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La dieta de los actores de La sociedad de la nieve para perder 30 kilos… comiendo empanadas y milanesas

La sociedad de la nieve (Netflix)

Juan Antonio Bayona quiso que La sociedad de la nieve respirara realidad, de ahí que recurriese al asesoramiento científico para lograr que una treintena de actores adelgazaran hasta 30 kilos en un par de meses, en consonancia con las víctimas del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en Los Andes, en 1972. El equipo de producción también adaptó los tiempos de rodaje en el lugar del siniestro a las recomendaciones de clima y meteorología para que el Valle de las Lágrimas, situado sobre un glaciar que ha mermado un 60% desde el 72, se pareciera lo más posible a cómo era hace 50 años, sin apenas impacto del cambio climático.

Los médicos e investigadores cordobeses Antonio Escribano padre (endocrino) e hijo (medicina interna) son los responsables de que 30 actores de entre 18 y veintipocos años fueran adaptando, cronológicamente, su composición corporal y peso al que experimentaron de las víctimas, y pasasen de parecer jugadores de rugby al comienzo de la película a estar escuálidos y con casi 30 kilos menos dos meses después. «El reto era hacer ese trabajo no con uno o dos actores como se ha hecho otras veces en el cine, sino con treinta a la vez y logrando que un proceso de pérdida de peso tan rápido en condiciones de grabación extremas (a -15 grados) no afectara ni a su salud ni a sus capacidades para interpretar a los personajes», explica Antonio Escribano padre en una entrevista con EFE.

De octubre de 2021 a comienzos de 2022 (cuando se inicia el rodaje), los médicos ponen el foco en planes nutricionales individualizados para que los actores ganaran músculo y peso (entre 3 y 8 kilos) para que a comienzos del rodaje, que llevó una cadencia similar a la del accidente, parecieran deportistas que van a una competición. Mientras que de febrero a mayo del 22 la clave fue lograr pérdidas de peso extremas (entre 20 y 30 kilos), adaptadas a las exigencias de rodaje, donde de repente un actor tenía que bajar 4 kilos en apenas 3 días o quedar estabilizado 15, sin comprometer la salud.

Fuente: https://www.eldebate.com/cine-tv-series/20240208/dieta-actores-sociedad-nieve-perder-30-kilos-comiendo-empanadas-milanesas_173195.html

Alimentación y cine: una larga relación

El comedor, en muchas ocasiones integrado en la cocina, ha sido durante largo tiempo el lugar más importante de la casa, en tanto en cuanto lugar de reunión y, por lo tanto, de comunicación y sociabilidad dentro de un hogar. La función principal de este espacio, comer, se convierte también en un acto social, en torno al cual puede surgir la comunicación y fluir los sentimientos. Por esta razón, el cine se ha servido de la alimentación como vía para reflejar el intercambio de afectos, pasiones, ideas o creencias.

En la obra The Cultural Flow of Food in Cinema, por ejemplo, su autor, Iommazzo, explora el papel de la comida en el cine global contemporáneo como elemento mágico de placer y conocimiento, y como poderoso catalizador de la unión de las personas y del despertar de las pasiones.

A lo largo de la historia del cine se han sucedido, por lo tanto, no sólo muchos títulos cuyo tema central es la alimentación, la gastronomía o la cocina, sino que, en muchas películas la escena más importante se desarrolla en torno a una mesa o la gastronomía es utilizada como referencia para mostrar diferencias e identidades culturales.

Desde que el 28 de diciembre de 1895 (fecha oficial del nacimiento del cine), los hermanos Lumiére proyectaron las primeras escenas de su hijo comiendo ante las cámaras e invitando al espectador a compartir su plato, el cine y la gastronomía se fundieron sin condiciones para ofrecer al espectador aromas y sabores de todos los lugares del mundo y de todos los momentos de la historia.

Puede decirse que la primera secuencia gastronómica de la historia del cine aparece en 1925, en La Quimera del Oro. En ella, Charles Chaplin logra que un zapato viejo sea un plato digno del más exigente gourmet. Sin embargo, no fue hasta bastantes años después cuando empezaron a surgir títulos en los que la alimentación era tema esencial o, por lo menos, la excusa principal y visible para mostrar otras cuestiones como sentimientos o valores. 

En esta línea, una película que impulsó el género fue El festín de Babette, estrenada en 1987 y ganadora de un Óscar a mejor película extranjera. El sentimiento fundido con la comida tan bien representado en El festín de Babette, también queda de manifiesto en dos títulos italianos: La cena, de Ettore Scola, y La grande bouffe (La gran comilona) de Marco Ferreri. Si en el primero un vulgar restaurante y su comida es el escenario ideal por el que pasan multitud de personajes curiosos (interpretados por un reparto estelar), el segundo es una obra maestra de la estridencia italiana y un clásico dentro del género gastronómico.

Sin embargo, una de las mejores escenas del cine provocador y surrealista, relacionada también con la comida, se rodaría bastantes años antes y el artífice sería un español, Luis Buñuel, que inmortalizó en Viridiana (1961) una cena mítica del cine, en la que varios pobres se dan un homenaje en torno a una mesa bien dispuesta, mientras uno de ellos les hace una de las fotografías más irreverentes de la historia del cine.

Buñuel utilizó también el recurso de la comida en El discreto encanto de la burguesía (1972), donde relata, en clave de humor e ironía, la continua imposibilidad de un grupo de burgueses por congregarse en torno a la mesa.

Igualmente, otro español también ha manifestado una profunda relación con la comida: Bigas luna. No sólo Jamón, jamón tiene marcadas referencias, sino que su filmografía está repleta de citas bastantes sabrosas.

Alimentación y cine: una larga relación – PanoramaCultural.com.co

Las películas más relevantes sobre la alimentación y el planeta

El COVID 19  y los nuevos hábitos en la alimentación han traído consigo un debate acerca de cómo nos alimentamos y qué debería cambiar a la hora de intentar salvar al Planeta y a la humanidad.

En el ambiente de cine, hay algunas películas que han marcado la historia como lo son algunas de las que se dieron a conocer a través del Green Film Fest.

Entre las más llamativas e importantes películas vinculadas a lo agroalimentario –que menciona la Bioguía- se destaca Food Inc, dirigida por  Robert Kenner y que cuenta con la participación fundamental de Michael Pollan, autor del libro Cocinar, estudioso de la materia.

En este filme que es de 2008 se descubre los secretos mejor guardados de la industria alimenticia de Estados Unidos, al mostrar la mecanización y el apoyo de corporaciones que priorizan ganar dinero a cuidar la salud del consumidor.

Otra de las películas sobre alimentación más interesantes es The Slow Food Story, dirigida por Stefano Sardo en 2013. En ella narra la historia de este movimiento revolucionario que se orienta a la gastronomía saludable y rechaza las comidas rápidas.

En esta película se destaca la labor del creador del movimiento Slow Food, Carlo Petrini que trabaja activamente hoy con 70 años, en motivar a la gente a la comida sana.

La otra opción de filmes vinculados a la buena alimentación es Just eat it, donde se habla sobre lo que la humanidad desperdicia de lo que come. Algo paradójico si se quiere si tenemos en cuenta que un alto porcentaje de la población mundial, padece hambre.

Las películas más relevantes sobre la alimentación y el planeta – Minuto Neuquen

En la cocina del Cine: La comida que se utiliza en las películas

¿Cuántas veces hemos visto en las películas, escenas donde se despliegan increíbles banquetes de comida con los que se nos hace agua la boca? ¡Seguro se te ha venido alguna a la mente! ¿Cómo se arma la comida para que forme parte de una escena, sea armónica y mantenga la verosimilitud del relato? Desde ya que hacer comida con este fin y hacer que la comida se vea fotogénica y al mismo tiempo tentadora y sabrosa, es un trabajo muy importante.

Atravesar la pantalla con elementos culinarios es un gran desafío. Hoy en día ya casi no se utilizan más comidas artificiales o de plástico, sino que se utiliza comida real en el set de filmación. De esta forma, cuando los actores interactúan con estos elementos, pueden tomarlos y comerlos haciendo que la historia nos parezca aún más real. 

Un punto importante a tener en cuenta para quien se encargue de pedir la comida para la filmación, es que debe considerar que una escena puede ser filmada muchas veces. Por lo tanto, si se tiene una escena de alguna festividad -como acción de gracias o un cumpleaños- y los personajes cortan el pavo o la torta, hay que tener una cantidad considerable del stock de esos alimentos. Una dificultad extra es cuando la escena contiene comidas muy calientes o muy frías -como el caso del helado-.

Este trabajo se ha vuelto muy importante a lo largo de los años y ya existen en algunos países carreras o cursos de Food Stlying. Incluso algunos profesionales se especializan en comidas para algún formato en especial: televisión, comerciales, películas, editoriales, entre otros. Cada uno de ellos tiene especificidades y la comida no es trabajada de la misma manera.

Ahora como espectador sabremos que todo está milimétricamente pensado, hasta ese postre increíble que nos dan ganas de comer algo dulce mientras vemos nuestra película favorita.

Fuente: https://diamondfilms.com/cl/noticia/1309-en-la-cocina-del-cine-la-comida-que-se-utiliza-en-las-pel%EF%BF%BDculas

EN LA COCINA DEL CINE: LA COMIDA QUE SE UTILIZA EN LAS PELÍCULAS

¿Cuántas veces hemos visto en las películas, escenas donde se despliegan increíbles banquetes de comida con los que se nos hace agua la boca? ¡Seguro se te ha venido alguna a la mente! ¿Cómo se arma la comida para que forme parte de una escena, sea armónica y mantenga la verosimilitud del relato? Desde ya que hacer comida con este fin y hacer que la comida se vea fotogénica y al mismo tiempo tentadora y sabrosa, es un trabajo muy importante.

Atravesar la pantalla con elementos culinarios es un gran desafío. Hoy en día ya casi no se utilizan más comidas artificiales o de plástico, sino que se utiliza comida real en el set de filmación. De esta forma, cuando los actores interactúan con estos elementos, pueden tomarlos y comerlos haciendo que la historia nos parezca aún más real. 

Un punto importante a tener en cuenta para quien se encargue de pedir la comida para la filmación, es que debe considerar que una escena puede ser filmada muchas veces. Por lo tanto, si se tiene una escena de alguna festividad -como acción de gracias o un cumpleaños- y los personajes cortan el pavo o la torta, hay que tener una cantidad considerable del stock de esos alimentos. Una dificultad extra es cuando la escena contiene comidas muy calientes o muy frías -como el caso del helado-.

Además, se debe considerar si el actor o actriz llevan alguna dieta especial por la cual no pueden comer ciertos alimentos. Por ejemplo, si son vegetarianos, veganos, o incluso si tienen alergia a algún ingrediente.

Este trabajo se ha vuelto muy importante a lo largo de los años y ya existen en algunos países carreras o cursos de Food Stlying. Incluso algunos profesionales se especializan en comidas para algún formato en especial: televisión, comerciales, películas, editoriales, entre otros. Cada uno de ellos tiene especificidades y la comida no es trabajada de la misma manera. En una editorial, se tiene un ambiente más controlado, se coloca la comida con determinada luz, fondo, etc. En un comercial, la comida es la estrella, todo se centra alrededor de ella; mientras que en una película o producto televisivo la comida puede ser algo relevante (recordemos la icónica escena de la torta de chocolate de Matilda o en Hambre de Poder donde se cuenta la historia de cómo surge la famosa cadena de comida rápida) o puede funcionar como acompañamiento de la acción central de un actor.

Ahora como espectador sabremos que todo está milimétricamente pensado, hasta ese postre increíble que nos dan ganas de comer algo dulce mientras vemos nuestra película favorita.

Fuente:

https://diamondfilms.com/cl/noticia/1309-en-la-cocina-del-cine-la-comida-que-se-utiliza-en-las-pel%EF%BF%BDculas

Cuando el queso y el cine (de Almodóvar) se encontraron

Moncedillo es una fábrica de quesos y yogures artesanos al noroeste de Segovia creada por el director de fotografía Joaquín Manchado y la productora Esther García, colaboradores ambos del director manchego y cada uno con más de 90 películas en su haber.

Entre el cine y los lácteos transcurre la vida de Joaquín Manchado y Esther García. Él es director de fotografía y operador de cámara, y entre su vasta experiencia destacan títulos como Todo sobre mi madre o Hellboy de Guillermo del Toro. Ella ha producido buena parte de la filmografía de Pedro Almodóvar y en 2018 recibió el Premio Nacional de Cinematografía. Juntos son los orgullosos padres de Moncedillo, una pequeña fábrica de quesos y yogures artesanos nacida en 2011 en el noroeste de Segovia.

Dada la temporalidad de su trabajo y las raíces de García en Cedillo de la Torre, localidad de apenas 100 habitantes donde nació, Manchado cuenta que siempre pensaron en buscar un proyecto del que pudieran vivir en el pueblo. “La familia de Esther tiene una ganadería de churras maravillosa con una evolución genética de 38 años en los que han conseguido grandes mejoras”, señala desde la vecina localidad de Campo de San Pedro, donde se sitúa su fábrica.

“Al llegar el cambio tecnológico del analógico al digital, la fotografía se sociabiliza. De forma que se multiplica la oferta de trabajadores porque existen muchas academias de cine en España. Al haber más gente los precios bajan y las personas con más experiencia de la profesión dejamos de tener interés porque tenemos otros cachés, así que soy menos atractivo”, ríe mientras relata cómo esta conjunción de hechos les empujó a iniciar su aventura artesana.

“Empezamos a hacer cursos, instruirnos y contratamos a un maestro quesero que estuvo con nosotros al principio. Pero al final esto es un sentimiento: tú abres la cámara, hueles, ves, pruebas y decides si ese es tu queso”, relata frente a sus niños: cuatro quesos de diferentes maduraciones a los que no se añaden conservantes, estabilizantes, aditivos artificiales, ni fungicidas en corteza. A los que habría que sumar una crema de queso y un yogur. “Nosotros solo pasteurizamos el yogur. El resto de productos son de leche cruda de oveja. Moldeamos, volteamos y cepillamos manualmente cada queso, pero el trabajo con cada uno es diferente”, añade Manchado sobre sus productos, que se pueden adquirir en su tienda online y en tiendas de toda España.

Por alejados que puedan parecer el cine y los quesos, estos dos oficios, y en su opinión todos, tienen la misma base: “conocimiento, desarrollo, atención y pico y pala día a día”. Manchado elabora esta afirmación diciendo: “Todo se compone de unos parámetros. En la fotografía tienes tres: la sensibilidad del soporte, la velocidad de obturación y el diafragma. Con el queso pasa lo mismo”. Y pasa a departir sobre la temperatura de la leche antes de iniciar el proceso, el cuajo, la sal o las condiciones de las cámaras de oreo y maduración.

FUENTE: https://theobjective.com/further/lifestyle/2020-01-24/moncedillo-queso-y-cine/

Luces, cámara, nutrición: “Se han cambiado planes de rodaje de películas por no pensar en el asesoramiento nutricional”

‘Infobae España’ se acerca a las dietas más extremas del cine de la mano de Ángela Quintas, experta en nutrición y asesora en películas de Almodóvar, Daniel Sánchez Arévalo y Alberto Rodríguez

Pensar en cine es observar una orquesta. Una función perfectamente sincronizada que cede un espacio propio a cada actor -en el sentido literal y figurado- y que a su vez brilla por la armonía del conjunto. La suma de los trabajos individuales resulta en una obra colectiva en la que ningún instrumento puede permitirse desafinar. Esta es parte de la magia del cinelo que no se ve, pero está.

Entre todo el equipo que conforma una productora audiovisual existe un rol quizá no tan considerado por el público, pero con la capacidad de influir en la toma de decisiones tan fundamentales como la de decantarse por una u otra actriz para una película. Se trata de los asesores nutricionales, que acompañan a los actores antes, durante y después del rodaje.

Ángela Quintas forma parte de este mundo desde hace 15 años, en el que se estrenó asesorando a Antonio de la Torre para la película Gordos (2009) en su proceso de ganar 40 kilos. Quintas es química clínica experta en nutrición y microbiota y desde su consulta en Madrid o de forma online ayuda a quienes buscan transformar sus hábitos alimenticios y su estilo de vida. Además, es colaboradora desde hace siete años en el programa A vivir, que son dos días de Cadena SER y autora de varios libros. El último, SuperPedorro (Timun Mas Infantil, 2023), un cuento sobre la microbiota intestinal.

Entre colaboraciones y consultas, Quintas ha trabajado como asesora nutricional en más de una decena de películas, algunas de ellas dirigidas por Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Leticia Dolera, Daniel Sánchez Arévalo o Alberto Rodríguez. También lo ha hecho con varias series: su trabajo más reciente es el plan nutricional de Candela Peña para elEl caso Asunta.

Así se realiza un asesoramiento nutricional de cine

En un primer momento, la productora comunica cuál es la idea inicial, que en ocasiones no puede materializarse. “No se puede hacer que un actor esté muy delgado, suba de peso y luego vuelva a bajar en cuestión de dos semanas. Se han cambiado planes de rodaje porque no se había pensado en el asesoramiento nutricional”, asegura Quintas para Infobae España.

Entonces, el equipo de asesores tiene la labor de estudiar si realmente es recomendable que un actor cambie de peso de forma extrema, ya sea por su historial clínico o porque padece alguna patología. “Hay veces en los que el cuerpo del actor ya no puede más. Fue el caso de Carlos Santos en El hombre de las mil caras. Carlos me decía que no podía seguir comiendo más porque ese no era su cuerpo, y tuvimos que parar. En Gordos también nos pasó con Raúl Arévalo, que en principio tenía que subir mucho peso. Llegó un momento en el que enfermaba y perdía los kilos que había ganado, su cuerpo rechaza ese peso”, explica.

El ejemplo paradigmático de una subida de peso extrema fue con De la Torre y sus 40 kilos en Gordos. En esta comedia dramática, el dos veces ganador del Premio Goya llegó a pesar 102 kilos bajo la supervisión del equipo de Quintas. Al inicio, lo que se hizo fue bajarle de peso (fueron las primeras escenas que se rodaron) para posteriormente hacerle ganar los kilos. Según la experta, “el problema es que cuando se va a subir de peso a un actor, se piensa que se le va a poner a comer como si no hubiera un mañana, pero esto no funciona así”. “Con Antonio incluso tuvimos que parar de grabar para estabilizar sus analíticas y proteger su salud”, cuenta.

Sin embargo, el asesoramiento nutricional en los actores no solo se da cuando han de ganar varios kilos, pues este acompañamiento también ocurre a la inversa. En El fotógrafo de Mauthausen, Mario Casas perdió 12 kilos para encarnar la historia real de un fotógrafo catalán que fue capturado y enviado al campo de concentración nazi. Quintas asegura que tuvieron que hacerle algunas pruebas a Casas para decidir si seguir o no adelante con el proyecto: “A veces los actores entran en un estado en el que se meten demasiado en el personaje, pero hay unos límites”.

Otros cambios extremos: de Christian Bale a ‘La sociedad de la nieve’

Hablar de cambios físicos extremos en el cine es darle un lugar especial a Christian Bale. El británico ha logrado ganarse el respeto del público por sus drásticos cambios físicos en películas como El Maquinista, en la que perdió más de 25 kilos para interpretar a Trevor Reznik. Un papel para el que llegó a pesar tan solo 54 kilos, a pesar de la intención inicial del propio actor de alcanzar los 45.

Quedarse en 54 kilos midiendo más de 180 centímetros es, indudablemente, una situación extrema. Más teniendo en cuenta que solo unos meses después Bale comenzó con el rodaje de Batman, para el que necesitó ganar más de 40 kilos de músculo. En palabras de Christopher Nolan, era “una especie de oso pardo”.

El cambio físico que experimentó Brendan Fraser en The Whalele granjeó el Óscar al Mejor actor en 2023. Tras años lejos de los focos, Fraser volvió a la gran pantalla para dar vida a un profesor de literatura con obesidad mórbida. Para el papel, el estadounidense engordó hasta los 130 kilos, aunque llegó a simular 270 gracias a unas prótesis y un trabajo de maquillaje que tardaba ocho horas en quitarse y ponerse.

El último film que, entre otras cosas, destaca por los extremos cambios físicos de su reparto es La sociedad de la nievedel director J. A. Bayona, cuyo asesoramiento estuvo a cargo de los nutricionistas cordobeses Antonio Escribano padre e hijo. El uruguayo Enzo Vogrincic, que en la película interpretaba a Numa Turcatti, siguió una dieta basada en una lata de atún y una mandarina al día que le hizo perder 23 kilos.

Enfocar las vulnerabilidades

Lo cierto es que este acompañamiento nutricional se intensifica en aquellos papeles que requieren que los actores o las actrices engorden o adelgacen de forma extrema en un corto periodo de tiempo. No obstante, existen otros papeles igualmente delicados que requieren de una mirada amable. Dar vida a una enfermedad a través de la nutrición es otro de los grandes retos de esta industria. Por ejemplo, encarnar el cuerpo de una persona con anorexia.

Este era el desafío de Ángela Quintas y su equipo para la serie Madres, en la que Carla Díaz personifica a Elsa, una adolescente anoréxica. En este tipo de casos, el vestuario y maquillaje también resultan esenciales. “Mientras ella va bajando de peso se le va poniendo un pijama de hospital cada vez más grande, de tal manera que parece que está todavía más delgada. Con todo eso se juega y al final es muy bonito porque formamos parte del equipo que va construyendo la historia”, concluye.

https://www.infobae.com/espana/2024/08/04/luces-camara-nutricion-se-han-cambiado-planes-de-rodaje-de-peliculas-por-no-pensar-en-el-asesoramiento-nutricional

Polémica alimentaria en las salas de cine

Desde hace mucho tiempo una polémica ha rondado las salas de cine respecto a si es legal o no prohibir llevar comida de fuera y a continuación encontramos un análisis de este problema:

¿Es legal? En cierto modo, los cines tienen un par de leyes a las que agarrarse, pero con las uñas. El decreto 86/2013 regula las actividades clasificadas y espectáculos públicos, y en Yelmo dicen que su actividad económica ahora es también la de “Servicios especiales de restaurante, cafetería y café-bar” (epígrafe 674.6 IAE), Así que estaría prohibido traer la comida de casa. ¿La trampa? Es un reglamento (no ley) que afecta a la Comunidad Autónoma de Canarias.

Además, los carteles se refieren al artículo 7 del reglamento de Admisión de personas en los establecimientos de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, aprobado por Decreto 10/2003 (modificado por Decreto 211/2018), y que permite a los locales impedir el acceso de espectadores con comida. Pero hay otro problema (para las salas): los cines no pueden acogerse a ello porque no son establecimientos de hostelería o de ocio y esparcimiento, conforme a la clasificación del Decreto 155/2018 (Nomenclátor).

La conclusión es la siguiente: come lo que quieras. La conclusión está más o menos clara, desde el punto de vista legal: una cosa sería prohibir el consumo de alimentos de todo tipo. Pero si lo permite indirectamente con la instalación de un bar que venda comida y bebida, no puede prohibir el consumo de productos de fuera porque su actividad principal no es la restauración. El derecho de admisión para todo tipo de locales existe, pero tiene que producirse en base a unos criterios razonables y que no puedan considerarse abusivos.

La última polémica en las salas de cine

Alcarràs (2022) Agricultura para un futuro posible

Pocas películas hablan tan bien de la vida cotidiana de las familias campesinas en la España actual como lo hace Alcarràs, una producción que tiene el valor añadido de invertir la tendencia de la producción audiovisual en cuanto a la presencia femenina detrás de las cámaras. No sólo la directora, Carla Simón es también guionista, sino que la maravillosa fotografía ha sido realizada por Daniela Cajías.

La historia, interpretada por actores no profesionales, cuenta el momento crítico de una familia numerosa de agricultores que debe hacer su última cosecha de fruta porque las tierras que cultivaban van a ser dedicada a la colocación de placas solares.

Más que un drama ecológico es una historia que muestra el sufrimiento y el estrés que experimentan las familias que viven del sector primario, sometidas hoy en día a la producción intensiva y a la comercialización abusiva de los productos de la tierra por las grandes distribuidoras de alimentos. Tangencialmente también la película habla de forma crítica del campesinado no es dueño de su propia tierra.

Esta película nos permite reflexionar sobre algo en lo que casi nunca nos paramos a pensar: ¿de dónde vienen nuestros alimentos?, ¿qué consecuencias tiene obtenerlos para las personas y el mundo natural? Pensamos en la comida como si fuese un maná que cae del cielo, o una cornucopia de la que surgen mágicamente flores y frutos, porque para nosotros, obtenerlos tiene que ver más con tener dinero que con un trabajo de producción vinculado a la naturaleza y a la tierra.

Fuente: https://www.ucm.es/ecoficciones/noticias/63169

Películas gastronómicas

Las películas gastronómicas tienen la virtud de despertar el apetito del espectador. Por ello la comida ha dado mucho juego en el cine, propiciando títulos de enorme calidad.

Estas películas han patrocinado una gran cantidad de alimentos, más o menos saludables pero sin duda han satisfecho tanto nuestros ojos como hambre nos ha dado.

Las mejores películas gastronómicas y culinarias