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Alimentación y prevención de enfermedad

El Día Mundial de la Alimentación, 16 de octubre, fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1979 para concienciar a la población sobre los problemas de desnutrición, pobreza y hambre para luchar contra ellos. Promover una alimentación saludable es uno de sus objetivos.

Dentro de los hábitos de vida saludables debe incluirse nuestra dieta mediterránea que es una dieta sana, equilibrada y variada. Una alimentación adecuada puede prevenir multitud de enfermedades.

¿En qué consiste una dieta mediterránea?

– Al menos 3 piezas de fruta al día (al menos una de ellas cítrica)

– Al menos 2 raciones de verdura/hortaliza al día, una de ellas fresca

– Un puñado de frutos secos (3 nueces o 10 almendras) al menos 3 veces en semana

– Legumbres de 2-4 veces a la semana

– Arroz de 1-2 veces a la semana

– Pasta 1-2 veces a la semana

– Patata 3-4 veces por semana

– Ingesta mayor de pescado que carne

– Pescado al menos 4 veces a la semana (al menos una vez a la semana azul)

– Carne roja no más de 2 veces a la semana

– Al menos 2 raciones de lácteos al día

– Usar aceite preferentemente de oliva

– Evitar fritos y bollería industrial

– Evitar el consumo grasas saturadas (aceite de coco o palma)

– Evitar consumo de grasas trans o hidrogenadas

¿Sabías que con una adecuada alimentación puedes prevenir…

Obesidad

Una alimentación hipercalórica y rica en grasas conlleva la aparición de la obesidad y todas sus comorbilidades como: hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebrovascular, patología articular, apnea del sueño, hígado graso…etc

Diabetes

El consumo excesivo de azúcares como, por ejemplo, las bebidas azucaradas (refrescos) se asocia a obesidad, a la aparición de diabetes y a un incremento del riesgo cardiovascular.

El exceso de azúcar favorece la inflamación, la disfunción de la célula beta del pancreática (aparece insulino-resistencia) y el acúmulo de grasa visceral.

¿Cuánto azúcar debemos consumir al día? No más de 25 gramos

Enfermedad cardiovascular

El consumo de grasas «trans» aumenta un 33% el riesgo coronario. Las puedes identificar en el etiquetado nutricional de los alimentos como grasas hidrogenadas.

También aumenta este riesgo el consumo excesivo de azúcares.

Cáncer

Por poner unos ejemplos …

Según un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) el consumo excesivo de carne roja y carne procesada se asocia a cáncer de colon, páncreas y próstata y parece que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon y cáncer de estómago.

El consumo de alcohol se asocia al cáncer de boca, esófago, faringe, laringe, hígado, colon, recto y mama.

La obesidad se relaciona además con el cáncer de vesícula, mama y endometrio en el caso de las mujeres y en los hombres con el de colon, recto y próstata.

Además, una buena dieta ayuda no sólo a mejorar la respuesta a la quimioterapia y la radioterapia sino también a prevenir sus complicaciones.

Infertilidad

La obesidad puede provocar alteraciones menstruales e infertilidad

Una dieta equilibrada asegura el consumo de antioxidantes (vitaminas C, E… etc) y omega 3 que parecen asociarse una mejor calidad ovocitaria y espermática.

El consumo de tóxicos como el alcohol afecta negativamente en la formación de espermatozoides y en la maduración ovocitaria.

Sarcopenia

La sarcopenia es un síndrome que consiste en la pérdida de la masa muscular que va produciéndose con la edad y puede favorecer en las personas de más edad las caídas y las fracturas. Puede aparecer en el 5-13% de las personas de 70 años y en el 11-50% por encima de los 80 años.

Puede prevenirse con un consumo adecuado de calorías, proteínas y vitaminas.

En conclusión, nuestra alimentación es la base de nuestra salud y en cualquier etapa de la vida el consejo nutricional es básico.

Dra. María Luisa de Mingo

Especialista en endocrinología y nutrición

https://www.quironsalud.com/blogs/es/actualidad-endocrina/alimentacion-prevencion-enfermedad

¿Es verdad que el picante adelgaza?

Lo de que el picante adelgaza es la típica historia que se escucha por ahí sin que nadie sepa muy bien cuánto hay de verdad y cuánto de leyenda urbana tras esa afirmación.

La clave radica en un compuesto químico que contienen los alimentos picantes: «La capsaicina es un alcaloide natural que hay en los chiles, tanto en el jalapeño o la cayena como en el habanero. Entre sus múltiples cualidades, la capsaicina ayuda a reducir la producción de grelina, conocida como la hormona del hambre, incrementando la sensación de saciedad, tal y como se ha podido constatar en diversas investigaciones».

Si utilizamos el picante en lugar de la sal, «encontraremos en la capsaicina un gran aliado para disminuir la retención de líquidos» y, lo que es igual o más interesante, «conseguiremos un aumento de la temperatura corporal que va a favorecer un mayor gasto energético».

Y eso, ¿por qué ocurre? Básicamente, relata Amaro, «sucede porque la capsaicina potencia la termogénesis, es decir, hace que nuestro cuerpo tenga que quemar más calorías para digerir el mismo alimento que si no llevara a picante. Para ser más exactos, se estima que añadir picante a nuestros platos puede ayudarnos a quemar unas 50 calorías adicionales más» .

La capsaicina es «una molécula que estimula los receptores del dolor y, entre sus beneficios, destacan su efecto analgésico, anticancerígeno, antiinflamatorio y antioxidante«.

Analgésico y antidepresivo natural, «fomenta la liberación de endorfinas y dopamina para mitigar esa sensación de picor que se produce al ingerirla, de ahí que muchas personas experimenten esa sensación de bienestar al tomarlos».

Es decir que, tras esa pasión por el picante, hay ‘truco’. «Cuando decimos que nos gusta la comida picante es porque hemos caído en ‘el engaño’ urdido por nuestro propio cerebro que, para ‘combatir’ la sensación de ardor, hace que se desate una tormenta de hormonas del placer que, inmediatamente, nos inunda de euforia y bienestar».

Amaro apunta que «ese escozor tan intenso que nos provoca el picante en la boca se llama pungencia y, como dato curioso, merece la pena contar que los mamíferos somo los únicos animales que lo percibimos».

La ligera inflamación bucal que ocasiona al tomarlo propicia que «la mucosa sea más sensible, disminuyendo la percepción del resto de sabores de los alimentos que tomemos en ese momento«.

¿Qué hacemos si nos hemos pasado de la raya y no aguantamos el picor? «Pues, en lugar agua, que es lo primero que se nos puede venir a la cabeza, lo suyo es tomar lácteos (leche, yogur, queso, etc.). Los lácteos no solo nos van a proporcionar un alivio inmediato, sino que ayudan a disolver las moléculas de la capsaicina de una manera mucho más efectiva que el agua».

Llegados a este punto, nos queda claro que el picante, además de otros beneficios, puede ser un buen aliado para perder peso, siempre y cuando, «seamos personas sanas y, obviamente, no tengamos úlceras gastrointestinales, gastritis, síndrome de intestino irritable, problemas hemorroidales o hepáticos. Tampoco, se recomienda en el caso de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni en niños menores de seis años».

Fuente:https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2024/08/28/66cdb905e4d4d80d358b4578.html

Cinco innovaciones que están cambiando la alimentación saludable

Adicional a los cambios que ha traí­do el COVID-19, los consumidores de la actualidad están en la búsqueda de alimentación saludable y sostenible, un reto en donde innovaciones como la biotecnologí­a e inteligencia artificial juegan un rol fundamental.

Justamente, es tal la demanda, que no es previsible un futuro sin la integración de nuevas tecnologí­as e investigación en la industria de alimentos. En esta lí­nea, conozca algunas de las tendencias, de acuerdo con el jefe de Innovación de Ainia, Andrés Pascual:

Ingredientes

Hoy por hoy, están en tendencia aquellos ingredientes o alimentos compuestos por ingredientes orgánicos o naturales, así­ como los alimentos con beneficios para el sistema inmunitario, con probióticos, prebióticos o postbióticos, por ejemplo.

Ya hay empresas invirtiendo en analizar y evaluar de forma integrada el genoma o información genética humana, para conocer qué enfermedades podrí­an desarrollar y diseñar dietas que ayuden a prevenir su desarrollo, o influyan positivamente en su salud, con tecnologí­as ómicas.

Así­ mismo, es importante destacar el papel de aquellos «superalimentos» con un perfil nutricional y de calidad equilibrado, o perfiles mejorados, con menor contenido en sal, azúcares o grasas, de acuerdo con Pascual.

Carne in vitro

Las alternativas protéicas son cada vez más comunes entre las start-ups que buscan reducir el impacto de la producción en el medio ambiente. Por ello, ya son más las empresas que trabajan en la carne cultivada in vitro, que se apoya en la aplicación de conocimientos de cultivo celular y técnicas de medicina regenerativa e ingenierí­a de tejidos.

De hecho, un reciente estudio análisis de ciclo de vida y de viabilidad técnico-económico de CE Delft muestra que la carne de cultivo celular podrí­a reducir el impacto climático de la producción de carne en un 92 %, reducir la contaminación en un 93 %, usar un 95 % menos de tierra y un 78 % menos de agua.

Plant-based

Cómo no hablar de este segmento, si es uno de los que más ha dado de hablar en los últimos meses, en cuanto a innovaciones e inversiones. En los alimentos provenientes de las plantas o análogos, se están usando persas tecnologí­as como la texturización seca o húmeda, que permiten desarrollar una apariencia y sabor similar a la carne sin comprometer el valor nutricional, según Ainia.

Tal es el caso de Impossible Foods o Beyond Meat, dos empresas emergentes que, adicional a estar en las góndolas con carne para hamburguesas o salchicha, siguen trabajando en proyectos de innovación, para darles alternativas a las personas, sin sacrificar el sabor.

También, Ainia destaca otra tendencia en este sentido: las fuentes alternativas de proteí­nas como insectos, microalgas, hongos, o nuevas especies de plantas. Todas ellas se presentan como más sostenibles que las proteí­nas de origen animal y una posible solución para hacer frente al crecimiento de la demanda en el horizonte 2050.

Impresión 3D de alimentos

La tecnologí­a de impresión 3D ya pasó los lí­mites de producción de objetos solamente. Las innovaciones han hecho posible imprimir pasta, chocolate, o alimentos con formas infinitas, pudiendo combinar tecnologí­a láser para su cocinado.

Precisamente, este año la start-up española NovaMeat anunció que desarrolló el corte de carne de origen celular más grande del mundo, abriendo una nueva posibilidad para la industria de la proteí­na alternativa.

Del otro lado, encontramos la alimentación computacional, una tecnologí­a que sirve para formular productos análogos a los de origen animal a partir de miles de plantas incluyendo especies que siendo comestibles no son explotadas. Por ejemplo, gracias al algoritmo para recopilar y procesar datos, Just y NotCo están a la vanguardia de estas alternativas, con mayonesas o leches alternativas.

Evolución de la agricultura

Para lograr un uso eficiente de los recursos, como agua, fertilizantes y el espacio, llega a las granjas la agricultura vertical, con estructuras como grandes edificios o a través de contenedores de cultivo modulares, adoptando técnicas de cultivo de ambiente controlado bajo invernadero y reduciendo la huella ambiental.

En esta misma lí­nea, encontramos la agricultura de precisión, que abarca un sistema de control, con sensores, robótica, drones, vehí­culos autónomos, hardware automatizado y software y todo lo que hace que la de la agricultura más precisa y controlada.

En Ainia han desarrollado plataformas basadas en robótica móvil y visión hiperespectral que permiten optimizar ciertos procesos en campo, como el momento exacto de recolección (grado de madurez), el control de plagas o los procesos de aplicación de fertilizantes, contribuyendo a una cadena alimentaria más sostenible.

Por último, también es importante hablar sobre la edición genética. CRISPR es una tecnologí­a de edición molecular de ‘corta y pega’, con la que se puede modificar genéticamente un organismo, introduciendo nuevas caracterí­sticas o eliminando las perjudiciales, conforme explica Ainia.

Se trata de un sistema sencillo, económico y rápido que ofrece un universo de aplicaciones incluyendo mejora vegetal y control de plagas en agricultura.  Aunque no es necesaria la transmisión de genes externos, la Unión Europea no ha dado un marco regulatorio diferente a los OGM (Organismos Genéticamente Modificados), lo que pude lastrar su desarrollo en Europa frente a otras partes del mundo.

Top cinco de innovaciones que transforman la alimentación saludable (revistaialimentos.com)

El fruto seco con más calcio que la leche y más hierro que las lentejas

En el corazón de la cultura gastronómica de España se encuentran los frutos secos, esos pequeños tesoros nutricionales que han conquistado los paladares y ocupan un lugar destacado en esta dieta. Estos alimentos, que van desde las almendras hasta las nueces, las cuales incluso ayudan a reducir el colesterol ‘malo’, aportan muchos beneficios para la salud, así como un exquisito sabor y textura a numerosos platos. De hecho, en Aragón, los frutos secos son un componente esencial en muchas recetas tradicionales como el cardo con almendras.

Pero, lo importante es que han sido reconocidos por su valor nutricional y sus efectos positivos en la salud. Y, hay uno que destaca por su extraordinario perfil nutricional: el pistacho. Estas delicias verdes tienen más calcio que la leche y el yogur y más hierro que las lentejas. La porción recomendada de pistachos es moderada, idealmente no más de 50 unidades a la semana. Esta cantidad es suficiente para aprovechar sus beneficios sin exceder el consumo calórico. Por tanto, un puñado de pistachos puede ser una alternativa ideal para incluir en tu dieta equilibrada y como ‘snack’ saludable.

Los pistachos son una excelente fuente de calcio, superando incluso a algunos productos lácteos como la leche y el yogur. Esta característica los hace particularmente valiosos para aquellos que son intolerantes a la lactosa o prefieren dietas basadas en plantas. Según la Fundación Española de Nutrición, 100 gramos de estos frutos secos proporcionan 180 miligramos de calcio, mientras que un lácteo aporta 142 miligramos.

Respecto a las vitaminas, los pistachos son fuente de tiamina, vitamina E y folatos. La tiamina y los folatos contribuyen a la función psicológica normal mientras que la vitamina E contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, ha explicado la Fundación Española de Nutrición.

Además, su contenido de hierro es notable, superando incluso a alimentos tradicionalmente reconocidos por su riqueza en este mineral, como las lentejas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 15% de la población mundial sufre anemia ferropénica. Las embarazadas, los ancianos y los más pequeños son la población que más la suele padecer. Así que, si buscas alimentos con este mineral, los pistachos son una gran alternativa.

Por último, buen perfil graso de los pistachos, junto con su alta proporción de potasio –más del doble que el plátano–, los convierte en un alimento efectivo para controlar la hipertensión.

FUENTE: El fruto seco con más calcio que la leche y más hierro que las lentejas (heraldo.es)

Este es el ‘snack’ nocturno ideal para tomar de postre, ayuda a reducir el colesterol y adelgazar

En España, donde la dieta mediterránea prevalece y se valoran los alimentos naturales y saludables, hay un fruto que ha vuelto a ganar popularidad como una opción de postre saludable por la noche. Estos frutos dulces no solo son deliciosos, sino que también ofrecen numerosos beneficios para la salud, especialmente cuando se trata de bajar el colesterol y mantener un peso saludable.

Hablamos de los dátiles y según explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN): «El dátil no es una fruta desecada a pesar de tener una consistencia y un aspecto parecido. Este fruto no se deja desecar después de su recolección, sino que se seca al sol en el mismo árbol y después se recolecta». Por otro lado, entre los más comercializados se encuentra el dátil tunecino Deglet Noor, ‘dátil de la luz’, de piel lisa y brillante, considerado el mejor de todos; el dátil Medjool, de piel arrugada y textura parecida a la de un caramelo toffee. «Sin olvidar los dátiles que se cultivan en Elche (Alicante), que también gozan de una calidad excelente», concluyen desde la FEN.

Y es que, hay alternativas de postre que se elaboran con alimentos con los que poder saciarte y eliminar esa necesidad de dulce que pide el cuerpo. Y, la más recomendable es el dátil, porque es una fuente de fibra con un sabor muy dulce que no aporta ningún tipo de azúcar añadido.

Según apunta la FEN, una de las bondades más características de este fruto es su contenido en betacarotenos y luteína, ambos son pigmentos naturales que cuidan la salud de la vista y previenen enfermedades degenerativas de los ojos como las cataratas. De su valor mineral, destaca el potasio, que en sinergia con la niacina (vitamina B3), favorece el buen funcionamiento nervioso y muscular, promoviendo una buena coordinación psicomotora.

Los dátiles son una fuente rica de nutrientes esenciales. Contienen vitaminas del grupo B, vitamina A y vitamina K. Además, son una excelente fuente de minerales como potasio, magnesio, cobre y manganeso. Estos nutrientes son cruciales para diversas funciones corporales, incluyendo la salud del corazón y el metabolismo.

Una porción típica de dátiles (unos 100 gramos) proporciona aproximadamente 277 calorías, pero estas calorías están cargadas de energía nutritiva que el cuerpo puede utilizar de manera eficiente. Además, los dátiles tienen un bajo contenido en grasas y una cantidad significativa de fibra dietética, lo que contribuye a la sensación de saciedad y ayuda a la digestión.

Uno de los beneficios más destacados de los dátiles es su capacidad para ayudar a reducir el colesterol. Esto se debe a su alto contenido de fibra soluble, que se une al colesterol en el intestino y ayuda a eliminarlo del cuerpo. Además, los dátiles contienen antioxidantes como los flavonoides, que pueden reducir la inflamación y prevenir la acumulación de placa en las arterias.

Este es el ‘snack’ nocturno ideal para tomar de postre, ayuda a reducir el colesterol y adelgazar (heraldo.es)

Hierro hemo, carne y diabetes tipo 2, ¿cuál es la relación?

El hierro hemo tiene buena prensa, pero también tiene una cara menos conocida, la de los riesgos para la salud que la ciencia está estudiando

A mediados de agosto se publicó un estudio que cuenta que el hierro hemo, presente en la carne roja y otros productos de origen animal, se vincula significativamente con un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2. No es algo nuevo, pero es poco frecuente que el tema salte de los círculos profesionales a los medios generalistas, como ha sucedido en este caso.

Al leerlo, a muchas personas les ha extrañado esa relación del hierro hemo con la diabetes, que quien más quien menos la considera ligada al consumo excesivo de azúcar, pero ¿al hierro? ¿A la carne? ¿Qué tiene que ver?

Hierro hemo: lo que ha ido cambiando

El hierro hemo también tiene, como decíamos, una cara B, y es que se trata de un importante compuesto oxidativo, y ese estrés oxidativo que causa desemboca en inflamación y daños en el ADN al asociarse a radicales libres. Por ello se vincula a mayor riesgo de numerosas patologías: aterosclerosis, cáncer, endometriosis… Y diabetes de tipo 2.

Ese poder oxidativo del hierro hemo, en un contexto de ingesta baja de productos de origen animal, no resulta un problema porque está en niveles manejables. Pero cuando estamos en una situación como la actual, donde la ingesta es muy elevada (no solo diaria, sino de varias veces al día), puede volverse en nuestra contra. Mientras que nuestro organismo sí tiene mecanismos para regular la absorción del hierro no-hemo, y además se ve afectado por otros componentes de la dieta que reducen o potencian su absorción, el hierro hemo se absorbe sin esa regulación, y una presencia alta en la dieta aumenta los depósitos y por ende ese estrés oxidativo que comentábamos.

Hace unos días, ha visto la luz un nuevo metaanálisis que investiga específicamente la relación entre el consumo de carne y el riesgo de diabetes tipo 2 en 31 cohortes de 20 países, en las que participaron cerca de dos millones de personas, con un seguimiento medio de diez años. Según este trabajo, el consumo de 50 gramos de carne roja procesada al día o de 100 gramos de carne roja no procesada se asocia a un 15% más de posibilidades de desarrollar diabetes de tipo 2, mientras que con la carne blanca el riesgo aumenta un 8%. Todo ello respecto a una persona que no consuma carne. El estudio identifica varios factores que explicarían esta relación, siendo uno de ellos el contenido en hierro de la carne.

Si se tiene todo esto en cuenta, seguir dando el mensaje simplista de que el hierro hemo es bueno porque se absorbe mejor y malo el de los alimentos de origen vegetal, y alentar sobre esa premisa a consumir más carne, es un consejo que no está bien adaptado a la evidencia científica. Y no solo por esta razón.

https://elpais.com/salud-y-bienestar/2024-09-23/hierro-hemo-carne-y-diabetes-tipo-2-cual-es-la-relacion.html

Alimentación y cáncer

El cáncer es la segunda causa de muerte en los países desarrollados. Su incidencia aumenta con la edad y la dieta es la causante en al menos un 30% de los casos. El riesgo es menor en poblaciones con un alto consumo de alimentos de origen vegetal. Es importante que reconozcamos que el cáncer, como otras enfermedades crónicas, se puede prevenir para reducir los años potenciales de vida perdidos y las tasas de incapacidad. Para conseguirlo disponemos de las guías alimentarias. Cuando la enfermedad se presenta podemos indicar modificaciones dietéticas para mejorar el estado nutricional del paciente, y en la fase terminal debemos respetar su opinión.

El riesgo de presentar un cáncer se incrementa con la edad. En las sociedades desarrolladas, el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares y representa aproximadamente el 25% de las defunciones. Hay variaciones entre los países menos y más desarrollados en la incidencia de los diferentes tipos de cáncer. En los primeros son más frecuentes los cánceres de esófago, estómago, hígado y cavidad oral, y en los países más desarrollados los de pulmón, colon y próstata.

Estudios epidemiológicos han demostrado una fuerte relación causal entre algunos tipos de cáncer y determinados hábitos de vida, como el tabaquismo y la exposición a contaminantes ambientales, y también con el consumo de alimentos. La dieta sería la causante de más de la tercera parte de los casos. Al mismo tiempo, algunos alimentos y/o nutrientes son protectores frente al cáncer. El papel patogénico de la dieta parece especialmente importante en los tumores del tracto gastrointestinal, mama, próstata y endometrio, aunque es difícil conocer con precisión cuál es el efecto atribuible a la dieta en el origen y desarrollo de los tumores por la interrelación de la dieta con otros factores: ambientales, genéticos y de estilo de vida.

CARCINÓGENOS EN LA DIETA

En la dieta podemos encontrar diversas sustancias que tienen relación con el riesgo de presentar cáncer:

1. Micotoxinas: compuestos producidos por los mohos de algunos hongos durante el almacenamiento del maíz, el algodón y los cacahuetes. Las más conocidas son las aflatoxinas. Las aflatoxinas aparecen en malas condiciones de almacenamiento de cereales y frutos secos y son los carcinógenos hepáticos más potentes que se conocen en la actualidad1.

2. Compuestos N-nitrosos (nitrosamidas y nitrosaminas): las nitrosaminas no están de forma natural en los alimentos y se forman como resultado de la reacción entre las aminas de los alimentos y el nitrito sódico que llevan algunos de ellos, especialmente los alimentos curados, para mejorar su conservación. Los nitritos se utilizan como aditivos, pero la vía de producción de nitrosaminas más importante procede de la formación endógena de nitritos en el tubo digestivo a partir del nitrato presente en algunos alimentos, como las espinacas.

3. Hidrocarburos aromáticos policíclicos: están presentes en los alimentos que han sido cultivados en zonas con elevada contaminación ambiental debida a la combustión de derivados del petróleo o del carbón, y también en alimentos que han sido preparados a la brasa o ahumados. Las temperaturas muy altas en la preparación de los alimentos producen ciertas sustancias inductoras de cáncer. Cuando se cocina a la brasa y se alcanzan temperaturas del orden de 500 ºC se produce la pirolisis de los hidratos de carbono y las grasas, principal causa de la aparición de estos compuestos.

4. Aminas aromáticas heterocíclicas: se forman durante el cocinado de carnes y pescados por reacción entre las proteínas y los azúcares.

5. Carcinógenos naturales: entre ellos están los nitratos de las espinacas, las hidralazinas de las setas o los alcaloides de la patata, pero ninguno de ellos supone un riesgo cuando el consumo de estos alimentos es moderado2.

PAPEL DE LOS ALIMENTOS

Los alimentos pueden aumentar o disminuir el riesgo de presentar cáncer. El riesgo es menor en poblaciones con un alto consumo de frutas y hortalizas, pero las causas del cáncer son muy complejas y desconocidas, y es difícil apreciar la importancia de los distintos componentes de la dieta sin considerar otros factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad. Hay estudios que señalan que hasta un 50% de los cánceres pueden estar relacionados con la dieta, aunque comprobar qué alimento o nutriente puede ser el causante resulta complicado. También es frecuente constatar resultados antagónicos3.

Es necesario considerar que, en ocasiones, coexisten en el mismo individuo varias conductas de riesgo que se suman y aumentan la posibilidad de desarrollar un cáncer. En este sentido, las personas que fuman y consumen cantidades elevadas de alcohol tienen dietas más incorrectas, y todos estos factores pueden potenciar el riesgo de presentar diversos tipos de cáncer.

https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatriagerontologia-124-articulo-alimentacion-cancer-13075373

¿Es el agua embotellada realmente más saludable? Esto es lo que dice la ciencia

Los plásticos se acumulan incluso en los sitios más insospechados corrompiendo los ecosistemas, pero además liberan pequeñas partículas, algunas de ellas casi indetectables. Desde que este fenómeno se ha empezado a estudiar se ha podido demostrar que estos microplásticos se encuentran presentes en prácticamente todas partes, incluso en los flujos de agua, bajo tierra o en el aire que respiramos.

Así, no es de extrañar que la mayoría alimentos de consumo habitual también estén colonizados en gran medida por esta sustancia, que termina en nuestro organismo, resultando potencialmente dañina. Por tanto, el medio ambiente no es el único que se ve directamente influenciado por los efectos nocivos del plástico.

A pesar de todo esto, la producción de plástico ha aumentado, concretamente, el consumo de agua embotellada es uno de los que más ha aumentado: se calcula que cada minuto se vende un millón de botellas de plástico en el mundo, y los expertos opinan que esta tendencia irá en aumento. 

El agua embotellada generalmente se percibe como más segura y saludable, Sin embargo, en la mayoría de países con agua potable segura, el agua que recibimos del grifo debe pasar rigurosos controles que no se aplican en la misma medida al agua que se embotella y se comercializa, pudiendo permitir que se filtren microplásticos, bisfenol A (BPA) y otras sustancias nocivas que a largo plazo se relacionan con problemas de salud. Cabe mencionar, aun así, que en el mundo todavía hay unos 2.000 millones de personas que dependen del agua embotellada porque no tienen acceso al agua potable. 

https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/asi-condiciona-agua-embotellada-salud-humana-y-medioambiental-segun-expertos_23337

¿Hay que tirar los alimentos con moho? Sí, pero hay excepciones

La aparición de moho en los alimentos suele ser un signo de que ha pasado demasiado tiempo, se han deteriorado y conviene tirarlos a la basura. Sin embargo, en algunos casos se puede retirar la parte afectada y comer el resto.

Un alimento cubierto total o parcialmente de moho se ha estropeado y conviene tirarlo a la basura porque puede causar problemas de salud. Es una señal de alerta muy conocida, pero hay algunos casos en los que se puede retirar el moho y consumir el resto del alimento. Tal y como explica Miguel Ángel Lurueña, doctor en ciencia y tecnología de los alimentos y autor del libro Del ultramarinos al hipermercado (Destino, 2023), “podemos hacer excepciones en casos muy contados”. Por otra parte, conviene diferenciar los mohos que resultan perjudiciales de aquellos que se usan en la industria alimentaria porque “participan en la maduración” de determinados productos o “aportan matices de sabor”.

Mohos que son aliados de la industria alimentaria

El queso brie y el rulo de cabra, entre otros, están recubiertos de moho y no es por accidente, sino porque estos hongos, generalmente del género Penicillium, ayudan a la maduración e inciden de forma favorable en su sabor. También son esenciales en la elaboración del queso de cabrales.

Asimismo, pueden encontrarse mohos benignos en algunos tipos de chorizo, en el fuet y en el jamón curado. “El fuet se consume con la tripa precisamente por eso, porque el moho participa en el sabor”, apunta Lurueña. Del mismo modo, “al rulo de cabra no le quitamos la corteza porque es uno de los alicientes de este producto”.

Mohos que resultan peligrosos

Algunos mohos resultan peligrosos. ¿Cómo reconocerlos? En realidad, no todas las especies son igual de problemáticas y algunas son, incluso, inocuas. Pero otras pueden generar problemas graves de salud a través de las micotoxinas que producen. Por eso, lo mejor es aplicar el principio de precaución y sospechar de aquellos alimentos en los que aparecen y no forman parte del proceso de elaboración. “Lo prudente es pensar que pueden ser peligrosos y curarse en salud”, confirma el experto. 

En términos generales, según explica Lurueña, los mohos que aparecen en los alimentos “pueden ser peligrosos a largo plazo, es decir, tras un consumo crónico o continuado, y no por una intoxicación aguda, que es el problema que suelen generar las bacterias patógenas”. No se puede establecer una dosis segura porque “muchas micotoxinas son genotóxicas [capaces de dañar el ADN] y carcinógenas”. Algunas micotoxinas se han vinculado a un mayor riesgo de cáncer de hígado, mientras que otras causan problemas de salud tan diversos como depresión del sistema inmunitario, daño renal o problemas de hígado. “Depende de diversos factores, como la micotoxina de la que se trate, el nivel de exposición y la dosis”.

Como todo lo anterior es muy difícil de medir, lo mejor es adoptar las máximas cautelas posibles. Ahora bien, tirar los alimentos ante la más mínima sospecha puede ser demasiado exagerado en algunos casos muy concretos.

Cuándo puedes retirar el moho y consumir el resto

Lurueña expone las excepciones a la norma general de tirar todo el producto en caso de que esté contaminado por moho. “En una caja de fresas, si el moho está muy localizado en una esquina, con tirar las que están afectadas sería suficiente y podríamos comernos las de la esquina opuesta”, señala. Lo que está claro es que, cuando se trata de valorar una fresa aislada, nunca se debe quitar la parte afectada y comer el resto, “sino tirar la fresa entera”, y lo mismo se puede decir en el caso de otras frutas, como “los higos, tomates, melocotones…”. En general, conviene desechar enteros los alimentos vegetales blandos. 

En cuanto a los frutos secos, “si tenemos un bote de nueces peladas y vemos que algunas tienen pelillo, es necesario tirarlo entero porque puede estar todo el contenido afectado”.

En cambio, en el caso de un alimento más firme, como puede ser un calabacín, “si el moho está muy localizado en un extremo y vemos que el resto no está afectado, podríamos cortar una parte generosa para curarnos en salud y consumir el resto si se encuentra en buen estado”, indica el experto en alimentación, aunque matiza que, “ante la duda, mejor tirarlo”.

Otro ejemplo sería la aparición de estos intrusos en un queso de pasta dura, como puede ser el manchego. En este supuesto, Lurueña contempla la posibilidad de “cortar una loncha generosa para quitar el moho de la superficie y poder comernos el resto”.

En cualquier caso, lo mejor, según Lurueña, es “organizarnos bien para no tener que enfrentarnos a estas decisiones”. Lo primero es revisar en el mercado o el hipermercado la ausencia de moho en los alimentos que adquirimos. Y, una vez en casa, guardar adecuadamente los productos dentro o fuera de la nevera, según corresponda, y comerse cuanto antes los que se estropean antes, como las fresas.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/alimentacion/nutricion/2024/02/06/hay-tirar-alimentos-moho-hay-excepciones-181174.html

Plátanos modificados genéticamente con alto contenido en vitamina A para luchar contra la ceguera infantil en África.

Científicos australianos de la Universidad de Tecnología de Queensland (QUT) han desarrollado plátanos modificados genéticamente que contienen una mayor cantidad de betacaroteno, precursor de la vitamina A. Un proyecto que lleva en marcha desde hace nueve años y que busca luchar contra la ceguera y las muertes a causa de la deficiencia de la vitamina A en niños de países en vías de desarrollo de África.

Según recoge Agro-Bio, James Dale, líder del equipo de investigadores, espera que en el año 2020 estas variedades de plátano enriquecidas con vitamina A puedan ser sembradas por los agricultores en Uganda, donde alrededor del 70% de la población sobrevive con esta fruta y cerca del 30% de los niños menores de cinco años sufren de deficiencia clínica de vitamina A.

“En el Este de África esta fruta se corta y se cuece al vapor y es uno de los alimentos básicos en muchos países de esta región, pero tiene unos niveles de micronutrientes muy bajos, particularmente de pro-vitamina A y de hierro”, explica Dale. La deficiencia de la vitamina A es la causa principal de ceguera infantil y es un problema especialmente en grave en África donde la gente tiene menos recursos

El investigador espera que después de que se realicen las pruebas de campo en Uganda, esta tecnología podría transferirse a países como Ruanda, algunas partes de la república democrática del Congo, Kenia y Tanzania. La biotecnología agraria no sólo permite la producción sostenible de alimentos, sino también permite ofrecer alimentos con mayor contenido nutricional para los consumidores.

fuente: Biotech