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El futuro de la alimentación: Avances tecnológicos en la industria alimentaria
La industria alimentaria es un campo en constante evolución, y los avances tecnológicos desempeñan un papel crucial en su desarrollo. En los últimos años hemos presenciado cómo la tecnología ha transformado la forma en que producimos, procesamos y distribuimos los alimentos.
Desde la agricultura de precisión hasta la inteligencia artificial aplicada a la seguridad alimentaria, existe un sinfín de innovaciones que están revolucionando la industria.
Agricultura de precisión: Optimizando la producción de alimentos
La agricultura de precisión se refiere al uso de tecnología avanzada para mejorar la eficiencia y la productividad en la producción agrícola. Mediante el uso de sensores, drones y sistemas de información geográfica (SIG), los agricultores pueden obtener datos detallados sobre sus cultivos y su entorno.
Ademas estos datos les permiten tomar decisiones más informadas sobre la aplicación de fertilizantes, el riego y la protección de los cultivos, lo que se traduce en una producción más sostenible y rentable.
La agricultura de precisión ofrece una serie de beneficios significativos para los agricultores y la industria alimentaria en general como:
- Mayor eficiencia en el uso de recursos: Al utilizar datos y tecnología para optimizar los procesos agrícolas, se reduce el desperdicio de agua, fertilizantes y otros insumos, lo que ayuda a preservar los recursos naturales y reducir el impacto ambiental.
- Mejor calidad de los cultivos: Al monitorear de cerca las condiciones de crecimiento y aplicar medidas preventivas basadas en datos, los agricultores pueden garantizar la salud y calidad de sus cultivos, lo que se traduce en productos finales superiores.
- Reducción de costos: Al maximizar la eficiencia en la producción y minimizar las pérdidas, la agricultura de precisión puede ayudar a los agricultores a reducir costos y aumentar sus márgenes de beneficio.
- Mayor seguridad alimentaria: Al optimizar los procesos de producción y minimizar las pérdidas de cultivos, la agricultura de precisión contribuye a garantizar un suministro de alimentos más estable y confiable.
Inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático
Estas tecnologías permiten el procesamiento y análisis de grandes cantidades de datos de manera rápida y eficiente, lo que proporciona información valiosa para la toma de decisiones y la mejora de los procesos. Tienen numerosas aplicaciones en la industria alimentaria, algunas de ellas son:
- Control de calidad: La IA y el AA pueden ayudar a identificar anomalías en los productos alimentarios, como contaminantes o defectos de fabricación, garantizando así la seguridad y calidad de los alimentos.
- Optimización de la cadena de suministro: Estas tecnologías pueden mejorar la eficiencia de la cadena de suministro mediante la predicción de la demanda, la optimización de rutas de distribución y la gestión de inventario.
- Desarrollo de nuevos productos: La IA y el AA pueden analizar grandes volúmenes de datos de mercado y preferencias de los consumidores para identificar oportunidades de desarrollo de nuevos productos y tendencias emergentes.
- Personalización de la alimentación: Mediante el análisis de datos personales y de salud, la IA y el AA pueden ayudar a desarrollar dietas personalizadas y recomendar alimentos que se adapten a las necesidades individuales de cada persona.
Impresión 3D de alimentos
Ha dejado de ser una tecnología exclusiva de la fabricación de objetos para adentrarse en el mundo de la alimentación, la posibilidad de crear alimentos personalizados y diseñados con precisión abre un amplio abanico de posibilidades en la gastronomía y la nutrición.
Además tiene aplicaciones tanto en el ámbito doméstico como en el sector de la restauración y la industria alimentaria en general como:
- Personalización de alimentos: La impresión 3D permite la creación de alimentos adaptados a las necesidades y preferencias individuales de las personas, como alimentos enriquecidos con nutrientes específicos o adaptados a dietas especiales.
- Diseño de formas y texturas innovadoras: Mediante la impresión 3D, es posible crear alimentos con formas y texturas únicas que no se pueden lograr mediante métodos tradicionales de preparación de alimentos.
- Reducción del desperdicio alimentario: La impresión 3D de alimentos permite utilizar ingredientes de manera más eficiente, lo que ayuda a reducir el desperdicio alimentario al mínimo.
Realidad aumentada (RA) y realidad virtual (RV) en la experiencia del consumidor
Estas tecnologías están cambiando la forma en que los consumidores interactúan con los alimentos y las marcas, brindan experiencias inmersivas y personalizadas, mejorando la participación del consumidor y la toma de decisiones de compra.
También ofrecen una variedad de experiencias mejoradas en el ámbito de la alimentación como:
- Visualización de productos: Mediante el uso de aplicaciones de realidad aumentada, los consumidores pueden ver visualmente cómo lucirán los productos alimentarios en su hogar antes de comprarlos, lo que ayuda a tomar decisiones de compra más informadas.
- Educación alimentaria: Puede utilizarse para brindar experiencias educativas interactivas sobre temas como la nutrición, los métodos de preparación de alimentos y la agricultura sostenible.
- Creación de marcas y marketing experiencial: Las marcas pueden utilizarlas para crear experiencias únicas y memorables para los consumidores, lo que ayuda a generar conexiones emocionales y fortalecer la lealtad a la marca.
Robótica en la industria alimentaria
La robótica se está volviendo cada vez más común en la industria alimentaria, ya que ofrece la posibilidad de automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia en la producción y procesamiento de alimentos.
La robótica se utiliza en diversas aplicaciones dentro de la industria alimentaria, entre las cuales se incluyen:
- Procesamiento y empaquetado de alimentos: Los robots pueden realizar tareas de corte, pelado, clasificación y empaquetado de alimentos de manera precisa y eficiente, lo que ayuda a agilizar los procesos de producción.
- Seguridad alimentaria: Los robots equipados con sensores y cámaras pueden detectar y eliminar contaminantes en los alimentos, asegurando la calidad y seguridad alimentaria.
- Agricultura de precisión: Los robots agrícolas pueden realizar tareas como la siembra, el riego y la cosecha de cultivos, reduciendo la dependencia de la mano de obra humana y mejorando la eficiencia en la producción agrícola.
Nanotecnología
Es una disciplina científica que se centra en la manipulación y control de materiales a escala nanométrica, en la industria alimentaria, tiene el potencial de mejorar la calidad, seguridad y funcionalidad de los alimentos.
Por si fuera poco, se utiliza en diversos ámbitos de la industria alimentaria para introducir mejoras significativas como:
- Envases inteligentes: Los materiales nanoestructurados pueden utilizarse en la fabricación de envases que permiten monitorear y controlar la calidad y frescura de los alimentos, extendiendo su vida útil y reduciendo el desperdicio alimentario.
- Aditivos alimentarios: Puede utilizarse para desarrollar aditivos alimentarios con propiedades mejoradas, como la liberación controlada de nutrientes o la mejora de la textura y sabor de los alimentos.
- Sensores de detección de contaminantes: Los nanosensores pueden detectar y cuantificar contaminantes en los alimentos, como bacterias patógenas o productos químicos indeseables, mejorando la seguridad alimentaria.
Métodos innovadores de procesamiento y envasado de alimentos
Los avances tecnológicos también están transformando la forma en que se procesan y envasan los alimentos, como el procesamiento a alta presión (HPP, por sus siglas en inglés) es un método que usa alta presión para matar bacterias dañinas en los alimentos.
En tal sentido este método se puede utilizar para procesar frutas y verduras frescas sin necesidad de calor, lo que puede conservar los nutrientes y el sabor de los alimentos.
La microencapsulación es otro método innovador de procesamiento de alimentos. Este método consiste en encapsular los ingredientes de los alimentos en una capa protectora, lo que puede prolongar la vida útil de los alimentos y mejorar su sabor y textura.
Nuevas formas de distribución y consumo de alimentos
Los avances tecnológicos también están cambiando la forma en que se distribuyen y consumen los alimentos. Los servicios de compra de comestibles y entrega de alimentos en línea se están volviendo cada vez más populares, ya que facilitan que las personas obtengan los alimentos que necesitan sin tener que salir de sus hogares.
La entrega con drones es otra tecnología emergente que tiene el potencial de revolucionar la industria alimentaria, podrían usarse para entregar alimentos a áreas remotas o a personas que no pueden salir de sus hogares.
Críticas al nuevo Comisario de Agricultura y Alimentación de la UE por sus prioridades legislativas
El enfoque «centrado en el agricultor» del nuevo Comisario de Agricultura y Alimentación de la UE, Christophe Hansen, ha suscitado las críticas de la otra parte interesada en su cartera.
Hay muchas esperanzas puestas en que Cristophe Hansen logre sortear el cada vez más polarizado debate sobre política alimentaria. Sin embargo, sus respuestas a las preguntas planteadas por los eurodiputados han dejado un sabor amargo: algunas fuentes comunitarias critican su énfasis excesivo en la agricultura y una falta de atención a las cuestiones relacionadas con la alimentación.
En sus respuestas parlamentarias, Hansen reiteró su compromiso de presentar una hoja de ruta global en los primeros 100 días de su mandato. Esta sustituirá a la estrategia conocida como «de la granja al tenedor», la política alimentaria de la UE propuesta en el mandato anterior.
Sin embargo, a pesar de que la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, añadió las competencias de «alimentación» al cargo de Hansen, sus primeras respuestas han decepcionado a algunas de las partes interesadas. «Las respuestas escritas del candidato a Comisario nos han dejado con ganas de saber más sobre la parte alimentaria de su cartera», declaró a ‘Euronews’ Camille Perrin, responsable de política alimentaria de la organización europea de consumidores BEUC.
Perrin señaló que la visión inicial de Hansen carece de atención al consumidor, un elemento clave de la política alimentaria. «Con los precios de los alimentos aún significativamente más altos que hace unos años, esperábamos que la asequibilidad de los alimentos fuera un punto más importante en sus planes de trabajo», añadió, afirmando que una cadena de suministro de alimentos justa debe apoyar tanto a los agricultores como a los consumidores.
En un comentario en redes sociales, Dirk Jacobs, director general de la organización europea de fabricantes de alimentos FoodDrinkEurope, señaló que las respuestas de Hansen ofrecían pocos indicios de apoyar a la industria alimentaria de la UE.
Contactado por ‘Euronews’, Jacobs puntualizó que este énfasis en la agricultura podría estar inducido por las preguntas formuladas por la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, que suele dar prioridad a estas cuestiones. «Sin embargo, dado su doble título de Comisario de Agricultura y Alimentación, habríamos esperado una mayor atención al sector alimentario. Sus respuestas parecen estar muy centradas en los agricultores, lo cual es una oportunidad perdida», dijo.
Una cuestión clave para Hansen es la subsistencia de los agricultores, que, según señaló, se ve afectada por «un menor poder de negociación y la falta de transparencia del mercado». En este sentido, Hansen se ha comprometido a reforzar el poder de negociación de los agricultores para minimizar el riesgo de que se vean obligados a vender por debajo de los costes de producción. Esto incluye la posible revisión de la directiva sobre Prácticas Comerciales Desleales (UTP), adoptada hace cinco años pero aún ampliamente inaplicada, para abordar los desequilibrios de poder en la cadena de suministro alimentario.
Trigo silvestre, la clave de la seguridad alimentaria en un mundo que se calienta
Aumentar la inversión en la investigación de los parientes de millones de años de antigüedad de este cereal puede producir una nueva generación de variedades resistentes al clima y regenerativas para el medio ambiente.
Cerca de mil millones de litros de fungicida es la cantidad que se han ahorrado los agricultores este siglo gracias al uso de variedades de trigo resistentes a las enfermedades. El trigo moderno debe la mayoría de sus genes de resistencia a sus parientes silvestres: primos herbáceos con millones de años de antigüedad y que han sido puestos a prueba en las condiciones climáticas extremas de la Tierra.
A pesar de estos notables logros en la mejora genética del trigo, no hemos hecho más que arañar la superficie del potencial genético de sus parientes silvestres. Con el cambio climático intensificándose y la rápida evolución y propagación de patógenos —una nueva cepa de hongo puede circular en la corriente de aire—, es imperativo aumentar la inversión en la investigación de esta diversidad genética en gran medida inexplorada. Hacerlo podría revolucionar la producción de trigo, garantizando la seguridad alimentaria, mientras se reduce drásticamente la huella medioambiental de la agricultura.
Sin iniciativas como estas, las epidemias o pandemias podrían devastar las cosechas, lo que podría llevar a la aplicación masiva de agroquímicos tóxicos y aumentar la presión selectiva para que las plagas y enfermedades desarrollen resistencia. Las consecuencias serían de gran alcance, pues no solo afectarían a la seguridad alimentaria y al medio ambiente, sino también a la estabilidad geopolítica, pudiendo desencadenar migraciones humanas y conflictos.
El poder de los microorganismos
La variación genética en los bancos de semillas está en gran medida ausente en el trigo moderno, que se separó genéticamente de otras especies de pastos hace 10.000 años y recientemente ha sido objeto de un programa de cultivo basado en la ciencia, lo que ha restringido su diversidad. El trigo necesita la diversidad de sus primos para prosperar en un clima cambiante.
Más allá de la resistencia al clima y a las enfermedades, los parientes silvestres del trigo ofrecen otra interesante vía de beneficios medioambientales: la mejora de las interacciones con microorganismos beneficiosos. Estos pastos antiguos han desarrollado relaciones intrincadas con los microbios del suelo, ausentes en gran medida en el trigo moderno.
Algunos parientes silvestres del trigo pueden inhibir los microbios del suelo que convierten el amonio en nitrato. Aunque ambas formas de nitrógeno son útiles para las plantas, el nitrato es más propenso a perderse por lixiviación o conversión gaseosa. Ralentizar este proceso de conversión, llamado nitrificación, tiene profundas implicaciones para la agricultura sostenible, ya que puede mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno y reducir el uso de fertilizantes sintéticos.
El camino a seguir es claro: aumentar la inversión en la investigación de los parientes silvestres del trigo puede producir una nueva generación de variedades de trigo que sean no solo resistentes al clima, sino también regenerativas para el medio ambiente. Será un paso crucial hacia la seguridad alimentaria sostenible en un mundo cambiante.
La alimentación es un derecho humano: la ONU llama a trabajar para que todos lo ejerzamos
La agricultura produce comida suficiente para toda la población del planeta; sin embargo, 733 millones de personas sufren hambre debido a los conflictos, los eventos climáticos extremos y la pobreza. En la jornada mundial dedicada a la alimentación, la ONU insta a buscar soluciones para que todos gocemos ese derecho fundamental.
El derecho a la alimentación está reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 como parte del derecho a un nivel de vida adecuado y fue consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.
Pero la larga data de su reconocimiento en la legislación internacional, que lo protege como el derecho de todos los seres humanos a alimentarse con dignidad ya sea produciendo su propio alimento o adquiriéndolo, no ha garantizado su ejercicio para todas las personas.
En el Día Mundial de la Alimentación, celebrado cada 16 de octubre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que pese a que los agricultores del mundo producen suficientes víveres para toda la población del planeta, el hambre persiste y flagela 733 millones de personas por razones que incluyen los conflictos, los recurrentes eventos climáticos extremos y la pobreza.
Las personas más pobres y vulnerables son las que nutren las cifras del hambre aunque muchas veces sean campesinos empleados en producir alimentos, una triste paradoja que refleja las cada vez mayores desigualdades entre los países y dentro de ellos mismos.
La FAO subrayó que la alimentación es la tercera necesidad humana más básica después del aire y el agua, por lo que todos deberían tener derecho a una alimentación adecuada.
Alimentos disponibles, accesibles y nutritivos
El derecho a la alimentación supone no sólo que los alimentos estén disponibles sino también que sean accesibles, es decir, que cada persona o familia con los medios para producirlos o adquirirlos.
También implica que cuando las personas no sean capaces de satisfacer este derecho debido a guerras, desastres o privación de la libertad, el Estado tiene la obligación de proporcionarles alimento directamente.
Con motivo de la jornada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo hincapié en que alimentarse no quiere decir conformarse con cualquier alimento, y agregó que los gobiernos deberían garantizar que la comida de la población sea nutritiva, segura y asequible.
En este sentido, destacó que 2800 millones de personas no pueden permitirse llevar una alimentación sana, lo que incluye a quienes tienen sobrepeso, recalcando que la obesidad se está disparando a nivel mundial, generando un problema grave de salud pública.
Los alimentos deben favorecer un crecimiento saludable y prevenir las enfermedades sin amenazar el medio ambiente, sin destruir los bosques y sin utilizar para su producción más agua dulce de lo que el planeta puede tolerar.
Sistemas agroalimentarios eficientes y sostenibles
En la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación en la sede de la FAO en Roma, el director general de esa agencia, Qu Dongyu, llamó a los Estados a renovar el compromiso “para construir sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles que puedan alimentar al mundo”.
Hace veinte años, la comunidad internacional acordó una serie de directrices para garantizar que todas las personas tuvieran una alimentación adecuada.
Sin paz no hay seguridad alimentaria
Las directrices ofrecen orientación a los Estados mediante el desarrollo de estrategias, programas, políticas y legislación. Pero la primera condición para cumplir con esas directrices es la paz.
Al aludir a los múltiples conflictos que se viven en el mundo, Qu afirmó que “no hay seguridad alimentaria sin paz”
“La seguridad alimentaria se basa en la disponibilidad, la accesibilidad y la asequibilidad de los alimentos”, aseveró, y agregó que no se puede construir comunidades pacíficas “sin abordar el hambre y la malnutrición”.
En el mismo tenor, el Secretario General de la ONU dijo en su mensaje para la ocasión que el hecho de que el hambre y la malnutrición formen parte de la vida cotidiana de miles de millones de niños, mujeres y hombres, es señal de que algo no va nada bien en nuestro mundo.
António Guterres exhortó a tener presentes a los 733 millones de personas que no tienen suficientes alimentos a causa de los conflictos, la marginación, el cambio climático, la pobreza y las crisis económicas.
Entre esas personas hambrientas, mencionó particularmente a las que corren el riesgo de sufrir una hambruna causada por el ser humano en Gaza y Sudán.
La hambruna es un fracaso colectivo
La hambruna se define como una desnutrición generalizada y muertes relacionadas con el hambre debido a la falta de acceso a los alimentos.
“Decimos que hay hambruna cuando se dan tres condiciones en una zona geográfica específica, ya sea un pueblo, una aldea, una ciudad o incluso un país”, explicó el economista jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Arif Husain precisió que en una situación de hambruna, el 20% de la población de una zona en particular enfrenta niveles extremos de hambre; el 30% de los niños en el mismo lugar están emaciados o demasiado delgados para su estatura; y la tasa de muertes se ha duplicado con respecto al promedio, superando las dos muertes por cada 10.000 personas diarias para los adultos y las cuatro muertes por cada 10.000 personas diarias para los niños.
“La hambruna es la admisión de un fracaso colectivo”, sostuvo.
Husain añadió que para evitar una hambruna es crucial actuar mucho antes de que ésta llegue para que la gente no muera de hambre.
Acabar con el hambre es posible
Pero en medio del regreso de la hambruna en algunos puntos del mundo, además del hambre y la malnutrición, el Secretario General tuvo una nota de optimismo.
“La buena noticia es que es posible lograr el hambre cero”, aseguró.
La condición es una transformación profunda de los sistemas alimentarios con el apoyo de las empresas, el mundo académico, las instituciones de investigación y la sociedad civil, para que ganen en eficiencia, inclusividad, resiliencia y sostenibilidad, según se planteó en la Cumbre de 2021 sobre el tema.
En este sentido, abundó Guterres, los gobiernos deben trabajar con todos sus socios para incentivar la producción y la venta de alimentos sanos y nutritivos a precios asequibles.
“En el Día Mundial de la Alimentación, intensifiquemos la lucha contra el hambre y la malnutrición. Actuemos para defender el derecho a la alimentación en aras de una vida y un futuro mejores”, apuntó António Guterres.
El reto de los alimentos perdidos: por qué uno de cada tres desaparece antes de llegar al consumidor
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define el derecho a la alimentación como el acceso físico y económico de cualquier persona, en todo momento, a una alimentación adecuada o a los medios para obtenerla. Sin embargo, este derecho no siempre se cumple debido a distintos factores.
Un tercio de los alimentos producidos para el ser humano se pierde en la fase de producción primaria o se despilfarra en algún punto de la cadena alimentaria.
Otro informe de la FAO estimó que entre 1 300 y 1 600 millones de toneladas de alimentos de la producción total anual acabaron saliendo de la cadena de suministro sin ser consumidos. WWF calcula que, solo en el sector primario, la cifra puede llegar a 1 200 millones de toneladas anuales.
Esto no solo contribuye a la inseguridad alimentaria, sino que también perjudica al medio ambiente, generando emisiones de gases de efecto invernadero, despilfarro de recursos hídricos y degradación de algunos ecosistemas y su biodiversidad. Para hacer frente a esta problemática, uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU pretende reducir a la mitad el desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de producción y suministro.
Europa aborda el problema
Aunque la Comisión Europea estableció un método normalizado y unos requisitos mínimos de calidad para medir el despilfarro alimentario, excluyó aspectos relacionados con las pérdidas en el sector primario, debido a la complejidad y el coste que conlleva.
A nivel técnico y científico, todavía no existe una metodología común para estimar con precisión este fenómeno y persiste la falta de comprensión de los factores subyacentes. Además, las principales partes interesadas carecen a menudo de los conocimientos necesarios para prevenir eficazmente el problema y aplicar soluciones sostenibles.
Sensores inteligentes para el campo: en algunos casos los agricultores pueden llegar a ahorrar más del 50 % de agua
La falta de lluvia es uno de los principales desafíos a los que enfrenta la agricultura y pone en riesgo la productividad de los cultivos, especialmente en el sur de España y el Mediterráneo, donde se prevé una primavera y un verano más cálido de lo habitual. Ante esta situación, la agrotech alicantina Prismab ofrece una solución con la que ya cuentan más de 1.300 usuarios en la zona de Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana.
En Almería, más de 700 pequeños agricultores ya utilizan esta solución tecnológica. El objetivo es aminorar el impacto de la sequía en el campo y ayudar al pequeño agricultor a aprovechar mejor los recursos y ser más productivo, democratizando su acceso a la tecnología.
Actualmente, la compañía cuenta con más de 3.000 dispositivos inteligentes activos en España (como sensores de suelo, tensiómetros, sensores ambientales y caudalímetros), de los que más de 1.500 se ubican en Almería. Con ellos el agricultor es capaz de obtener información clave sobre sus cultivos de forma centralizada y en tiempo real, evitándole desplazamientos y mejorando la gestión de su tiempo. Para ello, la compañía envía al agricultor el equipo, que lo puede instalar él mismo de forma sencilla en tan solo 5 minutos. A través de una app, puede consultar todos los datos.
Esta tecnología le permite monitorizar los parámetros más importantes. En el caso de los sensores de agua, el agricultor puede conocer su calidad, así como el consumo que ha hecho y la cantidad de agua que tiene almacenada. Esto le ayuda a conocer los costes de su explotación en tiempo real, detectando fugas de forma prematura y la gestión inteligente del almacenamiento del agua a lo largo de un ciclo de cultivo.
Por otro lado, los sensores de clima miden la temperatura, humedad, precipitaciones y radiación. Estos parámetros ofrecen información crítica al agricultor: avisos de heladas, ventanas de peligro como enfermedades o plagas o conocer la cantidad de agua que se está evaporando. Por último, los sensores de suelo miden la cantidad de agua disponible que hay en la tierra, la salinidad y la cantidad de nutrientes, la temperatura, la fuerza de succión que tiene que hacer la planta, etc.
Esta información, mejora la toma de decisión del riego para mantener al cultivo en una zona de “confort” hídrico y reducir el consumo de agua en hasta un 30%. “Hemos percibido hasta un incremento del 15% de la producción en cultivos que cuentan con nuestros dispositivos. Además, el ahorro medio de los agricultores que usan nuestro sistema es del 24,3%, siendo en algunos casos de más del 50% en agua”, ha asegurado Antonio Pastor, CEO de Prismab.
En este mismo sentido, Antonio Salvador, asesor agroambiental en Suministros Limero ha explicado que para él “ha sido la democratización de la tecnología en el campo; con un equipo de bajo coste podemos tener rendimientos en el campo como en las grandes explotaciones. Consigo mejorar el cultivo, ahorramos en agua y fertilizantes y tenemos una mejora medioambiental clarísima».
Gracias a la tecnología de la agrotech, en 2023 se ahorraron 466.357 metros cúbicos de agua, lo que equivale a 187 piscinas olímpicas. Y si tenemos en cuenta el acumulado desde sus inicios en 2017, han conseguido ahorrar 1.715.861 metros cúbicos, el equivalente a 687 piscinas. En Almería se han ahorrado 850.000 metros cúbicos de agua desde que empezaron a hacer uso de estos dispositivos en 2017.
Además, al consumirse menos agua también se consume menos energía, por lo que se reducen las emisiones de CO2 y el uso fertilizantes en la misma proporción, lo que permite al sector cumplir con los objetivos de la Agenda 2030: con el objetivo nº6 (“garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible”), nº12 (“modelos de producción sostenible”) y nº15 (“detener e invertir la degradación de las tierras”).
Alcarràs (2022) Agricultura para un futuro posible
Pocas películas hablan tan bien de la vida cotidiana de las familias campesinas en la España actual como lo hace Alcarràs, una producción que tiene el valor añadido de invertir la tendencia de la producción audiovisual en cuanto a la presencia femenina detrás de las cámaras. No sólo la directora, Carla Simón es también guionista, sino que la maravillosa fotografía ha sido realizada por Daniela Cajías.
La historia, interpretada por actores no profesionales, cuenta el momento crítico de una familia numerosa de agricultores que debe hacer su última cosecha de fruta porque las tierras que cultivaban van a ser dedicada a la colocación de placas solares.
Más que un drama ecológico es una historia que muestra el sufrimiento y el estrés que experimentan las familias que viven del sector primario, sometidas hoy en día a la producción intensiva y a la comercialización abusiva de los productos de la tierra por las grandes distribuidoras de alimentos. Tangencialmente también la película habla de forma crítica del campesinado no es dueño de su propia tierra.
Esta película nos permite reflexionar sobre algo en lo que casi nunca nos paramos a pensar: ¿de dónde vienen nuestros alimentos?, ¿qué consecuencias tiene obtenerlos para las personas y el mundo natural? Pensamos en la comida como si fuese un maná que cae del cielo, o una cornucopia de la que surgen mágicamente flores y frutos, porque para nosotros, obtenerlos tiene que ver más con tener dinero que con un trabajo de producción vinculado a la naturaleza y a la tierra.