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La alimentación afecta al cambio climático

Para realizar la investigación los investigadores redujeron la cantidad de carne roja y procesada a la vez que duplicaron el consumo de frutas y verduras. Su conclusión: las dietas más sanas podrían contribuir a reducir hasta en un 17% las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.

«Somos lo que comemos», reza un conocido dicho popular según el cual la dieta que seguimos tiene consecuencias directas en nuestra salud. Pero seguir una dieta sana es, además, una forma eficaz de cuidar el medio ambiente, al reducir la huella hídrica y de carbono causada no solo por la producción de alimentos, sino también por la reducción de los gastos sanitarios derivados de su consumo inadecuado.

Investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara analizaron los potenciales efectos que una dieta sana tiene no solo para la salud de los estadounidenses, sino también para la del planeta. Según datos del estudio, en Estados Unidos el sector alimentario es responsable de aproximadamente un 30% del total de emisiones de gases de efecto invernadero del país. La causa es la alta proporción de alimentos de origen animal presentes en la dieta media de los estadounidenses, quienes suelen consumir gran cantidad de carne roja y productos procesados en detrimento de frutas y verduras. Una alimentación poco saludable que se calcula es responsable del repunte de enfermedades cardiovasculares y del alto índice de los casos de obesidad y diabetes, enfermedades que causan al país un gasto anual 3 billones de dólares (unos 2,8 billones de euros), o lo que es lo mismo, el 30% de todo el gasto sanitario del país.

Menos carne roja y más frutas y verduras

Los científicos modificaron la dieta media de un grupo de estadounidenses (de unas 2.000 kilocalorías al día), reduciendo la cantidad de carne roja y procesada y duplicando el consumo de frutas y verduras. A través de modelos matemáticos, cuantificaron los beneficios que tenían para la salud y el medio ambiente. La conclusión: una alimentación sana reducía entre un 20 y un 40% de infartos de miocardio, cáncer colorrectal y diabetes de tipo 2, lo cual se traducía en una reducción de los costes sanitarios de 77.000 a 93.000 millones al año y en una disminución de entre 222 y 826 kilogramos de gases contaminantes por persona y año.

«Cambiando únicamente la mitad de la dieta comprobamos los efectos para la salud y para los costes sanitarios», afirma Cleveland. En términos de políticas medioambientales, según el investigador, las dietas más sanas podrían contribuir a reducir hasta en un 17% las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos . El investigador concluye que la importancia del estudio estriba en la demostración de la importancia de la alimentación en los programas de mitigación del cambio climático y la necesidad de tener en cuenta los factores medioambientales en la regulación del sector alimentario.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/asi-afecta-alimentacion-cambio-climatico_11271


El papel de las proteínas alternativas en la creación de un sistema alimentario sostenible

En las últimas décadas, la sostenibilidad se ha convertido en un factor crucial dentro del sistema alimentario global. Las preocupaciones sobre el cambio climático, la degradación ambiental y la seguridad alimentaria impulsan la búsqueda de alternativas que puedan mitigar estos problemas. Una de las soluciones más prometedoras es la adopción de proteínas alternativas.

La producción de proteínas alternativas no sólo tiene beneficios en cuanto a nutrición y sustentabilidad, sino también desde el enfoque económico. Es por eso, que muchas compañías que producen alimentos y bebidas de origen tradicional están diversificando sus operaciones e incursionando en la producción de proteínas alternativas.

Las proteínas de origen vegetal, como legumbres, granos, nueces y semillas, son claves para una alimentación sustentable. También las proteínas derivadas de las algas. Y ya las que están siendo desarrolladas a través de la biotecnología, como las proteínas cultivadas en laboratorio, tienen el potencial de ser sostenibles debido a su menor impacto ambiental.

El impacto de las proteínas alternativas en la sostenibilidad del sistema alimentario es significativo. En primer lugar, al reducir la dependencia de la ganadería intensiva, estas proteínas pueden contribuir a una disminución sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Un estudio realizado por la Universidad de Oxford sugiere que si el mundo adoptara una dieta basada en proteínas alternativas, se podrían reducir las emisiones de carbono en un 25% para 2050. Además, pueden ayudar a preservar la biodiversidad al reducir la necesidad de convertir hábitats naturales en tierras agrícolas. Esto es especialmente importante en regiones como la Amazonía, donde la expansión de la ganadería es una de las principales causas de deforestación.

El impacto ambiental de la producción agrícola es bastante, en estos momentos realmente el sistema alimenticio necesita muchísimos recursos como agua, espacio, animales… Las proteínas de origen vegetal y las de microorganismos, requieren significativamente menos agua y tierra para producirse en comparación con la carne tradicional. Esto es crucial en un contexto de cambio climático, donde el acceso a recursos como el agua dulce se está volviendo cada vez más limitado.

A pesar de sus numerosos beneficios, la adopción generalizada de proteínas alternativas enfrenta varios desafíos. Uno de los principales es la aceptación del consumidor. Aunque las actitudes están cambiando, muchos consumidores aún prefieren la carne tradicional, y algunos son escépticos sobre el sabor, la textura y la seguridad de las proteínas alternativas.

Además, la regulación y la infraestructura para apoyar la producción y distribución de proteínas alternativas están en desarrollo. 

Sin embargo, las oportunidades son inmensas. La inversión en investigación y desarrollo está creciendo, y grandes empresas alimentarias están comenzando a integrar proteínas alternativas en sus líneas de productos. Esto, combinado con un creciente interés por parte de los consumidores en opciones alimentarias sostenibles, indica que estas proteínas están bien posicionadas para desempeñar un papel crucial en el futuro de la alimentación global.

Proteínas alternativas, clave para un sistema alimentario sostenible (thefoodtech.com)