Inicio » Entradas etiquetadas como «alimentos» (Página 7)
Archivos de la etiqueta: alimentos
Hamburguesas poco hechas: una moda con riesgos para la salud
Dos brotes recientes nos recuerdan la importancia de conocer y controlar los riesgos asociados al consumo de carne picada poco hecha, una moda que puede comprometer la salud.
“¿Cómo le gusta el punto de la hamburguesa?”. Esta pregunta es cada vez más frecuente en muchos establecimientos. En otros ni siquiera preguntan y las sirven directamente poco hechas o casi crudas.
Se supone que es como hay que comerlas para que estén “más jugosas y podamos disfrutar más de su sabor”. Esto es al menos lo que recomiendan algunos gurús de las hamburguesas e influencers gastronómicos que han contribuido a ponerlas de moda. Pero esta tendencia puede suponer un riesgo para la salud. Así lo advierten desde hace tiempo diferentes organismos en todo el mundo, como laFood Standards Agency (FSA) de Reino Unido o la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Dos brotes recientes nos sirven para tenerlo presente. El primero fue registrado en el evento The Champions Burger celebrado en Pamplona, en el que enfermaron al menos 23 personas. El segundo, ocurrido en Estados Unidos, deja por el momento decenas de personas afectadas y una fallecida, y está vinculado al consumo de la popular hamburguesa “cuarto de libra con queso” de McDonald’s. Sobre este último aún se desconocen los detalles, pero la empresa ha retirado la cebolla laminada y las piezas de carne, por ser los ingredientes sospechosos.
¿Qué problema hay?
En estos casos el principal problema que podemos encontrar es la posible presencia de Escherichia coli. Se trata de una bacteria que habitualmente forma parte de la microbiota intestinal de personas y animales, sobre todo de los rumiantes, como el ganado vacuno. La mayoría de las cepas son inofensivas, pero otras pueden causar toxiinfecciones graves en humanos, como ocurre con E. coli productora de toxinas Shiga, también conocida como STEC, por sus siglas en inglés.
Esta bacteria puede llegar hasta una hamburguesa por diferentes vías: la contaminación de la carne de partida (por ejemplo, por malas prácticas en el matadero), la contaminación por una mala manipulación de los alimentos (por ejemplo, si las personas encargadas de elaborar la hamburguesa no se lavan las manos después de ir al baño), o bien, a partir de la contaminación de otros alimentos o utensilios (por ejemplo, una lechuga regada con agua contaminada o una picadora de carne que no se ha limpiado bien).
Puede llegar a ser muy grave
Lo que ocurre cuando se ingiere el alimento contaminado es que, tras un periodo de incubación de tres a cuatro días, la bacteria produce toxinas que generalmente causan cuadros leves, con síntomas como calambres abdominales, vómitos, náuseas, fiebre moderada y diarrea aguda, que suele ser sanguinolenta, ya que esas toxinas dañan el revestimiento intestinal.
En la mayoría de los casos la enfermedad es autolimitada y las personas afectadas se recuperan al cabo de cinco o siete días. Pero en grupos de riesgo (menores de tres años, embarazadas, personas de edad avanzada y personas inmunodeprimidas) pueden surgir complicaciones, como pancreatitis, necrosis intestinal o síndrome urémico hemolítico. Esta última enfermedad puede presentarse sobre todo en población infantil de corta edad, personas de edad avanzada y personas inmunodeprimidas. Causa insuficiencia renal aguda, y es grave, hasta el punto de que puede ser mortal en el 3-5% de los casos.
¿Hasta qué punto es arriesgado?
Recientemente, la Autoridad Alimentaria de Finlandia (Ruokavitasto) realizó un estudio para estimar el número de toxiinfecciones que podrían producirse por la posible presencia de E. coli al consumir hamburguesas poco hechas. Nos ofrece dos datos significativos. Si el 12% de las hamburguesas se sirvieran poco hechas (cocinadas a una temperatura interna de 55 °C) habría 100 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que, si todas se sirvieran completamente cocinadas, solamente se registrarían 3 casos por cada 100.000 habitantes (asociados en este supuesto a contaminaciones cruzadas). Otro dato es que si todas las hamburguesas se cocinaran completamente, enfermarían 178 personas al año, mientras que si se sirvieran poco hechas (cocinadas a 55 °C durante seis minutos), el número de casos se multiplicaría por 30.
Hay que considerar que se trata de datos obtenidos a partir de un modelo predictivo, en el contexto de Finlandia. Posiblemente en España los resultados serían diferentes (probablemente peores), porque las condiciones también lo son, sobre todo, en lo que respecta al clima, que, al ser más cálido, favorece el desarrollo de bacterias.
No es igual que comer carne poco hecha
Los riesgos asociados a la posible presencia de E. coli se vinculan al consumo de hamburguesas poco hechas y también a otros platos elaborados con carne picada o troceada que se sirve cruda o poco cocinada, como steak tartar o carpaccio. Pero esto no ocurre con piezas enteras, como solomillo, entrecot o chuletón, incluso aunque se cocinen poco.
En una pieza entera de carne, como las que acabamos de mencionar, la bacteria puede encontrarse solamente en la superficie, así que se elimina durante el cocinado, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en esa zona.
Hamburguesas poco hechas: una moda con riesgos para la salud | Nutrir con ciencia | EL PAÍS
La industria alimentaria busca reconstruir márgenes tras la caída generalizada de 2022
La mayoría de grandes fabricantes empeoraron resultados pese a un alza de ingresos a dobles dígitos. El Pozo, Capsa o Campofrío esperan mejorar en 2023 y FIAB ve el contexto “muy difícil”
La industria alimentaria encara el final de 2023 con el objetivo de reconstruir los márgenes que, de manera generalizada, perdieron el año pasado por la escalada inflacionaria. Pero también con la incertidumbre de un cierre de año en el que la energía repunta de nuevo, y en el que subir más los precios puede llegar a ser una decisión contraproducente.
La tónica fue similar en casi todos los grandes fabricantes que operan en España en 2022, como se desprende tras analizar las cuentas anuales de 17 de ellos. Todos menos uno, Nueva Pescanova, elevaron sus ingresos frente a 2021. La mayoría, 12, a dobles dígitos porcentuales y alcanzando niveles históricos. Pese a ello, 13 redujeron sus márgenes de explotación y 14 empeoraron su resultado neto, con cuatro incurriendo en pérdidas: la propia Nueva Pescanova, Campofrío, Grupo Pascual y Mondelez, aunque esta última las redujo a la mitad con respecto a 2021.
“En 2022 sufrimos una crisis global, en parte provocada por la invasión de Ucrania, que generó incertidumbre y una grave situación de inflación de costes que se vio reflejada en los resultados de muchas empresas del sector, que vieron reducidos sus márgenes”, declara Mauricio García de Quevedo, director general de la patronal FIAB.
Según datos del índice de precios industriales recopilados por Aecoc, la fabricación de alimentos se encareció más de un 30% entre enero de 2022 y julio de 2023. Solo la producción de aceite de oliva supera esos porcentajes entre las categorías de gran consumo.
¿Hasta cuándo se puede comer algo si su fecha de consumo preferente ha vencido?
Entender la diferencia entre fecha de caducidad y consumo preferente, así como saber qué alimentos tienen excepciones y cuáles no, es fundamental para evitar las intoxicaciones y el desperdicio alimentario
No entender las fechas nos hace tirar comida
Según un estudio llevado a cabo por la Comisión Europea en 2018, un 10% de los alimentos que tiramos a la basura acaban en el contenedor porque no entendemos la información que nos indica la etiqueta. Los autores de la investigación concluyen que este desperdicio podría reducirse si se abordasen varios frentes relacionados con las fechas que aparecen en los envases. Centrándose en los consumidores, se insiste en que una condición fundamental es que seamos capaces de distinguir entre caducidad y consumo preferente (¿tú lo tienes claro?).
about:blank
Otras cuestiones a abordar se escapan de nuestro alcance y se dirigen directamente a la industria. Aquí hago un inciso: la vida útil de un alimento la determina la industria alimentaria que lo fabrica, y también decide si se usa la fórmula “fecha de caducidad” o “consumo preferente”. Esto puede resultarnos sorprendente, pero es lógico: la industria es la que conoce la materia prima con la que trabaja, los procesos, los equipos y materiales, y la que, teniendo todo esto en cuenta y basándose en datos científicos y pruebas de vida útil, puede hacer los cálculos de cuál será la duración estimada del alimento. Salvo excepciones muy contadas, como es el caso del huevo en el que la normativa indica que se debe indicar “fecha de consumo preferente” y que debe establecerse 28 días después de la puesta, para la inmensa mayoría de los alimentos la fecha elegida está en manos del fabricante.La parte de la industria
Entonces, según este estudio, ¿qué podría hacer la industria alimentaria para que no tiremos tantos alimentos por motivos relacionados con la fecha que aparece en la etiqueta? Lo primero y más obvio es que las fechas no solo deben estar presentes, sino también ser claras y legibles. Obligarnos a hacer juegos de manos con los envases dándoles vueltas como si tratásemos de resolver un cubo de Rubik, cuando solo estamos buscando en qué pliegue imposible está la fecha de duración mínima no parece la forma más sencilla de facilitarnos la información.
Otra recomendación es que la fecha indicada se establezca basándose exclusivamente en criterios de calidad y seguridad alimentaria, y no en otros como el marketing, y utilizar las fechas de caducidad -en lugar de las de “consumo preferente”- solo cuando realmente hay razones de seguridad alimentaria que así lo indiquen. No pensemos (siempre) mal. A una parte (mala) de la industria le puede interesar que la vida útil reflejada en la etiqueta sea más corta que la real para que haya mayor rotación de sus productos. Pero la industria alimentaria es heterogénea en mil aspectos: tamaño (y recursos), materias primas o procesos, y no todos los fabricantes tienen capacidad para hacer complejos estudios de vida útil, así que apuestan por ser conservadores y acortar esos plazos o mantener los que se han usado “de toda la vida” para evitar riesgos.
Para abordar este frente y echar una mano a la industria, la EFSA ha publicado una opinión científica con pautas para que se pueda hacer una valoración del riesgo más precisa con un árbol de decisiones para que se elija correctamente el tipo de fecha -caducidad o consumo preferente- en algunos productos, y otro estudio para orientar sobre la información que se debe facilitar al consumidor sobre la conservación del alimento.
También se prevé hacer una revisión de la normativa que regula la información alimentaria ofrecida al consumidor para intentar corregir la confusión entre “consumo preferente” y “caducidad”, aunque se esperaba tener noticias a finales de 2022 y todavía no hay novedades al respecto. Así que mientras esperamos tranquiiiiiiiilamente a que Europa se pronuncie, desde El Comidista vamos a hacer gala de nuestra vocación de servicio público y te vamos a contar todo lo que tienes que saber sobre las fechas que aparecen en los envases y cuándo puedes comer algo pasado de fecha sin jugarte la vida a la ruleta rusa.
¿Pero es que hay dos tipos de fechas?
Es posible que estés tan perdido como Biden en una convención internacional y ni te hayas dado cuenta de que hay dos formas distintas de expresar la vida útil de un alimento. Repasito rápido. Por una parte, tenemos la “fecha de caducidad” que se utiliza con alimentos que microbiológicamente son muy perecederos. Aquí nos ponemos serias porque ya no nos habla de la calidad, sino de la seguridad: efectivamente, si te lo comes pasado ese plazo -que suele ser corto, generalmente unos días- puedes sufrir una toxinfección alimentaria.
Te la encuentras en loncheados, ensaladas en bolsa lavada, carne y pescado envasado, bollería rellena o platos preparados listos para comer. Si ha pasado la fecha de caducidad no hay duda posible: NO TE LO COMAS. “¿Y se ha pasado la “fecha de caducidad” pero huele bien, sabe estupendamente y tiene buen aspecto?” Lamento muchísimo decirte que en alimentos que llevan fecha de caducidad no es un indicativo de que el alimento esté en buen estado. Si lleva fecha de caducidad no puedes fiarte de tus sentidos.Esto se debe a que nos encontramos con dos tipos de microorganismos que pueden contaminar los alimentos; microorganismos alterantes, que deterioran el producto y hacen que aparezcan esos sabores, colores o aspecto anómalos -que son muy útiles porque te hacen rechazar el alimento sin mirar atrás-; y microorganismos patógenos, que son los que nos pueden producir esas toxinfecciones alimentarias, ya sea porque nos comemos el microorganismo vivo o porque ingerimos las toxinas que ha ido dejando en el alimento, pero no tienen por qué cambiar en absoluto las propiedades organolépticas del alimento. Sí, los patógenos son traicioneros y mezquinos. Es lo que ocurre con la famosa Salmonella, la tristemente conocida Listeria o las toxinas de Bacillus cereus: la tortilla, el salmón ahumado o el arroz están bien cargaditos de bacterias o de toxinas, pero tu paladar es incapaz de detectarlo, ¡saben de muerte! (a veces, literalmente).
Por otro lado, la fecha de duración mínima es equivalente a lo que llamamos fecha de consumo preferente. Se indica mediante la expresión “consumir preferentemente antes de…” y va seguido del día y el mes si el producto dura menos de tres meses, del mes y el año si dura entre tres y 18 meses y solo del año si dura más de 18 meses.
Se utiliza en alimentos que son estables y se relaciona con la calidad del alimento, es decir, el plazo en el que el alimento conserva sus propiedades (textura, aroma, sabor, olor) siempre que se haya almacenado bien. Es la que te encuentras en alimentos congelados, latas y botes, galletas, gran parte de la bollería (salvo la que tiene rellenos), pan envasado, leche o bebidas vegetales con tratamiento UHT, etcétera.
A efectos prácticos esto se traduce en que puedes comerte el alimento pasada esa fecha sin que corras riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria (a ver, tampoco nos pasemos, hablamos de exceder la fecha un plazo razonable, más abajo te hablo de ello). Sí, las galletas pueden estar más blandengues y es posible que las alcachofas congeladas estén un poquito tiesas, pero no vas a morirte si les hincas el diente.
¿Cuál es el plazo para comerte algo “pasado de fecha”?
- Hasta un año pasada la fecha: pasta seca, arroz, legumbres secas, productos en lata o bote esterilizados (pescados, legumbres, hortalizas…), mermelada, preparados en polvo bajos en grasa (café soluble, gelatina…), café, té, sal, azúcar, harina, alimentos poco grasos ultracongelados (en congelador de 4*), chocolate en tableta.
- Hasta tres meses pasada la fecha: salsas envasadas, pasta seca rellena, galletas, cereales, pan tostado, agua y bebidas refrescantes con azúcar, preparados en polvo con grasa (sopas instantáneas, leche en polvo -esto no se aplica a la leche de fórmula infantil-), margarina y mantequilla, aceite, quesos madurados, golosinas rellenas, salsas, leche y otras bebidas UHT, alimentos congelados en general, snacks tipo patatas fritas, chocolate relleno y bombones, jamón curado y embutido curado no loncheado.
- Hasta un mes: bebidas refrescantes sin azúcar, bollería sin relleno como magdalenas, loncheados de embutidos curado y jamón curado.
- Hasta 15 días: yogur.
- Hasta una semana: pan de molde.
Hora de hacer repaso a la despensa. Te doy un truco infalible: si tiene la etiqueta del precio pegada y está en pesetas, es el momento de tirarlo. Y como norma general en cuanto a seguridad alimentaria: ante la duda, ¡a la basura! Que el desperdicio alimentario se combate con planificación -comprar lo que vayas a comer, cocinar cantidades adecuadas- y trucos de organización como colocar hacia adelante lo que ya tenías en la despensa y poner detrás lo que acabas de comprar, reaprovechar las sobras o congelar etiquetando la fecha, pero nunca corriendo riesgos.
La comida en la literatura del Siglo de Oro
POCAS cosas hay que tengan un tratamiento más amplio en la literatura de los siglos XVI y XVII que la comida y la bebida, hasta el punto de que la mayoría de los términos relacionados con la cocina, alimentos, utensilios, etc., se incluyen en el Diccionario de Autoridades precisamente por la autoridad de los escritores de obras de teatro, comedias, entremeses y novelas picarescas o de costumbres: Cervantes, Góngora, Tirso, Calderón, Quevedo y Lope de Vega hacen continuas referencias en sus obras a comidas, vinos, frutas o dulces; y no solamente estos escritores, también otros menos conocidos tienen en la cocina y sus oficios un buen argumento para sus obras.
La comida es el vehículo que utiliza Cervantes para definir a su Quijote simplemente porque en los tiempos en que se desarrolla la trama de su célebre novela, saber lo que alguien comía era conocer su importancia social y sus posibilidades económicas, como se demuestra también en el pasaje de las bodas de Camacho con su opulencia o en la lucha de Sancho para comer bien de la que a veces deserta con una cierta resignación: « y mi señor don Quijote, que está delante, sabe bien que con un puño de bellotas, o de nueces, nos solemos pasar entrambos ocho días».
Dentro del uso de la comida en la literatura un recurso muy utilizado por los escritores era hacer comparaciones y juegos de palabras con platos, ingredientes y temas poéticos como el caso del laurel y el escabeche para relacionarlos con la corona de los poetas como decía Góngora: «Cuando acaso me aproveche /de tus ramos, oh Laure-l/no sea como poeta/ ni sea como escabeche».
Otra cuestión frecuentemente tratada era asimilar la belleza y los atributos de las mujeres a elementos comestibles, como el caso del requesón, entonces llamado ‘naterones’ con los que Tirso de Molina hace una brillante y erótica comparación: «Las tetas son naterones / y los corpiños encellas, / que mamara amor en ellas / a no encubrir los pezones»
A veces con las comparaciones se ironizaba sobre edad y juventud en las mujeres que era un tema muy socorrido de mofa y burla: «Una doncella en su casa, /ciruela en el árbol es, / que a veces, de treinta y tres, /es con flor, ciruela pasa».
Los nombres de diferentes platos famosos se citan con frecuencias en novelas y entremeses. Por ejemplo según el Diccionario de Autoridades, capón de leche es el pollo castrado y cebado en caponera, con salvado o harina amasada con leche, como se ve en el Guzmán de Alfarache,: «Mandé a mi criado comprase un capón de leche, dos perdices y un conejo empanado.» Capón de leche se usaba como la máxima ponderación de lo exquisito. También ‘carnero verde’ era un guisado que se hacía con carne de carnero cortada en pedazos, sazonándola con mucho perejil, ajos partidos, rejillas de tocino, pan mojado desleído con yemas de huevo y especias, se acompañaba de diversas verduras, de donde viene el adjetivo verde, Lope de Vega, bajo el seudónimo Tomé de Burguillos, escribió sobre él: «Dice que vas quien siempre muerde / más que para galán para guisado/ porque pudiera ser carnero verde».
Calderón de la Barca en su curiosa ‘Mojiganga de los Guisados’ describe un torneo o concurso recitado y danzado en el que Don Estofado reta en duelo a quien desmienta la condición de Princesa de los Guisos de su dama Doña Olla, y así derrota sucesivamente al Carnero Asado, al Carnero Verde, a Don Gigote, a Don Mondongo, que defienden respectivamente a sus damas, Doña Ensalada de la Huerta, Doña Pepitoria, Doña Albondiguilla, Doña Chanfaina, etc. En el concurso, presidido por el propio Baco, Don Estofado y Doña Olla, serán proclamados príncipes en esta extraña contienda con términos culinarios.
También la comida es protagonista de algunas obras didácticas que utilizan situaciones de ésta o banquetes para la enseñanza de un idioma, como es el caso de los Diálogos de Juan Luis Vives. Igualmente en obras de corte moralista como en los Coloquios de Pedro Mexía, se emplean descripciones muy detalladas de banquetes con el pretexto de censurar los excesos:
Los escritores valoraban los consumos de ciertos alimentos que suponían sinónimo de distinción como el caso de la carne, un ejemplo lo tenemos Luis Quiñones de Benavente en el ‘Entremés del mayordomo’: «Lo que toca a la mesa hay mil primores / tendrán sus cuatro platos los señores, /porque no quiero ser corto ni franco. / Los jueves y domingos, manjar blanco, ».
Naturalmente en la literatura de la época no podían faltar los productos del cerdo, que siempre tienen una mención especial en muchísimas obras y singularmente en la ‘Alabanza del puerco’ de Agustín Rojas: «Ya morcilla, el adobado, /testuz y cuajar relleno, / el pie ahumado, la salchicha, / la cecina, el pestorejo, / La longaniza, el pernil…».
En definitiva la comida y los productos comestibles fueron en el Siglo de Oro un recurso literario de gran importancia tanto en las obras de escritores famosos como en los anónimos libros de picaresca con ejemplos tan significados como el Lazarillo de Tormes o el Estebadillo González. Y si hace siglos el asunto del comer llenaba páginas y consumía tinta hoy no le vamos a la zaga.
¿Cómo Ha Evolucionado La Alimentación Del Ser Humano?
A lo largo de la historia se han producido importantes cambios en la forma en la que el ser humano se alimenta. En el siguiente artículo divulgativo os explicamos la evolución que ha experimentado ese apartado en sus distintas épocas:
- Prehistoria (2,5 millones de años a.C-Siglo IV a.C): Al principio se consumían los alimentos sin cocinarlos. La dieta estaba formada por frutas, raíces, semillas, insectos, larvas, y carroña. Con el descubrimiento del fuego se empezaron a cocer los alimentos, un avance que permitió mejorar la asimilación de los nutrientes. Principalmente, destacaban en las dietas de ese período insectos, lombrices, moluscos, pescados, pequeñas piezas de caza, huevos y miel. En el neolítico aparecen la agricultura y la ganadería, lo que supone un cambio radical con la aparición de una dieta omnívora, integrada por verduras, frutas, cereales como el trigo y la cebada, carne y pescado.
- Edad Antigua (Siglo V a.C- Siglo IV d.C): Para esa etapa los cultivos de cereales destacan por el mijo, la cebada, la avena y el centeno. También hay que mencionar el consumo de legumbres y hortalizas. En el plano de la carne el ser humano optó por animales domesticados como vacas, ovejas, cabras, bueyes y ocas.
- Edad Media (Siglos V-XV): El pan era el alimento estrella en la época, siendo populares los panes fabricados con centeno, cebada, alforfón, mijo y avena. En la carne, el cerdo era lo más consumido por las clases populares, ya que la caza estaba reservada para las clases altas. Por otra parte, patatas, legumbres, judías verdes, cacao, tomates, pimientos, fresas y maíz fueron otros de los alimentos consumidos.
- Edad Moderna (Siglos XVI-XVIII): Entre los alimentos de consumo habitual se encontraban aceites, legumbres, ternera, pollo, peras, manzanas, piña, cebollas, nabos, coles, tomates, patatas, ajos y quesos. El pan continuó teniendo una gran importancia en las dietas, y otros alimentos considerados ‘estrellas’ de la época fueron el arroz y el maíz.
- Edad contemporánea (Siglo XIX hasta la actualidad): La industrialización de la alimentación permite elaborar los alimentos a gran escala. Harinas, aceites, mermeladas, mantequillas y quesos pasan a ser producidos en las fábricas. Durante esta etapa también se descubren métodos más eficientes para la conservación de los alimentos en forma de conservas y de productos congelados (frutas, legumbres, carnes, pescado). También es la época de los platos preparados y la irrupción de la comida rápida.
Expertos mundiales en desperdicio alimentario se reúnen en València, Capital Verde Europea
El Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS) y el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (conocido por sus siglas en inglés, EUFIC) celebraron el pasado martes 8 de octubre una jornada internacional con expertos mundiales en desperdicio alimentario. El evento técnico, titulado «Fortalecimiento de la capacidad de las ciudades para la prevención y reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos», se enmarca en el programa de actos de València Capital Verde Europea 2024.
En su discurso inaugural, el presidente del CEMAS Carlos Mundina explicó que mientras se desperdician toneladas de alimentos a diario, 800 millones de personas pasan hambre en el mundo. Mundina recordó que València está al frente de las políticas verdes del Mediterráneo, haciendo referencia a la capitalidad verde europea que ostenta la ciudad este año. Para el presidente, el desperdicio alimentario es un reto a superar, y el evento celebrado marca el comienzo de nuevas alianzas, iniciativas y proyectos que tienen por objetivo buscar un futuro más justo, saludable y sostenible.
La directora de EUFIC Laura Fernández, entidad coorganizadora de esta jornada, explicó que el objetivo de su organización es empoderar a las personas a reducir el desperdicio alimentario, especialmente en los consumidores, donde más pérdida de alimentos se concentra. Fernández explicó que el desperdicio alimentario es una pérdida económica y una amenaza medio ambiental que supone un dilema moral y ético.
Análisis del desperdicio alimentario en Europa e intercambio de experiencias en ciudades referentes
Tras la apertura, a cargo del presidente del CEMAS Carlos Mundina y la directora de EUFIC Laura Fernández, se celebró la primera sesión plenaria de la jornada. En este primer encuentro, participaron cargos de la Comisión Europea como la Policy Officer Cristina Lisetchi y la responsable de proyectos en residuos alimentarios del Joint Research Center Valeria de Laurentiis, así como el director de Capital Verde Europea 2024 en València Antonio García.
A continuación, responsables de las ciudades europeas de Cagliari, Varsovia, Milán, Courbevoie y Gotemburgo presentaron sus políticas ejemplares urbanas para combatir el desperdicio alimentario. Tras el intercambio de experiencias, la jefa de asuntos económicos de la Organización de las Naciones Unidas Liliana Annovazzi-Jakab presentó la aplicación NaturEaTown (NET), dirigida a facilitar a las ciudades la gestión de las cadenas de suministro alimentarias.
En la jornada de la tarde, los participantes se dividieron en tres grupos de trabajos para debatir y analizar cuestiones relacionadas con la capacidad de las ciudades para hacer frente al desperdicio alimentario. La jornada íntegra se puede ver en el canal de Youtube de CEMAS.
Cómo cambiará la publicidad en la televisión británica: nuevas reglas para los anuncios de comida chatarra
A partir de octubre de 2025, la televisión británica dejará de transmitir anuncios de comida chatarra antes de las 21 horas. Esta medida, impulsada por el gobierno del Reino Unido, busca reducir la exposición de los niños a la publicidad de productos con alto contenido en grasas, sal y azúcar, como parte de un esfuerzo para combatir la creciente crisis de obesidad infantil en el país. La decisión responde a la necesidad de proteger a los más jóvenes de la constante influencia de este tipo de anuncios, que en muchos casos promueven alimentos malos para la salud.
La prohibición no es un cambio repentino, ya que la idea de limitar la publicidad de alimentos no saludables ha sido discutida durante varios años. De hecho, en 2021, durante el gobierno del primer ministro Boris Johnson, se planteó por primera vez esta restricción. Sin embargo, la implementación de la norma fue retrasada para que la industria alimentaria y publicitaria tuviera tiempo de ajustarse. Con la entrada en vigor de esta nueva normativa en 2025, el gobierno busca dar un paso clave hacia la reducción de los altos índices de obesidad infantil, que siguen siendo un desafío importante para la salud pública en el Reino Unido.
Además de la prohibición de anuncios de comida chatarra en televisión antes de las 21, el gobierno británico ha decidido aplicar una prohibición total de los anuncios pagados en internet que promuevan alimentos con alto contenido en grasas, sal y azúcar. Esta medida, que complementa las restricciones en televisión, pretende cerrar una de las principales vías a través de las cuales los niños están expuestos a la publicidad de productos poco saludables.
La publicidad online ha ganado una relevancia crucial, especialmente en plataformas populares entre los jóvenes. Redes sociales, sitios web y aplicaciones móviles se han convertido en espacios donde la industria alimentaria puede dirigir su marketing a un público más amplio y joven. La prohibición de estos anuncios pagados en internet pretende limitar este tipo de influencia en los menores, una población particularmente vulnerable al contenido que promueve hábitos alimenticios no saludables. Esta normativa no solo afecta a los anuncios tradicionales, sino también a cualquier forma de publicidad pagada en plataformas digitales.
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves en el Reino Unido, y los datos reflejan la magnitud del desafío. Según cifras oficiales, uno de cada cinco niños en edad de asistir a la escuela primaria tiene sobrepeso, y este número aumenta a más de un tercio al llegar a la secundaria. Estas estadísticas han generado una preocupación creciente, ya que los niños con sobrepeso o que padecen obesidad enfrentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, problemas cardíacos y otras complicaciones de salud en el futuro.
La exposición constante a anuncios de comida chatarra se ha señalado como un factor clave que contribuye a la mala alimentación entre los menores. Por ello, las autoridades británicas consideran que reducir el acceso a este tipo de publicidad, tanto en televisión como en internet, es una medida esencial para frenar la tendencia. Con la implementación de estas restricciones, el gobierno busca cambiar el entorno publicitario al que están expuestos los niños y, en última instancia, contribuir a la adopción de hábitos alimenticios más saludables desde una edad temprana.
A pesar de que el plan original fue promovido bajo un gobierno conservador, la actual administración laborista ha decidido mantenerlo, reforzando su compromiso con la salud pública. Andrew Gwynne, viceministro de Salud Pública y Prevención, afirmó que las nuevas directrices ofrecen la claridad que las empresas solicitaban para prepararse adecuadamente antes de la fecha límite del 1 de octubre de 2025. Esta continuidad en las políticas de ambos gobiernos refleja el consenso en torno a la necesidad de tomar medidas para combatir la obesidad, un problema que sigue siendo una carga significativa para el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido.
El gobierno británico ha lanzado una consulta pública para definir cómo se aplicarán las nuevas normativas a las plataformas de televisión en línea que transmiten en vivo a través de internet, conocidas como IPTV. Estas plataformas, que han ganado popularidad en los últimos años, incluyen servicios de transmisión que permiten ver contenido televisivo en tiempo real, como si se tratara de un canal de televisión tradicional. Dado que estas plataformas se han convertido en una alternativa a la televisión convencional, el gobierno considera que deben estar sujetas a las mismas reglas de publicidad.
La propuesta actual es que las plataformas IPTV sigan las mismas restricciones que los servicios de televisión tradicionales, lo que significa que los anuncios de comida chatarra solo podrán emitirse después de las 21:00. Esta medida busca cerrar cualquier posible brecha regulatoria que permita a la industria alimentaria continuar publicitando productos no saludables a menores de edad a través de nuevos formatos digitales. Durante las próximas cuatro semanas se realizará una consulta específica para determinar los detalles técnicos y garantizar que las restricciones se apliquen de manera efectiva en todos los formatos de transmisión.
La prohibición de los anuncios de comida chatarra forma parte de una estrategia más amplia del gobierno del Reino Unido para reducir la carga sobre el NHS. La obesidad infantil no solo representa un problema inmediato en términos de salud, sino que también tiene un impacto a largo plazo en el sistema sanitario.
Este alimento es el único que nunca caduca: lo puedes comprar hoy y consumirlo en 10 años
Todos los alimentos por ley deben incluir algunos datos importantes en la etiqueta. Por ejemplo, el lote y la fecha de producción. El lugar donde fueron producidos y envasados, y sobre todo la fecha de caducidad.
Ahora hemos aprendido que existen dos tipos de plazos: ‘antes de’ y ‘consumo preferente’. La primera es más categórica y se aplica generalmente a los alimentos más frescos y fácilmente perecederos. La segunda deja un margen incluso de unas pocas semanas.
Muchas personas, sin embargo, no van más allá y prefieren tirar la comida aunque esté cerca de esa fecha, pero muchas veces esto es solo un desperdicio porque aún podría ser comestible.
Pero hay un alimento que evita el desperdicio porque prácticamente nunca caduca. Puedes consumirlo incluso después de años, y siempre es comestible y tan bueno como el primer día.
Alimentos que nunca caducan
Los alimentos de los que hablamos se venden en envases a los que generalmente les falta la fecha de caducidad, que hemos dicho es obligatoria por ley en otros productos. Más bien se indica una vida útil mínima, es decir, una fecha más allá de la cual sus propiedades siguen garantizadas, obviamente si se conservan adecuadamente. Más allá de este término es posible que simplemente se pierdan algunas características como la fragancia, pero se puede consumir de forma segura.
Por tanto, no existe una fecha a partir de la cual se desaconseje en absoluto su consumo. Más bien, en este caso se aplica el sentido común. Observar el producto, olerlo y probarlo puede dar mucha información sobre él. ¿Pero qué comida es?
Hablemos de la miel, el dulce producto de las abejas muy querido por grandes y pequeños. ¿Por qué dicen que nunca caduca? Por su composición. Contiene poca agua y, por tanto, muy baja humedad, a pesar de ser semilíquido. Esto previene la proliferación de bacterias. Además, en su interior se crea un ambiente ácido, hostil a su crecimiento.
¿Cuáles son los alimentos más peligrosos para la salud según la ciencia?
En la búsqueda de un estilo de vida saludable, la atención de los expertos se centra en identificar y eliminar los alimentos más perjudiciales para la salud. La Revista Médica Herediana destaca que tanto los ultraprocesados como los alimentos naturales con componentes desencadenantes pueden contribuir a enfermedades crónicas no transmisibles. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recalca que el consumo inadecuado de alimentos es un factor de riesgo para condiciones como hipertensión, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Un estudio publicado en la revista JAMA revela que el elevado consumo de alimentos ultraprocesados está asociado a un mayor riesgo de mortalidad. La frase «que el alimento sea tu medicina» adquiere más relevancia que nunca, enfatizando la importancia de adoptar hábitos alimenticios saludablespara prevenir enfermedades.
Dentro de los alimentos señalados por la ciencia como perjudiciales, se encuentran las gaseosas y bebidas azucaradas. La Revista Chilena de Nutrición destaca su relación con el aumento del sobrepeso y la obesidad, así como el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. La Asociación Americana del Corazón aconseja limitar su consumo a450 calorías por semana. Asimismo, las grasas trans, presentes en productos ultraprocesados, son señaladas como factores de riesgo para eventos cardiovasculares y deterioro cognitivo.
La alta ingesta de azúcar refinada o adicionada también preocupa a los expertos, relacionándose con diversas condiciones como sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades mentales. La National Academies Press sugiere regular el contenido de azúcar en alimentos procesados, en línea con las nuevas recomendaciones de la OMS que establecen un límite del 5% del valor calórico total. Asimismo, las grasas saturadas, vinculadas al aumento del colesterol y riesgo cardiovascular, son motivo de preocupación según diversos estudios científicos.
El glutamato monosódico (GMS), un potenciador de sabor presente en alimentos procesados, ha sido asociado con obesidad, toxicidad del hígado, diabetes y neurotoxicidad. Investigaciones indican su vinculación con problemas de salud mental, como depresión y esquizofrenia, lo que destaca la necesidad de una mayor regulación en su uso. Por último, ciertos pescados con altos niveles de mercurio, como el tiburón, el atún y el pez espada, plantean riesgos para la salud, especialmente en mujeres embarazadas y niños, según la Asociación Española de Pediatría.
En definitiva, mantener una alimentación saludable implica evitar o reducir el consumo de estos alimentos señalados como los más peligrosos para la salud. La clave está en adoptar hábitos alimenticios conscientes y preferir productos naturales o mínimamente procesados, una elección que se traduce en beneficios a largo plazo para la salud.
Alerta alimentaria por salmonella en una marca de croquetas: estos son los lotes afectados
a AEMPS emitió una alerta por la posible presencia de salmonella en varios lotes de una popular marca de croquetas congeladas.
Ordenan retirar los lotes de huevo y yema líquidos de Ovapack por la presencia de salmonela
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha informado en un comunicado de alerta alimentaria de la posible presencia de salmonella en croquetas congeladas de la marca Las Croquetas de Fer, en todas sus variedades.
Según ha informado la administración sanitaria, la alerta ha llegado a través del servicio de salud de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Los lotes afectados se habrían comercializado en Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, La Rioja y Comunidad de Madrid, aunque desde la AESAN no descartan que se pueda haber redistribuido en otras comunidades.
Todos los lotes afectados por la alerta de la AEMPS
Los lotes afectados por la posible presencia de salmonella son todos los elaborados entre el 13/09/2024 y el 15/10/2024 y confecha de consumo preferente entre el 13/03/2026 y el 15/04/2026, según explicó la AESAN. La información ha sido trasladada a las autoridades competentes de las comunidades para la retirada de las croquetas del punto de venta.
La AESAN recomienda a las personas que tengan en su domicilio el producto afectado por esta alerta, se abstengan de consumirlo, y a quienes lo hayan podido hacer, acudir a un centro de salud si presentan síntomas compatibles con la salmonelosis (principalmente diarrea y / o vómitos acompañados de fiebre y dolor de cabeza).
Alerta alimentaria por salmonella en una marca de croquetas: estos son los lotes afectados