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El jarabe de arce puro se presenta como una alternativa al azúcar con beneficios para la salud
El edulcorante natural rico en polifenoles y nutrientes esenciales podría reducir el riesgo de enfermedades metabólicas, según un explica un nuevo estudio publicado en ‘The Journal of Nutrition’
Sustituir azúcares refinados por dos cucharadas diarias de jarabe de arce puro puede reducir el riesgo de enfermedades metabólicas, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Laval y el Instituto del Corazón y los Pulmones de Quebec.
El ensayo, publicado en The Journal of Nutrition, analizó a 42 personas saludables, de entre 18 y 75 años, durante ocho semanas. Los resultados mostraron mejoras significativas en la tolerancia a la glucosa, una reducción de la presión arterial, disminución de grasa abdominal y un impacto positivo en la microbiota intestinal. “Los resultados fueron extremadamente alentadores. No esperaba ver tantas mejoras de los factores de riesgo en un período de tratamiento relativamente corto”, expresó el doctor André Marette, autor principal del estudio.
Los investigadores destacan que el jarabe de arce, rico en polifenoles y nutrientes esenciales, podría ser una alternativa más saludable al azúcar refinado. Aunque el estudio es pequeño, abre la puerta a futuras investigaciones sobre sus beneficios en diversas poblaciones. “Los resultados prometedores de este primer ensayo en humanos nos brindan más razones para educar a los consumidores sobre los numerosos beneficios para la salud del jarabe de arce. Es realmente un ‘edulcorante más inteligente’ y una alternativa más saludable al azúcar refinado”, ha afirmado el doctor.
La Academia China de Ciencias Agrícolas ha creado tomates superdulces: así son estos tomates genéticamente modificados
Los científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas han creado tomates genéticamente modificados con hasta un 30% más de azúcar, sin comprometer la producción. Usando CRISPR, aumentaron el sabor sin perder tamaño, revolucionando la calidad de los tomates.
Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Nature, reveló cómo científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas lograron crear tomates más dulces sin comprometer el tamaño ni el rendimiento. Estos científicos utilizaron técnicas avanzadas de edición genética para aumentar el contenido de azúcar en los tomates, ofreciendo una experiencia de sabor más intensa y una ventaja para los productores. ¿Quieres saber cómo se hizo esto?
Más azúcar, sin pérdidas
Los científicos han identificado dos genes en los tomates, conocidos como SlCDPK27 y SlCDPK26, que funcionan como «frenos de azúcar». Estos genes limitan la cantidad de azúcar presente en las frutas.
Mediante técnicas de edición genética, los investigadores desactivaron estos genes, lo que resultó en un aumento de hasta un 30% en los niveles de glucosa y fructosa en los tomates, lo que hace que el sabor sea significativamente más dulce. ¿El más interesante? Esto se hizo sin reducir el tamaño del fruto ni la producción de la planta.
Esto es particularmente importante ya que uno de los desafíos históricos de la agricultura es aumentar el sabor sin comprometer la cantidad producida.
Tradicionalmente, en el cultivo de tomates la atención se ha centrado siempre en la producción en masa y en aumentar el tamaño de los frutos, lo que lamentablemente reducía el contenido de azúcar y, en consecuencia, el sabor. Este nuevo estudio demuestra que es posible romper esta barrera y producir tomates grandes y sabrosos, manteniendo las características que tanto aprecian los consumidores.
El secreto del sabor: genes modificados
Para lograr este aumento en el contenido de azúcar, los científicos utilizaron la técnica de edición de genes CRISPR, modificando los genes responsables de limitar el dulzor natural de los frutos. Como resultado, el tomate editado mostró un aumento significativo en los niveles de glucosa y fructosa, sin perjudicar la producción ni el peso del fruto. Además, las pruebas de sabor mostraron que más de 100 voluntarios preferían los tomates genéticamente modificados a los tomates tradicionales, lo que indica que el sabor más dulce en realidad era mejor.
Estos cambios son posibles porque los genes SlCDPK27 y SlCDPK26 actúan como reguladores de la acumulación de azúcar, y su función natural acaba limitando el dulzor de los tomates modernos. Al desactivar estos «frenos de azúcar», la planta dirige más fotoasimilados a los frutos, aumentando el contenido de azúcar sin afectar el tamaño del fruto ni el número de frutos por planta.
Beneficios para consumidores y productores
Además de hacer que los tomates sean más sabrosos, aumentar el contenido de azúcar también puede beneficiar a la industria alimentaria. Los tomates con una mayor concentración de azúcares pueden reducir los costos de procesamiento, como en la fabricación de salsas y pastas de tomate, ya que se necesitaría menos materia prima para lograr los niveles deseados de dulzor y sabor. Esto significa un producto más sostenible, con menos consumo de recursos.
Para los consumidores, este cambio también trae beneficios nutricionales. El tomate es una rica fuente de vitaminas, minerales y compuestos bioactivos importantes para la salud.
Con un sabor más dulce, es probable que aumente el consumo de tomate fresco, aportando más beneficios a la dieta de las personas. Y todo ello sin renunciar a lo que hace tan versátil al tomate: un fruto grande, jugoso y ahora más sabroso.
En el futuro, estos tomates genéticamente modificados podrían estar disponibles en los mercados, lo que traería una nueva era a la producción de tomates y al placer del consumidor. El avance no es sólo una victoria para la ciencia genética, sino también una esperanza para todos aquellos que buscan más sabor y calidad en sus alimentos diarios.
Fuentes y referencia de la noticia:
– Zhang, J., Lyu, H., Chen, J. et al. Releasing a sugar brake generates sweeter tomato without yield penalty. Nature (2024).
De verdad compensan?
El peaje de las bebidas energéticas: insomnio, palpitaciones y más ansiedad
El consumo intensivo o crónico de estos refrescos, sobre todo entre niños y adolescentes, puede provocar daños cardiovasculares y de salud mental
Una chica toma una lata de bebida energética.PACO PUENTES
Sobre las estanterías de un supermercado, una hilera de latas de colores y exóticos sabores inaugura la zona de bebidas energéticas. Dentro de los envases, que anuncian gusto a melocotón, mango, coco o sandía, por ejemplo, un líquido con alto contenido en azúcar y generosas dosis de cafeína, taurina o ginseng, todos ellos conocidos estimulantes para el organismo, prometen espabilar y despertar al consumidor, mejorar su concentración, combatir el cansancio o aumentar el estado de alerta. Y probablemente lo consigan: si una taza de café lleva unos 100 miligramos de cafeína, una lata de medio litro de este tipo de refrescos alcanza los 160. Pero mantenerse alerta tiene un precio y la comunidad médica ya ha empezado a advertir de que el consumo abusivo de estos refrescos puede afectar a la salud.
La ingesta de bebidas energéticas es cada vez más frecuente —sobre todo entre adolescentes—, y los científicos plantean su inquietud sobre el potencial impacto cardiovascular y en la salud mental de un consumo intensivo o sostenido en el tiempo. En la literatura científica se han reportado cuadros de insomnio, palpitaciones, ansiedad o trastornos gastrointestinales asociados a tomar este tipo de refrescos. Y, según la dosis de estimulante ingerida y la predisposición de base, el peaje puede ser aún mayor: se ha notificado también algún caso puntual de paro cardíaco y muerte vinculado al abuso de estas bebidas.Más información
Kristen Ghodsee, etnógrafa: “Estamos demasiado cansados para tener imaginación”
La prevalencia global del consumo se estima, según un estudio publicado este año, en torno al 32% en el último mes. Es decir, que un tercio de las personas ha ingerido este tipo de bebidas en los últimos 30 días. Pero a los expertos consultados les preocupan especialmente los jóvenes y los efectos de estos refrescos en un organismo que todavía está madurando. “Es un fenómeno social curioso. Nos debemos de preocupar, pero no ser alarmistas porque no es una sustancia tan dañina. Pero hay subgrupos de población de más riesgo a los que les puede provocar más problemas de salud mental que se pueden prolongar en el tiempo porque ocurrieron cuando esos cerebros estaban madurando”, sintetiza Chema González Echevarri, neurólogo de la Unidad de Trastornos Neurocognitivos del Hospital Joan XXIII de Tarragona. Según la encuesta ESTUDES del Ministerio de Sanidad a estudiantes de 14 a 18 años, en 2023, casi la mitad (el 47,7%) habían tomado bebidas energéticas en los últimos 30 días.
No suele haber intoxicaciones agudas en las urgencias por estas bebidas, matiza también Lidia Martínez, pediatra de Urgencias en el hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, pero eso no le quita relevancia al fenómeno. “Es algo preocupante porque se está comercializando un producto que pueden consumir adolescentes y que crea adicción, porque la cafeína crea adicción, y la población no tiene esa percepción del riesgo”, plantea la especialista, que es también una de las coordinadoras del grupo de trabajo de Intoxicaciones de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas. Las latas llevan advertencias de que no se recomienda su consumo a niños y embarazadas.
En plena era del agotamiento, estos productos se venden como “combustible” para el cuerpo, capaces de aumentar la resistencia física o dar sensación de bienestar. Pero Sanidad apunta, en un informe, que “tienen consecuencias importantes a nivel cerebral y metabólico”. “Algunos de los efectos adversos de las bebidas energéticas son la estimulación del sistema nervioso central y cardiovascular y su relación con el sobrepeso y la obesidad. La ingesta regular de bebidas energéticas se ha asociado a la sobredosis de cafeína, la hipertensión, la pérdida de masa ósea y la osteoporosis. Entre los efectos secundarios resultantes del consumo regular se destacan palpitaciones, insomnio, náuseas, vómitos y micción frecuente”, sintetizan.
Una revisión científica sobre los efectos del consumo agudo o crónico de estos refrescos identificó 86 casos que sufrieron efectos adversos. Fueron, sobre todo, daños cardíacos, como las arritmias, pero también se notificaron nueve casos de paro cardíaco (tres de ellos terminaron en muerte). Se reportaron, además, efectos neurológicos en el sistema nervioso central (convulsiones o vasculopatía cerebral) y trastornos gastrointestinales, como hepatitis y pancreatitis.
Azúcar y cafeína, en el punto de mira
A los médicos les preocupan especialmente dos ingredientes de las bebidas energéticas: el azúcar y la cafeína (o los otros estimulantes que lleve). Sobre los segundos, González Echevarri, que también es miembro de la Sociedad Española de Neurología, describe el impacto en el cerebro: “Estimulantes como la taurina y la cafeína modulan un neurotransmisor que aumenta la concentración, pero también puede provocar problemas de insomnio o que toleres peor la ansiedad, con todos sus efectos, como taquicardias, temblores e irritabilidad”.
Un estudio recuerda que la cafeína, además de producir dependencia, está asociada a problemas gastrointestinales y psicológicos; el ginseng también se ha vinculado con el riesgo de algunos tumores y el ginkgo biloba, otro ingrediente que también se usa en bebidas energéticas, se ha relacionado con el riesgo de sangrado espontáneo, incluidas hemorragias intracraneales. Sobre la probabilidad de ictus o hemorragias cerebrales, el neurólogo señala que es “extremadamente raro”: “El cuerpo joven aguanta muchísimo porque tiene buena capacidad de reparación y todo funciona bien”.
Sin embargo, en personas con cierta susceptibilidad a problemas cardiovasculares, de salud mental o cuadros ansiosos, el consumo de bebidas energéticas sí puede exacerbar alguna sintomatología, apostilla González Echevarri: “Tienes más papeletas para que estos estimulantes descompensen algo que ya estaba de base. Las personas ansioso-depresivas o que sufren insomnio son muy sensibles a los estimulantes y les van a empeorar los síntomas. A nivel cardiovascular, es frecuente sentir taquicardia y, a veces, genera arritmias, pero eso tiene que ocurrir por ser más susceptibles o tomarse grandes cantidades”.
La intoxicación aguda no tiene tanta repercusión. Pero el consumo mantenido pasa más desapercibido y tiene efectos claros en la salud física y emocional”Lidia Martínez, pediatra de Urgencias en el hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona
Miguel Caínzos, cardiólogo del Hospital del Mar de Barcelona, puntualiza que “hacen falta más estudios porque hay muy pocos datos sobre los efectos en la salud cardiovascular de la cafeína y la taurina”, pero admite que sí pueden generar “palpitaciones y sensación de taquicardia”. En la misma línea, Luis Rodríguez Padial, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, recuerda que, aunque los casos que llegan a las consultas de cardiología son “puntuales”, sí “hay cierto grado de preocupación” con este fenómeno y recuerda que “si se produce una sobredosis de cafeína, puede dar lugar a arritmias”.
Acerca del azúcar, Caínzos sí que es tajante: “Lo que es una preocupación es el consumo frecuente y continuado de estas bebidas por su contenido en azúcar porque puede provocar resistencia a la insulina, obesidad y diabetes”, todos cuadros patológicos que son la puerta de entrada a otras enfermedades cardiovasculares. “El consumo crónico con tales cantidades de azúcar es una preocupación”, sentencia. Las marcas ya han puesto en el mercado también opciones bajas en azúcar.
Una peligrosa mezcla con alcohol
El consumo de bebidas energéticas no suele llevar a los pacientes a urgencias, pero sí hay una situación grave en la que estos refrescos pueden estar implicados: las intoxicaciones por alcohol, cuenta Martínez. “Es un problema porque estos refrescos compensan el efecto del alcohol y no se tiene tanta conciencia del efecto [de este tóxico] en el organismo, se asumen más riesgos y, cuando se pasa el efecto estimulante, aumenta el nivel depresor que genera el alcohol”, explica la pediatra, que es también la responsable de la consulta de Toxicología Pediátrica del Sant Joan de Déu.
Estas bebidas disfrazan los efectos depresores del alcohol y eso puede provocar que se ingieran más cantidades del tóxico. Según la encuesta ESTUDES, casi uno de cada cinco estudiantes de 14 a 18 años ha mezclado bebidas energéticas con alcohol en los últimos 30 días.
La pediatra pide no minimizar el impacto de estas bebidas en la salud y admite que tampoco en las consultas se pregunta de rutina por el consumo de cafeína cuando, por ejemplo, llega un paciente con síntomas ansiosos. “Si preguntásemos por el consumo de cafeína a los adolescentes, a lo mejor, nos sorprenderíamos y le encontraríamos relación con el dolor de cabeza o los síntomas ansiosos”, sopesa.
Martínez, que está poniendo en marcha un estudio multicéntrico para saber qué consumo están haciendo de cafeína los chavales que acuden a urgencias, insta a “incorporar” esa pregunta en el diagnóstico diferencial. “La intoxicación aguda no tiene tanta repercusión. Pero el consumo mantenido pasa más desapercibido y tiene efectos claros en la salud física y emocional”, incide. E insiste en que una bebida energética no es como un refresco de cola tradicional: “La cantidad de cafeína es muy diferente [medio litro del de cola puede tener 56 miligramos] y, además de cafeína, las bebidas energéticas tienen otras sustancias y todas son psicoestimulantes y cardioestimulantes. El cerebro de un adolescente necesita estar libre de tóxicos para desarrollarse lo mejor posible”.
Los expertos consultados advierten de que, aunque hay evidencias sobre las consecuencias agudas de la ingesta, se desconocen los efectos a largo plazo de un consumo crónico. González Echevarri avisa, eso sí, de que “en un cerebro que está madurando, todo lo que module la neurotransmisión, puede generar un cambio”. Caínzos, por su parte, subraya la necesidad de dar más información “sobre los riesgos de tomar tres latas”: “No pueden banalizar la cantidad que ingieren en poco tiempo”.
Reducción de azúcar, primordial para el desarrollo de nuevos productos
La industria de alimentos y bebidas contribuye en la reducción de azúcar al elaborar sus productos
12 de julio de 2023
El comportamiento del consumidor actual sugiere que la reducción de azúcar debe provenir de nuevos enfoques en la formulación y en el posicionamiento de los productos. Eso significa que imitar el azúcar no es suficiente, ya que las nuevas generaciones buscan propuestas innovadoras que les generen experiencias diferentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la reducción del consumo de azúcar a un máximo del 10% del total de calorías ingeridas por día, por ello la industria de alimentos ha estado realizando esfuerzos desde hace algunos años para disminuir el uso de este ingrediente.
“Los claims de reducción de azúcar siguen ganado terreno”, afirma Christine Lopes, Business Development Manager Latam de Innova Market Insights. En Diálogos con la industria: Evolución en el consumo, sustitución y reducción de azúcar en América Latina.
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Evolución de los claims de reducción de azúcar
La especialista dijo que en Innova Market Insights se analizan estos cuatro claims:
- Sin azúcar añadida
- Bajo en azúcar
- Sin azúcar
- Reducción de azúcar
De acuerdo con ese análisis, estos claims crecen más en Oriente Medio, África y Asia que en otras regiones. En tanto que América tiene un crecimiento del 2% en los últimos cinco años.
“En las categorías que está impactando la reducción de azúcar, obviamente está en aquellas que tienen un alto contenido de azúcar donde la dulzura es importante. La categoría principal es bebidas, pues 1 de cada 5 lanzamientos de alimentos y bebidas son refrescos”, destaca Lopes.
Además, dijo que esta tendencia se convierte en una estrategia dirigida a la generación Z y a los millennials. Pues les permite disfrutar de la “indulgencia consciente del chocolate.
Tendencias de reducción de azúcar en la industria:
Algunas de las tendencias que presentes en el mercado están:
• El uso de edulcorantes crece ligeramente en los productos con azúcar reducido
• Los endulzantes que más están creciendo son la alulosa y la fruta del monje como sustitutos al azúcar
• Los edulcorantes naturales se están beneficiando para desarrollar nuevos alimentos y bebidas sin azúcar
De acuerdo con Christine Lopes, otras de las tendencias que se verán son:
• Plant-based
• Biofermentación
• Menos dulzura
• Alcoholes de azúcar
• Salud sigilosa
• Endulzantes naturales
• Ingredientes dulces
• Funcionalidad mejorada
• Proteínas dulces
• Combinaciones de edulcorantes
Lopes enfatiza que el consumidor está tomando cada vez más conciencia de la importancia de su dieta. “Y vimos a raíz del Covid-19 esta conciencia creció, porque a partir de la pandemia empezaron a educarse sobre temas relacionados con su alimentación y la función de diferentes ingredientes”, puntualiza.
“Los tecnólogos de alimentos tienen muchas opciones para desarrollar alimentos con esta reducción de azúcar que no había antes. Estamos en un momento muy interesante de tendencias en reducción de azúcar , donde estamos viendo tecnologías que son el futuro de la industria en muchas categorías de mercado”, concluye la especialista de Innova Market Insights.