudoración o actividad física; y por supuesto debe tenerse en cuenta el nivel de micción habitual para no acabar creando males mayores al intentar hidratarse de forma extraordinaria.

https://aliculgrupob.blogs.upv.es/2024/11/29/borrador-automatico

Cómo cocer huevos en Thermomix: este es el tiempo adecuado según el punto.

Al cocinar huevos mediante técnicas como la cocción, es importante la duración en que el producto permanece en el agua, ya que el resultado varía según si lo dejamos más o menos tiempo.

Los huevos se han convertido en uno de los productos básicos en las cocinas de cualquier parte de España. Su impresionante versatilidad, así como sus múltiples beneficios, lo convierten en un ingrediente clave en diversas recetas actuales, como esta que compartimos hace unos días.

A su vez, son fáciles de manipular y podemos obtener muchos resultados. Huevo poché, huevos fritos, huevos revueltos… También que destacamos que este producto se consume, muchas veces, cocido. Ya sea para añadirlo a ensaladas o a otras recetas como el salmorejo, el huevo cocido es un ingrediente que puede incluirse en mil (y un) platos.

Cocer huevos es una tarea fácil pero el tiempo es importante, ya que el resultado varía si el producto se deja más tiempo o menos. Se dice que para lograr un huevo duro, hay que cocerlo durante 12 minutos como mucho, pero si queremos la clara cuajada y la yema líquida, no más de 5 minutos. ¿Es lo mismo si usamos una thermomix? Veámoslo.

El tiempo que necesito para cocer huevos en thermomix, según el punto
Desde el blog de la empresa Thermomix, la respuesta a la pregunta la tiene Mónica Banga en un artículo que escribió para la página web. La experta señala que los huevos se ponen en el cestillo y se meten en el vaso de la herramienta, lleno con agua. En cuanto a los tiempos de cocción, afirma que, dependiendo del punto que se quiera obtener, son los siguientes:

10 minutos, muy líquidos: la yema líquida y la clara viscosa.

11 minutos, cremosos: la yema líquida y la clara cuajada.

12 minutos, blandos: la yema está blanda.

13 minutos, cocidos: la yema está cocida, pero no dura.

14 minutos, duros.


Una vez transcurrido el tiempo deseado, la experta recomienda usar «la muesca de la espátula para extraer inmediatamente el cestillo con los huevos» y ponerlos «bajo el grifo de agua fría para parar la cocción».

La manera correcta de cocer los huevos para pelarlos bien
Ahora que sabemos el tiempo para cocer un huevo en la thermomix, viene el siguiente proceso: quitar la cáscara. Pelar el huevo necesita de maña y destreza, aunque, en la actualidad, hay muchos trucos para realizar esta tarea de una manera más sencilla.

https://aliculgrupob.blogs.upv.es/2024/11/29/borrador-automatico