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La ‘pastilla antisequía’ para que las plantas de tomate toleren mejor la falta de agua
Las plantas de tomate emiten un aroma para resistir los ataques de las bacterias. Este aroma (o compuesto volátil) se denomina butanoato de hexenilo (HB). Un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), ha descubierto que su modo de acción es novedoso, y puede ayudar a que las plantas toleren mejor la falta de agua.
“Dada la importancia que el control estomático tiene sobre los estreses hídricos, los tratamientos con HB alivian la sintomatología causada por la sequía y mejoran la productividad de los cultivos como el tomate. Así, en el contexto de sequía grave que actualmente estamos viviendo en España, el desarrollo de este tipo de compuestos supone un gran avance para hacer frente a esta situación”, destaca Purificación Lisón, investigadora del IBMCP y profesora del Departamento de Biotecnología de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN) de la UPV.
Qué ventajas tiene en los cultivos de tomate la ‘pastilla contra la sequía’
Entre otras ventajas, el equipo del CSIC y la UPV destaca que el compuesto HB permite la resistencia a enfermedades cuya vía de entrada son los estomas (pequeños poros presentes en las hojas y tallos de las plantas). En el caso del tomate, su aplicación permite protegerle frente a Pseudomonas syringae, una bacteria que provoca grandes daños, sobre todo en condiciones climáticas de frío y humedad, llegando a impedir que el fruto sea apto para su comercialización.
Además, el equipo del IBMCP también ha comprobado su utilidad en otros cultivos como la patata, a la que confiere más resistencia ante Phytophthora infestans, un parásito que produce una enfermedad conocida como tizón tardío o mildiu y que provoca grandes pérdidas.
Cómo se han estudiado las propiedades del compuesto HB
Para el estudio del modo de acción del compuesto HB, el equipo del IBMCP llevó a cabo diferentes estrategias: genéticas, mediante el uso de mutantes de biosíntesis en determinadas moléculas; farmacológicas, con tratamientos exógenos con inhibidores de los posibles procesos implicados; mediante análisis para la detección de fosforilaciones; y transcriptómicas, empleando las nuevas técnicas de secuenciación masiva (RNAseq) que permiten entender los mecanismos de reprogramación de las plantas tratadas en términos mRNAs.
“Nuestros resultados avalan el uso del HB como un compuesto natural bioactivo para una agricultura más sostenible. Actualmente, no existen productos alternativos en el mercado con la capacidad para producir el cierre estomático”, añade María Pilar López Gresa, investigadora también del IBMCP (CSIC-UPV) y profesora del Departamento de Biotecnología de la ETSIAMN-UPV.
Debido a que el cierre estomático participa en una gran cantidad de procesos en la planta, además de su aplicación para hacer frente a la sequía y bacterias o parásitos, el equipo del IBMCP estudia nuevos usos del HB como, por ejemplo, la sincronización de la floración, la inducción de la floración y cuajado, así como el adelanto de la maduración.
El compuesto HB fue patentado en el año 2018 por el CSIC y la UPV y licenciado por la empresa Químicas Meristem SL.
Sensores inteligentes para el campo: en algunos casos los agricultores pueden llegar a ahorrar más del 50 % de agua
La falta de lluvia es uno de los principales desafíos a los que enfrenta la agricultura y pone en riesgo la productividad de los cultivos, especialmente en el sur de España y el Mediterráneo, donde se prevé una primavera y un verano más cálido de lo habitual. Ante esta situación, la agrotech alicantina Prismab ofrece una solución con la que ya cuentan más de 1.300 usuarios en la zona de Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana.
En Almería, más de 700 pequeños agricultores ya utilizan esta solución tecnológica. El objetivo es aminorar el impacto de la sequía en el campo y ayudar al pequeño agricultor a aprovechar mejor los recursos y ser más productivo, democratizando su acceso a la tecnología.
Actualmente, la compañía cuenta con más de 3.000 dispositivos inteligentes activos en España (como sensores de suelo, tensiómetros, sensores ambientales y caudalímetros), de los que más de 1.500 se ubican en Almería. Con ellos el agricultor es capaz de obtener información clave sobre sus cultivos de forma centralizada y en tiempo real, evitándole desplazamientos y mejorando la gestión de su tiempo. Para ello, la compañía envía al agricultor el equipo, que lo puede instalar él mismo de forma sencilla en tan solo 5 minutos. A través de una app, puede consultar todos los datos.
Esta tecnología le permite monitorizar los parámetros más importantes. En el caso de los sensores de agua, el agricultor puede conocer su calidad, así como el consumo que ha hecho y la cantidad de agua que tiene almacenada. Esto le ayuda a conocer los costes de su explotación en tiempo real, detectando fugas de forma prematura y la gestión inteligente del almacenamiento del agua a lo largo de un ciclo de cultivo.
Por otro lado, los sensores de clima miden la temperatura, humedad, precipitaciones y radiación. Estos parámetros ofrecen información crítica al agricultor: avisos de heladas, ventanas de peligro como enfermedades o plagas o conocer la cantidad de agua que se está evaporando. Por último, los sensores de suelo miden la cantidad de agua disponible que hay en la tierra, la salinidad y la cantidad de nutrientes, la temperatura, la fuerza de succión que tiene que hacer la planta, etc.
Esta información, mejora la toma de decisión del riego para mantener al cultivo en una zona de “confort” hídrico y reducir el consumo de agua en hasta un 30%. “Hemos percibido hasta un incremento del 15% de la producción en cultivos que cuentan con nuestros dispositivos. Además, el ahorro medio de los agricultores que usan nuestro sistema es del 24,3%, siendo en algunos casos de más del 50% en agua”, ha asegurado Antonio Pastor, CEO de Prismab.
En este mismo sentido, Antonio Salvador, asesor agroambiental en Suministros Limero ha explicado que para él “ha sido la democratización de la tecnología en el campo; con un equipo de bajo coste podemos tener rendimientos en el campo como en las grandes explotaciones. Consigo mejorar el cultivo, ahorramos en agua y fertilizantes y tenemos una mejora medioambiental clarísima».
Gracias a la tecnología de la agrotech, en 2023 se ahorraron 466.357 metros cúbicos de agua, lo que equivale a 187 piscinas olímpicas. Y si tenemos en cuenta el acumulado desde sus inicios en 2017, han conseguido ahorrar 1.715.861 metros cúbicos, el equivalente a 687 piscinas. En Almería se han ahorrado 850.000 metros cúbicos de agua desde que empezaron a hacer uso de estos dispositivos en 2017.
Además, al consumirse menos agua también se consume menos energía, por lo que se reducen las emisiones de CO2 y el uso fertilizantes en la misma proporción, lo que permite al sector cumplir con los objetivos de la Agenda 2030: con el objetivo nº6 (“garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible”), nº12 (“modelos de producción sostenible”) y nº15 (“detener e invertir la degradación de las tierras”).
Tecnología alimentaria, los principales avances para la comida del futuro
El objetivo de la tecnología alimentaria es obtener alimentos más completos y saludables modificando sus propiedades físicas, químicas y biológicas para mejorar su calidad.
Los avances tecnológicos surgen como una respuesta ante las recientes crisis alimentarias. Las nuevas tecnologías siguen aumentando ya que suponen una reducción de costos y de complejidad.
Entre las nuevas formas de alimentación más sustentable destaca la alimentación plant-based, tal que las cadenas de comida rápida han incluido alternativas plant-based.
En segundo lugar, la impresión de alimentos 3D debido a que es una forma sistemática y efectiva para servir fuentes de proteínas.
Y por último, el uso de la nanotecnología. Gracias a ella, se podrá evaluar la madurez o la descomposición de los alimentos contribuyendo en el ahorro de los recursos.