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España aboga por la bioimpresión 3D y fabrica tocino cien por cien vegetal

Dos empresas españolas trabajan juntas para fabricar alimentos vegetales con impresión 3D a escala industrial. Su objetivo es crear y comercializar deliciosos alimentos sostenibles.

bioimpresora

En mayo de 2023, Cocuus y Foodys colaboraron para desarrollar productos basados en alimentos bioimpresos en 3D. En octubre de 2023, su asociación logró crear tocino 100 % vegetal. Ese mismo mes, el bacon vegetal empezó a venderse en España. 

Tras este éxito, las dos empresas planeaban crear otras carnes de origen vegetal, como atún, gambas y salmón. Además de producir alimentos vegetales sostenibles, las dos empresas pretenden fabricarlos a escala industrial. Su objetivo final es desarrollar, producir y comercializar alimentos sostenibles que sepan deliciosos.

«Seremos capaces de producir alimentos vegetales sanos, sostenibles y nutritivos sin renunciar a experiencias de consumo muy arraigadas en la población», afirma Gonzalo Agorreta, CEO de Foodys, citado por VegConomist.

Este mismo mes de enero, Cocuus anunció su plan de imprimir 1.000 toneladas de bacon de origen vegetal, según informa Replicador. Para llevar a cabo ese plan, Cocuus utilizará sus instalaciones a escala industrial para la impresión 3D de carne. 

Esta instalación se encuentra en el norte de España y es fruto de la colaboración de Cocuus con Foodys. Cocuus afirma que la instalación cuenta con avanzadas máquinas de impresión 3D. Cada una de estas máquinas es capaz de producir 250 kg de tocino vegetal cada hora.

«Tenemos una gran ventaja: con nuestra tecnología, hacemos en 5 minutos lo que dos cerdos en toda una vida. Esta es la forma de solucionar la falta de proteínas en el mundo», ha declarado el fundador y CEO de Cocuus, Patxi Larumbre.

Aunque la bioimpresión 3D es una tecnología relativamente nueva, ofrece muchas ventajas. Una de ellas es la eficiencia. Todas las materias primas necesarias para producir alimentos proceden de suministros europeos. Esto significa que la bioimpresión 3D puede reducir la demanda de alimentos crudos en España y otros países europeos.

Para los chefs, la impresión 3D les permite crear alimentos con diseños y texturas completamente nuevos. Otra ventaja de la bioimpresión 3D es que ofrece alimentos con una nutrición personalizada. Los alimentos fabricados mediante impresión 3D también son más fáciles de tragar. Ayudará a las personas con disfagia, una dificultad para tragar. 

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Sídney intentaron solucionar este problema transformando purés en comidas sólidas mediante impresión 3D. Así, la comida seguirá teniendo un aspecto apetecible y una textura agradable.

Cómo funciona la bioimpresión 3D

Los alimentos impresos en 3D se crean del mismo modo que cualquier otro artículo. El objeto se construye capa a capa. La única diferencia es que la impresora 3D utiliza materiales comestibles en lugar de plástico. Los materiales que pueden utilizarse para crear alimentos impresos en 3D varían: chocolate, queso, gelatina y pasta.

«Al igual que con los bloques de Lego se pueden construir estructuras de casi cualquier forma, la impresión 3D de alimentos permite a los fabricantes tener un mayor control sobre la forma final, la nutrición y las características gustativas del producto», explica Bryan Quoc Le, científico especializado en alimentos.

Los ingredientes para fabricar alimentos mediante impresora 3D suelen tener forma de pasta y papilla. Esta pasta se introduce en un bote dentro de la impresora 3D. El primer paso para imprimir alimentos en 3D es cargar el diseño del alimento. A continuación, la impresora calentará los ingredientes triturados para hacerlos más maleables. 

La impresora 3D seguirá el diseño y la receta para verter ingredientes específicos en puntos concretos. Esta tecnología de impresión no existiría sin las técnicas de impresión que la preceden.

https://www.diariodepontevedra.es/articulo/comunicados/espana-aboga-bioimpresion-3d-fabrica-tocino-cien-cien-vegetal/202402221726591293201.html

¿Por qué se debe comer pavo en el Día de Acción de Gracias?

Día de Acción de Gracias 2024

Descubre cómo esta ave se transformó en el ícono de una de las festividades más importantes de Estados Unidos; el Día de Acción de Gracias 2024.

El Día de Acción de Gracias 2024 (Thanksgiving Day) es una de las festividades más arraigadas en la cultura estadounidense, y uno de los aspectos más destacados de esta celebración es el platillo principal: el pavo. Pero, ¿por qué se come pavo en esta fecha tan significativa? La respuesta se remonta a la historia de los primeros colonos y la abundancia que marcaría esta tradición.

En 1621, los colonos ingleses que se habían asentado en lo que hoy conocemos como Estados Unidos celebraron su primera cosecha abundante junto a los nativos americanos. Aunque no existe un registro exacto de los alimentos que compartieron, se cree que el pavo podría haber sido uno de ellos. Con el tiempo, esta ave se consolidó como el plato principal de la festividad.

Alimento abundante

El pavo se eligió por varias razones prácticas. En primer lugar, era una fuente de alimento abundante en América del Norte, fácil de obtener y criar. Además, su tamaño permitía alimentar a un gran número de personas, lo cual lo hacía ideal para las celebraciones comunitarias. Comparado con otros animales de granja, el pavo era relativamente fácil de criar.

Con el paso de los siglos, el pavo se ha convertido en un símbolo de la identidad estadounidense. Representa la gratitud por la cosecha abundante, un tema central de Thanksgiving, y se ha transformado en un símbolo de unión familiar y comunidad. Más allá de su rol como platillo, el pavo refleja el intercambio cultural entre los colonos, los nativos americanos y las diversas comunidades que han formado parte de la historia de Estados Unidos.

https://www.aztecachihuahua.com/dia-de-accion-de-gracias-2024-por-que-se-come-pavo-el-dia-de-accion-de-gracias

Nuevas tecnologías para reducir la sal y la grasa en los alimentos

Los oleogeles, las tecnologías de encapsulación o las emulsiones e hidrocoloides ayudan a los fabricantes de alimentos y bebidas a reducir el contenido de sal y de grasas poco saludables. Un informe presentado en los Fi Webinar Series repasa las principales tecnologías que ya están disponibles para reformular los productos sin comprometer su sabor ni su calidad y responder a las demandas de los consumidores y a las regulaciones nacionales e internacionales que promueven alimentos más sanos y sostenibles.

n mayor interés por la salud en todos los grupos de edad, por el impacto de la alimentación para cuidarla y mejorarla, como la creciente preocupación por los riesgos asociados a los productos ultraprocesados, y regulaciones en la mayoría de los países que exigen alimentos y bebidas más saludables están provocando que la reducción de sal y de grasas poco saludables se hayan convertido en los principales objetivos de la reformulación en la industria alimentaria.

Un informe presentado en los Fi Webinar Series analiza las principales innovaciones que ya están disponibles para reformular alimentos con menos sal y con menos grasas. Nuevas soluciones que ayudan a los fabricantes de alimentos a conseguir este reto, “que se ha convertido en un objetivo fundamental para las marcas en respuesta a las presiones normativas y el cambio de preferencias de los consumidores”, señala el estudio.

Por ejemplo,oleogeles, tecnologías de encapsulación, hidrocoloides y compuestos aromáticos pueden ayudar a la industria alimentaria a crear productos más saludables sin comprometer el sabor y la textura.

La tecnología de la sal microcristalina permite a los fabricantes reducir los niveles de sodio a la mitad sin comprometer el sabor. El informe también destaca los potenciadores naturales del sabor umami y kokumi, que se están utilizando cada vez más para potenciar la percepción del salado y del sabor en general en los productos reducidos en sodio.

Menos grasa y más sostenibles

En cuanto a la reducción de grasas, el informe apunta a las emulsiones e hidrocoloides que ayudan a reducir el contenido graso manteniendo la textura cremosa que reclaman los consumidores. O los sustitutos vegetales de la grasa, que ofrecen alternativas sostenibles a las grasas animales.

Una mayor concienciación sobre el impacto medioambiental que provoca la producción de alimentos está impulsando, también, la exploración de grasas alternativas producidas a través de métodos de fermentación microbiana y cultivo celular, que son más sostenibles.

Por otra parte, desde los Fi Webinar Series recuerdan que los avances en la reducción de sal incluyen la reducción del tamaño de los cristales de sal y, con ello, la manipulación de la distribución de sal.

https://techpress.es/actualidad/servicios-a-la-industria/nuevas-tecnologias-reducir-sal-grasa-alimentos-IO17081669

Cocina de aprovechamiento: la comida no se tira, se aprovecha

Si seguimos desperdiciando comida, para 2030 tiraremos el equivalente a 66 toneladas por segundo. Para evitarlo está la cocina de aprovechamiento o ‘zero waste’, una forma de gestionar los alimentos elaborados que busca evitar el desperdicio. Hay cursos y recetas para ayudarnos a ponerla en práctica.

“La comida no se tira”. ¿Cuántas veces hemos oído eso a lo largo de nuestra vida? Ha sido la frase recurrente de tantas y tantas madres y abuelas de la historia cuando sus hijos se dejaban algo en el plato o cuando se comían solo la mitad del bocadillo a la hora de la merienda. Como siempre, las madres y las abuelas tienen razón. Efectivamente, la comida no se debe tirar si queremos tener un planeta sostenible. Pero parece que no hemos hecho mucho caso a nuestros antepasados.

Los seres humanos acumulamos una gran montaña de desechos. De la cantidad total global de residuos, un 44% consiste en comida y fracción vegetal, un alto porcentaje de desperdicio alimentario, según datos del Banco Mundial.
Aproximadamente, más de un tercio de la comida producida en el mundo para consumo humano se pierde o desperdicia cada año y eso es equivalente a 2.500 millones de toneladas. Esto significa que en un año se pierden 51 toneladas de comida al segundo. El desperdicio de alimentos aumentará un tercio para 2030: tiraremos a la basura 66 toneladas de comida por segundo.

Con estos datos en la mano es mucho más sencillo acercarse al concepto de cocina de aprovechamiento o ‘zero waste’ y comprender por qué esta forma de cocinar es tan necesaria en estos momentos. Se trata, nada más y nada menos, que de no tirar nada y reaprovecharlo para cocinar otros platos.

El desperdicio alimentario en España

En 2021 los hogares españoles tiraron a la basura más de 1.200 millones de kilos de alimentos sin consumir, un 8,6 % menos que el año anterior, según los datos más recientes que maneja el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en España. Por eso, el Gobierno ha impulsado la primera ley para combatir el desperdicio de alimentos. El proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, cuya aprobación está prevista para finales de año, contempla que todos los agentes de la cadena alimentaria deben contar con un plan de prevención para evitar el desperdicio, y fija una jerarquía de prioridades de obligado cumplimiento (artículo 5), la primera de las cuales es la utilización para la alimentación humana, a través de donaciones a empresas sin ánimo de lucro o bancos de alimentos. En el segundo orden de jerarquía, los alimentos no vendidos pero que estén en condiciones óptimas de consumo deberán ser transformados (zumos, mermelada, etc.).

Aprovechemos, pues, los alimentos para jugar con ellos, para darles otra vida y para sacarles todo su provecho. El planeta nos lo agradecerá.

https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/cocina-de-aprovechamiento-la-comida-no-se-tira-se-aprovecha

Descubre el origen y la tradición de comer palomitas en el cine

¡Atención, amantes del cine! ¿Alguna vez te has preguntado por qué las palomitas se han convertido en el compañero inseparable de las películas? Prepárate para descubrir los secretos detrás de esta tradición tan arraigada.

En este artículo, exploraremos los orígenes de esta costumbre que ha conquistado a millones de espectadores en todo el mundo. Desde los primeros exhibidores de cine hasta las estrategias de marketing más sofisticadas, desvelaremos los motivos por los que las palomitas son el aperitivo estrella en las salas de proyección.

Adéntrate en una experiencia multisensorial donde el aroma irresistible, la textura crujiente y el sabor salado se unen para crear un deleite culinario único. Además, descubrirás cómo las palomitas se han convertido en mucho más que un simple aperitivo, convirtiéndose en un símbolo de recuerdos y momentos icónicos.

No pierdas la oportunidad de sumergirte en esta fascinante historia llena de curiosidades y datos interesantes. ¡Prepárate para disfrutar de una experiencia cinematográfica completa!

Cine + palomitas = diversión asegurada

¿A quién no le gustan las palomitas en el cine? Este crujiente aperitivo se ha convertido en el compañero inseparable de cualquier sesión de cine que se precie. Su popularidad es tal que ya forma parte de la cultura popular: es casi imposible imaginarse viendo una película sin tener al lado un gran cubo de palomitas calentitas.

Pero, ¿cómo nació esta tradición? ¿Por qué las palomitas y el cine encajan tan bien? Te propongo hacer un viaje en el tiempo para descubrirlo.

Las palomitas de maíz tienen una larga y curiosa historia vinculada al cine. Se cree que su origen se remonta a los antiguos pobladores de México, específicamente la región de Tehuacán, Puebla, donde los mayas ya cocinaban y consumían este popular snack hace miles de años.

La invención de la máquina para hacer palomitas data de finales del siglo XIX. Charles Cretors, un emprendedor de Chicago, diseñó en 1885 la primera máquina con brazos metálicos que explotaba los granos de maíz con aire caliente. Esta permitía prepararlas de forma masiva, agregando mantequilla y aceite.

Al principio su venta estaba prohibida dentro de los cines, que intentaban emular la elegancia de los teatros. Pero afuera, vendedores ambulantes ofrecían bolsas de palomitas recién hechas a los asistentes.

Pese a la prohibición, algunos espectadores se levantaban constantemente de sus asientos para salir al exterior y rellenar su reserva, ante la irritación de quienes querían disfrutar tranquilamente la película.

«Durante la Gran Depresión, este sencillo snack se convirtió en una opción accesible para cenar viendo una película, que costaba solo entre 5 y 10 centavos«

La venta y consumo de palomitas se convierte en una tradición arraigada

Para los primeros cinéfilos, saborear este tentempié mientras seguían las aventuras de vaqueros y detectives en la gran pantalla se convirtió en un auténtico ritual. Las palomitas potenciaban la diversión y ayudaban a evadirse de la realidad por un rato.

El factor decisivo fue la llegada del cine sonoro. Al poder escuchar los diálogos, el ruido de masticar palomitas dejó de ser una molestia. Los cines aprovecharon su alto margen de ganancia y eliminaron la prohibición, pasando a venderse directamente en el interior de las salas. Para los años 50, su venta y consumo ya era una tradición arraigada.

En la década de 1980 llegaron al mercado las palomitas para microondas, popularizando su consumo casero durante el auge del VHS. Aún hoy, las palomitas representan una gran fuente de ingresos para las salas de cine.

Desde entonces, ofrecer palomitas se volvió fundamental para todos los cines. Su preparación inundando la sala con un irresistible olor, era la bienvenida perfecta para que el público disfrutara aún más la película. Este sencillo aperitivo se convirtió así en algo imprescindible, en la mitad de una perfecta ecuación: cine + palomitas = diversión asegurada.

Por eso hoy es imposible imaginar ir al cine sin pasar antes por la dulce tienda de palomitas. Sin duda, ya forman parte de la experiencia, de los recuerdos de infancia y las primeras citas románticas.

El crujido de cada bocado, el sabor ligeramente salado, el aroma dulzón… comer palomitas despierta todos nuestros sentidos, preparándonos para disfrutar la magia del cine.

Más que un aperitivo: una experiencia cinematográfica completa

Las palomitas de cine son mucho más que un simple aperitivo, se han convertido en un elemento icónico que completa la experiencia del séptimo arte. Su papel va más allá de acompañar la película, son parte integral de la magia del cine desde que tenemos uso de razón.

Comer palomitas mientras se apagan las luces es uno de esos rituales que activan los recuerdos de infancia. Traen a nuestra mente tantas tardes de domingo viendo dibujos animados, o las primeras citas adolescentes en la oscuridad del cine. Esas imágenes quedan grabadas junto al crujido de las palomitas, el olor a mantequilla, las risas cómplices…

La nostalgia que evocan ha hecho que las asociemos a momentos especiales y únicos. Celebraciones, cumpleaños, noches de verano… no sería lo mismo sin las infaltables palomitas dulces o saladas de acompañamiento. Se han ganado un lugar en nuestro corazón, y en nuestros mejores recuerdos.

Además, pese a la tecnología y los efectos digitales, las palomitas siguen conservando intacta su magia multisensorial. El aroma que inunda los pasillos, el primer bocado crujiente, el sabor ligeramente salado…despiertan nuestros sentidos y nos introducen de lleno en la película, haciéndonos partícipes de la magia del cine.

Incluso quienes no disfrutan comiendo palomitas o les molesta el ruido que hacen otros al mascarlas, respetan esta tradición casi sagrada. Saben que las palomitas ya son parte indivisible de la experiencia cinematográfica.

Y es que, al fin y al cabo, ir al cine es escapar de la rutina, evadirse un rato de la realidad. Y en esa experiencia, las palomitas son el toque de informalidad y diversión que la hace completa. Una combinación perfecta de nostalgia, placer y compañía que lleva décadas conquistando nuestros corazones.

Por eso las palomitas trascienden de ser un simple tentempié. Son parte de un ritual, de una tradición que activa nuestros mejores recuerdos del cine. Un pequeño gran detalle con un gran poder evocador, capaz de completar y enriquecer cada experiencia en la sala de proyección. Y todo, a un precio tan asequible como irresistible.

Incluso quienes no disfrutan comiendo palomitas o les molesta el ruido que hacen otros al mascarlas, respetan esta tradición casi sagrada.

Estrategias de marketing detrás de la venta de palomitas

Las palomitas no son solo un tentempié o parte de un ritual, también representan el producto estrella en la estrategia de ventas de cualquier cine. Por ello, los cines despliegan todo su arsenal de marketing para tentarnos y hacer irresistible su compra.

Lo primero es la ubicación estratégica de los puestos de palomitas en zonas de mucho tránsito. Imposible no cruzarnos con ellos camino de la sala, mientras su irresistible aroma nos abre el apetito y nos recuerda que no estamos completos sin nuestro cubo de palomitas.

Luego está el factor visual. Los expositores muestran las palomitas recién hechas tras cristales, casi como si fueran joyas. Los colores vivos de los cubos y las imágenes de palomitas nos hacen la boca agua antes incluso de probarlas.

Y ni hablar de cuando se acerca la hora de la película. El personal prepara rápidamente decenas de cubos humeantes, llenando el ambiente de ese crujiente sonido que nos transporta directamente a la magia del cine.

Por supuesto, no faltan las promociones especiales para tentarnos, como los combos con bebidas con descuento. También los tamaños gigantes a precios muy competitivos, ideales para compartir en familia o en pareja. Una vez decidimos comprar, caer en la tentación de «sumar» opciones es casi inevitable.

Y es que, en el fondo, los cines lo saben bien: las palomitas son indispensables para completar la experiencia del séptimo arte. Esta venta cruzada les asegura jugosos beneficios, por lo que seguirán mimando y promocionando a la reina de sus dulces tiendas.

De nuestra parte, caer en la tentación de estas estrategias de venta es lo de menos cuando hablamos de palomitas de cine. Al fin y al cabo, forma parte del ritual que todos llevamos grabado desde la infancia, y que nos trae tan buenos recuerdos. Así que no nos queda más remedio que dejarnos conquistar… y disfrutar el viaje.

Los colores vivos de los cubos y las imágenes de palomitas tras el cristal hacen la boca agua antes incluso de probarlas.

Conclusiones y consejos formativos

Como has podido comprobar las palomitas y el cine tienen una larga historia juntos, que se remonta al siglo XIX.

Algunos datos curiosos sobre este famoso snack:

  • En México se han encontrado restos de palomitas de maíz que datan de alrededor de 3600 a. C.
    Se cree que las palomitas fueron introducidas en los cines (nickelodeons) entre las décadas de 1905 y 1915. ¡Imagínate esas primeras salas de cine inundadas con su crujiente aroma!
  • El inventor de la máquina de palomitas que conocemos en la actualidad fue un dulcero de Chicago, Charles Cretors.
  • Con la Gran Depresión del 29, las ganancias de los teatros se vieron mermadas, por lo que los dueños de las salas cinematográficas integraron las máquinas de palomitas en sus locales.
  • En 1945, más de la mitad de las palomitas de maíz que se consumían en Estados Unidos se tomaban en las salas de cine.
  • En los años 50, en pleno auge del cine, un expendio de palomitas podía llegar a vender más de 1000 cubos en un solo fin de semana.
  • Existen múltiples variaciones y sabores, desde clásicas con mantequilla hasta creativas como pizza, nachos o chocolate.

Eso sí, no hace falta ir al cine para disfrutar de unas deliciosas palomitas. Prepararlas en casa es fácil y económico, ideal para una noche de películas en familia o con amigos. Sin embargo, te recomendamos que las prepares en el horno a 180 grados, es la forma más saludable.

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Fuente: Origen y tradición de comer palomitas en el cine | Treintaycinco mm

Las frutas sin semillas de venta en supermercados, ¿son igual de saludables que las tradicionales?

La fruta forma parte de un componente esencial para una dieta saludable y bien equilibrada. A lo largo de la historia, hemos disfrutado de una amplia variedad de frutas, cada una con sus propias características únicas en sabor y textura.

Sin embargo, en las últimas décadas, ha surgido una tendencia que ha cambiado la forma en la que disfrutamos de estas delicias naturales: las frutas sin semillas o partenocárpicas. Estas variedades, que han sido modificadas genéticamente o seleccionadas, ofrecen una experiencia culinaria diferente en comparación con sus contrapartes tradicionales.

La comodidad de la fruta sin semilla y las principales diferencias con las frutas «tradicionales»

Uno de los mayores atractivos que poseen las frutas sin semillas es su comodidad. Y el ser humano, es un constante buscador de comodidad. Porque todos gustamos de disfrutar de una jugosa rodaja de sandía sin la necesidad de escupir las semillas o pepitas.

Esto puede hacer que el consumo de frutas sea mucho más fácil y agradable, especialmente para los niños y aquellos que desean evitar las semillas por razones de comodidad o salud.

La experiencia de sabor

Sin embargo, algunos críticos argumentan que las frutas sin semillas pueden sacrificar el sabor en favor de la conveniencia. Las semillas, en algunos casos, aportan un sabor ligeramente amargo o terroso que puede ser apreciado por los conocedores de la comida.

Por lo tanto, las frutas sin semillas pueden carecer de la complejidad de sabor que aportan las variedades tradicionales y que poco a poco, van quedando en el olvido, incluso, desapareciendo.

Nutrición y calidad

En términos de valor nutricional, no hay evidencia científica sólida que sugiera que las frutas sin semillas sean inherentemente menos saludables que las tradicionales. Ambas variedades siguen siendo ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para nuestra salud.

No hay evidencias que las frutas sin semillas sean menos sanas que las tradicionales, pero su calidad sí que puede verse afectada por ciertos factores.

Sin embargo, es importante señalar que la calidad nutricional puede verse afectada por factores como la madurez de la fruta y las prácticas agrícolas utilizadas en su cultivo.

Diversidad y variedad

La preferencia de la sociedad por las frutas sin semillas o las tradicionales es en última instancia una cuestión de gustos personales. La diversidad es una de las maravillas de la naturaleza, y ambas variedades tienen su lugar en una dieta equilibrada. La elección entre una u otra puede depender de factores como la ocasión, el plato que estén preparando o simplemente preferencias personales.

En la variedad está el éxito.

La sostenibilidad y el impacto ambiental

Es importante considerar el impacto ambiental de la producción de frutas sin semillas, ya que la modificación genética y la crianza selectiva pueden tener efectos secundarios no deseados en el ecosistema y en la biodiversidad. Además, el énfasis en la producción de frutas sin semillas puede reducir la diversidad de cultivos y aumentar la vulnerabilidad a plagas y enfermedades.

Fuente: Las frutas sin semillas de venta en supermercados, ¿son igual de saludables que las tradicionales?

Desarrollan un sensor para detectar nanopartículas en alimentos y cosméticos

La contaminación de productos de consumo por nanopartículas metálicas es un problema creciente. Para resolverlo, los expertos señalan que es necesaria información fiable para tomar decisiones correctas y a tiempo. Investigadores de la Universidad de Córdoba han participado en un proyecto del VII Programa Marco de la Comisión Europea para crear un sensor que determine la presencia de estas nanopartículas metálicas en alimentos y cosméticos. Los resultados han sido presentados en Bruselas en el encuentro final del consorcio y sus integrantes han destacado la “valiosa colaboración de la UCO” para la obtención de este sensor, según aparece en su informe final.

El encuentro final del consorcio del proyecto Instant del Séptimo Programa Marco de la UE se produjo el 16 de noviembre en Bruselas y a él acudieron el catedrático Miguel Valcárcel y las investigadoras Laura Soriano Dotor y Celia Ruiz Palomero, contratadas en el contexto del mismo. El proyecto Instant está dentro del subprograma FP7-NMP-2011-SME-5. La principal conclusión de la reunión científica fue que “se había desarrollado en el tiempo previsto el sensor para la determinación de nanopartículas metálicas en alimentos y cosméticos con un funcionamiento adecuado según el fin previsto”.

El consorcio del proyecto ha estado formado por sietes centros de investigación y por seis pymes de diferentes países europeos. “En este crisol de confluencia se ha alcanzado el éxito en el contexto de una doble transferencia de conocimiento y tecnología”, ha valorado Miguel Valcárcel. El catedrático del Departamento de Química Analítica de la UCO ha recordado la importancia de que la transferencia de conocimiento y tecnológica tenga un trayecto de ida y vuelta desde los laboratorios universitarios a la industria y viceversa: “Ordinariamente solo se contempla un sentido: de la universidades a las empresas y se olvida la importancia de la transferencia en el sentido inverso”, insiste.

La participación de la UCO a través del grupo FQM-215 del PAIDI ha sido valorada muy positivamente por el consorcio debido a que se consideraba un cuello de botella la introducción y tratamiento automático de la muestra en el sensor. La institución académica recibió cerca de medio millón de euros para realizar el proyecto.

https://biotech-spain.com/es/articles/desarrollan-un-sensor-para-detectar-nanopart-culas-en-alimentos-y-cosm-ticos

Alimentos funcionales.

Inma Gonzalvo / 30 October 2024

Alimentos funcionales: ¿por qué son buenos para nuestra salud?

En los últimos años, el interés por los alimentos funcionales ha crecido, y no es casualidad. Estos alimentos, además de nutrir, aportan beneficios adicionales para nuestro organismo, mejorando nuestra calidad de vida. Pero ¿qué hace que estos alimentos sean tan especiales? A continuación, te lo contamos.

¿Qué es un alimento funcional?

Un alimento funcional es aquel que, más allá de sus propiedades básicas, aporta beneficios adicionales para la salud. Su consumo regular puede ayudar a prevenir enfermedades o a mejorar funciones del organismo.

En este tipo de alimentos, los componentes activos interactúan con el cuerpo de forma específica. Fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión o reducir el colesterol son solo algunos de sus efectos positivos.

Beneficios de los alimentos funcionales para el organismo

Los beneficios de estos alimentos van más allá de la nutrición y apoyan diversas funciones del cuerpo. Aquí algunos de los más importantes:

  • Fortalecen el sistema inmunológico: alimentos como el yogur aportan probióticos que protegen al organismo.
  • Favorecen la salud digestiva: ricos en fibra y prebióticos, ayudan a equilibrar la flora intestinal.
  • Reducen el colesterol: los ácidos grasos omega-3 presentes en el pescado son un gran aliado del corazón.
  • Regulan el azúcar en sangre: alimentos con fibra soluble, como la avena, son ideales para personas con diabetes.

Estos alimentos se han vuelto esenciales para quienes desean cuidar su salud a largo plazo.

¿Qué tipos de alimentos funcionales existen? Ejemplos

Existen varios tipos de alimentos funcionales, cada uno con propiedades específicas. Algunos ejemplos incluyen:

  • Alimentos enriquecidos: aquellos a los que se han añadido nutrientes esenciales, como la leche con vitamina D.
  • Fuentes de omega-3: el pescado azul, como el salmón, es un ejemplo claro.
  • Fibra alimentaria: presente en frutas y cereales, es esencial para el tránsito intestinal.
  • Probióticos y prebióticos: presentes en alimentos fermentados, apoyan la salud digestiva.

Cada tipo ofrece un beneficio único para la salud, adaptándose a diferentes necesidades y preferencias alimentarias.

¿Qué son los probióticos? ¿Y los prebióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos, como las bacterias Lactobacillus y Bifidobacterium, que apoyan la salud intestinal al equilibrar la microbiota. Estos se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el kimchi, el chucrut y la kombucha. Los probióticos son conocidos por mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones gastrointestinales y otros trastornos digestivos.

Por su parte, los prebióticos son fibras no digeribles que sirven de “alimento” para los probióticos, potenciando su acción beneficiosa. Ejemplos de prebióticos incluyen los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina, presentes en alimentos como el ajo, la cebolla, el puerro, el plátano y la avena.

Al consumir prebióticos, estamos alimentando las bacterias buenas en el intestino, lo que contribuye a la salud digestiva y mejora la absorción de nutrientes. La combinación de prebióticos y probióticos permite crear un ecosistema intestinal equilibrado, esencial para un sistema digestivo saludable.

Los alimentos funcionales representan un avance significativo en el ámbito de la alimentación saludable, actuando como una herramienta clave para la prevención de enfermedades y el bienestar integral. Su incorporación a la dieta ofrece beneficios específicos para distintas funciones del organismo, promoviendo una vida más equilibrada y saludable.

¿Pueden impedirnos la entrada al cine por llevar comida y bebida de casa?

Un vídeo viral muestra a un joven discutiendo con una empleada de un cine sobre la prohibición de entrar con comida a la sala.

Un vídeo de un joven en la entrada de un cine se ha hecho viral debido a la discusión sobre si se puede entrar al cine con comida. En el vídeo, se puede ver a la empleada del cine prohibiéndole la entrada «porque lo pone en la normativa», una excusa que el joven considera «absurda».

Pero, ¿qué dice la ley sobre esto? El periodista de laSexta Daniel de la Fuente ha señalado que «no hay una normativa estatal que lo regule». Lo único escrito hasta la fecha sobre el tema es lo referido por la Agencia Española de Consumo, que indica que «se puede entrar al cine con comida o bebida, ya, no hacerlo, es una práctica abusiva e ilegal, dado que hemos pagado una entrada que, con comida o sin ella, nos da derecho a poder entrar y disfrutar de la película».

Sin embargo, desde los cines alegan el derecho de admisión como barrera para evitar que la gente lleve productos de fuera y provocando así que consuman dentro de las instalaciones. Una práctica que al final les ha salido algo cara, ya que en muchos casos se han llegado a sancionar a estos establecimientos con multas de hasta 30 mil euros.

Por otro lado, la opinión popular sobre llevar comida de fuera a las salas de cine es muy dispar. Algunos aceptan que se lleve comida debido a los elevados precios de los cines, mientras que otros consideran que debe comprarse dentro porque es una práctica habitual.

fuente: https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/pueden-impedirnos-entrada-cine-llevar-comida-bebida-casa_2024090866de198c3c878700017ed17a.html

¿Es verdad que el picante adelgaza?

No, no es una leyenda urbana. Estas son las razones por las que el picante puede ayudarnos a controlar nuestro peso.

Lo de que el picante adelgaza es la típica historia que se escucha por ahí sin que nadie sepa muy bien cuánto hay de verdad y cuánto de leyenda urbana tras esa afirmación.

Para sacarnos de dudas, nada mejor que recurrir a María Amaro, una de las especialista en nutrición ‘de cabecera’ de ZEN. «Eso de que el picante aumenta el metabolismo hay que desmitificarlo un poco, pero sí que es cierto que puede aportarnos beneficios muy concretos a la hora de controlar nuestro peso«, arranca.

La clave, señala esta especialista, radica en un compuesto químico que contienen los alimentos picantes: «La capsaicina es un alcaloide natural que hay en los chiles, tanto en el jalapeño o la cayena como en el habanero. Entre sus múltiples cualidades, la capsaicina ayuda a reducir la producción de grelina, conocida como la hormona del hambre, incrementando la sensación de saciedad, tal y como se ha podido constatar en diversas investigaciones».

Si utilizamos el picante en lugar de la sal, «encontraremos en la capsaicina un gran aliado para disminuir la retención de líquidos» y, lo que es igual o más interesante, «conseguiremos un aumento de la temperatura corporal que va a favorecer un mayor gasto energético».

Y eso, ¿por qué ocurre? Básicamente, relata Amaro, «sucede porque la capsaicina potencia la termogénesis, es decir, hace que nuestro cuerpo tenga que quemar más calorías para digerir el mismo alimento que si no llevara a picante. Para ser más exactos, se estima que añadir picante a nuestros platos puede ayudarnos a quemar unas 50 calorías adicionales más» .

La capsaicina es «una molécula que estimula los receptores del dolor y, entre sus beneficios, destacan su efecto analgésico, anticancerígeno, antiinflamatorio y antioxidante«.

Analgésico y antidepresivo natural, «fomenta la liberación de endorfinas y dopamina para mitigar esa sensación de picor que se produce al ingerirla, de ahí que muchas personas experimenten esa sensación de bienestar al tomarlos».

Es decir que, tras esa pasión por el picante, hay ‘truco’. «Cuando decimos que nos gusta la comida picante es porque hemos caído en ‘el engaño’ urdido por nuestro propio cerebro que, para ‘combatir’ la sensación de ardor, hace que se desate una tormenta de hormonas del placer que, inmediatamente, nos inunda de euforia y bienestar».

Amaro apunta que «ese escozor tan intenso que nos provoca el picante en la boca se llama pungencia y, como dato curioso, merece la pena contar que los mamíferos somo los únicos animales que lo percibimos».

La ligera inflamación bucal que ocasiona al tomarlo propicia que «la mucosa sea más sensible, disminuyendo la percepción del resto de sabores de los alimentos que tomemos en ese momento«.

¿Qué hacemos si nos hemos pasado de la raya y no aguantamos el picor? «Pues, en lugar agua, que es lo primero que se nos puede venir a la cabeza, lo suyo es tomar lácteos (leche, yogur, queso, etc.). Los lácteos no solo nos van a proporcionar un alivio inmediato, sino que ayudan a disolver las moléculas de la capsaicina de una manera mucho más efectiva que el agua».

Llegados a este punto, nos queda claro que el picante, además de otros beneficios, puede ser un buen aliado para perder peso, siempre y cuando, «seamos personas sanas y, obviamente, no tengamos úlceras gastrointestinales, gastritis, síndrome de intestino irritable, problemas hemorroidales o hepáticos. Tampoco, se recomienda en el caso de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni en niños menores de seis años».

Siempre y cuando, «lo consumamos con moderación, porque, en caso contrario, puede provocar alteraciones de la mucosa gastrointestinal, úlceras, nauseas, diarrea, hemorroides… E, incluso, si nos excedemos mucho durante un largo periodo de tiempo, cáncer de estómago. Pero esto es algo que solo ocurriría en casos muy extremos».

Y, siempre y cuando, «llevemos un estilo de vida saludable, mantengamos una dieta sana, equilibrada y rica en todos los nutrientes esenciales (¡y a salvo de alimentos ultraprocesados!) y, por supuesto, hagamos ejercicio».