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EN LA COCINA DEL CINE: LA COMIDA QUE SE UTILIZA EN LAS PELÍCULAS

¿Cuántas veces hemos visto en las películas, escenas donde se despliegan increíbles banquetes de comida con los que se nos hace agua la boca? ¡Seguro se te ha venido alguna a la mente! ¿Cómo se arma la comida para que forme parte de una escena, sea armónica y mantenga la verosimilitud del relato? Desde ya que hacer comida con este fin y hacer que la comida se vea fotogénica y al mismo tiempo tentadora y sabrosa, es un trabajo muy importante.

Atravesar la pantalla con elementos culinarios es un gran desafío. Hoy en día ya casi no se utilizan más comidas artificiales o de plástico, sino que se utiliza comida real en el set de filmación. De esta forma, cuando los actores interactúan con estos elementos, pueden tomarlos y comerlos haciendo que la historia nos parezca aún más real. 

Un punto importante a tener en cuenta para quien se encargue de pedir la comida para la filmación, es que debe considerar que una escena puede ser filmada muchas veces. Por lo tanto, si se tiene una escena de alguna festividad -como acción de gracias o un cumpleaños- y los personajes cortan el pavo o la torta, hay que tener una cantidad considerable del stock de esos alimentos. Una dificultad extra es cuando la escena contiene comidas muy calientes o muy frías -como el caso del helado-.

Además, se debe considerar si el actor o actriz llevan alguna dieta especial por la cual no pueden comer ciertos alimentos. Por ejemplo, si son vegetarianos, veganos, o incluso si tienen alergia a algún ingrediente.

Este trabajo se ha vuelto muy importante a lo largo de los años y ya existen en algunos países carreras o cursos de Food Stlying. Incluso algunos profesionales se especializan en comidas para algún formato en especial: televisión, comerciales, películas, editoriales, entre otros. Cada uno de ellos tiene especificidades y la comida no es trabajada de la misma manera. En una editorial, se tiene un ambiente más controlado, se coloca la comida con determinada luz, fondo, etc. En un comercial, la comida es la estrella, todo se centra alrededor de ella; mientras que en una película o producto televisivo la comida puede ser algo relevante (recordemos la icónica escena de la torta de chocolate de Matilda o en Hambre de Poder donde se cuenta la historia de cómo surge la famosa cadena de comida rápida) o puede funcionar como acompañamiento de la acción central de un actor.

Ahora como espectador sabremos que todo está milimétricamente pensado, hasta ese postre increíble que nos dan ganas de comer algo dulce mientras vemos nuestra película favorita.

Fuente:

https://diamondfilms.com/cl/noticia/1309-en-la-cocina-del-cine-la-comida-que-se-utiliza-en-las-pel%EF%BF%BDculas

Luces, cámara, nutrición: “Se han cambiado planes de rodaje de películas por no pensar en el asesoramiento nutricional”

‘Infobae España’ se acerca a las dietas más extremas del cine de la mano de Ángela Quintas, experta en nutrición y asesora en películas de Almodóvar, Daniel Sánchez Arévalo y Alberto Rodríguez

Pensar en cine es observar una orquesta. Una función perfectamente sincronizada que cede un espacio propio a cada actor -en el sentido literal y figurado- y que a su vez brilla por la armonía del conjunto. La suma de los trabajos individuales resulta en una obra colectiva en la que ningún instrumento puede permitirse desafinar. Esta es parte de la magia del cinelo que no se ve, pero está.

Entre todo el equipo que conforma una productora audiovisual existe un rol quizá no tan considerado por el público, pero con la capacidad de influir en la toma de decisiones tan fundamentales como la de decantarse por una u otra actriz para una película. Se trata de los asesores nutricionales, que acompañan a los actores antes, durante y después del rodaje.

Ángela Quintas forma parte de este mundo desde hace 15 años, en el que se estrenó asesorando a Antonio de la Torre para la película Gordos (2009) en su proceso de ganar 40 kilos. Quintas es química clínica experta en nutrición y microbiota y desde su consulta en Madrid o de forma online ayuda a quienes buscan transformar sus hábitos alimenticios y su estilo de vida. Además, es colaboradora desde hace siete años en el programa A vivir, que son dos días de Cadena SER y autora de varios libros. El último, SuperPedorro (Timun Mas Infantil, 2023), un cuento sobre la microbiota intestinal.

Entre colaboraciones y consultas, Quintas ha trabajado como asesora nutricional en más de una decena de películas, algunas de ellas dirigidas por Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Leticia Dolera, Daniel Sánchez Arévalo o Alberto Rodríguez. También lo ha hecho con varias series: su trabajo más reciente es el plan nutricional de Candela Peña para elEl caso Asunta.

Así se realiza un asesoramiento nutricional de cine

En un primer momento, la productora comunica cuál es la idea inicial, que en ocasiones no puede materializarse. “No se puede hacer que un actor esté muy delgado, suba de peso y luego vuelva a bajar en cuestión de dos semanas. Se han cambiado planes de rodaje porque no se había pensado en el asesoramiento nutricional”, asegura Quintas para Infobae España.

Entonces, el equipo de asesores tiene la labor de estudiar si realmente es recomendable que un actor cambie de peso de forma extrema, ya sea por su historial clínico o porque padece alguna patología. “Hay veces en los que el cuerpo del actor ya no puede más. Fue el caso de Carlos Santos en El hombre de las mil caras. Carlos me decía que no podía seguir comiendo más porque ese no era su cuerpo, y tuvimos que parar. En Gordos también nos pasó con Raúl Arévalo, que en principio tenía que subir mucho peso. Llegó un momento en el que enfermaba y perdía los kilos que había ganado, su cuerpo rechaza ese peso”, explica.

El ejemplo paradigmático de una subida de peso extrema fue con De la Torre y sus 40 kilos en Gordos. En esta comedia dramática, el dos veces ganador del Premio Goya llegó a pesar 102 kilos bajo la supervisión del equipo de Quintas. Al inicio, lo que se hizo fue bajarle de peso (fueron las primeras escenas que se rodaron) para posteriormente hacerle ganar los kilos. Según la experta, “el problema es que cuando se va a subir de peso a un actor, se piensa que se le va a poner a comer como si no hubiera un mañana, pero esto no funciona así”. “Con Antonio incluso tuvimos que parar de grabar para estabilizar sus analíticas y proteger su salud”, cuenta.

Sin embargo, el asesoramiento nutricional en los actores no solo se da cuando han de ganar varios kilos, pues este acompañamiento también ocurre a la inversa. En El fotógrafo de Mauthausen, Mario Casas perdió 12 kilos para encarnar la historia real de un fotógrafo catalán que fue capturado y enviado al campo de concentración nazi. Quintas asegura que tuvieron que hacerle algunas pruebas a Casas para decidir si seguir o no adelante con el proyecto: “A veces los actores entran en un estado en el que se meten demasiado en el personaje, pero hay unos límites”.

Otros cambios extremos: de Christian Bale a ‘La sociedad de la nieve’

Hablar de cambios físicos extremos en el cine es darle un lugar especial a Christian Bale. El británico ha logrado ganarse el respeto del público por sus drásticos cambios físicos en películas como El Maquinista, en la que perdió más de 25 kilos para interpretar a Trevor Reznik. Un papel para el que llegó a pesar tan solo 54 kilos, a pesar de la intención inicial del propio actor de alcanzar los 45.

Quedarse en 54 kilos midiendo más de 180 centímetros es, indudablemente, una situación extrema. Más teniendo en cuenta que solo unos meses después Bale comenzó con el rodaje de Batman, para el que necesitó ganar más de 40 kilos de músculo. En palabras de Christopher Nolan, era “una especie de oso pardo”.

El cambio físico que experimentó Brendan Fraser en The Whalele granjeó el Óscar al Mejor actor en 2023. Tras años lejos de los focos, Fraser volvió a la gran pantalla para dar vida a un profesor de literatura con obesidad mórbida. Para el papel, el estadounidense engordó hasta los 130 kilos, aunque llegó a simular 270 gracias a unas prótesis y un trabajo de maquillaje que tardaba ocho horas en quitarse y ponerse.

El último film que, entre otras cosas, destaca por los extremos cambios físicos de su reparto es La sociedad de la nievedel director J. A. Bayona, cuyo asesoramiento estuvo a cargo de los nutricionistas cordobeses Antonio Escribano padre e hijo. El uruguayo Enzo Vogrincic, que en la película interpretaba a Numa Turcatti, siguió una dieta basada en una lata de atún y una mandarina al día que le hizo perder 23 kilos.

Enfocar las vulnerabilidades

Lo cierto es que este acompañamiento nutricional se intensifica en aquellos papeles que requieren que los actores o las actrices engorden o adelgacen de forma extrema en un corto periodo de tiempo. No obstante, existen otros papeles igualmente delicados que requieren de una mirada amable. Dar vida a una enfermedad a través de la nutrición es otro de los grandes retos de esta industria. Por ejemplo, encarnar el cuerpo de una persona con anorexia.

Este era el desafío de Ángela Quintas y su equipo para la serie Madres, en la que Carla Díaz personifica a Elsa, una adolescente anoréxica. En este tipo de casos, el vestuario y maquillaje también resultan esenciales. “Mientras ella va bajando de peso se le va poniendo un pijama de hospital cada vez más grande, de tal manera que parece que está todavía más delgada. Con todo eso se juega y al final es muy bonito porque formamos parte del equipo que va construyendo la historia”, concluye.

https://www.infobae.com/espana/2024/08/04/luces-camara-nutricion-se-han-cambiado-planes-de-rodaje-de-peliculas-por-no-pensar-en-el-asesoramiento-nutricional

Un apetito de película

Casi como si se tratase de un manual, antes de sentarse en sus butacas a disfrutar de una película en el cine, la mayoría de los espectadores tiene una regla de oro: comprar palomitas. Pero, ¿por qué se despierta el apetito de manera intensa mientras vemos una película?

El fenómeno de sentir hambre mientras disfrutamos de una película en la pantalla grande tiene mucho que ver con el entorno en el que comemos. Destaca que la disminución de la iluminación nos induce a estar más relajados, y en ese estado tendemos a consumir más porque la preocupación por la cantidad de comida que ingerimos se desvanece, no le prestamos atención

También, hay estudios que demuestran que, en ambientes con poca luz, las personas tienden a optar por comidas más ‘indulgentes’ en lugar de saludables. Esta tendencia se amplifica en el cine, donde la distracción con la trama en pantalla juega un papel adicional. Es aquí donde las palomitas de maíz, un snack poco atractivo en otros lugares, se convierten en un capricho reconfortante. Del que siempre queremos más.

 En un estudio, se descubrió que en condiciones de poca luz, los alimentos con un único matiz de sabor, como dulce o salado, saben mejor que cuando están iluminados. Además, una temperatura baja consigue que queramos comer más, puesto que el frío consume nuestras reservas de energía y hace que el cerebro envíe señales en busca de más calorías.

Finalmente, otro aspecto que puede influir, tal y como dijo profesora de estudios de comunicación en la Universidad Bautista de Hong Kong «Las acciones de los personajes de las películas, particularmente cuando están comiendo, crean patrones en la forma en que come la audiencia». (Se trata de un efecto de imitación.)

Cine y seguridad alimentaria

Los medios audiovisuales son un excelente vehículo de transmisión de buenas prácticas de manipulación y formación básica en el campo de la seguridad alimentaria.

Aprendemos de lo que vemos, y más si lo vemos reiteradamente, de ahí la importancia de los medios audiovisuales como vehículo de transmisión de hábitos y modelos de comportamiento.

Los programas de contenido gastronómico han pasado de ser un fenómeno social a convertirse en un contenido casi obligatorio en los canales de televisión. Convivimos y aprendemos de ellos recetas tradicionales y nuevas formas de cocinar pero también hábitos y maneras de comportamiento en la cocina correctos o erróneos que determinarán en buena medida nuestro nivel de seguridad alimentaria. La gran mayoría, bien asesorados, ofrecen una adecuada imagen de lo que debe ser la seguridad alimentaria en una cocina. Y aunque su contenido no es estrictamente infantil, las encuestas muestran cómo los programas de cocina son uno de los más vistos por los pequeños de la casa, siendo en la mayoría de los casos su primer contacto con el mundo de la gastronomía.

El cine actual ha acogido la gastronomía como uno de sus temas más recurrentes. Películas comerciales, tanto nacionales como internacionales, como «Sin reservas», de Scott Hicks (remake de «Deliciosa Marta», de Sandra Nettelbeck), «Fuera de carta», de Nacho G. Velilla, junto a producciones más antiguas como «American cuisine», de Jean-Yves Pitoun o «Como agua para chocolate», basada en la novela homónima de Laura Esquivel, giran en torno al mundo de los fogones. Un género que ha sorprendido por su gran aceptación entre el público tanto profesional como aficionado es el documental gastronómico, un cine más especializado y en el que se ofrece una visión realista del mundo de la gastronomía. Otras cintas con distintos argumentos recogen escenas memorables relacionadas con la cocina, es el caso de «Blade Runner» en la que se muestran unos inquietantes puestos volantes de comida asiática o la más cercana «Todos a la cárcel» de Berlanga, en la que se elabora una peculiar paella.

En definitiva, la mayoría de las películas con temática gastronómica contratan los servicios de consultores que les ilustran sobre diferentes técnicas y nomenclaturas culinarias, al igual que los programas de cocina que cuentan con personal especializado, aunque quizás los temas de seguridad alimentaria no ocupan dentro del ranking de importancia el lugar que deberían.