Inicio » Entradas etiquetadas como «investigación» (Página 5)
Archivos de la etiqueta: investigación
Expertos mundiales en desperdicio alimentario se reúnen en València, Capital Verde Europea
El Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS) y el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (conocido por sus siglas en inglés, EUFIC) celebraron el pasado martes 8 de octubre una jornada internacional con expertos mundiales en desperdicio alimentario. El evento técnico, titulado «Fortalecimiento de la capacidad de las ciudades para la prevención y reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos», se enmarca en el programa de actos de València Capital Verde Europea 2024.
En su discurso inaugural, el presidente del CEMAS Carlos Mundina explicó que mientras se desperdician toneladas de alimentos a diario, 800 millones de personas pasan hambre en el mundo. Mundina recordó que València está al frente de las políticas verdes del Mediterráneo, haciendo referencia a la capitalidad verde europea que ostenta la ciudad este año. Para el presidente, el desperdicio alimentario es un reto a superar, y el evento celebrado marca el comienzo de nuevas alianzas, iniciativas y proyectos que tienen por objetivo buscar un futuro más justo, saludable y sostenible.
La directora de EUFIC Laura Fernández, entidad coorganizadora de esta jornada, explicó que el objetivo de su organización es empoderar a las personas a reducir el desperdicio alimentario, especialmente en los consumidores, donde más pérdida de alimentos se concentra. Fernández explicó que el desperdicio alimentario es una pérdida económica y una amenaza medio ambiental que supone un dilema moral y ético.
Análisis del desperdicio alimentario en Europa e intercambio de experiencias en ciudades referentes
Tras la apertura, a cargo del presidente del CEMAS Carlos Mundina y la directora de EUFIC Laura Fernández, se celebró la primera sesión plenaria de la jornada. En este primer encuentro, participaron cargos de la Comisión Europea como la Policy Officer Cristina Lisetchi y la responsable de proyectos en residuos alimentarios del Joint Research Center Valeria de Laurentiis, así como el director de Capital Verde Europea 2024 en València Antonio García.
A continuación, responsables de las ciudades europeas de Cagliari, Varsovia, Milán, Courbevoie y Gotemburgo presentaron sus políticas ejemplares urbanas para combatir el desperdicio alimentario. Tras el intercambio de experiencias, la jefa de asuntos económicos de la Organización de las Naciones Unidas Liliana Annovazzi-Jakab presentó la aplicación NaturEaTown (NET), dirigida a facilitar a las ciudades la gestión de las cadenas de suministro alimentarias.
En la jornada de la tarde, los participantes se dividieron en tres grupos de trabajos para debatir y analizar cuestiones relacionadas con la capacidad de las ciudades para hacer frente al desperdicio alimentario. La jornada íntegra se puede ver en el canal de Youtube de CEMAS.
Cómo aumentar la testosterona de forma natural
Contar con buenos niveles de testosterona es importante para el funcionamiento sexual normal en el hombre. Esta hormona producida en los testículos resulta necesaria para producir esperma o para el desarrollo del vello facial y corporal, la voz grave y la fuerza muscular y el déficit de testosterona es un cuadro médico conocido como hipogonadismo masculino o andropausia cuyas causas principales son la edad (a partir de los 50 años) o patologías como la diabetes o la obesidad.
La falta de testosterona puede tratarse con administración de la hormona en forma de medicación, pero de acuerdo con la Sociedad Española de Urología (SEU), estos medicamentos solo deben darse si es necesario y el tratamiento sí o sí debe estar controlado por el urólogo de manera periódica. Más allá de fármacos, los expertos advierten que prevenir la deficiencia de testosterona o aumentarla cuando esta sea baja pasa por cumplir con unos hábitos de vida saludables, como evitar el consumo de alcohol y tabaco o realizar alguna actividad deportiva de forma regular, mientras que otro aspecto clave a tener en cuenta es el de la alimentación.
Entonces, ante la pérdida de masa muscular acelerada que provoca la andropausia, se debe consumir proteína para compensarla. “Al haber una subida en los niveles de colesterol, la proteína debe ser con grasa insaturada. Esta se encuentra en la carne blanca (pollo, pavo, conejo), los pescados blancos y azules, algunos mariscos, el huevo, los lácteos desnatados y las legumbres (3 o 4 raciones a la semana)”, señala Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
El experto añadió que hay que reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares procedentes, entre otras cosas, de la carne de ternera, cordero, embutidos, comida rápida, repostería industrial y postres, mientras que es conveniente incrementar la ingesta de frutas y verduras, con especial atención al tomate, ya que su alto contenido en licopeno (antioxidante), lo convierte en protector de la próstata. El estrés también puede influir en la bajada de testosterona. Por ello, Carrera aconseja reducir o eliminar el consumo de alcohol, café y té y beber infusiones relajantes y agua.
¿Por qué es importante llevar una alimentación saludable en el tratamiento del cáncer?
Conseguir un estilo de vida saludable es una prioridad para todas las personas, tengan la edad que tengan. Llevar una alimentación equilibrada y realizar actividad física diaria es importante para todos, también para la prevención del cáncer y durante el tratamiento de esta enfermedad. De hecho, la adopción de estos buenos hábitos, en concreto llevar una dieta variada y equilibrada, mantenerse físicamente activos y mejorar las rutinas de sueño, puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de los pacientes a lo largo de todo el recorrido de su enfermedad.
A pesar de que gracias a la prevención y el diagnóstico precoz la supervivencia del cáncer ha aumentado en los últimos años, esta enfermedad continúa siendo uno de los retos más importantes para los profesionales sanitarios y para la sociedad. Las cifras lo corroboran: se estima que en 2024 se diagnosticarán 13.280 nuevos casos de cáncer ginecológico, y cerca de 29.000 casos de cáncer hematológico en España (según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia).
Los primeros 10 años: clave en la alimentación para un desarrollo infantil saludable
Cada etapa de la vida tiene diferentes requerimientos desde el punto de vista nutricional. Y está claro que los primeros años resultan especialmente importantes porque es ahí donde el cuerpo se desarrolla a un mayor ritmo y las decisiones sobre la alimentación pueden influir decisivamente en el correcto funcionamiento futuro del organismo. En este contexto es clave entender qué tipo de nutrientes resultan más necesarios, qué hábitos favorecen el crecimiento y por qué la leche y las fórmulas adaptadas resultan especialmente valiosas para ello.
Puleva, marca del grupo Lactatis, es un actor clave en este ámbito porque lleva años poniendo en el mercado diferentes fórmulas adaptadas a cada momento vital del menor, que inciden en el aporte de los nutrientes más necesarios en cada etapa. Si bien en los primeros seis meses lo más recomendable es la alimentación con leche materna, cuando no es posible, o a partir de ese momento, este tipo de fórmulas adaptadas se posicionan como un aliado estratégico del crecimiento, ya que ayudan a para cubrir necesidades nutricionales específicas.
Nuevas estrategias científicas para fabricar transgénicos más seguros:
El cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM) es un tema no exento de controversia debido a los riesgos que conlleva: el crecimiento incontrolado de estas especies y su dispersión en la naturaleza. Dos equipos científicos proponen alternativas para impedir que puedan convertirse en invasores.
Los organismos genéticamente modificados (OGM) tienen un gran número de usos, desde la alimentación para ganado hasta la producción de fármacos y combustible. Sin embargo, su cultivo y explotación están desde hace años en el punto de mira. Por ello son necesarias fuertes medidas de control para que sus aplicaciones sean lo más seguras posibles en los cultivos. Ejemplo de ello son los esfuerzos de descontaminación biológica para eliminar los contaminantes de algunos lugares.
No obstante, “en 30 años de uso, no ha habido ningún caso de enfermedades en humanos o animales provocadas por la ingesta de alimentos procedentes de cultivos transgénicos”, asegura a Sinc George Church, investigador en la Harvard Medical School (EE UU).
Según el experto, muchos virus son peligrosos para las especies agrícolas, y conseguir transgénicos que sean resistentes a múltiples virus sin perjudicar al huésped «es un gran hito”. Pero, si un transgénico fuera suficientemente fuerte como para sobrevivir en la naturaleza, “se convertiría en una especie invasora y posiblemente se mezclaría con ADN salvaje”, añade.
Church declara no saber de ningún caso de transgénico que se haya convertido en especie invasora, “pero su resistencia a múltiples virus podría en un futuro cercano provocar este escenario”, advierte.
Hasta ahora, algunos estudios científicos habían diseñado dispositivos de seguridad para controlar el crecimiento de los OGM, haciendo, por ejemplo, que los transgénicos dependan de ciertos nutrientes naturales, o insertándoles interruptores de apagado genéticos. Sin embargo, estas soluciones pueden dejar de funcionar cuando se producen mutaciones o cruces entre especies.
La revista Nature publica esta semana dos nuevas estrategias científicas para desarrollar organismos genéticamente modificados que dependan de nutrientes sintéticos, lo que permitiría prevenir el crecimiento accidental y su dispersión. Según los autores de ambos trabajos, estas estrategias mejorarían la seguridad de los OGM.
Referencias bibliográficas:
Alexis J. Rovner et al. “Recoded organisms engineered to depend on synthetic amino acid” Nature 21 de enero de 2015 doi:10.1038/nature14095
Daniel J. Mandell et al. “Biocontainment of genetically modified organisms by synthetic protein design” Nature 21 de enero de 2015 doi:10.1038/nature14121
Los efectos en el cerebro de comer queso según un neurólogo
El queso es uno de los lácteos más populares en la dieta mediterránea, lo que ha llevado a lo largo del tiempo a ser objeto de diversas investigaciones. Muchas de ellas se han centrado, concretamente, en el efecto que puede tener el consumo de determinadas variedades. El neurólogo y neurocirujano Dr. Mill Etienne ha compartido resultado de un estudio en el que se ha confirmado impacto positivo en la memoria y la función cognitiva. Un resultado que, para España, es prometedor, ya que el 60% de los casos de demencia no están diagnosticados y cerca de 800.000 personas padecen alzhéimer, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).
¿Qué variedades de queso tienen beneficios para el cerebro?
En Dr. Etienne se ha hecho eco en medios internacionales de un reciente estudio japonés que han vinculado el consumo de quesos como el feta y el cheddar con una mejor memoria y función cognitiva. La investigación, que tuvo de sujetos a 1.200 personas adultas mayores de 65 años arrojó resultados positivos sobre estos dos tipos de quesos para la mejora del rendimiento del cerebro.
Eso sí, la clave para obtener todos los beneficios reside sobre todo en la calidad del queso y, por supuesto, evitar los más procesados. El Dr. Etienne aconseja no optar por opciones envasadas individualmente o para untar, ya que de normal son quesos procesados que pueden contener aditivos como el diacetilo, una enzima utilizada para dar sabor que podría contribuir al deterioro de la memoria y aumentar el riesgo de enfermedades cerebrovasculares.
Los efectos en el cerebro de comer queso
El impacto del queso en el cerebro se debe principalmente a dos aminoácidos: el triptófano y la tirosina. El primero es un precursor de la serotonina, el neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo. Mientras que, el segundo, estimula la producción de dopamina y la sensación de placer. En cuanto a nutrientes, los quesos son ricos en vitamina B12, calcio y fósforo, minerales esenciales para el funcionamiento cerebral.
Para saber si el consumo de queso está afectando a nuestra salud cerebral el Dr. Etienne recomienda escuchar las señales corporales. Si al ingerir ciertos tipos de queso, sobre todo aquellos que tiene contenido alto de lactosa, se notan problemas digestivos, es posible que tenga un impacto negativo en tu cerebro. Por eso el neurólogo siempre opta por opciones bajas en lactosa y poco procesados como el suizo, el parmesano o el cheddar. Además, recomienda la variedad feta porque está elaborada con leche de oveja o cabra, que proporciona más beneficios que la de vaca.
Carnes rojas: ¿cuáles son? ¿Qué beneficios y qué propiedades tienen?
Pese a estar considerado en los últimos tiempos como un alimento perjudicial para la salud, al dejar de comer carne roja se dejan de ingerir nutrientes beneficiosos para el cuerpo.
Denominamos carne roja a aquellos alimentos que contienen carne de ternera, de cerdo, de toro, de buey, de pato y ganso, de cabra o de cordero, entre otros. Dicho de otro modo, son carne roja todas las carnes que presentan un color rojo o rosado en estado crudo. Este grupo alimentario comprende alimentos de consumo diario como el lomo de cerdo, el entrecot, el solomillo o las hamburguesas. O también otros productos de menor asiduidad como la chuleta de buey o paletilla de cabra. Las carnes rojas son aquellas que provienen de mamíferos con músculos rojos. Estas carnes se caracterizan por tener un alto contenido de proteínas, hierro y zinc, pero también pueden contener grasas saturadas y colesterol. Es importante consumirlas con moderación y optar por cortes magros y sin piel para reducir el consumo de grasas saturadas.
¿Cuáles son las llamadas carnes rojas?
- Carne de res (ternera, novillo, vaca, toro)
- Cerdo (lechón, cerdo ibérico, cerdo blanco)
- Cordero (cordero, carnero)
- Venado (ciervo, alce, reno)
- Cabra
- Jabalí
- Caballo o potro (carne de caballo se consume en algunos países)
- Pato y ganso
Es importante tener en cuenta que no todos los cortes de carne de estos animales son considerados «carne roja», algunos cortes son más magros que otros y por lo tanto tienen un contenido de grasa y colesterol menor. Por ejemplo, el lomo de cerdo es un corte más magro que el tocino o la panceta de cerdo.
¿Es buena la carne roja?
En la actualidad existe una gran controversia acerca del consumo de carne roja. Si bien es cierto que la OMS (Organización Mundial de la Salud) puso la carne roja en el punto de mira, afirmando que su consumo aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer -pese a que posteriormente aclaró que debemos reducir el consumo-, es un grupo alimentario muy rico en proteínas, hierro, zinc y vitamina B12. Sin embargo, el consumo excesivo de carne roja puede aumentar el riesgo de ciertas enfermedades como enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer colorrectal.
¿Cuántas veces a la semana hay que comer carne roja?
Expertos destacan la necesidad de llevar una dieta equilibrada, y consumir carne 2 o 3 veces por semana. De las diferentes variantes para el consumo de carne roja, la carne de ternera es rica en proteínas (se estima que con solo 100 gramos se cubre la mitad de la necesidad proteínica diaria) y en fósforo, primordial para el desarrollo intelectual y la formación de nuestros huesos.
https://www.diariovasco.com/gastronomia/despensa/carnes-rojas-beneficios-20190606090852-nt.html
El motivo por el que debes comer dátiles a diario: la poderosa fruta del desierto
En el vasto y árido desierto, donde la vida parece desafiar las condiciones extremas, surge una fruta que ha sido venerada durante siglos por sus propiedades nutritivas y medicinales: el dátil. Esta fruta, que crece en las palmeras datileras, no solo es un manjar delicioso, sino también un alimento cargado de beneficios para la salud que lo convierten en un complemento ideal para la dieta diaria.
Los dátiles han sido una parte integral de la dieta en las regiones desérticas durante miles de años. Su capacidad para proporcionar energía rápida y sostenida, junto con una amplia gama de nutrientes esenciales, los ha hecho indispensables en la alimentación de las poblaciones que habitan estas áreas. Pero, ¿qué hace que los dátiles sean tan especiales y por qué deberíamos considerar incluirlos en nuestra dieta diaria?
Los dátiles son una fuente rica de varios nutrientes esenciales. Contienen altos niveles de fibra, lo que ayuda a mantener un sistema digestivo saludable y previene el estreñimiento. Además, son una excelente fuente de potasio, un mineral crucial para la función muscular y la regulación de la presión arterial. También contienen magnesio, cobre, manganeso y vitamina B6, todos ellos importantes para diversas funciones corporales.
Uno de los beneficios más destacados de los dátiles es su capacidad para proporcionar energía rápida. Esto se debe a su alto contenido de azúcares naturales, como la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Estos azúcares son fácilmente digeribles y pueden proporcionar un impulso de energía casi inmediato, lo que los convierte en un excelente snack para antes o después del ejercicio físico.
La fibra dietética presente en los dátiles no solo ayuda a prevenir el estreñimiento, sino que también promueve la salud del intestino al alimentar a las bacterias beneficiosas en el tracto digestivo. Esto puede ayudar a prevenir enfermedades digestivas y mejorar la absorción de nutrientes.
Los dátiles también son ricos en antioxidantes, que son compuestos que ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres. Los antioxidantes presentes en los dátiles incluyen flavonoides, carotenoides y ácido fenólico, todos ellos conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y protectoras contra enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas.
FUENTE:
La dieta para reducir el riesgo de cáncer de mama que recomiendan los expertos
Recientes investigaciones sugieren que aquella alimentación basada en frutas, verduras, fibras y grasas saludable disminuye el riesgo de desarrollar tumores en las mamas.
Cada año, y según datos del Ministerio de Sanidad, se diagnostican entre 40 y 75 nuevos casos de cáncer de mama por cada 100.000 mujeres, provocando alrededor de 6.000 muertes anuales. Aunque cada vez más el foco está puesto sobre ese tipo de tumores, la genética y los factores hormonales siguen siendo imprevisibles. No obstante, las últimas investigaciones señalan que la dieta y los hábitos alimenticios podrían tener un papel fundamental en la prevención.
Aunque los estudios no garantizan que una dieta concreta sirva para prevenir o curar el cáncer en su totalidad, lo cierto es que llevar este cuidado en la alimentación sí que podría tener un impacto positivo en el organismo y reducir la aparición de cáncer de mama, así como otros tipos de cáncer. Según el American Institute for Cancer Research, seguir una dieta basada principalmente en plantas podría disminuir el riesgo de cáncer de mama hasta en un 15%.
Los expertos encargados de estudiar el cáncer de mama coinciden en que una dieta con alimentos ricos en nutrientes puede llegar a reducir su desarrollo. En este sentido, se encuentran las frutas y las verduras. En concreto, las verduras de hojas verde oscuro como el brócoli, las espinacas y las acelgas llegan a ser las más beneficiosas. Su contenido en vitamina A hace que actúen como una barrera defensiva en el desarrollo de las células cancerosas.
Otra de las claves, según las investigaciones, es incorporar a la dieta esas grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra o el pescado azul. Los ácidos graso que podemos encontrar en el salmón o la caballa actúan como un antiinflamatorio que, a su vez, ayudan a regular el proceso metabólico del cuerpo.
Además, la fibra dietética asume un gran papel en la prevención del cáncer. Las legumbres, los granos enteros y algunos vegetales favorecen a una digestión saludable y regulan los niveles de estrógenos en el cuerpo. Este tipo de hormona, según recientes estudios, muestra un nivel elevado en los casos de cáncer de mama.
A menos calorías, más años, pero con matices: un estudio indaga en la compleja relación entre ayuno y longevidad
Un análisis realizado con un millar de ratones genéticamente diversos con distintos tipos de dietas de restricción calórica y ayuno intermitente muestra que los posibles beneficios de estas intervenciones son más complejos de lo que se pensabaUn análisis realizado con un millar de ratones genéticamente diversos con distintos tipos de dietas de restricción calórica y ayuno intermitente muestra que los posibles beneficios de estas intervenciones son más complejos de lo que se pensaba
Consumir menos calorías puede llevar a vivir más años. La idea ha sido repetida con insistencia en los últimos tiempos, pero podría ser mucho más compleja de lo que se creía y la genética tendría un papel fundamental. Así lo explica un completo estudio realizado en casi 1.000 ratones genéticamente diversos que se publica este miércoles en la revista científica Nature. Aunque la restricción calórica demostró alargar la vida en todos los roedores, los efectos sobre su salud no siempre fueron iguales. Los datos aportan matices, detalles y nuevos conocimientos sobre la compleja relación entre restricción dietética y longevidad.
“La restricción de calorías empezó a demostrar extender la vida útil de los roedores en la década de 1930″, explica en conversación telefónica Gary Churchill, genetista del Jackson Laboratory (Maine, Estados Unidos) y autor principal del estudio junto al biólogo Andrea di Francesco. Desde entonces, la restricción calórica también ha demostrado prolongar la existencia de muchos otros seres, desde gusanos hasta macacos (aunque de forma modesta), y se ha convertido en el Santo Grial de la eterna juventud. Pero tras los grandes titulares aparecieron los matices. “A principios de la década de 2010, se empezó a ver que no todos los antecedentes genéticos se benefician igual de esta restricción”, continúa Churchill. Fue entonces cuando empezó a idear el estudio que ahora ve la luz.
El actual trabajo quería probar hasta qué punto la genética podía condicionar los resultados, así que sometió a 960 ratones hembra genéticamente diversos a cinco intervenciones diferentes. Unos tendrían una dieta normal; otros, una reducción de la ingesta calórica del 20%; y los últimos, de hasta el 40%. Hubo dos grupos de ratones que se sometieron a una dieta de ayuno intermitente, en la que los roedores estaban sin comer uno o dos días consecutivos por semana. A continuación, los autores recopilaron datos de unas 200 evaluaciones de rasgos inmunitarios, sanguíneos, metabólicos, funcionales y conductuales. Y los cruzaron.
Descubrieron así que “la restricción dietética aumentaba la esperanza de vida de los ratones en general”. Incluso en aquellos que se sometieron al plan más estricto de reducción de un 40% de su dieta normal, lo que sorprendió a los investigadores. “Es una restricción extrema. Pero no hubo ningún indicador de que algo fuera mal, aparte de que los ratones eran más pequeños de lo normal”. Los investigadores también constataron que los efectos de la restricción calórica en la esperanza de vida eran distintos no solo según el tipo de dieta seguida, sino según la edad, la ascendencia genética e incluso la resistencia del ratón a su nueva situación.
Ponerse a dieta y no adelgazar puede resultar frustrante para millones de humanos, pero en el caso de los ratones, este hecho demostró estar relacionado con un mayor incremento de la esperanza de vida. “Los animales que fueron capaces de mantener sus grasas corporales y sus niveles de glucosa altos, vivieron más. Y mi suposición aquí es que estos animales tienen una resiliencia intrínseca”, explica Churchill. “Estas intervenciones son estresantes y los animales que están perdiendo peso te están demostrando que responden negativamente a la dieta. En este sentido, las dietas simplemente revelan algo sobre la naturaleza del animal”, añade.
Otro caso en el que una mayor grasa parecía tener un efecto protector fue en los roedores de avanzada edad. Muchos mamíferos, cerca del final de su vida, empiezan a bajar de peso. A veces es la señal de que tienen alguna enfermedad, pero otras es un simple proceso de desgaste, da la sensación de que el anciano se esté consumiendo. Esto nos sucede a los humanos. “Y a los ratones”, señala el genetista, “unas semanas antes de morir empiezan a adelgazar. La capacidad de mantener la adiposidad más allá de lo normal, a una avanzada edad, es un indicador de que todavía están sanos”.
Solemos pensar, de forma intuitiva, que una dieta estricta puede aumentar la esperanza de vida, principalmente, por mejorar la salud cardiovascular. Pero es un proceso más complejo. En este estudio constataron como “la reducción de la grasa corporal y de los niveles de azúcar en sangre, no estaban necesariamente correlacionados con una mayor esperanza de vida”. Es decir, que no es que los ratones vivieran más por no tener problemas relacionados con el sobrepeso. Había algo más que se escapaba a los análisis. “Hay algunas buenas hipótesis al respecto”, reflexiona Churchill. “Por ejemplo, la limitación de calorías cambia el funcionamiento interno de una célula, aumenta el reciclaje celular y la autofagia”. Este término, que significa literalmente “comerse a sí mismo”, sirve para explicar el proceso por el que las células queman sus componentes innecesarios o dañados para producir energía. Esto serviría para limpiar nuestro cuerpo a nivel celular. Hay mucha literatura científica que sugiere que la autofagia podría alargar la esperanza de vida.
No es el caso de este análisis. “Podemos sospecharlo, pero no hicimos estudios a nivel molecular”, explica Churchill. El especialista es cauto a la hora de trasladar sus resultados con ratones al entorno médico. “De momento, los estudios que se han realizado en humanos sobre la restricción calórica y el ayuno intermitente se centran en los efectos metabólicos. Son cosas importantes, pero no creo que a corto plazo veamos que se demuestre que estas dietas extienden la esperanza de vida de las personas”, lamenta. Un metaanálisis de la literatura científica preexistente, publicado por la revista Science, destacaba en 2021 como, a pesar de la cantidad de estudios en animales, “no es posible saber si las dietas de restricción calórica afectan al envejecimiento biológico de las personas”.
Marina García Macía, bióloga del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, valora positivamente el presente análisis, en el que no ha trabajado. Considera que es “un gran estudio, largo” y con algunas conclusiones “novedosas”. Valora positivamente el gran número de roedores utilizados y el hecho de que sean hembras. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos empezaron a recomendar hace una década que hubiera paridad en el sexo de los ratones usados en experimentos, pues estos solían ser machos en porcentajes que en algunos campos (como el estudio del dolor) rondaban el 80%.
Los resultados del presente estudio son muchos, a veces ligeramente contradictorios y en ocasiones contraintuitivos. En cualquier caso, están de acuerdo con la literatura científica anterior, pero matizan y restan entusiasmo a algunos mantras que se llevan años repitiendo. Puede que las restricciones en la alimentación tengan una relación clara con la esperanza de vida. Pero esta relación es más compleja de lo que se pensaba hasta ahora. Blanco coincide con esta idea y hace una reflexión sobre la forma de valorar la ciencia en el mundo académico y periodístico. “Creo que no tener unas conclusiones muy rotundas es más sabio”, apunta. “Estamos acostumbrados a que todo lo que se tiene que publicar sea excesivamente positivo. Parece que todos fuéramos a curar X enfermedad con nuestras ideas. Y la realidad no es así. En la investigación hay datos positivos y datos negativos, es mejor enseñarlo todo y razonar sobre ello”.