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Alerta alimentaria: cuidado con estas patatas fritas.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha lanzado una nueva alerta alimentaria. Se ha detectado en un lote de snack de patatas fritas la presencia de gluten no incluido en su etiquetado. La notificación de alerta ha sido trasladada por las autoridades sanitarias de Madrid.

Se trata de un lote del producto «snack de patata con saber a crema agria y cebolla», de la marca Sun Snacks. En concreto, el lote afectado es el L0010083506 con fecha de consumo preferente de 8 de mayo de 2025. El producto se comercializa en un envase cilíndrico de color verde de 175 gramos.

Desde Aesan detallan que la distribución inicial se ha producido en la Comunidad Autónoma de Madrid, aunque avisan que no es descartable que puedan existir redistribuciones a otras comunidades autónomas. Se recomienda a las personas con problemas derivados de la ingesta de gluten que pudieran tener este snack de patata en sus hogares que se abstengan de consumirlo. La ingesta de este producto no tiene ningún riesgo para el resto de la población.

https://aliculgrupob.blogs.upv.es/2024/11/28/borrador-automatico

 El alcalde de Ayamonte inaugura, junto al consejero de Agricultura, la III Feria del Vino y el Mar (VIMAR)

El alcalde de Ayamonte, Alberto Fernández, ha asistido, en la mañana de hoy, a la inauguración de la Feria del Vino y del Mar, que celebra su tercera edición, por segundo año consecutivo, en el CECA de #Ayamonte.

#Vimar es una feria dedicada al sector del vino y del mar única en Andalucía, promovida por el grupo Azahara de Comunicaciones.

El alcalde ha sido el encargado de abrir el evento y, junto a él, también han participado en el acto de inauguración el consejero de Agricultura, Pesca Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía Ramón Fernández-Pacheco; el presidente del CCDR Algarve, José Apolinário; el presidente de la Eurociudad del Guadiana y alcalde de Vila Real, Álvaro Araujo, y la diputada provincial de Turismo y presidenta de la Agencia “Destino Huelva”, Ana Delgado.

Alberto Fernández, alcalde de #Ayamonte ha destacado que “estamos encantados de acoger un evento de este calibre y de hacerlo, además, en un espacio como nuestro Centro de Exposiciones y Congresos; que es un espacio multidisciplinar, que aúna perfectamente el carácter europeo que tiene Ayamonte”.

Por su parte, el consejero de Agricultura ha alegado que “una feria diferente como esta tenía que realizarse en un lugar único como Ayamonte. Quiero darle las gracias y el reconocimiento al alcalde por el impulso que supone esta iniciativa que nos propone Azahara de Comunicaciones”.

Tras la inauguración oficial, las autoridades han visitado los distintos stands que exponen en la Feria Vimar.

Fuente: https://ayamonte.es/ayamonte-preparada-para-ser-capital-enogastroturistica-con-la-iii-feria-del-vino-y-el-mar-vimar-y-la-ruta-de-la-tapa/

¿Cuántas comidas hay que hacer al día?

Son tantos los factores que hacen posible responder a esta pregunta de cuántas comidas hay que hacer al día, que no podemos decir que haya un número concreto de comidas que sea mejor que otro.

Para explicarlo mejor, os planteo la siguiente pregunta: ¿Cuál es el número ideal de lanzamientos que debería hacer un jugador de baloncesto para encestar? No se sabe ¿verdad? No se puede decir un número concreto. Todo depende de la calidad del jugador.

Con esto, pretendo hacer entender que lo importante, no es cuántas comidas hagamos al día, sino la cantidad y calidad de los nutrientes que tomemos en cada ingesta, ya sean 3 o 5 las que hagamos.

En nutrición hay muchas “conclusiones” sobre la mesa sobre cuántas comidas debemos realizar. Demasiadas teorías diría yo. Esta sobreinformación que se está facilitando a la población, solo está consiguiendo que todos y cada uno de nosotros, nos cuestionemos qué es lo correcto y no sepamos tomar una decisión correcta

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¿Hay que hacer 5 comidas al día?

Hay multitud de estudios relacionados con este tema de cuántas comidas deberíamos hacer, pero siempre han existido conclusiones a favor y en contra, por lo tanto al existir tanta controversia, disminuyen mucho los motivos para establecer un número fijo de comidas al día, ya que sería poco responsable transmitirlo como una pauta aislada y mucho menos dándole más importancia y priorizándola frente a otras cuestiones en términos de salud, como son la elección de los alimentos y la calidad de la dieta en general.

La idea es que comas tantas veces como tú necesites. Es decir, si puedes comer  5 veces al día, adelante ¿por qué no? Pero… ¿Y si tu trabajo no te lo permite? ¿Ya lo estás haciendo mal? No. No lo estás haciendo mal.

cada cuantas horas hay que comer

¿Cada cuántas horas hay que comer?

De la pregunta «¿Cuántas comidas hay que hacer al día?» Salen otras muchas… como por ejemplo, «¿Cada cuánto tengo que comer?»

Me parece muy interesante este punto, ya que realmente no se trata de comer cada 2 o 3 horas, como se suele decir. El tema de comer a unas horas u otras, es simplemente porque nuestro cuerpo responde mejor a determinados alimentos a lo largo del día. Por ejemplo la tolerancia a los hidratos de carbono, que mejora en las horas más tempranas.

Por lo tanto, el horario de nuestras comidas, influye, pero no hay ninguna ley que establezca que hay que comer cada 2 o 3 horas que haya que seguir a raja tabla, lo que sí es cierto, es que deberíamos haber hecho la digestión antes de volver a comer.

¿Por qué se ha hecho tanto hincapié en que comamos 5 veces al día?

Estos estudios se realizaron solo y exclusivamente en dirección a una hormona o ruta fisiológica, el azúcar, y su repercusión en la insulina y el glucagón. Todo esto implicó olvidar las consecuencias en cuanto a la saciedad, el gasto energético derivado, la tolerancia a la glucosa o la adherencia a la pauta. Sin embargo, como en muchos otros aspectos nutricionales, lo que se le transmite a la sociedad, sin medir el riesgo que esto pudiese conllevar, es que deben comer 5 veces al día y todo ello, sin haber probado el efecto real en la población.

La justificación que se le dio en su momento, a comer 5 veces al día, era la mejorar el funcionamiento hormonal. Si nosotros repartimos nuestras ingestas en varias comidas, produciríamos menos elevaciones de glucemia y por lo tanto menores respuestas de insulina, lo que haría supuestamente, que no se almacenase tanta energía ingerida, en forma de grasa.

Desde un primer momento debería de haberse explicado que no hay un horario establecido, simplemente nuestra alimentación debe estar basada en todos los nutrientes que necesitamos para estar sanos física y mentalmente. Debemos ser nosotros quienes seamos objetivos ante cuantas comidas podemos hacer según nuestro ritmo de vida.

Mi trabajo hay días que no me permite almorzar. ¿Y el tuyo?

¿Cuántas veces hay que comer al día para adelgazar? ¿Y para aumentar masa muscular?

Con esta pregunta, vuelvo a recalcar que la frecuencia de las comidas no es lo que más importa, sino el total de kcal y nutrientes que consumamos. Es decir, si pretendes aumentar de masa muscular, tienes que hacer una dieta con un superávit calórico y por lo tanto al tener que comer más kcal, tendrás que consumir mayor cantidad de alimentos. Por el contrario, si pretendes adelgazar (perder grasa) tendrás que seguir una dieta hipocalórica y por lo tanto, menos cantidad. El cómo lo quieras organizar es algo que depende de tu comodidad y atendiendo a que consumas ni más ni menos de lo que necesitas para alcanzar tu objetivo estético, pero sobre todo de salud. Lo que si debemos evitar son los atracones o comidas que nos puedan elevar demasiado los niveles de glucosa en sangre.

Fuente: https://labellanutricion.com/cuantas-comidas-hay-que-hacer-al-dia/

Día Mundial de la Alimentación 2024: innovaciones sostenibles para garantizar el «Derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor”

El Día Mundial de la Alimentación 2024 llega en un momento clave para la industria alimentaria de América Latina, donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una prioridad urgente.


La región, reconocida por su riqueza en recursos naturales, enfrenta la necesidad de innovar frente a los crecientes desafíos medioambientales, sociales y económicos. Las empresas de alimentos y bebidas están liderando una transformación profunda, adoptando tecnologías avanzadas que no solo optimizan la producción, sino que también promueven una reducción significativa del impacto ambiental, asegurando el derecho de los ciudadanos a el acceso a alimentos nutritivos, seguros y sustentables.


Desde la incorporación de energías renovables en los procesos productivos hasta la implementación de soluciones tecnológicas como la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia, la industria alimentaria está reconfigurando su futuro.


Además, el envasado y empaquetado de alimentos ha evolucionado con materiales más ecológicos y soluciones innovadoras que no solo prolongan la vida útil de los productos, sino que también responden a la creciente demanda de los consumidores por prácticas sostenibles.


Estos avances colocan a América Latina en una posición estratégica, tanto para enfrentar los desafíos del cambio climático como para cumplir con las normativas ambientales internacionales y mejorar la competitividad global, asegurando siempre el derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor.


Las empresas que adopten estos cambios no solo cumplirán con los objetivos de sostenibilidad, sino que estarán en la vanguardia de una industria que redefine el concepto de producción responsable y eficiente.

Innovaciones en la fabricación de alimentos y bebidas
En el ámbito de la fabricación de alimentos y bebidas, las empresas de América Latina están apostando por la implementación de tecnologías avanzadas y procesos optimizados para reducir el impacto ambiental y aumentar la eficiencia, una de las áreas más destacadas es el uso de energías renovables y tecnologías de vanguardia para mejorar la sostenibilidad y la trazabilidad en las cadenas de suministro.


Tecnologías emergentes en la producción alimentaria
Uno de los mayores avances que se observan en la región es el uso de inteligencia artificial (IA) y big data para optimizar los procesos productivos. Estas tecnologías permiten predecir patrones de demanda y ajustar las cadenas de producción de manera más precisa, reduciendo tanto los desperdicios alimentarios como el consumo energético.

Otra innovación es el desarrollo de biotecnología aplicada a la producción alimentaria, donde se están utilizando enzimas y microorganismos para crear productos más saludables y sostenibles, esta tecnología también facilita la producción de alimentos que requieren menos insumos naturales, como es el caso de las proteínas alternativas derivadas de insectos o plantas, que han ganado terreno en el sector.


Innovaciones en el envasado y empaquetado de alimentos

• Embalaje sostenible
El empaquetado de alimentos ha experimentado una verdadera revolución, con la creciente preocupación por los residuos plásticos, muchas empresas en América Latina han adoptado soluciones de envasado sostenibles que buscan minimizar el impacto ambiental.

Un ejemplo notable es el uso de bioplásticos y materiales compostables en el embalaje de productos. Estos materiales están hechos de fuentes renovables, como el almidón de maíz o la caña de azúcar, y pueden biodegradarse en condiciones controladas.


En México, empresas como Grupo Bimbo han liderado iniciativas en esta área, su compromiso con el uso de materiales reciclados en el envasado de sus productos es un modelo a seguir para la industria. Este enfoque reduce significativamente la huella de carbono y se alinea con las políticas ambientales emergentes en la región.


• Innovación tecnológica en la conservación de alimentos
Además de los avances en materiales, las innovaciones tecnológicas también están mejorando la conservación de alimentos, el envasado al vacío inteligente y el control de atmósferas modificadas son ejemplos de tecnologías que extienden la vida útil de los alimentos, permitiendo su transporte a largas distancias sin comprometer su calidad.

Estas soluciones también son esenciales para reducir el desperdicio de alimentos, un problema significativo en América Latina.


Casos de éxito en la región
Uno de los casos más emblemáticos es el de Nestlé Chile, que ha incorporado el uso de materiales de embalaje 100% reciclables en su línea de productos lácteos, además, en 2023, Nestlé inauguró una planta que opera en su totalidad con energía renovable, demostrando un enfoque integral hacia la sostenibilidad en la fabricación y distribución de sus productos.


Otro ejemplo es el proyecto de Tetra Pak Argentina, que ha desarrollado un innovador envase aséptico hecho de cartón certificado, permitiendo la conservación de productos durante largos periodos sin necesidad de refrigeración. Este desarrollo no solo reduce la necesidad de energía en la cadena logística, sino que también minimiza la producción de residuos.


El Día Mundial de la Alimentación 2024 resalta la importancia de la innovación sostenible en la industria alimentaria de América Latina, desde el uso de tecnologías avanzadas en la producción hasta la adopción de soluciones sostenibles en el empaquetado, la región se está posicionando como un líder en la transformación de los sistemas alimentarios. Las empresas que priorizan estas prácticas no solo cumplen con los objetivos de sostenibilidad globales, sino que también fortalecen su competitividad en un mercado en constante cambio.


Para los profesionales de la industria, estas innovaciones ofrecen oportunidades inigualables para mejorar la eficiencia operativa, reducir el impacto ambiental y responder a las crecientes demandas de los consumidores por productos más responsables.

Fuente: https://thefoodtech.com/industria-alimentaria-hoy/dia-mundial-de-la-alimentacion-2024-innovaciones-sostenibles-para-garantizar-el-derecho-a-los-alimentos-para-una-vida-y-un-futuro-mejor/

Cómo la tecnología digital puede acelerar la sostenibilidad alimentaria

Las recientes crisis de nuestro sistema alimentario mundial interconectado nos recuerdan lo pequeña que es nuestra red de seguridad. Entre ellos se encuentran el cambio climático, el COVID-19 y el conflicto de Ucrania, entre otros.

La innovación más rápida y la colaboración entre cadenas de valor son la clave del cambio. Bain & Company y el Foro Económico Mundial (FEM), basándose en una investigación anterior sobre el impacto de lo digital en la sostenibilidad de los alimentos en nueve sectores diferentes, investigaron áreas de innovación capaces de aumentar el ritmo del cambio y poner en marcha la colaboración.

Surgieron cuatro «temas invertibles». Cada uno de ellos aborda importantes externalidades medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) a las que se enfrenta la industria alimentaria, a la vez que tiene el potencial de obtener un atractivo rendimiento del tiempo, la energía y el dinero invertidos. Todos ellos requieren una acción colectiva y un enfoque de colaboración para poder ampliarse (aquí se puede encontrar más información sobre los cuatro temas, las innovaciones que despliegan y su impacto ASG).

Por qué debemos apoyar a los agricultores digitalmente

La agricultura debe ser más eficiente y de menor impacto. Actualmente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que entre el 21% y el 37% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero proceden de nuestro sistema alimentario, incluido el modo en que cultivamos nuestros alimentos.

Hoy en día se dispone de tecnología para mejorar el rendimiento y reducir el impacto medioambiental, pero todavía no se utiliza de forma generalizada, especialmente en los mercados en desarrollo. Esto se debe a menudo a la falta de financiación o a una infraestructura digital deficiente. Invertir en infraestructuras -especialmente en redes de conectividad móvil- ayudaría a los agricultores a utilizar las tecnologías digitales disponibles.

Los agricultores que carecen de capital para invertir en tecnologías necesitan acceder a una financiación justa y fiable para garantizar la sostenibilidad de los alimentos. Las instituciones financieras pueden, a su vez, analizar los datos de los sensores y las imágenes aéreas para asegurarse de que sus inversiones son viables y reducir su riesgo al predecir con mayor precisión las posibles pérdidas. Incluso pueden alertar a los agricultores de esa posibilidad con antelación.

Crear transparencia en los datos de la granja a la mesa

La trazabilidad en las cadenas de suministro del sistema alimentario ayuda a las empresas de bienes de consumo a satisfacer la demanda de los clientes de una garantía de calidad sobre los productos que compran y el deseo de los minoristas de conocer los insumos de los productos que tienen en sus estantes.

Alrededor del 68% de los ejecutivos encuestados por Bain afirmaron que la trazabilidad digital es esencial. Pero hacer transparente la cadena de valor alimentaria, con sus múltiples partes interesadas, es complicado. El sector aún no se ha puesto de acuerdo sobre el enfoque fundamental de los datos necesarios para crear esa transparencia.

Aunque están empezando a surgir plataformas para productos individuales como el salmón y el café, no existen plataformas unificadas que abarquen muchos productos diferentes. Estas plataformas podrían proporcionar la autentificación de los alimentos a través de una nueva tecnología segura, reducir el peligro de los alimentos inseguros, hacer que las retiradas de alimentos sean más rápidas y eficientes, y fomentar la confianza entre los consumidores y los minoristas, lo que daría lugar a sistemas con una mejor sostenibilidad alimentaria.

Una visibilidad más clara de los insumos anteriores también ayudaría a los minoristas y a las marcas a tomar decisiones mejor informadas sobre qué comprar y de quién, y permitiría informar más eficazmente a los grupos de interés, incluidos los clientes, los proveedores, los inversores, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales.

La tecnología para lograrlo está emergiendo, con tecnologías existentes como la identificación por radiofrecuencia, que se está abaratando, y tecnologías de la Web 3 como el blockchain y los tokens no fungibles, que permiten la autentificación de los bienes y el intercambio eficiente de datos entre las partes interesadas en la cadena de valor.

Reducir el desperdicio de alimentos y hacer posible la circularidad

Aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se desperdicia, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La pérdida de alimentos y el desperdicio posterior ascienden a unos 700.000 millones de dólares en los países industrializados y a 300.000 millones en los países en desarrollo.

Una cadena de valor transparente ofrece oportunidades de sostenibilidad alimentaria, como la reducción de los residuos de alimentos y plásticos, compartiendo datos casi en tiempo real en toda la cadena de suministro y utilizando análisis de previsión para ajustar mejor la oferta y la demanda.

Lo digital también puede permitir un modelo circular de reutilización de envases. Esto podría eliminar la necesidad de la enorme cantidad de envases de plástico desechables que utilizamos hoy en día.

Las soluciones necesarias difieren según las regiones. En los mercados desarrollados han surgido soluciones avanzadas que aprovechan la inteligencia artificial, la visión por ordenador y el internet de las cosas. Pero los mercados emergentes podrían beneficiarse de soluciones tecnológicas más sencillas que funcionen con su infraestructura actual, al tiempo que construyen la conectividad necesaria para aprovechar soluciones más avanzadas.

Impulsar el comportamiento de los consumidores en materia de alimentación

Ayudar a los consumidores a cambiar sus hábitos alimentarios es importante para pasar a una mayor sostenibilidad alimentaria. Las proteínas alternativas son una forma de abordar parte del 14,5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero que, según la ONU, genera el sector ganadero. Aunque hay una serie de productos disponibles, pueden ser caros, y los consumidores no siempre los encuentran atractivos.

Para llegar a una escala que pueda ayudar a reducir esos costes, los enfoques digitales, como las campañas en las redes sociales, la personalización y la gamificación, pueden incitar a los consumidores a probar y adoptar los productos y, con el tiempo, aumentar la demanda de los consumidores.

Una mayor demanda, a su vez, incentivaría a las empresas de productos de consumo y a las marcas a invertir más en producción e innovación. Lo mismo puede decirse de otros cambios de comportamiento, como el de empujar a los consumidores hacia productos con un abastecimiento sostenible más sólido o con credenciales de menor emisión de carbono.

Abordar los problemas de sostenibilidad alimentaria en la industria

La inversión debe comenzar con la selección del tema más relevante para su organización y luego decidir cuál es la mejor manera de participar, ya sea respaldando una innovación existente o creando un nuevo negocio que podría convertirse en un segundo motor de crecimiento para su organización.

Para la mayoría de los temas, querrá colaborar con el ecosistema adecuado de socios. No es fácil formar coaliciones para abordar los problemas de sostenibilidad alimentaria, pero centrarse en áreas con beneficios ASG y valor financiero aumenta las probabilidades de alinear a todas las partes interesadas y ampliar su impacto.

Fuente: https://es.weforum.org/stories/2022/09/como-la-tecnologia-digital-puede-acelerar-la-sostenibilidad-alimentaria/

Cultura alimentaria y globalización: desafíos para el desarrollo sostenible

Comer es un rasgo biocultural compartido por toda la humanidad; sin embargo, al momento de elegir qué comer se anudan una serie de elementos que lo hacen diferente en cada lugar del planeta, posicionándose como un objeto de estudio importante para comprender el mundo en el que vivimos. En el acto cotidiano de comer, podemos leer normas sociales, valoraciones, tradición, género, territorio, contextos políticos y cultura, entendida como el conjunto de elementos materiales e inmateriales que caracterizan a un pueblo y que es expresado cotidianamente. El análisis de la alimentación desde la cultura, la transforma en un fenómeno complejo que trasciende a la ingesta de nutrientes y que pone en el centro a las personas que realizan elecciones mediadas por su posición en determinados contextos. Así, la relación de la persona con la comida, sus elecciones alimentarias y los efectos que ésta puede tener en su salud, pueden ser explicados también desde sus relaciones y entorno sociocultural.

Un ejemplo de esto es cuando definimos lo que es un alimento saludable y a menudo nos encontramos con nociones biomédicas que se contraponen a la definición cultural del mismo concepto. En ese sentido, “lo saludable” puede significar al mismo tiempo algo nutritivo, algo que engorda, algo que no engorda, lo que sabemos cocinar, lo que nos cocinaba algún ser querido, lo que nos reconforta luego de una jornada extenuante o que nos da energía para empezar el día, alimentos a los que no podemos acceder, lo natural, y un largo etcétera que se pone en tensión cuando las recomendaciones nutricionales desde la medicina se deben poner en práctica en la cotidianeidad.

Entonces, para estudiar la alimentación desde la cultura ¿debemos dejar de lado la evidencia científica que respalda que ciertos tipos de alimentos contribuyen a la aparición de enfermedades? ¿Cómo podemos establecer puntos de encuentro?

Si consideramos que la alimentación debe ser leída dentro de su contexto, todas las aristas son importantes de tomar en cuenta. Uno de los elementos contextuales relevantes para entender cómo nos alimentamos actualmente, es la transición nutricional en América Latina que se asentó en la década de los 90 a partir de la incorporación de alimentos hipercalóricos diseñados con un exceso de grasas y azúcares lo que, sumado a los cambios económicos, los hizo preferentes por ser más baratos y rápidos de preparar y consumir, acorde con los estilos de vida más acelerados y que, de la mano con otros cambios demográficos y sociales, se terminó favoreciendo su consumo por sobre otros alimentos tradicionales y naturales.

De esta forma, Chile pasó de tener un 37% de desnutrición infantil en los años 60 a un 2,9% el año 2000, trayendo consigo también un gran aumento en el consumo de calorías en el mismo periodo. La transición nutricional sería sólo el puntapié inicial de lo que desencadenaría el estado nutricional actual de Chile, con una importante tasa de obesidad y sobrepeso que aumenta cada año de manera acelerada.

Si sólo tomáramos en cuenta estos datos, diríamos que el entorno alimentario del Chile actual se caracteriza por el cambio en la dieta y el aumento en el consumo de calorías. Pero, ¿es posible caracterizar el aumento del sobrepeso y obesidad en nuestro país observando únicamente “lo que comemos”? Desde el enfoque cultural, la respuesta es no: debemos preguntarnos también por todo lo que rodea el acto de comer, volviéndose imperativo identificar aquellos elementos de nuestro entorno que facilitan el aumento de peso. En este sentido Swinburn, en 1999, definió el concepto de ambiente obesogénico, como “la suma de influencias que los alrededores, las oportunidades y las condiciones de vida que promueven la obesidad en individuos o poblaciones”. El ambiente obesogénico tendría cuatro aristas importantes que refieren a “qué está disponible para comer”, “cuál es el costo de lo que hay para comer”, “cuáles son las reglas o leyes en torno a los alimentos” y “cuáles son las creencias o actitudes en torno a lo que se come”. Esta última arista es justamente la cultura, reafirmando que para que un ambiente se vuelva obesogénico depende de la transmisión de conductas y creencias entre los miembros de una comunidad, lo que llevaría a la perpetuación de conductas alimentarias y por ende, elegir qué comer no es una relación lineal entre el alimento y la persona.

Con estos antecedentes, es sencillo hacer el ejercicio de identificar elementos obesogénicos en Chile: una marcada desigualdad en los ingresos, que se traduce en diferencias en la dieta de los distintos estratos socioeconómicos del país; un aumento en la oferta y consumo de alimentos azucarados, especialmente bebidas gaseosas; un aumento del sedentarismo, especialmente en los grupos socioeconómicos de menores ingresos y en mujeres; las deficiencias estructurales de la ciudad que dificultan la realización de actividad física; la sobrecarga de labores domésticas al interior del hogar. Todos estos elementos, materiales e inmateriales, nos sirven para definir a nuestro país como un ambiente obesogénico, donde se promueve la malnutrición por exceso más allá de la cantidad de calorías que consumimos.

Entonces ¿cómo podemos incorporar la perspectiva cultural cuando estudiamos la alimentación en medio de la pandemia de la obesidad? La respuesta no es simple, pero hay alternativas que nos impulsan en esta dirección. Primero, tomar en cuenta esta complejidad al momento de abordar cualquier problema alimentario, incluso si pudiéramos cubrir solo alguna de esas aristas, puesto que permite considerar elementos que de otra forma pasarían desapercibidos. Segundo, la inclusión de los factores contextuales que influyen en la elección de ciertos alimentos por sobre otros nos dará luces sobre los otros temas relevantes a abordar, por ejemplo, al momento de identificar a personas beneficiarias de cierta intervención. Preguntarnos por su trasfondo cultural, ocupaciones laborales, roles al interior del hogar que influyen en la distribución de las tareas de cuidados incluyendo la alimentación, nivel educacional y acceso a alimentos, entre otros aspectos, podría favorecer la adhesión a las intervenciones propuestas al ser más factibles de implementar.

El llamado es a poner sobre la mesa que la alimentación no constituye sólo el acto de comer o de nutrirnos, sino que involucra tanto prácticas como actitudes, recursos y estructuras. Y dado que la alimentación es, en sí misma, un fenómeno complejo, solo podremos hacer frente de manera efectiva a la obesidad si es que reconocemos cómo los aspectos de nuestro diario vivir, nuestras decisiones y nuestro entorno afectan nuestra salud.

Fuente: https://inta.uchile.cl/noticias/192767/la-alimentacion-como-fenomeno-cultural-mas-alla-de-las-calorias

La Casa de la Gastronomía presenta la exposición ?El pescado, alimento ancestral?

La muestra permite conocer el enorme valor alimenticio de este recurso natural.

La Casa de la Gastronomía Peruana del Ministerio de Cultura, presenta la exposición gráfica ?El pescado, alimento ancestral?, resaltando uno de los recursos naturales de mayor consumo y de constante representación en nuestras manifestaciones culturales. La muestra  articula cuatro ejes temáticos: las representaciones en el antiguo Perú como las encontradas en las culturas Chimú, Moche, Lima; los puntos de extracción señalados en los derroteros marinos mapas que datan de 1675; la pesca Artesanal empleando las técnicas tradicionales de caza;  y la cocina cotidiana con un repertorio de recetas ganadoras del I y II concurso gastronómico a nivel nacional. Cabe resaltar la importancia de conocer  el proceso productivo de la pesca desde el mar hasta nuestra mesa. En el marco de la muestra, la Casa de la Gastronomía realizará la performance ?Pago al Mar?, a cargo del Voluntariado Ministerio de Cultura  el próximo  9 de octubre a las 11:00 a.m. Agradecemos  la colaboración de entidades como el Instituto Tecnológico de la Producción CITE pesquero Callao, el Programa Nacional ?A comer  Pescado? del Ministerio de  la Producción y la Subgerencia de Desarrollo Económico – Pesca Artesanal de la Municipalidad Metropolitana de Lima, cuyo objetivo es fomentar la recuperación de técnicas ancestrales,  el consumo adecuado de nuestra riqueza y las buenas prácticas de higiene y saneamiento.  La exposición estará abierta hasta el 16 de octubre en la Casa de la Gastronomía (jirón Conde de Superunda 170, Lima),  de martes a domingo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. El ingreso es libre.

https://www.gob.pe/institucion/cultura/noticias/48539-la-casa-de-la-gastronomia-presenta-la-exposicion-el-pescado-alimento-ancestral

¿De dónde es la arepa realmente: venezolana o colombiana?

Tanto en Colombia como en Venezuela le llaman «arepa» a una masa redonda hecha con maíz. Para muchos dentro de estos territorios, es un alimento indispensable.

No es la única masa redonda hecha con harina de maíz que se consume en América Latina. De hecho, existen más variedades que reciben otros nombres, como las gorditas en México o las pupusas en El Salvador.

Pero si colombianos y venezolanos se reúnen y en la conversación surge de dónde proviene la arepa, hay que prepararse para una discusión caldeada y llena de argumentos.

«La arepa es como el pan en Venezuela», dirá uno. «Pero es que la arepa original es de Colombia, sin relleno», dirá el otro.

Lo cierto es que este producto se consume ampliamente en ambos países, y es muy probable que pocos venezolanos o colombianos le digan que no «a una arepita».

En BBC Mundo queremos despejar esa y otras dudas sobre las arepas.

Entonces, ¿de dónde es la arepa?

«Los cronistas y los datos arqueológicos nos hablan de que la arepa es un alimento que existió antes de la llegada de los conquistadores españoles a América«, le dice a BBC Mundo Ocarina Castillo, antropóloga de la Universidad Central de Venezuela y autora del libro Los panes de esta tierra, que ahonda en el uso histórico en ese país de productos como el maíz, la yuca y el plátano.

En algunos de estos documentos aparecen descritos instrumentos que se utilizaban para hacer preparaciones de maíz, como piedras de moler y budares, unas planchas circulares que se usan para cocer o tostar alimentos como la arepa y el cazabe (tortilla de yuca).

El maíz, además, aparece catalogado como uno de los alimentos base de la dieta indígena a lo largo y ancho del continente.

Según los registros, los indígenas cumanagotos, que habitaban lo que hoy en día es el estado venezolano de Sucre, le llamaban «erepa» al pan de maíz de forma redonda que solían consumir, como lo documenta el historiador venezolano Miguel Felipe Dorta en el libro ¡Viva la Arepa! (2015).

Pero, ¿quiere esto decir que la arepa proviene originalmente del territorio que luego se convirtió en Venezuela?

No realmente.

«Tiene un significado meramente lingüístico», aclara Castillo. «Lo único que quiere decir es que cuando los españoles llegaron allí, escucharon a los cumanagotos referirse a ese alimento de ese modo».

Aunque no se ha precisado cuál puede ser el territorio exacto donde se cocinó una arepa por primera vez, sí se han podido definir las fechas más antiguas de presencia de maíz tanto en Colombia como en Venezuela.

En Colombia, el primer registro de la existencia de maíz data de hace unos 3.000 años, mientras que en Venezuela la estimación es de unos 2.800 años atrás.

«Lo que nos dicen estas cifras es que ocurrió casi en simultáneo», le dice a BBC Mundo Julián Estrada, antropólogo colombiano y estudioso de los alimentos originarios de América.

El detalle está, añade Castillo, en que para ese momento ese territorio estaba lejos de convertirse en dos países con fronteras demarcadas.

«Para nuestro pasado ancestral, ahí lo único que había era la ribera norte del Meta y la ribera sur del Meta. El lado oriental de Lago de Maracaibo y su lado occidental, Pero no había orden, ni países», dijo.

¿Conclusión? No es posible asegurar que la arepa es de un país o del otro, pero lo que sí se puede afirmar es que es un alimento de origen indígena.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38698394

Un estudio afirma que Tik Tok perpetúa la cultura de la dieta tóxica entre adolescentes y adultos jóvenes

La nueva investigación de la Universidad de Vermont en EE. UU., publicada en ‘PLOS One’, ha encontrado mensajes irreales sobre el peso y la salud.

Una nueva investigación de la Universidad de Vermont en Estados Unidos encuentra que el contenido más visto en Tik Tok relacionado con la comida, la nutrición y el peso perpetúa una cultura de dieta tóxica entre los adolescentes y adultos jóvenes y que, por el contrario, la información de expertos está ausente en la mayoría de los video que emite la red social.

El estudio, publicado en ‘PLOS One’, ha encontrado mensajes irreales sobre el peso y la salud; así la idea de que el peso es la medida más importante de la salud de una persona, predomina en gran medida en Tik Tok. De hecho, videos más populares son los que glorifican la pérdida de peso y posicionan la comida como un medio para lograr la salud y delgadez.

Los hallazgos son particularmente preocupantes dada la investigación existente que indica que el uso de las redes sociales en adolescentes y adultos jóvenes está asociado con trastornos alimentarios e imagen corporal negativa.

https://www.heraldo.es/noticias/salud/2022/11/02/estudio-tiktok-cultura-dieta-toxica-adolescentes-adultos-jovenes-1609792.html

La revolución de la alimentación sostenible: el futuro de las proteínas alternativas

Las proteínas alternativas, una vez consideradas una opción exótica para unos pocos, se perfilan como la gran promesa para alimentar a un planeta cada vez más poblado y con recursos limitados. Desde las hamburguesas de origen vegetal hasta los insectos comestibles, estas innovadoras fuentes de proteína están revolucionando la industria alimentaria y abriendo un camino hacia un futuro más sostenible.

La creciente demanda de proteínas, impulsada por el aumento de la población mundial y el cambio en los hábitos de consumo, ha puesto en jaque a los sistemas alimentarios tradicionales. La producción de carne, principal fuente de proteínas en la dieta de muchos, tiene un alto impacto ambiental, consumiendo grandes cantidades de agua y tierra, y generando importantes emisiones de gases de efecto invernadero.

Las proteínas alternativas, provenientes de fuentes como plantas, insectos, algas o cultivos celulares, ofrecen una alternativa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Además, pueden ayudar a abordar problemas como la seguridad alimentaria, la salud pública y la resistencia a los antibióticos.

https://www.ambientum.com/ambientum/cambio-climatico/la-revolucion-de-la-alimentacion-sostenible-el-futuro-de-las-proteinas-alternativas.asp