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La peor fruta para la diabetes (y alternativas recomendadas)
Probablemente, has leído o escuchado alguna vez que existen frutas prohibidas para las personas diabéticas. Pero esta afirmación no es del todo correcta.
Es cierto que hay una relación entre el consumo de algunos alimentos y los valores de glucosa en sangre y alguna fruta se debería tomar con moderación. No obstante, la fruta aporta muchos beneficios para la salud y no debería faltar en la dieta para diabetes.
Aquí algunos ejemplos de las que se pueden clasificar como las peores frutas para diabéticos por su alto contenido en azúcar.
- Caqui: es una fruta muy dulce que puede aumentar los valores de azúcar en sangre rápidamente.
- Higos: es otra opción rica en azúcares naturales que pueden representar un riesgo para una persona con diabetes cuando se toma sin control.
- Plátano: esta fruta rica en nutrientes contiene un alto porcentaje de carbohidratos y su contenido en azúcar aumenta a medida que madura, por lo que debería tomarse con moderación si se padece diabetes.
- Uvas: es una de las frutas que se recomienda tomar con moderación porque contiene mucha azúcar y puede aumentar rápidamente los valores de glucosa en sangre.
- Fruta deshidratada: hay que tener en cuenta que el proceso de deshidratación aumenta la concentración de azúcar, por lo que hay que aprender a gestionar bien el consumo de este tipo de fruta en la dieta. Además, es clave optar por fruta deshidratada sin azúcar añadida, elegir fruta deshidratada como fresas, ciruelas, peras y otras frutas con menor contenido en azúcar natural. Combinar el consumo de la fruta deshidratada con alimentos de bajo índice glucémico también ayuda a evitar picos de azúcar en sangre.
- Fruta en almíbar: la fruta enlatada es menos recomendada porque suele contener azúcares añadidos y otros aditivos y conservantes.
En definitiva, la fruta no es un alimento prohibido en la dieta para la diabetes. Eso sí, hay que saber que existen frutas más o menos convenientes y aprender a gestionar su consumo para reducir al máximo el riesgo de picos de glucosa en sangre.
Fuente: https://www.fiatc.es/blog/post/la-peor-fruta-para-los-diabeticos-
Este es el edulcorante perfecto para sustituir al azúcar: es más saludable
El azúcar es algo que muy importante dentro de los hábitos alimenticios de todo el mundo. Hay quienes lo limitan en su dieta porque creen que es algo adictivo, y luego también los hay quienes no lo controlan porque consideran que no tendrá ninguna consecuencia negativa. Sin embargo, su excesivo consumo puede generar enfermedades muy perjudiciales para la salud como la diabetes, problemas cardiacos, sobrepeso e hipertensión arterial
Por ello, los consumidores optan por elegir productos alternativos menos dañinos y más saludables. Esos reemplazos pueden ser alimentos mucho más conocidos como la miel, pero también existen edulcorantes que pueden endulzar la comida como son la stevia o el xilitol, elementos que suelen no aumentar los niveles de azúcar en sangre y reducir el riesgo de caries.
Además, existen otras variedades de esta «sustancia cristalina perteneciente al grupo químico de los hidratos de carbono, de sabor dulce y de color blanco», según la RAE, como el azúcar de coco o el de maíz, que tienen un índice glucémico muy bajo y que sirven para todas las personas diagnosticadas con diabetes. La melaza de arroz o la panela también son buenas opciones dado tienen menos calorías y conservan todos sus nutrientes.
Todos estos recambios mencionados son muy efectivos y se convierten en algo muy beneficioso para todo aquel que quiera mantener la línea basada en una dieta equilibra y sin excesos. No obstante, existe un edulcorante natural todavía con más nutrientes que es perfecto para eliminar el azúcar de todas las comidas del día a día.
El más saludable y que cuenta con menos químicos dañinos es el azúcar rubia. También conocido como de mesa, este endulzante requiere muchos menos procesos de transformación de unas sustancias iniciales en productos finales. Además, siempre conserva su composición de melaza (residuo de cristalización final), algo que consigue que los minerales como el hierro, calcio, magnesio y potasio estén mucho más presentes.
Además, como posee un notable sabor caramelizado, el azúcar rubia requiere muchas menos cucharadas para combinarlo con el alimento, algo que suponer una solución para los consumidores que, en varios casos, no conocen o no están seguros de la cantidad exacta que necesita la comida para estar endulzadas de forma correcta y sin excesos.
El alimento que nadie debe comer hasta cumplir dos años de vida, según la ciencia
Reducir su consumo durante los primeros 1.000 días de vida disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas en la edad adulta
Las fiestas navideñas están a la vuelta de la esquina y es fácil que a los niños se les antojen los dulces. Sin embargo, los pediatras recomiendan mantenernos firmes. ¿El motivo? Un nuevo estudio científico ha demostrado que comer poco azúcar en los primeros años de vida es muy importante para mantener una buena salud en la edad adulta.
La investigación publicada en la revista Science resalta beneficios significativos para la salud a largo plazo tras reducir la ingesta de azúcar en los primeros 1.000 días de vida. Este periodo, desde la gestación hasta los 2 años, es fundamental para la salud futura. Una dieta inadecuada en esta época se ha relacionado con efectos negativos para la salud durante la edad adulta, así como con enfermedades crónicas como obesidad y diabetes.
El azúcar está en todas partes y tu bebé no lo puede comer
«El azúcar añadido está en todas partes, incluso en alimentos para bebés y niños pequeños», advierte Tadeja Gracner, autora principal del estudio y economista del Centro de Investigación Económica y Social de la Universidad del Sur de California. «A los niños se les bombardea con anuncios de dulces en televisión», continúa. Su estudio demuestra que el papel de los padres y las madres es fundamental para mejorar, pero «no debemos responsabilizar no solo a los padres, sino a las empresas para que reformulen los alimentos infantiles».
Hasta entonces, debemos tener en cuenta los impactantes resultados de este trabajo. Los investigadores afirman en el nuevo estudio que las mujeres embarazadas y lactantes consumen de media más del triple de la cantidad recomendada de azúcar añadido, superando los 80 gramos diarios.
Pero la conclusión más novedosa de la investigación es que reducir el consumo de azúcar en este periodo disminuye el riesgo posterior de diabetes tipo 2 en un 35% y el de hipertensión arterial en un 20%. También se observó un retraso en la aparición de la enfermedad de cuatro y dos años, respectivamente.
Puedes hacer que tu hijo sea un adulto goloso de por vida
El estudio también descubrió que limitar el consumo de azúcar en el útero y en los primeros años de vida puede reducir la «preferencia de por vida» por los dulces, ya que sólo el racionamiento en el útero supone aproximadamente un tercio de la reducción del riesgo.
Durante siglos, el ser humano recurrió a la fruta para saciar sus antojos de dulce y, de paso, obtener vitaminas y minerales. Ahora, el azúcar se ha refinado y concentrado hasta niveles tan altos que la mayoría de la gente prefiere un trozo de tarta de chocolate a un melocotón. Estos elevados índices de consumo afectan rápidamente a nuestro organismo y cambian la forma en la que funciona nuestro metabolismo. Esto puede llevar a desarrollar un grupo de condiciones que lo ponen en riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2, recortando nuestra esperanza de vida y nuestra longevidad.
En 2019, la OMS pidió eliminar los azúcares de los alimentos para bebés. La razón se encuentra en dos estudios realizados en Europa, que mostraron que «una alta proporción de alimentos infantiles se comercializan incorrectamente como adecuados», a pesar de que muchos de ellos «contienen niveles inapropiadamente altos de azúcar». Esta situación «podría afectar el desarrollo de las preferencias gustativas de los niños al aumentar su gusto por los alimentos más dulces», lo que contribuye a que desarrollen sobrepeso y obesidad.
Entonces, ¿qué deben hacer los padres para asegurarse de que sus bebés e hijos reciben una cantidad segura de azúcar? Según las Directrices dietéticas federales para los estadounidenses 2020-25, cualquier persona de 2 años o más debe limitar su ingesta diaria de azúcar añadido a menos del 10% de sus calorías totales. Por su parte, el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) recomienda que la ingesta de azúcar libre se reduzca y limite a menos del 5% de la ingesta energética para niños y adolescentes (2-18 años).
¿Sabes qué pasa en tu organismo cuando se te sube el azúcar?
La glucosa es el principal sustrato que necesita el organismo para obtener energía, pero ¿qué pasa cuando existe un exceso de azúcar?, ¿hasta dónde puede aguantar el cuerpo?
En entrevista para UNAM Global, Sergio Alberto Mendoza Álvarez, académico de la División de Estudios del Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que la hiperglucemia (cuando hay un exceso de azúcar en la sangre) no duele ni se siente, pero las consecuencias son graves.
Paso a paso
Los alimentos ingresan por medio de la ingesta por la boca. Después bajan por el esófago y llegan al estómago donde se degradan hasta llegar a los nutrimentos, que son los carbohidratos, proteínas y lípidos.
Al llegar al intestino los carbohidratos se absorben y se convierten en la molécula llamada glucosa, que es el principal sustrato de energía para todo el organismo.
Cuando estos niveles de glucosa se absorben por el intestino y son enviados a la sangre deben ser regulados por distintos factores. Entre ellos, destaca una hormona muy importante llamada insulina, y se produce por las moléculas “beta” del páncreas.
El páncreas
El páncreas es muy importante para la regulación de los niveles de la glucosa en la sangre, para que el paciente no padezca de hiperglucemia.
Los niveles arriba de 100 miligramos por decilitro en la sangre son anormales. En este caso, la función del páncreas es muy importante, ya que es el encargado de llevar la glucosa, a través de la insulina, a todos los tejidos del cuerpo que necesitan energía, ya sean los riñones, el cerebro, los músculos, e incluso el tejido adiposo.
No obstante, cuando existen bajos niveles de insulina en el organismo, la glucosa se queda en la sangre y ese es el principal problema que detona a la llamada hiperglucemia. La glucosa, lejos de ser un sustrato de energía, daña a los tejidos al acumularse y ocasiona una inflamación alrededor de los vasos sanguíneos de todo el organismo, ya sea el corazón, el cerebro, los riñones, hasta que se forma una grasa alrededor de las arterias.
En consecuencia, se da una disminución del flujo de sangre en cada uno de los tejidos y se afectan varios órganos como son la retina y las extremidades sobre todo inferiores: así surge el pie diabético. Además, aparece el daño hepático y cardíaco e incluso podría llegarse a un infarto en el cerebro o el corazón.
Por otro lado, puede provocar complicaciones agudas como es el coma diabético, que es cuando los niveles de azúcar están entre 250 y 600 miligramos por decilitro o incluso más.
Finalmente, el paciente llega a niveles tan elevados de azúcar en la sangre que acude a urgencias con falta de aire, deshidratación por orinar en exceso, además con niveles alterados de potasio y calcio, y eso genera que haya una alta posibilidad de complicaciones graves que incluye hasta la muerte.
Prevenir
De acuerdo con Mendoza Álvarez, es muy importante la medicina preventiva. Por ejemplo, si una persona tiene predisposición familiar, debe hacer ejercicio, mejorar sus hábitos alimenticios y cuidarse para no llegar a la diabetes.
Sin embargo, existen tratamientos médicos muy efectivos tanto farmacológicos como no farmacológicos para controlar la diabetes o la hiperglucemia y con buena calidad de vida.
Entre las medidas no farmacológicas, lo importante es controlar el consumo de carbohidratos a través de la ingesta de alimentos bajos en azúcar.
Aunque muchos alimentos no sepan dulces se convierten en glucosa dentro del organismo, entre ellos destacan las tortillas, las harinas, así como las pastas. No obstante, también se debe evitar el pan, la fruta y sobre todo los refrescos, concluyó el académico de la UNAM.