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La planta que reduce la ansiedad, el nerviosismo y ayuda a conciliar el sueño

Las plantas medicinales han servido durante siglos como remedios caseros para distintas molestias y por sus efectos beneficiosos para la salud. Una de las que han ganado popularidad es la pasiflora, a la que se le conoce también como la flor de la pasión.

Esta planta puede aliviar la ansiedad, reducir el nerviosismo y mejorar la calidad del sueño, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Una de sus propiedades es la de regular los niveles de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro. El GABA es un neurotransmisor que contribuye a la relajación del sistema nervioso.

Al tomarla antes de dormir, podría mejorar el sueño. Algunas personas que padecían insomnio o que se despiertan con frecuencia en mitad de la noche, mejoraron sus síntomas con la pasiflora. Esta planta medicinal ayuda en la regulación de la presión arterial al actuar sobre el sistema nervioso y al reducir la ansiedad. También tiene beneficios para la salud digestiva.

Cuando se incrementa la dopaminamejora el bienestar emocional y ayuda a las personas con problemas relacionados con la depresión. Por eso, la capacidad de la pasiflora para relajar y promover un estado mental positivo es beneficioso para el estrés y el nerviosismo.

Fuente: https://www.eleconomista.es/salud-bienestar/noticias/12989678/09/24/la-planta-que-reduce-la-ansiedad-el-nerviosismo-y-ayuda-a-conciliar-el-sueno.html

Aceite de orégano: un aliado natural para la salud con efectos antimicrobianos, múltiples beneficios y propiedades

El orégano, una hierba aromática muy apreciada en la gastronomía de España, esconde mucho más que un delicioso sabor. Además de ser un ingrediente estrella en platos típicos como las pizzas o las pastas, el orégano ha sido utilizado durante siglos como remedio natural gracias a sus múltiples propiedades medicinales.

Según datos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el orégano es una excelente fuente de nutrientes esenciales como proteínas, hierro, calcio, potasio, magnesio, fósforo, niacina y vitamina A. Pero su verdadero potencial reside en los compuestos fenólicos timol y carvacrol, responsables de su potente función antimicrobiana.

Beneficios del aceite esencial de orégano

El aceite esencial de orégano, obtenido por destilación de hojas y flores de la planta, concentra estos principios activos. Gracias a ello, se ha empleado tradicionalmente para tratar afecciones cutáneas como acné, pie de atleta, verrugas, heridas o psoriasis. 

Otro aspecto a destacar es su eficacia como agente antimicrobiano, antiviral y antifúngico. Esto se debe a su alta concentración en fenoles, que le confieren propiedades antisépticas. Algunas investigaciones sugieren que el consumo regular de productos específicos de aceite de hoja de orégano podría ayudar a combatir ciertos parásitos intestinales.

Protege las células

Por si fuera poco, el aceite de orégano destaca por su capacidad antioxidante. Esto significa que ayuda a neutralizar los dañinos radicales libres, protegiendo a las células frente al estrés oxidativo y previniendo así el desarrollo de ciertas enfermedades.

En definitiva, el aceite esencial de orégano es mucho más que un sabroso aderezo: se trata de un valioso aliado para nuestra salud con un amplio abanico de beneficios. Eso sí, conviene recordar que su uso debe ser siempre responsable y guiado por profesionales, ya que los aceites esenciales son sustancias muy concentradas que requieren una correcta dosificación y modo de empleo. 

FUENTE: https://www.20minutos.es/noticia/4402720/0/propiedades-aceite-de-oregano-beneficios-4402720/

El arsenal oculto de los billones de microbios que habitan nuestro cuerpo y que comemos

Dos investigaciones desvelan, gracias a técnicas computacionales, los secretos de los microorganismos que ingerimos y que conviven con nosotros en el sistema digestivo o en la piel.

El estudio de César de la Fuente se ha adelantado a otro, con participación española y publicado también por Cell, donde los investigadores han desarrollado para el MASTER EU consortium una base de datos del “microbioma alimentario” mediante la secuenciación de los metagenomas de 2.533 comidas diferentes. El trabajo identifica 10.899 microbios asociados a los alimentos, la mitad de los cuales eran especies desconocidas hasta ahora. Estos microorganismos asociados a los alimentos representan un 3% del microbioma intestinal de los adultos y el 56% del microbioma intestinal de los bebés.

“Este es el estudio más grande de microbios en los alimentos”, dice el coautor y microbiólogo computacional Nicola Segata, de la Universidad de Trento y el Instituto Europeo de Oncología en Milán. “Ahora podemos comenzar a usar esta referencia para comprender mejor cómo la calidad, la conservación, la seguridad y otras características de los alimentos están relacionadas con los microbios que contienen”

El equipo analizó los metagenomas asociados a los alimentos de 50 países; el 65% de fuentes lácteas, el 17% de bebidas fermentadas y el 5% de carnes fermentadas. Además de las aplicaciones para mejora de los productos alimenticios, los investigadores destacan que, comprender el microbioma de los alimentos, puede beneficiar la salud humana de forma directa porque algunos de los microbios que comemos pueden convertirse en miembros estables de nuestro propio cuerpo.

De la Fuente resalta la importancia de estos estudios, complementarios a las investigaciones que desarrolla para identificar y desarrollar el microbioma más beneficioso.

Cristian Díaz-Muñoz, investigador en el Gastrointestinal Genetics Lab (CIC bioGUNE – BRTA), califica la base de datos desvelada como un “verdadero atlas para cualquier microbiólogo y, por tanto, un punto de partida para futuras investigaciones”.

En línea con De la Fuente, el investigador del centro vasco destaca en Science Media Center (SMC) España: “El vínculo entre la microbiología alimentaria y la microbiota humana confirma el dicho popular de que somos lo que comemos y reafirma las bases sobre las que asentar alimentos probióticos de calidad que contengan microorganismos con capacidad probada de colonizar el tracto digestivo y tener un efecto positivo sobre la salud intestinal”.

Baltasar Mayo Pérez, profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, destaca a SMC que el trabajo “representa el mayor esfuerzo científico para la caracterización microbiológica de alimentos (…) utilizando las técnicas de secuenciación masiva de última generación y las más avanzadas herramientas informáticas”.

https://elpais.com/tecnologia/2024-08-29/el-arsenal-oculto-de-los-billones-de-microbios-que-habitan-nuestro-cuerpo-y-que-comemos.html

¿Puedo reducir el colesterol sin tomar estatinas?

El colesterol es la medida de dos tipos de partículas en la sangre: las lipoproteínas de baja densidad (a veces denominadas colesterol “malo” o LDL) y las lipoproteínas de alta densidad (a menudo denominadas colesterol “bueno” o HDL). Un exceso de colesterol LDL en la sangre puede obstruir los vasos sanguíneos y dificultar el bombeo de la sangre por el corazón.

Alternativas sin fármacos

Dieta. Según Andrea Glenn, investigadora en nutrición de la Universidad de Nueva York, las investigaciones también sugieren que una dieta basada en plantas, denominada dieta de la cartera, que incluye productos de soya, como el tofu, y otras proteínas vegetales, como los frijoles, las lentejas y los garbanzos; alimentos que contienen fibra viscosa, como la avena, la cebada, la cáscara de psilio, los frutos rojos, las manzanas y los cítricos; frutos secos y semillas; aguacate; y aceites vegetales saludables, como el aceite de canola y el de oliva, puede ayudar a reducir el colesterol.

Las proteínas vegetales como los frijoles, los garbanzos y los productos de soya, por ejemplo, pueden inhibir la producción de apolipoproteína B, que normalmente ayuda al organismo a absorber el colesterol de los alimentos. La fibra viscosa atrapa o fija el colesterol en los intestinos, dificultando su absorción. Y los frutos secos son una buena fuente de ácidos grasos insaturados, esteroles vegetales y fibra, que pueden reducir los niveles de colesterol LDL.

https://www.nytimes.com/es/2024/09/05/espanol/estilos-de-vida/colesterol-estatinas-trigliceridos.html

Asocian el parásito Anisakis con cáncer de colon en un estudio español

Madrid, 6 de agosto de 2024 — Un estudio dirigido por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) ha encontrado una asociación entre el parásito Anisakis y el cáncer de colon. La investigación, realizada con 92 pacientes en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, revela que los niveles de anticuerpos contra Anisakis son significativamente más altos en personas con cáncer de colon.

Anisakis es un nematodo que parasita el estómago de mamíferos marinos. Las larvas del parásito pueden infectar a los humanos a través del consumo de pescado crudo o poco cocido, causando anisakiasis y otras reacciones adversas como anafilaxis. El estudio sugiere que los productos liberados por las larvas podrían tener un potencial tumorigénico, lo que podría facilitar la identificación temprana del cáncer y desarrollar nuevos métodos de prevención.

Este hallazgo destaca la importancia de la higiene en la manipulación y preparación del pescado y subraya la necesidad de medidas preventivas para reducir el riesgo asociado con Anisakis.

Fuente: https://www.20minutos.es/salud/actualidad/asocian-parasito-anisakis-cancer-colon-espana-5550572

Una tesis de la UOC saca a la luz la historia alimentaria de los Juegos Olímpicos

La investigación incluye multitud de anécdotas que reflejan los cambios en la sociedad y en la nutrición deportiva de los siglos XX y XXI

Han pasado casi 130 años desde que, en 1896, se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la edad contemporánea. En este tiempo, las prácticas deportivas han experimentado una gran evolución. También ha cambiado mucho qué y cómo comen los atletas, y en concreto los participantes en los Juegos. Precisamente, la nutrición de los deportistas olímpicos, desde aquel 1896 y hasta nuestros días, es el foco de la primera tesis del doctorado de Salud y Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Es una investigación llevada a cabo en el marco de los grupos FoodLab y Epi4Health de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC dirigida por los investigadores F. Xavier Medina y Laura Esquius, repleta de anécdotas que dibujan la historia: «En las primeras ediciones no había villas olímpicas, los atletas eran amateurs, bebían vino y todavía pensaban, como en la antigua Grecia, que si comían pata de cabra tendrían la fuerza de una cabra. Hoy, hay que preparar 50.000 comidas cada día, informar bien, incluir opciones vegetarianas y velar por la sostenibilidad«. Así lo explica el autor de la tesis, Xavi Santabàrbara Díaz, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y que ha cursado dos másteres en la UOC.

Bajo el título Evolución y cambios en la nutrición deportiva, la provisión de alimentos y la gastronomía en los Juegos Olímpicos de la era moderna (1896-2020), la investigación de Santabàrbara analiza, desde el punto de vista de la nutrición deportiva, los informes del Comité Olímpico Internacional (COI) de todas las ediciones de los Juegos Olímpicos de verano desde el 1896 hasta el 2020, teniendo en cuenta que las guerras hicieron suspender algunas y que la pandemia retrasó la última.

Gastrodiplomacia: el kimchi coreano y el arroz con pescado japonés

Entre estos factores se encuentran las particularidades gastronómicas de cada país y su efecto sobre los alimentos que encontrará el deportista en la villa olímpica. «En 1988, en Seúl, el comité organizador utilizó la gastronomía para potenciar el país. Es un claro ejemplo de gastrodiplomacia. Desde entonces, el kimchi es conocido en todo el mundo», ilustra el autor de la tesis. En cambio, continúa, en el caso de Barcelona se dio más prioridad a transformar la ciudad que a potenciar la gastronomía catalana o española.

U otro ejemplo: Japón siempre había sido reticente a considerar su dieta como interesante para los deportistas, hasta que en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964, la selección nacional de voleibol femenina ganó la medalla de oro. «Entonces, su entrenador explicó la dieta que hacían las deportistas, centrada en bolas de arroz y pescado. Esto cambió la forma de ver la alimentación japonesa», detalla.

Imagen de un plato de Kimichi1

De los Juegos Olímpicos a la historia del siglo XX

El exhaustivo análisis que ha hecho Santabàrbara, que también incluye aspectos como el suministro de alimentos, las empresas de restauración o la suplementación deportiva, refleja los cambios que se han producido en la sociedad y en la alimentación de los atletas a lo largo del siglo xx. «La nutrición deportiva ha pasado de ser anécdota y mito a una especialidad consolidada basada en la evidencia científica. Y los Juegos Olímpicos lo ponen de relieve. Por ejemplo, a principios de siglo se consideraba que las proteínas eran lo más importante. A mediados de los años cuarenta, las investigaciones ya determinaron que lo que da energía es el hidrato de carbono. Y, después de la Segunda Guerra Mundial, en los Juegos Olímpicos de Helsinki, ya se tenía en cuenta la importancia de los hidratos», subraya.

¿Qué se espera de París 2024?

Ahora, Santabàrbara está a la expectativa de comprobar si, en los Juegos Olímpicos de París de 2024, que se celebrarán el próximo verano, se cumplen los tres ejes que se ha marcado el COI en el ámbito de la nutrición deportiva: incidir en la producción local y abaratar los costes del transporte de materias primas; establecer políticas claras de aprovechamiento de alimentos y reducción del derroche, y fomentar las opciones de proteína de origen vegetal. «Dentro de un par de años, cuando tengamos el informe, veremos cómo se ha hecho. También veremos cómo París posiciona la gastronomía de la ciudad y del país. Y, sobre todo, la sostenibilidad será un reto», avanza el investigador, que tiene previsto continuar haciendo investigación en esta línea.

De hecho, remarca el autor de la tesis, los grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos, «pueden ayudar a impulsar el desarrollo social, el crecimiento económico, la salud, la educación y la protección ambiental, especialmente si forman parte de políticas a largo plazo coherentes y sostenibles en el ámbito municipal, regional y nacional».

FUENTE: https://www.uoc.edu/es/news/2024/la-historia-alimentaria-de-los-juegos-olimpicos

  1. El Kimichi es un plato super típico de Corea. Se trata de un alimento fermentado que esta siempre presente en la mesa de los coreanos, un alimento de sabor salado y picante. Es conocido como la fermentación de la col china acompañada de otras verduras y muchos más ingredientes ↩︎

Más del 75% de los alimentos que se anuncian en la tele no son saludables

El perfil nutricional de los productos publicitados no ha cambiado tras la implantación del plan de reformulación de alimentos en España

Algunos alimentos no saludables

El 76,3% de los alimentos anunciados por televisión son »no saludables’ o, lo que es lo mismo, tres de cada cuatro anuncios no cumplen con los criterios de perfil nutricional de la Región Europea de la OMS para ser considerados saludables.

La conclusión de la investigación realizada es clara y concisa: «el perfil nutricional de los alimentos y bebidas anunciados por televisión, mayoritariamente no saludables, no ha cambiado tras la implantación del plan de reformulación de alimentos en España«.

Los resultados se han extraído tras analizar 256 horas de emisión televisiva durante dos periodos de tiempo (2017 y 2020), donde se se identificaron 173 productos alimenticios (78 en 2017 y 95 en 2020) y en el que los chocolates y productos de confitería fueron los publicitados con mayor frecuencia en ambos años de estudio, con un 26,9% del total en 2017 y un 22,1% en 2020.

Un tercio de la población infantil española en edad escolar padece exceso de peso y en torno al 10% presentan obesidad, que aumentan el riesgo de aparición de diabetes tipo 2, hipercolesterolemia e hipertensión arterial en la infancia y la vida adulta.

En definitiva, según los autores es necesario «políticas que regulen la calidad nutricional y la publicidad alimentaria en horario infantil, para proteger eficazmente a la infancia de la exposición a alimentos y bebidas no saludables«. Y uno de las primeras acciones es la de regular la publicidad alimentaria para proteger a los niños.

https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20221105/anuncios-tv-alimentos-saludables-dv-77605950

¿Qué hay en los microbios de los alimentos? Un gran mapa genético lo descifra

Microbios hay en el cuerpo humano, el suelo, los fondos marinos o lugares inhóspitos de la Tierra, pero también en la comida, de los que se sabe poco. Científicos crearon una gran base de datos con la información genética de los microorganismos de 2 mil 533 fuentes alimentarias.

Este atlas del microbioma alimentario se hizo a partir del análisis de los metagenomas -todo el material genético del conjunto de microoganismos en un ambiente- de fuentes de 50 países, también España. El archivo público permitirá identificar microbios indeseables, seguir la vida microbiana a través de la cadena alimentaria y mejorar los alimentos.

El estudio, el mayor sobre microbiomas en la comida, se publica en la revista Cell y demuestra que los microbios vinculados a los alimentos suponen de media alrededor del 3 % del microbioma intestinal de los adultos y el 56 % del de los lactantes.

Por parte española participan investigadores de varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y su trabajo se centró en el análisis de quesos artesanales de Asturias (norte de España).

Los microbiólogos de los alimentos llevan más de cien años estudiándolos y realizando pruebas de seguridad alimentaria, pero se infrautilizaron las modernas tecnologías de secuenciación del ADN, afirma Cotter: «Este es el punto de partida de una nueva oleada de estudios en este campo en los que aprovechamos al máximo la tecnología molecular disponible». Y es que tradicionalmente los microbios de los alimentos se han estudiado cultivándolos uno a uno en el laboratorio, pero el proceso es lento y no todos pueden cultivarse fácilmente.

Para caracterizar el microbioma de los alimentos de forma más completa y eficiente, los investigadores recurrieron a la metagenómica, una herramienta molecular que les permitió secuenciar simultáneamente todo el material genético de cada muestra alimentaria.

En total, el equipo analizó 2.533 metagenomas asociados a alimentos procedentes de 50 países, incluidos 1.950 metagenomas secuenciados por primera vez.

Aunque los científicos no identificaron muchas bacterias patógenas en las muestras, sí observaron algunos microbios que podrían ser menos deseables debido a su impacto en el sabor o la conservación de los alimentos. Saber qué microbios pertenecen a los distintos tipos de alimentos podría ayudar a los productores -tanto industriales como pequeños- a elaborar productos más consistentes y deseables.

Se podría asociar la especificidad y calidad de los alimentos locales a su microbioma, e incluso posibilita utilizar el metagenoma como un marcador de autenticidad del alimento, representando «una poderosa herramienta» para garantizar su trazabilidad y origen.

Además, facilitará la identificación y localización de un posible foco de contaminación e, incluso, podría ayudar a seleccionar los desinfectantes más adecuados o evitar que se propaguen genes de resistencia a antibióticos.

Alimentos y microbios: crean base de datos de microorganismos (thefoodtech.com)

Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia

Un ambicioso e integrador estudio sanitario en todo Estados Unidos pretende predecir qué dietas proporcionarán la mejor nutrición en función de los genes, los microbios y el estilo de vida.


Los que tenemos al típico amigo o conocido que puede permitirse comer todos los días productos azucarados sin engordar ni un gramo, o un pariente que ha desarrollado una cardiopatía a pesar de evitar las grasas saturadas, sabemos que las recomendaciones dietéticas únicas no reflejan las distintas reacciones que tenemos ante los alimentos. Ahora, uno de los nuevos estudios más integradores y ambiciosos sobre dietas jamás realizados podría cambiar esta situación y aportar información que permita a los expertos adaptar por fin sus recomendaciones a cada persona.

A partir de esta primavera, 13 centros de Estados Unidos comenzarán a inscribir a 10 000 personas de edades y pesos muy diversos para determinar mejor los factores importantes que intervienen en lo que se denomina nutrición de precisión. Se realizarán esfuerzos específicos para incluir a quienes a menudo se pasan por alto en la ciencia de la nutrición: mayores de 65 años, afroamericanos, residentes en zonas rurales, personas con discapacidad y minorías sexuales.

Durante la primera fase de la investigación, que durará dos semanas, se indicará a todos que coman como lo hacen habitualmente. En la segunda fase, se asignará a 1500 personas una de varias dietas con comidas enviadas directamente a sus casas. Y en la fase final, 500 personas elegidas del grupo más numeroso comerán mientras residen en un centro de investigación durante dos semanas. Este último es un número elevado para un estudio nutricional controlado, en el que suelen participar unas pocas docenas de personas, afirma Holly Nicastro, que coordinará este programa de investigación de los Institutos Nacionales de la Salud, dotado con 170 millones de dólares y denominado Nutrición para una Salud de Precisión. Los participantes se seleccionarán a partir del programa de investigación sanitaria All of Us [Todos Nosotros] del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, al que puede unirse cualquier ciudadano del país.

Este esfuerzo amplio y diverso «nos acercará un poco más a la posibilidad de ofrecer recomendaciones nutricionales más detalladas a grupos de personas», afirma Sai Krupa Das, científico especializado en metabolismo de la Universidad de Tufts, uno de los seis centros de investigación que coordinan los lugares de inscripción.

Cómo funcionará el estudio

Durante el estudio, los investigadores realizarán periódicamente análisis de orina y sangre y completarán un censo del microbioma intestinal de cada persona, es decir, los billones de organismos que residen permanentemente en el tubo digestivo. Los participantes llevarán monitores de glucosa para registrar las subidas y bajadas de azúcar en sangre, un marcador de la forma en que el organismo procesa los hidratos de carbono y un importante indicador de la salud. También se hará un seguimiento de comportamientos diarios como el sueño, el estrés y las horas a las que se come, entre otros factores.

El yogur de cultivos vivos y los suplementos probióticos contienen bacterias beneficiosas destinadas a poblar el intestino.

El nuevo estudio cambiará nuestra comprensión de las dietas humanas porque es radicalmente distinto de cómo se realizan la mayoría de los estudios sobre nutrición, afirma Diana Thomas, profesora de matemáticas de la Academia Militar de West Point, que participa en la investigación. Los científicos especializados en nutrición suelen examinar un único alimento en una población homogénea, por ejemplo, para averiguar si los arándanos reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares en los estadounidenses (la respuesta a esta pregunta aún no está clara). En este estudio no partimos de una hipótesis, dice, sino que «nos preguntamos cuáles son los factores implicados».

El objetivo es desentrañar las muchas variables que influyen en las respuestas nutricionales y desarrollar algoritmos que las predigan, lo que permitiría a los nutricionistas ofrecer consejos dietéticos a otras personas con características similares.

Ofrecer recomendaciones más específicas es crucial para mejorar la salud pública, afirma Das. El enfoque actual ha llevado a muchas personas a desentenderse de los consejos dietéticos de los expertos, ya sea porque éstos parecen cambiar con frecuencia (el clásico: los huevos son malos; los huevos son buenos) o porque probaron una forma de comer recomendada y descubrieron que no era la ideal para ellos. «La nutrición de precisión nos permitirá ir más allá del consejo de la dieta mediterránea. En lugar de eso, diremos: ‘Si tienes determinadas etnias, características, respuestas físicas a los alimentos, esta dieta puede ser más adecuada’. Ese es el paso al que nos estamos acercando», afirma.

Das advierte que los nuevos consejos derivados de la investigación no llegarán al nivel del individuo, razón por la cual los expertos prefieren el término nutrición de precisión a otro muy utilizado, nutrición personalizada.

El estudio se centrará en comer para gozar de una salud óptima más que para perder peso, pero ambas cosas van de la mano, afirma Das. «No estamos proporcionando dietas restringidas en calorías, pero creo que la respuesta en términos de tratar de optimizar el metabolismo ayudaría también para el control del peso».

Los genes frente al microbioma

Varias décadas de investigación ya han dado pistas sobre qué elementos moldean la salud en general.

Uno de ellos es la genética. Este campo se llamaba antes nutrigenómica, pero cayó en desgracia cuando se hizo evidente que los genes desempeñan un papel menos destacado de lo que se pensaba en un principio en la forma en que el cuerpo responde a los alimentos, dice José Ordovás, director de nutrición y genómica de la Universidad de Tufts.

En un pequeño número de casos, los científicos han vinculado un gen concreto a un efecto directo sobre la salud. El gen CYP1A2, por ejemplo, es casi el único responsable de determinar la rapidez con que las enzimas metabolizan la cafeína en el hígado. Las variaciones genéticas determinan si una taza de café por la tarde mantiene a una persona despierta toda la noche o le permite dormir plácidamente. También influyen en si el café ayudará a una persona a hacer ejercicio de mayor intensidad, como montar en bicicleta más deprisa.

«La genética interviene, pero no nos dará las ecuaciones predictivas para individualizar las recomendaciones, porque intervienen muchos otros factores», afirma Ordovás. Dado que muchos de esos factores, sobre todo el comportamiento, son más fáciles de modificar que nuestros genes, comprenderlos debería conducir a un planteamiento más eficaz para mejorar la salud, afirma.

Cientos de estudios han demostrado que el microbioma (las bacterias, hongos, parásitos y virus que residen en el intestino) es un factor crítico en la forma en que el organismo procesa los alimentos. El consumo de edulcorantes artificiales, por ejemplo, altera la composición y función del microbioma de forma que aumenta la intolerancia a la glucosa en personas sanas. Y ciertos microbios intestinales persisten en ratones obesos después de hacer dieta, lo que los predispone (y presumiblemente a nosotros) a recuperar el peso.

Todavía queda mucho por aprender sobre el microbioma, como su composición óptima, la forma en que los microbios trabajan sinérgicamente, y cómo influye el estilo de vida en esta comunidad, afirma Eran Elinav, jefe de inmunología de sistemas del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel y prolífico investigador del microbioma.

Cómo influye el estilo de vida en el procesamiento de los alimentos

Uno de los aspectos más complicados a la hora de determinar la dieta perfecta para cada persona es la compleja interacción entre el genoma, el microbioma y el estilo de vida, que los científicos denominan «exposoma».

Según Elinav, uno de esos factores es la hora a la que cenamos. Su laboratorio determinó que el microbioma intestinal sigue un ritmo circadiano, y que la composición de la microbiota cambia previsiblemente su número y función durante un periodo de 24 horas. Lo hacen respondiendo a las señales de los comportamientos de sueño y alimentación.

«Cuando alteramos nuestros patrones de sueño-vigilia con el trabajo por turnos o el jet lag«, dice Elinav, «una de las primeras cosas que ocurre es que esto altera la actividad diurna de los microbios». Los mayores índices de obesidad, diabetes de tipo 2 y cánceres asociados a las personas cuyos horarios de sueño y alimentación se alteran crónicamente tienen su origen en esta alteración del microbioma, según sugieren estudios realizados en ratones.

El sueño deficiente, junto con el estrés intenso, altera además el metabolismo y tiene otros efectos negativos para la salud incluso en personas que siguen una dieta sana, afirma Das, de Tufts.

La investigación de los NIH sobre nutrición de precisión será el esfuerzo más completo por utilizar genes, microbiota y el exposoma para comprender y predecir las respuestas nutricionales a los alimentos, pero no será el primero. Varios estudios anteriores han allanado el camino.

Uno de ellos, dirigido por el laboratorio de Elinav y publicado en la revista Cell en 2015, consistió en dar comidas idénticas a 800 personas y monitorizar continuamente sus niveles de glucosa en sangre. El estudio, de una semana de duración, reveló que las respuestas de glucosa entre los participantes variaban significativamente después de cada comida. Los investigadores observaron que la composición de su microbioma desempeñaba un papel clave en la determinación de esa respuesta, pero inevitablemente intervenían otros factores.

Unos años más tarde, un gran estudio realizado en el Reino Unido trató de ampliar los conocimientos sobre las variables en juego. La investigación, denominada Personalized Responses to Dietary Composition Trial [Ensayo de respuestas personalizadas a la composición de la dieta] o PREDICT, contó con la participación de 1000 adultos (incluidos algunos gemelos genéticamente idénticos) cuya microbiota intestinal, grasas en sangre, niveles de glucosa tras las comidas, inflamación y otros factores se controlaron durante dos semanas. El seguimiento de la glucosa en sangre a lo largo del día volvió a ser un elemento importante, afirma Ordovás, de Tufts, uno de los coautores. Esta monitorización continua permitió a los investigadores medir los efectos de alimentos específicos.

También en este caso aparecieron grandes variaciones que indicaban que los organismos de los participantes procesaban los mismos nutrientes de forma diferente. Los factores genéticos tuvieron un impacto moderado, pero los resultados mostraron lo complicado que es el sistema digestivo. Ciertos microbios intestinales, como Prevotella copri y Blastocystis, eran más importantes que los genes a la hora de procesar algunos alimentos, pero ambos sólo representaban una pequeña parte de las diferencias globales.

En busca del ajuste óptimo de la dieta y el estilo de vida

El objetivo de la próxima investigación de los NIH es mejorar la comprensión de los factores que explican esas diferencias. La esperanza es que esto permita a las personas ajustar su estilo de vida y su dieta, y tal vez su microbiota intestinal, para mejorar la respuesta de su organismo a diversos nutrientes. Aún no está claro si la manipulación de la microbiota, por ejemplo mediante cambios en la dieta, tiene efectos duraderos.

Por ahora, Das dice que el mejor consejo nutricional que ella y otros ofrecen se ciñe a lo básico: llenar el plato de verduras y frutas ricas en fibra y evitar los alimentos muy procesados en favor de los integrales.

«En los próximos cinco a 10 años se producirán grandes cambios en nuestra forma de ver las dietas», predice Thomas, de West Point. «Cuando empiecen a aparecer los resultados del estudio de los NIH, sabremos mucho más».

FUENTE: National Geographic, Sección Ciencia

Las dietas del futuro: a medida y de precisión gracias a la ciencia | National Geographic

El arándano es un potente antioxidante que mejora tu memoria, sacia y mantiene la piel sana y bonita

No es necesario invertir en caros y exóticos superalimentos para darle al cuerpo lo que necesita. Una nueva investigación destaca los beneficios de comer un puñado de arándanos.

Así se desprende de un reciente estudio que destaca el poder de esta fruta para mejorar la memoria y la concentración. Interesante en la era de la distracción, donde somos capaces de desbloquear el móvil hasta 80 veces al día, según la plataforma dscout.

Los científicos dividieron a los participantes, 61 individuos saludables, de 65 a 80 años, en dos grupos. El primero tomó un polvo de placebo y el segundo 26 gramos de arándano silvestre liofilizado. Después de sólo 12 semanas, el grupo de los arándanos mostró una mejor salud cardiovascular, memoria a corto plazo, atención y tiempo de reacción. También parecieron reducir la presión arterial.

Todo ello, «gracias a sus antocianidinas, polifenoles y flavonoides», nutrientes poderosos que ayudan a reducir la inflamación y están asociados con la degeneración cognitiva, explica la dietista y nutricionista Laura Jorge: «Los arándanos tienen un gran papel como fuente de antioxidantes en nuestra alimentación, que además son antiinflamatorios. Contienen vitamina C y vitamina A, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico», resume.

Esta fruta es un potente antioxidante que mejora tu memoria, sacia y mantiene la piel sana y bonita | Bienestar (elmundo.es)