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20 alimentos que contienen hierro buenos para la anemia
/ Enfermedad y alimentación / Por Alejandro Vera
La anemia se caracteriza por una deficiencia en el tamaño y el número de glóbulos rojos, o en la cantidad de hemoglobina en la sangre.
Esta deficiencia perjudica la función principal de los glóbulos rojos, el transporte de oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Para entender cómo los alimentos pueden ser eficaces para combatir la anemia, aprendamos un poco más sobre esta enfermedad los tipos de anemia que hay.
20 alimentos que contienen hierro buenos para la anemia
1 Tipos de Anemias nutricionales
1.3 Deficiencia de vitamina B12 y Anemia
1.4 Anemia por deficiencia de ácido fólico
1.5 Otras anemias nutricionales
2 20 Alimentos ricos en hierro para la anemia
2.14 Receta de ensalada de cangrejo
Tipos de Anemias nutricionales
Las anemias pueden ocurrir en situaciones como hemorragias, anormalidades genéticas, enfermedades crónicas o incluso intoxicación por drogas.
Sin embargo, cuando la anemia surge como el resultado de una deficiencia de algún nutriente específico, se caracterizan como anemias nutricionales. Los principales nutrientes que intervienen en las anemias nutricionales son el hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico.
Anemia Ferropriva
La anemia por deficiencia de hierro es el resultado de un largo período de privación del mineral de hierro de los alimentos.
Los síntomas más comunes de la anemia por deficiencia de hierro son la fatiga y la disminución del rendimiento físico. Además, los casos más graves pueden provocar infecciones debido a la disminución de la inmunidad, gastritis, estomatitis, cambios en la piel e incluso insuficiencia cardíaca.
La anemia por deficiencia de hierro es relativamente común. Además de la ingesta insuficiente de fuentes de hierro, otras condiciones pueden provocar esta anemia, como la mala absorción debido a la diarrea, entre otras.
Anemia megaloblástica
Es una anemia causada por la deficiencia de vitamina B12 o de ácido fólico. La ausencia de estos nutrientes provoca defectos en el ADN celular, causando cambios morfológicos y funcionales en los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas
Deficiencia de vitamina B12 y Anemia
La deficiencia de vitamina B12 que genera una anemia es relativamente rara, ya que este nutriente tiene una circulación enterohepática. Por lo tanto, se necesitan muchos años de mala nutrición y carencia de B12 para que se produzca este tipo de anemia nutricional.
La vitamina B12 se puede encontrar en los alimentos de origen animal, como la carne y las tripas. Así, uno de los principales grupos de riesgo en el desarrollo de esta enfermedad son los vegetarianos restringidos, y también los crudívoros, ya que no consumen ninguna fuente de alimento de este tipo.
Los principales síntomas de la anemia por vitamina B12 son la mala coordinación muscular, la disminución de la memoria, las alucinaciones y el hormigueo en los pies y las manos. La deficiencia prolongada causa daños irreversibles en el sistema nervioso.
Anemia por deficiencia de ácido fólico
Debido a que la vitamina B12 es necesaria para activar al ácido fólico, la deficiencia de vitamina B12 también puede conducir a la deficiencia de ácido fólico.
Las manifestaciones más observadas en el cuerpo causadas por la deficiencia de ácido fólico son: fatiga, diarrea, pérdida de concentración, anorexia, irritabilidad, pérdida de memoria, etc.
Las mujeres embarazadas necesitan una mayor ingesta para no desarrollar la discapacidad. Los adolescentes y los ancianos también forman parte del grupo de riesgo, debido a su baja ingesta de alimentos básicos.
Otros factores que contribuyen al desarrollo de la deficiencia de ácido fólico:
- Uso de anticonvulsivos
- Uso de anticonceptivos orales
- Consumo excesivo de bebidas alcohólicas
Fuente: Vera, A. (2021, 29 enero). ▷ 20 alimentos que contienen hierro buenos para la anemia. Grulla Psicología y Nutrición. https://grullapsicologiaynutricion.com/blog/alimentos-hierro-anemia
Hierro hemo, carne y diabetes tipo 2, ¿cuál es la relación?
El hierro hemo tiene buena prensa, pero también tiene una cara menos conocida, la de los riesgos para la salud que la ciencia está estudiando
A mediados de agosto se publicó un estudio que cuenta que el hierro hemo, presente en la carne roja y otros productos de origen animal, se vincula significativamente con un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2. No es algo nuevo, pero es poco frecuente que el tema salte de los círculos profesionales a los medios generalistas, como ha sucedido en este caso.
Al leerlo, a muchas personas les ha extrañado esa relación del hierro hemo con la diabetes, que quien más quien menos la considera ligada al consumo excesivo de azúcar, pero ¿al hierro? ¿A la carne? ¿Qué tiene que ver?
Hierro hemo: lo que ha ido cambiando
El hierro hemo también tiene, como decíamos, una cara B, y es que se trata de un importante compuesto oxidativo, y ese estrés oxidativo que causa desemboca en inflamación y daños en el ADN al asociarse a radicales libres. Por ello se vincula a mayor riesgo de numerosas patologías: aterosclerosis, cáncer, endometriosis… Y diabetes de tipo 2.
Ese poder oxidativo del hierro hemo, en un contexto de ingesta baja de productos de origen animal, no resulta un problema porque está en niveles manejables. Pero cuando estamos en una situación como la actual, donde la ingesta es muy elevada (no solo diaria, sino de varias veces al día), puede volverse en nuestra contra. Mientras que nuestro organismo sí tiene mecanismos para regular la absorción del hierro no-hemo, y además se ve afectado por otros componentes de la dieta que reducen o potencian su absorción, el hierro hemo se absorbe sin esa regulación, y una presencia alta en la dieta aumenta los depósitos y por ende ese estrés oxidativo que comentábamos.
Hace unos días, ha visto la luz un nuevo metaanálisis que investiga específicamente la relación entre el consumo de carne y el riesgo de diabetes tipo 2 en 31 cohortes de 20 países, en las que participaron cerca de dos millones de personas, con un seguimiento medio de diez años. Según este trabajo, el consumo de 50 gramos de carne roja procesada al día o de 100 gramos de carne roja no procesada se asocia a un 15% más de posibilidades de desarrollar diabetes de tipo 2, mientras que con la carne blanca el riesgo aumenta un 8%. Todo ello respecto a una persona que no consuma carne. El estudio identifica varios factores que explicarían esta relación, siendo uno de ellos el contenido en hierro de la carne.
Si se tiene todo esto en cuenta, seguir dando el mensaje simplista de que el hierro hemo es bueno porque se absorbe mejor y malo el de los alimentos de origen vegetal, y alentar sobre esa premisa a consumir más carne, es un consejo que no está bien adaptado a la evidencia científica. Y no solo por esta razón.